Caravaggio

“The process of painting is my knife!”

De entre la impresionante pléyade de grandes artistas que nos legó el Barroco italiano, Caravaggio destaca sin duda por ser el que mejor se conecta con la sensibilidad de nuestro tiempo.
Michelangelo Merisi da Caravaggio (1571 – 1610) fue un pintor italiano activo en Roma, Nápoles, Malta y Sicilia entre los años de 1593 y 1610.
Es considerado como el primer gran exponente de la pintura del Barroco.
Salvo en sus principios, Caravaggio produjo mayoritariamente pinturas religiosas.
Sin embargo, a menudo escandalizaba y sus lienzos eran rechazados por sus clientes.
Dos de los reproches habituales eran el realismo de sus figuras religiosas rozando el naturalismo temprano, así como la elección de sus modelos entre la gente de más baja condición.
En lugar de buscar bellas figuras etéreas para representar los actos y personajes de la Biblia, Caravaggio prefería escoger a sus modelos de entre el pueblo: prostitutas, chicos de la calle o mendigos posaron a menudo para los personajes de sus cuadros.
La posición de la Iglesia al respecto da testimonio de cierta esquizofrenia:
Por una parte, este tipo de vulgarización de la religión le interesa mucho en una época en que la contrarreforma se extiende por la Italia católica, con el fin de mostrarse bajo una apariencia humana en contraste con la austeridad pregonada por el protestantismo.
Por otra parte, la representación de los santos bajo rasgos vulgares de golfos salidos de los bajos fondos fue juzgado incompatible con los valores de pureza y de santidad cuasi aristocráticos que transmitía la Iglesia de aquella época.
Este sentimiento se reforzó por la elección de Caravaggio en preocuparse enormemente por el realismo en la ejecución de sus figuras: rechazaba corregir las imperfecciones de sus modelos para representarlos más «bellos» o de un modo más acorde a las visiones que la Iglesia tiene de sus santos.
La pintura de Caravaggio que causaría el mayor escándalo a los ojos de la Iglesia fue “La Muerte De La Virgen”, por la representación tan realista del cuerpo de la Virgen María con el vientre hinchado, acompañado de sulfurosos rumores según los cuales el modelo habría sido el cadáver de una prostituta encinta ahogada en el Tíber.
Así, la consideración de la Iglesia católica hacia Caravaggio y sus cuadros oscilará de un extremo a otro de su carrera entre el acogimiento entusiasta y el rechazo absoluto.
Pero, el pintor encontrará en ella sus mayores protectores, como el cardenal Del Monte, así como a sus más grandes enemigos.
Resulta que en 1606 asesinó a un hombre durante una reyerta, por lo que huyó de Roma pues las autoridades habían puesto precio a su cabeza.
En 1608 se vio nuevamente envuelto en otra riña, lo que se repitió más tarde en Nápoles hacia 1609, ocasionado posiblemente por un atentado en su contra, realizado por sus enemigos.
Tras estos incidentes, su carrera fue decayendo, lo que le ocasionó una depresión que degeneró en su muerte dos años más tarde.
Un poeta, amigo íntimo del pintor, dio como fecha de su muerte el 18 de julio, víctima de fiebre en Porto Ércole, cerca de Grosseto, en Toscana.
En la pintura, Caravaggio creó una nueva forma de naturalismo, en la que combinó figuras cerradas con la observación física, dramática y teatral de los objetos, a lo que sumó el aprovechamiento del claroscuro, es decir, el uso de luces y sombras.
“Blood brothers!”
Caravaggio (1986) es una película dirigida y escrita por Derek Jarman, con un reparto que incluye a Nigel Terry, Sean Bean, Dexter Fletcher, Spencer Leigh, Tilda Swinton y Michael Gough.
Caravaggio es un increíble trabajo de arte y producción pocas veces visto en el cine.
Caravaggio es un increíble retrato del pintor mediante la filmación de sus pinturas.
Aquí vemos la vida y obra de un verdadero genio por igual.
Capaz de matar a un hombre (¿por amor, por celos?), y al mismo tiempo revolucionar e influir en la pintura del siglo XVI.
El retrato de Caravaggio es increíblemente cuidado, en donde encontramos una y otra vez escenas "calcadas" de las obras de este pintor.
Gran trabajo que nos deja una pregunta, mejor dicho, dos preguntas:
¿Cine pintado, o pintura filmada?
Caravaggio se destaca por la maravillosa recreación de las obras maestras del pintor, y es aquí donde el director gasta sus mejores balas, no en vano Jarman ha sido decorador antes de dedicarse al cine, el resto es puro esnobismo, pedantería por un tubo, y anacronismos como máquinas de escribir, automóviles, etcétera.
El propio Jarman se encargó de escribir el guión para que profundizara en el aspecto psicológico, no histórico o social del artista.
La fotografía adopta un carácter pictórico que emplea como conductor para realizar continuos guiños a la obra del pintor milanés.
Cada plano aporta el tenebrismo propio del pintor y lo hace con apoyo de un acompañante ficticio al que Jarman denominó Jerusaleme y es quien da cuenta de los últimos instantes del artista, los cuales sirven como marco para resaltar su inquietante personalidad y genio, que se sobrepusieron a siglos de desdén hasta ser hoy tema de interés en todo el mundo.
Sin temblar, Jarman se asoma al instinto agresivo del italiano, a sus sabidas pasiones homoeróticas, a los avatares de un hombre que se movía entre las cúpulas eclesiásticas y los bajos mundos poblados de prostitutas y criminales, marginales a los que trasladó a sus pinturas religiosas marcando un hito en la historia del arte.
Se destaca el hecho de que en su recreación de la existencia de Caravaggio, Jarman se basó en textos fundamentales como la monografía de Howard Hibbard, y que el cineasta fue quien “divulgó” el lema: “Sin miedo, sin esperanza” que, se cree, “el pintor maldito” grabó en su daga, aquella con la que habría cometido asesinato.
Caravaggio intenta recrear una época depravada en la que el sexo, tanto homo como hetero, eran junto con la violencia lo que movían el mundo, sin olvidar las conspiraciones palaciegas.
Caravaggio es barroco ciento por ciento, de hecho él y su tenebrismo rompen con la tradición renacentista de la luz omnipresente, de las figuras en reposo y del equilibrio.
Quizá Derek quiso romper con la tradición también incluyendo objetos anacrónicos y sorprendentes, como anacrónico y sorprendente fue el arte de Michelangelo Merisi.
Así, Caravaggio se adentra de una manera singular en la vida del célebre pintor barroco.
Contada en forma de flahsback durante los delirios que padeció antes de su muerte, Caravaggio nos retrata de forma cuidada el universo del pintor y sus obsesiones, meditando sobre la muerte.
No cae en el morbo, ya que su vida estuvo plagada de interrogantes, si no que mediante el simbolismo nos da una interpretación acertada y respetuosa con el autor.
El pintor Michelangelo Merisi, nacido en Caravaggio, se está muriendo lejos de su hogar.
En el lecho de muerte recuerda los comienzos de su vida como pintor.
El niño Michelangelo dejó su Caravaggio natal al quedar huérfano, y se traslada a Milán, donde se inicia como pintor en diferentes talleres, hasta que establece un taller propio, en la Roma de los Papas, ganándose el favor de la Iglesia, que le encarga numerosas obras.
Llegan entonces la fama, el dinero, sus amores homosexuales, las intrigas políticas y religiosas, la envidia y el crimen...
Michelangelo Merisi (Nigel Terry) es el pintor de la ciudad italiana de Caravaggio, de donde tomará posteriormente el nombre.
De joven había estado en Roma, bajo la protección del cardenal Del Monte (Michael Gough), un gran amante de la pintura.
En aquella época, Caravaggio no deja de pintar y de recibir encargos, para los que utiliza una corte de modelos masculinos.
Un día en una taberna queda prendado de la belleza de Ranuccio Tomasoni (Sean Bean) y le añadirá a su grupo de modelos.
Pronto iniciarán una intensa relación.
Ranuccio está casado con Lena (Tilda Swinton), una bella prostituta.
Pero la situación se complica cuando Lena decide abandonar a Ranuccio y finalmente aparece ahogada en las aguas del río Tíber (¿Tal vez es la Virgen pintada?)
Ranuccio es acusado de haberla matado pero éste reivindica su inocencia.
Su amante Caravaggio cae en la bebida y todo su mundo empieza a desmoronarse.
Pero Ranuccio no ha contado toda la verdad…
Por su parte, Derek Jarman examina y reproduce la mirada homosexual de Caravaggio sobre los cuerpos masculinos que retrata.
El director británico llegó a afirmar en una entrevista:
“De haber vivido en el siglo XX, Caravaggio hubiera sido Pasolini”
Jarman mostró su fascinación por la violencia, el homoerotismo, la representación gay y las imágenes mito-poéticas.
Todo es deliberadamente gay en las pelí¬culas de Jarman, como si estuviera burlándose un poco de los í¬conos (y los lí¬mites) de esa cultura.
La garantí¬a de eficacia polí¬tica del cine de Jarman es su capacidad para circular fuera de los pactos de reconocimiento de la fraternidad (global, internacional) de homosexuales.
En cierto modo, Caravaggio fue un personaje que se adelantó a su tiempo y que encarna como pocos artistas el apasionamiento, la vehemencia y el espíritu revolucionario que se asentaría, y se institucionalizaría, con el Romanticismo.

“For eternity and a day”


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