The Jungle Book

“Many strange legends are told of these jungles of India, but none so strange as the story of a small boy named Mowgli”

Joseph Rudyard Kipling, fue un escritor y poeta británico, que durante toda su vida, rechazó todas las condecoraciones que se le ofrecieron, desde La Orden de Caballero, con el consiguiente título de “Sir” hasta La Orden del Mérito, el mayor honor que se le puede otorgar a un súbdito inglés, pasando por el Poet Laureateship, pero en 1907, aceptó con agrado el máximo reconocimiento al que puede aspirar un escritor:
El Premio Nobel de Literatura, convirtiéndose así, en el primer inglés, y el más joven hasta ese momento, 42 años, en recibir ese premio.
Autor de relatos, cuentos infantiles, novelas y poesía, se le recuerda por sus relatos y poemas sobre los soldados británicos en La India, y la defensa del imperialismo occidental, así como por sus cuentos infantiles.
Y es que Kipling es un autor con menos gloria de la que tal vez sus letras merecen; esto se remonta a sus posiciones políticas e ideológicas a favor del Imperio Británico, y que a vistas de los liberales, no fue del agrado de los nuevos tiempos, por lo que su obra fue la que recibió el golpe del descrédito.
Sin embargo, es innegable la calidad de su prolífica obra y, en este caso, de un libro que apasiona como pocos.
La génesis de la obra en cuestión, inicia desde el mismo nacimiento de Rudyard, el 30 de diciembre de 1865, en Bombay, cuando La India era aún, una colonia de Inglaterra.
Hablar de la obra de este autor anglo-indio, como se denominaban así mismos los colonos, es hablar de La India, puesto que gran parte de sus obras, se desarrollan en estos paisajes, y los que no, fueron inspirados en las diversas épocas que vivió ahí.
A esto último añadiría que, Rudyard, sería un incansable viajero, que visitaría las colonias de Inglaterra, iría varias veces a Inglaterra por grandes temporadas, y también viviría en Estados Unidos.
En fin, un viajero infatigable, algo que cabe destacar, puesto que los traslados exigían mucho tiempo, y no pocas incomodidades.
Así nos llega una de sus obras más populares:
“The Jungle Book” (1894), inspirado en lo que hoy se conoce como El Parque Natural de Kanha.
Hay libros que abren caminos en el desarrollo del mundo emocional, moral e imaginativo de las personas, y “The Jungle Book”, es uno de ellos.
En él, se rinde un homenaje a la naturaleza, al mundo animal, y a la condición humana.
La historia, que fue inicialmente publicada en revistas entre 1893 y 1894, y que contaba en algunos casos, con ilustraciones del padre de Rudyard, John Lockwood Kipling, se basa en cuentos de animales de la selva india que, de forma antropomórfica, plantean lecciones morales.
Adentrarse a las páginas de “The Jungle Book”, es una experiencia que a pocos dejará sin asombro, y casi nadie estará exento de encontrar significados profundos, en esos relatos que hablan sobre un “cachorro humano” criado por los lobos, en la espesura de la selva en La India.
Mowgli, es un vocablo que significa “rana” que, a la vista de todas las majestuosas criaturas que viven en la selva, describe el aspecto frágil, sin pelaje del humano.
Un niño al que, cuando aún es muy pequeño, intenta capturar el tigre, Shere Khan.
Al saberse, Mowgli es acogido por la manada de lobos de Seoni, a cambio de un toro recién muerto, entregado en pago por la pantera Bagheera.
Además, el oso Baloo, se encargará de su protección y de su educación.
Al crecer, Mowgli se enfrenta con muchos peligros que se le presentan, y es respaldado por Bagheera, Baloo, la serpiente pitón Kaa, y 2 lobos:
Gris y Akela.
Son peligros como enfrentarse a Shere Khan, y darle muerte, vencer a una manada de aproximadamente 200 perros jaros, y desafiar a una peligrosa cobra india…
Por casualidad, y sin saber que son ellos, Mowgli conoce a sus padres:
Messua y su esposo, aldeanos de La India Británica, a quienes salva la vida en reiteradas ocasiones.
El encantador catálogo de personajes de significación simbólica, los cuales, girando alrededor del personaje central, personifican diferentes atributos y características vitales, como:
La amistad, el poder, la maldad, la sabiduría…
Las diversas situaciones que surgen a lo largo del desarrollo de esta aventura iniciática, servirán a Mowgli, para conocer distintas disposiciones que conforman nuestra existencia, y ponderar los valores positivos de la misma.
Y si hay algo apasionante en “The Jungle Book”, es la cantidad de sabiduría que recoge, y como en relatos cortos y concisos, crea ambientes impresionantes que exploran, hasta la vergüenza y el dolor, la naturaleza humana.
Así Kipling juega en sus cuentos, con 2 ideas que hace convivir, a través de los personajes animales y humanos:
Por una parte, la de la libertad y el desarrollo de una personalidad crítica y capaz de tomar decisiones; y por otra, la necesidad de pertenecer a la comunidad, a una familia, y respetar las normas que hagan posible la convivencia.
En los cuentos de Kipling, en general, hay muchos de los rasgos de las fábulas; y mantiene en todos, un código ético en las relaciones de los animales, totalmente humanizados, y muchos paralelismos con las comunidades humanas.
Son personajes llenos de fuerza, agudeza y complejidad, que no dejan de mostrar lecciones de vida para los lectores.
De hecho, Kipling disfrutó escribiendo los 2 “Libros de La Selva”, ambas, obras maestras de escritura imaginativa, y también disfrutó con la correspondencia que recibía de muchos niños sobre su obra.
“The Jungle Book”, en 1885, tuvo un segundo tomo, llamado:
“The Second Jungle Book”; donde generalmente, las ediciones actuales contienen ambos tomos.
Esta segunda parte, contiene relatos en otros lugares del mundo, y con otros personajes que también tienen muchísimas enseñanzas, metáforas, y belleza.
Por la profundidad de los relatos, es un tanto “injusto” que se le de la etiqueta de “libros para niños”, no porque esto sea poca cosa, o porque la literatura para niños carezcan de valor o belleza, sino porque se queda corta, porque a cualquier edad, dará material para reflexionar, emocionarse, y disfrutar esas maravillas que da la literatura, y cada vez que vuelvas a él, encontrarás una canción, relato o frase que te sorprenderá, como si fuera la primera vez.
Posteriormente al éxito de “The Jungle Book”, Kipling siguió escribiendo, y reflejó en sus historias, los acontecimientos duros que sucedieron en su época, como la caída del Imperio Británico en India, y La Primera Guerra Mundial, en la que perdió a su hijo.
El autor murió con 70 años de edad, el 18 de enero de 1936, con todo el reconocimiento a un autor lleno de imaginación y diversidad en sus obras.
“The jungle is jumpin'!”
The Jungle Book es un musical de animación, del año 1967, dirigido por Wolfgang Reitherman.
Protagonizado por Bruce Reitherman, Phil Harris, Louis Prima, George Sanders, J. Pat O'Malley, Sebastian Cabot, John Abbott, Sterling Holloway, entre otros.
El guión es de Larry Clemmons, Ralph Wright, Ken Anderson, y Vance Gerry, basados en los relatos de Mowgli, escritos por Rudyard Kipling.
Pero fue el escritor Bill Peet, quien sugirió la idea de adaptar “The Jungle Book”; y se encargó del guión, pero éste era muy oscuro, por lo que Disney lo rechazó, esto hizo que Peet saliera del estudio, poniendo fin a una relación de trabajo de más de 25 años.
Walt y él, jamás pudieron conciliarse, puesto que Disney murió durante la producción.
Peet, sin embargo, sólo dijo cosas buenas de Disney en su biografía…
Producida por Walt Disney Productions, The Jungle Book es en el 19º largometraje de la compañía Disney, y el primer largometraje animado de la compañía, después del fallecimiento de su fundador, Walt Disney, ya que murió durante su realización.
De la banda sonora, 5 de las canciones, fueron escritas por los Hermanos Sherman:
Robert B., y Richard M. Sherman; y una canción fue escrita por Terry Gilkyson, con la música de fondo, compuesta por George Bruns; siendo nominada a un Premio Oscar a la mejor canción por “The Bare Necessities”
Como dato, cuando Gregory Peck fue Presidente de La Academia, intentó conseguir apoyo, no sólo para que una película de animación estuviera nominada a Mejor Película, sino que incluso ganase, y lo intentó especialmente con The Jungle Book.
Sin embargo, dimitió como Presidente en 1970, cuando vio que los otros miembros de La Academia, no estaban de acuerdo con su postura.
Y 20 años más tarde, en 1991, Gregory Peck pudo ver, cómo por fin, una película de animación, “Beauty and The Beast”, conseguía estar nominada a Mejor Película.
The Jungle Book sigue a Mowgli (Bruce Reitherman), un “cachorro humano”, al que la pantera Bagheera (Sebastian Cabot) encuentra perdido en la selva.
Bagheera, lo deja al cuidado de unos amigos suyos, los lobos, para que lo cuiden.
Unos años después, el tigre Shere Kan (George Sanders) ha vuelto a la selva, por lo que la manada de los lobos decide, que no pueden hacerse cargo de él, para no enfrentarse con el temible tigre.
Así, Bagheera será la encargada de llevarlo de regreso a la aldea del hombre…
Pero el camino será accidentado, encontrando a la serpiente Kaa (Sterling Holloway), que intentará comérselos, hipnotizándolos en su primera noche.
Luego, encontrarán al bonachón y hedonista oso Baloo (Phil Harris), que adoptará a Mowgli, para desesperación de Bagheera.
Pero Mowgli le será arrebatado por los monos del Rey Louie (Louis Prima), que quiere “el secreto del fuego”
Tras rescatarlo de los monos, Baloo se convence de llevarle con los humanos, pero Mowgli escapa, y se encuentra con los buitres y Shere Kan, con quien lucha, y a quien hace huir con ayuda de los buitres, de Baloo, y del fuego.
Pero quien hará que Mowgli acuda a la aldea, será finalmente el amor por una muchacha a la que ve en el río...
Así veremos en esta aventura iniciática, y de crecimiento humano, guiada por animales, valores como:
La amistad, la búsqueda del propio camino, la paternidad de acogida, el valor para enfrentarse a los obstáculos de la vida... y estéticamente con unos dibujos memorables.
“Mowgli, this time, we're not going back”
Disney, Kipling, Sherman… es un cóctel que bajo la mano diestra de una leyenda como Wolfgang Reitherman, no podía sino dar como resultado, una auténtica obra maestra de la animación, y uno de los clásicos más queridos y recordados de los Studios Disney.
A mediados de los años 1960, Walt Disney llevó personalmente adelante el proyecto de crear la película The Jungle Book, una adaptación bastante libre de los relatos de Mowgli; la cual tuvo un presupuesto de $20 millones; y si no hubiera sido por su gran éxito de taquilla, hubiera supuesto el cierre del Imperio del Ratón.
Se sabe que Disney, siempre estaba obsesionado por el perfeccionismo en las imágenes, tanto es así, que mandó a sus animadores, a un viaje a las selvas de India, para que estudiasen la fauna para los fondos de la película.
Técnicamente, The Jungle Book es una maravilla visual.
Tras la comedia musical, se contemplan unos espectaculares y sobrecogedores paisajes de La Selva India, y una animación sublime.
La tecnología Xerox, mucho más avanzada y perfeccionada desde que se empezó a usar en “One Hundred and One Dalmatians” (1961), da al film, un “look” muy característico, confiriendo una soltura inusual a los dibujos.
A través de un uso exquisito del color, y de los avances que la compañía de Mickey Mouse llevaba desarrollando décadas, The Jungle Book recoge el mejor sabor Disney a nivel técnico y argumental, y lo sirve en bandeja de plata, para que el espectador goce con todos y cada uno de sus sentidos.
La creación de la película, se llevó a cabo en una media de casi 5 años; siendo pintada a mano, y se utilizó el método de exposición sucesiva, por el que a partir de un negativo en blanco y negro, la película se expone a través de 3 filtros de color:
Rojo, verde, y azul, y de esta forma se obtiene la imagen definitiva en color.
En lo argumental, valiéndose de la enorme materia prima de Kipling, cuya obra original, dicho sea de paso, puede descargarse gratuitamente de la red al haber caducado sus derechos de autor, The Jungle Book se apoya en los frondosos y animados hombros de sus personajes, en la mayoría animales, como es habitual en Disney, para ofrecer un desfile de luz, armonía y diversión, que la convierte en una de las más entretenidas obras de animación de todos los tiempos:
Un inolvidable oso vitalista y despreocupado, una pantera noble y responsable, monos que cantan y bailan, tratando de convencer al “cachorro humano”, de que les enseñe “el arte de hacer fuego”, y un malvado tigre que odia al “hombre”, son los protagonistas principales de una película que consigue que sus 78 minutos perduren para siempre en la memoria, a través de un guión que no pierde en ningún instante el sentido del ritmo, que alcanza elevadísimas cotas de diversión, y que fluye sin altibajos, hasta un clímax de los de lágrima y sonrisa cómplice.
No obstante, el primer guión gráfico, fue realizado por el artista Bill Peet, quien había trabajado con Disney por más de 30 años.
El mismo mantenía el tono lúgubre del libro original de Rudyard Kipling; por lo que Disney pensó, que no era la intención de su producción, y Peet decidió abandonar el proyecto y los estudios Disney.
De todas formas, algunos elementos originales se mantuvieron, como el regreso de Mowgli a la vida con los humanos.
Por su parte, Peet continuó su carrera con bastante éxito como ilustrador de libros infantiles.
Así pues, por tener un público objetivo diferente, los niños; la obra de Kipling no está realmente dirigida a los niños, The Jungle Book presenta numerosas diferencias importantes con el libro:
En la película, el bebé Mowgli aparece en una embarcación naufragada en la orilla de un río, muy al estilo de Moisés, presumiblemente el Waingunga, pero por Bagheera, y no por los lobos, obviando la parte donde se dice que Shere Khan ha atacado la aldea de sus padres…
En el libro, Mowgli está completamente desnudo, mientras que en la película viste un minúsculo pedazo de piel sobre las ingles, a modo de taparrabos.
Se entiende el cambio, por el “pudor”
En la película, no aparece Tabaquí, el chacal sirviente de Shere Khan.
Tampoco se muestra la escena donde Bagheera ofrece un buey recién muerto, a cambio de la vida de Mowgli; en cambio, se muestra a Akela, dictaminando que el niño debe volver con los humanos.
El personaje de Baloo, cambia radicalmente, pasando de ser un sabio maestro, a un bonachón vitalista; y de un oso besudo (Melursus ursinus), a un oso pardo del Himalaya (Ursus arctos isabellinus)
En la película, Kaa, la serpiente, busca desesperadamente hipnotizar a Mowgli para comérselo, apareciendo a su vez como un personaje malo...
Sin embargo, en la obra de Kipling, Mowgli es el único animal que Kaa no puede hipnotizar y, por su parte, Kaa cumple un papel importantísimo para salvar al “cachorro humano” de los Bander-Log, lo que en realidad la define como un aliado, cuando menos.
El Rey Louie, el rey de los Bander-Log en la película, no aparece en el libro.
De hecho, en el libro, los Bander-Log son el pueblo sin ley, seres que olvidan rápidamente las cosas que se auto dictan, y que no respetan absolutamente nada.
La historia de un rey mono, va en un sentido diametralmente opuesto que el cuento original...
Además, en la película es representado por un orangután, especie no perteneciente a la fauna de La India.
Ni la muerte de Shere Khan bajo los bueyes liderados por Rama, ni el ataque de los perros de rojiza pelambre, y ni siquiera la muerte de Akela, son sucesos presentados en la película.
Esos 3 momentos, son importantísimos dentro de la historia original, y en la película no se presentan, o bien se presentan distorsionados o dulcificados, en vez de morir, Shere Khan huye asustado…
Así pues, Disney deja a un lado, toda la brillante carga racional de la novela, y se centra en crear un alocado concierto musical en mitad de la selva, con bailarines de excepción; así se toma una obra literaria espléndida, y se procede a su desmembramiento:
Quitas la existencia de acciones muy impresionables, quitas la riqueza literaria, quitas el trasfondo maduro que Kipling dio a los animales, y a la existencia de estos, en torno a leyes.
Contratas a Walt Disney, y el resultado es esta pésima adaptación del libro de Kipling.
Muchos vieron en The Jungle Book, tanta falta de respeto a un escritor en una película adaptada.
Pero es en la técnica de la animación, donde The Jungle Book tiene mucho para mostrarnos.
Los animadores logran sacar peso del movimiento del tigre, y hace que cobre vida con un grado de realismo anonadante, haciendo gala de maestría y profesionalismo virtuoso.
Bagheera se desliza suavemente, como una brizna de paja, por entre los árboles, con una animación cuya técnica, sin duda, no descuido la anatomía felina.
Baloo y Mowgli, también cobran vida, animados a la perfección, pero, lamentablemente, Mowgli se mueve como un niño inocente y desamparado, no como un joven activo, cuyo saber le valen estar vivo, que es en esencia, lo que se lee de él en el libro.
No obstante ello, la técnica es asombrosa.
Como dato, The Jungle Book también representó ser la 2ª película en incluir famosos en el doblaje:
Bruce Reitherman, hijo del director, fue quien prestó a Mowgli su flequillo travieso, sus gestos, y su voz; y actualmente es un director de documentales sobre la naturaleza.
Los personajes de la selva, al igual que los demás en acción, suelen ser adorables.
Es una impresión que siempre nos deja Disney y, por este motivo, sus películas suelen caer bien a cualquier pequeño.
Ahora bien, una segunda lectura sobre los acontecimientos y líneas, podría darnos una visión un tanto más “real” de sus intenciones.
No es para nada casual, que todas las voces de los personajes hayan sido interpretadas por actores blancos, menos la de los monos...
¿O sí?
Muchos estudiosos culturales, tildaron al personaje del Rey Louie, como un estereotipo racial, particularmente ofensivo, tratando de busca que pareciese afroamericano.
Especialmente, teniendo en cuenta el clima político en la lucha por los derechos civiles que atravesaba Estados Unidos cuando se estrenó The Jungle Book.
El Rey Louie, interpreta la canción “I Wanna Be Like You” en una de las escenas más divertidas…
La voz de este personaje, la pone Louis Prima, aunque inicialmente, los productores pensaron en Louis Armstrong, pero para evitar la más que probable posibilidad de controversia que rodearía al hecho de hacer que un hombre de color, interpretase a un mono, eligieron a Louis Prima, quien dobló al personaje con su voz habitual, improvisando casi toda su intervención.
Como dato, Prima era un hombre blanco de ascendencia italiana.
Por otro lado, en la idea original, los integrantes de la famosa banda británica, The Beatles, le daría voz a los 4 buitres, pero el apretado itinerario de los músicos, hizo imposible la grabación de las escenas; además de que John Lennon nunca tuvo mucho entusiasmo con la idea.
La canción “Trust in Me” tenía como título original, “Land of Sand”, y era parte de una secuencia de escenas musicales del clásico “Mary Poppins”
Más tarde fue eliminada de la película, y Disney terminó dándole buen uso como truco de hipnotización del siniestro Kaa…
Así las cosas, The Jungle Book representa a la perfección, el espíritu hippie de los 60, y los personajes y las canciones, hacen de ella, una película memorable y mágica, pese a que el guión sea algo convencional.
“Ah, it was inevitable, Baloo.
The boy couldn't help himself.
It was bound to happen.
Mowgli is where he belongs now”
Ahora cuando se cumplen los 150 años del nacimiento, y 80 de la muerte del escritor Rudyard Kipling, en la ciudad india de Bombay, parte del entonces Imperio Británico, La India no olvida que éste ensalzara el colonialismo, aunque paradójicamente publicita ampliamente su obra más conocida:
“The Jungle Book”
Esas percepciones confrontadas, se ponían de manifiesto en uno de los eventos más simbólicos, convocados en memoria del escritor en la Escuela de Arte Sir Jamsetjee Jeejebhoy, en cuyo campus nació Rudyard Kipling, después de que en 1865, su padre, Lockwood, se trasladara allí, para dar clases acompañado por su esposa Alice.
Sin embargo, en su poema “A la ciudad de Bombay” (1894), Kipling no olvida sus raíces indias:
“Para mí la madre de todas las ciudades/ nací en su puerta/ entre las palmeras y el mar/ donde el mundo termina y el barco de vapor espera”
Parte de la culpa de esta percepción “imperialista” que se tiene de él, como lo llegó a definir uno de los secretarios de la Academia sueca, C.D. af Wirsén, al concederle el Nobel; elogió que “ningún otro escritor” había hecho más que Kipling “por unir a Inglaterra con sus colonias”, logrando incluso llevar “a La India más cerca de Inglaterra, que lo que consiguió la construcción del Canal de Suez”
Otros, por su parte, critican el modo maniqueo y simplista, con el que describió el gigante asiático.
El profesor Harish Trivedi, de la Universidad de Delhi, sentenció en su ensayo “Leyendo a Kipling en La India” (2011), que el país asiático, resulta ajeno al autor británico.
“Aunque escribió sobre La India en La India, Kipling lo hizo solo para una guarnición de lectores británicos, que vivían temporalmente en La India, los anglo-indios”, remarcó Trivedi, que dirigirá este año 2016, en Shimla, capital de verano del antiguo Raj británico, un simposio sobre El Nobel.
No obstante, Jorge Luis Borges señaló que:
“La esencial grandeza de Kipling, ha sido oscurecida por algunas circunstancias adversas.
Kipling reveló El Imperio Británico, a una Inglaterra diferente, y quizá un poco hostil”

“Look for the bare necessities”



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