Fröken Julie

“Allt är konstigt.
Liv.
Personer”
(Todo es extraño.
La vida.
La gente)

El determinismo es una doctrina filosófica que sostiene que todo acontecimiento físico, incluyendo el pensamiento y acciones humanas, está causalmente determinado por la irrompible cadena causa-consecuencia, y por tanto, el estado actual “determina” en algún sentido el futuro.
Por otra parte, el naturalismo teatral, corresponde a un tipo de puesta en escena, e interpretación de fines del siglo XIX, principios del XX, que busca reproducir con cierta precisión científica, la naturaleza humana a través de técnicas actorales.
El interés por estas técnicas, floreció sobre todo entre los dramaturgos franceses de la época, como Émile Zola, pero su obra más representativa es “Fröken Julie” de August Strindberg; una obra de teatro realista, escrita en 1888, que trata de las clases sociales, el amor, lujuria, y la batalla de los sexos con un fuerte toque de determinismo.
Johan August Strindberg, fue un escritor y dramaturgo sueco, considerado como uno de los escritores más importantes de Suecia, y reconocido en el mundo, principalmente por sus obras de teatro, tanto que se le considera el renovador del teatro sueco, y precursor o antecedente del teatro de la crueldad y teatro del absurdo.
De personalidad esquizofrénica, durante la mayor parte de su vida se sintió acosado y perseguido; esta peculiaridad, dotó a su obra de una especial fuerza y dramatismo.
Sintiéndose atacado y perseguido por el movimiento feminista, su feminismo de juventud, pronto se transformó en misoginia.
Entre sus dramas, están presentes los temas que caracterizan su obra, lo que él llamaría “la lucha de cerebros”, donde la violencia conduce al “crimen psicológico”; la lucha de sexos; la lucha entre lo viejo y lo nuevo, y su misoginia.
La violencia en sus obras, es de tipo psicológico, con 2 mentes enfrentadas, una dispuesta a destruir a la otra, dispuesta a perpetrar un crimen del que nunca podrán culparle; donde la mente más fuerte acaba con la más débil.
La guerra de sexos y los ataques a la institución del matrimonio, tema recurrente en su obra, está igualmente influenciada por sus desastrosas experiencias matrimoniales.
En “Fröken Julie”, toca otro de los grandes temas de Strindberg:
Las tensiones entre lo viejo y lo nuevo; una cultura y una sociedad caduca, las clases altas, frente a los intentos de renovación de las clases populares que, aun con sus contradicciones, abandonan sus viejos papeles de sumisión.
A propósito de los diálogos de “Fröken Julie”, el autor escribirá en su prólogo:
“He roto con la tradición de presentar a los personajes como catequistas que con preguntas estúpidas provocan la réplica brillante.
Para ello, he hecho que las mentes trabajen de un modo irregular, tal y como ocurre en la realidad, donde en una conversación nunca se agota el tema, donde un cerebro trabaja como una rueda dentada, en la que el otro se engrana a la buena de Dios.
Por eso, el diálogo anda sin rumbo.
He proveído en las primeras escenas de abundante material que en el desarrollo se elabora, se trabaja, se repite, se amplía lo mismo que el tema de una composición musical”
“Fröken Julie” es entonces un juego naturalista, y un juego íntimo que obedece a las unidades clásicas de tiempo, lugar y acción.
La obra ocurre enteramente durante la noche de verano, en la cocina de la casa solariega, y los personajes principales son:
Julie es la hija de un Conde, propietario de una hacienda.
Es una mujer de voluntad firme, aunque caprichosa e insatisfecha.
Fue criada por su difunta madre, para que pensase y actuase como un hombre.
Jean es el criado del Conde.
Dice que ha estado enamorado de la señorita Julie desde que la vio en distintas ocasiones cuando ésta aún era una niña.
Dejó la ciudad, e hizo numerosos viajes, trabajando en varios empleos diferentes a su paso, antes de trabajar para El Conde.
Tiene las aspiraciones de elevarse de posición social, y llevar su propio hotel, siendo la señorita Julie, parte de su plan.
Es tan amable como despiadado; su comportamiento cambia instantáneamente al ver las botas o los guantes del Conde, siendo servil y amable.
Kristine es la cocinera del hogar del Conde, mujer muy religiosa, y aparentemente prometida a Jean.
Y El Conde, padre de la señorita Julie, nunca sale al escenario, pero sus guantes y sus botas están en éste, como recordatorio de su presencia y poder.
En la noche de “Midsommar” o “Noche de San Juan” de 1874, en la propiedad del Conde de Suecia, la joven noble Julie, que intenta escapar de una existencia llena de costumbres sociales, y pasar un buen rato, decide ir a bailar a la fiesta de los sirvientes, donde seduce a un lacayo llamado Jean.
Esa noche, Jean y Julie consumen su amor, algo que resulta dramático para Julie, quien ve mancillada su posición social, al haberse relacionado con un criado.
Pero Jean la convence, diciéndole que la única manera de escapar de su apuro, es el suicidio.
La acción tiene lugar en la cocina del señorío del padre de Julie; donde la novia de Jean, una sirvienta llamada Kristine, cocina y a veces duerme mientras Jean y la señorita Julie hablan.
La lucha de clases y el poder, están muy presentes en la obra:
Julie ejerce poder sobre Jean, porque es de una clase social más alta, sin embargo, Jean tiene el poder sobre esta, porque es un hombre.
El Conde, el padre de la señorita Julie, un personaje que no aparece en escena, ejerce el poder sobre ambos personajes, porque es un hombre noble, el patrón de Jean, y el padre de la señorita Julie.
Por sus características, se trata de una obra naturalista, no realista, con un tema sobre el darwinismo, una teoría que fue una influencia significativa sobre el autor durante su periodo naturalista.
Esto se afirma explícitamente en el prefacio, donde Strindberg describe sus 2 personajes principales, la señorita Julie y Jean, que compiten unos contra otros en una batalla evolutiva, “la vida y la muerte” de la supervivencia del más apto.
El carácter de la señorita Julie, representa el último de una vieja casta aristocrática a punto de morir, así como la caracterización de las mujeres en la modernidad; mientras que Jean representa uno que está trepando hacia arriba, y que es más apto para prosperar, debido a que es más capaz de adaptarse en función de los roles de la vida, que puede asumir.
La obra contiene una gran variedad de temas, en parte debido a las acciones de la señorita Julie, motivadas por una serie de factores e influencias:
Su clase, sus deseos y la naturaleza impulsiva; su padre, y los traumas de sus historias familiares.
Ella se da una serie de motivaciones, porque el autor, en su deseo de ser naturalista, se da cuenta de que en la vida, las personas pueden estar motivadas en un número de maneras, y también porque el autor está tomando una posición en contra de la idea teatral dominante, que dice que los caracteres deben escribirse con una sola motivación principal, rompiendo la regla general de entonces en Suecia.
“Mitt folk, vi fortsätter inte som du gör.
Vi hatar inte och förstör varandra”
(Nosotros, no somos como usted.
No nos odiamos y no nos destruimos)
Fröken Julie es un drama sueco, del año 1951, escrito y dirigido por Alf Sjöberg.
Protagonizado por Anita Björk, Ulf Palme, Märta Dorff, Lissi Alandh, Anders Henrikson, Max von Sydow, entre otros.
El guión está basado en la obra teatral homónima de August Strindberg, que trata sobre las diferencias de clase, sexo y poder en el siglo XIX, cuando la hija de un Conde sueco, inicia una relación con un sirviente de la casa.
Fröken Julie obtuvo La Palme d’Or en El Festival Internacional de Cine de Cannes; y muy a pesar de su éxito, la película casi no se vio fuera de los países escandinavos.
La filmación tuvo lugar en los Estudios Sandrew, y en varios lugares de la región de Estocolmo, incluidos Dalarö, Stora Wäsby Castle, y el Drottningholm Palace Park.
La acción tiene lugar en una mansión aristocrática de la zona rural de Malmö, en Suecia, en La Noche de San Juan, de un año de la década de los 80 del XIX.
Julie (Anita Björk), de 25 años, es hija única del Conde Carl (Anders Henrikson) y de su esposa Berta (Lissi Alandh), ya fallecida.
Es atractiva, orgullosa, egoísta, tuvo una infancia infeliz, y tiene un matrimonio recientemente fracasado con un agente judicial, el cual rompe las relaciones con ella, por su carácter dominante.
Julie se deja seducir en la noche más corta del año, La Noche de San Juan, por un sirviente, Jean (Ulf Palme), que la desea desde que era pequeña.
Y es que ellos se conocen desde niños, y siempre se han simpatizado.
Pero les han mantenido separados por los prejuicios sociales.
Cuando Jean pasa a ser el flamante cochero del Conde, Julie se siente desamparada, porque el prometido la ha abandonado, y deciden pasar juntos La Noche de San Juan; y al amanecer, planean su fuga.
En esta noche, la relación entre la señorita Julie y Jean se intensifica rápidamente, brotando sentimientos de amor que se consumen posteriormente.
Así, en el transcurso de la obra, la señorita Julie da batalla con Jean, y este la convence, de que la única manera de escapar de su situación es suicidarse.
La obra plantea diversos temas, como el del sometimiento de la mujer al hombre, particularmente de la mujer casada al marido.
Este hecho tiende a provocar en ella dolor moral, frustración, desolación y secuelas.
Se visualiza la rígida y pormenorizada distribución de roles y tareas entre hombres y mujeres, establecida a finales del XIX, y la infranqueable separación entre empleadores y empleados, señores y sirvientes, aristócratas y plebeyos, hacendados y personas humildes.
Un tema subyacente en la trama, es el de la prohibición, bajo penas de exclusión social, de las relaciones amorosas y matrimoniales, entre personas de distinta condición social, consideradas perversas e ignominiosas.
Con estos elementos y otros, se construye una propuesta, todavía actual, de crítica social y de costumbres.
Una muy rica cinta, en la que Alf Sjöberg, maestro tanto del cine como del teatro, pondrá a prueba todo su dominio para trasladar una historia de una disciplina artística a otra, y el trabajo es notable, las innovaciones eran necesarias, y fueron manejadas con mucho criterio, brindándole a la cinta, otro atractivo adicional, pues la puesta en escena se aúna a un relato con muchos simbolismos, además de actores, curtidos algunos, y futuros mitos otros.
“Beställa mig något och jag kommer att lyda som en hund”
(Ordéname algo y obedeceré como un perro)
Notable filme el que nos ocupa en esta oportunidad, obra caída un poco en el olvido, de un autor asimismo caído también en un olvido mayor del que es digno.
El apreciable nórdico, Alf Sjöberg, una de las mayores autoridades suecas en cuanto a teatro y cinematografía se refiere, realiza esta valiente y arriesgada adaptación, de uno de los mayores clásicos de otro gigante artístico de Suecia.
Sjöberg, encarna del modo más característico, las relaciones entre teatro y cine, tan fuertes en Suecia.
También Ingmar Bergman, quien comenzó su carrera en el cine como guionista de Sjöberg, es un hombre de teatro, pero su arte cinematográfico suele reflejar un enfoque muy diferente del que predomina en sus producciones teatrales.
En Sjöberg, hay una alianza perpetua, a veces difícil, entre la estilización bastante embarazosa del teatro y el realismo que el cine.
Y Fröken Julie, es la mejor adaptación cinematográfica de August Strindberg, una de las mejores adaptaciones de una obra clásica, una de las mejores adaptaciones literarias, una de las mejores películas suecas, y una película con una de las mayores actuaciones de todos los tiempos, la de Anita Björk; con ecos del pasado, de otros tiempos, en una cinta que todavía guarda mucho de la teatralidad con la que eran abordadas las filmografías de antaño, más si cabe, cuando la propia película es una adaptación al celuloide de una exitosa obra de teatro de August Strindberg, de la que la película sabe conservar lo mejor, tanto su esencia dramática, como su visión de la sociedad de la época, plasmada en las diferencias de clases, y criticando lo peor de cada una de las condiciones.
En efecto, el guión es más que aceptable, teniendo en cuenta la época en la que se desarrolla y se rueda sin tapujos, tratando temas controvertidos como el sometimiento de la mujer al hombre, especialmente en el matrimonio, en encorsetamiento de la sociedad de la época, en cuanto a los roles y tareas que deben desempeñar los mujeres y los hombres; el suicidio, el sexo fuera del matrimonio y las relaciones amorosas o sexuales entre amantes de diferente condición social, algo que en la época era condenado como ignominioso y herético.
Pues bien, Fröken Julie trata todos estos temas, casi tabúes, con bastante valentía yendo a la raíz y sin opciones preconcebidas, dejando que los hechos hablen por sí solos, dejando que la hipocresía de los personajes y de la sociedad en general, se manche a sí misma, desmadejando la historia.
El guión del propio Sjöberg, fue considerado como una brillante ampliación de la obra de Strindberg; pues el cineasta introduce por medio de la técnica del “flashback”, algunas escenas de la infancia de la señorita Julie, y aprovecha la oportunidad para asomarse a los campos y jardines en los que se celebran los holgorios nocturnos de la época estival, genialmente fotografiados por Göran Strindberg, nieto del dramaturgo.
Todo se inicia en un pueblo sueco, donde se realizan con mucho entusiasmo las celebraciones del día de solsticio, fecha significativa para los lugareños.
Servidumbre y pueblo se divierten, mientras se realiza un baile en la mansión del lugar, donde la señorita Julie danza con distintos caballeros; desdeñosa, es a Jean, el cochero de la casa, a quien mayor atención presta.
Ella tiene un acercamiento con él, se conocen desde niños, y el interés de ella no pasa desapercibido para el mozo de la cuadra (Max von Sydow)
Pero Jean está comprometido con la cocinera Kristine (Märta Dorff), y le narra a ella, la manera en que Julie humilló a su prometido durante un día de caza, rompiéndose el compromiso.
Julie, alterada, logra su objetivo, acercándose y seduciendo a Jean, pero tras conseguirlo, teme la reacción de su padre, de la servidumbre y la sociedad completa.
La culpa y el miedo, hacen que Julie le confiese algunos pasajes de su pasado al cochero.
Su padre, El Conde, sufrió inauditas situaciones con su esposa, La Condesa Berta, madre de Julie, mujer desequilibrada, que nunca aceptó casarse con él, que tuvo a la hija sin desearlo, inclusive llegando a incendiar la residencia, arriesgando la vida de su propia hija; en resumen, una mujer que hizo un infierno su vida, y la de su padre, que incluso intentó suicidarse.
El panorama se complica, pues Julie se aterra de pensar las consecuencias que tendrá el saber de su idilio con un sirviente, por lo que planea huir con Jean, iniciar una nueva vida, escapar de todo y de todos, algo que no conseguirá, pues finalmente Jean se quiebra, el criado es presa del pánico, y Julie se suicida con una navaja de afeitar.
Fröken Julie debe abordase primeramente por lo que es, una adaptación de teatro a cine, y partiendo de ahí, se debe analizar.
El hecho de que la película conserve su poder de fascinación, se debe en parte, a que Sjöberg se aferra con tenacidad a la relación que vincula a los personajes centrales, siguiendo su trayectoria desde el momento en que la señorita Julie humilla al criado Jean, hasta que ambos se separan y viven sus traumas independientemente, meditando cada uno las determinantes consecuencias de su relación sexual.
Porque Fröken Julie es un drama de clase y sexo.
Todavía estamos en el viejo mundo de los estados del reino, de los nobles y de los sirvientes.
Nunca hubo un feudalismo pleno en los países nórdicos, no hubo servidumbre, pero este es todavía el mundo pre-burgués de títulos y divisiones antiguas.
Los siervos, no son esclavos, pero la comprensión de Hegel sobre la dialéctica de amo y esclavo, es válida:
“Donde hay esclavitud, nadie es libre”
La noble familia del Conde, también está esclavizada por la rígida estructura social.
Por lo que Fröken Julie, es una excelente dramatización del mundo, antes de la liberación burguesa.
Ni los sirvientes se idealizaron en el mundo de August Strindberg:
Jean, es un sirviente orgulloso que ha visto el mundo, aprendió francés en Suiza, fuerte y masculino.
Pero cuando El Conde toca la campana, hay un reflejo pavloviano que lo convierte en modo sirviente, hay una transformación.
Y cuando Jean consigue su manera con Julie, él no es ciertamente ningún noble, ni un hombre cariñoso, ni siquiera un hombre decente.
Se comporta como un vil machista.
Él es capaz de realizar una gran mentira para llegar a su propósito, y nunca pronuncia una palabra tierna.
Jean no tiene ningún problema en matar el pájaro amado de la señorita Julie, etc.
Bien se podría decir que Fröken Julie es una historia suprema de sadomasoquismo… aunque no hay escenas de sexo, de lo que hoy llamamos superficialmente sadomasoquismo, pero si tiene muchas referencias fálicas y encuadres de sometimiento.
El tema, se construye en la propia estructura del drama.
Se deriva de la relación de Carl y Berta:
Carl, ha estado esperando un hijo; y la última venganza de Berta, es dar a luz a una niña.
Hay una secuencia de montaje, con Julie siendo vestida y educada como un niño.
Todo el procedimiento de trabajo en la finca, se vuelve al revés, cuando las mujeres comienzan a hacer el trabajo de los hombres; y los hombres tratan de lograr el trabajo de las mujeres.
Hasta que Julie se desespera por su amada muñeca Blenda, y el padre se vuelve y comienza a amar a su hija como lo que es, una niña.
Fröken Julie, es también un ejemplo de la obsesión del cine con la boda cancelada.
Cuando El Conde Carl, finalmente decide que debe casarse con Berta, que prefiere vivir juntos sin casarse, y ha dado a luz a Julie fuera del matrimonio, hay una gran fiesta de bodas, donde todos han sido invitados después de años de aislamiento social.
Sólo falta la novia...
De repente hay humo; Berta ha incendiado el solar, incluso dejando a la pequeña Julie dentro, para morir quemada con Blenda.
Hay entonces un último momento de rescate por Carl.
Pero las consecuencias son graves, Carl está arruinado, y debe comenzar todo de nuevo con el dinero prestado por el amante de Berta.
En realidad, el dinero es de Berta, que prestó a su amante.
Por lo que Carl, sabiéndolo, intenta suicidarse, pero al recuperarse, se hace cargo de Julie.
Por su parte, Julie ha sido condicionada por su difunta madre, a odiar a los hombres.
Berta, también le ha enseñado a pensar y actuar como un hombre.
El resultado se demuestra en el cortejo de Julie y el alguacil de La Corona, a quien Julie trata peor que un perro, con un ritual masoquista que el hombre rechaza, rompiendo el palo de Julie.
Una bomba de tiempo ha sido fijada por Berta, a la trágica conclusión de la tragedia.
La última imagen de la película, es la cruel sonrisa en el retrato de Berta...
Donde no hay una tarjeta de título final.
Fröken Julie, como la obra maestra que sin duda es, se evidencia en su puesta en escena.
Pocas veces en la historia del cine, la traslación de un texto teatral llevado a dominios puramente cinematográficos, ha encontrado tan notable equilibrio como aquí.
El consumado oficio teatral de Sjöberg, consciente de las posibilidades efectivas del mismo, ha dado la nota justa, logrando equilibrar perfectamente al medio fílmico, una serie de ideas e imágenes de difícil resolución, en cuanto fueron pensadas para el teatro, por muchas posibilidades que pueda ofrecer el imaginativo arte de Strindberg.
Alf Sjöberg, maestro del teatro y el cine suecos, resolvió el desafío de la adaptación cinematográfica de manera audaz y única.
Él lo abre espacialmente desde el juego único de la obra de Strindberg a toda la extensión de la finca del Conde.
La abre temporalmente, para cubrir toda la vida de Julie y Jean, literalmente desde sus nacimientos, e incluso antes.
Esto se hace posible, a través de una estructura de “flashback” original, la característica más famosa de esta película, ya que el presente y el pasado coexisten en el mismo plano.
La grandeza del logro de Sjöberg, está en el hecho de que esto no disminuye de ninguna manera la fuerza compacta del drama.
Hay un raro entendimiento aquí, del espacio del teatro y el espacio del cine.
Desde el teatro puro, Sjöberg crea el cine puro.
En la obra de teatro, la acción tiene lugar en una sola estancia, mientras el film saca la cámara al exterior, y añade secuencias muy dinámicas, como el baile colectivo, viajes en coche, y planos de acción en la casa.
El realizador combina relato de presente, de pasado en “flashback”, y previsiones de futuro en “flashforward”, escasamente diferenciados.
Y rueda imágenes en las que aparecen situaciones de presente y de pasado en el mismo fotograma, donde la interacción de pasado y presente, da profundidad y relieve al drama.
Más allá de la historia que cuenta, Fröken Julie es un puro ejercicio de estilo narrativo sin concesiones a lo obvio.
La sutileza de su exposición, sólo puede ser producto del pensamiento de un genial creador de imágenes.
La clave está en el juego espacio-temporal que sacude toda la historia, a través del discurrir del choque de personalidades protagonistas:
La señorita Julie por un lado; y su criado, Jean, por el otro.
En la evocación de su sueño, quizá la parte explicativa más explícita de la película, ella observa que sueña en un descenso; frente al ascenso no culminado soñado por él:
El hecho social, es el rizoma de la tortura que sacude a los personajes.
La contraposición es, pues, constante:
Julie versus Jean:
Julie, la mujer-Condesa vestida de blanco, frente a Jean el hombre-criado vestido de negro.
Luces y sombras en perfecta armonía:
La emulsión de la fotografía como elemento discursivo, nunca meramente estético.
Cada encuadre suele buscar un contrapunto lumínico, sobre todo cuando la profundidad de campo potencia la entidad dramática del momento.
Los momentos antológicos, no son pocos:
El paseo en barca de la pareja, escapando de la multitud, esa masa sin rostro que representa la servidumbre…
Y técnicamente esconde además recursos fílmicos bastante novedosos y bien desarrollados para la época.
El director huye de desarrollar la película en un solo escenario, y saca la cámara a la calle, dotando a la película de movimiento, con algunos planos picados, “travellings” con los coches de caballo, que sirven para dotar de movimiento al filme; y además, se sumerge en el mundo del pasado, para hacer un montaje más complejo, mezclando la infancia de los personajes con el presente, e incluso superponiendo ambas escenas en un mismo plano, con un efecto dramático muy intenso e interesante, e incluso algún plano subjetivo, también de bastante intensidad emocional.
La fotografía en blanco y negro, logra bellos contrastes en contraluz, especialmente en los paisajes nocturnos, donde gran parte de la trama se desarrolla durante La Noche de San Juan, la más corta del año; y efectos tenebristas muy ocurrentes y bastante bien tratados técnicamente.
Añade símbolos visuales, como la asimilación de Jean y las esculturas eróticas de Apolo y Adonis.
En uno de sus niveles elementales, Fröken Julie es también una variación de un tema bíblico:
La noble familia del Conde, lo tiene todo, pero falta una cosa:
El amor, es por eso que lo pierden todo, y se quedan sin nada.
Leo Tolstoi comentó de pasada, en sus comentarios sobre el cine, sus palabras condensadas aquí:
“Tenemos un palacio, en un palacio siempre hay tragedia”
Quizás, el simbolismo más obvio pero no por eso menos efectivo, sea precisamente el ave, que al mostrarse los créditos iniciales vemos atrapada en una jaula, al lado de una incierta Julie.
El ave que posteriormente es eliminada cuando ella quería huir, es el final inevitable.
Fröken Julie tiene de esa forma, asimismo 2 segmentos marcadamente diferentes, y así, en la primera parte, se explora el mundo de él, y ella es la dominadora absoluta, caprichosa, veleidosa, humilla a su prometido, y termina así su noviazgo, pero ese estatus gradualmente irá cambiando, hasta invertirse, conforme va saliendo a flote el patetismo de la situación de ella.
Luego del coito, naturalmente no muy enfatizado en la cinta, viene el cambio, ella se embriaga para desnudarse, desnudar su alma, y pasado.
Obviamente, es ella el personaje más importante, y es en la segunda parte donde lo más importante sucede, donde conocemos su malograda psiquis, y las causas de esa hediondez.
Al iniciar la narración de su vida, veremos cómo ella refleja a la mujer de la época, en su madre, que tiene prohibido casarse, a ella la fuerzan a ser y comportarse como hombre, vistiéndola como uno incluso, la madre la regaña por jugar con muñecas...
Como en esa época, se reflejará la guerra de los sexos asimismo, sólo por nombrar un ejemplo, tenemos al pintor Gustav Klimt, guerra de sexos, incluso intercambian roles, hombres hilando y haciendo preparaciones caseras, una niña vestida como varón, y en buena medida refleja cómo toda buena obra artística, el contexto en el que se desarrolla.
Se invierten posiciones entonces, ella es la que se resquebraja, se quiebra, está a merced de Jean, es elocuente su aserción “obedeceré como un perro”, la otra caprichosa hija del Conde le habla así al cochero, que finalmente se comporta como lo que es, un criado.
A ese respecto, la sexualidad es poderosa durante toda la cinta, iniciándose claro, con la represión al coito canino, incluso castigando Julie a su perra mascota, por seguir su natural instinto copulativo, dejando en evidencia un sentimiento de despecho por frustración.
Y evidentemente, la secuencia por excelencia en este aspecto, es la de Julie, furtivamente observando el acto carnal del mozo de la cuadra con una sirvienta, los ojos de Julie, tan abiertos como se lo permite su organismo, sus pies empinándose, ambos gestos de fogosa excitación, de querer abarcar todo lo que se observa, en efecto, la excitación es mucha, el sexo es algo que despierta muchas sensaciones en ella, y vaya que lo transmite muy bien Sjöberg.
Descubriremos conforme avanza todo, que la fuente de la maldad y la morbidez, es la madre, ese ser extraño, indescifrable, casi infernal vestido en negro en es pintura que parece un vampiro.
Negándose de plano a casarse con El Conde, causándole malestares y vergüenzas con la comunidad, pero una de las escenas más impactantes, es cuando alumbra a Julie, la carcajada de ella, tras haber dado a luz, es espeluznante casi, ríe a más no poder, mientras le dice al padre que ahí está “el hijo”, lo que tanto esperaba.
Asimismo, el incendio por ella generado, dejando a su propia sangre, a su hija, adentro del edificio en llamas, saliendo en vestido de novia, generando una situación inaudita, como Novia de Lammermoor, este personaje siempre está rodeado por un aura inquietante, perturbadora, nos observa desde el cuadro que perennemente se muestra, y no sabemos quién es su mayor víctima, víctima de su venganza que no termina, ni habiendo desaparecido.
Por un lado, El Conde, el padre, con su rostro que refleja su padecer, dominado y humillado múltiplemente por su mujer, pobre Conde, cada vez más canoso, más acabado y arruinado.
Por el otro, Julie, cuyo final será inevitablemente la muerte, tras la pérdida gradual de la cordura.
En definitiva, otros recursos técnicos en los que reposa sólidamente la cinta, vienen a ser elementos expresivos, elementos narrativos naturalmente a la vez también.
Se otorga importancia a los cuadros, pinturas constantemente enfocadas, en distintas situaciones, cuadros de personajes históricos, grandes científicos, Emperadores, pero es la imagen de Berta, claro, la más recurrida e imponente; y a las estatuas también se les brinda cierta atención, cuadros y estatuas, imágenes de aristocracia, símbolos quizás de esa aristocracia que es el origen de la enajenación mostrada.
Y junto con “El Sueño de una Noche de Verano” de Shakespeare, Fröken Julie es también una historia clave de La Noche de Verano, realzada con la magia natural del sol nórdico de medianoche.
De hecho, hay una referencia de Shakespeare en la película, en el uso de Mendelssohn.
Por otra parte, de la producción se supo que Julie y Jean tienen sueños similares pero opuestos, y obsesiones de subir y caer.
En un diálogo que a Strindberg se le pidió que cortara, y que no está incluido en la película, Julie compara su experiencia de Jean, con un acto de bestialidad...
Un placer de caer y disfrutar de la degradación, son elementos en la psicología conflictiva de Julie.
“Degradación por el amor”, fue una de las obsesiones de Alfred Hitchcock, y uno puede imaginar los escenarios de “The Paradine Case” y “Under Capricorn”
Una tragedia es que este amor es unilateral, y profundamente perturbado.
Inclusive, Hitchcock estaba tan impresionado por la interpretación de Anita Björk en Fröken Julie, que la contrató para actuar en “I Confess” en 1952.
Sin embargo, cuando Björk llegó a Hollywood con su amante Stig Dagerman, y su bebé, Jack L. Warner, el jefe de Warner Bros., insistió que Hitchcock debería encontrar otra actriz, y el papel fue dado a Anne Baxter.
Del reparto, Anita Björk encarna muy bien a Julie, joven, llena de brío, insegura y con muchos conflictos, consigue la fragilidad correcta, y consigue conjugar el capricho y alentaría iniciales propios de la aristocracia, con la desesperación y ruina posteriores.
Ulf Palme, por el otro lado, con el elegante talante, de mucha experiencia en el teatro, no en vano elegido para este papel, da la talla asimismo, el criado ambicioso que quiere subir socialmente, orgulloso galán, finalmente no conseguirá su objetivo, correcta también su actuación.
Mención especial para Max von Sydow como el mozo del lugar, con apenas 21 años, ya escribía su legendaria y aún en proceso historia.
Para cerrar ese apartado, es sencillamente maravilloso ver, cómo esa plana actoral se vincula, los 3 citados en algún momento fueron utilizados por el gigante moderno, Ingmar Bergman, Von Sydow más que los demás, pero queda evidenciado cómo el teatro y el cine sueco forman una tradición casi indivisible, una tradición de la que Sjöberg es célebre y privilegiado representante.
De hecho, son este reparto, Alf Sjöberg había dirigido en 1949, una adaptación teatral de la obra con Ulf Palme e Inga Tidblad en los roles principales.
Para la versión fílmica, no sólo conservó a Palme en su papel, sino que también usó muchos de los diseños de los escenarios.
Mientras Tidblad, de casi 50 años, fue reemplazada por Anita Björk.
En ese momento de 27 años, si bien la interpretación de Tidblad siguió siendo un modelo ideal para el director, y Björk solo sintió que se trataba de su propia interpretación en las escenas exteriores que no estaban en la versión teatral.
Por último, la banda sonora de Deg Wiren, se basa en composiciones festivas en acordeón, románticas al piano, y dramáticas, desprovistas de grandilocuencia y ajustadas a la acción.
Se añaden también algunas polkas, valses y el “Nocturno, Op. 48” de Chopin.
“Allt det visar är att de inte är lite bättre än vi är”
(Todo parece indicar que no somos mejores de lo que somos)
Sobre la carrera del director, Alf Sjöberg, de un modo muy distinto, en 1944 dirigió “Hets”, con guión de Ingmar Bergman.
“Hets” se difundió mucho al ganar La Palme d’Or en El Festival Internacional de Cine de Cannes en 1946.
La película, estuvo producida por el director Victor Sjöström, encargado por entonces de la productora nacional, Svensk Filmindustri.
Luego, hizo algunos filmes intimistas, como “Iris och löjtnantshjärta” (1946) y un filme naturalista, “Bara en mor” (1949)
Sjöberg, volvió a obtener La Palma d’Or por Fröken Julie, la cual fue galardonada junto con un filme de Vittorio da Sica.
Posteriormente, en 1953, dirigió “Barraba”, basada en la novela del premio Nobel, Pär Lagerkvist.
Y su última película, de 1969, “Fadern”, está basada en otra obra de Strindberg, “El Padre”
A pesar de su éxito con apenas 20 filmes, Sjöberg fue, sobre todo, un director de teatro en el Kungliga Dramatiska Teatern, entre 1930 y 1980.
En los años 40, el empezó a dirigir obras teatrales, y durante su carrera llevó a cabo 138 montajes, tanto de obras clásicas de Shakespeare, Molière, Ibsen, Strindberg; como modernas de O'Neill, Brecht, García Lorca y Miller.
En los años 60, además, Sjöberg dio entrada a Brecht en el Dramaten, y en el teatro sueco, gracias a la visita que el propio Sjöberg hizo al Berliner Ensemble de Berlín, unos años antes.
Sjöberg también, fue un pionero en el teatro sueco para la televisión; y murió en un accidente automovilístico, cuando se dirigía a un ensayo en el Dramaten en Estocolmo.
Tenía 76 años.

“Njut av oss några år, så länge vi kan, och sedan... att dö.
Skulle du dö med mig?”
(Disfrutar de unos años, mientras podamos, y luego... morir.
¿Morirías conmigo?)



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