Roxanne

“Un honnête homme n'est ni Français, ni Allemand, ni Espagnol, il est Citoyen du monde, et sa patrie est partout”
(Un hombre honesto no es ni francés, ni alemán, ni español, es Ciudadano del Mundo, y su patria está en todas partes)

Hercule-Savinien de Cyrano de Bergerac, conocido como Cyrano de Bergerac nació en París, un 06 de marzo de 1619 y falleció en Sannois, el 28 de julio de 1655.
de Bergerac fue un poeta, dramaturgo y pensador francés, coetáneo de Boileau y de Molière.
En 1638, adoptó el nombre “de Bergerac”, correspondiente a las tierras que compró su abuelo, Savinien I de Cyrano, al enriquecerse con su negocio de pescadería, adquisición que permitió a la familia de Hercule-Savinien entrar en el círculo de la pequeña nobleza.
Como intelectual, de Bergerac fue considerado libertino, por su actitud irrespetuosa hacia las instituciones religiosas y seculares.
También se le tiene por uno de los precursores de la ciencia ficción literaria.
Cyrano de Bergerac fue un hombre pegado a una nariz.
Dicen que estudió el pensamiento de Epicuro y que mantenía un forcejeo en su corazón, donde las letras seguían en disputa con las armas... y así, alternaba Cyrano sus primeros pasos literarios con sus frecuentes duelos a espada, casi siempre a cuenta de su enorme nariz.
Debió ser una caricatura andante, máxime después de que en uno de sus lances a espada, ésta resultó aún más deformada por el tajo de un golpe del hierro de su oponente.
La desproporción de su nariz se había convertido en un implacable tormento.
Se sabía desagradable y grotesco, lo que no le impidió llevar una vida libertina de la que hizo gala y defensa en sus escritos, que se saldó con una temprana sífilis, y en la que tuvo también cabida la homosexualidad.
En todo caso, Cyrano no estaba dispuesto a aceptar con resignación que ridiculizaran su estampa, aunque a ella le debiera más fama que a los afanes de su pluma.
Su obsesiva defensa de su aparente apéndice nasal le llevó incluso al más singular de los duelos, el que terminó con la muerte de un simio titiritero llamado Fagotin, que había sido disfrazado de mono narigudo, broma que Cyrano se tomó como clara alusión burlesca a su persona.
En la actualidad, es especialmente conocido por la obra de teatro “Cyrano de Bergerac” de Edmond Rostand.
La palabra, verdadera mensajera del espíritu, impulsora de la dinámica del amor; la apariencia, envoltura a veces cruel y mentirosa; la fealdad, la bondad, son elementos que Edmond Rostand, dramaturgo marsellés del siglo XIX, poeta casi anónimo, maneja con ironía y humor en el personaje que creó y que es fiel reflejo de sí mismo.
Siguiendo los pasos de su Cyrano de Bergerac, fueron sus palabras, y no él mismo, las que obtuvieron el éxito inmortal, cobrando vida propia al encarnar la figura del poetastro inmoral y pendenciero, soldado de profesión y amante de afición.
Hábil espadachín a base de práctica, pues muy sensible se vuelve, ante cualquier ligera insinuación, o ante una mirada sostenida un poco más de la cuenta, quien mantiene una relación complicada con su nariz.
Debajo de su inenarrable narizota este personaje de un brillante ingenio nos divierte y nos hace rehenes de sus versos de amor y de burla.
Un personaje duro y tierno, frío y apasionado, cuyo tormento supera con una elocuente ironía.
Múltiple en registros sarcásticos que consigue liberarse, por momentos, del peso y las cadenas que le arrastran al burlarse de su propia desgracia.
Edmond Rostand quien en su obra describe a Cyrano de Bergerac como soldado, músico, astrónomo y poeta, está secretamente enamorado de su prima Roxane.
Desgraciadamente sabe que su físico le perjudica en esta empresa debido a su prominente nariz.
Por su parte, Roxane ama a Christian a quien Cyrano protegerá hasta el punto de prestarle sus propias palabras de poeta para seducir a la bella Roxane.
Existe un momento que lo describe perfectamente dentro de la obra, no se sabe si la anécdota es real o literaria.
Según la misma, el pendenciero del barrio increpa al poeta buscando pelea mencionando el tamaño de su nariz.
Ocurre que “no ofende quien quiere, sino quien puede” y Cyrano no vio comprometido su honor por el comentario.
Todo lo contrario, enseñó al gañán varias formas de referirse a su apéndice nasal con talento.
El ofensor se aleja de la escena humillado, mascullando vagamente frases pretendidamente insultantes que no logran inmutar a Cyrano.
Los insultos lanzados bajo el manto del anonimato o la irreverencia no empujaron a Cyrano al duelo.
Aunque otros historiadores afirman que Cyrano sostuvo más de 1000 duelos debido a su nariz.
“I have nothing against cute.
I just wish I could meet someone with half a brain this time”
Roxanne es una comedia de 1987, protagonizada por Steve Martin, Daryl Hannah, Shelley Duvall, Rick Rossovich, Fred Willard, entre otros.
El guion fue escrito por Martin, basado en la novela Edmond Rostand y es dirigida por Fred Schepisi.
C.D. "Charlie" Bales (Steve Martin) es un jefe de bomberos de una pequeña ciudad que está locamente enamorado de Roxanne Kowalski (Daryl Hannah), una chica muy guapa y brillante astrónoma.
Sin embargo, C.D. tiene un problema insoluble para obtener el amor de su adorable amada: su descomunal nariz.
Roxanne se enamora entretanto de Chris McConnell (Rick Rossovich), un apuesto bombero.
Sin embargo, él no tiene la delicadeza necesaria para tratar a Roxanne y C.D. le propone que sea él quien le escriba las cartas de amor dirigidas a ella.
En sus misivas, C.D. dará rienda suelta de sus más ardientes deseos y expresará sus sentimientos más íntimos.
C.D. Bales se enamora de Roxanne mientras ella se enamora de su personalidad pero del look de otro hombre.
C.D. Bales es un acrónimo de Cyrano de Bergerac, es un hombre feliz con su desgraciada nariz, pero es un defensor de su desventura, y se planta con valentía ante cualquiera que osa burlarse de ella.
Roxanne, es como en los cuentos, la princesa o la Julieta de Shakespeare, donde en más de una escena nos comunica su visión idealista, su corazón puro, y la necesidad de amor sin importar la belleza, de principio, exterior.
Chris es el típico hombre bien hecho por la naturaleza pero que tiene el cerebro lleno de esperma, y que llega a estereotipar al espécimen macho masculinizado atractivo, muscular, lleno de babas en vez de neuronas.
Esta versión moderna de Cyrano, Roxanne, posee un bello mensaje de fondo a favor de la belleza interior más allá del mero atractivo físico.
Steve Martin, impagable y curiosamente más guapo que nunca, actúa en una de sus mejores comedias en las que parodia el famoso filme de Cyrano de Bergerac.
Para hacerlo, cuenta con una bella bellísima Daryl Hannah y un excelente guión.
Personalmente creo que Roxanne es un remake-parodia muy bien elaborado, con escenas muy conseguidas y que, tal y como intentan, se parecen a las de Cyrano.
Nada más empezar Roxanne hay una escena en la que un par de tipos se mofan del jefe de bomberos (Steve Martin) por su nariz, y este que es muy quisquilloso en todo cuanto se refiere a ella, entabla una lucha contra ellos con solo una raqueta de tenis, en vez de espada, y después de dejarlos tirados se va tranquilo.
Esto es solo una muestra, hay muchas otras escenas hilarantes, como cuando el bombero semental se le queda mirando fijamente la nariz o cuando en el bar, uno le dice algo sobre su nariz… la contestación es genial, o cuando le pregunta a unas mujeres mayores que están sentadas a su lado si saben lo que se dice de los hombres y sus narices.
Una escena genial es la inicial, cuando interactúa con Hannah la primera vez, cuando la acompaña porque se ha quedado desnuda, hasta su casa con una caja de herramientas en la que solo hay una tarjeta de crédito y como consigue abrir la puerta.
La escena donde Martin menciona todos los apodos ofensivos que se la pueden dar a una persona que posee una gran nariz, es impagable, pero como él en Roxanne, tiene una nariz más grande que su pene, tiene derecho a hacerlo.
¿Verdad?
Conozco personas muy interesantes con una nariz poco canónica.
¿Si se la hubieran operado habrían sido más atractivas?
¿Quién pone los cánones?
La belleza no se tiene por qué identificar con la simetría ni con determinadas proporciones.
El expresionismo impacta y gusta tanto como las formas clásicas.

“It's not the size of the nose that matters, it's what's inside that counts!”


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