Bridge Of Spies

“In the shadow of war, one man showed the world what we stand for”

En 1960, La Guerra Fría entre Estados Unidos y La Unión Soviética, estaba en pleno apogeo, teniendo a los ciudadanos de ambos países, los nervios en punta.
La paranoia y el terror de un conflicto nuclear, dominaba la conversación diaria.
El incidente del avión U-2, ocurrió durante La Guerra Fría, el 1º de mayo de 1960, cuando un avión espía estadounidense, un U-2, fue derribado sobre La Unión Soviética.
En un principio, el gobierno de Estados Unidos, negó el objetivo y misión del avión, pero se vio obligado a admitir su papel en la intrusión aérea, cuando La URSS mostró sus restos, sorprendentemente conservados, y más aún, anunció que su piloto, de quien luego se sabría que se llamaba Francis Gary Powers, había sobrevivido a su derribo.
Y es que desde los años de 1950, el rol principal de Las Tropas de Defensa Antiaérea (PVO); que es la rama de defensa antiaérea de La Unión Soviética, era permanecer alerta, para interceptar bombarderos del Mando Aéreo Estratégico de los Estados Unidos, y aparatos de reconocimiento que penetraran el espacio aéreo soviético.
Si bien hubo varias aeronaves estadounidenses derribadas, mientras operaban en cercanías, o dentro de las fronteras soviéticas, la PVO no lograría un máximo prestigio, sino hasta la victoria del 1º de mayo de 1960, cuando un misil guiado, Lavochkin S-75 Dvina, derribó el U-2 de Gary Powers, desatando una crisis diplomática; a tan sólo unos 15 días antes, de la para entonces, inminente apertura de una cumbre Este-Oeste en París.
Este incidente, fue muy embarazoso para los Estados Unidos,  y anticipó un marcado deterioro en sus relaciones con La Unión Soviética.
Los pilotos de U-2 estadounidenses, llevaban a cabo misiones de espionaje sobre países hostiles, incluyendo La Unión Soviética, que incluían vigilancia y fotografía de instalaciones militares, y otros objetivos de inteligencia.
Esta vez, era la misión de sobrevolar La Unión Soviética, fotografiar sitios, o silos de misiles balísticos intercontinentales (ICBMs) nucleares, en las cercanías de las regiones de Sverdlovsk y Plesetsk, antes de finalmente aterrizar en Bodø, en la nórdica Noruega, uno de los 2 únicos países de La OTAN, limítrofes de la entonces URSS, junto a Turquía.
Todas las unidades de La Fuerza Aérea Soviética en el Asia Central, Kazajistán, Siberia, Los Montes Urales, y más tarde, en la propia región europea de La URSS, e incluso el extremo norte, estaban en alerta, y se esperaba la inminente invasión del espacio aéreo soviético, por parte de un U-2 proveniente desde el sur.
Poco después de la detección del aeroplano intruso de Powers, el entonces Teniente General de La Fuerza Aérea Soviética, Yevgueny Savistky, ordenó a Los Comandantes de las unidades aéreas, que lo atacasen por medio de todos los vuelos en alerta, en el área del curso de la aeronave extranjera, y lo embistiesen si fuese necesario.
Debido a la extrema altura operativa del U-2, de unos 24km, los intentos soviéticos de interceptarlo, usando “los convencionales” aviones caza, habían fracasado.
Más aún, el curso de vuelo de U-2, estaba fuera del radio de alcance de varios sitios de lanzamiento de misiles tierra-aire, llamados “Surface to Air Missiles” (SAM)
De acuerdo a la versión oficial soviética de los hechos, que sería puesta en duda más de 3 décadas después; el U-2 fue finalmente impactado, y derribado cerca de la localidad de Degtyarsk, en la región de Los Urales, por uno de 14 misiles S-75 Dvina, SA-2 Guideline, según la nomenclatura de La OTAN.
El piloto, Francis Gary Powers, se eyectó exitosamente, antes de abrir su paracaídas.
Al hacer eso, no activó, o no pudo hacerlo, la pequeña carga explosiva que habría contribuido a la destrucción de la aeronave, cuyos potenciales restos en tierra, podrían convertirse en evidencia incriminatoria en territorio hostil, y de hecho así sería prontamente.
Además, durante su entrenamiento, Powers había recibido $1 de plata modificado, que escondía una aguja impregnada con la sustancia tóxica tropical, conocida como “curare”
No obstante, tampoco pudo optar por la vía rápida del suicidio cuando saltó, ni tampoco quiso hacerlo una vez en tierra.
Inmediatamente, antes de saltar de la aeronave siniestrada, Powers olvidó desconectar su tubo de oxígeno, fundamental para poder respirar a tales alturas, por lo que tuvo que luchar con él, hasta que logró desconectar la manguera que aún lo mantenía unido al avión, el cual, por otra parte, ya había entrado en barrena.
Un segundo misil adicional, impactó en el ya averiado U-2, dañándolo aún más, y seguramente habría matado a Powers, de haber estado él todavía en la cabina.
Finalmente, y ya en tierra, Powers fue capturado, después de haber sido delatado por unos granjeros, quienes en seguida se dieron cuenta que estaban ante un extranjero que no hablaba ruso.
Como resultado, Francis Gary Powers, fue condenado por espionaje contra La Unión Soviética, y sentenciado a 3 años de cárcel, y 7 años de trabajos forzados.
Su alegato de defensa, incluyó la recordada frase de:
“Júzguenme como a un ser humano, y no como a un enemigo”
El 5 de mayo de 1960, es decir,  4 días después de la desaparición de Powers, La NASA lanzó un muy detallado informe de prensa, que decía que una de sus aeronaves de investigación “se había perdido” al norte de Turquía.
Incluso, para reforzar el intento de engaño, un avión U-2, fue rápidamente pintado con el logotipo de La NASA, y fue posteriormente mostrado, o exhibido ante la prensa estadounidense, y mundial.
Después de enterarse de esa maniobra de encubrimiento, El Premier Soviético, Nikita Jrushchov, anunció al Soviet Supremo, y al mundo, que un “avión espía”, había sido derribado en La URSS, pero intencionalmente, no hizo referencia alguna a que su piloto había sobrevivido durante el incidente, guardándose esa vital información, como su “as bajo la manga”
Eisenhower y sus asesores, “mordieron el anzuelo”, y lógicamente, pensando que el piloto habría muerto, autorizaron la divulgación de una historia de encubrimiento, que aseguraba que se trataba de una “aeronave de investigación meteorológica”, que había entrado en el espacio aéreo soviético, después de haberse extraviado, luego de que el piloto transmitiese por radio, que estaba experimentando “dificultades con su equipo de oxígeno”, mientras volaba sobre Turquía.
La Casa Blanca reconoció, que podía tratarse de la misma aeronave, pero aun así proclamó que “no hubo intento deliberado alguno, de violar el espacio aéreo soviético, y nunca lo ha habido”, e intentó seguir con la farsa de su “operación fachada”, al ordenar mantener en tierra, a todos los U-2, para controlar eventuales “problemas de oxígeno”
El 7 de mayo, Nikita Jrushchov, tendió la parte final de su trampa, y anunció:
“Debo decirles un secreto.
Cuando hice mi primer informe, deliberadamente no dije que el piloto estaba vivo, y bien... y ahora miren todas las cosas tontas que las autoridades estadounidenses han dicho”
Y es que no solo Powers estaba vivo, sino que además, se conservaban importantes secciones de su aeronave.
Los soviéticos, se las ingeniaron para recuperar la crítica cámara de vigilancia, e incluso, revelaron algunas de las fotografías por ella tomada.
Así que el incidente, resultó ser una gran humillación para la administración de Eisenhower, atrapado en una mentira, que era a la vez, evidente e innegable.
El “pack de supervivencia” de Powers, que incluía 7500 rublos de la época, y joyería femenina, también fue recuperado, y en buen estado.
Así las cosas, La Cumbre de París, entre El Presidente estadounidense, El General Dwight Eisenhower, y El Líder Soviético, Nikita Jrushchov, colapsó incluso antes de haber podido siquiera comenzar, en gran medida, debido a que el primero, rehusó disculparse públicamente por el incidente.
Mientras Jrushchov, abandonó definitivamente las conversaciones al respecto, el día 16 de mayo.
Sin embargo, el 10 de febrero de 1962, a los 21 meses de su captura, Powers fue intercambiado junto con el estudiante estadounidense, Frederic Pryor, en un canje de espías, por El Coronel Vilyam Genrikhovich Fisher, de La KGB, conocido como Rudolf Abel, un notable espía soviético, que había estado operando en la ciudad de New York, durante parte de las décadas de 1940, y de 1950.
El trabajo de Fisher como espía residente, consistía en el reclutamiento y supervisión de otros agentes, dedicados a la recolección de información de inteligencia.
Gracias a su propio sistema de codificación, que iba a funcionar exitosamente durante muchos años, es que La URSS pudo fabricar su primera bomba atómica, en plazos más breves.
Pero tras la pista, Fisher fue finalmente capturado por El FBI, en New York, el 21 de junio de 1957, en parte debido a la deserción de su asistente, Reino Häyhänen, en lo que llegaría a ser conocido como “The Hollow Nickel Case” o “El Caso del Níquel Hueco”
De hecho, Fisher transportaba las fotografías del material secreto, o clasificado, que había obtenido en microfilms que almacenaba dentro de réplicas huecas de monedas de 5 centavos de dólar, denominadas comúnmente “nickels” en inglés.
Durante la investigación, Fisher rechazó todo vínculo con Servicios Secretos, se negó a prestar declaraciones ante El Tribunal, y no se dejó tentar por las propuestas de colaboración.
Cuando Fisher fue finalmente arrestado, el cuarto de hotel en que se alojaba, y sobre todo, su estudio fotográfico, contenían variados y múltiples equipos de espionaje modernos para esa época, entre ellos:
Cámaras y película específica para producir “micropuntos” o microfilms, dispositivos para el cifrado de datos, cepillos con mango hueco, radios de onda corta, y numerosos contenedores “engañosos”, o con doble fondo.
Y fue condenado a, nada menos que 30 años de prisión, por el delito de espionaje.
Pero mientras iba cumpliendo la condena, él se entretenía resolviendo problemas matemáticos, estudiaba la teoría del arte, y pintaba al óleo...
El intercambio de Powers por Fisher, se llevó a cabo en el puente Glienicke, que conectaba Potsdam, en la Alemania Oriental/Comunista, con la cada vez más aislada Berlín Occidental, pues El Muro de Berlín, se había comenzado a construir desde hacía tan sólo unos 6 meses, en agosto de 1961.
El puente Glienicke, en alemán “Glienicker Brücke”, es un puente que cruza el río Havel, conectando el distrito Wannsee de Berlín con la capital de Brandemburgo, Potsdam.
Se llama así, por el cercano Palacio de Glienicke; y debido a que el puente era una frontera restringida entre El Bloque del Este, Potsdam en Alemania Oriental; y las potencias occidentales, en el sector estadounidense de Berlín Occidental; que los EEUU y los rusos, lo usaron para el intercambio de espías capturados durante La Guerra Fría; por lo que los periodistas comenzaron a llamarlo:
“El Puente de Espías”
El primer intercambio de prisioneros, en dicho puente, tuvo lugar el 10 de febrero de 1962.
Los EEUU liberaron al espía soviético, Coronel Rudolf Abel, a cambio del piloto estadounidense, Francis Gary Powers, capturado por La Unión Soviética, tras El Incidente del U-2; aunque en realidad, el intercambio se trató de un “2x1”, ya que los soviéticos, también entregaron al estudiante estadounidense, Frederic Pryor.
Pryor, fue detenido y recluido sin cargos, por la policía de Alemania Oriental; pues él había estado tomando cursos de posgrado en estudios de Europa del Este, en la Universidad Libre de Berlín Occidental, desde 1959.
Todo este intercambio, fue gestionado por James Britt Donovan; quien durante La Segunda Guerra Mundial, trabajó para La Oficina de Servicios Estratégicos, que antecedió a La CIA.
Posteriormente, Donovan fue designado como uno de los fiscales en Los Juicios de Los Criminales de Guerra Nazis en Núremberg.
Y en 1957, defendió el espía soviético, Rudolf Abel, después de muchos otros abogados se negaron.
Donovan, perdió el juicio, pero fue de nuevo ante El Tribunal, para argumentar en contra de una posible sentencia de muerte, y la ganó.
Luego llevó la apelación de Abel hasta La Corte Suprema, donde Donovan argumentó sin éxito, por 5-4 de los votos, que las pruebas utilizadas contra su cliente, que había sido capturado por El FBI, era una violación de La Cuarta Enmienda.
En 1962, Donovan, quien fuera el principal negociador, y empleado de La CIA por Milan C. Miskovsky; negoció con los mediadores soviéticos, para liberar al piloto estadounidense capturado, Francis Gary Powers.
Donovan, negoció con éxito el intercambio, a cambio de la liberación de Rudolf Abel, a quien Donovan había defendido 5 años antes.
Posteriormente a la liberación, a regreso a Moscú, El Coronel Vilyam Genrikhovich Fisher, conocido como Rudolf Abel, continuó trabajando como entrenador de espías para La KGB, y fue condecorado con La Orden de Lenin.
Y murió de cáncer de pulmón, en 1971, siendo enterrado junto a su padre, en el monasterio moscovita de Donskoy.
Su hija, luego diría que sus últimas palabras habían sido en inglés:
“Don't forget that we are Germans anyway” o “No te olvides de que, después de todo, somos alemanes”
Su lápida, muestra sus 2 nombres, el original:
Vilyam Genrikhovich Fisher, y su alias, o pseudónimo:
Rudolf Abel.
En 2003, un grupo de veteranos de la antigua KGB soviética, celebró junto a su tumba, el centenario del natalicio de Fisher.
Su trayectoria, inspiró 3 libros:
“El Escudo y La Espada” de Kozhévnikov; “Desconocidos sobre un puente” de James B. Donovan, el abogado estadounidense de Rudolf Abel; y “Un cazador patas arriba” de Kiril Jenkin, amigo y discípulo del famoso agente soviético.
Posteriormente, en junio de 1962, el abogado James Britt Donovan, fue contactado por el exiliado cubano, Pérez Cisneros, para que apoyara las negociaciones para liberar a 1.113 prisioneros de la fracasada “Invasión de Cochinos”
A lo que Donovan ofreció un pro bono de servicio jurídico, a La Comisión de las familias cubanas de los familiares de los presos.
Unos meses más tarde, viajó a Cuba por primera vez.
Y es que las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, eran extremadamente tensas, después de ese intento de invasión.
Cuando Fidel Castro se reunió con Donovan por primera vez, en una reunión que duró muy poco, Donovan logró crear confianza; y Castro también elogió a Donovan, por traer a su hijo a Cuba.
El 21 de diciembre de 1962, Castro y Donovan, firmaron un acuerdo para el intercambio de todos los 1.113 prisioneros, por $53 millones en alimentos y medicinas, procedente de donaciones privadas, y de empresas que esperan concesiones fiscales.
Como curiosidad, Donovan, tuvo la idea de intercambiar los prisioneros por medicinas, después de que se había enterado, de que la medicina cubana no le ayudó con su propia bursitis.
Por su trabajo, Donovan recibió La Medalla Distinguida de Inteligencia.
En 1962, fue candidato demócrata al Senado, en New York, pero perdió ante el republicano, Jacob K. Javits; y también se desempeñó como Presidente de La Junta de Educación de New York, en el apogeo de “La Era de Los Derechos Civiles”, declarando que dirigió “una Junta de Educación, no un Consejo de Integración”
En 1964, Donovan publicó sus primeros libros:
“Extraños en un puente, El caso del Coronel Abel”
En 1967, su 2º libro, “Desafíos: Reflexiones de un Abogado Experimentado”, fue publicado.
En sus últimos años, Donovan fue Presidente del Instituto Pratt; y murió de un ataque al corazón, el 19 de enero de 1970, en el Hospital Metodista de New York.
James B. Donovan, se casó con Mary E. McKenna desde 1941; y la pareja tuvo un hijo, y 3 hijas.
“Timing Matters”
Bridge Of Spies es un drama del año 2015, dirigido por Steven Spielberg.
Protagonizado por Tom Hanks, Mark Rylance, Amy Ryan, Alan Alda, Scott Shepherd, Sebastian Koch, Billy Magnussen, Eve Hewson, Peter McRobbie, Austin Stowell, Domenick Lombardozzi, Michael Gaston, entre otros.
El guión es de Matt Charman, Joel e Ethan Coen, basados en El Incidente del U-2, en el cual, un abogado llamado James B. Donovan, se ve metido en el centro de La Guerra Fría, cuando se le da la misión de negociar la liberación de Francis Gary Powers, un piloto cuyo avión fue derribado en La Unión Soviética.
Nominada a 6 Premios Oscar, obtuvo 1:
Mejor Actor de Reparto (Mark Rylance)
Y 5 nominaciones:
Mejor película, guión original, banda sonora, sonido, y diseño de producción.
Los antecedentes históricos son:
El Incidente del U-2, y la historia del ex jefe de Berlín Occidental de La CIA, William King Harvey, y “La Operación Oro”, que fue publicada en Berlín, por Rory MacLean como:
“Portrait of a City Through The Centuries” en 2014, sobre El Oficial de Inteligencia Soviético, Rudolf Abel.
Su arresto, y la historia, también fueron discutidos por Truman Capote, en su libro:
“A House in The Heights”
Otra versión del incidente, fue escrita por James Donovan, en 1964, bajo el título:
“Strangers on a Bridge: The Case of Colonel Abel and Francis Gary Powers”
Luego, el actor James Gregory, hizo de Donovan en la película de 1976, para la TV, llamada:
“Francis Gary Powers: The True Story Of The U-2 Spy Incident”, basada en la biografía Powers, escrita con Curt Gentry; en donde Lee Majors hizo de Powers.
El rodaje de Bridge Of Spies, tuvo lugar en EEUU, Alemania, y Polonia; y sigue a James Britt Donovan (Tom Hanks), un abogado de Brooklyn, que se ve súbitamente inmerso en las entrañas de La Guerra Fría, cuando La CIA le envía con el encargo, casi imposible, de negociar la liberación de Francis Gary Powers (Austin Stowell),  un piloto de un avión U-2 estadounidense, capturado por La Unión Soviética.
Bridge Of Spies, posee exactitud histórica, porque está basada en hechos reales; precisamente en El Incidente del U-2 de 1960, que es lo que se relata con las acciones de Donovan.
Aunque la trama avanza rápidamente, todo el transcurso de los eventos, sucede en un lapso de 5 años, desde 1957 hasta 1962.
Aunque parece otro filme de la historia de EEUU, a través de la cinematografía de Spielberg, se muestra la historia de un hombre decidido a hacer lo correcto, casi cayendo en lo ingenuo, pero siempre con el apoyo de la audiencia, como solo Tom Hanks puede ganárselo.
“Sometimes people are people.
They are wrong”
Bridge Of Spies es la 1ª película de Steven Spielberg, desde “Lincoln” (2012), en 3 años, y es una de la ½ docena de filmes del director, sobre conflictos armados.
Cabe señalar, que el libreto, escrito por Matt Charman y los hermanos, Ethan y Joel Coen, cuyo particular sentido del humor sobresale, una vez la trama pasa al otro lado del Atlántico; está basado en la verdadera historia de James Donovan, el letrado con las más firmes convicciones éticas, que no le permitieron hacer otra cosa que defender a su cliente, hasta el límite de sus habilidades.
Tanto así, que cuando un piloto estadounidense se estrella en La Unión Soviética, y es encarcelado, Donovan es seleccionado por La CIA, para ir a Alemania del Oeste, y negociar el intercambio de espías.
Por lo que Bridge Of Spies genera una nostalgia inconfundible, de una época en la que el conflicto mundial, parecía muy evidente, y más manejable que ahora.
Al igual que con “Lincoln” (2012), la trama transcurre mayormente dentro de oficinas, en las que la diplomacia van de la mano del pulseo político, y en las que se llevaron a cabo, multiplicidad de discusiones tras bastidores, que impidieron una hecatombe nuclear, durante décadas.
Los primeros minutos de intriga de Bridge Of Spies, hacen pensar que en los últimos años, las películas de Steven Spielberg, han seguido una línea de textos históricos y políticos que, además de entretener, reflejan ciertos períodos de la historia de los Estados Unidos; y no es de extrañar:
Toda la historia comienza en medio de La Guerra Fría, donde el abogado de seguros, James Donovan, se ve involucrado en un caso jurídico, que implica defender a Rudolf Abel (Mark Rylance), un oficial de inteligencia ruso, infiltrado en suelo estadounidense, siendo acusado de robar información clasificada.
Dada la presión de la sociedad, el caso se ve complicado; y en lugar de ejecutarlo inmediatamente, como claman tantos, deciden probar la superioridad del sistema judicial estadounidense, otorgándole un juicio.
Así, Donovan los sorprende a todos al, no solo hacer el mejor trabajo posible, sino también, de luchar lo necesario, para mejorar las condiciones de Abel, incluyendo llegar a La Suprema Corte.
Su nobleza, lo convierte en el objetivo de odio de un país entero; pero que luego, las cosas se invertirán…
En el momento en que eso sucede, el piloto de EEUU, Francis Gary Powers, es derribado en territorio ruso, en un avión de espías U-2, y queda prisionero en La Unión Soviética.
Esto causa que las tensiones entre Rusia y Estados Unidos se incrementen, por lo que el gobierno le asigna a Donovan, la difícil tarea de negociar el trueque de los prisioneros.
Puestos en claro, los acontecimientos de Bridge Of Spies, toman lugar en 2 locaciones principales:
Una, en suelo estadounidense, para el juicio de Rudolf Abel; y la otra en Alemania, para negociar un intercambio para recuperar a un piloto, y a un estudiante de economía.
Así podemos decir que, no sólo se trata de una película sobre La Guerra Fría, sino también, sobre un hombre que en la historia, logró algo imposible, o muy difícil en ese entonces.
La cosa es que a través del intercambio de diálogos, entre Donovan y Abel, entendemos que a veces, el juicio moral es el acto más honesto que puede definir a una persona, en un momento crítico.
Y Donovan lo sabe, por eso, en Bridge Of Spies nos damos cuenta, de que su rectitud ética, no se deja persuadir de nada ni nadie, incluso en las circunstancias más duras.
Donovan no tiene que defender con “diente y uña” a Rudolf Abel, ni tampoco tiene que intentar liberar al estudiante de economía, pero lo hace porque cree en sus principios, y en este proceso, se gana unos cuantos enemigos.
Todo ello hace de Bridge Of Spies, un “thriller” de espionaje muy astuto, que sigue la trayectoria de películas históricas de Spielberg, pero trasladándose a la época de La Guerra Fría, claro, junto a buenas actuaciones, y una escenografía magnífica.
Por ejemplo, Bridge Of Spies abre con una toma de un reflejo de un hombre en un espejo.
La cámara retrocede lentamente, hasta enseñar que se trata de un pintor, realizando un autorretrato.
Spielberg termina la toma, con el sujeto de espaldas, partiendo el encuadre entre, cómo este se ve, y cómo se representa sobre el lienzo.
Para un espía soviético en medio de La Guerra Fría, la diferencia entre la verdad y la percepción, no podría ser más crucial; y la toma es clara en intenciones.
En ese tiempo, Spielberg captura la atmósfera de La Guerra Fría, de una manera auténtica; pues lo podríamos ver de mil formas, y aun así, la puesta en escena es espectacular; tanto que trata de asemejarse al estilo visual de las películas clásicas de Hollywood; inclusive desde su narrativa.
Asimismo, está bellamente fotografiada, los escenarios se mantienen fieles a la reproducción de la época, como en las escenas de Brooklyn y Berlín, y el montaje la deja fluir con concisión.
Y destaca el nuevo nivel de intriga que ofrece, y la habilidad de los productores, para crear magia en la misma, y condensar los eventos de manera drástica.
El tema central de Bridge Of Spies, podría ser el valor de la ética profesional, la auténtica justicia, y cómo un debido proceso, da buen karma a futuro, todo lo cual se ve en el circo que se arma en torno al juicio contra el presunto espía soviético:
Dicho juicio, es un montaje para que los EEUU demuestren que “son justos en sus castigos”, y la calidad de circo radica, en que todos saben que el acusado será visto como culpable, hayan pruebas convincentes o no, por lo que realmente no hay un juicio justo; el único que realmente quiere dar una defensa real al acusado, es Donovan, su abogado, a quien le da lo mismo la culpabilidad del soviético, más bien, quiere que de ser condenado, sea con pruebas y argumentos sólidos.
Todo Bridge Of Spies, está narrado desde el punto de vista de Donovan, por lo que las demás piezas son aleatorias para lograr el mensaje personal propuesto por Spielberg.
Es decir, ayuda el que Spielberg no centre la mirada en la culpabilidad del soviético, pues de eso no se trata Bridge Of Spies, no es una trama de misterio; sino es sobre la hazaña de triunfar, siendo leal a los propios valores.
Eso sí, también se puede notar una crítica a la sociedad estadounidense:
Histérica a más no poder, y violenta cuando no le dan lo que quiere, cual niño mimado se tratase.
Y es que Donovan y su familia, lo pasan muy mal, cuando la gente ve al primero como un traidor, comportándose como simios incivilizados, llegado el momento, curiosamente, con una conducta distinta al final, cuando las cosas caen por su propio peso, y los idiotas deben tragarse sus propias palabras, y avergonzarse de sus actos.
Inclusive hay un momento en que la ley, un policía le reclama, o se ve la dualidad de la mujer en el metro, en 2 oportunidades distintas…
¿Doble moral?
Así, la historia de este abogado, es la representación de una mirada correcta y conformista de Spielberg, para con el sistema de su país, no la ácida crítica social, que en el guión se sugiere de manera ni tan implícita.
Sabemos que lo central, es el litigio que emprende Donovan para defender correctamente al soviético, independiente del resultado final, pero por el lado, surgen otros personajes y propósitos, que se notan impostados, meros instrumentos circunstanciales, que posteriormente serán utilizados en detalles que previamente fueron anunciados sin disimular.
Del reparto, Bridge Of Spies es la 4ª ocasión en que Spielberg selecciona a Tom Hanks, como compañero protagónico de fórmula.
Si bien, la actuación de Mark Rylance como Abel, se roba algunas escenas con su meditación profunda, es por la actuación de Tom Hanks, que comprendemos el choque ideológico entre Rusia y Estados Unidos.
Porque le otorga una solidez a Donovan, que en ninguna escena pierde la convicción.
Su interpretación, le da vida a tal punto, que sirve de enlace diplomático, entre lo que se ve, y lo que se plantea.
Hanks, interpreta a Donovan, como otro de los personajes, de un hombre común, pero uno con una de las características más particulares de “la generación más grande” estadounidense, tal como:
Desinterés, modestia, y adhesión fundamental a los principios básicos que él aprendió a valorar, y practicar.
El actor, socava cualquier santurronería potencial con ironía, y se reserva la inteligencia.
Pero Bridge Of Spies pierde un poco de fuerza en su 2º acto, cuando se torna repetitivo el proceso burocrático en el que se ve involucrado Donovan, con las distintas autoridades comunistas; pero una vez llegamos a Europa, esto se disipa.
Vale la pena señalar, que Bridge Of Spies, por desgracia, no es la deconstrucción de una época, de un paisaje humano y social, con todas las tensiones de fondo que se supone, deben colmar el fotograma:
La Guerra Fría es el telón contextual, sí, y también está bien utilizado en la trama, cómo no...
Pero más allá de ello, no se aprovecha para adentrarnos en la psicología de los personajes, o de una nación, lo que se hace a retazos simples, así que no cuenta del todo, más allá de los pormenores superficiales ya sabidos; y redunda en clichés del género, como:
Utilizar a la familia del protagonista, para ofrecer al espectador, la sensación de realidad y de miedo de la situación que está viviendo, como lo expresa en el diálogo:
“¡No debes defender a un soviético!”
Con la típica situación del “genio incomprendido”; “el héroe solitario al que nadie cree”
El juez, desestima una apelación sin leerla, y ya en Berlín, solo el abogado, pensará en rescatar también al estudiante, y en que eso es posible, mientras los demás le llaman loco...
O cuando el prisionero ruso, en la cárcel de EEUU, es tratado “perfectamente bien”; mientras que en el infierno, digo, en La URRS, el prisionero de EEUU, está en una celda pequeña, mal iluminada, encharcada, y es tratado como un animal.
Por su parte, el prisionero ruso cuenta con un buen abogado.
El recurso que éste interpone contra su sentencia, es estimado, y llega al Tribunal Supremo, con los 9 más altos jueces de EEUU, las escaleras blancas, las columnas excelsas, el juicio justo...
Mientras tanto, en La URRS, el prisionero/héroe estadounidense, acude a un juicio con una banda de rusos “ladrando en ruso” y un traductor “ladrándole a 20 centímetros de la cara”
Los disparos en la casa del abogado, que realmente corre peligro, que luego no serán explicados ni resueltos, ni capturado el tirador; sumado a la cara de la mujer de nuevo, y los disparos en El Muro de Berlín, que el abogado observa desde el tren; la cual, posteriormente hacia el final, se repite pero bajo otra perspectiva...
Y en el puente, una vez realizado el intercambio, el soldado de EEUU no mira atrás, pues tiene claro que vuelve a casa…
Mientras el ruso, sin embargo, echa una mirada atrás, con cara de tristeza, pues ha hecho tantos amigos en la cárcel en EEUU, y le han tratado tan bien, que claro, volver a Rusia es como si le encarcelaran de verdad…
¿Acaso, no son capaces los estadounidenses, de hacer una película sin proclamarse “Reyes/Salvadores/Ejemplo del Mundo”, y menos aún, si la película es sobre La Guerra Fría?
Bajo ese contexto, es ir contra la historia, no hay otra manera que ser 100% patriotero, americanista.
Y sostenemos como evidentes, por sí mismas dichas verdades:
Que los Estados Unidos de América, son el mejor país del mundo; y que Rusia es mala; como lo fue Cuba, y ahora Venezuela…
¿Etnocentrismo?
El guión de los hermanos Coen, coescrito por Matt Charman, apenas roza la complejidad el asunto, mientras que Spielberg se contenta con mostrar, tan excelente como él lo hace, por supuesto, la perspectiva de Donovan.
Recordar una vez más, que él es el importante aquí, no lo son los espías, ni el incidente, ni nada relacionado a la negociación.
Por lo que Bridge Of Spies, según Spielberg, es una película de superación personal, a lo “court drama”, no de acción, ni bélica, ni aventuras.
Y reprochar que haya una subtrama que se queda en el aire, con varios papeles que no trascienden la superficie, como el de Amy Ryan, en el rol de la esposa de Donovan, quien aquí no es más que un elemento decorativo dentro de “la típica familia estadounidense perfecta de los años 50”
Del piloto Francis Gary Powers, y del estudiante de economía, Frederic Pryor (Will Rogers) sabremos de muy poco a nada, solo que uno estaba en una misión de reconocimiento, y le habían dicho que “no le pasaría nada”; y el otro estaba del lado equivocado del muro, en un mal momento.
El estudiante, por ejemplo, es crucial para la trama, pero el tipo como persona nos importa una mierda, y es porque fue presentado mal, y sin profundidad alguna.
Y del incidente que generó el conflicto, es puesto de manera incidental, valga la redundancia.
“Freedom Is Never Free”
Sobre la misión de Powers; un estudio minucioso de su frustrado vuelo, muestra que uno de los últimos objetivos que él había sobrevolado, era la instalación de producción de plutonio, conocida como “Chelyabinsk-65”
Al fotografiar la misma desde arriba, se podría haber estimado, la capacidad de disipación de calor de los sistemas de refrigeración de la planta, permitiendo así calcular la potencia de salida de los reactores.
Esto habría permitido determinar, la cantidad de plutonio que se estaba produciendo, para finalmente poder afinar los cálculos tentativos, sobre la eventual producción de armas nucleares soviéticas.
Debido a su extrema sensibilidad militar, varias baterías antiaéreas, se habían instalado alrededor de esa planta, la cual, si bien estaba enclavada bien en el interior del inmenso territorio de La URSS, cerca de Los Urales, no dejaba de ser atractiva para los “curiosos” aviones espía, U-2 estadounidenses, como bien sabían las autoridades soviéticas.
Al regresar a Estados Unidos, Francis Gary Powers, fue criticado por no haber activado el mecanismo de autodestrucción de su aeronave, que hubiera destruido la cámara, negativos, y otro material clasificado, antes de ser capturado.
De hecho, se le recriminó por qué no se suicidó
¡Hijoputas que son con su compatriota!
Pues se le criticó por no usar la aguja de suicidio, que proporciona La CIA a los agentes en misiones de riesgo.
Esta aguja, oculta en $1 de plata, podía usarse para evitar el sufrimiento de ser torturado, en caso de ser capturado por el enemigo.
Luego de ser interrogado exhaustivamente por La CIA, la compañía Lockheed, fabricantes del U-2, y La Fuerza Aérea de los EEUU, compareció ante Los Senadores:
Richard Russell, Prescott Bush, y Barry Goldwater, Sr., el 6 de marzo de 1962.
En tales comparecencias, se determinó que Powers, había seguido órdenes, no había divulgado información crítica a los soviéticos, y había actuado como “un buen joven, bajo circunstancias peligrosas”
Al volver a “la vida normal”, Powers trabajó para Lockheed, como piloto de pruebas, desde 1963 hasta 1970, año en el que publicó un libro acerca del incidente.
Pero murió trágicamente, en un choque de helicóptero, cerca de Los Ángeles, en 1977, mientras trabajaba como reportero, para una estación de televisión local; pues su helicóptero, se desplomó después de haberse quedado sin combustible.
Tenía 47 años; le sobreviven su esposa Sue, y 2 hijos, Dee y Francis Gary Jr.
Fue sepultado en El Cementerio Nacional de Arlington.
Su hijo, Francis Gary Powers Jr., cada vez más interesado por el legado de su padre, abrió en 1996, un museo dedicado a La Guerra Fría.
No fue sino en 1987, 10 años después de su muerte, y 25 años después de su retorno, que fue Powers condecorado con la “Distinguished Flying Cross”
Hoy, gran parte de los restos de la aeronave estrellada en La URRS, piloteada por Gary Powers, así como varios ítems del mencionado “pack”, se encuentran en exhibición en El Museo Central de Las Fuerzas Armadas Rusas, en Moscú.
Un pequeño fragmento, regresó a los Estados Unidos, y se encuentra en el National Cryptologic Museum, institución dependiente de La Agencia de Seguridad Nacional (NSA)
Durante el año 2000, al cumplirse el 40° aniversario del famoso incidente, el gobierno del fallecido presidente ruso, Boris Yeltsin, le mandó a la familia de Powers, una pequeña estatuilla, consistente en un trozo original del avión, con una curiosa forma de medialuna.

“The coward must abandon his dignity before he abandons the field of battle”



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