The Evil Dead

“We're going to get you.
Not another peep.
Time to go to sleep”

El cine de terror, es uno de los que peor parado ha salido de la avalancha de “nuevas versiones”, ya que es en ese género donde más evidente ha resultado que los productores buscaban el beneficio rápido, aprovechándose de su popularidad preexistente.
Así fueron los prolíficos años 1980, en los cines de todo el mundo:
Era una época en que las películas de terror, se hacían como salchichas.
Estaba de moda el gore violento, las películas de zombis italianas, los “slashers” de Hollywood, y otras incursiones europeas en general, hacia el género.
Entre tantas películas de terror que se producían al año, era normal, “tragarnos bazofia tras bazofia” y de vez en cuando, encontrar alguna “joya de la corona”
Los videoclubs, por su parte, se frotaban las manos con las películas de terror, que eran de las más solicitadas entre su oferta, e incluso, tenían su propio apartado en las estanterías, e indicadores de “más y mejor renta”
Mientras en los cines, había mucha libertad desde el punto de vista de la distribución, y la gente acudía con entusiasmo, a las maratones de cine de terror de los viernes noche, donde te ponían películas sin interrupción.
Pero eran otros tiempos, y en ellos, el cine de terror tenía una audiencia muy definida; ya que era normal ver una cola de media hora o más, para ver la última entrega de “Friday The 13th”, o incluso una serie B italiana.
Es cierto que este estilo de películas, especialmente las más baratas de presupuesto, se resienten si las comparas con el cine que se practica en la actualidad, con sus CGI, sus holgados presupuestos para efectos especiales, y una tecnología de lo más avanzada, para hacernos ver monstruos o asesinos pasados por el rasero de los modernos programas informáticos, el uso de la pantalla verde, o las cada vez más empleadas 3D.
Atrás quedan entonces, los desfasados efectos artesanales, el uso de marionetas, los cubos de sangre falsa, y la gomaespuma…
Ya no sirven, ya no son llamativos, están en desuso… y no generan dinero.
“They're alive Ashley, the trees, they're alive!”
The Evil Dead es una película de terror, del año 1981, escrita y dirigida por Sam Raimi.
Protagonizada por Bruce Campbell, Ellen Sandweiss, Betsy Baker, Richard DeManincor, Theresa Tilly, y Scott Spiegel.
El director, Sam Raimi, había filmado películas durante años, con ayuda de sus compañeros de universidad y amigos; y en 1979, formó la compañía Renaissance Pictures, junto a Robert Tapert y Bruce Campbell, con el objetivo de producir su primer largometraje:
“The Evil Dead”, la cual fue financiada, gracias a las ganancias obtenidas con su trabajo anterior, “Within The Woods” (1978), una película de 30 minutos de duración, que presentaba una trama similar a The Evil Dead.
Ambas, fueron protagonizadas por Campbell; y según Raimi, el objetivo de “Within The Woods” (1978) era “que los inversionistas creyeran en el largometraje”; por lo que contó con un presupuesto aproximado de $375.000.
Pero Sam Raimi quería que el título original fuera “Book Of The Dead“, pero el productor, Irvin Shapiro, lo cambió a “The Evil Dead”
La razón, era que el título propuesto, hubiera alejado al público adolescente, poco afecto a la literatura…
The Evil Dead fue grabada por Sam, cuando él tenía sólo 20 años de edad, con un equipo de 37 personas, filmando durante 3 meses en las montañas de Morristown, Tennessee, EEUU; y se realizó con una película de 16mm.
Tras este periodo, fueron filmadas algunas escenas extra en la casa de Raimi, ubicada en Franklin, Michigan; y una vez acabada, no se estrenó en los EEUU, hasta 1982, 2 años después del inicio del rodaje, porque ningún distribuidor estaba interesado en ella.
Pero hoy se le considera un icono del cine de terror de serie B, y tras su éxito, le siguieron 2 secuelas:
“Evil Dead II” (1987) y “Army Of Darkness” (1992), así como un remake homónimo de 2013, y la serie “Ash vs. Evil Dead” en 2015, ambientada 30 años después de los hechos narrados en “Army Of Darkness” (1992), y The Evil Dead, inclusive llegó a ser adaptada como un musical, en el año 2003.
La trama de The Evil Dead, gira en torno a un grupo de 5 estudiantes universitarios, en pleno “spring break”, ellos son:
Ashley “Ash” Williams (Bruce Campbell), Linda (Betsy Baker), Cheryl Williams (Ellen Sandweiss), Scott (Richard DeManincor), y Shelly (Theresa Tilly); que deciden pasar unos días en una cabaña abandonada en el bosque.
Una vez instalados, y cuando se encuentran cenando, la trampilla que da acceso al sótano, se abre de golpe...
Extrañados, deciden bajar a investigar; y allí encuentran un magnetófono, un extraño cuchillo ritual, y un libro antiquísimo; siendo su estancia interrumpida por el ataque de un espíritu, que fue despertado por los personajes.
Todo lo anterior, se presta para una película de terror típica; sin embargo, estos desencadenan “el fin de los tiempos”, cuando por curiosos, sueltan a un grupo de demonios que no saben hacer otra cosa que espantar, comerse a los vivos, y jugar con sus cadáveres.
Una película con una trama así, sería una más del montón; pero el director Sam Raimi, empezó con aquello que le apasiona:
El terror cómico.
“Now the sun will be up in an hour or so, and we can all get out of here together.
You, me, Linda, Shelly.
Hmm...
Well... not Shelly, see?
We'll all be going home together.
Wouldn't you like to be going home?
I bet you'd like that, wouldn't you?
Scott?”
The Evil Dead no es “torture porn”, ni un remake de una película japonesa, y mucho menos una película “found footage”, aunque se las trae...
The Evil Dead, es el nacimiento de un género diferente, hecho con creces, por gente que creía en su propuesta.
¿Y por qué The Evil Dead gusta tanto?
Es por ese amor por lo mediocre, por el cine B, pero The Evil Dead se sobrepasa en límites, y nos da el vistazo a la mente retorcida de un grupo de personas que saben hacer lo que quieren hacer.
Los efectos especiales, por ejemplo, son “hechos con ignorancia”, pero con la mente impenetrable de alguien que siempre pensó, en que lo querían hacer de tal manera.
Por el fondo, la estructura dramática que representa su punto de partida:
Grupo impar de jóvenes, que viaja hasta una solitaria cabaña en el bosque para encontrar la muerte; ya había sido realizada hasta la saciedad, pero eso en el fondo nos da igual como espectadores.
Esto es así, en mayor medida para los cineastas:
El básico guión de Sam Raimi, no se molesta en explicar, por qué los jóvenes van allí, o qué diablos es esa cabaña, en la que han decidido retirarse a pasar un fin de semana de porros y alcohol.
Raimi simplemente decide llevarlos allí, para que los muchachos puedan liberar por casualidad, a unos antiguos demonios “kandarianos”, que van poseyendo sus cuerpos, uno a uno, y a los que sólo se puede matar desmembrándolos por completo.
En la forma, se utilizaron unas tomas, en las cuales, la cámara perseguía a gran velocidad a algunos personajes, representando así, una visión en primera persona del espíritu que los ataca.
Dichas tomas, se realizaron montando la cámara en una tabla de madera, la cual era operada por 2 personas, que la iban moviendo a gran velocidad, a través del bosque.
También, demostró el debutante estadounidense que, además de inteligencia, poseía un diestro manejo del lenguaje cinematográfico, sabiendo cómo generar atmósferas de lo más convincentes, inducidas por una banda sonora muy bien interpretada, una magnífica iluminación, y excelentes planos que sabían cómo otorgar una sensación de inquietud, verdaderamente intensa.
Baste como ejemplo, la antológica llegada a la casa, ese desasosegante y lentísimo paseo del coche, por un angosto sendero, y entre unos amenazadores árboles que se ciernen sobre él, el crujido de los neumáticos, el enervante golpeteo del columpio contra la pared, el plano picado de esas llaves sobre la puerta, y de la mano que las busca…
Más sencillo, imposible.
Más efectivo, tampoco.
El plato está servido, y el resto son litros y litros de sangre falsa…
Huyendo de toda sutileza posible, la historia se presenta de forma histérica e irreflexiva, sin huir de ciertos toques truculentos:
El monstruo encerrado en el sótano, el bosque que súbitamente cobra vida para masacrar a los intrusos, y por supuesto, todo un festival de fluidos multicolores, que dan rienda suelta a autoindulgentes excesos.
Una secuencia particular, es bastante reveladora de este estilo:
De repente, sin explicación alguna, ¿hace falta?, las paredes comienzan a chorrear sangre, que llega incluso a llenar el interior de una bombilla encendida… y un velo viscoso de color rojo, cubre por completo el objetivo de la cámara, pasando la vista del espectador, a través de un filtro sanguinolento.
Pero The Evil Dead, ha sido famosa sobre todo, por dar el pistoletazo de salida a las carreras del director Sam Raimi, al productor Robert Tapert, y al actor, Bruce Campbell, un trío que cuando se junta, convierte en oro todo lo que toca, y The Evil Dead, de principios de los 80, ciertamente no fue el primero ni el último ejemplar del “splatter”, palabra que designa un estilo de cine de terror, basado en una muestra casi caricaturesca de la violencia; pero sí fue la película que convirtió dicho género, en uno de los más rentables del cine de terror llamado “independiente”
Con todo y las limitaciones que ha sufrido por parte de la censura, The Evil Dead ha sido uno de los vídeos más vendidos de todos los tiempos.
Al respecto, debido a su gran contenido de violencia, la versión original, fue prohibida en muchos países, incluyendo:
Suecia, Malasia, Irlanda, Singapur, e Islandia.
En Alemania, The Evil Dead fue prohibida al público durante casi 10 años; y en estos años, circulaba clandestinamente en el mercado negro; hasta que fue mostrada al público en el año 1992, con varias ediciones y censuras, hasta que en el año 2001, fue lanzada en DVD, sin cortes.
Como dato, The Evil Dead evitó la clasificación “X”, en base al contenido, como cuando los poseídos fueron desmembrados, que según Sam Raimi, prefirió que su sangre fuera de color blanco, con 2% de leche, para engañar a los miembros del Comité de Calificación; y con un final inolvidable, con el uso de la técnica “stop motion” con plastilinas, queda logradísimo, y logra un “ending” magistral, en esa desintegración del origen demoníaco.
Pero en El Reino Unido, The Evil Dead fue evaluada por el BBFC en agosto de 1982, que cortó 49 segundos del material, y la calificó “para mayores de 18 años”; y en 1984, tras la dictación de la Video Recording Acts, The Evil Dead fue retirada del mercado por el organismo, debido a que su contenido era considerado “obsceno”; como por ejemplo, la escena en la que el personaje de Cheryl, es violada por los árboles poseídos, fue prohibida también en algunos países.
Y The Evil Dead volvió al mercado en 1990, tras ser cortados 66 segundos del material original, siendo clasificada nuevamente “para mayores de 18 años”
No obstante, la versión sin cortes, fue autorizada en 2001, con el lanzamiento del DVD.
Y es que desde el momento en que Shelley se adentra en los bosques, para terminar siendo violada por las lianas y las raíces de los árboles, The Evil Dead se dispara al delirio; y es cuando Raimi puede abandonar el guión, y dedicarse a crear una imaginería visual salvaje:
Demonios deformes y burlones, visiones de pesadilla, muertes realmente grotescas…
Incluso cuando Ash se lleva al cuerpo de Cheryl al taller, para atarlo y descuartizarlo, se nota el estilo característico de Raimi; que como curiosidad confesó a algunos periodistas franceses, que su guía para dirigir una película, se basaba en los mandamientos:
1) Los inocentes deben sufrir.
2) Los culpables deben ser castigados.
3) Se debe probar la sangre para convertirse en un hombre.
4) Los muertos resucitarán.
Los demonios de The Evil Dead hacen todas las maldades posibles, habidas y por haber, pero no tienen capacidad de shock, para un espectador de hoy, por lo que difícilmente, The Evil Dead sea un filme que le provoque pesadillas.
En compensación, tiene un ritmo endiablado y contagioso, que la convierte en pura ansiedad y desesperación:
Ver a Ash peleando con el cuerpo de un demonio, mientras que su cabeza está rodando por allí, y riendo, es delirante pero no terrorífico.
O cuando Ash encuentra el libro “Necromicon”, se puede ver un cartel de “The Hills Have Eyes” una película de Wes Craven del 1977, a modo de homenaje.
Otro dato es que en el guión original, todos los personajes estaban fumando marihuana cuando escuchan por vez primera la cinta...
De hecho, los actores decidieron fumar realmente para rodar la escena, pero la idea no funcionó; y su comportamiento obligó a que la escena fuera repetida más adelante.
Todos los protagonistas, son de Detroit, donde se hizo el casting; curiosamente, todas las chicas que se presentaron, fueron acompañadas por sus novios, para ver si era pornografía o “snuff”, porque ninguno desconfiaba que The Evil Dead era tan diferente.
Los actores, interpretaron sin la ayuda de dobles, las numerosas escenas de riesgo, en ocasiones, empapados de sangre artificial, de los pies a la cabeza, cubiertos con “un maquillaje de poseídos” que constantemente tenía que ser retocado, y sobre todo, teniendo que llevar unas incomodas lentillas, con las que no veían nada.
A pesar del posterior éxito de  The Evil Dead, ninguno de los actores triunfó en el cine, excepto Bruce Campbell.
Como dato, los 2 pescadores que aparecen al principio, son el director, Sam Raimi, y el productor, Robert Tapert; y la voz demoníaca que posee a los cuerpos, es de Sam Raimi también.
Con Joel Coen como ayudante de dirección, The Evil Dead posee una innumerable cantidad de errores de continuidad, o son la consecuencia de falta de dinero, como por ejemplo:
Las mujeres poseídas, lanzaban a cada rato a Ash por los aires, aterrizando y destrozando todos los muebles de la sala, sin embargo, en distintas escenas, hay orden nuevamente en la cabaña.
Cuando Ash le corta la cabeza a su novia, esta lo baña en sangre…
Seguidamente, en una toma lejana, se ve que Ash está sin una sola mancha de sangre encima; y más adelante, Ash entra a la cabaña, y tiene unas manchas de sangre en la camisa.
Se supone que cuando se transforman en demonios, si atacan a alguien y le hieren, este automáticamente termina convirtiéndose en uno de ellos…
Entonces, porque Ashley, el protagonista, que es herido en la pierna, no se termina transformando en uno de ellos…
De hecho, los efectos de “la infección” es rápida… y esto lleva a un hecho curioso, que siempre sale a relucir, a la hora de hablar de The Evil Dead, y es que hoy por hoy, todavía hay mucha gente que la ve, como si de una comedia se tratase, pero nada está más lejos de la realidad.
Se trata de una auténtica película de miedo, cuyos elementos risibles, únicamente lo son debido a la escasa experiencia de sus máximos responsables, al haberse rodado intermitentemente a lo largo de casi 4 años, con errores imperdonables, incluyendo el nada trivial hecho, de que algunos actores tuvieron que ser sustituidos en algunas escenas por “dobles”, en nada parecidos a ellos…
A pesar de toda la seriedad y empeño en “shockear”, The Evil Dead termina siendo intencionalmente cómica, con toneladas de sangre y malos efectos especiales, que no ayudan a que uno se orine en los pantalones de miedo, sino de risa.
Estos elementos cómicos, serían mucho más explícitos, y esta vez, sí intencionales, en su secuela de 6 años después…
Quizás, en esta época digital, y de grandes presupuestos, The Evil Dead parezca algo desfasada, incluso grotesca, pero sus efectos especiales, son artesanía pura.
“Can They Be Stopped?”
Sin dudas, para una época tan “casta y virginal” como 1981, The Evil Dead debió ser un “shock” sangriento; pero para “el nuevo milenio”, en donde uno ha visto atrocidades de todo tipo, termina resultando sideralmente “camp”
Y es curioso, todo lo contrario de lo que ocurre en muchos casos, hoy en día, donde se derrochan cifras colosales, en adornar guiones insulsos que se consumen y olvidan en pocos meses; y a veces es bueno recordar, que lo bien hecho perdura siempre, y el dinero no tiene nada que ver, ni nada que hacer con el talento.
Así cabe preguntarse:
¿Cómo es posible, que The Evil Dead (1981), una película hecha con un presupuesto prácticamente “amateur”, tuviera el éxito que tuvo, hasta alcanzar el estatus de “cult-movie”; y sin embargo, el “remake” de 2013, con mayor presupuesto de largo, mejores efectos especiales, y en conjunto, más medios para mejorar la supuesta antigualla de los 80… salga tan mal parada si la comparamos con la obra original?
La del 2013, es una nueva versión que viene a aplacar “la ansiedad de nuestro presente”, por la vía del exceso como respuesta al relativismo del “found footage”, y cuyos materiales, perfectamente medidos y dosificados, pretenden saciar nuestra necesidad de pertenecer al mundo, y de mitigar sus neurosis, a través de la ficción…
Porque yo lo tengo muy claro, la original The Evil Dead, se ríe en la cara de su “remake”, y en la cara del propio Raimi, que parece haber perdido el poderío de antaño, en pos del convencionalismo de hoy en día por el dinero.
Que sí, que los efectos especiales del “remake” son mejores, incluso más bestias, más explícitos, y los de la original son míseros…
Pero la atmósfera de una y otra, son incomparables.
Los “travellings” que ejecutaba Raimi por aquel entonces, para plasmar el avance por el bosque del demonio, son mejores que el mostrado en el “remake”, por lo que las escenas de 1981, con todo lo pobres que puedan parecer, tienen una ambientación más terrorífica.
El humor negro es mejor, y no digamos ya las interpretaciones, todas por encima de las del actual “remake”
Y es que una de las razones, por las que los “remakes” casi nunca superan a los originales, es la incapacidad de mejorar algo, que difícilmente se puede mejorar.
Por eso concluyo que el “remake”, es lo malo del cine del siglo XXI.
Y por lo general, no se llevan a cabo “remakes” de películas malas, sino que se buscan los clásicos, o las películas de terror que antaño gozaron de cierto éxito.
Así las cosas, The Evil Dead es una obra que no busca aliviar nada, porque su estructura y composición, amateur, desequilibrada, libérrima, por momentos indescifrable, ataca directamente miedos no elaborados, horrores a los que todavía debemos poner rostro; y no aborda un terreno superficial, sino que escarba en zonas oscuras a las que tenemos que empezar a dar forma.
De ahí la desazón que provoca, la sensación de repulsa que pivota entre el horror y la comedia, 2 sentimientos que aquí se confunden y se mezclan sin pudor, porque en el fondo, son tan hermanos como el llanto y la rabia.
Y ante ello, solo hay 2 respuestas:
El rechazo a lo desconocido, o la aceptación de que no estamos todavía preparados para ella.
Pero el “remake se esfuerza con el objetivo, que siempre debería ser el mismo:
Superar al original; pero no se consigue casi nunca.
Puestos en claro, si en la década de los 90, el cine de terror estuvo dominado por las historias sobrenaturales fantasmagóricas, y en la actual, lo que se impone mayoritariamente, es la ultraviolencia más pragmática; en los años 80, estuvieron orlados de ese subgénero deliciosamente vomitivo, que es el “gore”
Y encabezaron la categoría, una serie de filmes donde la imaginación y la fantasía, el humor y el horror, alcanzan una capacidad de divertir y asombrar al espectador, que posiblemente jamás se vuelva a dar.

“It's useless!
Useless!
In time it will come for him and then it will come for you!”



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