Reservoir Dogs

“Every "dog" has its day”

Una película independiente es una película que no ha sido producida por los grandes estudios cinematográficos y, en Estados Unidos, principalmente con personal no afiliado al sindicato.
Por lo general es una producción de bajo presupuesto de una productora pequeña.
La nueva generación de cámaras digitales contribuye a que sea más fácil realizar películas y, por tanto, a una popularización del cine independiente en todo el mundo en la actualidad.
El concepto de cine independiente está ligado al de cine de autor, aunque no son lo mismo.
En el cine de autor, el director tiene un papel preponderante, que margina a los actores, quienes muchas veces son meros títeres de los guiones.
A menudo el director cumple también otras funciones, como el sonido, la fotografía, etcétera.
Sin embargo, existen numerosos directores de renombre que han logrado realizar películas de autor dentro de la industria, entre ellos Quentin Tarantino.
Poder filmar sin caer dentro de los rígidos esquemas del sistema de estudios es la libertad que desearía todo director.
Los directores independientes buscan sus propias fuentes de financiamiento, de las formas más variadas.
Se ha caracterizado por abordar una serie de temas que no están en la mira del cine mainstream:
Los homosexuales, las drogas, la prostitución, la mentira del sueño americano, la decadencia de la familia, la soledad, etcétera.
La estética del cine independiente se distingue por la experimentación de diferentes formatos e ideas:
Blanco y negro, fotografía sucia, colores saturados, encuadres o montaje no convencionales.
“Are you gonna bark all day, little doggie, or are you gonna bite?”
Reservoir Dogs es una película estadounidense de 1992, debut de Quentin Tarantino como director del cual también es guionista, y protagonizada por Tim Roth, Harvey Keitel, Chris Penn, Steve Buscemi, Michael Madsen, Lawrence Tierney, Randy Brooks, Kirk Baltz, Eddie Bunker, Quentin Tarantino y Burr Steers.
La actuación de Tarantino es de menor trascendencia, como también la del escritor ex convicto, Eddie Bunker.
Reservoir Dogs incorpora muchos temas y estéticas que se transformarían y se darían a conocer como sellos propios de Tarantino, como director y guionista.
Tarantino con su opera prima Reservoir Dogs, no solo reinventa el thriller en una época en que, aparte de alguna que otra interesante producción, estaba dominada por la eclosión del cine social y comprometido, sino que además lo hace a través de una evidente economía de medios, contándonos de forma absorbente y apasionada la historia de un atraco, sin que en ningún momento veamos tal atraco, a partir del final de este y los flashback que dan sentido a la historia.
Desde el aspecto discursivo, el director muestra una cruda exposición de violencia fundada en "el fin justifica los medios", partimos desde una película que toma contexto en una sociedad enferma, frívola y despiadada.
Pero Reservoir Dogs no es una película que gira en torno al panfleto, sino que por el contrario excede las normas comunes de reparos a las cuales generalmente los filmes mainstream se avienen.
Tarantino se juega parcialmente, y lo hace al mostrar lo enfermiza que puede llegar a ser una sociedad americana, tanto como quizás sea la mente de este director que se empecina en exponer el lado más oscuro del ser humano:
Lo patológico se apodera de la atmósfera propuesta, y ya la ambición comienza a ceder terreno para dar lugar a lo truculento, lo morboso.
Estas características dan un toque especial a Reservoir Dogs, el cual transcurre dentro de lo ambientes anómalos, crudos y picantes.
Reservoir Dogs muestra a las claras que se puede mostrar la mafia tal cual es, porque no se cae en el estereotipo de ladrones y policías, sino que en su discurso entran a jugar muchas variantes que magnifican el resultado final, lo potencian y en realidad sorprenden al espectador con salidas fuera de lo convencional, con diálogos mordaces e inteligentes, con una violencia física y psicológica fuera de serie que transporta a una situación densa e intensa y de la cual no nos podemos escapar por más que queramos.
Reservoir Dogs logra tener al espectador atento a cualquier detalle, a todo tipo de información que sutilmente se le va trasfundiendo a medida que los flashbacks inundan la narración.
Reservoir Dogs se vive emotivamente en forma tensionada, ya que no hay respiro para poner una cuota de normalidad con tanta demencia que irradian los personajes del guión.
Si hablamos de la trama, esta se desarrolla a través de rebotes temporales mediante flashbacks que van poco a poco dando la información necesaria para ir comprendiendo las situaciones y el perfil de cada personaje.
La variedad de recursos que expone el director, nos dan una acabada muestra de solvencia al contar una historia dominada por la desconfianza.
Y para ello repara mucho en el montaje, con idas y vueltas temporales, con situaciones mostradas que a su vez alimentan a otras y que mediante un efecto dominó se concatenan y transmiten las ideas que se quieren expresar.
Las interpretaciones son descollantes, no se queda atrás nadie.
Cada actor demuestra convicción de lo que está haciendo y se pone el alma en cada escena.
El aspecto histriónico es digno de mención y encomio, y exacerba el argumento trasladándolo a niveles cualitativos sorprendentes.
La calidad de Reservoir Dogs tiene su base en el desparpajo de un director que quiere hacer algo distinto, y se juega por lograrlo.
Una banda organizada es contratada para atracar una empresa y llevarse unos diamantes.
Sin embargo, antes de que suene la alarma, la policía ya está allí.
Algunos miembros de la banda mueren en el enfrentamiento con las fuerzas del orden, y los demás se reúnen en el lugar convenido.
“Let me tell you what 'Like a Virgin' is about.
It's all about a girl who digs a guy with a big dick.
The entire song.
It's a metaphor for big dicks”
Freddy Newandyke, a.k.a. Mr. Orange (Tim Roth) es un policía joven que se ha infiltrado en el grupo de ladrones.
Su objetivo principal es capturar a Joe Cabot en delito.
Tras recibir un disparo durante la huida, intenta sobrevivir y aumenta el lazo de él con Mr. White.
Orange es el que más llama la atención.
Rodado de una manera muy original, mezclando realidad y ficción como si se tratara de una estructura narrativa lineal, es el caso de la anécdota que se aprende para convencer a Joe de su contratación, consigue no confundir al espectador en ningún momento y mantiene un ritmo implacable.
Es un tipo con coraje y arrojo; se encuentra en una situación difícil pero tiene lo que hace falta para resistirla; a pesar de creer en su misión y tenerla clara, siente un ligero síndrome de Estocolmo hacia su “cuidador”, Mr. White; ha engañado a Joe y le ha convencido de que puede contar con él.
Durante todo el rodaje estuvo presente un paramédico, para asegurarse de que la cantidad de sangre de Mr. Orange se mantuviera en cantidades creíbles.
Lawrence “Larry” Dimmick, a.k.a. Mr. White (Harvey Keitel) es un ladrón de edad media y con mucha experiencia.
Joe Cabot y él llevan muchos años amigos.
Está acostumbrado a matar, pero no lo hace sin motivo.
Parece el arquetipo del criminal honesto, con honor y principios.
Para él los sentimientos valen más que la razón.
Ha trabado amistad con Mr. Orange y por eso lo defiende y conforta.
White tiene un carácter fuerte, es duro y sensible a la vez, aunque no permite que nadie le pisotee; mantiene una relación casi de igual a igual con Joe, como demuestra el asunto de la agenda durante el desayuno inicial.
Vic Vega, a.k.a. Mr. Blonde (Michael Madsen) es un sociópata a quien le divierte la violencia.
Fue el primero en disparar durante el robo debido al ruido de la alarma.
Luego señala que no le gustan, restándole importancia a lo sucedido.
Es revelado que se llama Vic Vega y es un amigo íntimo de Eddie Cabot.
Hace poco lo habían puesto libertad, y la experiencia que tuvo en cárcel lo hizo un poco cruel, especialmente con policías.
Es un psicópata en toda regla:
Provocador, violento, sádico y disfruta con el enfrentamiento; es de ese tipo de personas aparentemente tranquilas, pero que dejan entrever, voluntariamente, un fondo que te hace desconfiar de ellas por completo; su relación con Eddie y Joe es casi familiar y por eso les respeta.
A pesar de que el guión especifica que Mr. Blonde es el que mayor cantidad de asesinatos cometió, el espectador no es testigo de ninguno de ellos.
Mr. Pink (Steve Buscemi) es el más razonable del grupo.
Es un egoísta, por ejemplo, rehúsa a dar propinas, y cobarde, no toma parte en el triángulo mortal del final y no ayuda a Mr. White y Mr. Orange después, pero es muy inteligente y tiene principios como Mr. White.
Dice que es un "profesional" y pide a los otros que lo sean también.
Es el más desconfiado de todos; el que aporta las mayores dosis de comicidad a lo largo de Reservoir Dogs con su curioso comportamiento y sus teorías, las cuales irritan a casi todos.
Es un tipo que antepone la profesionalidad a cualquier cosa, ya que, según su experiencia, el riguroso cumplimiento del ABC de su profesión le mantendrá vivo; respeta a Joe y procura no contradecirle, a pesar de no estar de acuerdo con él en algunas ocasiones; su relación es meramente profesional.
Es el único personaje principal del que jamás llega a saberse su verdadero nombre.
Nice Guy Eddie Cabot (Chris Penn) es el hijo de Joe Cabot y ayuda a su padre planear y cometer crímenes.
También es un amigo de Mr. Blonde.
No cree que alguien les haya traicionado.
Eddie menciona a un “Encantador de Serpientes” que es el apodo de Bill en Kill Bill.
Joe Cabot (Lawrence Tierney) es el padre de Eddie y un mafioso que ha planeado el robo de diamantes.
Mr. Orange le describe como un tipo muy divertido.
Mr. Blue (Edward Bunker) es un ladrón experimentado que muere asesinado en el robo.
Mr. Brown (Quentin Tarantino) es un ladrón joven y hablador.
Su trabajo consistía en ser el conductor de los ladrones, muere a causa de un balazo en su cabeza.
Holdaway (Randy Brooks) es el jefe de Freddy Newandyke.
Marvin Nash (Kirk Baltz) policía joven que es secuestrado por el Mr. Blonde.
Lleva 8 meses trabajando en la policía y tiene un hijo.
Lo tortura Mr. Blonde y lo mata Eddie.
Conocía a Mr. Orange (Freddy Newandyke).
K-Billy DJ (Steven Wright (voz) es el DJ del programa radial ficticio K-Billy y el Supersonido de los 70.
“Five Total Strangers Team Up For The Perfect Crime.
They Don't Know Each Other's Name.
But They've Got Each Other's Color”
Curiosamente, la palabra “fuck” es mencionada 252 veces a lo largo de Reservoir Dogs, además hay un nexo de unión entre Reservoir Dogs y Pulp Fiction, los hermanos Vega:
Vincent y Dick, que no es otro que Mr. Blonde.
Cuando este último aparece en el despacho de Joe, el secretario le presenta como Dick Vega.
Se ha hablado de la posibilidad de que Tarantino realice una precuela de estas dos películas sobre la historia de los dos hermanos.
El momento más destacado de Reservoir Dogs es, sin lugar a dudas, la conversación de la primera secuencia; en ella, los protagonistas hablan sobre las posibles interpretaciones que se pueden realizar de la canción “Like a Virgin” de Madonna mientras desayunan; de acuerdo, el léxico utilizado no hace justicia a la lengua de Shakespeare, pero es absolutamente adecuado y creíble, atendiendo al perfil de las personas sentadas a la mesa: matones y atracadores.
Pero lo verdaderamente importante es que gracias a esta conversación se delimita brillantemente la personalidad de los personajes principales en cinco minutos, algo que otros directores no logran en hora y media de metraje.
Además, los diálogos son frescos, rápidos, ingeniosos e irreverentes; llevan el sello inconfundible de Tarantino.
La interpretación que hace Tarantino de la canción “Like a Virgin” de Madonna no es correcta.
Cuando, tiempo después, Quentin le pidió a Madonna que le autografiase su álbum “Erotica”, ésta le escribió:
“Quentin: Es sobre el amor, no sobre penes”
De hecho, el hermano de Chris Penn, Sean Penn, estuvo casado por un corto periodo con Madonna, a mitad de los años 80…
Después de esta primera secuencia, irrumpen los títulos de crédito iniciales, acompañados por imágenes de nuestros Reservoir Dogs caminando por la calle, probablemente dirigiéndose al lugar donde tienen todo lo que necesitan para dar el golpe.
Son imágenes importantes, ya que muestran su determinación, su actitud y su atuendo: todos con traje negro, camisa blanca y corbata negra, con el claro propósito de mostrarlos como auténticos iconos del crimen organizado y dotarles del carisma necesario para no provocar rechazo en el espectador.
Parece que lo logro, ya que, a día de hoy, son personajes ya míticos.
Y la muy famosa escena que muestra a Michael Madsen torturando a un policía, llegando al extremo de cortarle salvajemente una oreja, y siendo filmado este paroxismo de violencia con un fuera de campo que potencia su agresividad.
“Four perfect killers.
One perfect crime.
Now all they have to fear is each other”
Todo lo que vendría y sería después, todo lo que acabaría conformando el estilo de Tarantino está en Reservoir Dogs, o bien desarrollado o bien esbozado:
La narrativa:
Reservoir Dogs gira en torno a un atraco, pero no vemos ni un segundo del atraco en la pantalla, sólo vemos su preparación y sus consecuencias.
Salió terriblemente mal, y nos entramos de por qué salió mal a base de narraciones fraccionadas y desordenadas cronológicamente.
La forma de narrar, que es más importante que lo que se narra en sí:
Como posteriormente ocurriría en Pulp Fiction, la narración no es lineal, con saltos adelante y atrás, no realmente flashbacks, en el tiempo.
Esto aparte de ser un recurso estilístico es francamente necesario, la historia en sí, la trama es bastante simple y probablemente contada cronológicamente hubiera perdido bastante y quedado como una película floja.
Los diálogos:
En general como ya mencioné los personajes de Tarantino dicen mucho en estos diálogos, pero realmente cuentan muy poco.
Sin embargo en la escena del diálogo inicial de se dan algunas pistas:
Todos van vestidos con traje negro y corbata, menos Eddie, que va con en chándal y el viejo, Joe, que va de paisano y que rápidamente averiguamos que es el jefe:
Ellos no forman parte de la banda, los demás son una banda.
Mr. White, Keitel, es el único que se atreve a desafiar al jefe Joe, con la libreta, medio en broma medio en serio, y además Joe lo trata con familiaridad, es alguien confiable, respetado y conocido desde hace tiempo, pero además luego veremos a lo largo de Reservoir Dogs que es íntegro y honorable, se preocupa por Mr. Orange, Tim Roth, herido y moribundo, y alguien a quien temer, al final es el que dispara contra el jefe Joe y contra su hijo Eddie.
Mr. Pink, Buscemi, es mezquino, cede niega a dar un miserable dólar para la propina, y cobarde, cede en cuanto Joe se lo ordena, justo como se comportará en el resto de Reservoir Dogs, se las da de ser profesional, pero es bastante mezquino y curiosamente aunque queda abierto, es el que tiene el botín y probablemente huya con él, no se ve que lo atrapen los policías (ver Pulp Fiction)
Mr. Orange, Roth, no habla más para delatar o traicionar a Mr. Pink diciendo que ha sido él el que no ha puesto para la propina:
¿Una pista de él es el traidor?
Curiosamente hacia la mitad de Reservoir Dogs, cuando Eddie va hacia el punto de reunión, tras pasar su coche, “casualmente” un globo cruza la pantalla y “casualmente”, también es naranja…
¿Una broma de Tarantino que encierra otra pista?
Los diálogos Tarantinianos:
Se caracterizan por decir mucho y no contar nada, son rápidos, ingeniosos, brillantes, pero aportan poco a la historia.
El ejemplo más típico es el diálogo del “cuarto de libra con queso” en Pulp Fiction y en Reservoir Dogs es el diálogo sobre “Like a Virgin” de Madonna y las propinas a las camareras.
La violencia:
Como decía, Reservoir Dogs no es una película excepcionalmente violenta en lo visual, las había entonces y las hay ahora mucho peores, su violencia está más en la estructura, en el fondo de la historia.
Mr. Blonde tortura al policía en una escena muy violenta, pero si nos fijamos se apunta e insinúa más de lo que se muestra, en cualquier otra película el policía acabaría gritando entre llamas, aquí es suficiente ver ser rociado de gasolina.
Incluso en la parte más violenta, cuando le corta la oreja, la cámara simplemente se aparte, no se ve.
La violencia, más estructural que otra cosa.
Las películas de Tarantino tiene más violencia verbal, acompañado de lenguaje barriobajero plagado de tacos, pero la violencia física no suele ser mostrada explícitamente.
El humor:
Negro, negrísimo.
¿A quién si no se le ocurriría mostrar una escena de tortura con el torturador bailando al ritmo de una canción que se titula “Atrapado En El Medio Contigo”?
El sentido del humor es negro, más provocado por el diálogo que por las situaciones.
Por cierto que hablando del poder que tiene la música en las películas de Tranatino, para mí, esa canción ya ha quedado indisolublemente unida a esa escena.
La música, ecléctica, nunca original, rescatada de entre viejos discos y éxitos menores de los años 70, de los que probablemente nadie, salvo el propio Tarantino se acordaba, pero que forman un collage que encaja como un guante con Reservoir Dogs, en una entrevista Tarantino decía que mientras escribía el guión dedicaba muchas horas a rebuscar entre sus discos para elegir la mejor música para cada escena.

“Then one day she meets this John Holmes motherfucker and it's like, whoa baby, I mean this cat is like Charles Bronson in the Great Escape, he's digging tunnels.
Now, she's gettin' the serious dick action and she's feeling something she ain't felt since forever.
Pain.
Pain.
It hurts her.
It shouldn't hurt her, you know her pussy should be Bubble Yum by now, but when this cat fucks her it hurts.
It hurts just like it did the first time.
You see the pain is reminding the fuck machine what it once was like to be a virgin.
Hence, "Like a Virgin"”


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