Black Mass

“Keep your enemies close”

Hasta poco antes de la muerte del primer, y todopoderoso director del FBI, John Edgar Hoover, la prioridad de La Agencia Federal, fueron los atracadores de bancos, y los sospechosos de ser “espías comunistas”, pero los tiempos cambian, y el crimen organizado adquirió un inconfundible acento italiano.
La guerra contra “La Cosa Nostra” centró las prioridades del FBI, hasta un punto obsesivo.
Algunos agentes, sin embargo, entendieron el mensaje, como un “todo vale con tal de capturar a los mafiosos”
John J. Connolly y John Morris, protagonistas de la historia más impía de la agencia, se aliaron con los cabecillas de la mafia irlandesa, en una guerra sucia contra los italianos instalados en Boston.
“Sin confidentes no somos nadie”, afirmó Clarence M. Kelley, tras ser nombrado nuevo director del FBI, a raíz del fallecimiento de Hoover, en 1972.
El problema es que el precario manual para el trato con los confidentes, no resolvía los problemas más básicos:
¿Cuánto debe tolerar un agente, para obtener información?
¿Es aceptable negociar con un delincuente, a cambio de información sobre otro delincuente?
En estas, y otras muchas preguntas, la directriz era clara:
“Si es italiano, se permite casi todo”
O al menos eso entendió John J. Connolly, uno de los agentes más jóvenes de la prestigiosa “Brigada Nacional contra El Crimen Organizado”, que a su regreso en 1975, a la ciudad de Boston, donde se había criado, se encargó de contactar con el héroe de su infancia, Whitey Bulger; y su socio y contacto con “La Costra Nostra”, Stephen J. “The Rifleman” Flemmi, para ofrecerles un trato, entonces “bendecido” por la dirección del FBI.
James Joseph “Whitey” Bulger, Jr., alias “Thomas F. Baxter”, “Tom Harris”, “Tom Bulger”, “Mark Shapeton”, “Thomas Marshall”, y “Charles Gasko”, es una ex figura de la delincuencia organizada en el sur de Boston, Massachusetts, Estados Unidos.
El folklore local, muestra a Bulger representado como “un bandido social”, al estilo de Robin Hood, dedicado a la protección de la zona y sus habitantes.
Bulger, es el hermano del hoy ex presidente del Senado de Massachusetts, Billy Bulger; pero su vida, estaba hecha para la leyenda:
Con 26 años, y mientras cumplía su primera condena en prisión, por 3 atracos a bancos de Massachusetts, Rhode Island, e Indiana, James “Whitey” Bulger, escribió a un cura de Boston:
“No soy un ángel, pero, sé que si no me ayudo a mí mismo, no tendré futuro.
Sólo podré hacerlo, si desarrollo buenos hábitos de conducta, y una actitud sensible”
Nunca lo hizo...
Bulger se erigió, en uno de los jefes de la mafia de Boston, más legendarios y temidos.
Durante casi 3 décadas, nadie sospechó que el mafioso más peligroso y mitificado de la ciudad, era en realidad, un confidente con licencia federal para delinquir, y una baraja interminable de cartas bajo la manga.
Desde principios de los 70, en sus cuarenta y tantos años, fue el desconocido “Rey de la Winter Hill Gang”, la mafia irlandesa de Boston, en sangrienta competencia con la mucha más famosa mafia italiana, nunca detenido por su cruel reputación, y estrecha relación con el FBI.
El ascenso de Bulger, fue posible gracias a 2 razones principales:
Era un asesino nato, con un insaciable apetito de violencia; y tenía al FBI de su lado.
Aunque muchos dicen, que fue esto último lo que realmente desempeñó un papel decisivo.
¿Cómo llegó a ocurrir todo esto?
¿Cómo un “don nadie” pudo terminar convirtiéndose en un personaje tan importante?
Para encontrar respuestas a estas preguntas, debemos remontarnos a una reunión celebrada en Quince, Boston, en 1975, para John Connolly, desesperado por labrarse una reputación en el FBI, lo único verdaderamente importante era, cómo enfrentarse a La Cosa Nostra.
Durante años, la mafia había provocado quebraderos de cabeza a las autoridades de la ciudad, que necesitaban un infiltrado que pudiese suministrarles información.
Sentados en el sedán Plymouth de Connolly, éste, y el gánster Bulger, llegaron a un acuerdo:
A cambio de inmunidad por los delitos “ordinarios”, Bulger aportaría información sobre sus rivales italianos.
La agencia se llevaría los honores de terminar con el crimen organizado y, gradualmente, Bulger y la Winter Hill Gang, se irían haciendo con el control de los negocios ilícitos.
Incluso, antes de que él y Connolly estableciesen su pacto, Bulger ya había peleado, pateado, acuchillado, e incluso ametrallado en varias ocasiones, para ascender en el escalafón de la Winter Hill Gang, equivalente irlandés de la mafia, y conocida por algunos como “The Murphis”
Todo lo que necesitaba para completar su ascenso, era un “empujón”… que Connolly le proporcionó.
La propuesta de Connolly, era sencillamente que, a cambio de informar sobre La Cosa Nostra, El FBI miraría a otro lado en los negocios sucios de Bulger, que se centraban en las apuestas ilegales, y en el cobro de préstamos.
“De acuerdo.
Si ellos juegan a las damas, nosotros jugaremos al ajedrez”, contestó el mafioso irlandés, a la oferta del FBI, que había convencido a Bulger, de que La Cosa Nostra no iba a tardar en borrar a su banda del mapa, si no aceptaban “la alianza”
No obstante, el acuerdo era en su origen, completamente legal, y prometía ser infranqueable:
Nadie en la ciudad, podría pensar que el legendario irlandés, fuera un soplón.
Fue la relación viciada, entre Connolly y su héroe de la infancia, Bulger, bajo cuya leyenda criminal se había criado en las calles de Southie, un antiguo barrio obrero de orígenes irlandeses, lo que complicó todo.
Solo 5 semanas después de que se abriera el informe de confidente, el irlandés se anotó su primer asesinato como confidente, sin que a Connolly pareciera importarle.
Este doble juego de Bulger, fue posible debido en parte, a que en el folklore local, era una suerte de “Robin Hood”, dedicado a la protección de las esencias de Southie, y a terminar con los matones de poca monta.
Un criminal a la vieja usanza, que impedía el paso de las nuevas corrientes, y del nocivo narcotráfico.
Pero nada más lejos de la realidad:
Bulger bebía poco, y no tomaba drogas, despreciaba a los bebedores, y odiaba a los drogadictos, lo cual no significaba que fuera hostil a su venta.
El soplón irlandés, permitía el tráfico de cocaína y heroína en su viejo barrio, a cambio de una comisión por parte de los camellos.
Su imagen de “un bueno entre los malos”, no en vano, se veía flanqueada por la notoria carrera política de uno de los hermanos de Bulger, el otro era juez auxiliar en Boston, William “Billy” Bulger, que en 1978, se convirtió en Presidente del Senado de Massachusetts, y tuvo una larga carrera política, en paralelo a la senda criminal de Whitey.
Las líneas familiares, se mezclaban así de forma difusa con las profesionales, y las criminales.
De hecho, Connolly, Whitey Bulger, y Billy Bulger, se habían criado en el mismo edificio de protección oficial en Southie.
Así las cosas, a partir de 1975, Bulger fue informante de La Oficina Federal de Investigaciones (FBI)
Como resultado, El FBI ignoró en gran medida a su organización, a cambio de información sobre el funcionamiento interno de la familia patriarca del crimen ítalo-americano, tal como le fue pactado.
Sin embargo, la relación entre El FBI y Bulger, retrató el mal funcionamiento del programa de confidentes, e implicó a numerosos agentes que habían mirado a otro lado, o directamente habían asumido que ese era el precio de obtener información de primera; no obstante, los principales responsables de que tuviera lugar algo así, fueron ante todo, Connolly, y su supervisor John Morris, que terminaron infringiendo una larga lista de delitos, con tal de proteger a los que pasaron a ser “sus amigos”
De este modo, Connolly se dedicó durante casi 20 años, a boicotear todas las investigaciones abiertas contra la banda de Bulger, y a inflar de elogios, los informes sobre “las bondades del gánster irlandés”, así como a achacarle las informaciones de otros confidentes.
El objetivo final era demostrar, como defendió Connolly durante años, que Whitey era uno de los mejores confidentes en la historia del FBI.
Su nivel, no en vano, era el de “confidente de máximo nivel”, es decir, un infiltrado que suministra información secreta de primera mano, sobre figuras destacadas del crimen organizado.
Pero:
¿Realmente era un confidente valioso?
¿Tenía información de primera mano?
En la interminable guerra entre El FBI y el capo mafioso, Gennaro Angiulo; Connolly y su hombre irlandés, recibieron todas las felicitaciones.
Como cabía esperar, Bulger y su compinche “The Rifleman” Flemmi, siguieron haciendo negocios con los italianos.
La policía de Massachusetts, reunió un impresionante “dossier” contra ellos, con pruebas de que la Winter Hill Gang se había pasado al tráfico de drogas, y al negocio de la “protección”
Y es que la mayor parte de la información suministrada por Bulger, contra La Cosa Nostra, en realidad pertenecía a Flemmi, de padre italiano, aunque Connolly se la atribuía, una y otra vez al irlandés.
Además, la mayor parte de los miembros de La Cosa Nostra, a los que Bulger delató, supusieron una vez desaparecidos, una gran oportunidad de negocio para precisamente, su banda.
Como ejemplo de ello, en los años 80, Bulger facilitó los datos necesarios, para que El FBI pudiera introducir una grabadora dentro del local de los hermanos Angiulo, los representantes de La Cosa Nostra en Boston, y así incriminarlos.
La operación resultó un éxito, y Connolly dejó a todos claro, que las escuchas habían sido posibles, gracias a Bulger y Flemmi.
Lo cual era cierto, pero también lo era, que el irlandés tenía un gran número de negocios compartidos con los italianos, y una gran deuda económica contraída con los hermanos Angiulo, que ya jamás cobrarían.
El FBI no reaccionó.
Connolly, rechazaba que su hombre fuese un capo importante, e insistía en que estaba desempeñando un papel fundamental en la lucha contra la mafia.
Al mismo tiempo, él y Bulger mantenían una relación de amistad.
Una y otra vez, las investigaciones de la policía local, y la policía estatal, fracasaron en su persecución a la banda irlandesa, que no dejaba de crecer en volumen de negocio.
Bulger y Flemmi, siempre estaban un paso por delante de la policía, y sabían con antelación, si estaban siendo grabados.
Los agentes del FBI, Connolly y Morris, se encargaban de informarlos al milímetro, lo cual a esas alturas, hacían por simple amistad.
La primera de las muchas cenas que celebraría los 4 juntos en los siguientes años, donde algún otro agente del FBI también participó, tuvo lugar en la zona de Lexington, en 1979.
El intercambio de regalos, en muchos casos dinero, se convirtió en algo habitual en el grupo y, desde que Whitey se trasladó a una vivienda contigua a la de su hermano, en South Boston, contaron con la presencia esporádica del Presidente del Senado.
Ciertamente, La Cosa Nostra no levantó cabeza en Boston, y sufrió 3 durísimos golpes policiales, casi consecutivos, entre 1975 y 1989, pero el precio pagado por el viciado FBI, fue demasiado alto.
Bulger actuó y asesinó a sus anchas, hasta alzarse como el miembro del hampa más importante de la ciudad, para desesperación de La DEA, y otros grupos policías, ignorantes del pacto secreto.
No fue hasta mediados de 1995, cuando ya Morris y Connolly no se encontraban en la primera línea del FBI, que pudieron sacar adelante, un caso contra los criminales irlandeses, en relación a la brigada de corredores de apuesta, a los que cobraban una comisión.
Así las cosas, si Bulger llegaba a ser detenido, su juicio prometía ser un espectáculo judicial, sin precedentes.
El agente federal, había cantado haciendo oídos sordos a las advertencias de Bulger, quien en octubre de 1995, llamó a la oficina de Morris, en Virginia, con un mensaje claro:
“Si yo voy a la cárcel, tú también irás.
Pienso llevarte conmigo hijo de puta”
Esa misma noche, Morris sufrió un infarto, pese a lo cual sobrevivió para ver cómo El FBI de Boston, quedaba arrasado por el mayor escándalo en la historia de La Agencia Federal.
Como resultado, Bulger y Flemmi fueron acusados de haber participado en, 19 y 10 asesinatos respectivamente, entre 1973 y 1985.
Algunos, eran víctimas inocentes, otros soplones como él, la mayoría, gánsteres rivales y delincuentes; 2 fueron mujeres, Debra Davis, y Deborah Hussey, la novia, aunque este crimen no se ha probado, y la hijastra de su mejor amigo, y también informador del FBI, Stephen Flemmi, las únicas a las que Bulger niega haber ejecutado porque, asegura, solo liquidaba a hombres.
A unos los mató de un tiro en la sien, o por la espalda; a otros acribillados a balazos; a ellas, las estranguló con sus propias manos.
Antes de enterrarlos en sótanos olvidados o descampados, sus compinches les arrancaban los dientes, y les cortaban los dedos de los pies y de las manos, para hacer más difícil la identificación de los cadáveres.
Mientras ellos limpiaban la escena del crimen, Bulger se echaba la siesta…
“Tras asesinar, parecía como si se hubiera tomado un Valium”, declaró Kevin Weeks, a quien Bulger erigió como su protegido, y que ahora cumple condena por esos delitos.
Bulger, Flemmi, y sus cómplices, fueron acusados de participar en el tráfico de cocaína y marihuana; de extorsionar a los traficantes de drogas, corredores de apuestas y prestamistas, de obstrucción a la justicia, y de blanqueo de capitales procedentes de operaciones ilícitas, relacionadas con el sector inmobiliario y corporativo.
A partir de 1997, los medios de Nueva Inglaterra, exponen las acciones penales por las leyes federales, estatales, y locales del orden público vinculados a Bulger.
Para El FBI, especialmente, esto les ha causado mucha vergüenza.
El 23 de diciembre de 1994, después de ser avisado por su ex controlador del FBI sobre una acusación pendiente bajo La Ley de Chantaje Civil, Influencia y Organizaciones Corruptas (RICO), Bulger huyó de Boston, y pasó a la clandestinidad.
Durante 16 años, él se mantuvo fugitivo.
En 12 de esos años, Bulger fue prominente en “la lista de los 10 fugitivos más buscados por El FBI”
Con su cabeza valorada en $1 millón, y una miríada de enemigos, a ambos lados de la ley, sabe que son muchos los que desean verle entre rejas, aunque, escurridizo como un pez, ha conseguido escapar de todas las redes que le han tendido.
Es un maestro del disfraz, con la sangre fría, y los recursos para vivir bien, aún en las circunstancias más complicadas; y se ha mofado del FBI, visitando los más famosos lugares de recreo del planeta.
Y es que Bulger es un viajero incansable, ávido lector, y amante de la historia.
Sabe disfrutar de su libertad, y en los últimos años, se le ha visto en España, Italia, Canadá, y varios estados de EEUU, así como en Reino Unido, e Irlanda.
Se sabe que viaja con la que ha sido su compañera de toda la vida, Catherine Greig, una higienista dental, de 52 años, que también puede ir armada, y a quien El FBI describe como “muy peligrosa”
La pareja, que como era de esperar, ha sido comparada con “Bonnie & Clyde”, cambia de nombre y aspecto con frecuencia, y cuida de no dejar pistas que puedan identificarla.
Sin embargo, y a pesar de su existencia errante, mantienen relación con su familia y amigos, y se las arreglan para visitar museos, galerías de arte, y cines.
Otros personajes implicados en la red de corrupción de Whitey, han tenido menos suerte.
El teniente retirado de la policía de Boston, Richard Schneiderhan, fue declarado culpable de obstrucción a la justicia, al informar a los hermanos de Bulger, de que se habían intervenido sus teléfonos.
El “contacto” de Whitey Bulger en El FBI, John Connolly, que en 1975, llegó a un acuerdo con él, para que éste facilitara información sobre la mafia, a cambio de inmunidad, fue condenado a 10 años de prisión.
La policía declaró, que había ayudado a Bulger, y a su hombre de confianza, Stephen Flemmi, a conocer de antemano, los movimientos de los investigadores.
Y es que Bulger, no es precisamente benevolente con aquellos que conspiran en su contra.
Tras recibir información a través de Connolly, sobre las investigaciones policiales en curso, dicen que ordenó la ejecución de 2 informadores del FBI, y de una tercera persona, que era un posible testigo de cargo.
Los 3 fueron asesinados a tiros.
Como dato curioso, de las muchas llamadas que en estos últimos años, ha recibido El FBI, para alertar del paradero de Bulger:
Una recibida en 2006, aseguraba haber visto al fugitivo, en un cine viendo el filme “The Departed” (2006)
La última pista creíble sobre su paradero, fue en 2002, en Londres.
Por su parte, Connolly y Morris, fueron acusados, entre otros crímenes, de aceptar sobornos, de obstrucción a la justicia, de revelar de forma ilegal información confidencial, y de falsificar informes oficiales.
En 2008, el ex agente del FBI, Connolly, asimismo, fue condenado a 40 años de prisión, por homicidio impremeditado en el asesinato de John Callahan, un contable de Boston, que se había interpuesto en el camino de los 4 amigos criminales.
La Agencia Federal, dobló la recompensa ofrecida por la novia de Bulger, Catherine Greig, de $100.000; y por Bulger se ofrecían $2 millones, la más alta por un estadounidense; y aportó detalles de su vida, con la esperanza de que dando con el paradero de la novia, esta les condujera hasta el gánster.
Para ello, El FBI ofreció datos sobre las aficiones de la mujer, como su pasión por los perros, su asistencia a centros de belleza, y la posibilidad de que trabajara en una clínica dental, ya que esa había sido su profesión, antes de convertirse en fugitiva.
La campaña de busca y captura, se emitió en programas que tenían como audiencia, mujeres de la edad, e intereses de Greig.
Y dio resultado.
El 22 de junio de 2011, Bulger fue arrestado, fuera de un apartamento en Santa Monica, California.
Su novia, Catherine Greig, fue detenida junto a él.
Bulger tenía 81 años de edad, al momento de su detención.
Poco después, Bulger y Greig, fueron extraditados a Massachusetts, y llevados bajo fuerte custodia, a La Corte Federal Marítima.
Esto hizo necesario, el cierre de una parte del puerto de Boston.
Greig se declaró culpable de conspiración, por albergar a un fugitivo con fraude de identidad, y conspiración para cometer fraude de identidad, y fue condenada en junio de 2012, a 8 años de prisión.
Bulger, no ha solicitado la libertad bajo fianza, y permanece en custodia, en La Casa de Corrección en Plymouth, Massachusetts, Condado de Plymouth.
El 5 de noviembre de 2012, Bulger fue llevado a un hospital, desde su celda Plymouth, después de quejarse de dolores en el pecho.
El 14 de noviembre, Greig interpuso un recurso, con intención de acortar la pena de prisión, por haberlo ayudado cuando era un fugitivo.
El 12 de junio de 2013, Bulger fue a juicio, por 32 cargos de crimen organizado, lavado de dinero, extorsión, y cargos de armas; incluyendo su complicidad en 19 asesinatos.
El 12 de agosto de 2013, fue declarado culpable de 31 cargos, entre ellos, 2 cargos de crimen organizado, y se encontró, que ha participado en 11 asesinatos.
Hoy tiene 86 años.
A pesar de todo ello, Bulger sigue teniendo defensores en el sur de Boston, donde es recordado, casi con cariño, como una especie de “Pimpinela Escarlata”, y el símbolo más poderoso de la mafia irlandesa.
En contraste con la vida de Bulger, su hermano menor, William, fue uno de los políticos más poderosos del Senado de Massachusetts, durante casi 20 años, y después, Presidente de La Universidad de ese mismo Estado.
En 2003, William Bulger abandonó la Universidad, tras años de intensa presión del entonces Gobernador Mitt Romney, candidato republicano a La Casa Blanca.
Romney declaró, que Bulger no merecía dirigir esa instancia educativa, ya que no cooperó totalmente con una investigación del Congreso, sobre el paradero de su hermano.
“Take your shot but make it your best.
'Cause I get up, I eat ya”
Black Mass es un drama dirigido por Scott Cooper, en el año 2015.
Protagonizado por Johnny Depp, Dakota Johnson, Joel Edgerton, Juno Temple, Guy Pearce, Benedict Cumberbatch, Kevin Bacon, Jesse Plemons, Sienna Miller, Rory Cochrane, Julianne Nicholson, Adam Scott, David Harbour, Jeremy Strong, Brad Carter, W. Earl Brown, Corey Stoll, entre otros.
El guión es de Mark Mallouk y Jez Butterworth, basados en la novela de 2001:
“Black Mass: The True Story Of An Unholy Alliance Between The FBI And The Irish Mob”, escrita por Dick Lehr y Gerard O'Neill; de la que se dice que es “una historia verdadera de Billy Bulger, Whitey Bulger, el agente de FBI, John Connolly, y el programa de protección de testigos del FBI, que fue creado por J. Edgar Hoover”
Y que fue la inspiración al gánster de Jack Nicholson, en la oscarizada película “The Departed” (2006)
Por parte de los escritores:
O’Neill ha ganado los premios Pulitzer, Hancock, y Loeb.
Lehr, fue finalista del Pulitzer, y también ha ganado los premios Hancock, y Loeb.
En la actualidad, es profesor de periodismo en la Universidad de Boston, donde es codirector de una clínica de investigación de informes.
Como dato, Barry Levinson iba a dirigir la película basada en Whitey Bulger, el jefe del crimen en Boston.
El rodaje empezó en Boston, en 2014, siendo distribuida en septiembre de 2015.
La trama sucede en el sur de Boston, en la década de 1970, cuando el agente del FBI, John Connolly (Joel Edgerton), convence al mafioso irlandés, James “Whitey” Bulger (Johnny Depp), un delincuente recién salido de la cárcel, para que colabore con El FBI, y elimine a un enemigo común:
La mafia italiana.
Se formará así, una nefasta alianza, que provocó una espiral fuera de control, permitiendo a Whitey, escapar del ámbito de la ley, consolidar su poder, y convertirse en uno de los más implacables y poderosos gánsteres de la historia de Boston.
Convertido en el mayor “señor del crimen” de la ciudad, y al mismo tiempo, protegido por el sistema, Bulger se precipitará en una espiral criminal, que pondrá en peligro su estatus, y el de quienes le rodean.
Crimen, autoridad, y poder.
Mafia, policía, y clase política.
Esos son los vértices de una película que, sin mayores aspavientos formales, deja su destino en manos de unos actores entregados a la causa.
Una increíble historia real, de cómo El FBI, permitió el ascenso a la gloria criminal, del hermano de un poderoso Senador del estado de Massachusetts.
Una historia basada en el crimen organizado, la obstrucción a la justicia, la corrupción, y el asesinato, que convirtió al mafioso Bulger, en la persona más buscada por El FBI después de Osama Bin Laden; y a la oficina de Boston, en la más investigada en la historia de la Agencia.
“You spill the secret family recipe today, maybe you spill a little something about me tomorrow, hm?”
Llevar al cine la historia de los gánsteres estadounidenses, ya es algo consagrado, y pareciera que no hay mucho por decir.
Sin embargo, cuando se obtiene una historia sólida, y un director con astucia, su atractivo se vuelve más grande, cuando lo acuerpan actores de gran calidad.
Así se aprecia la historia del hombre que busca su propio éxito, a costa del crimen a conveniencia, y la corrupción.
Hacer lo correcto, o ser un criminal.
Ser leal, o una “rata”
Renunciar a tus orígenes por el bien común, o aferrarte a ellos, y aprovecharte de lo que pueden ofrecerte.
Y lo veremos a través de los ojos de los 3 personajes principales, que han crecido en el mismo barrio, al sur de Boston:
John Connolly, agente del FBI; Billy Bulger, político muy bien posicionado; y Jimmy “Whitey” Bulger, hermano del anterior y, como reza el subtítulo italiano del filme:
“El Último Gánster”
La presentación, no deja lugar a dudas:
Estamos en la sala de interrogatorios, y se pide al detenido, especifique su relación con Jimmy Bulger, su jefe en el grupo mafioso.
A partir de ahí, Black Mass avanza cronológicamente, mostrando con el paso de los años, cómo Jimmy pasó de ser un miembro menor de la banda, a convertirse en el mayor criminal de la zona, gracias, nada más y nada menos, que al FBI y, en concreto, al agente Connolly.
El recurso del interrogatorio, se utilizará más o menos en cada episodio, pero es engañoso:
Ni se relatan los hechos desde el punto de vista del interrogado, ni se limitan a mostrar en imágenes, lo que cada uno de ellos vivió, sino que se trata de simples introducciones, para empujar el avance de la trama, en torno a 3 personajes solamente.
Del reparto, Joel Edgerton, acertadísimo, sorprende una vez más, transforma su mirada, sus gestos, su lenguaje, su forma de caminar, y de vestir, como le señala su aterrada mujer, a medida que pasan los años, a medida que el agente prioriza la lealtad a su barrio, a sus amigos, a sentirse parte de algo que conoce bien, antes que juramento para devenir agente del FBI.
Como actor, Johnny Depp siempre ha disfrutado la transformación total, su fama siempre ha estado demostrada por sus metamorfosis.
En una entrevista conjunta con el director, ambos charlaron sobre los retos de interpretar a un criminal que, como dijo el director:
“Dejó una herida emocional en Boston”
Depp, se sumerge con decisión, y sin coartada irónica, en el pozo de oscuridad que habita su personaje, aunque también es capaz de esculpir matices en la cara del monstruo:
Un convincente halo de ternura en la relación con su hijo; o una corriente subterránea de ingenio e inteligencia, que permite a Bulger, llevar a cabo sus maquiavélicos planes.
Uno de los placeres de Black Mass, consiste en ver a Depp, clavar su tensa y ambigua mirada, transformada por unas lentillas azul claro, a modo de vampiro, que poco parpadea para no perder de vista a su presa; en un interlocutor cualquiera, que se convierte al instante, en una víctima potencial, o en un nuevo aliado.
Cooper, también recuerda vívidamente, las reacciones impresionadas de los bostonianos, algunos de los cuales conocieron a Bulger, y no estaban dispuestos a verlo resurgir en las calles del sur de Boston.
“Johnny se arriesga como actor, de una forma en la que la mayoría de los actores de cine no lo harían, porque tienen demasiado miedo de perder a su público, y de perder su estatus como estrellas de cine”, dijo Cooper.
“La transformación emocional y psicológica que vi en este hombre, que es tan dulce, gentil, amable, y considerado en eso, ni siquiera sé de donde viene”, dijo el director.
“Creo que lo llaman esquizofrenia”, respondió Depp.
Y Benedict Cumberbatch, es la mezcla perfecta entre los comportamientos de los 2 personajes anteriores.
Billy no permitirá, ni se doblegará ante el chantaje, pero se preocupara por el destino de su hermano mayor.
Sin utilizar sus influencias, sin entrometerse; porque “la familia es la familia”
Y esa lealtad a los suyos, también le conllevará consciencias, y le pasará factura.
Son 3 personajes, con 3 decisiones, en una misma historia.
No obstante, en Black Mass hicieron falta escenas, en las que se conozca más y mejor a los personajes, particularmente aquellos que acaban mal.
Como por ejemplo, Deborah Hussey, el personaje de Juno Temple, entra y sale en 5 minutos.
Y ese maquillaje de Depp, que a veces canta bastante, sobre todo en las mejillas...
Sin embargo, todo lo anterior se cubre gracias a una cuidada ambientación, una cinematografía y decorados de los más cuidados vistos en el cine que toma como marco los años 70, 80 y 90; y una banda sonora que acompaña muy bien las escenas.
“What's he done?
Everything!”
El mafioso James “Whitey” Bulger, llegó a ser el #2 en “la lista de los 10 criminales más buscados por El FBI”, tan solo por detrás de Osama Bin Laden.
El hecho de ser uno de los fugitivos más buscados de EEUU, amplió aún más su halo de todopoderoso, y escurridizo jefe mafioso.
Durante décadas, Bulger dominó el hampa de Boston, con mano de hierro.
Su inclemencia, decisión, impasibilidad, y brutalidad, mezclada con el dudoso código de protección de los suyos, contribuyeron a crear el aura de “capo de la mafia implacable”, coincidiendo con los años en los que la ciudad era el epítome de la corrupción y la violencia.
Bulger representaba como nadie, la esencia de una época que ya ha desaparecido, pero que ha sido rememorada durante el proceso que, a lo largo de los últimos años, ha juzgado los crímenes de Whitey.
A James “Whitey” Bulger no le gusta la película sobre su vida criminal “Black Mass”
Después de que Johnny Depp afirmase, que retrataría al preso como “un ser humano con buen corazón”
El delincuente, conocido por formar parte de la mafia de Boston, y de colaborar a su vez con El FBI, continúa criticando tanto a la película, como al actor.
Ahora lo ha hecho a través de su abogado, Hank Brennan.
“La avaricia de Hollywood, está detrás de la prisa por retratar a mi cliente.
“Black Mass” ha perdido el verdadero azote creado en el caso, la amenaza real a Boston durante ese tiempo, y entre otros casos, la complicidad existente entre la mafia, y El Gobierno Federal, y la relación de cada uno de los asesinatos, con el nivel más alto del programa de información al FBI”, ha añadido Brennan.
Tras estas declaraciones del letrado, parece que Bulger no tiene ninguna intención de comunicarse con el actor, y tampoco de ver “Black Mass”, si llega a proyectarse en la prisión donde está encarcelado.
“No quisiera faltarle el respeto a las víctimas, o a las familias de las víctimas, pero una parte de mí estaba contenta de que en su momento, Bulger hullera”, dijo Depp.
“Por 16 años, estuvo en fuga, y no estaba causando problemas, vivía su vida, bien por él”
Como dato, el año pasado, se produjo un documental titulado:
“Whitey: United States of America v. James J. Bulger”, en el que se narra su carrera criminal, a la vez que se vive en tiempo real, la evolución del juicio que le sentenció a un par de cadenas perpetuas.
Lo más brutal de aquel documental, era la parte de las víctimas.
Personas normales, que han tenido la desgracia de vivir bajo el reinado de terror, de una gente amparada por el mismo gobierno que debería de protegerles, y esto por lo visto, era perfectamente sabido a nivel de calle:
“Whitey era intocable”
Familiares de asesinados, testigos con un valor sacado de, no se sabe dónde, que acaban también bajo tierra, etc.
Pese a su doble juego, Bulger, fiel a los códigos de la mafia, siempre ha negado ser un soplón, diciendo:
“Yo pago por la información, no la vendo”
La casa de los horrores, donde Bulger ejecutó y enterró a muchas de sus víctimas, hoy es objeto de peregrinación.
Varios de los secuaces de Bulger, han escrito libros, sobre los años de extorsión y metralla junto a él.
Y como era de esperar, su propia figura ha inspirado películas de Hollywood, tanto que Jack Nicholson se apoyó en él, para su montar su personaje de Frank Costello, en la película de Martin Scorsese, ganadora de 4 premios Oscar, incluyendo Mejor Película:
“The Departed” (2006)
La crudeza de sus delitos, y la forma de cometerlos, son propias del mejor cine negro.
Sin embargo, se trata de un guión rodado en carne viva por Bulger:
“El Último Mafioso”

“Hey, buddy.
I need you to listen very carefully to what I'm saying because there are lessons again and again throughout your whole life.
You gotta learn from these things, right?
It's not what you do, it's when and where you do it, and who you do it to or with.
If nobody sees it, it didn't happen”



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