Le Clan

Le Clan es una película dramática francesa del año 2004, dirigida por Gaël Morel y escrita por Gaël Morel y Christophe Honoré.
Está protagonizada por Nicolas Cazalé, Stéphane Rideau, Thomas Dumerchez, Salim Kechiouche, Bruno Lochet, Vincent Martínez, entre otros.
La fotografía es de Jean-Max Bernard y la música corre a cargo de Camille Rocailleux.
Aunque la traducción del título es tan simple como “El Clan”, refiriéndose al formado por los tres hermanos y su padre tras la muerte de la figura materna, el titulo internacional fue “Three Dancing Slaves” (Tres esclavos bailarines).
Este título fue escogido debido a la práctica de los tres hermanos del capoeira, una disciplina, que mezcla baile y artes marciales, procedente de Brasil, y que tradicionalmente era practicada por esclavos.
Esto es utilizado como metáfora, ya que los tres hermanos son esclavos de la pérdida de su madre.
Le Clan tiende a trasladarse con rapidez de un escenario a otro, mostrándonos rasgos de la vida de cada uno de los tres hermanos.
La trama que comparten, es la pérdida de su madre, y el cómo cada uno de ellos lidia con ello para seguir con su vida.
Le Clan mantiene ese desorden cronológico, saltando atrás y adelante, y en ocasiones obviando periodos de tiempo, en los que el espectador debe deducir lo ocurrido prestando mucha atención a los diálogos y a las escenas.
Le Clan pertenece al género de cine independiente de temática personal, que narran complejas historias donde se reflejan las emociones y experiencias vividas por personajes enfrentados a realidades tormentosas.
Le Clan es un filme triste, duro, con una brutal secuencia, pero también un bonito relato de amor fraternal e iniciación a la vida.
Annecy, una localidad del departamento de Alta Saboya, en la región de Ródano-Alpes en Francia, no es un destino turístico para tres hermanos y su padre, todos argelinos y de clase trabajadora, en los meses posteriores a la muerte de la madre de los muchachos.
Cabe decir que me gustaron ciertos aspectos de Le Clan, siendo el primero el examinar cómo queda una familia de hombres al perder al único elemento femenino, la madre.
Sin hacer alusiones al pasado, el espectador puede ver de manera evidente, que la figura maternal servía de vínculo en una familia que queda dividida tras su muerte.
Dicha división quede reflejada en la estructura de Le Clan, la cual se divide en tres partes para examinar el viaje personal de cada uno de los tres hermanos.
Cada uno es caracterizado por un estado emocional, a grandes rasgos:
Marc simboliza el hundimiento, Christophe la redención, y Olivier la confusión.
Los tres personajes están muy bien definidos, y sus motivaciones son fácilmente interpretadas por el espectador.
Quizás lo más elogiable debido a la trama desmenuzada y a veces desordenada, es que Le Clan no se convierte en tediosa en ningún momento.
Le Clan se divide en 3 partes:
La primera parte se inicia con Marc (Nicolas Cazalé), de 22 años, es el hermano del medio; el hermano enemistado rebelde, hasta malcriado, que adula al mayor ausente, Christophe (Stéphane Rideau), y desprecia al benjamín, Olivier (Thomas Dumerchez), pero pese a ello, pretende convertirlo en igual a él.
Marc es un hombre irascible y confuso obsesionado con las drogas, el ejercicio y el capoeira, una disciplina de baile y artes marciales brasileña.
Marc siente que su único amigo es su perro, el cual perece como venganza de un traficante de drogas cuando se retrasa en sus pagos.
Acá también vemos a Marc y a sus amigos, en liberación sexual, en masturbaciones grupales, inclusive teniendo sexo grupal con un travesti, supongo que conocido, y que a pesar de ser sexualmente desinhibidos, el grupo no es homosexual.
La segunda parte prosigue con Christophe, de 26 anos, recién salido de la cárcel, en plena reinserción, dispuesto a todo, incluso a traicionar los ideales de su juventud con tal de que le acepte la sociedad.
Un hermano que poco tiene ya del que fuera el ídolo de Marc.
Christophe, el hermano mayor de Marc, acaba de cumplir su sentencia en prisión, e intenta poner su vida en orden a través del trabajo, intentando mantener a Marc en el lado apropiado de la ley.
Sin embargo, este es incapaz de obtener el perdón de su padre por haber estado en el lado equivocado cuando su madre fallecía.
Es el futuro de lo que le puede suceder a Marc si llega a seguir sus pasos, de hecho hay muchas escenas en Le Clan que así lo demuestra, por ejemplo cada vez que Marc recapacita (seguramente pensando en Christophe y su tiempo en la cárcel) cuando se presenta la oportunidad de contraatacar al hombre que lo había golpeado.
Acá Christophe es el hermano que es “curado”, el que viene a poner orden en la vida de los hermanos y que curiosamente, el que consigue trabajo y es ascendido en el puesto como premio a su responsabilidad y dedicación.
Y por último tenemos a Olivier, de 17 anos, el benjamín, el que se busca la vida con otro hermano, postizo, Hicham (Salim Kechiouche), de 21 anos.
Olivier es el más joven de los tres hermanos, que se siente perdido tras la muerte de su madre, y comienza una relación con el amigo de Marc, Hicham.
Este intentará no solo enseñarle el arte del capoeira, sino que también le intentará enseñar como aceptar su naturaleza homosexual.
Homosexual, bueno, hasta cierto punto quien sabe…
Ya eran comunes las prácticas masturbatorias de los hermanos entre ellos y con los amigos, tal vez como parte de algún rito (entre ellos)
Creo que trama gira alrededor de este personaje, siendo Olivier el que narra y cierra la historia, y a quien vemos como describe muchos pasajes de la vida de los hermanos.
Al hilo de estos tres retratos, se va tejiendo la trama de una venganza, moderada primeramente y luego trágica, que obliga a que cada hermano defina su postura con respecto a los otros.
Yo diría que el tema básico y conductor de Le Clan se refiere a las relaciones familiares y no a la homosexualidad de Olivier que, si bien está como apuntado en Le Clan, no se descubre hasta la última parte.
Por tanto, Le Clan es un film sobre la "masculinidad”, o más exactamente sobre las diversas formas de masculinidad en un mismo grupo familiar.
La familia, entendida como un clan, como unidad que defiende a todos sus miembros, está cuestionada.
La falta de la madre, parece ser la causa de las alteraciones que se producen entre los cuatro hombres de la familia, pero en realidad ya estaba fallando esa unión en vida de la madre.
De hecho, en algún momento se acusan entre ellos de que la causa de esta muerte de la madre tiene que ver con su comportamiento.
La figura del padre (Bruno Lochet), como dirigente del clan, está absolutamente desacreditada y ninguno de los tres hijos es capaz de marcar las directrices.
Sin embargo siempre está el amor entre ellos que la madre les enseño a mantener.
La interpretación de todos es correcta, pero el trabajo de Nicolas Cazalé se hace preponderante desde el principio y parece ser este hijo el hilo conductor de toda la historia.
Más que una película sobre prácticas masturbatorias en conjunto y homosexuales velados, Le Clan puede ser una película para homosexuales por los desnudos, tampoco tantos, pero muy bien presentados.
Le Clan es tramposa porque juega con la cámara y nos da unos encuadres hermosos de la figura masculina, y nos hace pensar de inmediato que es una película gay, cuando no es así, acaso pensamos que cuando presentan figuras de mujeres hermosas mostrando su cuerpo desnudo, pensamos que es una película de connotaciones lésbicas…
Le Clan señoras y señores es cine, porque darle un genero al cine, me parece ridículo.
Por otro lado, quizás falle un poco la iluminación posiblemente debido a un bajo presupuesto pero se compensa por una fotografía cuidada y al servicio de la historia.
Gran parte de la crítica se mostró negativa con el resultado de Le Clan, alegando que el propósito del viaje personal de cada hermano no parece tener una conexión final justificable, y puede ser cierta, pero a la vez da para interpretaciones y segundas lecturas.
Si bien, hay muchas partes de la trama que sufren de un exceso de lagunas, y que curiosamente, son sacrificadas a favor de otras escenas, que resultan completamente innecesarias en relación a la historia.
Nunca he sido fan del uso de un desorden cronológico en las tramas de un film, ya que estas son muy difíciles de ser abordadas de manera inteligente, para el espectador promedio es un martirio y al final tienden a resultar, como en este caso, en un algo de confusión.
Vuelvo con la trama homosexual de Le Clan, la cual es curiosamente la peor definida de todas.
El origen de la relación entre Olivier y Hicham es obviado, así como la consecuente ruptura, aunque con esta el espectador pueda deducir los motivos que han desembocado en la misma.
Olivier que tras la pérdida de su madre, se ha vuelto muy sensible y se ve reflejado en su comportamiento, busca la figura materna afectiva y la encuentra en un amigo del grupo.
Vemos que Olivier es sexualmente activo, esto me da una idea que, lo que él buscaba, era el cariño de un sujeto pasivo, amoroso, que le diera el cariño sin evidenciar una tendencia homosexual femenina, una razón justificada son sus hermanos.
Olivier es una persona retraída, vergonzosa y hasta carente de afecto por su padre y hermanos, mas no de amor.
Olivier no se desnuda delante de otros hombres, tal vez por pudor, tal vez para evitar una excitación…
Lo que realmente es fascinante es cómo evoluciona el personaje, de ser un muchacho confundido de inicio, conoce a su ser interior y busca, accede a las oportunidades de conocimiento y llega a alcanzar lo que le hacía falta.
Al final Olivier posee unos tatuajes en sus brazos, tal vez como símbolo del clan familiar entre hermanos, abandona a su pareja Hicham, tal vez por la cercanía que tenia con sus hermanos, y que al final lo vemos como encuentra un nuevo amor.
Lo más curioso es que tratándose de una película que narra viajes personales, esta parece más bien inconclusa al final, sin que el espectador pueda percibir una sensación de cierre o llegada a un punto de resolución.
Ese es el único punto débil y bueno, es de peso.
Curiosamente, hoy los jóvenes están menos predeterminados sexualmente.
Decirse homosexual, es anticuado incluso es algo injurioso según la sensibilidad de cada quien, pero verse en cambio como homosexual es la realidad de hoy día.

“Cuando llegué a casa después de dejarte en la tuya, encontré la carta que habías dejado allí aquella mañana, tu devastadora carta.
“No quiero verte más”
Eso fue lo que habías escrito, no querías verme, no querías más nosotros.
También me pedías que te perdonase.
Aún ahora me pregunto qué fue lo que había hecho mal.
Estoy atónito.
Debería haber luchado, si todo aquello estuviera sucediendo ahora, lucharía.
Iría a tu casa, rompería la puerta, te sostendría entre mis brazos, y te besaría delante de tus hermanos.
No me importan tus hermanos.
No nos deberían importar tus hermanos, tu padre, el barrio, lo que pueda suceder.
Pero no luché.
Llené mi mochila con mis cosas y cogí el tren a París sin decirle nada a nadie.
Era el final, que podía hacer, era el final”


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