La Cara Oculta

“Hay puertas que nunca deberían abrirse”

Es sabido que fueron varios los jerarcas nazis que llegaron a América, luego de La Segunda Guerra Mundial, para evitar las condenas que les esperaban tras el fin del conflicto armado:
Adolf Eichmann, Joseph Mengele, o Erich Priebke son 3 ejemplos de dirigentes de La Alemania Nazi, entre los 180 criminales de guerra que se cree llegaron al territorio transandino.
Aparentemente, a mitad de La Segunda Guerra Mundial, la aeronáutica nazi generó un proyecto secreto de construcción de refugios, para que los más altos jerarcas nazis, pudieran esconderse tras una derrota, sitios inaccesibles, en medio del desierto, en una montaña, en un acantilado, o en el medio de una selva…
A pesar de que se asentaron en distintos puntos de América, sin mayores dificultades, un grupo de arqueólogos cree, que ex dirigentes nazis, podrían haber construido un refugio en la selva de la provincia de Misiones, en Argentina, para ocultar a oficiales de alto rango del Tercer Reich.
Y para otros, los jerarcas nazis, nunca llegaron a utilizar el búnker construido en los años 40, por una sencilla razón:
Se movían a sus anchas por una Argentina que hizo la vista gorda ante la llegada de los criminales de guerra alemanes.
Prueba de ello, es El Caso de Priebke, Oficial de Las SS en Roma, que vivía placenteramente en la turística ciudad de Bariloche, refugio de muchos nazis, hasta que fue reconocido por un periodista en 1994, y extraditado a Italia.
Priebke, participó en la masacre de 335 italianos, represaliados por un atentado contra soldados alemanes, perpetrado en 1944; o del propio Eichmann, uno de los responsables de la denominada “Solución Final” contra los judíos; que al término de la guerra, encontró refugio en la provincia de Buenos Aires, donde vivió de forma austera, bajo la identidad de Ricardo Klement; siendo capturado en suelo argentino por agentes del Mossad israelí en 1960, juzgado, y ejecutado 2 años más tarde.
Sin embargo, hay testimonios que cuenta que Hitler pudo huir de su destino.
“El 12 de enero de 1945, me visitaron agentes alemanes.
Uno de ellos me preguntó sobre lugares seguros en Suramérica, y mi opinión de un refugio temporal para Hitler, con un grupo de científicos alemanes y oficiales, en caso de que ellos quisieran desaparecer temporalmente de la escena mundial.
Yo recomendé mi patria, Colombia, con inmensos territorios deshabitados, y con tierras completamente abandonadas, donde se podría mantener el secreto”
Este testimonio, aportado por un informante del FBI de Estados Unidos, incluido en la revista The National Police Gazette en los años 50, hace parte de las versiones sobre el destino del dictador alemán, Adolf Hitler, tras su derrota en La Segunda Guerra Mundial.
El tema, ha vuelto a la actualidad, a raíz de la investigación del periodista e investigador peruano, Eric Frattini, en su libro:
“¿Murió Hitler en el bunker?”, en la que pone en duda el suicidio del Führer.
Cierto o no, la versión de los distintos dobles del alemán, alcanza para decir que al parecer, uno de ellos fue el verdadero suicida del 30 de abril de 1945.
De ser así, cobran importancia las versiones más ajustadas a la huida de Hitler.
La de más fuerza, aquella que sostiene que Hitler y Eva Braun, junto a otros alemanes, huyeron a bordo de un submarino, y se refugiaron en Argentina.
En esa ruta antártica, es donde se cruza Colombia.
“¿Sabes guardar secretos?”
La Cara Oculta es una película de suspense, escrita y dirigida por Andrés Baiz, en el año 2011.
Protagonizada por Quim Gutiérrez, Clara Lago, Martina García, Marcela Mar, Alexandra Stewart, Juan Alfonso Baptista, Humberto Dorado, entre otros.
A partir de una adaptación del guión de Hatem Khraiche Ruiz-Zorrilla; se trata de una coproducción colombiano-española-estadounidense, específicamente de las productoras Bunker, Cactus Flower, y Avalon.
La gestación de este proyecto, se remonta a 2008, fecha en la que un guión escrito por el salmantino Hatem Khraiche Ruiz-Zorrilla, llamó la atención de la firma colombiana, Dynamo Producciones, que se dispuso a llevarlo adelante, implicando a 20th Century Fox, y a las productoras españolas, Avalon y Cactus Flower.
La dirección del mismo, recayó en las manos de Andrés Baiz, que el año anterior, había debutado en el largometraje con “Satanás, Perfil de un Asesino” (2007), el cual retocó el guión, para que en su gran parte, pudiera ser rodado en su Colombia natal.
Aunque ambientado principalmente en Bogotá, y en menor medida en Barcelona, La Cara Oculta desarrolla, en palabras de su director y coguionista, en una “historia bastante universal, alejada del tono de la mayor parte de las películas colombianas que se hacen, en las que dominan los temas de clase, que retrata la pobreza, o el conflicto nacional y el narcotráfico”, y centrada en “la posesión, el amor enfermizo, los celos”, y sus pavorosas consecuencias.
Es un drama que trata de darnos algo de suspenso y miedo, con las típicas escenas de terror:
Rayos, gritos, música fuerte; pero lo más interesante, es que en un entorno como ese, hayan conseguido un guión basado en la empatía, la identificación, y la comprensión.
Un “thriller” psicológico, que muestra y analiza los más bajos instintos, sentimientos de culpa, traición y miedo, a los que el amor es capaz de llevarnos.
La acción sigue a Adrián (Quim Gutiérrez), cuando lo designan como el nuevo Director de La Orquesta Sinfónica de Bogotá; esto, junto a su aparentemente ideal relación con su novia Belén (Clara Lago), le sitúa en un perfecto momento, tanto personal como profesional.
Pero todo se comienza a torcer, cuando Belén empieza a dudar de la fidelidad de Adrián, y es entonces cuando ella desaparece…
Adrián, sumido por la culpa y la tristeza por el abandono, se va una noche a un bar, a tratar de olvidar sus penas, y allí conoce a Fabiana (Martina García), la camarera.
A partir de esa noche, comenzará una relación con la joven que, junto con su pasión por la música, le ayudará a tratar de olvidar a Belén.
Pero a medida que va avanzando la relación, Fabiana se empieza hacer preguntas sobre la misteriosa desaparición de Belén, y la investigación de un agente de policía (Juan Alfonso Baptista), viejo conocido de Fabiana, avivarán aún más las dudas de la joven.
¿Dónde se encuentra Belén, por qué desapareció de esa manera?
En realidad, Belén no se ha ido demasiado lejos…
Su anterior dueña, una alemana cuyo esposo era un nazi perseguido, al ver la pena de Belén, por la infidelidad de Adrián; le mostró una habitación oculta, a modo de búnker, en la que protegerse en caso de que su entonces esposo fuera descubierto.
Por tanto, Belén quiso hacerle una pequeña broma a Adrián, y ahora está encerrada en esa habitación, totalmente incomunicada, pero viendo todo lo que ocurre en la casa, gracias a espejos de doble cara.
Su desesperación será terrible, al ver que no puede salir, y al comprobar lo rápido que la ha reemplazado su novio...
Como todo “thriller” pasional que se precie, La Cara Oculta trata de poner el énfasis, en el lado más perverso de las relaciones sentimentales; una suerte de cuento moral, no exento de cachondeo y de mala baba en el que se reflexiona, sobre las relaciones, el amor, los miedos, y la condición humana; en resumen, sobre la imposibilidad de las relaciones.
Una gran metáfora, sobre qué tan divertido sería observar lo que pasa en el mundo cuando ya no estemos... y si algo puede salir mal, saldrá mal.
“¿Estas bien?”
El director Andrés Baiz, utiliza este trasvase de registros, para dar una curiosa vuelta de tuerca al subgénero de “casas encantadas”, al tiempo que elabora un rompecabezas narrativo, instalado en la claustrofobia física y sentimental.
El proyecto, al principio, tenía el nombre de “El Búnker”, ya que es el descubrimiento de una habitación insonorizada por parte de la protagonista, lo que desencadena los acontecimientos de la película.
Repleto de giros y sorpresas, en este “thriller” psicológico con elementos de terror, donde nada es lo que parece; y el guión juega a confundir al espectador, empleando diversas trampas, y dando una original vuelta de tuerca a un tema tan manido, como el de “chica inocente, se enamora de un tipo inquietante”
Por lo que La Cara Oculta se estructura, irónicamente como una orquesta:
Primero, los instrumentos de cuerda:
Adrián, y su dolor como centro de la historia.
Segundo, los instrumentos de viento:
Fabiana, y su soplo de aire fresco en la vida de Adrián.
Tercero, los instrumentos de percusión:
Belén, y su horrible destino.
La escena que separa la primera parte, de la segunda, es alucinante.
Esa imagen de Clara Lago detrás del espejo, casi fantasmagórica...
Y creo que lo que la hace angustiosa y claustrofóbica, es que el encerramiento ocurre en un lugar del que nadie conoce su existencia, del que es imposible salir, del que nadie puede oírte; pero que en cambio, la gente lo tiene delante siempre.
El horror de observar impasible la libertad.
Una libertad que se encuentra más allá de un cristal que no se puede romper, ni abrir; que no es frágil, pero que sí lo es la vida que se observa.
Todo esto con algo del mejor Alfred Hitchcock en la memoria, pero con una vuelta de tuerca, como mínimo inesperada; sin embargo el director ha manifestado, que La Cara Oculta tiene muchas referencias a los “thrillers” psicológicos de Roman Polanski…
A destacar el uso del agua, como vehículo para crear el misterio, y como instrumento para desvelarlo.
De hecho, la aflicción de los personajes, marca el tono emocional de una película, en la que el trío protagonista, se reparte los crímenes y castigos de una función que tiene mucho de teatro de la crueldad y el sufrimiento, sobre todo en los personajes femeninos; que muestra, a que extremos puede llegar una mujer celosa.
Del punto de vista técnico, La Cara Oculta se ve muy interesante:
La imagen de calidad, capta inmediatamente la atención y el interés de espectador, así como los sonidos.
Se aprovecha el hecho de que no hay demasiados efectos sonoros, como se encuentran frecuentemente en una película del estilo.
Nos sumergen en la historia sin esfuerzos, y el realizador pone, poco a poco los elementos de la historia, tomando el tiempo de presentar cada personaje en profundidad, y asignando el papel de cada uno de ellos.
El montaje de Roberto Otero, es otra pieza fundamental para que todo funcione.
Y no sólo consigue que esta tenga ritmo, sino que también sabe lo que darle al espectador en todo momento, es decir, no dar más información de la necesaria.
Las escenas en donde hay encierro y al aire libre se alternan, haciendo subir el estrés y manteniendo la tensión, es un buen ejemplo.
En cuanto a los aspectos formales, la luz, el montaje, y las transiciones, sirven a la interpretación de los actores, y el director nos transmite de la mejor forma lo que quería hacer.
Así, La Cara Oculta funciona, porque nunca suelta lo que desea expresar.
Es un filme que depende del espectador, y depende que nos identifiquemos con una historia que no es imposible de creer, y sin embargo, es netamente ficticia.
Es posible, que algunos espectadores se basen en la justicia que se logra con el “twist” final; pero no es realmente lo más importante.
Se trata de un juego de cambio de género en el segundo acto.
Es lo crucial de este tipo de películas; y es algo riesgoso, porque dicho cambio en la línea, puede ser que resulte en algo bueno, pero también puede destruir la seriedad de la producción.
Lo mejor, son los desarrollos paralelos de una misma línea de tiempo, el de detrás del vidrio, y el de adelante, por decirlo de algún modo.
En esta interesante fábula, y feroz crítica sobre el voyerismo, Baiz consigue además, acercarse a la bajeza total del ser humano, no sólo habla de los celos, leitmotiv de La Cara Oculta, también saca a relucir entre otras lindezas, la venganza, el egoísmo, la desconfianza, y la envidia, y lo hace salpicando perfectamente a sus 3 protagonistas absolutos, lo cual hace de ellos, unos personajes bastante interesantes, y consigue hacer de ese pasional juego de 3, una historia que va más allá de la inicialmente planteada.
Quim Gutiérrez, realiza de nuevo el papel que mejor le encaja como actor, misterioso, callado, pero con un lado oscuro…
Clara Lago se defiende en el papel de la novia que todos querrían tener, con golpes de naturalidad que se agradecen.
Y Martina García, encarna a la perfección, tanto la sensualidad de la novedad, como la posesión y obsesión sobre lo conquistado, y deja entrever la perversa mezquindad humana, al transformarse según avanza el metraje.
Bien se podrían percibir ciertas simetrías entre las 2 mujeres.
Ambas son muy parecidas físicamente y en carácter, aniñado y celoso.
Sus rostros se reflejan a través del espejo que las refleja en su espíritu.
Ahora que lo pienso bien, esa portada es más inteligente de lo que parece; pues ambas se boicotean de la misma manera.
Mientras Adrián, por momentos hasta sobra; no obstante, su ambigüedad, su rencor, su venganza, compatibiliza con la de ellas.
Todos tienen algo para ocultar.
El policía enamorado de Fabiana, quien es el que le envía las fotos que prueban la traición de Adrián, y que investiga con su jefe, la desaparición de Belén, le reclama que prefiere amar al rico, en lugar de amarlo a él, pues él es “un pobre policía mal pagado”
Curiosa la revolución disfrazada de agente represor…
Y ese detalle nos lleva a otro protagonista mudo, que dice mucho de sí mismo:
La casa.
Rodeada de un verde intenso, fue construida por un arquitecto italiano, Vicente Nasi, hacia las décadas de los 40 y 50.
“Estaba en un lugar aislado, era invitante, creíble, y con personalidad propia:
Misteriosa e interesante”, dice Bernardo Trujillo, diseñador de Producción de Arte.
El acontecimiento nazi, permanece vivo en la memoria arquitectónica de la casa, y continúa produciendo víctimas, esta vez, no por acción de sus hornos crematorios, sino de los refugios construidos para eludir la acción de la justicia.
“Uno va de un lado para otro, a través de los muros, de las ventanas, del búnker.
Hay mucha relación del espectador con el espacio, y va a sentir que puede pasar por las paredes”, dice el director, para referirse al búnker, que se recreó en una maqueta de 3D, durante 1 mes, tras investigar, cómo podían ser estas estructuras en La Alemania de La Segunda Guerra Mundial.
A esto se une el cuidado de detalles, como la paleta de colores muy europea y otoñal, impregnada de olivas, berenjenas, y bronces, y acordes con el paso del tiempo, con patinados y musgo.
Todo ello, provoca terror, con el simple hecho de pensar:
“Y si…”
Y si nadie se da cuenta, y si matan a Adrián como se lo advirtió el policía…
Y si la casa no la venden enseguida...
En ese sentido, La Cara Oculta hace muchas preguntas sobre el género humano:
¿Cómo reaccionaría uno, si estuviera en el papel de alguno de los personajes?
¿Qué tal seria perder todo lo que uno cree que tiene seguro en un minuto?
Pero también plantea dudas, o presenta errores:
¿Cómo es que Fabiana escucha los ruidos en el baño, y al revés desde el baño, no se escucha?
Acerca del final, Belén, una vez liberada de su cautiverio, salga con una sangre fría extrema a planear su fuga, se espera que saliese desesperada en busca de agua y alimentos; que por cierto:
¿Comer enlatados vencidos hace décadas, no produce ninguna enfermedad?
¿Probabilidad de que alguien que construye un auténtico búnker, gastando mucho dinero, que solo se abre con una llave... no haya dejado al menos una docena de réplicas dentro, para evitar quedarse encerrado en caso de olvido?
Hay algunos personajes que sobran, como por ejemplo el policía celoso, aunque por él podemos concluir que mata a Adrián, pues fue amenazado de muerte, si algo le pasaba a Fabiana; o el propio “Hans”, el perro que definitivamente no tiene ninguna trascendencia en la trama.
No así, la anciana alemana, propietaria de la casa donde vive El Director de Orquesta, pues ella representa el parte aguas de la trama.
Por último, el recurso a la música clásica, de Tchaikovsky y Shostakovich, tanto en su forma puramente acústica, como en su más atractiva captación visual, son valores añadidos que aumenta el disfrute, y que están tan cuidados, que no caen en lo excesivo, o en lo fácil.
“El amor debe ser un absoluto, ¿no?”
¿Hasta dónde serías capaz de llegar, si desconfiaras de la fidelidad de tu pareja?
Los crímenes de pasión, abundan todavía en nuestros días.
Estas personas, empujadas por los celos y la sensación de injusticia, se olvidan del amor que hasta entonces sentían por su pareja, y la relación termina de manera trágica.
Por ello, La Cara Oculta logra ahondar en lo más oscuro del amor, en la desconfianza, el interés, el egoísmo...
Todos esos sentimientos que nos llevan a realizar los actos más siniestros, y tan alejados de lo que realmente debería significar el afecto hacia otra persona.
El hombre y la mujer, son definitivamente distintos, por tanto, el malo no tiene sexo.
Otra lección más personal, es que no hay que jugar con el fuego, la felicidad, y la alegría en una pareja, pues es un equilibrio logrado con esfuerzos y sacrificios.
La mala actitud de uno, puede destruir en un segundo, la confianza y las bases de una relación estable de muchos años.

“Me voy.
Te quiero mucho.
Por favor no me busques, y no me odies”



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