The Visit

“No one loves you like your grandparents”

Había una vez...
Los cuentos de miedo, son los favoritos de los niños un poco más grandes, a partir de los 7 u 8 años, que narran historias con sobresaltos, personajes que asustan, monstruos, fantasmas…
Eso sí, no le leas un cuento de miedo, si es de los que tienen pesadillas por la noche.
De todos los seres fantásticos que han pululado por la cartelera mundial últimamente, en busca del taquillazo palomitero del verano, los abuelos son los más originales.
Pues hubo de todo:
Demonios, fantasmas, locos con hachas, curas diabólicos, monstruos debajo de la cámara, espectros que te persiguen... pero nada comparado con los dulces abuelos.
Un cuento como el de “Hänsel und Gretel” que cuenta la historia de 2 hermanos, hijos de un leñador muy humilde, que es convencido por la madrastra de ellos, para que los lleve al bosque, y los abandone a su suerte, temiendo por la hambruna de toda la familia...
Hänsel y Gretel, al escuchar el plan, deciden llenar una bolsa con guijarros blancos, y los dejan caer durante todo el recorrido al bosque, creando un rastro que fuera fácilmente detectable, y que les permitiera regresar a su casa.
Pero los pájaros del bosque se las iban comiendo, lo que en definitiva hizo que se perdieran, y no supieran cómo regresar, o ser ubicados…
Cuentos como estos, son de puro terror, desde su premisa más simplista; pero cuentos fomentan el gusto de la lectura en los niños…
Ahora, en plena “Era Digital”, el notebook/cámara, sustituye al libro, y es posible crear cuentos como el de “Hänsel und Gretel”, que favorecerán temas importantes, como el vínculo padres/hijos, fomentar la creatividad y la imaginación, enriquecer el lenguaje, así como desarrollar la inteligencia y la memoria.
“Would you mind getting inside the oven to clean it?”
The Visit es una película de terror, del año 2015, escrita y dirigida por M. Night Shyamalan.
Protagonizada por Olivia DeJonge, Ed Oxenbould, Deanna Dunagan, Peter McRobbie, Kathryn Hahn, Celia Keenan-Bolger, Samuel Stricklen, Patch Darragh, entre otros.
El rodaje tuvo lugar en Pennsylvania, incluyendo Royersford, Chester Springs, y Chestnut Hill, en Philadelphia, EEUU.
The Visit, aunque preciso y eficaz, es un paseo corto a la antesala de lo que sabemos que Shyamalan es capaz de hacer:
Una historia de terror sencilla, sin grandes pretensiones, pero muy bien contada y ambientada; recuperando algunos de los principios básicos, de uno de los relatos más conocidos de la literatura universal para niños, The Visit cuenta la historia de una pareja de hermanitos, que se van lejos de casa, en un viaje largo en tren, camino a visitar a sus abuelos, a quienes nunca conocieron.
Así, Paula (Kathryn Hahn), la madre, deja ir a sus 2 hijos:
Rebecca “Becca” (Olivia DeJonge) y Tyler (Ed Oxenbould), durante una semana en la remota granja de sus desconocidos abuelos:
John (Peter McRobbie) y Doris (Deanna Dunagan), en Pensilvania, lo cuales no tiene contacto con la madre, desde hace 15 años, a los que no conocen, pues ella rompió relaciones con ellos, antes de que los niños nacieran, y la visita viene en forma de reconciliación.
Mientras Paula, después de un tormentoso divorcio, se va de vacaciones con su novio a un crucero.
De inicio, la estadía de sus hijos en la casa de los abuelos se hace divertida, pero hay ciertas reglas a aplicar, y una de ellas es:
“No salir de su habitación después de las 9:30 de la noche”, regla que no será escuchada por los jóvenes; por lo que ellos descubrirán que la anciana pareja está implicada en algo profundamente inquietante…
Con The Visit, Shyamalan construye un relato de insuperable tensión, sin trucajes, ni efectos sonoros o visuales, y se vale de la espontaneidad de las inquietantes escenas, y la familiaridad de la acción, como lo es, el ir a visitar a los abuelos, la cual adquiere tintes de aterradora perversión, conforme los hermanos los conocen.
Todo ello hace de The Visit, un cuento de terror de estructura clásica, con niños, ancianos, casa con sótano y granero, una desconocida historia del pasado, que atormenta a los personajes… pero con un humor negro, gamberro, y desenfadado.
Como dato, aquí no hay grandes efectos, ni un gran presupuesto que dilapidar; pero si una moraleja:
“Conocerse a sí mismo” con un trasfondo muy interesante en su argumento, que trata el tema de los rencores familiares.
“Mom, there's something wrong with nana and papa”
Shyamalan, tenía preparados 3 enfoques completamente distintos para hacer The Visit; uno era de pura comedia, otro de puro terror, y otro en el que se mezclaban ambas géneros.
Y con apenas $5 millones, The Visit ha sido la película con menos presupuesto en la que ha trabajado Shyamalan, y actores poco conocidos, lo que le da más verosimilitud; lo que la convierte en una película poco convencional para el terror, porque si bien, su estructura formal hereda algunas de las características explotadas hasta la saciedad por otras películas del género, como los remotos y desolados escenarios, The Visit ofrece un relato sencillo pero sorprendente, donde Shyamalan se atreve a mezclar un elemento raro para los términos suspenso:
La comedia.
Pero también se anima al género “mockumentary”, y la verdad es que The Visit parece, como si la hubiese dirigido cualquier otro director, totalmente desconocido, demostrando lo bien que sienta el “mockumentary” cuando se le da el correcto uso.
Es obvio que el director haya bebido de los cuentos de Los Hermanos Grimm, y lo adornó en un drama sobre abandono y perdón familiar, con situaciones grotescas de intriga y misterio, protagonizadas por 2 curiosos hermanos, residiendo junto a una pareja desquiciada de ancianos.
Todo narrado desde una perspectiva de “documento amateur”, de tonos con momentos para el drama, con trauma entre parientes, el humor negro, el chiste infantil/adolescente, o el horror provocado por la insanidad; y se juega con la extrañeza, como algo cómico, que a lo largo de los días, va derivando en algo siniestro; en donde comedia y suspenso se entrelazan de estupenda manera.
Shyamalan, crea el balance perfecto, no sólo para hacer pasar un buen rato al espectador, sino para crear atmósferas aterradoras, donde los gags y las secuencias humorísticas, solo son la antesala del misterio:
Imagina que tienes 15 años.
Ahora, que tu madre te envía junto a tu hermano menor, de visita a casa de tus abuelos, a los que nunca has visto, porque ella huyó de su hogar hace 20.
Llevas tu cámara de vídeo portátil, porque aprovecharás el viaje para realizar un trabajo escolar, y decides documentar todo el paseo, desde tu salida de casa, hasta el regreso, días después.
Así comienza The Visit, con elementos de humor, con la que se adornan los primeros compases:
Un humor inocente, e infantil, pero no lo digo en tono despectivo, sino en el estilo de humor que utiliza, está simpático… hasta que la trama se va oscureciendo, y los viejos comienzan a comportarse de manera cada vez más psicópata.
Durante la producción, Shyamalan admitió, que tenía problemas para mantener el tono de la película consistente, durante la fase de edición, contando con partes gore, que el primer corte de la película parecía “una casa de arte”, más que una película de terror.
Un segundo corte de la película, fue en la dirección opuesta, y la película se convirtió en una comedia.
Shyamalan, finalmente dio un equilibrio medio, y cortó la película como un “thriller”, que según él, ayudó a atar los diferentes elementos juntos, ya que “podrían permanecer en servicio de la película”
Porque no nos olvidemos, The Visit también es una historia de terror.
De mucho terror, y es ahí, en esas escenas más tensas y aterradoras, donde M. Night Shyamalan vuelve a demostrar que es un cineasta de primer nivel.
Ese dominio del plano que tiene, esta vez valiéndose de la excusa del documental que está rodando Becca, y su empleo del sonido, de la música, y del entorno, una vez más, una zona rural y aislada de Pensilvania; es digno de lo que Shyamalan es:
Un realizador con un conocimiento profundísimo de lo que es el cine, como técnica, y también como espejo de la humanidad.
Así que veremos escenas, como la del juego del escondite bajo la casa, todos los momentos nocturnos de Doris, o por supuesto, el escalofriante final.
Es importante señalar, que The Visit no destaca por unos efectos especiales sorprendentes, los cuales son, de hecho, casi inexistentes, pero este atributo ayuda, a que los sustos nos hagan formar parte de todo el misterio que rodea a los abuelos.
The Visit habla de enfrentar a nuestros demonios, principalmente el del abandono, y el de la culpa.
Todos los personajes, esconden algo que les atormenta:
Rebecca no se atreve a mirarse al espejo, porque no puede enfrentar el abandono de su padre; igual que su hermano Tyler, que no soporta los gérmenes, debido a la separación, y que jamás pudo taclear a un jugador contrario, en el recuerdo más emblemático con su padre.
Su madre se niega a ver a sus abuelos, porque le recuerdan el mal rato que pasó con ellos, que desató la separación.
“Los abuelos”, son un caso más extremo de perdida, pero ellos son algo más cruel, y se convierten en los monstruos de la familia.
Y la madre soltera, que tiene otra relación, junto con sus hijos emocionalmente heridos, tendrá que enfrentar a los demonios, enfrentarse a la realidad, para salir de esta, antes de que sea demasiado tarde.
Atentos también, a como se trata el tema del Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), y de los comportamientos esquizofrénicos, que no tiene desperdicio, porque se tratan con tanta naturalidad, que se ven como algo corrientes.
Realmente, todos tenemos un TOC, o un miedo en mayor o menor medida dentro de nosotros.
Por otra parte, El llamado “Sundowning” o “Síndrome del Ocaso” es interesante, como modo de narrar lo desconocido y terrorífico desde la perspectiva de los pequeños.
El síndrome, es un fenómeno muy común en la medicina geriátrica; que se manifiesta sobre todo en pacientes con Alzheimer, u otros trastornos demenciales.
Es un episodio psicológico-conductual adverso, a raíz del cual, estos pacientes se vuelven más inquietos, agresivos y/o agitados por la tarde, y hasta el anochecer.
Este síndrome, constituye una exacerbación de los síntomas asociados a la confusión, y el comportamiento en pacientes con demencia; y se manifiesta con momentos extremos de agitación, nerviosismo, inquietud en el cuerpo, y confusión, que conducen a la irritabilidad del enfermo.
Signos y síntomas pueden ser:
En la actividad motora, el paciente se agita, puede tirar y agarrar objetos de manera compulsiva, así como también manosear sus ropas.
En la expresión, pueden exhibir un monologo reservado, discusiones animadas, gritos, vociferaciones, y musitaciones.
En las emociones, la confusión y desorientación que padece, le producen miedo y ansiedad, que manifiesta como irritabilidad e ira, o con momentos de apatía y depresión.
En la conducta, son frecuentes las conductas deambulatorias, y un aumento de la actividad nocturna, desencadenando insomnio y, luego, somnolencia diurna.
Me gustó particularmente, el paralelismo que hace The Visit con anteriores obras del director:
En “Signs” (2002), los personajes deben superar sus miedos para vencer al mal; en este caso los abuelos.
Ese “Batea Fuerte” del personaje de Joaquin Phoenix; aquí, cuando el niño rapero mata al abuelo, como si estuviera bloqueando a un jugador de futbol americano, como si reviviera aquella jugada del partido, en la que se quedó parado, y que él piensa, tanto decepcionó a su padre, que luego los abandonó; o como para deshacerse de la abuela, Becca debe primero mirarse al espejo, y lo mismo con el tema de los gérmenes con el niño.
Superan sus miedos, se enfrentan a ellos, y salen airosos de la situación.
Muy Shyamalan también, la frase de la madre a la hija:
“No guardes rencor a nadie”; y viene a la cabeza el “porqué no te toca” de “The Village” (2004), para definir a los enamorados.
Son estos “momentos Shyamalan”, que tiene todas sus películas, y que en The Visit da lugar al video, con las imágenes del padre de Becca, cuya inclusión en su documental, da a entender que lo ha perdonado, y para aquellos que somos así de tontos, lo del “amor vence siempre”, nos llena de una estúpida sonrisa.
The Visit posee varias escenas que impactan, y dan miedo, pero el cóctel no termina nunca de convencer, como si el espectador estuviera esperando en cualquier momento “la sorpresa”, y cuando ésta al final se produce, una tiene la ligera sensación de que la han timado un poco…
Lo más salvable, es la actitud sardónica de los chiquillos, ante sus singulares vivencias.
Esta pareja moderna de un Hänsel que rapea, y una Gretel que adolece por Skype, juegan en la película muy de locales.
Y Shyamalan saca a relucir lo mejor de cada uno de ellos, y les da el lugar que merecen, en el molde que eligió para estructurar la película; molde que se tornará previsible en algunos instantes, y perspicaz en muy pocos otros.
El eficaz resultado, también se debe al buen casting, donde destaca la genial actuación de Ed Oxenbould, quien será el responsable de las escenas más picarescas y entretenidas.
Olivia DeJonge, como la hermana, así como Peter McRobbie y la desquiciada Deanna Dunagan, como los abuelos, están en el tono correcto y preciso, dejando ver la buena mano de M. Night en la dirección actoral.
Casi todas las escenas con la abuela decrepita, están bien orquestadas, son inquietantes, y hay espacio para algún que otro “scare-jump” que te hace saltar, no tanto el abuelo, que sinceramente es un personaje que se podrían haber ahorrado tranquilamente...
Las escenas de terror, de la abuela arrancando la pared, andando “estilo araña”, o esa cara de perturbada o pirada, son las que te asustan, y no olvidas con facilidad.
Aunque hay cuestionamientos:
¿Cómo no se enteraron de que ellos eran los pacientes del psiquiátrico?
¿Qué grado o qué enfermedad padecen, pues no creo que sean “asesinos” sino simplemente, adultos dementes, sin control de lo que hacen?
¿Al final, son los niños los asesinos?
Para quienes va el título…
¿Quiénes son la visita?
Los dementes, los niños, el terror, el desconocimiento…
No me queda muy bien atado, quien se pone en contacto con “los abuelos”, para que los nietos vayan...
E imagino que horas antes de que llegaran, es cuando los abuelos mueren, de una manera desconocida, pues nunca se muestra, qué pasó con ellos…
Por otro lado, si no hay cobertura para el móvil, tampoco habrá para internet de la computadora de Becca, ¿no?
El final, es lo único sorprendente, aunque la reacción de los viejos sea un tanto simplona, y sin poner ninguna resistencia a que los niños les metan una paliza, cosa que realmente nadie esperaba.
Puede que Shyamalan necesitara irse a lo más sencillo, para conseguir lo más complicado:
Hacer una historia que atrape, y a la vez sea indistinguiblemente suya, otra de las de “en el mismo salón de tu casa, pasan cosas raras” como para que la experiencia sea más cercana.
Solo que esta vez, se ha decidido por los abuelos y los niños, los más desamparados, “dicen”
Y ha demostrado que de desamparados… poco.
¿Cómo reaccionarias, si fuera una situación real en sus vidas?
“¡Shakira!”
¿Para qué sirve el terror?
Muchos cineastas han caído en la banalidad, que terror es igual a asustar al público, sin pensar más allá.
Y Shyamalan, en todas sus películas de terror, le ha puesto un trasfondo que justifica a la perfección su visión del terror:
Enfrentarnos con lo que no nos deja avanzar, y ser felices; en un modo de cuento, en que nos hace reflexionar y analizar desde la naturalidad, hasta el terror de lo desconocido y posible…

“I never liked you anyway”



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