¿Quién Mató a Bambi?
“Secuestrar a tu jefe, acostarte con su hija, mirar mal a un bizco…
¿Qué podría salir bien?”
Si tiramos una pequeña bola de nieve por la ladera de una montaña nevada, irá creciendo poco a poco, poco a poco, y poco a poco, de tal manera que no tardará en convertirse en algo digno ante lo que será mejor apartarse, como una bola de demolición, presta a ejercer como tal.
Siempre me ha resultado curioso, que haya tantas quejas sobre la supuesta abundancia de películas españolas que abordan La Guerra Civil, de una forma u otra, aunque en la abrumadora mayoría de los casos, con un tono marcadamente dramático, cuando a la hora de la verdad, son muchísimo más abundantes las comedias de corte, más o menos costumbrista, ahí sí que no son los españoles muy dados a copiar los casos de éxito en el extranjero, en las que uno puede encontrarse con enormes bodrios, pero también con unos cuantos agradables divertimentos, y ocasionalmente, con muy buenas películas, de esas para pasarla bien, mientras te rascas el ombligo.
“Mi jefe se merece un monumento... en todo lo más alto del cementerio”
¿Quién Mató a Bambi? es una comedia española del año 2013, escrita y dirigida por Santi Amodeo.
Protagonizada por Quim Gutiérrez, Ernesto Alterio, Julián Villagrán, Enrico Vecchi, Clara Lago, Úrsula Corberó, Joaquín Núñez, José Ángel Egido, Carmina Barrios, Paco Moreno, Pedro Mari Sánchez, Belén Ponce de León, Manolo Solo, Andrés Iniesta, entre otros.
El director ha dicho sobre la propuesta:
“La idea me vino después de ver una cinta mejicana, “Matando Cabos” (2004), aunque en realidad no tienen nada que ver, la única idea que he sacado de ella, es la de los secuestros entrecruzados, ese lío que me parecía que era materia para una comedia”
Y ¿Quién mató a Bambi?, es un torbellino de locuras y mucho humor, donde las risas y los secuestros están asegurados; con situaciones construidas en torno a tipos absolutamente inoperantes, que se ven superados, devorados por las circunstancias que ellos han sembrado, o que el azar ha puesto perversamente en su destino; y bascula entre el humor negro, el humor presuntamente bárbaro, con tartas de cumpleaños rociadas de peyote, y una dosis de espectacularidad.
¿Quién Mató a Bambi? se rodó íntegramente en Sevilla; siendo la 1ª comedia de la productora Rodar y Rodar, con la participación de TVE, AXN, Televisión de Cataluña, y Junta de Andalucía.
Como se citó, es una adaptación de la película mexicana “Matando Cabos”, que fue dirigida por Alejandro Lozano en 2004.
La banda sonora original, fue compuesta por Enrique de Justo y Santi Amodeo; y el grupo Pignoise, ha colaborado en el tema final de créditos.
La acción sigua 2 jóvenes amigos:
David (Quim Gutiérrez) y Mudo (Julián Villagrán), que tienen que encontrar la manera de que El Presidente de la compañía en la que trabajan, El Sr. Larrea (Pedro Mari Sánchez), y suegro de David, regrese sano y salvo a su casa, ya que por extrañas circunstancias, se encuentra encerrado, y semidesnudo en el maletero de su coche.
Paralelamente, Edu (Ernesto Alterio) y Gigi (Enrico Vecchi), un empresario acuciado por las deudas, y su socio, respectivamente, intentan un secuestro exprés, junto con Mati (Clara Lago), la novia de Edu; pero por una serie de desafortunadas coincidencias, acaban secuestrando al padre de Edu.
Así comenzará entonces, una carrera por salir del lío en el que todos se encuentran, mientras los problemas a su alrededor parecen multiplicarse.
El peso de todo el rollo, estará sostenido por las aventuras y desventuras de las 2 parejas de amigos/socios que, con o sin quererlo, tienen a un rehén en su coche.
¿Lograrán llevar al jefe, sano, salvo y vestido a la fiesta?
¿Conseguirán el ansiado rescate que les libre de sus deudas?
Sabemos que todo está destinado a salir mal, porque todas las decisiones que toman los personajes, son siempre las más torpes, las más mezquinas, o quizás las más inverosímiles.
“No conviene llamar bizco a un bizco”
El director, Santi Amodeo conoce las reglas de la comedia de enredo:
“Desde el principio, mi idea era hacer una película más cercana a las comedias de Hollywood actuales, que a la comedia “Made in Spain”
Se trataba de seguir los pasos del cine de terror o el “thriller” nacional que en los últimos años ha sabido evolucionar y crear sin complejos, un cine que el público percibe como una opción a la altura de las producciones de EEUU.
En nuestro caso, eso obligaba a un “plus” de espectacularidad, que nosotros hemos intentado usar, para exprimir la comicidad de las situaciones.
Es decir, lo importante no es que haya una persecución que acabe con un coche volando dentro de un estadio de fútbol, sino que esa persecución, sea el punto climático de un plan que debía ser discreto y rápido, pero acaba así, de la forma menos discreta posible”
Amodeo ha hecho tan solo 3 películas en 10 años:
“Astronautas” (2003), “Cabeza de Perro” (2006), y esta; es poca filmografía para uno de los directores más insólitos e inclasificables del cine español; y no se parece a nadie del medio.
Hace un cine de humor absurdo, con situaciones que nacen en la cotidianidad, para derivar a lo inverosímil, y quiebros narrativos que descolocan al espectador.
Crees que estás viendo una comedia, y lo es sin duda, pero de repente aparece Andrés Iniesta, y te preguntas:
¿Y esto?
Crees que estás en el terreno de la comedia de enredos y equívocos, y de pronto, es una comedia negra…
Así las cosas, estamos ante una película que tiene una frescura genuina, y rebosa vitalidad.
Uno de los mayores aciertos, es su economía narrativa, de una eficacia asombrosa, que se materializa; por lo que Amodeo cuenta a su favor, con un guión cruento y milimetrado, donde reparte leña a opresores y oprimidos, en el que nada parece sobrar, pero que al mismo tiempo, no rehúye las jugosas digresiones, un guión que no necesita de chistes fáciles, o de “gags” escandalosos.
De esta forma, despliega mediante el guión, y con apoyo de un muy buen montaje, todo un alarde de narración cinematográfica; y es ahí, en el desarrollo del primer acto, donde Amodeo hace uso de discontinuidades temporales en la narración, con el fin de explicar el origen del conflicto que desencadena toda la historia, basada en un malentendido, a la hora de perpetrar el secuestro.
Y claro está, cuenta a su favor también, con la necesidad en su cine, de que la estética no sea un elemento secundario.
Generalmente, las comedias privilegian el texto sobre las imágenes, pero Amodeo ilustra su disparate, con poderosas ideas visuales y escenas de acción insólitas en la comedia española, con una puesta en escena generosa en hallazgos, y en recursos cinemáticos.
Una historia de secuestros cruzados, donde las coincidencias se acumulan generando momentos muy divertidos, y donde lo disparatado de la historia, junto al interés demostrado por sus actores, principalmente jóvenes, pero también los veteranos, hacen que las lagunas del guión, e incluso lo chapucero de partes de su realización, pasen completamente desapercibidos ante tanto jolgorio continuado.
Lo primero que conviene aclarar, es que ¿Quién Mató a Bambi? es una película que apuesta por incidir en el patetismo, y sobre todo, lo disparatado de las situaciones a las que se enfrentan sus personajes, y a la curiosa personalidad de ellos mismos, en especial, en el caso de singular y tronchante abogado interpretado a la perfección, por el poco conocido Joaquín Núñez.
Esto, fuerza a Amodeo, a incurrir en ciertos excesos, no tanto a nivel formal, donde se muestra todo lo comedido que puede, como la escena del cameo de Andrés Iniesta, que es la única en la que realmente es más laxo en este punto, ya que deja que sea su guión y los actores, los que vayan rompiendo límites de forma progresiva, para alborozo del espectador.
Así tiene un arranque espectacular, y enseguida quedan expuestas las 2 tramas paralelas, no hay suspense ni intriga; y con un acertado montaje, nos deja ver que van a cruzarse, y que los 4 implicados son muy torpes, ninguno tiene un plan claro, ni siquiera las ideas claras, y la improvisación les lleva a meter la pata más de una vez.
Todo ello, nos deja una divertida comedia, caótica, alocada, y políticamente incorrecta, llena de humor negro, violencia gratuita, 2 secuestros, trepidantes persecuciones, ricos empresarios, criadas pasotas, un taxista con problemas de autocontrol, y un pájaro con muy mal fario, que nos harán reír a carcajadas.
Y como detrás de toda buena comedia, debe haber un verdadero drama, da la impresión de que Santi Amodeo, quiere retratar de esa forma a estos personajes al borde del abismo, y parece hablarnos también, de la desesperación del ser humano, de aquello que uno podría llegar a ser capaz de hacer, con el único fin de sobrevivir, de salir adelante, es palpable.
Sus personajes, se juegan todo a una carta, con tal de encontrar esa vía de escape que les saque de la asfixiante situación en la que se encuentran.
Empezando con Quim Gutiérrez, que se sale, puesto que su personaje pasa por cambios de estados totalmente extremos, y aquello que no haría en un comienzo, finalmente lo hace.
Ernesto Alterio, hace que la desesperación y la ruina, le ha llevado a hacer algo que no hubiese hecho en otra situación.
Gracias a la caracterización de Alterio, el personaje pasa por una evolución completa, haciendo de Edu, alguien que finalmente va contra todo.
Y Julián Villagrán, junto con el asesino de Bambi (Paco Moreno), Gigi, están particularmente desfasados y pletóricos en sus interpretaciones, componiendo perfectamente la melodía del absurdo que ha compuesto Amodeo.
Completan el reparto:
Enrico Vecchi, ENORME Carmina Barrios, en una pequeña pero divertida intervención, en el papel de chacha con carácter, y ENORME Joaquín Núñez, como el abogado con dudosa ética profesional, y gran adicción a las drogas; así como Belén Ponce de León; pero son Clara Lago y Úrsula Corberó, las más desaprovechadas del elenco.
Sus papeles casi no tienen sustancia ni peso en la trama, son meras espectadoras del “bochornoso espectáculo” de sus compañeros de reparto.
Una pena, porque creo que ambas podrían haber aportado mucho juego a la historia…
Y para destacar, la escena icónica de la piscina, y la escueta, pero maravillosa, participación de la gran Carmina Barrios; así como el taxista bizco, interpretado por Manolo Solo… resulta completamente épico.
Además del metalero Bambi, y su amor por el loro de la mala suerte, claro está…
“¿Pero qué coño está pasando aquí?”
Toda ¿Quién Mató a Bambi? gira en torno a “la mala suerte”, o “consecuencias imprevistas”, que son aquellos resultados no esperados, o no anticipados de la acción humana.
Usualmente se percibe, que tales consecuencias serán, en especial en relación a sistemas socio-económicos, no deseables.
Desde este punto de vista, se puede percibir la ley, como una aplicación a sistemas humanos de “La Ley de Murphy”, dado un sistema social de suficiente complejidad, toda acción que pueda tener consecuencias negativas, las tendrá.
“La Ley de Murphy”, es entonces, un enunciado basado en un principio empírico que trata de explicar los hechos acontecidos en todo tipo de ámbitos.
A grandes rasgos, se basa en el adagio siguiente:
“Si algo puede salir mal, saldrá mal”
Esta frase, que denota una actitud pesimista y resignada ante el devenir de acontecimientos futuros, sería aplicable a todo tipo de situaciones, desde las más banales de la vida cotidiana, hasta otras más trascendentes.
Indudablemente, es una ley empírica, de la que se consideran con seriedad sus posibilidades, ya que a pesar de lo banal que puede sonar, su espíritu se puede tomar como una forma de memorizar el diseño defensivo, y las precauciones frente a los riesgos inminentes en diversas situaciones y ámbitos.
El motor de “La Ley de Murphy”, o lo que puede impulsar a cualquier persona a utilizarla, es el anticipo casi predictivo que propone, y la caracteriza principalmente, algo así como anticiparse al error, y de alguna manera, porque no excusarse.
Por eso, cuando se quiere enfatizar las cosas negativas que tiene la vida, es que la mayoría decide utilizar o aplicar el espíritu de “La Ley de Murphy”, así que claro, y obviamente, cuestiones positivas, abstenerse.
“¿Qué pasa, guapito, te pica?
¡Pues te rascas!”
¿Qué podría salir bien?”
Si tiramos una pequeña bola de nieve por la ladera de una montaña nevada, irá creciendo poco a poco, poco a poco, y poco a poco, de tal manera que no tardará en convertirse en algo digno ante lo que será mejor apartarse, como una bola de demolición, presta a ejercer como tal.
Siempre me ha resultado curioso, que haya tantas quejas sobre la supuesta abundancia de películas españolas que abordan La Guerra Civil, de una forma u otra, aunque en la abrumadora mayoría de los casos, con un tono marcadamente dramático, cuando a la hora de la verdad, son muchísimo más abundantes las comedias de corte, más o menos costumbrista, ahí sí que no son los españoles muy dados a copiar los casos de éxito en el extranjero, en las que uno puede encontrarse con enormes bodrios, pero también con unos cuantos agradables divertimentos, y ocasionalmente, con muy buenas películas, de esas para pasarla bien, mientras te rascas el ombligo.
“Mi jefe se merece un monumento... en todo lo más alto del cementerio”
¿Quién Mató a Bambi? es una comedia española del año 2013, escrita y dirigida por Santi Amodeo.
Protagonizada por Quim Gutiérrez, Ernesto Alterio, Julián Villagrán, Enrico Vecchi, Clara Lago, Úrsula Corberó, Joaquín Núñez, José Ángel Egido, Carmina Barrios, Paco Moreno, Pedro Mari Sánchez, Belén Ponce de León, Manolo Solo, Andrés Iniesta, entre otros.
El director ha dicho sobre la propuesta:
“La idea me vino después de ver una cinta mejicana, “Matando Cabos” (2004), aunque en realidad no tienen nada que ver, la única idea que he sacado de ella, es la de los secuestros entrecruzados, ese lío que me parecía que era materia para una comedia”
Y ¿Quién mató a Bambi?, es un torbellino de locuras y mucho humor, donde las risas y los secuestros están asegurados; con situaciones construidas en torno a tipos absolutamente inoperantes, que se ven superados, devorados por las circunstancias que ellos han sembrado, o que el azar ha puesto perversamente en su destino; y bascula entre el humor negro, el humor presuntamente bárbaro, con tartas de cumpleaños rociadas de peyote, y una dosis de espectacularidad.
¿Quién Mató a Bambi? se rodó íntegramente en Sevilla; siendo la 1ª comedia de la productora Rodar y Rodar, con la participación de TVE, AXN, Televisión de Cataluña, y Junta de Andalucía.
Como se citó, es una adaptación de la película mexicana “Matando Cabos”, que fue dirigida por Alejandro Lozano en 2004.
La banda sonora original, fue compuesta por Enrique de Justo y Santi Amodeo; y el grupo Pignoise, ha colaborado en el tema final de créditos.
La acción sigua 2 jóvenes amigos:
David (Quim Gutiérrez) y Mudo (Julián Villagrán), que tienen que encontrar la manera de que El Presidente de la compañía en la que trabajan, El Sr. Larrea (Pedro Mari Sánchez), y suegro de David, regrese sano y salvo a su casa, ya que por extrañas circunstancias, se encuentra encerrado, y semidesnudo en el maletero de su coche.
Paralelamente, Edu (Ernesto Alterio) y Gigi (Enrico Vecchi), un empresario acuciado por las deudas, y su socio, respectivamente, intentan un secuestro exprés, junto con Mati (Clara Lago), la novia de Edu; pero por una serie de desafortunadas coincidencias, acaban secuestrando al padre de Edu.
Así comenzará entonces, una carrera por salir del lío en el que todos se encuentran, mientras los problemas a su alrededor parecen multiplicarse.
El peso de todo el rollo, estará sostenido por las aventuras y desventuras de las 2 parejas de amigos/socios que, con o sin quererlo, tienen a un rehén en su coche.
¿Lograrán llevar al jefe, sano, salvo y vestido a la fiesta?
¿Conseguirán el ansiado rescate que les libre de sus deudas?
Sabemos que todo está destinado a salir mal, porque todas las decisiones que toman los personajes, son siempre las más torpes, las más mezquinas, o quizás las más inverosímiles.
“No conviene llamar bizco a un bizco”
El director, Santi Amodeo conoce las reglas de la comedia de enredo:
“Desde el principio, mi idea era hacer una película más cercana a las comedias de Hollywood actuales, que a la comedia “Made in Spain”
Se trataba de seguir los pasos del cine de terror o el “thriller” nacional que en los últimos años ha sabido evolucionar y crear sin complejos, un cine que el público percibe como una opción a la altura de las producciones de EEUU.
En nuestro caso, eso obligaba a un “plus” de espectacularidad, que nosotros hemos intentado usar, para exprimir la comicidad de las situaciones.
Es decir, lo importante no es que haya una persecución que acabe con un coche volando dentro de un estadio de fútbol, sino que esa persecución, sea el punto climático de un plan que debía ser discreto y rápido, pero acaba así, de la forma menos discreta posible”
Amodeo ha hecho tan solo 3 películas en 10 años:
“Astronautas” (2003), “Cabeza de Perro” (2006), y esta; es poca filmografía para uno de los directores más insólitos e inclasificables del cine español; y no se parece a nadie del medio.
Hace un cine de humor absurdo, con situaciones que nacen en la cotidianidad, para derivar a lo inverosímil, y quiebros narrativos que descolocan al espectador.
Crees que estás viendo una comedia, y lo es sin duda, pero de repente aparece Andrés Iniesta, y te preguntas:
¿Y esto?
Crees que estás en el terreno de la comedia de enredos y equívocos, y de pronto, es una comedia negra…
Así las cosas, estamos ante una película que tiene una frescura genuina, y rebosa vitalidad.
Uno de los mayores aciertos, es su economía narrativa, de una eficacia asombrosa, que se materializa; por lo que Amodeo cuenta a su favor, con un guión cruento y milimetrado, donde reparte leña a opresores y oprimidos, en el que nada parece sobrar, pero que al mismo tiempo, no rehúye las jugosas digresiones, un guión que no necesita de chistes fáciles, o de “gags” escandalosos.
De esta forma, despliega mediante el guión, y con apoyo de un muy buen montaje, todo un alarde de narración cinematográfica; y es ahí, en el desarrollo del primer acto, donde Amodeo hace uso de discontinuidades temporales en la narración, con el fin de explicar el origen del conflicto que desencadena toda la historia, basada en un malentendido, a la hora de perpetrar el secuestro.
Y claro está, cuenta a su favor también, con la necesidad en su cine, de que la estética no sea un elemento secundario.
Generalmente, las comedias privilegian el texto sobre las imágenes, pero Amodeo ilustra su disparate, con poderosas ideas visuales y escenas de acción insólitas en la comedia española, con una puesta en escena generosa en hallazgos, y en recursos cinemáticos.
Una historia de secuestros cruzados, donde las coincidencias se acumulan generando momentos muy divertidos, y donde lo disparatado de la historia, junto al interés demostrado por sus actores, principalmente jóvenes, pero también los veteranos, hacen que las lagunas del guión, e incluso lo chapucero de partes de su realización, pasen completamente desapercibidos ante tanto jolgorio continuado.
Lo primero que conviene aclarar, es que ¿Quién Mató a Bambi? es una película que apuesta por incidir en el patetismo, y sobre todo, lo disparatado de las situaciones a las que se enfrentan sus personajes, y a la curiosa personalidad de ellos mismos, en especial, en el caso de singular y tronchante abogado interpretado a la perfección, por el poco conocido Joaquín Núñez.
Esto, fuerza a Amodeo, a incurrir en ciertos excesos, no tanto a nivel formal, donde se muestra todo lo comedido que puede, como la escena del cameo de Andrés Iniesta, que es la única en la que realmente es más laxo en este punto, ya que deja que sea su guión y los actores, los que vayan rompiendo límites de forma progresiva, para alborozo del espectador.
Así tiene un arranque espectacular, y enseguida quedan expuestas las 2 tramas paralelas, no hay suspense ni intriga; y con un acertado montaje, nos deja ver que van a cruzarse, y que los 4 implicados son muy torpes, ninguno tiene un plan claro, ni siquiera las ideas claras, y la improvisación les lleva a meter la pata más de una vez.
Todo ello, nos deja una divertida comedia, caótica, alocada, y políticamente incorrecta, llena de humor negro, violencia gratuita, 2 secuestros, trepidantes persecuciones, ricos empresarios, criadas pasotas, un taxista con problemas de autocontrol, y un pájaro con muy mal fario, que nos harán reír a carcajadas.
Y como detrás de toda buena comedia, debe haber un verdadero drama, da la impresión de que Santi Amodeo, quiere retratar de esa forma a estos personajes al borde del abismo, y parece hablarnos también, de la desesperación del ser humano, de aquello que uno podría llegar a ser capaz de hacer, con el único fin de sobrevivir, de salir adelante, es palpable.
Sus personajes, se juegan todo a una carta, con tal de encontrar esa vía de escape que les saque de la asfixiante situación en la que se encuentran.
Empezando con Quim Gutiérrez, que se sale, puesto que su personaje pasa por cambios de estados totalmente extremos, y aquello que no haría en un comienzo, finalmente lo hace.
Ernesto Alterio, hace que la desesperación y la ruina, le ha llevado a hacer algo que no hubiese hecho en otra situación.
Gracias a la caracterización de Alterio, el personaje pasa por una evolución completa, haciendo de Edu, alguien que finalmente va contra todo.
Y Julián Villagrán, junto con el asesino de Bambi (Paco Moreno), Gigi, están particularmente desfasados y pletóricos en sus interpretaciones, componiendo perfectamente la melodía del absurdo que ha compuesto Amodeo.
Completan el reparto:
Enrico Vecchi, ENORME Carmina Barrios, en una pequeña pero divertida intervención, en el papel de chacha con carácter, y ENORME Joaquín Núñez, como el abogado con dudosa ética profesional, y gran adicción a las drogas; así como Belén Ponce de León; pero son Clara Lago y Úrsula Corberó, las más desaprovechadas del elenco.
Sus papeles casi no tienen sustancia ni peso en la trama, son meras espectadoras del “bochornoso espectáculo” de sus compañeros de reparto.
Una pena, porque creo que ambas podrían haber aportado mucho juego a la historia…
Y para destacar, la escena icónica de la piscina, y la escueta, pero maravillosa, participación de la gran Carmina Barrios; así como el taxista bizco, interpretado por Manolo Solo… resulta completamente épico.
Además del metalero Bambi, y su amor por el loro de la mala suerte, claro está…
“¿Pero qué coño está pasando aquí?”
Toda ¿Quién Mató a Bambi? gira en torno a “la mala suerte”, o “consecuencias imprevistas”, que son aquellos resultados no esperados, o no anticipados de la acción humana.
Usualmente se percibe, que tales consecuencias serán, en especial en relación a sistemas socio-económicos, no deseables.
Desde este punto de vista, se puede percibir la ley, como una aplicación a sistemas humanos de “La Ley de Murphy”, dado un sistema social de suficiente complejidad, toda acción que pueda tener consecuencias negativas, las tendrá.
“La Ley de Murphy”, es entonces, un enunciado basado en un principio empírico que trata de explicar los hechos acontecidos en todo tipo de ámbitos.
A grandes rasgos, se basa en el adagio siguiente:
“Si algo puede salir mal, saldrá mal”
Esta frase, que denota una actitud pesimista y resignada ante el devenir de acontecimientos futuros, sería aplicable a todo tipo de situaciones, desde las más banales de la vida cotidiana, hasta otras más trascendentes.
Indudablemente, es una ley empírica, de la que se consideran con seriedad sus posibilidades, ya que a pesar de lo banal que puede sonar, su espíritu se puede tomar como una forma de memorizar el diseño defensivo, y las precauciones frente a los riesgos inminentes en diversas situaciones y ámbitos.
El motor de “La Ley de Murphy”, o lo que puede impulsar a cualquier persona a utilizarla, es el anticipo casi predictivo que propone, y la caracteriza principalmente, algo así como anticiparse al error, y de alguna manera, porque no excusarse.
Por eso, cuando se quiere enfatizar las cosas negativas que tiene la vida, es que la mayoría decide utilizar o aplicar el espíritu de “La Ley de Murphy”, así que claro, y obviamente, cuestiones positivas, abstenerse.
“¿Qué pasa, guapito, te pica?
¡Pues te rascas!”
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