Saving Private Ryan
“I have a letter here, written a long time ago, to a Mrs. Bixby in Boston.
So bear with me.
Dear Madam:
I have been shown in the files of the War Department a statement of the Adjutant-General of Massachusetts that you are the mother of five sons who have died gloriously on the field of battle.
I feel how weak and fruitless must be any words of mine which should attempt to beguile you from the grief of a loss so overwhelming.
But I cannot refrain from tendering to you the consolation that may be found in the thanks of the Republic they died to save.
I pray that our heavenly Father may assuage the anguish of your bereavement, and leave you only the cherished memory of the loved and lost, and the solemn pride that must be yours to have laid so costly a sacrifice upon the altar of freedom.
Yours very sincerely and respectfully, Abraham Lincoln"
La Segunda Guerra Mundial, es una época de nuestra historia que ha generado muchos relatos que contar.
Sobre todo historias, que son adornadas con un heroísmo y entrega que no vemos tan asiduamente en otras guerras.
La Batalla de Normandía en 1944, denominada en clave Operación Overlord, fue la invasión de Europa, llevada a cabo por los Aliados en el noroeste de Francia, entonces ocupada por la Alemania nazi.
El desembarco, denominado en clave Operación Neptuno como parte de la Operación Overlord, fue ejecutado por las fuerzas aliadas en la II Guerra Mundial.
El esfuerzo aliado se concentró en desembarcar en Europa un ejército que, después de liberar Francia, llegara hasta el mismo corazón del Tercer Reich.
El objetivo era destruir las vías de comunicación y la artillería enemiga.
Los preparativos de la operación Overlord se iniciaron en Gran Bretaña.
La Operación Overlord involucraba al grueso de los ejércitos estadounidense e imperial británico, apoyados por tropas auxiliares francesas, polacas y de otras nacionalidades, para asaltar las playas de Normandía, por medio de desembarcos anfibios.
En la madrugada del 6 de junio diez divisiones estadounidenses, británicas y canadienses desembarcaron en las playas con nombres en clave: Omaha y Utah (estadounidenses), Sword y Gold (británicos) y Juno (canadienses)
Aunque no se lograron todos los objetivos previstos y se conquistó muchísimo menos terreno que el esperado, se instalaron sólidas cabezas de playa donde a lo largo de los siguientes días desembarcarían 250.000 hombres y 50.000 vehículos.
Se desarrolló desde el 6 de junio (Día D) hasta el 25 de agosto (Liberación de París)
Después de 68 años, el desembarco de Normandía continúa siendo la mayor operación de invasión por mar en la historia, ya que casi tres millones de soldados cruzaron el canal de la Mancha desde Gran Bretaña a la región de Normandía en la Francia ocupada.
La misión fue dirigida por el Comandante Supremo Aliado Dwight David Eisenhower, y el mando de las fuerzas terrestres lo ostentó Bernard Law Montgomery.
Antes de invadir Europa, Eisenhower mandó entregar una carta a cada soldado aliado que participaría en la batalla.
Esta carta probablemente sea el comunicado escrito más conocido e importante que se recuerda.
Por otra parte, al mando de las tropas alemanas se encontraba el mariscal Erwin Rommel, quien, después de su suicidio forzado, fue sustituido por el general Günther von Kluge.
Éste también se suicidó y fue reemplazado por el general Walter Model, que también se quitó la vida tras la derrota alemana en la Batalla del Ruhr (Alemania) ya en 1945, y que abrió definitivamente a los Aliados las puertas del corazón del Reich.
¿Cuánto puede valer la vida de un solo hombre?
¿Cuánto puede valer ser digno de eso?
“The mission is a man”
Saving Private Ryan es una película de guerra estadounidense de 1998 dirigida por un ENORME Steven Spielberg.
Protagonizada por un ENORME elenco de actores como: Tom Hanks, Tom Sizemore, Edward Burns, Barry Pepper, Adam Goldberg, Vin Diesel, Giovanni Ribisi, Jeremy Davies, Matt Damon, Ted Danson, Paul Giamatti, Dennis Farina, Joerg Stadler, Max Martini, Dylan Bruno y Bryan Cranston, entre miles de extras gringos, ingleses e irlandeses.
La música como es habitual corre a cargo de John Williams, la fotografía por ENORME Janusz Kaminski y el guión, de Robert Rodat, se inspira libremente, por lo que al punto de partida argumental se refiere, en un hecho real ocurrido durante los años en que EEUU estuvo en guerra.
Saving Private Ryan obtuvo 5 Oscars al mejor director, mejor fotografía (Janusz Kaminski), mejores efectos sonoros (Richard Hywns & Gary Rydstrom), mejor sonido (Gary Rydstrom & Gary Sumers), y mejor montaje (Michael Kahn) de 11 nominaciones como mejor película, mejor actor (Hanks), guion original, banda sonora, dirección de arte y maquillaje.
Los que vivimos la década de los ochenta y principios de los noventa, conocemos al Tom Hanks de la comedia, y ahora interpretando al capitán John H. Miller, conocemos al actor serio.
Aquí le acompaña el Sargento Horvath, un Tom Sizemore en el personaje de su vida, cogiendo un poco de tierra de todos los frentes en los que ha luchado.
Un personaje humano que completa al de Hanks.
Sus conversaciones tienen una carga y una fuerza brutales.
Los jóvenes soldados son una generación de actores que ofrecen aquí su mejor cara.
Desde Giovanni Ribisi (Wade el médico), pasando por Adam Goldberg (el judío Mellish), Barry Pepper (Jackson y su oración), Edward Burns (Reiben y su buena estrella), Jeremy Davies (un papel difícil el de Upham), hasta Vin Diesel (Caparzo y su carta)
Y claro esta Matt Damon (el soldado Ryan)
Todos están perfectos, suena a tópico pero así es.
Con esas conversaciones nocturnas, se consigue que el espectador empatice con los soldados, y que veamos la persona que hay detrás de cada uno de sus doloridos rostros, lo mucho que han sufrido, y el agobio crece cuando poco a poco vemos cómo van cayendo:
Cuando veo a Jackson moverse de esa forma entre el fuego de ametralladoras o aniquilar al enemigo despiadadamente, mientras reza eso de bendito “el Señor mi roca, que adiestra mis manos para la guerra y mis dedos para la batalla, mi amor y mi baluarte, mi ciudadela y mi libertador, mi escudo, en él me cobijo”
Cuando Caparzo pide que manden la carta por él, mientras un francotirador alemán les apunta desde lo alto.
Cuando Wade habla sobre como intentaba mantenerse despierto por las noches cuando llegaba su madre.
Cuando Reiben se subleva cuestionando la misión y la respuesta del capitán.
O cuando uno no puede más que quedarse paralizado junto a Upham en esas escaleras o maldecirle por no reaccionar.
Es entonces cuando descubro que no solo estoy viviéndolo, sino que soy uno más que lo único que quiere es que, aunque mueran, hagan lo correcto y cumplan la misión.
¡Fubar!
Saving Private Ryan es uno de los films bélicos más ambiciosos de todos los tiempos y posiblemente el más realista y detallado jamás creado.
Muestra un paisaje dantesco de amputaciones, heridas sangrantes, agonías, muerte y desolación.
Explica la angustia de los soldados, el miedo que los atenaza y el horror que sienten.
La guerra deja de ser una tragedia para devenir una vivencia infernal profundamente dolorosa.
La brutalidad, el absurdo y la ignominia de la guerra se ven de manera diferente, después de haber vivido la escena inicial del relato, de 22 o 27 minutos demoledores, que traslada el espectador al escenario de la guerra y lo somete a una experiencia inédita en su momento y espeluznante.
El realismo visual, el estrépito de la guerra, el ritmo de la acción y el montaje, crean una impresión estremecedora.
La batalla se presenta despersonalizada, anónima y ciega.
Los soldados de ambos bandos no ven el rostro del oponente ni sus reacciones.
Luchan contra seres innominados, desconocidos, monstruosos y feroces.
El soldado se enfrenta a la muerte en la soledad de sí mismo, desasistido y desprovisto de facultades, habilidades y conocimientos.
La suerte del soldado no depende de él, sino del azar, caprichoso e implacable.
Sin dudas Saving Private Ryan es una de las más grandes obras maestras de Spielberg.
La única que te muestra de principio a fin la realidad cruel de la guerra de la manera más cruda.
Un claro ejemplo es el intro tipo “morceau de bravoure” que se desarrolla en el desembarco en Normandía.
La sangre derramada por las aguas del mar francés, la espectacular fotografía tonos sepia que nos ofrece a lo largo del filme y las increíbles actuaciones.
La veraz reconstrucción de la carnicería en la que se convirtió la playa de Omaha en el momento del desembarco, narrada durante la primera media hora del metraje, mediante la técnica de filmación de cámaras al hombro y velocidad de obturación muy elevada, dotan a las escenas de un subjetivismo tan real, que introduce con brutalidad al espectador en el violento y absurdo caos de un campo de batalla.
Steven Spielberg no escatima recursos para mostrarnos lo duro que fue.
Como se hizo sufrir a los soldados física y psicológicamente.
Seguro que así es como ocurrió ese pasaje de la 2ª Guerra Mundial.
Veteranos del conflicto declararon que la recreación del desembarco en playa Omaha era aterradoramente realista y que jamás creyeron que volverían a verlo.
No obstante, el trastorno mental que provoca estos acontecimientos están muy bien desarrollados a lo largo de Saving Private Ryan, donde ninguno de los personajes demuestran valentía en momento alguno.
La cobardía y el temor son dos grandes factores a lo largo de Saving Private Ryan.
Saving Private Ryan es cine bélico en estado puro, pero al mismo tiempo es mucho más, ya que la historia está muy bien argumentada y es desarrollada con una maestría inmejorable, pues está claro una vez más, que el director conoce perfectamente su oficio y los recursos de los que dispone.
Los aspectos técnicos de Saving Private Ryan son encomiables 100%, tanto el sonido, el montaje, la maravillosa fotografía, los escenarios bélicos muy bien logrados, efectos, decorados, vestuario, etc.
Un filme sobresaliente desde la estética y lo visual.
En este aspecto hay que decir que el Rey Midas bebe mucho de Cecil B. DeMille, de Kubrick y de muchos otros, pero sobre todo de DeMille, en donde este argumentaba que el inicio de un film debía ser un "boom" que impresionara a los espectadores, y Spielberg cumplió.
Como dato, cabe decir que Steven Spielberg quitó el 60% del color de la película en post-producción, es decir, rebajó el color hasta lograr una paleta de tonos ocres, verdes y marrones.
Sin embargo, a pesar de su crudeza y brutalidad, Saving Private Ryan es un testimonio fiel de las vidas que el conflicto más brutal y despiadado de la historia humana llegó a cobrarse y de cómo el mundo tardó décadas en recuperarse parcialmente de la destrucción dejada a su paso por el choque de los ejércitos.
“It's like finding a needle in a stack of needles”
El teniente coronel castrense Francis Sampson escribió un libro con sus memorias llamado Look Out Below!, publicado en 1958, donde narra sobre la 101ª División Aerotransportada y sobre el sargento Frederick Niland, en quien se basaron para crear el personaje del soldado Ryan.
Según el relato, Niland descendió con algunos paracaidistas de la 101ª División Aerotransportada muy lejos del punto de reunión y marcharon a la localidad de Carentan para reunirse con el resto de la división.
Allí, el teniente coronel Sampson le comunicó la muerte de sus tres hermanos (dos en Normandía y el otro en el Lejano Oriente)
Enterado de la polémica muerte de los hermanos Sullivan el teniente coronel Sampson le arregló un viaje a Reino Unido, de donde posteriormente partió para retornar a Tonawanda, Nueva York y reunirse con sus padres, Michael y Augusta Niland.
Los hermanos Sullivan fueron cinco hermanos que murieron en el mismo incidente de la Segunda Guerra Mundial, el hundimiento del crucero ligero USS Juneau, en el que todos ellos servían.
Los hermanos eran originarios de Waterloo, en Iowa.
A continuación se relaciona su nombre y edad:
George Thomas Sullivan, 27; Francis "Frank" Henry Sullivan, 26; Joseph "Joe" Eugene Sullivan, 24; Madison "Matt" Abel Sullivan, 23; y Albert "Al" Leo Sullivan, 20.
Todos se alistaron el 3 de enero de 1942, solicitando servir juntos.
La Marina estadounidense tenía la norma de separar a los hermanos para evitar que muriesen todos en un mismo ataque, pero no era siempre cumplida.
Los dos hermanos mayores ya habían servido en la Marina.
El 13 de noviembre de 1942, el Juneau fue alcanzado por un torpedo y tuvo que dejar la zona de Guadalcanal donde estaba destacado.
Tras retirarse, fue nuevamente alcanzado, esta vez por un torpedo del submarino japonés I-26.
El barco se hundió rápidamente, y debido al dominio japonés sobre la zona, no se rescató a los supervivientes hasta ocho días después.
Los 10 supervivientes contaron que Frank, Joe y Matt murieron instantáneamente en el ataque, Al se ahogó al día siguiente, y George murió de privaciones cuatro días más tarde.
"If God's on our side, who the hell could be on theirs?"
Por su parte, los hermanos Niland fueron cuatro hermanos estadounidenses de Tonawanda, Nueva York, que sirvieron en las fuerzas armadas durante la Segunda Guerra Mundial.
Dos de ellos sobrevivieron a la guerra, pero durante un tiempo se creyó que sólo uno, Frederick Niland, había sobrevivido.
Frederick fue enviado de vuelta a los Estados Unidos para completar allí su servicio, y posteriormente descubrió que su hermano Edward, dado por muerto, estaba en un campo de prisioneros de guerra japonés en Birmania.
Los cuatro hermanos eran:
Sargento Frederick "Fritz" Niland (1920-1983), Compañía H, 501º Regimiento de Paracaidistas, 101ª División Aerotransportada. Fritz era amigo de Warren Muck y Donald Malarkey, ambos de la Compañía E ("Compañía Easy"), 506º Regimiento de Paracaidistas, 101ª División Aerotransportada , que pasaron a ser personajes de la serie Band of Brothers.
Sargento Robert Niland, Compañía D, 505º Regimiento de Paracaidistas, 82ª División Aerotransportada, caído en combate el 6 de junio de 1944 en Normandía.
Segundo Teniente Preston Niland, 22º Regimiento de Infantería, 4ª División de Infantería, caído en combate el 7 de junio de 1944 en Normandía.
Sargento Edward Niland, USAAF.
“My family is with me today.
They wanted to come with me.
To be honest with you, I wasn't sure how I'd feel coming back here.
Every day I think about what you said to me that day on the bridge.
And I've tried to live my life the best I could.
I hope that was enough.
I hope that at least in your eyes, I've earned what all of you have done for me”
Saving Private Ryan fue muy bien recibido por la crítica e inspiró a Hanks y Spielberg a producir Band of Brothers y The Pacific, que ampliaban las historias de los soldados norteamericanos en los frentes europeos y asiáticos durante la Segunda Guerra Mundial.
Cabe señalar, que los soldados utilizan frecuentemente la expresión “fubar” un acrónimo que significa “fucked up beyond all repair/recognition”
Curiosamente, en el minuto 35 de Saving Private Ryan, cuando le ordenan al capitán Miller su misión de salvar a Ryan, el mismo Ryan está afeitándose bastante cerca del capitán.
Se le ve reflejado en un espejo mientras se afeita, incluso el capitán Miller se lo queda mirando unos segundos.
Otro aspecto a destacara es que Max Alans Collins escribió la novelización del guion de Robert Rodat.
La novela fue publicada bajo el mismo nombre de Saving Private Ryan.
La novela crea muchas situaciones que no aparecen en la película, haciendo un análisis mucho más profundo de las personalidades de los personajes y de la relación de Miller con sus hombres.
“James... earn this.
Earn it”
«terribile est pro patria mori»
Saving Private Ryan nos muestra la muerte omnipresente en la guerra, para mejor entonar su versión particular del dulce “est pro patria mori”
Morir por la patria no es dulce, sino terrible, pero no queda más remedio que sacrificarse por ella… (¿?)
En Saving Private Ryan, tras el desembarco, Spielberg despliega las recetas habituales.
Todo es previsible (la escena con la niña y el francotirador), pueril, inverosímil (el prisionero nazi al que sueltan, el final)
En cuanto a las recetas, Spielberg se extralimita, no le da vergüenza emplear los trucos más gastados.
Dos ejemplos tomados del final:
1) la actitud del joven intérprete Upham es el recurso habitual del cine de terror para manipular al espectador, es un personaje pasivo ante el peligro que lo amenaza;
2) la aviación americana llega en el último momento para salvar al soldado Ryan, como la caballería en las películas del Oeste; ese truco hasta lleva etiqueta: “last minute rescue”
A pesar de, y a medida que nos alejamos de las secuencias iniciales, Saving Private Ryan se convierte más y más en una glorificación del ejército de los EEUU.
¿Exceso de patriotismo?
Uno se da cuenta que vivimos en este mundo tan bien como vivimos gracias a que muchos dieron su vida para ello.
Además se ve lo vil en los alemanes y en los americanos, así como el miedo en los dos bandos.
Eso sí, le hubieran quitado la bandera yankee ondeando y la tumba judía con la estrella de David, que tanto se enfocaba y reenfocaba, como si ya no supiéramos que Spielberg es un judío tan radicalizado como el peor de los nazis, etc.
El Rey Midas quiere mostrar la brutalidad de la guerra y, a la vez, ser respetuoso con el ejército, el patriotismo, la taquilla y el recetario de Hollywood.
En las películas de Spielberg suele haber algún tipo de mensaje, ya sea sobre el holocausto, sobre los judíos o parecido.
A veces es solo una frase y otras toda una película, como en Munich o Schindler’s List.
En Saving Private Ryan he encontrado una escena que me ha hecho darle unas cuantas vueltas buscando el significado.
En ella Mellish está peleando con un soldado alemán, que finalmente le clava un cuchillo en el pecho, mientras Upham se queda paralizado por el miedo esperando que todo acabe.
Para instantes después reaccionar (tarde), matando al otro alemán que dejaron escapar por el camino.
He llegado a la conclusión de que podría simbolizar a Alemania apuñalando en el corazón a los judíos.
¿Que representa Upham?
Podríamos decir que a nosotros, el resto del mundo.
Nos manda un mensaje.
Dejamos que ocurriera el holocausto, nos quedamos paralizados por el miedo y finalmente reaccionamos, pero tarde.
Saving Private Ryan nos habla del dar la vida por una misión, de servir éticamente a la patria hasta el límite, de que en toda guerra la lógica por allí es lo que escasea dando lugar a la irracionalidad de los actos.
Saving Private Ryan no se refiere a una guerra concreta, sino a todas las guerras.
A este monstruo hobbesiano que degrada, destruye y convierte a las personas en lobos que se matan entre sí.
Saving Private Ryan condena la guerra.
Elogia los valores militares tales como valentía, arrojo, disciplina, entrega, heroísmo, ausencia de crítica, jerarquía de mando, etc.
Habla de los valores cívicos tradicionales: respeto, espíritu de sacrificio y superación, obediencia, sometimiento, esfuerzo, lealtad, etc.
Exalta los valores contemporáneos: libertad, democracia, solidaridad, sinceridad, pluralismo, tolerancia, etc.
Pero la duda moral que plantea esta misión en Saving Private Ryan, planea entre los integrantes del grupo.
Dando así oportunidad para construir mayor dramatismo y generar incertidumbre.
Ciertamente la idea de enviar a un grupo de ocho soldados en busca de uno solo, que nadie sabe con certeza donde está, me parece la más extraña e innecesaria del mundo.
Una broma macabra, pues preferir el bienestar de una madre, que ha perdido a sus otros hijos, frente a las madres de los soldados que podrían morir en esta aventura no me parece razón suficiente para iniciarla.
De todas formas, son soldados y estos deben luchar donde se les envíe.
Podrían morir en cualquier frente de batalla, aunque la misión en la que se embarcan es mucho más peligrosa, de lo que parece.
Se tocan una buena cantidad de temas, referentes tanto a logros militares, como el propio desembarco en Normandía.
Que aun siendo una auténtica carnicería consigue su objetivo, como a otros menos brillantes y es que el auténtico caos que se produce con los paracaidistas, todos dispersos y fuera de sus localizaciones, no es algo por lo que puedan estar orgullosos.
Sobre todo sabiendo que en todos los lugares de conflicto, siempre hay una tumba de un soldado, un héroe lejos de su familia, enterrado en un lugar extraño, olvidado por todos y nunca rescatado.
Una crítica que podemos entender con la escena de las placas de identificación.
Está claro que el desembarco fue un momento crudo y trágico, que era muy necesario retratar de la forma más cercana posible.
“My dear Mrs Ryan:
It's with the most profound sense of joy that I write to inform you your son, Private James Ryan, is well and, at this very moment, on his way home from European battlefields.
Reports from the front indicate James did his duty in combat with great courage and steadfast dedication, even after he was informed of the tragic loss your family has suffered in this great campaign to rid the world of tyranny and oppresion.
I take great pleasure in joining the Secretary of War, the men and women of the U.S. Army, and the citizens of a grateful nation in wishing you good health and many years of happiness with James at your side.
Nothing, not even the safe return of a beloved son, can compensate you, or the thousands of other American families, who have suffered great loss in this tragic war.
I might share with you some words which have sustained me through long, dark nights of peril, loss, and heartache.
And I quote:
I pray that our Heavenly Father may assuage the anguish of your bereavement, and leave you only the cherished memory of the loved and lost, and the solemn pride that must be yours to have laid so costly a sacrifice upon the alter of freedom.
Abraham Lincoln.
Yours very sincerely and respectfully, George C. Marshall, General, Chief of Staff”
La Guerra es UNA MIERDA!
So bear with me.
Dear Madam:
I have been shown in the files of the War Department a statement of the Adjutant-General of Massachusetts that you are the mother of five sons who have died gloriously on the field of battle.
I feel how weak and fruitless must be any words of mine which should attempt to beguile you from the grief of a loss so overwhelming.
But I cannot refrain from tendering to you the consolation that may be found in the thanks of the Republic they died to save.
I pray that our heavenly Father may assuage the anguish of your bereavement, and leave you only the cherished memory of the loved and lost, and the solemn pride that must be yours to have laid so costly a sacrifice upon the altar of freedom.
Yours very sincerely and respectfully, Abraham Lincoln"
La Segunda Guerra Mundial, es una época de nuestra historia que ha generado muchos relatos que contar.
Sobre todo historias, que son adornadas con un heroísmo y entrega que no vemos tan asiduamente en otras guerras.
La Batalla de Normandía en 1944, denominada en clave Operación Overlord, fue la invasión de Europa, llevada a cabo por los Aliados en el noroeste de Francia, entonces ocupada por la Alemania nazi.
El desembarco, denominado en clave Operación Neptuno como parte de la Operación Overlord, fue ejecutado por las fuerzas aliadas en la II Guerra Mundial.
El esfuerzo aliado se concentró en desembarcar en Europa un ejército que, después de liberar Francia, llegara hasta el mismo corazón del Tercer Reich.
El objetivo era destruir las vías de comunicación y la artillería enemiga.
Los preparativos de la operación Overlord se iniciaron en Gran Bretaña.
La Operación Overlord involucraba al grueso de los ejércitos estadounidense e imperial británico, apoyados por tropas auxiliares francesas, polacas y de otras nacionalidades, para asaltar las playas de Normandía, por medio de desembarcos anfibios.
En la madrugada del 6 de junio diez divisiones estadounidenses, británicas y canadienses desembarcaron en las playas con nombres en clave: Omaha y Utah (estadounidenses), Sword y Gold (británicos) y Juno (canadienses)
Aunque no se lograron todos los objetivos previstos y se conquistó muchísimo menos terreno que el esperado, se instalaron sólidas cabezas de playa donde a lo largo de los siguientes días desembarcarían 250.000 hombres y 50.000 vehículos.
Se desarrolló desde el 6 de junio (Día D) hasta el 25 de agosto (Liberación de París)
Después de 68 años, el desembarco de Normandía continúa siendo la mayor operación de invasión por mar en la historia, ya que casi tres millones de soldados cruzaron el canal de la Mancha desde Gran Bretaña a la región de Normandía en la Francia ocupada.
La misión fue dirigida por el Comandante Supremo Aliado Dwight David Eisenhower, y el mando de las fuerzas terrestres lo ostentó Bernard Law Montgomery.
Antes de invadir Europa, Eisenhower mandó entregar una carta a cada soldado aliado que participaría en la batalla.
Esta carta probablemente sea el comunicado escrito más conocido e importante que se recuerda.
Por otra parte, al mando de las tropas alemanas se encontraba el mariscal Erwin Rommel, quien, después de su suicidio forzado, fue sustituido por el general Günther von Kluge.
Éste también se suicidó y fue reemplazado por el general Walter Model, que también se quitó la vida tras la derrota alemana en la Batalla del Ruhr (Alemania) ya en 1945, y que abrió definitivamente a los Aliados las puertas del corazón del Reich.
¿Cuánto puede valer la vida de un solo hombre?
¿Cuánto puede valer ser digno de eso?
“The mission is a man”
Saving Private Ryan es una película de guerra estadounidense de 1998 dirigida por un ENORME Steven Spielberg.
Protagonizada por un ENORME elenco de actores como: Tom Hanks, Tom Sizemore, Edward Burns, Barry Pepper, Adam Goldberg, Vin Diesel, Giovanni Ribisi, Jeremy Davies, Matt Damon, Ted Danson, Paul Giamatti, Dennis Farina, Joerg Stadler, Max Martini, Dylan Bruno y Bryan Cranston, entre miles de extras gringos, ingleses e irlandeses.
La música como es habitual corre a cargo de John Williams, la fotografía por ENORME Janusz Kaminski y el guión, de Robert Rodat, se inspira libremente, por lo que al punto de partida argumental se refiere, en un hecho real ocurrido durante los años en que EEUU estuvo en guerra.
Saving Private Ryan obtuvo 5 Oscars al mejor director, mejor fotografía (Janusz Kaminski), mejores efectos sonoros (Richard Hywns & Gary Rydstrom), mejor sonido (Gary Rydstrom & Gary Sumers), y mejor montaje (Michael Kahn) de 11 nominaciones como mejor película, mejor actor (Hanks), guion original, banda sonora, dirección de arte y maquillaje.
Los que vivimos la década de los ochenta y principios de los noventa, conocemos al Tom Hanks de la comedia, y ahora interpretando al capitán John H. Miller, conocemos al actor serio.
Aquí le acompaña el Sargento Horvath, un Tom Sizemore en el personaje de su vida, cogiendo un poco de tierra de todos los frentes en los que ha luchado.
Un personaje humano que completa al de Hanks.
Sus conversaciones tienen una carga y una fuerza brutales.
Los jóvenes soldados son una generación de actores que ofrecen aquí su mejor cara.
Desde Giovanni Ribisi (Wade el médico), pasando por Adam Goldberg (el judío Mellish), Barry Pepper (Jackson y su oración), Edward Burns (Reiben y su buena estrella), Jeremy Davies (un papel difícil el de Upham), hasta Vin Diesel (Caparzo y su carta)
Y claro esta Matt Damon (el soldado Ryan)
Todos están perfectos, suena a tópico pero así es.
Con esas conversaciones nocturnas, se consigue que el espectador empatice con los soldados, y que veamos la persona que hay detrás de cada uno de sus doloridos rostros, lo mucho que han sufrido, y el agobio crece cuando poco a poco vemos cómo van cayendo:
Cuando veo a Jackson moverse de esa forma entre el fuego de ametralladoras o aniquilar al enemigo despiadadamente, mientras reza eso de bendito “el Señor mi roca, que adiestra mis manos para la guerra y mis dedos para la batalla, mi amor y mi baluarte, mi ciudadela y mi libertador, mi escudo, en él me cobijo”
Cuando Caparzo pide que manden la carta por él, mientras un francotirador alemán les apunta desde lo alto.
Cuando Wade habla sobre como intentaba mantenerse despierto por las noches cuando llegaba su madre.
Cuando Reiben se subleva cuestionando la misión y la respuesta del capitán.
O cuando uno no puede más que quedarse paralizado junto a Upham en esas escaleras o maldecirle por no reaccionar.
Es entonces cuando descubro que no solo estoy viviéndolo, sino que soy uno más que lo único que quiere es que, aunque mueran, hagan lo correcto y cumplan la misión.
¡Fubar!
Saving Private Ryan es uno de los films bélicos más ambiciosos de todos los tiempos y posiblemente el más realista y detallado jamás creado.
Muestra un paisaje dantesco de amputaciones, heridas sangrantes, agonías, muerte y desolación.
Explica la angustia de los soldados, el miedo que los atenaza y el horror que sienten.
La guerra deja de ser una tragedia para devenir una vivencia infernal profundamente dolorosa.
La brutalidad, el absurdo y la ignominia de la guerra se ven de manera diferente, después de haber vivido la escena inicial del relato, de 22 o 27 minutos demoledores, que traslada el espectador al escenario de la guerra y lo somete a una experiencia inédita en su momento y espeluznante.
El realismo visual, el estrépito de la guerra, el ritmo de la acción y el montaje, crean una impresión estremecedora.
La batalla se presenta despersonalizada, anónima y ciega.
Los soldados de ambos bandos no ven el rostro del oponente ni sus reacciones.
Luchan contra seres innominados, desconocidos, monstruosos y feroces.
El soldado se enfrenta a la muerte en la soledad de sí mismo, desasistido y desprovisto de facultades, habilidades y conocimientos.
La suerte del soldado no depende de él, sino del azar, caprichoso e implacable.
Sin dudas Saving Private Ryan es una de las más grandes obras maestras de Spielberg.
La única que te muestra de principio a fin la realidad cruel de la guerra de la manera más cruda.
Un claro ejemplo es el intro tipo “morceau de bravoure” que se desarrolla en el desembarco en Normandía.
La sangre derramada por las aguas del mar francés, la espectacular fotografía tonos sepia que nos ofrece a lo largo del filme y las increíbles actuaciones.
La veraz reconstrucción de la carnicería en la que se convirtió la playa de Omaha en el momento del desembarco, narrada durante la primera media hora del metraje, mediante la técnica de filmación de cámaras al hombro y velocidad de obturación muy elevada, dotan a las escenas de un subjetivismo tan real, que introduce con brutalidad al espectador en el violento y absurdo caos de un campo de batalla.
Steven Spielberg no escatima recursos para mostrarnos lo duro que fue.
Como se hizo sufrir a los soldados física y psicológicamente.
Seguro que así es como ocurrió ese pasaje de la 2ª Guerra Mundial.
Veteranos del conflicto declararon que la recreación del desembarco en playa Omaha era aterradoramente realista y que jamás creyeron que volverían a verlo.
No obstante, el trastorno mental que provoca estos acontecimientos están muy bien desarrollados a lo largo de Saving Private Ryan, donde ninguno de los personajes demuestran valentía en momento alguno.
La cobardía y el temor son dos grandes factores a lo largo de Saving Private Ryan.
Saving Private Ryan es cine bélico en estado puro, pero al mismo tiempo es mucho más, ya que la historia está muy bien argumentada y es desarrollada con una maestría inmejorable, pues está claro una vez más, que el director conoce perfectamente su oficio y los recursos de los que dispone.
Los aspectos técnicos de Saving Private Ryan son encomiables 100%, tanto el sonido, el montaje, la maravillosa fotografía, los escenarios bélicos muy bien logrados, efectos, decorados, vestuario, etc.
Un filme sobresaliente desde la estética y lo visual.
En este aspecto hay que decir que el Rey Midas bebe mucho de Cecil B. DeMille, de Kubrick y de muchos otros, pero sobre todo de DeMille, en donde este argumentaba que el inicio de un film debía ser un "boom" que impresionara a los espectadores, y Spielberg cumplió.
Como dato, cabe decir que Steven Spielberg quitó el 60% del color de la película en post-producción, es decir, rebajó el color hasta lograr una paleta de tonos ocres, verdes y marrones.
Sin embargo, a pesar de su crudeza y brutalidad, Saving Private Ryan es un testimonio fiel de las vidas que el conflicto más brutal y despiadado de la historia humana llegó a cobrarse y de cómo el mundo tardó décadas en recuperarse parcialmente de la destrucción dejada a su paso por el choque de los ejércitos.
“It's like finding a needle in a stack of needles”
El teniente coronel castrense Francis Sampson escribió un libro con sus memorias llamado Look Out Below!, publicado en 1958, donde narra sobre la 101ª División Aerotransportada y sobre el sargento Frederick Niland, en quien se basaron para crear el personaje del soldado Ryan.
Según el relato, Niland descendió con algunos paracaidistas de la 101ª División Aerotransportada muy lejos del punto de reunión y marcharon a la localidad de Carentan para reunirse con el resto de la división.
Allí, el teniente coronel Sampson le comunicó la muerte de sus tres hermanos (dos en Normandía y el otro en el Lejano Oriente)
Enterado de la polémica muerte de los hermanos Sullivan el teniente coronel Sampson le arregló un viaje a Reino Unido, de donde posteriormente partió para retornar a Tonawanda, Nueva York y reunirse con sus padres, Michael y Augusta Niland.
Los hermanos Sullivan fueron cinco hermanos que murieron en el mismo incidente de la Segunda Guerra Mundial, el hundimiento del crucero ligero USS Juneau, en el que todos ellos servían.
Los hermanos eran originarios de Waterloo, en Iowa.
A continuación se relaciona su nombre y edad:
George Thomas Sullivan, 27; Francis "Frank" Henry Sullivan, 26; Joseph "Joe" Eugene Sullivan, 24; Madison "Matt" Abel Sullivan, 23; y Albert "Al" Leo Sullivan, 20.
Todos se alistaron el 3 de enero de 1942, solicitando servir juntos.
La Marina estadounidense tenía la norma de separar a los hermanos para evitar que muriesen todos en un mismo ataque, pero no era siempre cumplida.
Los dos hermanos mayores ya habían servido en la Marina.
El 13 de noviembre de 1942, el Juneau fue alcanzado por un torpedo y tuvo que dejar la zona de Guadalcanal donde estaba destacado.
Tras retirarse, fue nuevamente alcanzado, esta vez por un torpedo del submarino japonés I-26.
El barco se hundió rápidamente, y debido al dominio japonés sobre la zona, no se rescató a los supervivientes hasta ocho días después.
Los 10 supervivientes contaron que Frank, Joe y Matt murieron instantáneamente en el ataque, Al se ahogó al día siguiente, y George murió de privaciones cuatro días más tarde.
"If God's on our side, who the hell could be on theirs?"
Por su parte, los hermanos Niland fueron cuatro hermanos estadounidenses de Tonawanda, Nueva York, que sirvieron en las fuerzas armadas durante la Segunda Guerra Mundial.
Dos de ellos sobrevivieron a la guerra, pero durante un tiempo se creyó que sólo uno, Frederick Niland, había sobrevivido.
Frederick fue enviado de vuelta a los Estados Unidos para completar allí su servicio, y posteriormente descubrió que su hermano Edward, dado por muerto, estaba en un campo de prisioneros de guerra japonés en Birmania.
Los cuatro hermanos eran:
Sargento Frederick "Fritz" Niland (1920-1983), Compañía H, 501º Regimiento de Paracaidistas, 101ª División Aerotransportada. Fritz era amigo de Warren Muck y Donald Malarkey, ambos de la Compañía E ("Compañía Easy"), 506º Regimiento de Paracaidistas, 101ª División Aerotransportada , que pasaron a ser personajes de la serie Band of Brothers.
Sargento Robert Niland, Compañía D, 505º Regimiento de Paracaidistas, 82ª División Aerotransportada, caído en combate el 6 de junio de 1944 en Normandía.
Segundo Teniente Preston Niland, 22º Regimiento de Infantería, 4ª División de Infantería, caído en combate el 7 de junio de 1944 en Normandía.
Sargento Edward Niland, USAAF.
“My family is with me today.
They wanted to come with me.
To be honest with you, I wasn't sure how I'd feel coming back here.
Every day I think about what you said to me that day on the bridge.
And I've tried to live my life the best I could.
I hope that was enough.
I hope that at least in your eyes, I've earned what all of you have done for me”
Saving Private Ryan fue muy bien recibido por la crítica e inspiró a Hanks y Spielberg a producir Band of Brothers y The Pacific, que ampliaban las historias de los soldados norteamericanos en los frentes europeos y asiáticos durante la Segunda Guerra Mundial.
Cabe señalar, que los soldados utilizan frecuentemente la expresión “fubar” un acrónimo que significa “fucked up beyond all repair/recognition”
Curiosamente, en el minuto 35 de Saving Private Ryan, cuando le ordenan al capitán Miller su misión de salvar a Ryan, el mismo Ryan está afeitándose bastante cerca del capitán.
Se le ve reflejado en un espejo mientras se afeita, incluso el capitán Miller se lo queda mirando unos segundos.
Otro aspecto a destacara es que Max Alans Collins escribió la novelización del guion de Robert Rodat.
La novela fue publicada bajo el mismo nombre de Saving Private Ryan.
La novela crea muchas situaciones que no aparecen en la película, haciendo un análisis mucho más profundo de las personalidades de los personajes y de la relación de Miller con sus hombres.
“James... earn this.
Earn it”
«terribile est pro patria mori»
Saving Private Ryan nos muestra la muerte omnipresente en la guerra, para mejor entonar su versión particular del dulce “est pro patria mori”
Morir por la patria no es dulce, sino terrible, pero no queda más remedio que sacrificarse por ella… (¿?)
En Saving Private Ryan, tras el desembarco, Spielberg despliega las recetas habituales.
Todo es previsible (la escena con la niña y el francotirador), pueril, inverosímil (el prisionero nazi al que sueltan, el final)
En cuanto a las recetas, Spielberg se extralimita, no le da vergüenza emplear los trucos más gastados.
Dos ejemplos tomados del final:
1) la actitud del joven intérprete Upham es el recurso habitual del cine de terror para manipular al espectador, es un personaje pasivo ante el peligro que lo amenaza;
2) la aviación americana llega en el último momento para salvar al soldado Ryan, como la caballería en las películas del Oeste; ese truco hasta lleva etiqueta: “last minute rescue”
A pesar de, y a medida que nos alejamos de las secuencias iniciales, Saving Private Ryan se convierte más y más en una glorificación del ejército de los EEUU.
¿Exceso de patriotismo?
Uno se da cuenta que vivimos en este mundo tan bien como vivimos gracias a que muchos dieron su vida para ello.
Además se ve lo vil en los alemanes y en los americanos, así como el miedo en los dos bandos.
Eso sí, le hubieran quitado la bandera yankee ondeando y la tumba judía con la estrella de David, que tanto se enfocaba y reenfocaba, como si ya no supiéramos que Spielberg es un judío tan radicalizado como el peor de los nazis, etc.
El Rey Midas quiere mostrar la brutalidad de la guerra y, a la vez, ser respetuoso con el ejército, el patriotismo, la taquilla y el recetario de Hollywood.
En las películas de Spielberg suele haber algún tipo de mensaje, ya sea sobre el holocausto, sobre los judíos o parecido.
A veces es solo una frase y otras toda una película, como en Munich o Schindler’s List.
En Saving Private Ryan he encontrado una escena que me ha hecho darle unas cuantas vueltas buscando el significado.
En ella Mellish está peleando con un soldado alemán, que finalmente le clava un cuchillo en el pecho, mientras Upham se queda paralizado por el miedo esperando que todo acabe.
Para instantes después reaccionar (tarde), matando al otro alemán que dejaron escapar por el camino.
He llegado a la conclusión de que podría simbolizar a Alemania apuñalando en el corazón a los judíos.
¿Que representa Upham?
Podríamos decir que a nosotros, el resto del mundo.
Nos manda un mensaje.
Dejamos que ocurriera el holocausto, nos quedamos paralizados por el miedo y finalmente reaccionamos, pero tarde.
Saving Private Ryan nos habla del dar la vida por una misión, de servir éticamente a la patria hasta el límite, de que en toda guerra la lógica por allí es lo que escasea dando lugar a la irracionalidad de los actos.
Saving Private Ryan no se refiere a una guerra concreta, sino a todas las guerras.
A este monstruo hobbesiano que degrada, destruye y convierte a las personas en lobos que se matan entre sí.
Saving Private Ryan condena la guerra.
Elogia los valores militares tales como valentía, arrojo, disciplina, entrega, heroísmo, ausencia de crítica, jerarquía de mando, etc.
Habla de los valores cívicos tradicionales: respeto, espíritu de sacrificio y superación, obediencia, sometimiento, esfuerzo, lealtad, etc.
Exalta los valores contemporáneos: libertad, democracia, solidaridad, sinceridad, pluralismo, tolerancia, etc.
Pero la duda moral que plantea esta misión en Saving Private Ryan, planea entre los integrantes del grupo.
Dando así oportunidad para construir mayor dramatismo y generar incertidumbre.
Ciertamente la idea de enviar a un grupo de ocho soldados en busca de uno solo, que nadie sabe con certeza donde está, me parece la más extraña e innecesaria del mundo.
Una broma macabra, pues preferir el bienestar de una madre, que ha perdido a sus otros hijos, frente a las madres de los soldados que podrían morir en esta aventura no me parece razón suficiente para iniciarla.
De todas formas, son soldados y estos deben luchar donde se les envíe.
Podrían morir en cualquier frente de batalla, aunque la misión en la que se embarcan es mucho más peligrosa, de lo que parece.
Se tocan una buena cantidad de temas, referentes tanto a logros militares, como el propio desembarco en Normandía.
Que aun siendo una auténtica carnicería consigue su objetivo, como a otros menos brillantes y es que el auténtico caos que se produce con los paracaidistas, todos dispersos y fuera de sus localizaciones, no es algo por lo que puedan estar orgullosos.
Sobre todo sabiendo que en todos los lugares de conflicto, siempre hay una tumba de un soldado, un héroe lejos de su familia, enterrado en un lugar extraño, olvidado por todos y nunca rescatado.
Una crítica que podemos entender con la escena de las placas de identificación.
Está claro que el desembarco fue un momento crudo y trágico, que era muy necesario retratar de la forma más cercana posible.
“My dear Mrs Ryan:
It's with the most profound sense of joy that I write to inform you your son, Private James Ryan, is well and, at this very moment, on his way home from European battlefields.
Reports from the front indicate James did his duty in combat with great courage and steadfast dedication, even after he was informed of the tragic loss your family has suffered in this great campaign to rid the world of tyranny and oppresion.
I take great pleasure in joining the Secretary of War, the men and women of the U.S. Army, and the citizens of a grateful nation in wishing you good health and many years of happiness with James at your side.
Nothing, not even the safe return of a beloved son, can compensate you, or the thousands of other American families, who have suffered great loss in this tragic war.
I might share with you some words which have sustained me through long, dark nights of peril, loss, and heartache.
And I quote:
I pray that our Heavenly Father may assuage the anguish of your bereavement, and leave you only the cherished memory of the loved and lost, and the solemn pride that must be yours to have laid so costly a sacrifice upon the alter of freedom.
Abraham Lincoln.
Yours very sincerely and respectfully, George C. Marshall, General, Chief of Staff”
La Guerra es UNA MIERDA!
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