My Left Foot

“Go ahead, Christy.
Make your mark”

En los últimos veinticinco años se han rodado un número importante de películas en las que el protagonista o algún personaje secundario presentaban o simulaban una parálisis cerebral.
Estos personajes en ocasiones han sido interpretados por personas con minusvalías.
En la narración de su historia las cintas han incluido diversos aspectos sanitario-asistenciales, sociales y familiares obligados en el campo de la parálisis cerebral.
La parálisis cerebral es un trastorno permanente y no progresivo que afecta a la psicomotricidad del paciente.
Se distingue por el daño dominante de las funciones motrices, el cual afecta al tono, a la postura y al movimiento.
Los trastornos motores afectan a la mayoría de los casos a los órganos bucofonadores y dificultan el desarrollo de la alimentación y el habla.
En un nuevo consenso internacional, se propone como definición:
“La parálisis cerebral describe un grupo de trastornos del desarrollo psicomotor, que causan una limitación de la actividad de la persona, atribuida a problemas en el desarrollo cerebral del feto o del niño.
Los desórdenes psicomotrices de la parálisis cerebral están a menudo acompañados de problemas sensitivos, cognitivos, de comunicación y percepción, y en algunas ocasiones, de trastornos del comportamiento”
Las lesiones cerebrales de la parálisis cerebral ocurren desde el período fetal hasta la edad de 5 años.
La parálisis cerebral no tiene cura conocida; la intervención médica aparece como una ayuda.
Estos tratamientos para el desarrollo personal del paciente se introducen en su vida diaria hasta su muerte.
Algunas personas viven historias que parecen haber nacido para ser contadas por el séptimo arte.
Hay en ellas un poder inequívoco de humanidad y de ejemplaridad que va más allá de la mera anécdota.
Christy Brown fue el décimo hijo de irlandeses, uno de los 13 hijos sobrevivientes de un total de 22 nacidos, en una familia católica conformada por Bridget y Paddy.
Brown nació en Dublín en 1933, afectado por una parálisis cerebral atetoide.
Sus principales características son movimientos incontrolados de piernas y brazos, rigidez y flexibilidad constante de los músculos, y con dificultades a la hora de hablar.
Los médicos pronosticaron que si sobrevivía no pasaría de tener una existencia meramente vegetativa, pero esa dramática perspectiva de vida fue rechazada totalmente por su madre, ella continuamente decía que en su hijo existían latentes posibilidades y recursos de salir adelante y a eso se dedico con fe admirable y una indomable voluntad.
Se supone que el sufrimiento fetal durante el parto provocó una grave hipoxia cerebral en el recién nacido Christy.
Cuando Christy Brown tenía 7 años recogió con su pie izquierdo un pedazo de tiza que su hermana tiro al suelo, aquel episodio fue el cimiento de una larga lucha que le llevó a convertirse en un estimable pintor y un escritor famoso, autor de dos novelas tres libros de poemas, dejando una gran lección de vida para la humanidad.
Christy Brown Murió a la edad de 49 años, el 7 de septiembre de 1981, por asfixia.
Se afirma que se encontraron hematomas en su cuerpo en la autopsia, en consonancia con el haber sufrido malos tratos físicos, poco antes de su muerte. Fue enterrado en el cementerio de Glasnevin.
Cuando alguien quiere valorar una película en función de los previsibles “valores humanos” que esta demuestra en su argumento, quizá habría que responder diciendo que en el cine no hay grandes historias, sino grandes películas.
“This is Christy Brown, my son.
Genius”
My Left Foot es una ENORME película irlandesa - británica de 1989, dirigida por Jim Sheridan, protagonizada por un ENORME Daniel Day-Lewis, Brenda Fricker, Ray McAnally, Fiona Shaw, Ruth McCabe, Alison Whelan, Cyril Cusack, Adrian Dunbar, Hugh O'Connor, entre otros.
My Left Foot está basada en la autobiografía homónima de Christy Brown.
Obtuvo 5 nominaciones al Premio Oscar de 1990 como mejor película, mejor director y mejor guión adaptado, y ganador como Mejor Actor para Daniel Day-Lewis y a la Mejor Actriz Secundaria para Brenda Fricker.
Se suele decir que un papel de un discapacitado ofrece a un actor una espléndida oportunidad de desarrollar sus recursos interpretativos.
Si bien, es un arma de doble filo, ya que en muchos casos la sobreactuación o la mala elección del actor echan por tierra la teoría, pero este no es el caso.
Daniel Day-Lewis está asombrosamente creíble en el papel de un paralítico cerebral, que decide que para él su enfermedad simplemente será un pequeño obstáculo en su devenir, y luchará con todas sus fuerzas para conseguir una vida digna, que colme sus aspiraciones, lo que incluso implicará salir adelante dentro de una numerosa y pobre familia del Dublín obrero.
La acción de My Left Foot tiene lugar en Dublín entre 1932 y 1972.
Narra la historia de un paralítico cerebral, décimo hijo de una familia de 22 hermanos.
Con tenacidad y el apoyo de la madre (ENORME Brenda Fricker), consigue afrontar su discapacidad:
Escribe y pinta con el pie izquierdo y consigue hablar sin dificultad.
Se muestra la lucha del muchacho contra sus limitaciones gracias a una inteligencia poco común en los afectados de parálisis cerebral y a sus enormes deseos de comunicarse.
La suya es una lucha de superación y rebeldía, ya que se enfada con frecuencia, contra la indiferencia, la lástima y la compasión.
Cuenta para ello con su fuerza moral y la ayuda de la madre, dotada de una fina lucidez natural, que mantiene al niño inmerso en el grupo de vecinos de edad similar, con los que comparte juegos, fiestas, travesuras, riñas y algarabías.
El muchacho es fuerte y tenaz, pero no está libre de debilidades:
Como cuando se enamora de Eileen Cole (Fiona Shaw), o la médico que le atiende, y ésta no le corresponde, él se siente muy deprimido e intenta el suicido, pero pronto se repone y busca otro amor.
My Left Foot muestra la pobreza de las familias irlandesas obreras, la miseria de sus hogares poblados de hijos, el azote del paro y la ausencia de ayudas institucionales.
My Left Foot muestra la necesidad que hay de fomentar la cultura de la integración:
"Todas las personas tienen derecho a participar en la vida social:
Ocio, diversión, educación, cultura y trabajo, en la medida de sus posibilidades"
La no discriminación es un deber cívico y ético que incumbe a todos.
Las palabras como: tullido, anormal, deficiente, inválido, impedido, imposibilitado, minusválido y similares deben ser abolidas por incorrectas, manifiestamente injustas y anacrónicas.
La narración en My Left Foot es perfecta, no se limita ni se centra en sacar a relucir la compasión hacia el protagonista interpretado ENORMEMENTE por Daniel Day-Lewis, sino en la lucha por vivir, el amor que su familia le ofrece, en especial su madre, aunque gran parte de My Left Foot es en ambientes cerrados, incluso claustrofóbicos por la dimensión y gran número de personas que habitan en ella, se puede apreciar en todo momento una tensión, no por su intriga, sino por las situaciones tan reales, que nos transmiten esa energía interior, esa vitalidad, esa fuerza inagotable por afrontar la vida, una relación familiar plagada de ternura y amor hacia su hijo, hermanos, pero a mi juicio lo primordial de My Left Foot, es ese mensaje que el director nos cuenta a través de un paralítico y su familia:
La lucha por la supervivencia y una vida digna y esa amenidad para contar es lo que te atrae y atrapa para visionar My Left Foot.
La profundidad en el relato del pintor, se produce al lamentar el estado de soledad y condescendiente marginación en el que queda, tras las actitudes de caridad con las que estará condenado a conformarse.
Afortunadamente para algunas personas en esta situación, a menudo, surge esa figura que sin importar las dificultades, acepta la realidad sin compasiones, compartiendo su vida con la persona sin más adjetivos, simplemente con unas peculiaridades que no vienen en la lista socialmente aceptada.
Como un acierto se puede tomar la eliminación por parte del director, del componente religioso de la autobiografía, un componente que aunque suponemos cierto, hubiera derivado la historia hacia unos derroteros dogmáticos poco convincentes, y es que nuestro protagonista no realiza un “acto de fe” importante y significativo delante de los miembros de la familia, Christy no será tomado en consideración ya que siempre han pensado que nunca entendía nada, cosa que no tiene nada que ver debido a que su parálisis no afectaba a su capacidad intelectual.
En esos momentos se aprecia la ignorancia de los padres al no saber concretamente qué tipo de discapacidad tenía su hijo.
La historia de Brown está basada en el libro escrito por el propio protagonista, el relato combina esa propia publicación de la obra con la inserción de diferentes flash-backs que recuerdan algunos de los momentos más importantes de su vida, fundamentados en su lucha contra las adversidades, y de alguna manera ese propio reflejo de un personaje real, estoy convencido que en su momento condicionó de cara a valorar positivamente el resultado que se ve en pantalla.
Los distintos flash-backs nos evocarán momentos de la infancia del protagonista, atención a la magnífica y ENORME labor de Hugh O’Connor encarnando a Christy niño, que está a la altura del trabajo de Day-Lewis; el cariño que le brinda su madre; el papel del padre duro y finalmente humillado al ser despedido del trabajo; las condiciones de miseria en el Dublín de la década de los 40; el ingreso del protagonista en un centro en el que conocerá a Eileen Cole (Fiona Shaw), la doctora que logrará importantes mejoras en su enfermedad y formas de expresión, la cual logrará que este pueda pintar y posteriormente escribir; el desengaño que Christy sufre al ver que esta no corresponde a su sentimiento amoroso; su intento fallido de suicidio...
Christy hizo ver a todos que no sólo no era un deficiente mental, sino que sus capacidades intelectuales y artísticas destacaban.
Allá donde otros que no tienen tanta necesidad de superarse se quedan en la medianía, Christy observó con fijeza, absorbió, peleó y forjó en sí mismo a un escritor, un poeta y un pintor que acabaría adquiriendo fama y siendo el orgullo de su modesta familia.
Y su madre, su padre y sus hermanos a su lado, dándole la mano en el difícil recorrido.
Gracias a ellos, él pudo levantarse en los momentos más negros.
Ella le enseñó a no rendirse, porque ella no se rendía jamás.
La música de My Left Foot se basa en un cuarteto de cuerdas, flautas, piano y harpa.
Con melodías cálidas, trata de expresar los sentimientos del muchacho.
“Well, Christy, that's the nearest he'll ever come to saying I love you”
My Left Foot plantea los problemas psicológicos, afectivos y sexuales, las situaciones de falta de control de Christy así como su refugio en el alcohol.
Tres detalles a tener en cuenta:
Christy rechaza el centro donde le van a rehabilitar porque los demás atendidos son niños, este centro dublinés era gratuito, y por último es importante tener una silla de ruedas, pero además debe ser la adecuada.
Curioso que en su familia Christy no es tratado como tullido, es un chico común entre los amigos y en su familia es un hijo común sin ningún privilegio.
Esto pudo ser un detonante bastante frustrante al verse entre otros discapacitados en donde era atendido como lo que realmente era, un enfermo, pero que él no se consideraba como tal.
Al ver My Left Foot me surgió ciertas preguntas, que respondo también a continuación:
¿Cuál es la actitud de los padres ante el número de hijos?
Naturalidad, ellos no lo ven como causa de lo que les pasa.
¿Cuál es la actitud de los miembros de la familia ante el hijo-hermano enfermo?
Normal, hay que fijarse en la aceptación por parte del padre, de la madre y de los hermanos, inclusive entre los amigos del barrio que lo ven como a uno más y no miran su “defecto”
¿Sabe educar la madre?
En realidad ella está siempre educando.
La madre no le compadece, por el contrario le quiere y por eso le exige para que se supere.
La madre le aumenta la autoestima y le eleva el concepto de sí mismo.
Es una simbiosis madre-hijo.
Hay que educar siempre, aún sin esperanza, esa fue su regla.
La madre tiene fe en el hijo y le enseña a luchar y a vencer:
"Yo no me rindo"
Le brinda esa necesidad de la estimulación como cuando le hace la habitación para que Christy pinte.
¿Es cierto que un niño siempre está aprendiendo, aunque no lo parezca?
En My Left Foot se ven los progresos del niño, aunque todos, salvo la madre, piensan que no entiende:
"Yo siempre le he entendido"
¿Sabe educar el padre?
El tiene un corazón de oro a pesar de su brusquedad.
El adolescente por tanto necesita la autoridad para sentirse seguro, Christy nunca le temió a su padre, de hecho lo admiraba muchísimo.
¿Cómo valorar la actitud formativa y educativa del sacerdote?
Debe formar en lo positivo, en el amor y no en el temor.
El ayudó a que Christy sintiera temor de la religión y eso se ve en My Left Foot, cuando vemos con horror la contemplación de las imágenes que el asocia con el purgatorio y con el infierno.
¿Cómo es el trato de la mujer con su marido?
"Vete a tomar una cerveza"
"Dejad a vuestro padre que gane; lo necesita"
Le respeta y no le deja en mal lugar; no permite que se le humille; también para sentirse ella segura.
En fin en My Left Foot hay una necesidad del humor en la familia, sobre todo en los momentos de tensión, pero no por la enfermedad sino por las situaciones reales de la familia.
My Left Foot se preocupa no por la parálisis sino por los efectos a la inteligencia, eso lo vemos en el peligro de la inadaptación de Christy, el peligro al sufrir decepciones en la vida social, afectiva y familiar.
El amor es una constante a lo largo de My Left Foot, tanto el que nuestro protagonista siente por su familia, en especial por su madre (Brenda Fricker), como por el sexo opuesto, como cuando se enamora de Eileen (Fiona Shaw), la doctora que le ayuda a vocalizar mejor, o de la que se convertiría en su mujer, Mary (Ruth McCabe)
Cayendo de nuevo en el aspecto familiar, vemos la diferencia entre el padre y la madre, un padre que acepta la discapacidad de su hijo pero considerándolo como una desgracia pues cree que éste ni siente ni padece hasta que observa que su hijo es un artista con un gran corazón, con un talento sin igual.
La madre, como bien dice, siempre entendió a su hijo, aunque no hablase, la madre es un reflejo de la humanidad y bondad que por naturaleza éstas llevan consigo.
El ambiente familiar es una claro ejemplo de la realidad de las familias con discapacitados, en algunos casos la persona discapacitada es el que romperá a la familia y en otros el que hará que esta familia esté más unida que nunca, así observamos unos valores familiares que van por encima de todo, que ni el hambre, ni las críticas, ni otras tontas y tantas cosas podrán romperla porque tienen a una persona que los une.
El otro aspecto a tocar en My Left Foot es la integración social del discapacitado, el cual estamos acostumbrados de alejarlo de nosotros desde lo social, laboral y amoroso, se siente como una especia de repugnancia hacia estas personas, olvidándonos de que son personas.
Estos discapacitados, como bien se muestra en My Left Foot, tiene un potencial, pierden por un lado y ganan por otro, quieren vivir, amar y sentir sin que nadie sienta compasión por ellos, no quieren ayuda extra, no quieren que les hagan nada que ellos, en sus limitaciones no puedan hacer, aman y se enamoran y eso se muestra en My Left Foot.
Son muchas las personas que debido a una discapacidad física, psíquica, sensorial e intelectual o mental son apartadas de la sociedad.
Actualmente seguimos sin ser conscientes de las consecuencias al no integrar a una persona tanto social como laboralmente.
Por suerte, personas con una voluntad de hierro como Christy Brown lograron demostrar que cualquiera puede luchar y conseguir sus metas.
My Left Foot es una oda a la superación y al amor de una madre que lo da todo por su querido hijo.
Una madre, y familia, que siempre creyó en él, que siempre le defendió de toda amenaza externa y que siempre le quiso sin comedimiento.

“All is nothing, therefore nothing must end”


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