Changeling

"Never start a fight... but always finish it"

Se cuenta en diversas leyendas y creencias populares europeas, que “un niño cambiado” es el hijo de un hada, xana, trol, elfo u otra criatura fantástica, dejado secretamente en el lugar de un niño humano robado.
La supuesta motivación para este cambio varía entre el deseo de tener un sirviente humano, el amor hacia los niños humanos o la simple malicia.
La realidad que se esconde tras muchas de estas leyendas es el nacimiento de niños deformes o retrasados.
En la antigüedad, la gente creía que una criatura sobrenatural había cambiado a estos niños antes de que los padres hubieran tenido tiempo de bautizarlos.
Incluso en Irlanda, la explicación a la zurdera era la del niño cambiado.
De eso trata la película que nos ocupa: Changeling, pero la historia es más oscura, inclusive más terrorífica.
La historia de Los Ángeles está marcada por sensacionales relatos de corrupción, encubrimientos y asesinatos durante los años que siguieron a la fundación de la ciudad.
Desde el juicio por violación y asesinato de la joven actriz Virginia Rappe por Roscoe "Fatty" Arbuckle en 1921, pasando por el secuestro del evangelista Aimee Semple McPherson en 1926, hasta el asesinato de la Dalia Negra en 1947, el escándalo ha formado parte de la vida diaria de la ciudad, envolviendo a sus personalidades políticas en un aura negativa.
Pues era el mes de marzo de 1928 cuando todo comenzó con la simple desaparición de Walter Collins, un pequeño de 9 años.
Christine Collins, la madre hace la respectiva petición de búsqueda a la policía.
Esta fue una época muy difícil para la opinión pública, ya que la policía estaba acusada de corrupción, por lo que había una enorme presión para resolver este caso.
Christine era madre soltera y hasta cierto punto muy mayor para su época.
Había criado sola a su hijo, y él era el motor que la mantenía en pie.
En julio de aquel mismo año y luego de 5 meses de búsqueda, la policía le avisa a esta desesperada madre que su hijo finalmente ha aparecido y que esta esperándola en la estación del tren, ya que fue hallado en Colorado.
Christine había esperado este momento con gran ansia, pero al llegar a la estación descubre que el pequeño que la espera no es su hijo.
El policía le pregunta al pequeño su nombre, y el niño insiste en que se llama Walter Collins.
Christine se niega a llevarse al niño, pero el policía prácticamente la obliga a llevarse al supuesto Walter a su casa.
Resulta un tanto absurda la idea que aquella madre sabiendo que el niño que le presentan como suyo en realidad no lo es, y aún así se lo lleva.
Hay que entender un detalle, en aquella época de los años 20, la mujer se encontraba en una posición de desventaja porque no tenía derecho a tomar decisiones y en particular Christine tenía que enfrentarse a la opinión de la prensa, las autoridades oficiales, etc. completamente sola.
En ese momento, cuando ella se lleva al niño no cuenta con la avaricia del policía responsable del caso.
Christine decide buscar pruebas que desmientan la versión del niño impostor y del policía.
Walter había tenido un tratamiento de ortodoncia, por lo que fue donde el dentista del niño para que este le diera las pruebas dentales y un certificado por escrito.
También busco testigos, amigos y gente que la conocían a ella y a su hijo para que ellos también certificaran que aquel niño no era Walter Collins.
La propia Christine descubrió que este pequeño era mucho más bajo que su hijo.
En una pared Christine había medido a su hijo el día que desapareció, y estaba la prueba en lápiz, pero nada que esto sirvió.
El policía responsable, no iba a permitirse pasar por el bochorno de un error cometido y nunca remediado.
Christine exige la continuación de la búsqueda de Walter, porque el problema era que mientras que el policía encargado del caso no aceptara el error cometido, el caso iba a permanecer cerrado y resuelto.
Ante la situación que ponía al policía al borde del abismo, el decide acusar a Christine de loca y la llevan al pabellón de psicopatía del Hospital General de Los Ángeles.
Allí estuvo encerrada cinco horribles días bajo un «Código 12», una forma de admisión para internar en psiquiátricos a pacientes que la policía catalogaba de incontrolables, una excusa para castigar a cualquier persona que discrepase, protestase, causase problemas o pusiese objeciones a los métodos de la policía.
Policía que ejercía un poder autoritario sobre los ciudadanos, quienes no podían poner en tela de juicio sus procedimientos, y el Código 12 estaba reservado para personas difíciles, normalmente mujeres, a las que se ingresaba en el ala psiquiátrica sin orden judicial.
En aquella época solo bastaba una petición policía para que una mujer fuera encerrada, sin otro tipo de documento o justificación policial o pericial, solo con la decisión tomada por parte del jefe.
A los diez días de haber sido internada Christine Collins, el niño reconoce que en realidad no es Walter Collins, que su verdadero nombre es Arthur Hutchins, y enseguida Christine es dada de alta del psiquiátrico.
Arthur Hutchins era un niño proveniente de una familia desestructurada, había huido en varias ocasiones de su casa, y realmente no había nadie que lo echara de menos.
En aquella época el cine comienza a ser una realidad extraordinaria en las vidas de muchas personas y estaba a punto de nacer el cine sonoro.
Hutchins estaba obsesionado con Tom Mix, actor de películas de vaqueros.
Alguien lo confunde con Walter Collins, y él se aprovecha de esta situación para poder viajar a Los Ángeles y así conoce a su ídolo.
En escena también aparecen varios personajes:
Sandford Clark, un joven adolescente de 15 años que le confiesa a la policía haber estado ayudando a Gordon Stewart Northcott, su tío a matar niños en la granja de gallinas propiedad de su tío, y que Walter Collins estuvo allí como prisionero de su tío.
Mientras tanto, un ministro presbiteriano llamado Gustav A. Briegleb ayudó a Christine Collins.
Como una auténtica espina clavada en el costado del sistema, el activista alentaba a la gente a luchar contra la corrupción desde su programa de radio y sus sermones.
Trabajó con Christine y su abogado para que el caso de Walter no se enterrara y para desvelar el tratamiento inhumano al que había sido sometida en el ala psiquiátrica.
El legendario letrado S.S. Hahn, se encargó del caso Collins y preparó el camino para la prohibición de los encarcelamientos realizados bajo el famoso «Código 12»
Consiguieron que varios líderes políticos dimitieran y desenmascararon la corrupción que había invadido el departamento de policía.
Los crímenes de Wineville, también conocidos como asesinatos del gallinero de Wineville (que llegó a provocar el cambio del nombre de la localidad para evitar el estigma), son una serie de secuestros y asesinatos de niños que tuvieron lugar en Los Ángeles de 1928 a 1930.
El caso expuso al gran público la corrupción en el Departamento de Policía de Los Ángeles y recibió atención nacional.
Los espantosos crímenes acaecidos en el poblado rural de Wineville se conocieron asimismo bajo el mote de "Los asesinatos del gallinero de Wineville" y a Gordon Stewart Northcott la historia criminal lo registró como "El infanticida del gallinero"
Se trató de una retahíla de secuestros seguida de atroces infanticidios verificados en la ciudad de Los Ángeles durante el año 1928.
El modus operandi utilizado por el pervertido joven de treinta años consistía en recorrer con una vieja furgoneta las rutas próximas a Wineville, y aún las calles de ciudades más distantes.
Cuando avistaba a algún niño que intuía apto a sus fines, y lo suficientemente ingenuo como para subirse a un vehículo con un desconocido, descendía del automotor y le soltaba al infante la primera historieta que le venía a la cabeza.
Por ejemplo: le aseguraba que sus padres estaban internados tras sufrir un accidente y que a él lo habían enviado para llevar al chico al hospital.
Como otro menor acompañaba al criminal, un adolescente de dieciséis años sobrino de Northcott, a quien éste mantenía amenazado, la presencia de aquél tranquilizaba a los jovencitos, los cuales acababan por aceptar subirse a la fatídica camioneta conducida por el monstruo.
No quedaron dudas de que Northcott fue un despiadado victimario y que mantenía cautivas a sus infantiles presas humanas.
Menos claro están los motivos de los secuestros.
Se rumoreó en la prensa que el matador trabajaba para adinerados clientes pedófilos y que entregaba a los muchachitos a cambio de dinero.
Aquellos niños que eran rechazados por los degenerados clientes quedaban confinados en el rancho durante un tiempo hasta que su captor optaba por “desembarazarse” de ellos.
Adoptada la inhumana decisión los sacaba a la fuerza del cubículo, los golpeaba hasta desmayarlos sobre tocones de madera y, hacha en mano, trozaba los pequeños cuerpos.
Entre los niños que desaparecieron se encontraba Walter Collins, de 10 años de edad, que desapareció el 10 de marzo de 1928 y Lewis Winslow, de doce años de edad, junto a su hermano Nelson, de 10, que desaparecieron de Pomona el 16 de mayo de 1928.
No obstante, el criminal fue secuestrado.
Después de 27 días de juicio, el 7 de febrero de 1929 Gordon Stewart Northcott fue declarado culpable de matar a Lewis y Nelson Winslow y otro niño mexicano no identificado.
El jurado lo condenó por secuestrar, abusar sexualmente, torturar, asesinar, y descuartizar a estos y otros niños durante el año 1928.
El 13 de febrero de 1929, el Juez Freeman condenó a Northcott a ser ahorcado, sentencia que se llevó a cabo el 2 de octubre de 1930.
El homicida, un narcisista amante de la publicidad, jugó con Christine Collins hasta el día de su ejecución cambiando constantemente de versión acerca de lo que le hizo a Walter.
Más tarde, Louisa Northcott, madre del condenado, admitió haber asesinado a Walter Collins.
Fue condenada a cadena perpetua en la prisión estatal de San Quintín, aunque se cree que Northcott había coaccionado a su madre para cometer el asesinato.
En el número de la revista Time del lunes 11 de febrero de 1929, se informó que:
«Gordon Stewart Northcott, mientras que era juzgado por abusar y asesinar a cuatro niños, escuchó testificar a su madre que no era en realidad su madre, sino su abuela»
Y al final, se confirmó que Walter Collins no fue asesinado.
El escándalo de este caso destapó una gran trama de corrupción en el Departamento de Policía de Los Ángeles.
Los investigadores encontraron un hacha y restos de huesos, pelo, y los dedos de tres de las víctimas enterrados en cal cerca del gallinero del rancho de Northcott cerca de Wineville.
La verdad sobre el final del pequeño Walter Collins sigue siendo un completo misterio y Christine Collins murió sin saber lo que le había pasado a su hijo.
A pesar de que la mujer demandó a la ciudad y ganó el pleito, por lo que el municipio debía indemnizarla con 10.800 dólares, nunca cobró un centavo.
Changeling es la sorprendente historia de una madre que busca a su razón de existir.
“He's not my son...
I am not running away from anything!
Least of all my responsibilities!
I am even taking care of that boy right now, because I am all he has!
What worries me is that you have stopped looking for my son!”
Changeling es una película dirigida por un ENORME Clint Eastwood y protagonizada por una ENORME Angelina Jolie, ENORME John Malkovich, ENORME Jeffrey Donovan, Colm Feore, Amy Ryan, Gattlin Griffith, Michael Kelly, Jason Butler Harner, Devon Conti, Pamela Dunlap, Riki Lindhome y Denis O'Hare.
Estrenada en 2008, está basada en una historia real ocurrida en la década de 1920, los asesinatos del gallinero de Wineville, ocurridos en Los Ángeles, Estados Unidos y que incluían la desaparición y el intercambio de niños.
Changeling estuvo nominada a 3 premios de la academia como mejor actriz (Jolie), fotografía y dirección artística.
Changeling suma intriga, drama, drama psicológico, thriller policial, denuncia, historia y misterio.
Cuando la policía de LA decide quemar parte de los archivos más antiguos, Michael Straczynski recibe una llamada telefónica de un ex policía que le informa del interés de unos documentos concretos que ha encontrado casualmente y que forman parte de los que se van a destruir.
Consigue autorización para investigarlos y descubre una historia olvidada que, tras la lectura de unos 6.000 folios y 1 año de trabajos, convierte en guión.
Lo pone a disposición de Ron Howard y Brian Grazer, especialistas en films basados en hechos reales, quienes deciden poner el guión en manos de Clint Eastwood.
Changeling deviene una exploración de la perversidad, el abuso de menores, los peligros de la infancia en un mundo corrompido, las formas de la violencia, los temores y sentimientos de amenaza que suscita el comportamiento independiente y libre de una mujer animosa entre muchos hombres, etc.
La lucha incansable de Christine provoca reacciones diversas que incluyen, sobre todo, la conspiración contra la verdad y sus componentes: difamación personal, tergiversación, manipulación de los hechos, coacciones morales, castigos físicos, abusos de autoridad, etc.
La puesta en escena de Eastwood es sencillamente apabullante.
Una lección formal de cine alejado de la exageración que asusta por su grado de perfección.
Planos que parecen sacados de una película de la edad dorada de Hollywood se entremezclan con una fotografía recreativa y en ocasiones tenebrista.
Una vez más Eastwood utiliza la luz para dividir la cara de sus personajes en una zona en la sombra y otra iluminada, una bella metáfora recurrente del genio.
Quizás el caso más terrible de comienzos del siglo XX, dio lugar en Los Ángeles, en 1928.
Es terrible para una madre perder a un hijo, pero es sorprendente que un niño a quien una madre asegure no tener parentesco alguno con él, la abrace y le diga mamá.
Esta historia puede tener tintes de ciencia ficción, pero la realidad es que la realidad muchas veces supera la propia imaginación.
El suspense y el misterio están servidos.
¿Qué es lo que está ocurriendo realmente?
¿Esta señora se ha vuelto loca?
¿Y el supuesto nuevo niño que tiene que ver en todo esto?
¿Miente la policía, con tal de que no salga a la luz toda la verdad?...
Toda esta serie de preguntas y muchas más harán frente a un drama terrible basado en hechos reales y que mantendrán al espectador, a pesar de la duración de la cinta, expectante y lleno de incertidumbre y emociones.
El suspense experimentado en Changeling es propio de la investigación sobre qué fue lo que en verdad sucedió con el paradero del niño perdido, se percibe también en el intento de decodificar las realidades distorsionadas para tratar de esclarecer un asunto que brinde algo de paz a la angustia de una mujer avasallada en sus derechos y cercenada en sus sentimientos maternos.
Pero también es un filme crudo porque no hay dolor más excesivo para una madre que la duda de haber perdido para siempre a su hijo.
Pues si bien existe la esperanza del reencuentro, el no dar por resuelta la situación lacera la herida constantemente sin dejarla cicatrizar nunca.
Igual sucede en caso de cuerpos de familiares no encontrados y ahí sentimos a Changeling como una historia propia.
Changeling explora en forma intimista dentro de esas atroces sensaciones, que también surgen gracias a la destacada actuación de Angelina Jolie en un papel sumamente convincente y sobrio, y que despierta con su afligida y agobiante composición artística la inexorable empatía del público.
En sus dos horas y pico, Changeling cuenta la historia basada en hechos reales de una madre soltera con un hijo que desaparece un día mientras ella está trabajando.
Al cabo de unos meses aparece un niño que dicen es su hijo.
Al principio no lo reconoce, pero en ese primer momento se deja llevar por el policía de que la convence de que sí lo es.
En cuanto llega a casa multitud de pequeños detalles le confirman que ese no es su hijo, pero la corrupta policía de la ciudad de Los Ángeles, pretendiendo limpiar su mala imagen, la presiona para que ella lo acepte, intentando incluso hacerla pasar por demente.
Acaban por encerrarla en un psiquiátrico cuyo director está también compinchado con la policía y en el que acaban las mujeres que tienen problemas con ellos.
La mujer, ayudada por un pastor protestante de la ciudad, va consiguiendo poco a poco hacer valer sus derechos y consigue tener de su lado a uno de los más importantes abogados que lleva a juicio al cuerpo de policía para acabar con sus abusos.
Mientras tanto se destapa un caso de asesinatos infantiles en una granja cercana.
Una de las víctimas parece ser el hijo de ella, pero ni el único testigo que salió con vida, ni el asesino, que finalmente es condenado a muerte, ni su cómplice infantil consigue que la madre tenga la seguridad de qué ha pasado con su hijo.
En otro aspecto, Changeling critica la corrupción y la negligencia policial de turno.
Y aquí el director es inclemente dejando muy mal parado al accionar del departamento de policía, el cual actúa con aberrante impunidad y arregla las situaciones de acuerdo a sus conveniencias para distorsionar la realidad frente a la prensa y quedar bien posicionada desde la opinión pública.
En la parte actoral, todos están soberbios, no desentona absolutamente nadie del reparto, Angelina Jolie en el papel de la desgarrada y perseverante madre, esta esplendida, recuerda a las grandes estrellas de antaño, así como el niño que hace de ayudante del tipo del rancho, impresionante como te hace estremecer, en prácticamente todas sus escenas.
Curiosamente en la vida real, el padre de Walter Collins, el niño desaparecido, del que no aparecen muestras en Changeling, murió en la cárcel de Folsom en 1932.
Al momento del secuestro de su hijo, él estaba en prisión, y tanto la policía, como la propia Christine Collins, manejaron la hipótesis de que el niño había sido secuestrado como venganza.
Otro detalle, la madre de Gordon Northcott, Louisa Northcott, confesó haber cometido los crímenes, y fue sentenciada a prisión de por vida en San Quintín.
Ella fue liberada en 1949, tras nueve años de cárcel.
Su papel en los horrendos crímenes no es expuesto en Changeling.
Otro dato perturbador dejado por fuera fue el siguiente:
Gordon Northcott no era hijo de Louisa Northcott, aunque así se había hecho creer, sino que había nacido producto de la relación incestuosa de su esposo con su hija.
El incesto fue confesado por la propia Louisa Northcott.
A su favor Changeling posee ese aura de que algo huele a podrido y da la sensación en que ningún ciudadano está a salvo, sobre todo porque tiene alguna escena realmente espeluznante me refiero a cuando el chaval que supuestamente iba a ser deportado a Canadá, recuerda los crímenes que cometió junto a su tío.
O cuando Christine Collins es llevada al psiquiátrico donde se respira esa maldad de las enfermeras o del propio doctor encargado de suministrar la medicación a las pacientes.
Y para terminar, el momento en el cual el chaval anteriormente citado, empieza dejar las fotos de los niños a los cual había matado.
IMPAGABLES ESCENAS.
Me ha emocionado también cuando exalta el valor de la lucha, el coraje y la constancia, la importancia y eficacia de la crítica, la estupidez de los afanes de protagonismo mediático, la utilidad del cine contra el olvido colectivo, etc.
“Because once you give people the freedom to do whatever they want, as the Lord found in the Garden of Eden, they will do exactly that”
Changeling es una denuncia histórica de lo que es capaz de llegar el ser humano.
Clint Eastwood saca lo peor y lo mejor de este mundo o más bien de esta sociedad hostil a la que nos enfrentamos día a día, llena de injusticias, de historias personales, de sentimientos, de situaciones, de personas, de crítica, de amor hacia todos y cada uno de los que componemos esto a lo que a todos nos ha tocado que es la vida.
Eastwood realizó Changeling con una mujer como protagonista y con un tema escabroso.
La historia real de Christine Collins (1891-1964) y su personal cruzada por recuperar a su hijo, que conmocionó a la ciudad de Los Ángeles en su época.
La sociedad americana que antecede a la Crisis del 29 es sencillamente magistral, tanto en su retrato a las instituciones psiquiátricas, como del poder de la prensa como fuente de “terror” para los políticos y para los cuerpos de seguridad del estado…
Así como del Movimiento Sufragista de la Mujer en aquel periodo, y las consecuencias que tenía ser una Mujer con Voz y Voto…
Changeling se basa en el deseo de Christine Collins por descubrir lo que pasó, en que nunca se rindió, pasase lo que pasase.
Nunca abandonó su búsqueda.
Su tenacidad le dio fuerzas para soportar cosas que habrían roto a cualquiera, pero ella nunca dejó de luchar.
El argumento es tremendo.
Es difícil no emocionarse con una historia así.
Personalmente, el tema de la infancia me toca mucho.
No soporto ver a niños que sufren; pienso que no es justo que los pequeños hayan de sufrir enfermedades, abusos, malos tratos, etc.
Por ello, es inevitable que haya sufrido con Changeling.
Tiene que ser horrible perder a un hijo o a un familiar bajo esas mismas circunstancias de incertidumbre; no imagino nada peor en esta vida.
Pero tan malo como ello, o casi al mismo nivel, es que tu hijo o familiar desaparezca y nunca sepas lo que ha sido de él.
¿Estará vivo o muerto?
Y, si está vivo:
¿Le tratan bien o abusan de él?
La ignorancia es una de las peores cosas que pueden sufrir los padres.
Malo es que tu hijo muera pero casi peor es que tu esperanza de verlo con vida muera todos los días.
Muchos de los padres de niños desaparecidos reconocen que su conciencia descansa cuando saben con certeza que han muerto, tal es la angustia que da la incertidumbre de no saber.
Changeling plantea el derecho a saber.
En la historia sólo hay una persona que sabe la verdad y niega una respuesta a Christine.
¿Puede haber peor tortura que esa?
Changeling es la lucha de la humanidad contra el salvajismo instalado en sus instituciones y en el propio espíritu de los hombres; y sus protagonistas, al fin y al cabo, son tan sólo hombres y mujeres condenados a vivir rodeados de depredadores.
Esta terrible historia nos demuestra que la corrupción ya sea policiaca como en otros ámbitos, no es cosa de hoy ni tampoco cosa del pasado.
Este tipo de cosas siguen ocurriendo a cada momento, y también es evidente como entran en juego la manipulación de los medios, el abuso del poder…
En Changeling hay una defensa de la infancia y su fragilidad, una denuncia de los abusos que conlleva el poder y, sobretodo, un homenaje a las pioneras que lucharon, aunque no fuera su objetivo inicial, por la igualdad de género, no aceptando que el sistema o parte de la sociedad las discriminara por ser mujeres, tratándoles como seres inferiores e indefensos.

“Three boys made a run for it that night, detective, and if one got out, then may be either or both of the other two did too.
Maybe Walter's out there having the same fears that he did.
Afraid to come home and identify himself, or afraid to get in trouble.
But either way, it gives me something I didn't have before today…
HOPE!”

Dedicada a todas aquellas personas que han perdido a sus seres queridos bajo las mismas circunstancias, en especial a mi amigo Agustín Marchena, quien fue brutalmente asesinado, su caso aún está sin esclarecerse.


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