Borat: Cultural Learnings Of America for Make Benefit Glorious Nation Of Kazakhstan

“When you chase a dream, especially one with plastic chests, you sometimes do not see what is right in front of you”

Kazajistán, ocasionalmente escrito como Kazajstán o Kazakstán, es un país transcontinental, con la mayor parte de su territorio situado en Asia Central, y una menor, al oeste del río Ural, en Europa.
Con una superficie de 2,727.300 km², es el 9º país más grande del mundo, así como el Estado sin litoral marítimo más extenso del mundo, considerando El Mar Caspio como un lago.
De allí viene Borat Sagdiyev, en cirílico, Борат Сагдиев, es un personaje ficticio de la televisión británica, interpretado por Sacha Baron Cohen.
Sus aventuras suceden en Reino Unido y Estados Unidos; y se presenta desde Kazajistán.
Cohen asegura, que para crear la estética de Borat, se inspiró en el líder de la banda de rock británica “Queen”, Freddie Mercury; y su personaje dice ser el 2º periodista más famoso de Kazajistán.
Trabaja para Kazakhstani TV, y visita EEUU, para grabar y aprender sobre su sistema político, y su cultura, que busca en el fondo, criticar los valores estadounidenses más tradicionales y profundos, además de juzgar su visión del mundo.
Borat suele saludar diciendo “Jak sie masz?” que significa “¿Cómo estás?”, en polaco.
Sus entretenimientos incluyen el ping-pong, tomar sol, bailar música disco, y tomar fotos a mujeres, mientras están en el baño…
Borat nació en Kuçzek, Kazajistán, el 29 de julio de 1972.
Es hijo de Asimbala Sagdiyev y Boltok “El Violador”
Es viudo de Oksana Sagdiyeva, quien fue la hija de Mariam Tuyakbay y Boltok “El Violador”
Borat, tiene una hermana llamada Natalya, la cual es vista como la 4ª mejor prostituta en Kazajistán.
También tiene un joven hermano llamado Bilo, quien tiene retraso mental, y debe estar en una jaula.
Bilo, también tiene una bolsa donde almacena todo el porno que tiene.
En una entrevista, Borat asegura:
“Mi hermano Bilo, tiene un cerebro pequeño, pero brazos muy fuertes, tiene 204 dientes, 193 en su boca y 11 en su nariz, y puedes hacer lo que sea con él… pues él no recuerda nada.
Él es un loco sexual... todo el día, en su jaula, revisa su porno y masturbándose.
Borat, ha estado casado varias veces:
Su primera esposa fue Oksana Sagdiyeva, una hermanastra suya, violada y asesinada en 2006 por un oso, mientras acompañaba a su cuñado Bilo, a una caminata en el bosque.
Borat fue seriamente afectado por ese acontecimiento, el cual, posteriormente celebró, y fue capaz de comprar a una nueva esposa de 13 años, la cual no pretendiera ser aburrida; pero mantiene relaciones extramaritales con una novia, una amante, y al menos una prostituta.
Él cuenta con un chico gitano llamado Vassilli, que ajusta su bigote, y limpia su ano.
Borat tiene 3 hijos:
Bilak y Biram, cuya madre es una hermana de Borat; Natalya, de 12 años; y Hooeylewis de 13 años, su hijo favorito, así como 17 nietos.
Borat trajo a su hijo Hooeylewis, y a su esposa a Inglaterra, en un intento de vender a su niño, a un tal travestí de nombre Madonna.
Borat, denigra a judíos, gitanos, homosexuales, y mujeres; odia y tiene terror hacia los judíos; también, tiene una actitud machista hacia las mujeres, como por ejemplo, se sorprendió al saber, que las mujeres pueden votar en Estados Unidos, o estudiar en Inglaterra.
Para él, el rango de importancia es éste:
“Dios, hombre, caballo, perro, mujer, rata, y esos bichitos pequeñitos que se arrastran por el suelo”
Todo esto declarado, mientras hablaba con una votante estadounidense, acompañando a un candidato del Partido Republicano.
Algunas veces, Borat se encuentra en situaciones embarazosas, a causa de su antisemitismo y machismo.
No obstante, Borat es, en realidad, un individuo educado en Cambridge, experto en historia del judaísmo, y autor de una tesis doctoral sobre los movimientos de defensa de derechos civiles, que es de lectura recomendada para los estudiantes de esa universidad británica.
Borat es Sacha Baron Cohen, un cómico británico, sumamente peculiar.
Su capacidad para crear personajes, es sorprendente, no sólo por la dificultad de cada perfil, sino por su entrega absoluta a la ficción:
Baron Cohen, se transforma física y psíquicamente en los personajes que interpreta.
Nunca ofrece entrevistas, salvo si interpreta en ellas, a una de sus creaciones.
Todos los medios de EEUU, han entrevistado a Borat; pero ninguno ha podido entrevistar a Sacha Baron Cohen.
Su entrega al personaje es tal, que los productores creen que sufre ataques de doble personalidad.
Cuando se convierte en Borat, se deja crecer el bigote y el pelo, y no lava el traje “para oler a extranjero”, dijo una vez.
Sólo un judío como Cohen, puede mostrarse tan falsamente antisemita; y sólo un intelectual, puede crear a un tonto tan complejo como Borat.
“My country send me to United States to make movie-film.
Please, come and see my film.
If it not success, I will be execute”
Borat: Cultural Learnings Of America for Make Benefit Glorious Nation Of Kazakhstan es una comedia del año 2006, dirigido por Larry Charles.
Protagonizado por Sacha Baron Cohen, Pamela Anderson, Ken Davitian, Alan Keyes, Bob Barr, Luenell, Mitchell Falk, entre otros.
El guión es de Sacha Baron Cohen, Anthony Hines, Peter Baynham, y Dan Mazer; y estuvo nominado al Premio Oscar como mejor guión adaptado.
Con formato de falso documental, Borat: Cultural Learnings Of America for Make Benefit Glorious Nation Of Kazakhstan, fue aclamada en Estados Unidos, por gran parte de la crítica, como una película divertidísima, una ingeniosa sátira que, en su aparente sencillez, básicamente, sobre un tipo detestable, que hace preguntas a la gente mientras viaja por el país, resulta al mismo tiempo ácida, irreverente, inteligente, y políticamente incorrecta, como pocas comedias de los últimos tiempos.
Además, obtuvo un sorprendente éxito de taquilla, ocupando durante sus 2 primeras semanas, el puesto #1 en el Box Office; pero la controversia la rodeó, a partir de 2 años antes de su lanzamiento, y después de la liberación; por algunos miembros del elenco, que incluso lo demandaron, tanto a Cohen como a sus productores; siendo prohibida en todos los países árabes, excepto Líbano, y el gobierno ruso, desalentó su exhibición.
Borat: Cultural Learnings Of America for Make Benefit Glorious Nation Of Kazakhstan, sigue al periodista de Kazajistán, Borat Sagdiyev (Sacha Baron Cohen), cuando se traslada a los Estados Unidos, junto con su productor, Azamat Bagatov (Ken Davitian), con la intención de rodar un documental que recoja las opiniones de parte de la sociedad del país, en torno a temas como el sexo, o el racismo.
Pero el trabajo no será tan fácil como parece... porque obsesivamente, cambiará su motivación, y recorrerá los Estados Unidos de este a oeste, con el objetivo de conocer y casarse con Pamela Anderson.
A través de un falso documental cómico, con aspiraciones anárquicas e irreverentes, de inicio conocemos al susodicho, a su entrañable familia, y sus vecinos, sus besuqueos múltiples por las calles neoyorquinas, su avidez sexual por la silicona mamaria de la mentada vigilante de la playa, su gusto por divulgar por doquier, sus procederes excrementales, y sus “delicadezas” con los gitanos, los retrasados mentales, o los judíos; en una parodia cruel, de la visión tercermundista del estadounidense, ante los países que considera “subdesarrollados”, evidenciando síntomas de supremacía arrogante, en realidad, una desmedida incultura encubierta en la absurda y elitista prepotencia, con la que Estados Unidos mira al resto del mundo.
El éxito de esta “road movie”, se asienta en la peculiaridad del personaje central, kazajo con peinado y mostacho a lo Groucho Marx, tan inocente, como osado y provocador; y la ubicación del mismo, en un contexto sociocultural muy diferente al suyo, con los manidos asuntos de “pez fuera del agua” y el “choque cultural”, al que se retrata de forma episódica y caricaturesca, con lugar para el absurdo, la escatología, y la sátira.
El choque cultural desarrollado a propósito, y de forma exagerada, es sin duda lo que sustenta el repertorio de Borat, y todo un acierto para Borat: Cultural Learnings Of America for Make Benefit Glorious Nation Of Kazakhstan.
Aunque para muchos sea una simple comedia para reír, para otros es una película que va más allá, y presenta una sátira sobre cómo la gente se siente, hoy en el presente, sobre varios temas polémicos como:
La homosexualidad, derechos de la mujer, la religión  la prostitución, el racismo, la celebridad, y el matrimonio.
¿Sería posible, que se hiciese una película así, en un país como el nuestro?
“Although Kazakhstan a glorious country, it have a problem, too:
Economic, social, and Jew”
Borat: Cultural Learnings Of America for Make Benefit Glorious Nation Of Kazakhstan funciona como comedia, desvergonzada, grosera, e incluso escatológica, aunque si tenemos en cuenta la parte rodada como “posible documental” aunque al final, siempre queda la duda de que así sea…
Para ser así, ha resultado ser un experimento cinematográfico, con una sorprendente capacidad de revelación en su retrato de la sociedad estadounidense.
Borat Sagdiyev, es un falso periodista de Kazajistán, tosco, antisemita, ignorante, y profundamente pueblerino.
Su bochornoso viaje a través de Estados Unidos, para “conocer y aprender”, es desternillante y vergonzoso a partes iguales; enfrente, los protagonistas involuntarios de su reportaje, que proporcionan una aproximación única, a los valores más profundos de este país.
Larry Charles y Baron Cohen, aceptan las bases del falso documental, para subvertirlas, y exprimir así, todas las posibilidades cómicas que reúne el género.
Dentro de él, Borat perpetúa con sus entrevistas, una singular perspectiva de las cosas, bajo una inocente apariencia, y malintencionada actitud, ridiculizando a mujeres, árabes, judíos, gitanos, homosexuales, liberales, conservadores, judíos, cristianos, musulmanes...
El catálogo de objetivos para sus envenenados dardos, no tiene límites; y se convierte inconscientemente, en un fulminante contestatario, un crítico que, desde el falso desconocimiento, ahonda en la realidad de un país incoherente en sus diversas ideologías, profundizando de forma malintencionada, en la manipulación y fraudulenta imagen que ha venido dando los EEUU al mundo, en ese entorno de libertad, como “la auto asumida tierra de las oportunidades”; cuyo mensaje bascula entre el gag políticamente incorrecto, y la crítica política y social de un país acostumbrado a creerse “el ombligo del mundo”, en algunos casos, valiéndose de la raza y el sexo, mientras que en otros, aprovecha las patrióticas lecciones, respecto a los valores occidentales, para escarnecer al que aparece en pantalla.
Charles y Baron Cohen, eligen a sus víctimas, sabiendo de antemano, cuál puede ser su reacción, minando las situaciones con expresiones desafortunadas, que revelen el verdadero pensamiento de gran parte de esa sociedad, como el encuentro con las feministas, su cena con la esnob clase alta, su incursión en una armería, su entrada en el hotel, después de haber aprendido cómo moverse en la esfera “nigga”…
Provocaciones de excelente humor, que alcanzan un ámbito de ostensible autenticidad.
Así se presenta Borat Sagdiyev, estrella de la televisión pública de Kazajistán; que supuestamente, tiene el encargo directo de su Ministerio de Información, de viajar a Estados Unidos, para realizar un documental sobre los avances de la vida moderna que proporciona ese país, que van desde la novedad de las escaleras mecánicas, a las tiendas de armas, y su posible aplicación en Kazajistán.
A lo largo del documental, Borat se muestra zafio y provinciano, y consigue de ese modo, despertar ternura en sus entrevistados, lo que revela en realidad, la disposición de los estadounidenses, a creer cualquier verdad sobre un concepto que para muchos resulta lejano:
“El extranjero”
La gente se cree, que en Kazajistán, las mujeres están encerradas en jaulas, o que para sus ciudadanos, un reloj digital, es el último avance tecnológico...
En su viaje de New York a California, Borat entrevista a políticos, activistas, religiosos, feministas, y ciudadanos corrientes, que proporcionan momentos escalofriantes.
Por ejemplo, traba amistad con un grupo de jóvenes en viaje de “fin de carrera”, ricos y borrachos, que lamentan el fin de La Era de La Esclavitud; y entrevista al dueño de una tienda de armas, a quien pregunta:
“¿Qué pistola debería comprar para matar a un judío?”
Y el dueño, impasible, responde:
“Yo le recomendaría una de 9mm, o una Glock automática”
Posteriormente, Borat habla con el propietario de un espectáculo de rodeos, le dice que “en Kazajistán, a los homosexuales se les mete en la cárcel, y luego son ejecutados”
Y el individuo le dice:
“Eso nos gustaría a muchos, que hicieran aquí”
En lo formal, Borat es, en ese sentido, una versión cómica de las películas de Michael Moore, un experimento cinematográfico, que detecta al mismo tiempo, los peores pecados de esta sociedad, y el ansia por pertenecer a ella.
Borat, se viste con los colores de la bandera de EEUU, en esa ocasión, para cantar el himno en un rodeo, del que tiene que salir corriendo antes de ser linchado; pues cuando le ceden el micrófono, ante miles de personas que creen estar realmente ante un periodista del este europeo, Borat grita:
“¡Viva George Bush y su guerra del terror!”
Y el público jalea:
“¡Viva!”
“¡Ojalá que George Bush mate a todos los iraquíes!”, dice Borat.
Y algunos gritan:
“¡Ojalá!”…
Borat quiere ser estadounidense, quiere vestir como ellos, y hablar como ellos, pero su origen rústico, y su desconocimiento absoluto de las reglas del decoro, convierten al sufrido periodista, en un paleto en la gran ciudad.
Pero la realidad supera la ficción, y por la producción de Borat: Cultural Learnings Of America for Make Benefit Glorious Nation Of Kazakhstan, en algunos estados de La Unión, todavía hay órdenes de arresto contra él.
La cutres es algo intencionado, y adecuado al espíritu de Borat: Cultural Learnings Of America for Make Benefit Glorious Nation Of Kazakhstan, así que no puedo considerarlo como una fallo, sino como todo lo contrario.
Cohen, no es lo que se dice un actor de método, pero a pesar de que nunca llega a hablar kazajo, sino algo parecido a hebreo, pues es de ascendencia judía, logra dar el pego, y engaña a todos; de hecho, durante el rodaje, tuvo problemas con la policía, hasta en 91 ocasiones.
Pero Borat: Cultural Learnings Of America for Make Benefit Glorious Nation Of Kazakhstan, posee algunos momentos memorables, en especial, las serenas interacciones con los ciudadanos estadounidenses, en donde afloran diálogos imposibles, y estampas surrealistas, que invocan a la ayuda divina.
Otros chocarreros pero divertidos por su descoque grotesco, como el combate en pelotas, con “69” incluido entre Borat y su compatriota; y otros menos afortunados, como algún “slapstick” muy forzado, y concesiones al simplón y barato humor adolescente, que de políticamente incorrecto no tiene absolutamente nada, y sí mucho de comercialidad.
Momentos como el del rodeo, en los que el público aplaude y vitorea unas consignas a favor de La Guerra de Irak, o el que protagonizan unos chicos que se dedican a beber, e insultar a las mujeres, realmente ponen los pelos de punta.
Y aquí ya no estoy hablando de humor políticamente incorrecto, que la verdad es que ni siquiera me parece que lo sea tanto, si no de esa realidad que pertenece a nuestro lado más inhumano, que tan cómodamente conseguimos esquivar a diario con otros pensamientos.
En la pelea entre Borat y Azamat, en pelotas, uno se ríe pero por lo “espectacular” de la escena...
Simplemente uno dice…
¡Nooooooo!
Eso sí, a la gente se le escapan detalles, como lo de la “censura” de ese desnudo de Borat, que en realidad es de partirse, pues el tamaño de “la franja negra” es enorme…
Como hay otros de solo un parpadeo, como la cabeza del oso muerto en la nevera...
Las escenas escatológicas, que abundan, como los 2 tipos desnudos, uno de ellos repugnante adrede, corriendo por el hotel; la ridiculización de Borat, como una suerte de campesino inculto, proveniente de alguna región asiática atrasada, que cree que el ascensor del hotel es su cuarto, algo poco persuasivo, que además bordea el racismo; o la escena donde rompe todos los platos en el anticuario...
Y sobre todo, la exclusión de cualquier forma de “inteligencia”
Todo esto compone un entretenimiento razonable, para un público que presumo, poco interesado en la crítica social.
Como dato, en el DVD, se incluyen varias escenas eliminadas, como:
Borat siendo interrogado por la policía, en una parada de tráfico; visitando un refugio de animales, para conseguir un oso para que lo protejan de los judíos; recibir un masaje en un hotel; y visitar un médico estadounidense…
Como todo, mucha gente ha querido ver en Borat: Cultural Learnings Of America for Make Benefit Glorious Nation Of Kazakhstan, una ácida crítica a la sociedad occidental, y al racista que todos llevamos dentro; pues bueno, también hay quien ve caras en las nubes…
Como personaje, Borat es lo que es, escudándose en su supuesta ignorancia de extranjero, es abiertamente maleducado, insultante, y bastante irrespetuoso, con las consecuencias evidentes que ello tiene.
Cuando un personaje va por la calle, y al cruzarse con una mujer le dice:
“Guapa, ¿Cuánto?”
Evidentemente no va a recibir una respuesta demasiado buena, independientemente de la etnia.
Esto no evita que Borat: Cultural Learnings Of America for Make Benefit Glorious Nation Of Kazakhstan, pueda ser graciosa.
De eso ya se encargan los guionistas; que como muchas otras películas de los últimos años, identifica el humor, con la transgresión.
Además, una componente importante del humor, es cierta corrección política asociada a la pertenencia.
No es lo mismo, que Woody Allen se ría de los judíos, o Bill Cosby de los negros; a que lo haga el famoso y rubio cómico alemán, Herbert Von Krust.
Así, que el británico Sacha Baron Cohen, deja a los kazajos, como brutos ignorantes subdesarrollados a todos los niveles, y asalte a pobres viandantes yanquis, tiene mucha menos gracia, que su burla igualmente salvaje de ciertas tendencias “culturales”
Es decir, se puede analizar Borat: Cultural Learnings Of America for Make Benefit Glorious Nation Of Kazakhstan, desde varios puntos de vista:
Tratándola como una crítica, o una sátira de la sociedad estadounidense:
Éste es el principal argumento, que han utilizado tanto la crítica, como el público, para clasificarla como una “obra maestra”
Aunque Sacha Baron Cohen se dedique a destruir, machacar, y criticar indiscriminadamente, sin ningún tipo de piedad.
Es decir, destroza a todos, a los judíos, a los kazajos, a los estadounidenses, a los musulmanes, a los uzbecos, a los gays, a los universitarios, a los retrasados, a las feministas, a los ultra cristianos, a los negros, a los burgueses, a los pobres, a los ciudadanos de New York, a Bush, a Pamela Anderson…
Lo único que no encuentro, es una autocrítica.
Y además:
¿Qué soluciones propone?
Ninguna, porque su principal objetivo es la mofa, provocar la risa fácil o indignación a base de burradas.
El problema que yo encuentro, es que no profundiza en ningún tema, y no ofrece ningún argumento coherente, simplemente crea situaciones polémicas, e hirientes, a modos de viñeta, para que la gente salte, y tenga reacciones que están fuera de lugar.
Es una provocación constante, y vacía de argumentación.
La gente que la alaba, dice que “hay que saber comprender lo que quiere decir, que realmente es una película muy inteligente, con un mensaje que hay que saber ver, abrir tus miras, dejar a un lado tus escrúpulos, y profundizar en toda esa capa de mierda, para extraer el meollo”
Otra opción, es tratarla como una comedia políticamente incorrecta:
Supongo que éste es un punto mucho más subjetivo, porque simplemente hay cosas que, a algunas personas les hace gracia, y a otras no.
Y es que se ríe con el sufrimiento y la ridiculización de otras personas…
Pero este tipo de humor, se ha extendido hasta límites insospechados, y comprendo que haya gente a la que le pueda hacer gracia.
Otra es tomarla como un documental:
Este punto es divertido, porque todos sabemos que es un “falso documental”
Lo que a mí me hace dudar, es la verosimilitud de todas las interacciones de Borat, con los distintos grupos sociales.
¿Son todos personajes reales o algunos son actores?
Supongo que mitad y mitad, lo que le habrá permitido manipular a su gusto.
Además, está realmente mal dirigido, desde lo formal, porque a veces hay cambios de plano, en situaciones donde no debería haberlos, ya que son incompatibles con el estilo documental.
En el viaje que emprende hacia California, el protagonista tiene una serie de encuentros con personajes, que asimismo pueden reducirse a estereotipos de la cultura de EEUU.
Los prejuicios hacia las minorías, encuentran un espejo invertido en los estadounidenses, en sus variantes estereotípicas:
Los raperos, los “rednecks” y los “frat-boys”, son descritos tal cual los conocemos a través de las películas convencionales; y funciona en la medida en que avanza, a partir de la interacción con estas representaciones burdas.
Pero los estereotipos racistas le hacen el juego al poder cuando, una vez expuestos, pretenden pasar desapercibidos.
Es un hecho que es una sátira de esos estereotipos, dado que por el contrario, los exalta y evidencia; y por ello, no se trata de una película ingenua.
Hay que recordar, que Sacha Baron Cohen, simplemente hace su papel, el humor no surge de él, sino de la gente tan absurda y ofensiva que aparece en pantalla.
Si alguien se da por aludido por esta sátira, debería plantearse seriamente, cambiar “un poquito”
Un dato curioso, es el vertido por el filósofo, Slavoj Zizek que la escribe así:
“Borat: Cultural Learnings Of America for Make Benefit Glorious Nation Of Kazakhstan, es aún más subversiva, no cuando el héroe es simplemente maleducado y ofensivo, para nuestros ojos occidentales, cuanto menos; sino por el contrario, cuando desesperadamente trata de mostrar civilidad.
Durante una cena en casa de familia de clase media-alta, pregunta dónde está el baño, va y luego vuelve con su mierda cuidadosamente envuelta en una bolsa de plástico, preguntándole a la anfitriona en voz baja, dónde debe ponerla.
Esta es una metáfora para un acto verdaderamente subversivo; no tirar la mierda en la casa de los poderosos, sino traerle a los poderosos una bolsa de mierda, y educadamente preguntarles, cómo deshacerse de ella”
“He insist we not fly in case the Jews repeated their attack of 9/11”
Hoy en día, existe la creencia de que las tradiciones y las costumbres de todos los pueblos, son igual de válidas, y que cada lugar tiene su “cultura”, y que no hay culturas mejores ni peores.
Y sin embargo, salta a la vista que hay países que son mucho más cutres que otros, y que en gran parte del globo, todavía no han llegado los bidets, ni los valores de La Ilustración, ni La Revolución Francesa... mientras que en otros países súper desarrollados e hipertecnologizados, pueden tener muchos humos, pero si mucha mierda bajo la superficie.
Esto podría expresarse en forma de sesudo análisis sociológico, pero queda mucho mejor expresado en forma de falso documental, como lo muestra Borat: Cultural Learnings Of America for Make Benefit Glorious Nation Of Kazakhstan, sobre un periodista kazajistanés, que viaja a EEUU, protagonizado por un judío inglés, sin ningún respeto por “La América Profunda”, ni mucho menos por las profundidades del Asia Central.
Y probablemente, sea inmoral hacer películas que se burlan del choque de civilizaciones, pero resulta divertidísimo verlas.
No obstante, la productora de Borat: Cultural Learnings Of America for Make Benefit Glorious Nation Of Kazakhstan, ha tenido miles de enfrentamientos con demandas legales, de parte tanto de personas que han aparecido en la película, como de diversos países.
Y es que a excepción de Borat, Azamat, Luenell, y Pamela Anderson, ninguno de los personajes, son retratados por los actores.
La mayoría de las escenas, fueron hechas sin guión, aunque los créditos finales acreditan a un “Coordinador de Lucha Desnudo”
En la mayoría de los casos, los participantes de la película, recibieron ninguna advertencia sobre lo que harían al participar, a excepción de que se le pedirá que firme formularios de autorización, comprometiéndose a no emprender acciones legales contra los productores.
Cosa que sucedió, pues algunos de ellos sí formularon cuantiosas demandas.
Y es que Borat: Cultural Learnings Of America for Make Benefit Glorious Nation Of Kazakhstan causó problemas políticos, ya que la embajada de Kazajistán, envió una carta a HBO, para que se despidiera a Sacha Baron Cohen.
Por otro lado, en Alemania, El Centro Europeo para El Estudio del Antiziganismo de Hamburgo, presentó una denuncia por instigación al odio racial contra el actor, y la productora Twentieth Century Fox, Home Entertainment Germany, entre otros.
En Rusia, y en otras repúblicas de la extinta URSS, Borat: Cultural Learnings Of America for Make Benefit Glorious Nation Of Kazakhstan ha sido prohibida, ante el temor de enfrentamientos civiles, por la visión tan horrenda que se hace de Kazajistán.
Sin embargo, curiosamente, Borat: Cultural Learnings Of America for Make Benefit Glorious Nation Of Kazakhstan se rodó en una remota aldea de gitanos de Rumania, haciéndola pasar por un supuesto pueblo en Kazajistán, de nombre Kuzek.
Pero igualmente, los habitantes del pueblo de Glod, en Rumanía, tomaron acciones legales contra los productores, quejándose de que estaban mintiendo sobre la naturaleza de la filmación, y fueron retratados como gente incestuosa e ignorante.
Algunos dijeron, que se les pagaba sólo 3 lei, alrededor de $1,28 en 2004; a cada uno; mientras que otros afirmaron que se les pagaba entre $70 y $ 100, a cada uno; lo que no cubre sus gastos.
Ellos llegaron a pedir $38 millones en daños y perjuicios.
No obstante, la peor parte se la llevan los pobres habitantes de Kazajistán, vinculados ya de por vida, al salvajismo aldeano con el que son retratados por Borat.
El Gobierno de ese país, ha lamentado que Borat: Cultural Learnings Of America for Make Benefit Glorious Nation Of Kazakhstan divulgue una imagen “de mal gusto, y mala educación incompatible con la ética, y el comportamiento civilizado de los ciudadanos de Kazajistán”
Su Ministro de Exteriores, estudió demandar a los productores; mientras el gobierno de Kazajistán, se ha visto obligado a invertir enormes cantidades de dinero, en reportajes publicitarios, en los principales periódicos de EEUU, para intentar demostrar que es un país refinado.
Cuentan que, cuando El Presidente, Nursultan Nazarbayev, visitó La Casa Blanca, mostró en El Despacho Oval, su indignación por haberse convertido en el hazmerreír de la industria cinematográfica; y justo cuando Nazarbayev estaba allí, Borat se presentó en la verja de entrada…
Siendo interrogado por El Servicio Secreto, “el periodista” explicó, que quería entrar para invitar “a Bush, a O.J. Simpson, a Mel Gibson, y a otros dignatarios estadounidenses”, a un pase de su documental.
Y es que el “Kazajstán” representado en Borat: Cultural Learnings Of America for Make Benefit Glorious Nation Of Kazakhstan, tiene poca o ninguna relación con el país real, y los productores niegan explícitamente, intentar “transmitir la creencias, prácticas, o conductas de cualquier persona relacionada con Kazajstán real” en el descargo de responsabilidad “a todas las personas de manera ficticia”
Así, como por ejemplo, el nombre de la vecina de Borat, Nursultan Tuyakbay, es una mezcla entre los nombres de presidente kazajo, Nursultan Nazarbayev, y el político de la oposición, Zharmakhan Tuyakbay… pero hasta ahí…
Por su parte, Sacha Baron Cohen, reaccionó a estas demandas señalando:
“Algunas de las cartas que recibo, son bastante inusuales, como aquella en la que el abogado me informó, de que voy a ser demandado por $100.000, y al final dice:
“P.S.
Me encantó Borat: Cultural Learnings Of America for Make Benefit Glorious Nation Of Kazakhstan.
¿Puede autografiar un cartel para mi hijo Jeremy?”
Algunos datos más sobre la realización de Borat: Cultural Learnings Of America for Make Benefit Glorious Nation Of Kazakhstan, señalan que durante la grabación, en Estados Unidos, fueron detenidos varias veces por la policía, y fueron expulsados de numerosos lugares; por lo que es muy difícil darse cuenta, que partes son ficción, y que partes son documental.
Otro dato, es que ninguna lengua kazaja, se escucha en el metraje.
Los vecinos de Borat, “en Kazajstán”, fueron retratados por personas de etnia romaní, que no tenían conocimiento de la materia de la película.
El alfabeto cirílico utilizado, es la forma rusa, no el kazajo, aunque la mayoría de las palabras escritas, especialmente los nombres geográficos, están bien mal escrito, o no tienen sentido en absoluto.
Las letras en la aeronave, por ejemplo, no es más que el resultado de caracteres romanos, en una imagen invertida, mientras que los materiales promocionales deletrean “BORДT”, con una letra cirílica para “D” sustituido por la “A”, en el estilo Faux cirílico, utilizado normalmente para dar un aspecto “ruso”
Sacha Baron Cohen, habla hebreo en Borat: Cultural Learnings Of America for Make Benefit Glorious Nation Of Kazakhstan, pues es judío; mientras que Ken Davitian habla armenio.
Ellos, también usan varias frases comunes de las lenguas eslavas, expresiones usuales como:
“Jagshemash” que debería ser “jak się Masz”; y “chenquieh” en vez de “dziękuję” se hacen eco de los polacos, u otros idiomas relacionados para:
“¿Cómo estás?” y “Gracias”, respectivamente.
Después de todo el jolgorio relacionado con Borat: Cultural Learnings Of America for Make Benefit Glorious Nation Of Kazakhstan, todavía queda espacio para la reflexión, y que conste que, cuando me refiero a esos personajes temibles y repugnantes, en ningún caso pienso que representan únicamente parte de la sociedad de EEUU.
Y es que, pese a su condición de “cinta grosera y agreste”, que maneja con acierto sus cartas de humor zafio e inmediato, Borat: Cultural Learnings Of America for Make Benefit Glorious Nation Of Kazakhstan esconde una de las obras más inteligentes y reflexivas de los últimos años, situándose más allá de cualquier etiqueta de comedia socarrona; porque apunta su humillante sátira, no solo contra esa mencionada hipocresía, de aquellos que se ofenden con la barbarie moral a la que somete el personaje a sus entrevistados, sino contra aquellos que ríen la gracia, y confunden la acrimonia verbal y situacional, con la plena identificación.
La reflexión de este manifiesto de catarsis ideológica, va mucho más allá de la autocrítica de Michael Moore o de las expiatorias diatribas de Susann Sonntag, Michael Hart, o Noam Chomsky, con respecto a la situación contemporánea de Estados Unidos, ya que además de ridiculizar el patriotismo, el ultra catolicismo, la censura, a los judíos, y su retrato kafkiano, al pueblo de Centroasiático, o la farsa vital yanqui, Borat: Cultural Learnings Of America for Make Benefit Glorious Nation Of Kazakhstan centra su mensaje, en el modo en que el racismo y la intransigencia, crecen de modo solapado, en el seno de la modernidad, donde el prejuicio y la ignorancia, afecta sobremanera a nuestra sociedad.
Así las cosas, Borat: Cultural Learnings Of America for Make Benefit Glorious Nation Of Kazakhstan es ante todo, una comedia necesaria, que rebosa de hiperbólica agudeza, a la hora de analizar la condición del “White-trash” tan arraigado en el ser humano, y que desgraciadamente, todos llevamos dentro.
Miedo me da imaginarme, qué pasaría si Borat nos visitara a nosotros.

“May George Bush drink the blood of every man, woman, and child in Iraq!”



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