Children Of A Lesser God

“As if some lesser god had made the world”

El poder de la palabra y la necesidad de explicar el mundo que nos rodea, obligó al ser humano a inventar el fascinante mundo de los signos y los símbolos.
El sordomudo es un término que designa a aquellas personas que no han desarrollado o han perdido la capacidad auditiva y vocal al mismo tiempo.
No confundir con personas sordas, con discapacidad auditiva, sordociegas, o mudas.
Por su parte, la lengua de señas, o lengua de signos, es una lengua natural de expresión y configuración gesto-espacial y percepción visual, o incluso táctil por ciertas personas con sordoceguera, gracias a la cual las personas sordas pueden establecer un canal de comunicación con su entorno social, ya sea conformado por otros individuos sordos o por cualquier persona que conozca la lengua de señas empleada.
Mientras que con el lenguaje oral la comunicación se establece en un canal vocal-auditivo, el lenguaje de señas lo hace por un canal gesto-viso-espacial.
Existen diversas lenguas de signos que se utilizan igual que las lenguas orales, para describir, expresar y comunicar diversos objetos e ideas; y existen dos sistemas internacionales (alfabetos manuales) para representar las letras del alfabeto latino: uno utiliza una sola mano y el otro utiliza ambas manos.
Estos alfabetos sólo se utilizan para deletrear palabras, no para comunicarse normalmente.
Las lenguas de señas difieren entre sí, tanto en el léxico (conjunto de señas o signos gestuales) como en la gramática, tanto como difieren entre sí las lenguas orales.
Por el ejemplo el Alfabeto Dactilológico Internacional fue fijado por la Federación Mundial de Sordos y es un alfabeto manual con una mano, cada signo representa una letra, que es reconocida con facilidad por las personas sordas en especial cuando se acompaña de gestos simbólicos para representar alguna idea, frase, acción, etc.
Esta lengua tiene muchas variaciones que dependen del país, región, ciudad, y forma de comunicarse de la gente, etc.
“Do you think there's someplace where we can meet that's not in silence and not in sound?”
Children Of A Lesser God es una película de 1986 que cuenta la historia de un profesor de dicción en una escuela para sordos que se enamora de una mujer sorda.
Está protagonizada por un ENORME William Hurt, ENORME Marlee Matlin, Piper Laurie y Philip Bosco.
Children Of A Lesser God dirigida por Randa Haines, fue adaptada por Mark Medoff, Hesper Anderson and James Carrington a partir de la propia obra de Medoff.
El guión deja claro que se trata de una gran historia de amor, sensible e inusual, sobre la búsqueda de la felicidad.
Con Children Of A Lesser God, Marlee Matlin ganó el Oscar a la mejor actriz.
Además, Children Of A Lesser God fue candidata en las categorías de Mejor actor (William Hurt), Mejor actriz de reparto (Piper Laurie), Mejor película y Mejor guion adaptado.
Por su parte, Marlee Matlin, actriz prácticamente sorda desde los 18 meses de edad, es la actriz más joven (hasta ese momento) que ha ganado el Oscar a la mejor actriz, con 21 años.
Matlin interpreta a Sarah Norman, una joven mujer sorda y con problemas que trabaja en una escuela para gente sorda y con problemas de audición en Nueva Inglaterra.
Un nuevo profesor, James Leeds (William Hurt), llega a la escuela y le anima a dejar atrás su vida de frustración aprendiendo a leer los labios a las personas, pero ella se resiste a aprender.
Children Of A Lesser God retrata las frustraciones y los traumas vividos por esa mujer sordomuda, por su incapacidad de relacionarse socialmente con los demás, por el sentirse rechazada hasta incluso por su propia familia, por la impotencia de no concebir la idea de poder entablar una relación sentimental sólida, por la baja autoestima de considerarse tan poca cosa en comparación con las personas "normales", por el auto-boicot que se ocasiona al no querer progresar por orgullo y para evitar sentir que necesita imperiosamente de los demás...
Además cuánto prometía la idea de ver llegar a un profesor a la escuela de sordomudos a romper con la idea fatídica de que no se puede cambiar el mundo. Un hombre lleno de espíritu combativo y de originales propuestas de enseñanza, que cree en las utopías y en el vencimiento de dificultades a pesar de estar en desventaja.
Y si a ello le sumamos lo maravilloso que podría llegar a ser la idea de un romance entre personas con necesidades y características muy distintas, pero con ganas de formar algo sólido entre ellos a pesar de los problemas... pues estamos en presencia ya de una obra maestra del drama melancólico.
Children Of A Lesser God no sólo trata del amor entre una persona sin disminuciones y otra persona disminuida.
Children Of A Lesser God profundiza en un mundo desconocido para casi todos: los sordomudos.
A través de Children Of A Lesser God podemos llegar a comprender un poquito mejor a todos aquellos que por fatalidad de la vida se vieron privados de uno de nuestros cinco sentidos y entender todas las dificultades contra las que se enfrentan.
Children Of A Lesser God maneja de manera correcta el lenguaje de signos y supone una verdadera reflexión sobre la importancia de las palabras y nos deja entrever como con constancia, perseverancia y esfuerzo todo se puede conseguir.
También presenciamos la difícil adaptación de una persona a la hora de comunicarse con las personas cuando, debido a su sordera, nunca aprendió a hablar, y las frustraciones que se recibe debido a ello.
Children Of A Lesser God ayuda a reflexionar sobre la importancia de que la familia apoye a sus hijos con necesidades educativas y puedan favorecer su desarrollo e inclusión en la sociedad, incluyendo las relaciones sociales con otras personas y desarrollando todas sus facultades lo máximo posible.
A parte de todo eso, Children Of A Lesser God nos permite contemplar la tremenda y difícil actuación de Marlee Matlin en su debut cinematográfico.
No sólo es muy difícil, dada su condición real de sordomuda, plasmar con tanta intensidad, realismo y detalle las peticiones del director; es que en cada una de las intervenciones, ella llena la pantalla sin necesidad de articular palabra.
Matlin a la edad de 18 meses perdió gran parte de su capacidad auditiva a causa de un ataque de roséola infantil.
Perdió toda capacidad auditiva en el oído derecho y el 80% en el izquierdo.
Por otro lado, William Hurt hace gala de una mezcla de romanticismo y realismo, ternura y fuerza absolutamente perfecta.
Hasta cada una de sus expresiones faciales, William Hurt realiza su interpretación en dos lenguajes distintos, uno de ellos el lenguaje de signos, desconocido hasta entonces para él.
Esto agrega un valor especial más (si cabe) a su fantástica actuación.
Marleen Matlin interpretó la suya muy bien, sin duda, pero considero que William Hurt fue más merecedor del Oscar por su complicada y maravillosa representación.
Aprendió el lenguaje de signos para su papel y consigue desprender en cada uno de sus gestos una ternura real, que no hace sino estremecer de admiración a cualquier espectador.
Tan grande es su trabajo en Children Of A Lesser God, que otros aspectos positivos del filme quedan en un segundo plano, como el resto del reparto o la bella banda sonora de Michael Convertino.
Children Of A Lesser God tiene un montón de escenas que me gustan mucho:
La del primer beso en la piscina, la del cine, aquella en que suena la sublime música de Bach y la de la discusión entre Hurt y Marlee Matlin, un momento de una fuerza e intensidad casi insoportable.
El nombre de Children Of A Lesser God (Hijos De Un Dios Menor) se refiere a todos aquellas personas que por una u otra razón no pueden relacionarse bien con el resto de la humanidad.
En este caso en particular, se trata el mundo de los sordomudos.
Para terminar es mi obligación, las personas sordas que he conocido me han encargado transmitirlo y así lo hago, aclarar un detalle.
La palabra "sordomudos" es completamente incorrecta e hiriente y que las personas sordas, son solo eso, sordas.
Su lengua natural, a pesar de que durante años les hayan prohibido usarla y hoy en día no esté a la altura que merece en muchos aspectos, es la Lengua de Signos.
Pretender que hablen es una imposición de la sociedad oyente que les toma como "Hijos De Un Dios Menor"
Querer que lean los labios o pensar que todos los sordos leen los labios es otro error de los oyentes que no somos capaces de ver más allá de nuestro mundo sonoro.

“Language skills can be dangerous, so use a little common sense”


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