The Martian

“Help is only 140 million miles away”

Todo ser humano, tiene un instinto básico:
“Ayudar a otros”
Si un caminante se pierde en las montañas, se coordinará una búsqueda.
Si un tren se descarrila, la gente hará fila para donar sangre.
Si un terremoto devasta una ciudad, gente de todas partes, enviará ayuda de emergencia.
Esto es tan básicamente humano, que se encuentra en toda cultura, sin excepción.
Y sí, hay imbéciles a los que no les importa, pero les superan con creces, la gente a la que sí.
Si se encuentra usted en el lugar de uno u otro, su esperanza de vivir, dependerá de su propio ingenio, si puede sobrevivir solo; y un rescate, si la supervivencia es por tiempo limitado; es decir, antes de que el hambre o el medioambiente lo maten.
A pesar de los adelantos técnicos, el ser humano no ha cambiado gran cosa entre el siglo XVIII y el XXI:
Sentimos y padecemos hambre y sed, enfermedad y heridas; precisamos refugio, seguridad… y mantener la cordura.
El fenómeno literario que fue “Robinson Crusoe” (1719), inspiro a una legión de escritores, quienes hicieron sus propias obras, con mayor o menor mérito.
El género que en inglés se denominó “Robinsonade”, cundió hasta nuestro tiempo, y lejos de perder, ha ganado vigencia.
El protagonista, suele llegar a una isla desierta y se dan varios temas recurrentes, que pueden darse combinados:
Aislamiento, nuevos comienzos, y encuentros con nativos, por ejemplo, el “Viernes” de la trama inicial…
No todas descienden de Daniel Defoe; en el que protagonista debe sobreponerse a las fuerzas naturales, y a todo obstáculo que encuentre, o entregarse a la muerte.
“The Martian” es la novela debut, del escritor estadounidense, Andy Weir; que fue originalmente auto publicada en 2011, tras lo cual, Crown Publishing adquirió los derechos, reeditándola en 2014.
En “The Martian”, ya se advierte la presencia de un excelente narrador, y un purista de la exactitud científica.
Andy Weir, nació y se crio en California, EEUU; hijo de físico e ingeniero, a los 15 años fue contratado por un laboratorio nacional, donde desde entonces, ha desarrollado una amplia labor como programador informático, e ingeniero de software.
Su principal motivo de fascinación, es la ciencia, y en concreto, los temas relacionados con la física relativista, la mecánica orbital, y la historia de los vuelos espaciales tripulados.
Con esta novela, Weir podría convertirse en el nuevo fenómeno mundial del género de la ciencia ficción, cuya historia sigue a un astronauta estadounidense, llamado Mark Watney, que queda varado solo en Marte, debiendo improvisar, con el fin de sobrevivir; pues 6 días atrás, Watney se convirtió en uno de los primeros hombres en caminar por la superficie de Marte.
Y ahora está seguro, de que será el primer hombre en morir allí.
La tripulación de la nave en que viajaba, se vio obligada a evacuar el planeta, a causa de una tormenta de polvo, dejando atrás a Mark, tras darlo por muerto.
Pero él está vivo, y atrapado a millones de kilómetros de cualquier ser humano, sin posibilidad de enviar señales a La Tierra.
De todos modos, si lograra establecer conexión, moriría mucho antes de que el rescate llegara.
Sin embargo, Mark no se da por vencido; armado con su ingenio, sus habilidades, y sus conocimientos sobre botánica, se enfrentará a obstáculos, aparentemente insuperables.
Por suerte, el sentido del humor resultará ser su mayor fuente de fuerza.
Obstinado en seguir con vida, incubará un plan, absolutamente demencial, para ponerse en contacto con La NASA.
El libro, se centra así, en la supervivencia de Mark Watney, en un ambiente tan hostil como Marte, con sus cráteres, tormentas de arena, y color rojo hasta donde abarca la vista.
En esta novela, hay mucho de varias obras literarias, como:
“L'Île Mystérieuse” (1874) de Jules Verne; y también del “Robinson Crusoe” (1719) de Daniel Defoe, pero en un pasaje inhóspito, como es el planeta Marte.
La obra, se ha descrito cinematográficamente, como una mezcla entre “Apollo 13” (1995) y “Cast Away” (2000)
Una intensa y valiente historia de supervivencia, que alterna la narración, con las entradas que Mark hace en su diario.
Con un final sorprendente, “The Martian” está brillantemente construida, con una mecánica del suspense, que sorprenderá al lector, una y otra vez, y le hará perderse en el cosmos de la naturaleza humana, y la lucha por sobrevivir en soledad.
El humor desenfadado del protagonista, se hace indispensable en una situación tan hostil y salvaje, como la que está viviendo; y la precisión con la que se tratan los aspectos científicos y tecnológicos, demuestra el cuidado trabajo de documentación, realizado por el autor.
Así, a base de un diario bastante completo y concienzudo, Mark nos va relatando sus experiencias y peripecias, de forma bastante extensa.
Las entradas de este diario, son más o menos consecutivas, a veces tenemos algunos saltos temporales, otras veces, hay varias entradas un mismo día... todo depende de lo que va sucediendo.
Desde el primer momento, se puede palpar la angustia y el terror que siente el protagonista, pero también la esperanza y el instinto de supervivencia, que poco tarda en desterrar a todos los demás sentimientos.
El contenido científico es alto, por no decir muy alto, de hecho, es un libro de texto de ciencia mecánica, física, química, astronomía, botánica, ecológica, etc.
El protagonista, es ingeniero mecánico, y botánico, y con algunas de las explicaciones técnicas, científicas, e ingenieriles que aparecen, se puede entender para una persona de corriente conocimiento, pues se tocan casi todas las áreas:
Desde mecánica, pasando por física, química, geología, botánica...
Como dato, a Mark Watney le pasan muchísimas cosas durante su estancia en Marte, y ninguna buena, pero consigue salir de casi todas, sin apenas un rasguño.
Otra cosa que ha gustado bastante del libro, es el toque de humor que está presente.
Casi todo, son chistes malos, aprovechándose de la situación, o mediante contestaciones fuera de tono, pero es un tipo de humor que gusta, y sorprende mucho este aspecto del libro en concreto, porque a veces aparece un chiste en mitad de una situación muy tensa, y descoloca totalmente.
“The Martian”, finalmente ha resultado ser un libro entretenido, que te mantiene pegado a las páginas, por el simple hecho de querer saber, cómo va a terminar Mark, que está lleno de problemas, y de soluciones improvisadas.
Es una novela muy bien cuidada en el aspecto técnico y científico, tal vez Andy tenga amigos en La NASA, que le hayan dado muchas pistas, sobre cómo es el plan para llevar seres humanos a Marte, si no es así, la misma NASA debería echarle un ojo, para darse varias ideas interesantes, ingeniosas, y bastante originales.
Así las cosas, el libro de Weir, fue altamente elogiado por su verosimilitud, y rigurosa explicación de los hechos, exceptuando, en palabras del propio Weir, “la licencia ficticia que se tomó al incluir la tormenta marciana inicial, imposible en la realidad, pero necesaria para darle fuste a la narración”, según cuenta el escritor.
Andy Weir mismo, ha dicho en su página de Facebook, que tiene miedo de que el Neil deGrasse Tyson, argumente que las tormentas de arena en Marte, no tienen la suficiente fuerza como para poner en riesgo una misión como sucede en la obra, por otra parte, se realizó un estudio sobre “Acidalia Planitia”, y resultó no ser tan llana como dice ser en el libro.
“I don't want to come off as arrogant here, but I'm the best botanist on the planet”
The Martian es una película de ciencia ficción, del año 2015, dirigida por Ridley Scott.
Protagonizada por Matt Damon, Jessica Chastain, Kate Mara, Chiwetel Ejiofor, Kristen Wiig, Jeff Daniels, Sebastian Stan, Mackenzie Davis, Michael Peña, Sean Bean, Donald Glover, Aksel Hennie, Mark O'Neal, Brian Caspe, entre otros.
El guión es de Drew Goddard, basado en la novela de Andy Weir de 2011, “The Martian”; siendo su primera novela, una obra científicamente muy exacta sobre Marte, que se publicó inicialmente en su página web, luego en Amazon por 99 centavos, donde pasó a la lista de más vendidos, y finalmente, fue editado por la Editorial Crown, alcanzando el #12 de la lista de “best sellers” del New York Times.
Nominada a 7 Premios Oscar:
Mejor Película, actor (Matt Damon), guión adaptado,  diseño de producción, sonido, edición de sonido y efectos visuales.
En marzo de 2013, 20th Century Fox, adquirió los derechos, y contrató al guionista, Drew Goddard, para adaptar y dirigir The Martian.
En mayo de 2014, se informó de que Ridley Scott, estaba en negociaciones para dirigir; y reemplazó Goddard, y con Matt Damon como el personaje principal, la producción tuvo “luz verde”
James L. Green, Director de La División de Ciencias Planetarias de La NASA, trabajó como asesor para The Martian, junto a otros especialistas.
Según Scott, The Martian es acerca de “cómo nadie está solo”
Él dijo en una entrevista:
“Cuando viste el terremoto en Nepal, la gente viene a ayudar, y te das cuenta de eso.
Cuando ves alguna tragedia en todo el mundo, y todos los esfuerzos para hacer algo, te das cuenta de eso.
De eso se trata The Martian”
La filmación comenzó en noviembre de 2014, y duró aproximadamente 70 días.
Alrededor de 20 sets, se construyeron en un estudio de sonido en Budapest, Hungría, uno de los más grandes del mundo; y el desierto Wadi Rum en Jordania, fue utilizado como escenario práctico para la filmación.
Sin lugar a duda, el guionista ha conseguido hacer la historia muy atrayente para todos los públicos.
Lo que comienza como un documental de “cómo sobrevivir en Marte”, acaba como una aventura sin precedentes, que gracias a un giro espectacular, nos atrapa hasta su emocionante final, sin apenas darnos tiempo para un respiro.
En el transcurso de una misión tripulada a Marte, el astronauta, Mark Watney (Matt Damon), es dado por muerto, y abandonado por sus compañeros de tripulación, tras una violenta tormenta.
Sin embargo, Watney sobrevive, y se encuentra solo y abandonado en ese planeta hostil.
Con escasos suministros, Watney deberá recurrir a su ingenio, humor, y espíritu de supervivencia, para subsistir, y encontrar una forma de comunicar a La Tierra, que sigue vivo.
A millones de kilómetros, La NASA, y un equipo internacional de científicos, trabajan sin descanso, para traer al “marciano” de vuelta; al mismo tiempo que sus compañeros de tripulación, planean una temeraria, si no imposible, misión de rescate.
Mientras todos estos acontecimientos se desarrollan, el mundo entero se une para pedir que Watney regrese sano y salvo.
The Martian, no pretende ser una película cerebral, con intenciones de revelar lo profundo de la naturaleza humana, o bien, llevar la física teórica de lo abstracto, del papel al cine, como lo hizo recientemente “Interstellar” (2014) , ni un asalto a los sentidos, un espectáculo tenso, que sirve también como bautismo de fuego simbólico para su protagonista, como sucedió en “Gravity” (2013); tampoco intenta clarificar, con el resultado de confundir más las cosas, la oscura mitología de una franquicia longeva, sirviendo como punto de partida para otra franquicia distinta, como sucede con “Prometheus” (2012)
The Martian muestra un evento, que es perfectamente dramático desde una perspectiva distinta, alejada de lo esencialmente traumático del relato de “Robinson Crusoe” o similares narrativas con las cuales posee similitudes temáticas, y más cercana, curiosamente, a lo que sería “McGyver” y su ingenio interminable:
La dinámica es menos, lo devastador que es quedarse solo, en un ambiente absolutamente inhóspito, y más:
¿Cómo podrá resolver Mark Watney, el siguiente problema?
“Hi, I'm Mark Watney and I'm still alive... obviously”
El incombustible Ridley Scott, recopila durante 2 horas y media, todos los ingredientes que componen el estilo de cine hollywoodiense, con el que la mayoría hemos crecido:
“El Sueño Americano”, la epopeya del hombre corriente, la celebración de la victoria de la humanidad, representada por la victoria yanqui, y el poderío visual, gracias a los últimos avances en efectos visuales…
El guión, acierta en mantener una línea respetuosa en el uso del lenguaje, sin tomar al espectador por tonto, y sin dar la sensación de que el trabajo de los expertos de La NASA es un juego de niños; sobre una expedición de astronautas, que investiga el terreno de Marte, justo antes de que una terrible tormenta les coja por sorpresa.
En el grupo, se encuentra Mark Watney, brillante botánico, al que La Comandante Melissa Lewis (Jessica Chastain) debe abandonar, cuando es dado por muerto, debido al temporal.
Sin embargo, Watney todavía vive…
Su meta será, mantenerse con vida, siendo el único habitante de Marte, e inventarse formas para subsistir.
Mientras en el planeta Tierra, El Director de La NASA, Teddy Sanders (Jeff Daniels), y colaboradores como Vincent Kapoor (Chiwetel Ejiofor), o Mith Henderson (Sean Bean), tendrán que buscar la manera de rescatar a su hombre en el espacio, después de recibir una señal de éste; mientras que en la nave donde viajan Lewis, y el resto de la tripulación del Ares III, se sigue creyendo que Watney ha fallecido.
Durante el primer tercio, Mark Watney es el único protagonista, desde su accidente, pasando por todo el proceso de experimentación, y creatividad al interior de la base en Marte, para intentar sobrevivir con lo mínimo, hasta su primer contacto con La Tierra.
Un tercio que no da respiro, gracias al gran trabajo de producción, un ritmo intenso, y un Damon que saca a flote todo su carisma y talento, pasando del humor a la angustia, y el drama, en un papel hecho a su medida.
Quizás, el mejor de su carrera.
De aquí en más, se suma el resto del reparto, encabezado por Jeff Daniels, junto a Sean Bean, Chiwetel Ejiofor y Kristen Wiig, como parte del equipo de La NASA, interiorizándonos en la misión de rescate, y familiarizándonos con tecnicismos que probablemente no seamos capaces de seguir al pie de la letra, sin embargo, cumple su función de forma moderada, sin muchos excesos científicos, de orientarnos, y cumpliendo un papel fundamental para el espectador:
Lograr que empaticemos aún más con el protagonista, y esperando el feliz final.
Dicen que “la necesidad es madre de la invención”, y el protagonista inventa soluciones:
El habitáculo de tripulación, modificado, deberá ser su refugio; sus limitados alimentos, son suplementados con papas, que siembra y cosecha mientras puede, por monótono que parezca, este tubérculo es muy nutritivo.
Incluso, puede hallarse agua en Marte, si sabe uno dónde está… según las recientes noticias.
¿Refacciones?
Como “McGyver”, Watney extrae, y adapta acumuladores, paneles solares, y otros artículos de diversas sondas automáticas, dejadas en El Planeta Rojo, desde el siglo pasado.
En último caso, se trata de hacer tiempo, hasta que llegue un rescate…
Pero:
¿Cómo habrá un rescate, si nadie más que él sabe que está vivo, ni tiene forma de comunicarse con su mundo, a 140 millones de millas?
La respuesta es obvia:
Si no hay forma de comunicarse, él la inventará, debe hacerlo...
Así, desde lo técnico, en The Martian, Ridley Scott consigue que las secuencias fluyan cómodamente, gracias a una dirección sobria, y cuidadosa.
El famoso montador, Pietro Scalia, el fastuoso diseño de producción, o la fotografía de Dariusz Wolski, hacen el resto.
Otros puntos destacables son, por supuesto, lo visual y lo sonoro.
En el primer ámbito, el trabajo de Scott y Wolski, hacen que Marte se vea desoladoramente hermoso e impresionante.
Por su parte, tanto el uso de música dentro de la película es un acierto, el amor por la música disco de La Comandante Lewis, es una broma constante, y se complementa bien con el trabajo en sintetizadores, del prolífico Harry Gregson-Williams, quien ya había trabajado anteriormente con Scott; por lo que las canciones disco nos muestran lo humano de The Martian; mientras que las composiciones sintéticas de Gregson-Williams, evocan tanto la tecnología omnipresente, como la soledad abrumadora de Marte.
Ya de entrada, el guión de Drew Goddard, supone un esqueleto robusto y energético, al que acompaña un ritmo visual trepidante y, al mismo tiempo, lleno de detalles de puesta en escena:
La calma con la que se describe el cultivo de patatas, o la inolvidable intervención quirúrgica que Watney se realiza a sí mismo; esas fascinantes conversaciones entre los cerebros de La NASA; o las lágrimas del astronauta, en la última parte.
The Martian es una película dinámica, relativamente liviana, con harto humor, y vistas impresionantes, que se toma en serio lo suficiente, para presentar su conflicto principal, como materia de importancia; pero no tan en serio como para excluir completamente el humor de su ADN.
El problema parece ser, en que “dinámica y liviana” puede ser algo negativo, si uno espera algo un tanto más sustancial de la combinación:
“Ridley Scott + ciencia-ficción”; dejémoslo claro, The Martian no es “Alien” (1979), ni “Blade Runner” (1982)
Tampoco se profundiza en abordar valores, ni juicios morales, presente en las 2 cintas mencionadas anteriormente, lo que se convierte en una opción que, esta vez, el director decidió minimizar.
No es una idea completamente original, como la primera, ni una adaptación visionaria y cerebral, pero bastante liberal, de una obra de uno de los autores más reconocidos de la ciencia ficción…
The Martian es, simplemente, una adaptación bien fiel de un “best seller”, y no hay nada de malo “per se” en ello.
¿Qué sucedería si… en Marte?
Pues allí están las respuestas:
Ser carnívoro no es opción para conquistar otros mundos, si eres vegetariano, vas a sobrevivir.
Todos los problemas tienen solución, la cooperación y la empatía, son necesarias para hacer cosas imposibles.
Y el fondo de la historia, es para reflexionar y debatir; pues encontramos situaciones políticas, con EEUU, China, Inglaterra, y Alemania, en la carrera espacial…
¿Dónde quedó Rusia, y otros países con programas espaciales?
Resultó curioso ver a un latinoamericano… y es que The Martian posee una de las muchas críticas que hay en libro hacía los políticos, y su nula visión de la importancia del espacio...
En resumen, los chinos perdían, pero como científicos, y pensando en la humanidad como una sola, no dividida por nacionalidades, pasan toda esta negociación en secreto, entre ambas agencias, sin que sus gobiernos se enteren, hasta que esté cerrada... a cambio eso sí, piden llevar un astronauta chino, en la próxima misión Ares...
Y por sobre todo, la importancia de The Martian en la ecología, en la conquista y supervivencia en otros planetas.
Un mensaje sobre el compañerismo, la supervivencia, llevar siempre con positividad, y ver el lado bueno de las cosas en los momentos más difíciles.
The Martian es una película extrañamente optimista, para estar firmada por Ridley Scott, quizás demasiado.
La odisea de este astronauta, nunca llega a trasmitirme la desasosegante sensación que debiera, pues las adversidades que encuentra son mínimas, y se solventan siempre con éxito.
Uno se contagia del optimismo que irradia el protagonista, lo que deriva en una preocupante frialdad, tanto en el espectador, como en las propias imágenes, cuando las escenas deben ser dramáticas y/o emotivas.
Y es que ningún personaje tiene un conflicto consigo mismo; ni prácticamente con los demás.
¿Cuántas veces se queja Matt Damon de la música?
Otras veces, no tienen gracia.
Otras veces, resulta sencillamente inverosímil.
Y no tiene sentido, que 5 tipos se jueguen la vida, para rescatar a uno, considerando que eso va a prolongar su viaje, casi 3 años, y que el rescate es altamente complicado, e improbable.
Como toda la película, consiste en “todo el mundo tratando de salvar al Matt”, sabemos de sobra, que cualquier otro personaje muriendo en el intento, resultaría un tiro en el pie del propio guión…
Por tanto, sabemos desde el minuto 40, que todos los que han sido presentados en la introducción, van a salvarse.
No van a cargarse a 3, para que Matt vuelva a casa...
Y hay aspectos dudosos…
Lo de fabricar una bomba casera en 25 minutos, con luces en la carcasa, y temporizador conectado al ordenata principal de la nave, está raro.
Y lo de viajar 500 días de vuelta, sin un cacho de nave, también.
Uno no sabe, de dónde sacarían la comida para la vuelta...
Pero The Martian es tan agradable, y bienintencionada, que uno acaba obviando sus patinazos.
El respaldo de La NASA lo avala, aunque sus detractores la calificarán de ser poco solemne, o hasta cómica, pero ya sabemos que lo del humor viene desde el libro, o sea, nada que objetar en la película.
Sobre el reparto, The Martian descansa, mayormente, sobre los hombros de Matt Damon.
La efectividad del tono, depende casi exclusivamente del carisma de Damon, y de si uno, como espectador, es receptivo a él, o no.
Su personaje, Mark Watney, es un nerd que, en vez de entregarse por completo a la desesperación en su situación, prefiere tomárselo con humor, y con ciencia; y, en lo personal, funciona.
No será la actuación más rutilante de Matt Damon, pero le otorga una cercanía y naturalidad, que es difícil no sentirse en cierto sentido, reflejado en él.
Una suerte de “hombre común”, cuando en verdad, no lo es; pues es un botánico astronauta, en medio de una misión a Marte, eso está lejos de ser común.
Y es que Watney nunca tiene “la camiseta de héroe”, sólo es un tipo con humor, que se enfrenta al problema más grande de su vida, que le exige hacer acopio de todos sus conocimientos, lo que lo termina convirtiendo en el máximo “role model” de cualquier amigo nerd.
Eso tiene como lamentable contraparte, que el resto de los personajes, no tengan mayor profundidad.
Es tan obvio el foco en Damon/Watney, por las vicisitudes de la trama, que el resto de los personajes palidece, casi por necesidad; a esto se le suma el hecho de que gran parte de ellos, son interpretados por grandes actores, lo que hace que la situación se sienta como una oportunidad perdida, o bien, desde un punto de vista cínico, un efectivo, pero vacío golpe de “marketing”
Los que salen mejor parados son:
Vincent Kapoor, interpretado por el gran Chiwetel Ejiofor, y La Comandante Melissa Lewis (Jessica Chastain)
El resto varía entre “cameo glorificado”, y el simple “plot device”
La escasa participación actoral de la tripulación, sin duda, uno de los pocos elementos que le imprimen desequilibrio a The Martian.
Dar tan pocos minutos en pantalla a Jessica Chastain, Kate Mara, Michael Peña, Sebastian Stan, y Aksel Hennie, resulta un desperdicio, y nos obliga a preguntarnos, si fue necesario o no, contar con ellos, o simplemente, un reparto sin tantas estrellas, habría bastado.
Las posibilidades de explorar la visión de los hechos, a partir de sus colegas y amigos, eran infinitas, para darle mayor peso al hilo narrativo, pero estas sólo se vieron limitadas, a lo mínimamente posible.
Así las cosas:
Radiación, hambre, sed, son solo 3 de los peligros que esperan a un viajero a Marte.
Hay un peligro más, y puede ser igual de temible, y es el aislamiento, y la soledad.
No deja de ser curioso, cómo lo que no deja de ser una historia de ciencia ficción, está tan ligada a los descubrimientos científicos reales...
“They say once you grow crops somewhere, you have officially colonized it.
So, technically, I colonized Mars.
In your face, Neil Armstrong!”
Marte, ha capturado la imaginación del ser humano, desde que lo vio como un punto rojizo en el cielo.
Pero el planeta más parecido a La Tierra en nuestro Sistema Solar es, con todo, muy diferente.
Si bien The Martian sucede 20 años en el futuro, La NASA ya está trabajando en muchas de las tecnologías que aparecen en la historia:
La NASA trabajó con 20th Century Fox Entertainment, para proveer consultores técnicos, y asesoría sobre el diseño de producción de The Martian.
Ahora, ellos están aprovechando al máximo su conexión en Hollywood, para educar al público, sobre la exploración espacial, y para pulir su marca.
Así, los viajes futuros a Marte, podrían tomar 500 días, o más, por lo que mejor sería que fuera un viaje placentero.
El vehículo que llevará a la tripulación al espacio, por ejemplo, es la nave Orión, que proveerá con la habilidad de abortar la misión de emergencia, mantener a la tripulación durante el viaje, y traerlos de regreso, sanos y salvos.
Orión, será lanzado en el nuevo cohete pesado de La NASA, El Sistema de Despegue Espacial.
Sobre la “terraformación”, esta palabra, aún no aceptada por La Academia de La Lengua, se refiere a trabajos de ingeniería en escala global, para adaptar otros planetas, a la vida terrestre.
Algunas propuestas para lograr eso en Marte, son realmente estrafalarias, pero otras ponen a los científicos, a pensar en serio.
En The Martian, situada en un futuro donde los viajes a Marte son frecuentes, e incluso se vive en su superficie, La Agencia Espacial estadounidense, enumera al menos, 9 tecnologías que los personajes de esta historia manejan, que son una realidad sobre la órbita terrestre, o que ya son trabajadas para próximas misiones; tomando en cuenta que la temperatura en Marte, es mucho más agresiva, y puede llegar hasta los -144°C; y que la gravedad en Marte es mucho más ligera, es decir, una persona de 100 kilogramos, tendría la ligereza de una de 38.
Así las cosas, encontramos:
La propulsión iónica:
Impulsar una nave para salir de Marte, y viajar de regreso a La Tierra, a partir de la propulsión iónica, a una velocidad de más de 300,000 kilómetros por hora, es algo que La NASA ya ha utilizado para reducir el consumo de combustible, en naves como la sonda Dawn, la cual en más de 5 años, en una aceleración continua, ha alcanzado con esa propulsión iónica, una velocidad 40,233 kilómetros por hora, llegando recientemente al planeta enano Ceres.
Los paneles solares:
En La Estación Espacial Internacional, hay paneles solares que generan 84 a 120 kilowatts de electricidad, suficiente para alimentar a 40 hogares.
Orión, la nave con la que se planea llevar humanos muy lejos, también será alimentado de energía solar, a través de esos paneles.
Sin peligro de radiación, los generadores termoeléctricos de radioisótopos (GTR), han sido utilizados por La NASA, por más de 4 décadas, para surtir de electricidad a las misiones espaciales, al convertir el calor de la desintegración radioactiva natural del plutonio 238.
Aunque en The Martian, los personajes entierran lejos estos GTR, por un posible riesgo, La Agencia Espacial estadounidense, descarta cualquier peligro de filtración de estos elementos.
Sobre las granjas de plantas:
En The Martian, el personaje encarnado por Matt Damon, Mark Watney, tiene un espacio donde cultiva plantas, un logro ya alcanzado en La Estación Espacial Internacional, con su Sistema Veggie, con la producción de lechugas con luces rojas, azules, y verdes; porque una fuente continua de alimentos, es indispensable para misiones a lugares lejanos como Marte.
Veggie, ayuda a que las plantas crezcan en almohadas, pequeñas bolsas con una superficie afelpada, que contienen medio, y fertilizante, para ser cosechadas por los astronautas.
Los astronautas, usaron el sistema, para crecer lechuga romana roja en el 2014, un enorme paso, para los huertos del espacio; por lo que la composición del suelo de Marte, vuelve virtualmente imposible, plantar papas en él.
El generador de oxígeno:
No hay un sistema que produzca oxígeno, a partir del dióxido de carbono del generador de un vehículo, como se retrata en The Martian, pero en La EEI, se consigue este elemento vital, con la electrólisis, al separar el oxígeno del hidrógeno en las moléculas de agua.
El hábitat:
El entorno autónomo en el que viven los astronautas de The Martian, es algo que La NASA ya experimenta en el “Human Exploration Research Analog” (HERA), donde se simula un hábitat en el espacio profundo.
El hábitat de 2 pisos, contiene recámaras, áreas de trabajo, un módulo de higiene, y una cámara de descompresión simulada.
La tripulación, pasa ahí 14 días seguidos, realizando tareas operacionales, completando objetivos pagados, y aprendiendo a vivir juntos, en aislamiento.
Un vehículo explorador:
La NASA destaca el desarrollo de un vehículo de exploración espacial multimisión, con el que busca mayor versatilidad para misiones en asteroides, y en Marte y sus lunas, algo similar al que el personaje de Watney maneja en la superficie del Planeta Rojo; por lo que el cameo del “Pathfinder”, curiosamente sí podría ser factible.
Un traje para Marte:
Actualmente, La NASA trabaja en el diseño de un traje, que permita a los astronautas, explorar el paisaje, apenas respirable del planeta rojo, además de flexible para la recolección de rocas.
El Z2 y el eXploration, son algunos de esos prototipos.
Los trajes de los astronautas de The Martian, están más basados en los diseños originales del filme “Prometheus” (2012), que en los originales para los proyectos de La Agencia Espacial.
Sobre la recolección de agua:
En La EEI, ninguna gota de sudor, lágrimas, o incluso orina, se desperdicia.
La NASA señala en su sitio, que su Sistema de Soporte Vital y Control del Ambiente, recupera y recicla el agua de todos lados, a través de un proceso de filtrado.
En el caso de la orina, se utiliza un método de centrifugado.
En una entrevista para el “New York Times”, Ridley Scott confesó, que había visto las recientes fotos, en las que se observaban las supuestas trazas de agua de Marte, hacía 2 meses, pero que ya era demasiado tarde para incluir lo que implicaba en The Martian:
“Si se hubiera anunciado antes, seguro que Mark habría acabado topándose con un glaciar.
Sería fascinante, pero entonces, habría perdido una gran secuencia, en la que tiene que crear agua, usando un dispositivo de corriente, y tiendas de plástico, que generan la humedad, que hace crecer a las plantas, y que es la forma de irrigación más básica que existe”
Además de para regar sus patatas, Mark utiliza un sistema para crear agua, que involucraba alguna reacción química peligrosa.
Para que The Martian fuera más realista, el equipo de Scott, estaba en continuas conversaciones con La NASA, si las conclusiones del hallazgo hubieran llegado antes, el protagonista de la historia, simplemente podría haberse decantado por buscar hielo, y cavar, para intentar encontrar una fuente natural de agua.
“Otra cosa es que fuera potable, claro, pero créanme cuando les digo que le habría servido para evitarse más de un susto en el “Hub”
Un viaje al Planeta Rojo es una travesía peligrosa.
Aunque La NASA tiene en sus planes llevar a los humanos en la década de 2030, el riesgo de un exitoso regreso a La Tierra, es dudoso.
A principios del 2015, La NASA lanzó una página web “The Real Martians”, dedicada al tema, y consiguió a Matt Damon, para un video sobre los esfuerzos reales para explorar Marte.
“Mandar gente a Marte, y regresarlos con bien, es el reto de esta generación”, dice Matt Damon en el video de La NASA.
“Los viajes a Marte, cambiarán para siempre nuestros libros de historia, reescribiendo lo que sabemos del Planeta Rojo, y expandiendo la presencia humana en El Sistema Solar”
Y en cierto sentido, eso es uno de los mensajes más destacables, y bonitos de The Martian:
Es una película sobre lo resistente, e indomable del espíritu humano, incluso en las circunstancias más desalentadoras, pero también es una gran oda a las ciencias, y a su aplicación.
Es una carta de amor a los científicos.
Un canto a la racionalidad.
Si algún niño, o adolescente, se siente inspirado luego de ver cómo Watney, o los científicos e ingenieros de La NASA en La Tierra se sobreponen, a base de ingenio y conocimiento científico, a los obstáculos que cada vez van apareciendo, y decide seguir una carrera en el ámbito de las ciencias, entonces algo muy bueno habrá salido de todo esto; particularmente en tiempos como los actuales, en los que La NASA libra batallas para conseguir mayor financiamiento, y diversas disciplinas científicas, se encuentran bajo el ataque injustificado de la irracionalidad.
El trabajo en conjunto, es indispensable en todos los sentidos de la vida diaria.

“Every human being has a basic instinct:
To help each other out”



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