Tengo Ganas de Ti

“Hay que perdonar.
Y perdonarse.
Pasa la página”

¿Cuánto tiempo tiene que pasar, para olvidar un antiguo amor, y volver a enamorarse?
Sólo el momento preciso lo sabe…
Federico Moccia, es un escritor italiano, autor de varias novelas de éxito que, a su vez, se han adaptado al cine.
Trabajó previamente, como director y guionista de programas de televisión, hasta conseguir éxito en el mundo literario.
“Ho Voglia di Te” o “Tengo Ganas de Ti” (2006), es la 2ª novela del escritor; y continuación de la anterior novela, publicada en 1992, llamada:
“Tre Metri Sopra il Cielo” o “Tres Metros Sobre El Cielo” estilizada como “3MSC”, como también se la conoce, la cual, en principio fue rechazada por varias editoriales, y decidió costear una pequeña edición en la editorial “Il Ventaglio”
Siendo reeditada en 2006, con un considerable éxito de ventas, y una inmediata adaptación cinematográfica, desde 2 países:
Una adaptación italiana llamada “Tre metri sopra il cielo” (2004), dirigida por Luca Lucini; y una adaptación española, llamada “Tres metros sobre el cielo” (2010, dirigida por Fernando González Molina.
El primer libro, recibió varios premios, y se tradujo a varios idiomas, siendo publicado en toda Europa, Brasil, y Japón.
“Tres Metros Sobre El Cielo” es una comedia romántica, y un retrato de la efímera adolescencia, que narra la historia de las relaciones entre mundos opuestos.
La acción se desarrolla en Roma, como en cualquier otra ciudad del mundo, los adolescentes “quieren volar”, buscan caminar a “3 metros sobre el cielo”
Las chicas como Babi, se esmeran en sus estudios, hablan del último grito de la moda, y se preparan para encontrar al amor de sus vidas.
Los chicos, como “Step”, prefieren la velocidad, la violencia, el riesgo, y la camaradería de las bandas, pero todos ellos se implican en la vida, como si cada segundo fuera el último.
Pero los personajes principales, pertenecen a mundos distintos, desean cosas distintas, pero tienen algo en común, el amor que les hará encontrarse, y cambiar.
Ellas se volverán más salvajes; ellos más tiernos.
Mientras, allí abajo, la vida real ya los reclama.
Babi, es una estudiante ejemplar, y la hija perfecta; Step, un adolescente violento y descarado.
A pesar de todo, entre los 2 nacerá un amor, fuera de todas las convenciones, un amor controvertido, por el que deberán luchar más de lo que esperaban.
Babi y Step, se erigen como unos “Romeo y Julieta” contemporáneos, en Roma, un escenario que parece especialmente creado para el amor.
Los personajes principales de la novela son:
Stefano “Step” Mancini:
Es un joven misterioso, bien parecido, y de carácter rebelde; el favorito de las chicas, pero tiene un pasado algo tormentoso, que lo aleja de su familia, y eso lo lleva a preferir que lo llamen “Step”
Cuando conoce a Babi, es cautivado por la belleza y la actitud de la misma, empezando así, un romance que cambiaría la vida de ambos.
La frase:
“3 metros sobre el cielo” es suya por excelencia.
Babi Gervasi:
Es una joven testaruda, y muy correcta.
Una hija modelo, siempre siguiendo las reglas, hasta que conoce a “Step”, y se dejan llevar juntos, en ese espiral de pasión, rebeldía, nuevas experiencias, e incluso ternura.
Aun así, mantiene parte de su carácter conservador.
Las claras diferencias entre ambos, podrían convertirse en un obstáculo en su relación.
“Pollo”:
Es un joven simpático y alocado; es el amigo más cercano de “Step”, pues comparten sus opiniones, y la forma de vivir sus vidas.
Éste empieza a salir con la mejor amiga de Babi, Pallina, comenzando así su propia historia de amor.
Pallina Lombardi:
Es la mejor amiga de Babi, aunque de carácter completamente distinto; ella es una joven simpática y divertida, sin complicaciones, a la que le gusta vivir el momento, que cae perdidamente enamorada de “Pollo”
Paolo Mancini:
Es el hermano mayor de “Step”, un poco obsesivo y perfeccionista, de naturaleza más calmada y cerrada, muy diferente a su hermano.
“Step” vive con él, en relativa calma, manteniendo un frágil lazo fraternal.
Daniela Gervasi:
Es la hermana menor de Babi, que está feliz, cuando Babi empieza a salir con “Step”, ya que ella desea vivir una historia de amor como la de ellos.
Se maneja con más soltura que su hermana mayor, pero aun así, siente gran cariño por ella, saliendo en su defensa, cuando ésta lo necesita.
Raffaella Gervasi:
Es la madre de Babi y Daniela; ama a sus hijas, y se preocupa por ellas, pero es de mente cerrada y estricta, muy orgullosa y “snob”, dejando que su criterio sea nublado por preconceptos y prejuicios.
Se opone absolutamente, a que su hija salga con un chico como “Step”; claro está, que los adolescentes no son exactamente conocidos, por hacer lo que sus padres demandan…
Claudio Gervasi:
Es el padre de Babi y Daniela, esposo de Raffaella; de temperamento suave, y no tan extremista como su esposa, llegando a considerárselo, incluso algo torpe.
Pero es amable, y ama a su familia.
No se opone tan fervientemente a la relación de Babi y “Step”
Así las cosas, debido al gran éxito en taquilla de la película, su productora, Antena 3 Films, encargó la secuela del libro/película, que tiene el mismo nombre que la segunda novela de Federico Moccia:
“Tengo ganas de ti”
“Ya no hay vuelta atrás, lo sientes, y justo entonces, intentas recordar en qué momento comenzó todo, y descubres que todo empezó antes de lo que pensabas”
Tengo Ganas de Ti es un drama del año 2012, dirigido por Fernando González Molina.
Protagonizado por Mario Casas, Clara Lago, María Valverde, Marina Salas, Nerea Camacho, Diego Martín, Andrea Duro, Lucho Fernández, Antonio Velázquez, Cristina Plazas, Carme Elias, Ismael Martínez, Álvaro Cervantes, Carles Francino, Jordi Bosch, Joan Crosas, Ferran Vilajosana, entre otros.
El guión es de Ramón Salazar, y es la secuela de “Tres Metros Sobre El Cielo” (2010), basada en la novela homónima de Federico Moccia, y de la adaptación de la película italiana:
“Ho Voglia di Te” (2007), dirigida por el español Luis Prieto.
En el año 2015, se estrenó la 3ª, y última parte de esta saga llamada:
“Por Tu Amor”, en donde los actores se vuelven a encontrar, en una historia después de 20 años, de que Babi y “H” se encontraron por última vez, pero ahora tienen hijos, y estos repiten la historia de sus padres…
Esta difícil historia de amor, de una “niña bien” y un “chulo de barrio”, no deja indiferente a nadie; atrapa, y consigue hacer romántico al espectador.
Sin duda, continúa presente la épica adolescente, correctamente marcada, con grandes dosis de amor, amistad, desenfreno, acción, interesantes diálogos, y esas frases de amor que no se olvidan; pues retrata una sociedad utópica, padres que respetan las decisiones de sus hijos, jóvenes que solo se preocupan por ser felices, siguiendo las huellas de las emociones que su corazón les dicta; espontaneidad y ganas de amar, se conjugan con el deseo de ser uno mismo.
Ahora como jóvenes adultos confundidos, que piden disculpas por sus actos, que mienten para tratar de recuperar el tiempo perdido, reclamos, celos, desconfianza, separaciones, aventuras clandestinas, para acallar toda esa monotonía y cotidianidad que ha consumido sus vidas por completo.
Una película que deja patentes temas como:
El amor y las ausencias, sobre lo difícil que es cubrir el hueco de los que se han ido, y saber empezar de nuevo.
Tengo Ganas de Ti se rodó en Barcelona, entre el 28 de octubre y el 30 de diciembre; y sigue a Hugo “H/Hache” Olivera (Mario Casas), que vuelve a Barcelona, después de pasar 2 años en Londres, alejado de sus amigos y familiares, e intentando olvidar a su primer amor, y la muerte de Pollo (Álvaro Cervantes), su mejor amigo.
De nuevo en casa, Hache descubre que todo sigue igual, y que debe buscarse un trabajo.
Mantiene una relación distante con su madre, Rebecca Castro (Carme Elías), y con su hermano, y sólo parece preocupado de 3 cosas:
Por “Pollo”, su moto, y volver a ver a Babi (María Valverde)
Todo cambia, cuando Hache conoce a Ginger “Gin” Mancinni (Clara Lago), una chica llena de vitalidad, parecida a él.
A Gin, le gusta pasarlo bien, y vivir la vida al máximo, sin miedo a nada; pero sobre todo, le devolverá la sonrisa que había perdido, se enamorarán, y empezarán a salir juntos.
Pero “quien no supera su pasado, está condenado a repetirlo”, y Hache se reencuentra con Babi en una fiesta...
Es entonces, cuando empieza a dudar acerca de sus sentimientos, y deberá elegir, entre una u otra.
Una llegada no prevista, encuentros como detonantes para nuevas amistades, universos llenos de frescura, juventud que no pide perdón, ausencia de reprobación social, respuestas paternalistas a los actos imberbes, el retrato de una nueva generación, que sólo vive en su universo, la búsqueda del amor, y la necesidad de sentirse aceptados.
Tengo Ganas de Ti, recoge a los mismos personajes de la primera película, años después, para acompañarlos en un regreso a los mismos lugares transitados entonces, para descubrir, cómo los acontecimientos, los dramas, y las pérdidas de la primera película, habían afectado a sus vidas.
Porque Tengo Ganas de Ti, es también eso, una película de ausencias.
Sobre lo difícil que es cubrir el hueco de los que se han ido.
Un retrato de los restos del naufragio…
Una historia de amor, desde el desamor.
Tengo Ganas de Ti, le da peso a los valores actuales, la equidad de género, aparece bien representada, en un sentido, prevalece la feminidad, los estereotipos de la mujeres sumisas, no tienen cabida en las nuevas generaciones; sólo hay reminiscencias de ello en los personajes adultos, llenos de prejuicios que ahora pesan, y que convertidos en una carga, imposibilitan el ser felices.
Pasiones que se acentúan de manera antagónica, en la narrativa cinematográfica, que se sigue con interés.
“Dicen que, que si una pareja cierra un candado, lo deja atado al puente, y luego tira la llave al agua, no habrá manera de que se vuelvan a separar”
Las historias épicas, siempre tienen que tener una continuación…
Y más si se trata de un producto específicamente diseñado para convertirse en un bombazo en la taquilla.
Tenían algo estas novelas, que la convirtieron en un fenómeno, en un hito generacional, totalmente incomprensible para los adultos, y arrebatadoramente adictivo para los jóvenes, que por fin, encontraban un producto cinematográfico con el que poder identificarse, en español, como sucedió con “Twilight” en su momento, con el que poder mantener un diálogo activo.
Mientras que “Tres Metros Sobre El Cielo”, es una historia sobre “el brillo de la adolescencia, sobre la magia del primer amor, y sobre la pérdida de la inocencia”; “Tengo Ganas de Ti”, hace un retrato sobre las dificultades de convertirse en adulto, sobre lo complicado de volverse a enamorar, cuando te han destrozado el corazón.
Y retrata esa época, un instante antes de la madurez, en la que se toman las decisiones que marcarán el resto de tu vida.
La historia, continua donde se quedó la primera entrega, pero no ha dependido de “3MSC”, ha creado otra historia de amor, que hace que el espectador se sienta más cercano a la misma; y es que si en la primera nos encontramos con el primer amor; en esta nos encontramos con el amor verdadero.
Tengo Ganas de Ti abre, metafóricamente, a través de un plano cenital, que muestra un cuerpo en posición fetal, a manera de prólogo, que maximiza la vulnerabilidad del ser humano, un símbolo extranjero, la bandera británica, que acoge y cobija los sueños de quien descansa sobre el mismo.
En contrapunto, una toma en contrapicado, dimensiona la inmensidad del mar, como poder acuoso que todo lo penetra, y toma mil formas para tragar y ahogar todo lo que entra en él, metáfora que alude y anuncia un mundo más real, en donde lo material, tiene un significado y un sentido diferente al de los sueños, pero también, para representar una necesidad inconsciente:
La de ahogar el pasado, a pesar de la nostalgia que producen los recuerdos, y los deseos no consumados.
Para su desarrollo, el director opta por escenas que, por sí mismas representan capítulos, en donde el cortejo, la melancolía, el deseo, y la soledad, están presentes en personajes con espíritu descarado, que intentan revivir la magia del primer amor en todo momento.
El director, bombardea al espectador, con una gran cantidad de imágenes de apariencia inconexa, a manera de un mosaico, que se va entretejiendo con varias historias bordadas en los sentimientos y las emociones, con planos cortos que realzan los cuerpos perfectos y atractivos de personajes independientes y audaces, una nueva manera de recrear el espíritu de la legendaria película “Rebel Without a Cause” (1955) de Nicholas Ray; digámoslo todo.
Pero un detalle importantísimo, si no has visto la primera entrega, habrá muchos problemas, pues la narrativa se sustenta mucho en el pasado de los personajes.
Así, Hache regresa a la pantalla a lo grande, vuelve para ocupar el trono que se ha ganado a pulso, como ídolo juvenil, a partir de su rencarnación como nuevo “Rebelde sin Causa” del polígono.
Sin embargo, nuestro héroe ha cambiado, ha sufrido una profunda transformación, a causa de los traumas, y las desventuras amorosas sufridas en la primera parte; he ahí el detalle para seguir la trama, y que puede resultar algo incomprensible; pues él ha madurado, y ha abandonado su rabia adolescente, para sumirse en el nihilismo y la amargura.
Los días de carreras clandestinas, de camaradería viril, de descubrimiento del primer gran amor, de creerse indomable, e invencible, han terminado.
Ahora solo queda el peso del pasado, la culpa, y el dolor.
Hache ha crecido, se ha hecho mayor, y también esta segunda parte parece haberse introducido en un territorio cinematográfico más adulto, algo más vehemente.
Lo cierto es que las motivaciones que mueven a los personajes, son ahora, totalmente distintas.
Ya no se trata de vivir a tope, de disfrutar de la juventud, ir de fiesta, y hacer el gamberro.
Ahora es tiempo de asumir responsabilidades, algo que, está claro, resulta mucho menos estimulante.
Del reparto, Mario Casas se esfuerza, y aunque sigue sin entendérsele bien en muchas ocasiones, cumple sumido, ya desde su prólogo, en la inercia de los laureles de la primera entrega, pues todo, absolutamente todo el invento, está enfocado simplemente al enaltecimiento del protagonista masculino, a los altares del perpetuo suspiro “teen”
Él es el “Macho Alfa” de una manada compuesta sólo por él mismo, que le rodea con su actitud rebelde e irresistible, ajeno a cualquier civismo vial, y dale con no ponerse el casco; o preocupación por el cuidado de nuestro entorno…
¿Qué es eso de tirar llaves metálicas a los ríos?
Él es la masculinidad puesta a prueba a cada momento, con los retos y las agresiones comunes entre los jóvenes, los encuentros agresivos, y las peleas, son oportunidades que no desaprovechan para medir sus fuerzas, y fincar un carácter para la adultez.
La sangre hierve en la carrera por demostrar quién es el mejor.
De actitudes desinhibidas, así son los jóvenes de hoy, el mundo es de ellos, y todos deben saberlo, no importan los errores, lo importante es vivir lo que se siente, la virilidad, y la fuerza, están presentes, excepto el machismo.
El problema es que ese es su cometido principal, por mucho que lo quieran disfrazar como un “Rebelde sin Causa” venido a menos, que ahora tiene que abordar su nuevo estilo de vida, como una oportunidad para cerrar las cicatrices de su pasado... sigue siendo un imán para las mujeres, pero se busca que sintamos pena por él, por lo que sucedió al final de la primer entrega, algo en lo que fracasan de forma descarada.
Eso sí, Casas se esfuerza por dar cierta entidad a la delicada situación emocional del personaje; pero no ayuda nada a ello, las apariciones de cierto personaje que busca añadir más trasfondo dramático a Hache, pero que a la hora de la verdad, queda como fuera de lugar; y todo acaba derivando en el triángulo amoroso de turno, que tan efectivo es a la hora de llevar a las fans al cine.
Dicho triángulo sentimental, es lo que hace mucho daño a los 2 personajes femeninos centrales:
Por una parte, tenemos a Clara Lago, como una especie de versión femenina de Hache, todo un acierto a la hora de querer relacionarlos en el plano amoroso, pero pésima es la forma que tiene de presentárnosla:
Está haciendo fotos, y al ver al protagonista, la cámara nos ofrece varios planos durante esa escena, para mostrar que, o le conoce, o está interesada en él.
Hache se va poco después, y ella decide seguirlo…
Aquí la cosa ha pasado a la categoría de “stalker” o “acosadora”
Él para en una gasolinera, para repostar, y ella da accidentalmente a su motocicleta, y se dedica a robar la gasolina que él está pagando, y al que, definitivamente, no conoce.
Una acosadora, una ladrona, o ambas cosas...
Alguien podrá aducir, que es una forma efectiva de llamar la atención del protagonista, pero esa es una consecuencia que al menos yo no concibo.
Luego se intenta endulzar su personaje, e incluso hacerla “sufrir por el amor de Casas” para que sintamos empatía hacia ella, pero el único interés final del personaje, es que al contrario de lo habitual, en producciones de este calibre, enseña más de lo esperable de su anatomía, y la hacer ver como una “jugada”
Claro Lago, pues hace lo que puede, y al menos transmite vitalidad, ya que la que realmente sale malparada de todo esto, es María Valverde.
Lo bueno es que ambos actores comparten una química que traspasa la pantalla, y llega a los espectadores, y es ahí, en la relación entre ellos 2, cuando Tengo Ganas de Ti funciona mejor, dejando en un segundo plano, la historia del personaje de Babi.
María Valverde, aparece desconectada de la trama principal, durante ¾ partes de la función, quedando así, sus apariciones limitadas a islotes narrativos, en los que hacer dudar al espectador, sobre si aún sentirá algo por el protagonista...
Importante saber de ella desde la primera entrega, porque si no, uno queda absolutamente desubicado por saber quién rayos es ella.
Obviamente, el reencuentro tendrá lugar, y el “hijoputismo” será la nota dominante.
Además, Valverde ofrece un trabajo plano, que dificulta lo más mínimo, sentir la más mínima pena hacia ella.
El resto del reparto, no merece mayor valoración, salvo el caso de Marina Salas como Katina Herreruela, la cual sí consigue transmitir con cierta efectividad, el dolor que la está atormentando.
El resto, entre el relleno necesario para tapar ciertas carencias del guión, como la hermana putilla del personaje de María Valverde; y el hermano del personaje de Clara Lago; la presencia testimonial, lástima que el personaje de Antonio Velásquez no salga más; o ya directamente, la molestia para el espectador, de la rival, Babi, que poco aporta en esta entrega.
Lo peor de Tengo Ganas de Ti es que se toma en serio a sí misma; y se hace obligatorio, ver la primera parte, pues hay escenas que conectan sólo si has visto la primera película.
O situaciones irreales como la exnovia que decide acostarse con Hache, un mes antes de casarse, para ver si siente algo por él… y un largo etcétera de inverosimilitudes, como la situación de los padres de Babi, la hermana putilla, y “Pollo” que es necesario conectar, o no conectar, pero nada de eso dicen al principio, como para que el espectador pare la cinta y corra a buscar la primera parte.
Insisto.
“Cuidado mítico, que esto es para siempre.
No hay vuelta atrás...
No hagas nada de lo que te puedas arrepentir”
“El Fenómeno Moccia”, como se conoce al éxito de ventas de sus obras, ha provocado en muchos lugares del mundo, en especial en Roma, la moda de colocar candados con el nombre de la pareja, que simbolizan el amor, tirando la llave al río; ha provocado multitud de daños en varios puentes emblemáticos de Europa:
Así, las autoridades parisinas, han hecho lo propio, declarado esta práctica como una “violación contra la protección del patrimonio”
En Italia, por ejemplo, el peso de tantos candados, hizo que una farola del puente Milvio se desprendiera, obligando al Alcalde, a colocar refuerzos en el mismo.
Y es que pocos meses después de la publicación del primer libro, en todas las paredes de Italia, se podía leer el mismo grafiti escrito por el protagonista:
“Io e te, 3MSC” o “Tú y yo, 3MSC”
Así es el mundo de Federico Moccia, mago del sentimentalismo adolescente, y el de sus adaptaciones, siempre presididas por títulos, y objetivos, rimbombantes:
“Perdona si te llamo amor”, “Perdona pero quiero casarme contigo”, “Tres metros sobre el cielo” o “Tengo ganas de ti”
Claro queda, que Tengo Ganas de Ti se trata de una película concebida con el objetivo de agradar a adolescentes, a base de estereotipos ya más que explotados.
Porque parece que hoy en día, sólo se valoran las películas independientes con mensaje, o sin él, que rompen con lo establecido, y por supuesto, se lo merecen, pero también, de vez en cuando, hay que abrir un poco más las miras, y disfrutar de una película de entretenimiento, que es capaz de hacerte reír y llorar al mismo tiempo.
Y sobre todo, que es capaz de hacerte soñar de una manera o de otra.
Tengo Ganas de Ti es un buena película, fresca, con clichés, sí, pero no me quejo; bueno, si me quejo de no haber visto la primera parte…

“Cuando alguien desaparece de tu vida, puede que no vayas a volver a ver a esa persona nunca más, o si podrás decirle todas las cosas que te quedan, que te gustaría decirle.
Coges papel y lápiz, y escribes una carta.
Que puede ser eterna, o puede ser una palabra.
Se la escribes a esa persona que se fue, pero no, no la mandas, la doblas, y la acercas a una llama, y la quemas.
Se la lleva el viento, y así el dolor no se te queda tan dentro”



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