El Mariachi

El cine Clase B, también llamado Serie B o B Movie, apareció en los tiempos del sistema de estudios de Hollywood, entre los años 1930 y 1960.
Clase B era una película realizada con bajo presupuesto y actores principiantes, no reconocidos o en decadencia.
La clasificación se siguió usando después de la caída de dicho sistema y se asocia comúnmente a producciones de baja calidad, se relaciona con el cine bizarro.
El Mariachi es una película thriller de acción de 1992.
Es el filme debut del escritor y director Robert Rodriguez, y fue producida por Carlos Gallardo.
Protagonizada por el mismo Carlos Gallardo, Peter Marquardt, Consuelo Gómez, Jaime de Hoyos, Ramiro Gómez, Reinol Martinez, entre otros.
El Mariachi fue filmado en Ciudad Acuña, en el norte de México, con un reparto mayormente amateur.
La producción, cuyo valor rondó los 7.000 dólares, estaba dirigida originalmente para el mercado de renta de videos hispanoamericano, sin embargo fue del gusto de los ejecutivos de Columbia Pictures, quienes compraron los derechos de distribución para los Estados Unidos.
El Mariachi es el debut como director de Rodriguez, quien llevó a crear dos nuevas películas, Desperado (1995) y Once Upon a Time in Mexico (2003), protagonizadas por Antonio Banderas y Salma Hayek, que conformarían la Trilogía México.
El Mariachi es, sin ningún género de dudas, la película que manifiestamente concentra todas las constantes de la obra de Rodriguez.
En efecto, esta ópera prima mantiene una estrecha relación de amor-odio con el clasicismo norteamericano, adoptando sus directrices básicas aunque mutando la idiosincrasia de las mismas en un conjunto absolutamente contestatario.
Dicho de otra forma, El Mariachi es, prácticamente, un western.
Narrativamente, El Mariachi toma partido por la más pasmosa simplicidad.
De entrada se establecen unos personajes carentes de psicología, un grupo de seres absolutamente planos que asumen su maniquea condición de arquetipos.
Todos ellos envueltos en una historia esquemática y, en ocasiones, sin sentido.
Ahora bien, esta es la pretensión básica de Rodriguez:
Aportar un microcosmos de raíces paródicas para desplazar la atención hacia lo que verdaderamente importa, la imagen.
Totalmente desprovista de contenido dramático, la cabalgata formal con la que el cineasta nos bombardea es puro y simple exhibicionismo si bien, eso sí, exhibicionismo carente de ínfulas artísticas.
De hecho, la única pretensión de Rodriguez es la de cualquier cineasta novel:
Hacerse notar… aunque sea con un terremoto del calibre de El Mariachi.
Los personajes poseen indudablemente las características de las películas de serie B, la acción es algo así como un western moderno y cutre, aunque no por ello aburrido y, cómo no, pueden entreverse algún tipo de historieta o situación muy similar a los cómics que con tanto afán Robert leía de niño.
Igualmente, demuestra el director sus grandes conocimientos musicales con la simple y entrañable música que se puede ver en este largometraje de acción, compuesta por unos cuantos “colegas” y retocada por el mismo.
Muy bueno su final poco hollywoodiense, donde matan a la chica y el reniega del amor a partir de ahí y debe olvidar la música, frente al final más típico donde mataría al malo, se quedaría con la chica, se montarían un bar nuevo y allí tocaría feliz rodeado de niños que quieren ser mariachis.
La trama gira en torno a Azul (Reinol Martínez), quien está preso en una pequeña cárcel en las afueras de la ciudad mexicana de Acuña.
Tras un tiroteo junto con sus hombres, consigue escapar para verse las caras con Moco (Peter Marquardt), un poderoso criminal que tiene dominada media ciudad. La otra mitad, le teme.
Entre esta guerra, aparece El Mariachi (Carlos Gallardo), un simple guitarrista buscando trabajo en cualquier humilde local.
Por desgracia, un error en su identidad hará que sea perseguido hasta la muerte por los hombres de Moco, creyendo que éste es Azul.
El buen mariachi, sin ninguna experiencia en armas, ni guerras ni muerte, deberá salvar su vida a base de plomo, oculto en el bar de la buena Dominó (Consuelo Gómez), el gran amor de Moco.
Ella no quiere muerte, pero tampoco quiere traicionar a Moco, no queda claro su bando…
¿Entonces por qué me gusta El Mariachi?
Pues porque Robert Rodriguez logra irse directamente al grano, porque nos envuelve en un ambiente que no conoce el aburrimiento porque le rellena de personajes y planos que aunque malos, memorables en 90 minutos.
En El Mariachi, Rodriguez nos presenta a la mujer con bigote, a un pianista sustituto de mariachi, el matón que sólo toma cerveza en botella, el protagonista con aires inocentes y voz dulce, el botones ratero y el místico pueblo que raya en western y que bien nos puede recordar a un Cómala literario.
El resultado final si sumamos todo, es igual a un film con pocas pretensiones, pero con mucha claridad.
Te llena de frescura y te deja un buen sabor de boca, aunque no entiendas…
¿¿¿Por qué???


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