Bird
“You know, there’s no law that says I have to mess up…”
Charles Christopher Parker Jr. nació en Kansas City, un 29 de agosto de 1920 y falleció en New York, el 12 de marzo de 1955, conocido como Charlie Parker, fue un saxofonista y compositor estadounidense de jazz.
Apodado Bird, es considerado uno de los mejores intérpretes de saxofón alto de la historia de ese género musical, siendo una de las figuras claves en su evolución y uno de sus artistas más legendarios y admirados.
Junto con Bud Powell, Dizzy Gillespie, y otros, es uno de los iniciadores del bebop. Su estilo rompe con el del swing y se basa en la improvisación sobre una melodía modificando los acordes, creando así nuevas variaciones sobre la estructura de los temas.
En este sentido, aparte de su obra interpretativa, Parker es autor de varios temas que se han convertido en estándares del jazz:
Anthropology, Ornithology, Scrapple From the Apple, Ko Ko, Now's the Time y Parker's Mood.
La carrera de Parker se vio lastrada por las drogas.
Adicto a la heroína casi desde su adolescencia, muchos músicos le imitaron en esto con la convicción de que así podrían elevar su calidad musical.
Cuando Gillespie y Parker, conocidos como "Diz and Bird", viajaron a Los Ángeles, fueron recibidos con una mezcla de hostilidad e indiferencia, sobre todo por los músicos más veteranos.
Regresaron a Nueva York pero de forma impulsiva, Parker decidió quedarse en Los Ángeles y, tras algunas grabaciones e interpretaciones, incluyendo la clásica versión de "Oh, Lady Be Good" con Jazz At The Philharmonic y las sesiones para el álbum Dial Sessions, la combinación de drogas y alcohol resultó en un ataque cerebral y seis meses de confinamiento en el Camarillo State Hospital.
Rehabilitado en enero de 1947, volvió a Nueva York y realizó algunas de las mejores interpretaciones de su carrera, liderando un quinteto que incluía a Miles Davis, Duke Jordan, Tommy Potter y Max Roach.
En 1947, junto a Dizzy Gillespie, se presentó en el majestuoso Carnegie Hall de Nueva York, tocando con la orquesta de este y con su quinteto.
En 1951, su licencia de cabaret le fue revocada en Nueva York, lo que le dificultaba tocar en clubes.
Sus problemas con las drogas se agudizaron y, aunque podía seguir tocando de forma inspirada, como lo demuestra su grabación de 1953 en el Concierto en el Massey Hall en Canadá con Dizzy Gillespie, Bud Powell, Max Roach y Charles Mingus, su carrera entró en declive.
En 1954, con la muerte de una hija por carecer de dinero para una adecuada atención de una neumonía, protagonizó dos intentos de suicidio, y finalmente, murió en marzo de 1955 a los 34 años como consecuencia de un colapso cardio circulatorio.
Charlie Parker fue algo más que un músico brillante para su época.
La característica que lo hizo único fue que no bajaba de escala cuando estaba tocando.
Bird subía y cuando los boquiabiertos espectadores pensaban que debía o que iba a bajar seguía ahí instalado cual pájaro en su rama.
De ahí viene el apodo de Bird.
Su música conseguía que el público volase.
“It's Only Jazz But I Like It”
Bird es una película biográfica estadounidense de 1988, dirigida por Clint Eastwood y protagonizada por Forest Whitaker, Diane Venora, Michael Zelniker, Samuel E. Wright, Keith David, James Handy, Anna Thomson a.k.a Anna Levine, entre otros.
Bird ganó el único Óscar al que estuvo nominado, el de Mejor Sonido.
Es muy difícil encontrarle defectos como película biográfica, ya que la película narra y cuenta mucho de la vida de Charlie 'Bird' Parker.
Casi no es necesario tener una lectura complementaria sobre la vida de este saxofonista de jazz, porque Eastwood se encarga de abundar en detalles sobre los pormenores de la situación.
Desde ese punto de vista, Bird funciona y es positiva al contar e informar biográficamente.
De hecho, salimos sabiendo bastante y en mi caso particular, me he quedado satisfecho por el interesante desarrollo informativo que la trama posee.
Jack N. Green responsabilizándose de una fotografía oscura y tenebrosa que acaba siendo vital en la puesta en escena y la dramatización de Bird, ya que define el estado de ánimo y la forma autodestructiva de entender la vida que tenía Charlie Parker.
La estética de Bird es oscura, lúgubre, melancólica y triste.
Se basa en el uso intensivo de escenas nocturnas:
En la calle, salas de baile mal iluminadas y espacios cerrados sin luz.
La estética acompaña visualmente y emocionalmente la descripción del estado de ánimo del protagonista y su lento descenso a las tinieblas de la soledad y de la destrucción por la heroína.
De hecho, Bird, el título del film es el apodo que tenía el músico por su reconocida afición al pollo frito.
Bird es una película decididamente nocturna, siendo muy pocas las escenas que discurren a la luz del día.
La reconstrucción de la época es muy verosímil.
En este sentido, juegan un papel preponderante el ambiente de las calles y de los night-clubs y, por supuesto, la música que más allá de proporcionar el ambiente se convierte en el personaje principal de la historia.
Eastwood recrea los últimos años del músico, poniendo el énfasis en sus misterios, en sus debilidades y fortalezas, en sus flirteos con las mujeres, en su relación con las drogas, en los problemas de la segregación racial...
Eastwood tuvo largas conversaciones con Chan Parker, la viuda del músico, y con Red Rodney, el trompetista amigo de Bird, para acabar de componer la personalidad del protagonista del film.
Eran tales las ganas de Eastwood de acercarse a la figura de “Bird” con el mayor de los respetos que buscó a un actor con formación musical para que lo encarnase.
Así, Forest Whitaker, que tocaba la trompeta, además de aprender a manejar el saxo, tuvo que estudiar los movimientos, los gestos y las actitudes características de Charlie Parker.
Al alejarse de una narración tradicional, la de un biopic en el que se nos muestra, en orden cronológico, las vicisitudes de la vida de Parker, Eastwood consigue eliminar lo anecdótico para subrayar la genialidad del músico.
A él no le interesan las historias de superación de un joven pobre que alcanza altas cotas de popularidad y reconocimiento de su música.
Tampoco se muestra atraído por la ascensión y caída a los infiernos del artista.
Eastwood centra su mirada en la persona y, por lo tanto, nos devuelve una fotografía del alma de un hombre, con todas sus virtudes y defectos, sin máscaras de complacencia.
Eastwood se sumerge en el alma del artista, acercándonos a su fiebre creadora, a su esencia.
Bird deja bien en claro que Parker nunca tuvo control de sí mismo, su vida se consumió en apenas 34 años, y a pesar de ello dejó en ese corto tiempo un legado musical importantísimo al género.
Bird perdió la batalla contra el alcohol y las jeringas, también perdió una hija, y fue terrible el sentimiento de culpa que le desbordaba por no haber estado en ese momento al lado de su esposa que terminó sumido en una depresión y en intentos de suicidio.
Bird no deja de ser una crónica de una muerte anunciada, la del propio músico, heroinómano desde los quince años, y que cuando fallece, totalmente carcomido por dentro, a su adicción opiácea habría que añadir una cirrosis crónica y úlceras por todo el aparato digestivo, a la edad de treinta y cuatro años, el médico forense en su parte, apuntó que el sujeto debía tener una edad cercana a los 65 años.
La mayor parte de los episodios aportan al espectador unas claves para comprender el dilema personal que se le presentaba a Parker en su avatar diario:
El amor, la pasión por una música por un lado, y el aspecto autodestructivo de la adicción a las drogas por otro, hecho éste que Eastwood, con total delicadeza, prefiere omitir en sus aspectos más morbosos.
Bird nos muestra el lado sentimental del músico, su desmoronamiento debido a las drogas y al alcohol, su psicopatología al final de su corta vida, y la gran pasión por el saxofón que acompaña cada momento.
En todo caso, el interés de Eastwood, no es en absoluto mitificador.
Bird es un film sobre la incapacidad de adaptación del genio, cuya caída, cómo he dicho antes, lo suficientemente anunciada mediante un platillo volante que da de bruces contra el suelo.
Esta figura simbólica, que funciona cómo leitmotiv de Bird, acompaña a Parker durante todo el trayecto vital, mientras que Eastwood, sigue prefiriendo el símbolo a la realidad, tal y cómo se entiende al no verse, excepto en una ocasión, ninguna jeringuilla durante todo el film, cuando aparece es cuando Parker se entera de la muerte de su hija, y su uso, sirve para exponenciar la tensión dramática de la historia, viendo a Bird derrotado, con el brazo ametrallado a pinchazos, mientras manda uno tras otro, telegramas a su mujer, pidiéndole perdón por no estar a su lado y diciéndole que la quiere.
Clint Eastwood aficionado al jazz y su guionista Oliansky encontraron las imágenes propicias para dar a la biografía de este músico el estilo de vida salvaje de un artista brillante en forma de película.
Las primeras escenas consiguen introducir a la audiencia en la vida de Charlie Parker, quien se encuentra al borde de la decadencia humana.
Tras tocar en un pequeño club de jazz, Parker regresa a su casa, borracho, donde inicia una discusión con su esposa Chan (Diane Venora), mientras que Parker toma una sobredosis lo que provoca que sea ingresado en un hospital.
El director del hospital cree que la mejor solución es tratar a Parker con electro shock, pero Chan se opone porque piensa que ello acabará con la creatividad de su marido.
Un tiempo después, Charlie mejora y sale del hospital con su mujer Chan, pero las drogas reaparecen en el camino y al final abandona a su mujer.
A pesar de la fama que consigue y las actuaciones, Charlie no deja ni el alcohol, ni las drogas.
Es de destacar lo sorprendido que quedé al ver la interesantísima actuación de un actor siempre se ha destacado a mi criterio por ser un “mero actor de reparto” y que para 1988 sólo había tenido papeles menores.
Me refiero a Forest Whitaker, quien otorga una interesantísima interpretación del músico, mostrando mucha suficiencia, socarronería y sensibilidad al darnos diferentes matices del músico a medida que su carrera evolucionaba y su vida se transformaba en una tragedia.
La interpretación de Whitaker es simplemente de sacarse el sombrero, magnifica y se nota que se ha implicado mucho en ella.
Este actor es de esos grandes actores que siempre suelen estar soberbios pero que no consiguen la fama que se merecen.
Y luego esta Diane Venora en el papel de su vida, interpretando a la sufrida pareja de Charlie Parker, Chan.
La banda sonora mezcla el score de Lennie Niehaus con temas originales de Bird, siendo un gran acompañamiento musical durante todo momento.
La escena en que Charlie y su esposa Chan escuchan, mientras van en el coche, una versión con letra de Kansas City, que es un preludio de muerte y que volverá a sonar en la escena final del funeral, y el momento en que Charlie le envía compulsivamente telegrama tras telegrama a su esposa tras la muerte de la hija, son de lo mejor que ha rodado y rodará Eastwood.
Y por si fuera poco, en Bird está aquel en el que el saxofonista Buster recuerda, entre carcajadas, cómo conoció a un joven llamado Charlie “from just around”
El tratamiento de la banda sonora ha sido una sola obra:
El original hecho por Charlie Parker, a menudo simples grabaciones monofónicas fueron digitalizadas, limpió las cintas originales de las grabaciones de Parker, aisló su saxo y grabó de nuevo con el resto de instrumentos y luego vuelve a mezclar con una nueva orquestación de Lennie Niehaus.
El desempeño técnico, aclamado por muchos premios, sin embargo, ha sido recibido con escepticismo por muchos aficionados al jazz.
Bird fue una de las figuras emblemáticas de unos años ya extinguidos.
Una figura nada ejemplar, ni de vida más fácil que la de la mayoría, pero que saboreó, aunque fuese a pequeños sorbos y tras muchos tragos amargos, unas mieles que están fuera del alcance de quienes saben que a su muerte sólo serán recordados por unos cuantos, que se pueden contar con los dedos de las manos, o, para muchos, aún menos que eso.
Charlie Parker fue un mártir de sí mismo, escogió vivir deprisa con las consecuencias irreversibles que ello conlleva, de hecho fue avisado con una precisión de cirujano a los quince años de que, si seguía castigándose de la manera que después hizo, duraría veinte años más, y eso fue lo que duró, puesto que falleció sin cumplir los treinta y cinco.
“Charles Christopher Parker, Junior.
Preliminary diagnosis:
Heart attack.
Stocky, male, negro.
Approximately 65 years of age…
… He was 34”
Charles Christopher Parker Jr. nació en Kansas City, un 29 de agosto de 1920 y falleció en New York, el 12 de marzo de 1955, conocido como Charlie Parker, fue un saxofonista y compositor estadounidense de jazz.
Apodado Bird, es considerado uno de los mejores intérpretes de saxofón alto de la historia de ese género musical, siendo una de las figuras claves en su evolución y uno de sus artistas más legendarios y admirados.
Junto con Bud Powell, Dizzy Gillespie, y otros, es uno de los iniciadores del bebop. Su estilo rompe con el del swing y se basa en la improvisación sobre una melodía modificando los acordes, creando así nuevas variaciones sobre la estructura de los temas.
En este sentido, aparte de su obra interpretativa, Parker es autor de varios temas que se han convertido en estándares del jazz:
Anthropology, Ornithology, Scrapple From the Apple, Ko Ko, Now's the Time y Parker's Mood.
La carrera de Parker se vio lastrada por las drogas.
Adicto a la heroína casi desde su adolescencia, muchos músicos le imitaron en esto con la convicción de que así podrían elevar su calidad musical.
Cuando Gillespie y Parker, conocidos como "Diz and Bird", viajaron a Los Ángeles, fueron recibidos con una mezcla de hostilidad e indiferencia, sobre todo por los músicos más veteranos.
Regresaron a Nueva York pero de forma impulsiva, Parker decidió quedarse en Los Ángeles y, tras algunas grabaciones e interpretaciones, incluyendo la clásica versión de "Oh, Lady Be Good" con Jazz At The Philharmonic y las sesiones para el álbum Dial Sessions, la combinación de drogas y alcohol resultó en un ataque cerebral y seis meses de confinamiento en el Camarillo State Hospital.
Rehabilitado en enero de 1947, volvió a Nueva York y realizó algunas de las mejores interpretaciones de su carrera, liderando un quinteto que incluía a Miles Davis, Duke Jordan, Tommy Potter y Max Roach.
En 1947, junto a Dizzy Gillespie, se presentó en el majestuoso Carnegie Hall de Nueva York, tocando con la orquesta de este y con su quinteto.
En 1951, su licencia de cabaret le fue revocada en Nueva York, lo que le dificultaba tocar en clubes.
Sus problemas con las drogas se agudizaron y, aunque podía seguir tocando de forma inspirada, como lo demuestra su grabación de 1953 en el Concierto en el Massey Hall en Canadá con Dizzy Gillespie, Bud Powell, Max Roach y Charles Mingus, su carrera entró en declive.
En 1954, con la muerte de una hija por carecer de dinero para una adecuada atención de una neumonía, protagonizó dos intentos de suicidio, y finalmente, murió en marzo de 1955 a los 34 años como consecuencia de un colapso cardio circulatorio.
Charlie Parker fue algo más que un músico brillante para su época.
La característica que lo hizo único fue que no bajaba de escala cuando estaba tocando.
Bird subía y cuando los boquiabiertos espectadores pensaban que debía o que iba a bajar seguía ahí instalado cual pájaro en su rama.
De ahí viene el apodo de Bird.
Su música conseguía que el público volase.
“It's Only Jazz But I Like It”
Bird es una película biográfica estadounidense de 1988, dirigida por Clint Eastwood y protagonizada por Forest Whitaker, Diane Venora, Michael Zelniker, Samuel E. Wright, Keith David, James Handy, Anna Thomson a.k.a Anna Levine, entre otros.
Bird ganó el único Óscar al que estuvo nominado, el de Mejor Sonido.
Es muy difícil encontrarle defectos como película biográfica, ya que la película narra y cuenta mucho de la vida de Charlie 'Bird' Parker.
Casi no es necesario tener una lectura complementaria sobre la vida de este saxofonista de jazz, porque Eastwood se encarga de abundar en detalles sobre los pormenores de la situación.
Desde ese punto de vista, Bird funciona y es positiva al contar e informar biográficamente.
De hecho, salimos sabiendo bastante y en mi caso particular, me he quedado satisfecho por el interesante desarrollo informativo que la trama posee.
Jack N. Green responsabilizándose de una fotografía oscura y tenebrosa que acaba siendo vital en la puesta en escena y la dramatización de Bird, ya que define el estado de ánimo y la forma autodestructiva de entender la vida que tenía Charlie Parker.
La estética de Bird es oscura, lúgubre, melancólica y triste.
Se basa en el uso intensivo de escenas nocturnas:
En la calle, salas de baile mal iluminadas y espacios cerrados sin luz.
La estética acompaña visualmente y emocionalmente la descripción del estado de ánimo del protagonista y su lento descenso a las tinieblas de la soledad y de la destrucción por la heroína.
De hecho, Bird, el título del film es el apodo que tenía el músico por su reconocida afición al pollo frito.
Bird es una película decididamente nocturna, siendo muy pocas las escenas que discurren a la luz del día.
La reconstrucción de la época es muy verosímil.
En este sentido, juegan un papel preponderante el ambiente de las calles y de los night-clubs y, por supuesto, la música que más allá de proporcionar el ambiente se convierte en el personaje principal de la historia.
Eastwood recrea los últimos años del músico, poniendo el énfasis en sus misterios, en sus debilidades y fortalezas, en sus flirteos con las mujeres, en su relación con las drogas, en los problemas de la segregación racial...
Eastwood tuvo largas conversaciones con Chan Parker, la viuda del músico, y con Red Rodney, el trompetista amigo de Bird, para acabar de componer la personalidad del protagonista del film.
Eran tales las ganas de Eastwood de acercarse a la figura de “Bird” con el mayor de los respetos que buscó a un actor con formación musical para que lo encarnase.
Así, Forest Whitaker, que tocaba la trompeta, además de aprender a manejar el saxo, tuvo que estudiar los movimientos, los gestos y las actitudes características de Charlie Parker.
Al alejarse de una narración tradicional, la de un biopic en el que se nos muestra, en orden cronológico, las vicisitudes de la vida de Parker, Eastwood consigue eliminar lo anecdótico para subrayar la genialidad del músico.
A él no le interesan las historias de superación de un joven pobre que alcanza altas cotas de popularidad y reconocimiento de su música.
Tampoco se muestra atraído por la ascensión y caída a los infiernos del artista.
Eastwood centra su mirada en la persona y, por lo tanto, nos devuelve una fotografía del alma de un hombre, con todas sus virtudes y defectos, sin máscaras de complacencia.
Eastwood se sumerge en el alma del artista, acercándonos a su fiebre creadora, a su esencia.
Bird deja bien en claro que Parker nunca tuvo control de sí mismo, su vida se consumió en apenas 34 años, y a pesar de ello dejó en ese corto tiempo un legado musical importantísimo al género.
Bird perdió la batalla contra el alcohol y las jeringas, también perdió una hija, y fue terrible el sentimiento de culpa que le desbordaba por no haber estado en ese momento al lado de su esposa que terminó sumido en una depresión y en intentos de suicidio.
Bird no deja de ser una crónica de una muerte anunciada, la del propio músico, heroinómano desde los quince años, y que cuando fallece, totalmente carcomido por dentro, a su adicción opiácea habría que añadir una cirrosis crónica y úlceras por todo el aparato digestivo, a la edad de treinta y cuatro años, el médico forense en su parte, apuntó que el sujeto debía tener una edad cercana a los 65 años.
La mayor parte de los episodios aportan al espectador unas claves para comprender el dilema personal que se le presentaba a Parker en su avatar diario:
El amor, la pasión por una música por un lado, y el aspecto autodestructivo de la adicción a las drogas por otro, hecho éste que Eastwood, con total delicadeza, prefiere omitir en sus aspectos más morbosos.
Bird nos muestra el lado sentimental del músico, su desmoronamiento debido a las drogas y al alcohol, su psicopatología al final de su corta vida, y la gran pasión por el saxofón que acompaña cada momento.
En todo caso, el interés de Eastwood, no es en absoluto mitificador.
Bird es un film sobre la incapacidad de adaptación del genio, cuya caída, cómo he dicho antes, lo suficientemente anunciada mediante un platillo volante que da de bruces contra el suelo.
Esta figura simbólica, que funciona cómo leitmotiv de Bird, acompaña a Parker durante todo el trayecto vital, mientras que Eastwood, sigue prefiriendo el símbolo a la realidad, tal y cómo se entiende al no verse, excepto en una ocasión, ninguna jeringuilla durante todo el film, cuando aparece es cuando Parker se entera de la muerte de su hija, y su uso, sirve para exponenciar la tensión dramática de la historia, viendo a Bird derrotado, con el brazo ametrallado a pinchazos, mientras manda uno tras otro, telegramas a su mujer, pidiéndole perdón por no estar a su lado y diciéndole que la quiere.
Clint Eastwood aficionado al jazz y su guionista Oliansky encontraron las imágenes propicias para dar a la biografía de este músico el estilo de vida salvaje de un artista brillante en forma de película.
Las primeras escenas consiguen introducir a la audiencia en la vida de Charlie Parker, quien se encuentra al borde de la decadencia humana.
Tras tocar en un pequeño club de jazz, Parker regresa a su casa, borracho, donde inicia una discusión con su esposa Chan (Diane Venora), mientras que Parker toma una sobredosis lo que provoca que sea ingresado en un hospital.
El director del hospital cree que la mejor solución es tratar a Parker con electro shock, pero Chan se opone porque piensa que ello acabará con la creatividad de su marido.
Un tiempo después, Charlie mejora y sale del hospital con su mujer Chan, pero las drogas reaparecen en el camino y al final abandona a su mujer.
A pesar de la fama que consigue y las actuaciones, Charlie no deja ni el alcohol, ni las drogas.
Es de destacar lo sorprendido que quedé al ver la interesantísima actuación de un actor siempre se ha destacado a mi criterio por ser un “mero actor de reparto” y que para 1988 sólo había tenido papeles menores.
Me refiero a Forest Whitaker, quien otorga una interesantísima interpretación del músico, mostrando mucha suficiencia, socarronería y sensibilidad al darnos diferentes matices del músico a medida que su carrera evolucionaba y su vida se transformaba en una tragedia.
La interpretación de Whitaker es simplemente de sacarse el sombrero, magnifica y se nota que se ha implicado mucho en ella.
Este actor es de esos grandes actores que siempre suelen estar soberbios pero que no consiguen la fama que se merecen.
Y luego esta Diane Venora en el papel de su vida, interpretando a la sufrida pareja de Charlie Parker, Chan.
La banda sonora mezcla el score de Lennie Niehaus con temas originales de Bird, siendo un gran acompañamiento musical durante todo momento.
La escena en que Charlie y su esposa Chan escuchan, mientras van en el coche, una versión con letra de Kansas City, que es un preludio de muerte y que volverá a sonar en la escena final del funeral, y el momento en que Charlie le envía compulsivamente telegrama tras telegrama a su esposa tras la muerte de la hija, son de lo mejor que ha rodado y rodará Eastwood.
Y por si fuera poco, en Bird está aquel en el que el saxofonista Buster recuerda, entre carcajadas, cómo conoció a un joven llamado Charlie “from just around”
El tratamiento de la banda sonora ha sido una sola obra:
El original hecho por Charlie Parker, a menudo simples grabaciones monofónicas fueron digitalizadas, limpió las cintas originales de las grabaciones de Parker, aisló su saxo y grabó de nuevo con el resto de instrumentos y luego vuelve a mezclar con una nueva orquestación de Lennie Niehaus.
El desempeño técnico, aclamado por muchos premios, sin embargo, ha sido recibido con escepticismo por muchos aficionados al jazz.
Bird fue una de las figuras emblemáticas de unos años ya extinguidos.
Una figura nada ejemplar, ni de vida más fácil que la de la mayoría, pero que saboreó, aunque fuese a pequeños sorbos y tras muchos tragos amargos, unas mieles que están fuera del alcance de quienes saben que a su muerte sólo serán recordados por unos cuantos, que se pueden contar con los dedos de las manos, o, para muchos, aún menos que eso.
Charlie Parker fue un mártir de sí mismo, escogió vivir deprisa con las consecuencias irreversibles que ello conlleva, de hecho fue avisado con una precisión de cirujano a los quince años de que, si seguía castigándose de la manera que después hizo, duraría veinte años más, y eso fue lo que duró, puesto que falleció sin cumplir los treinta y cinco.
“Charles Christopher Parker, Junior.
Preliminary diagnosis:
Heart attack.
Stocky, male, negro.
Approximately 65 years of age…
… He was 34”
Comentarios
Publicar un comentario