The Zapruder Film

“In retrospect, the reason for the assassination is hardly a mystery.
It is now abundantly clear…”

Existen varias teorías sobre el asesinato del Presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy.
Conocido como JFK, fue el 4º Presidente de EEUU asesinado, después de Abraham Lincoln, James Abram Garfield y William McKinley; y el 8º que murió en ejercicio de sus funciones.
Las Teorías de Conspiración, se generaron poco tiempo después de la muerte de Kennedy, y han continuado surgiendo desde entonces.
Cuando se intenta profundizar sobre este tema, aparece como gran obstáculo, la enorme cantidad de información falsa que hay disponible.
Muchas de estas teorías, proponen una conspiración que envolvería a organizaciones tales como:
El Sistema de Reserva Federal, La Agencia Central de Inteligencia (CIA), La KGB, La Mafia, al Director de La Oficina Federal de Investigación (FBI), J. Edgar Hoover; al Vice-Presidente, Lyndon B. Johnson; y Richard Nixon, incluyendo intereses del ejército y del gobierno de los Estados Unidos, así como también La Organización Masónica, y cubanos exiliados, etc.
En 1964, La Comisión Warren que investigó el asesinato de JFK, concluyó que no había evidencias “persuasivas” que indicaran que Lee Harvey Oswald estaba involucrado en una conspiración para asesinar al Presidente.
Casi de inmediato, los críticos comenzaron a cuestionar las conclusiones oficiales de La Comisión, y escribieron libros atacando tanto a La Comisión como a sus conclusiones.
En 1967, El Fiscal de Distrito de New Orleans, Jim Garrison, arrestó al empresario local, Clay Shaw, y lo acusó de ser parte de una conspiración para matar a Kennedy.
Garrison comienza así, un análisis exhaustivo del crimen, empezando por el supuesto homicida L.H. Oswald.
Encuentra una extraña relación entre Oswald y 2 misteriosos individuos:
David Ferrie, piloto comercial; y Clay Shaw, un hombre de negocios de New Orleans.
Los 3 sospechosos, asistían con regularidad a reuniones destinadas a una operación que fraguaba una futura invasión a Cuba, y la formación de un plan para llevar a cabo el asesinato del Presidente Kennedy.
Tras un juicio largo y controvertido, Shaw fue absuelto por el jurado, después de menos de una hora de deliberación.
Las investigaciones de Garrison, atrajeron a muchos investigadores del país, quienes proveyeron a Garrison de informaciones y teorías.
A estos investigadores, se les concedió acceso a presupuestos del Fiscal de Distrito.
El ejemplo más notable de esto, es el logro de Garrison respecto a la grabación de Abraham Zapruder, que permitió que los miembros del jurado vieran por primera vez la cinta que registraba su asesinato.
Abraham Zapruder, fue un fabricante de ropa femenina estadounidense, de origen ruso, que el 22 de noviembre de 1963 filmó el paso del Presidente John F. Kennedy, a través de La Plaza Dealey, en Dallas, y consecuentemente filmó su asesinato.
La película que filmó, es la única que registró el hecho, casi en su totalidad, y es probablemente, la película doméstica más vista y examinada de la historia.
Zapruder nació en una familia judía rusa, en la ciudad de Kovel del Imperio ruso, ahora Ucrania.
Recibió sólo 4 años de educación formal en Rusia; y en 1920, en medio de la turbulencia de La Guerra Civil rusa, su familia emigró a los Estados Unidos, estableciéndose en Brooklyn, New York.
Estudiando inglés por la noche, encontró trabajo como fabricante de patrones de ropa, en el distrito de prendas de vestir de Manhattan.
En 1933, se casó con Lillian Sapovnik, con quien tuvo 2 hijos.
Zapruder, era un francmasón, y un Inspector General de 33º del Rito Escocés.
En 1941, se mudó a Dallas para trabajar en la industria de la confección, cofundando una compañía llamada Nardis, con Jeanne LeGon.
Así, LeGon diseñaba la ropa, y Abraham Zapruder cortaba los patrones diseñados.
En 1959 la sociedad se rompe, cuando Jeanne contrae matrimonio con George De Mohrenschildt.
Por tanto, Zapruder establece su propia compañía de ropas de mujer, logrando tener 2 subsidiarias:
Chalet y Jennifer Jr.'s
Sus oficinas están justo en el Dal-Tex Building, en La Plaza Dealey, muy próximas al Texas School Book Depository, el edificio desde el que supuestamente disparó Lee H. Oswald.
El 22 de noviembre de 1963, Zapruder filmó la caravana del Presidente John F. Kennedy; y lo hizo desde lo alto de uno de los pilares próximo a la pérgola de la Plaza Dealey.
La película de color de Zapruder, muestra cuando El Presidente es impactado, y forma parte de la investigación oficial posterior.
Charles Hester, Emmett Hudson y Marilyn Sitzman, fueron los únicos testigos situados en el Grassy Knoll, que dieron testimonios sobre la dirección de los disparos, y dijeron que éstos provenían del Texas School Book Depository.
En particular, Marilyn Sitzman, fue testigo presencial del asesinato, porque en aquel momento acompañaba a su jefe, Abraham Zapruder.
De los testigos de oídas, 99 creyeron que todos los disparos se produjeron de Texas School Book Depository, y solo 5 creyeron que se produjeron de 2 lugares distintos, que son La Plaza Dealey, y de una cerca al lado de donde filmaba Abraham Zapruder.
El Comité Selecto de La Cámara de Representantes sobre Asesinatos (HSCA), describió la película de Zapruder, como “la mejor evidencia fotográfica disponible del número, y momento de los disparos que golpearon a los ocupantes de la limusina presidencial”
La película fue “originalmente considerada por la gran mayoría de los teóricos de la conspiración, como prueba incontrovertible de una conspiración”, pero “es quizás, el registro de asesinato más importante”
Tras la filmación del hecho, Zapruder hizo 3 copias:
La primera, la retiró el Servicio Secreto.
La segunda la vendió inicialmente por $50.000 a Life-Time que, tras examinarla, y amplió la compra hasta $150.000 para hacerse con todos los derechos de explotación, iniciando la publicación de fotos individuales, a la vez que impidió que la totalidad de la película fuera vista completamente durante años, y le prometió a Zapruder, no publicar nunca el fotograma 313, el disparo fatal, así como el primero que lo impactó y el segundo en la garganta del mandatario.
Posteriormente, tras el fallecimiento de Zapruder en 1970, Time-Life cedió todos los derechos de la película a su familia, por el precio simbólico de $1.
No obstante, Life publicó unas cuantas imágenes en blanco y negro del film en su edición del 29 de noviembre de 1963, y en su número del 6 de diciembre de ese año, las publicó en color, en una edición especial sobre El Presidente asesinado.
Zapruder, más tarde testificaría ante La Comisión Warren, y participaría en la serie de la CBS, The Warren Report.
A las 9:55pm, tiempo de Dallas, el agente del Servicio Secreto, Maxwell D. Phillips mandó un memo escrito a mano, al Jefe del Servicio Secreto, James Rowley, que decía lo siguiente:
“Según el Sr. Zapruder, la posición del asesino estaba detrás de él”
Ante La Comisión, Zapruder no pudo contener las lágrimas al recordar los hechos, y llegó a decir que “sentía vergüenza de no haber podido ayudar” al Presidente Kennedy.
Abraham Zapruder murió por cáncer de estómago, en Dallas, el 30 de agosto de 1970.
Jim Garrison murió de cáncer en 1992; y Sitzman murió de cáncer, en 1993 a los 53 años, en Mesquite, Texas.
¡Los 3 murieron de cáncer!
La película Zapruder fue mostrada finalmente en televisión, por primera vez en 1975.
Y aunque esta no es la única película del asesinato de Kennedy, es la única película que grabó el rodaje de principio a fin; pues hay películas y fotografías tomadas por al menos 14 fotógrafos en La Plaza Dealey durante el asesinato.
De éstos, el material grabado por Abraham Zapruder, es la grabación visual más completa del incidente.
Todavía hoy, persisten muchas dudas sobre las conclusiones oficiales del gobierno.
Una encuesta realizada por la ABC News, en 2003, mostró que un 70% de los estadounidenses, respondía diciendo que “sospechaban un complot” en el asesinato del Presidente Kennedy.
En definitiva, esto hace de esta película, sin duda, uno de los documentos de vídeo casero, más importantes del siglo XXI; porque en los años de 1960, de las más de 200.000 personas que asistieron a ver el paso de la comitiva presidencial, 1/3 de la entonces población de Dallas; solo un puñado grabó el acontecimiento.
De esos, solo Abraham Zapruder captó el asesinato.
En La Era de los teléfonos inteligentes, en la época en la que la intimidad, prácticamente ha desaparecido de la vida, el mundo estaría ante miles y miles de potenciales Zapruders.
“Huey Long once said:
“Fascism will come to America in the name of anti-fascism”
I'm afraid, based on my own experience, that fascism will come to America in the name of national security”
The Zapruder Film es un cortometraje documental, del año 1963, dirigido por Abraham Zapruder.
Protagonizado por Jacqueline Kennedy, John F. Kennedy, Charles Brehm, Howard Brennan, John Connally, Nellie Connally, William Greer, Bobby Hargis, George W. Hickey, Clint Hill, Jean Hill, Roy Kellerman, Samuel A. Kinney, Paul E. Landis, B.J. Martin, Tim McIntyre, Mary Moorman, Kenneth P. O'Donnell, David F. Powers, John D. Ready, Emory P. Roberts, Phillip L. Willis, Rosemary Willis, Louis Steven Witt, Ralph Yarborough, entre otros.
The Zapruder Film es una película casera, muda, en color, que dura 26.6 segundos, y contiene 486 fotogramas funcionando en 18.3 cuadros por segundo, cuya longitud total es de aproximadamente 3 metros, unos 9 pies; que fue filmada en 8mm por Abraham Zapruder, de la caravana presidencial de John F. Kennedy, a través de La Plaza Dealey en Dallas, Texas, el 22 de noviembre de 1963.
Entonces no había cámaras de televisión filmando el evento, y de no ser por este cineasta aficionado, no tendríamos el momento real de un hecho trascendental.
¿Hubiera sido mejor no haberlo filmado?
El Presidente John F. Kennedy, se muestra montado en un coche de techo abierto, con su esposa y varios otros, saludando a multitudes en la acera; cuando es golpeado por una bala, y se agarra la garganta, mientras los otros reaccionan con sorpresa.
Otro disparo golpea a Kennedy en la cabeza, y lo derrumba.
Instantes después, un agente del Servicio Secreto corre hasta el coche, y la señora Kennedy se sube al baúl trasero, y regresa a la cabina mientras el coche se aleja...
La filmación, es la grabación más completa que se tiene del asesinato del Presidente John F. Kennedy, rodada desde el lado noroeste de Elm St., de frente al sureste.
La caravana de Kennedy se mueve de izquierda a derecha.
Zapruder, filmó la caravana presidencial con la ayuda de su recepcionista, Marilyn Sitzman, quien se encontraba junto a él, sobre un pilar del lado oeste de la pérgola de hormigón en el John Neely Bryan, donde podía observarse la calle Elm Street, en La Plaza Dealey, Dallas, Texas, a las 12:30pm, del 22 de noviembre de 1963.
La película muestra el asesinato, desde que la limusina del Presidente rodea la esquina de la calle Houston Street, hasta que se pierde de vista bajo el triple paso de las vías del ferrocarril.
De gran notoriedad, se aprecia el disparo fatal que hiere a Kennedy en la cabeza, justo cuando la limusina estaba cerca de la posición de Zapruder.
Zapruder, capturó 26,6 segundos de la caravana, en 486 fotogramas de la película de seguridad Kodakrome II de Kodak; incluido el tiro mortal de la cabeza, mientras la limusina pasaba casi directamente delante de la posición de Zapruder y de Sitzman, a 65 pies, unos 20m del centro de la calle de Elm.
La película comienza en el marco 001, desde la visualización de la primera motocicleta de la policía, cuando se vuelve a Elm Street, y termina en el marco 486, con una toma prolongada del túnel, bajo el que el coche desaparece de vista.
Los cuadros 220-225 de la película, son los más estudiados, porque en él, el coche emerge de detrás de la señal de calle.
Las miradas angustiadas en las caras del Presidente Kennedy y el gobernador Connally, revelan que éste era el momento del segundo disparo, el primer golpe certero.
El Presidente, es golpeado en la cabeza en el marco 312, y parte de su materia cerebral y sangre, rocía hacia adelante en el marco 313.
El periodista de la CBS, Dan Rather, quien luego se convertiría en el principal conductor de noticieros de la cadena, fue el primero en reportar su existencia del filme, después de haberla visto.
La película, primero fue llevada a la estación de televisión de Dallas, WFAA-TV para su revelación inmediata; siendo también una de las primeras emisoras de televisión en transmitir el video, en 1975, durante un episodio del programa de noticias de investigación, Goodnight America, de Geraldo Rivera.
En su show nocturno de la cadena ABC, de la mano de 2 conocidos críticos de La Comisión Warren, Robert Groden y Dick Gregory, mostraron las imágenes que estremecieron a una sociedad en plena crisis por El Escándalo Watergate, y la dimisión de Nixon.
Se atribuye así al impacto social que causó la difusión por televisión nacional de la película, por decisión de La Cámara de Representantes, de abrir en 1976, la segunda y última investigación oficial sobre el asesinato.
Por ello, un mes más tarde, Time Inc., vendía la película original, con sus derechos, a la familia Zapruder, por el precio simbólico de 1$
Time, quería donar la película al Gobierno, pero la familia no dio su consentimiento, aunque posteriormente, en 1978, la cedieron a Los Archivos Nacionales para su preservación y seguridad, pero conservando su propiedad y todos los derechos.
Por su parte, el director de cine, Oliver Stone, que llevó a la gran pantalla la película “JFK” en 1991, pagó $85.000 a los Zapruder, para poder utilizar la filmación en su película.
En octubre de 1992, El Presidente George Bush, firmó un decreto por el cual, todos los archivos existentes sobre el asesinato de Kennedy, pasaban a ser propiedad del Gobierno de Estados Unidos.
Cuando la familia Zapruder solicitó que le fuese devuelto el original, en 1993 y 1994, Los Archivos Nacionales denegaron la petición.
En abril de 1997, se confirmaba oficialmente la propiedad del gobierno sobre la película, confirmando su interés nacional, aunque finalmente se pagó a la familia, la suma de $16 millones en 1999, que mantenía los derechos de explotación.
Ese mismo año, la película fue copiada a formato digital, y restaurada con licencia de la familia.
En diciembre de ese año, la familia Zapruder donó los derechos de la película, junto con una de las 2 primeras copias realizadas la misma tarde del asesinato, y otras copias y ampliaciones posteriores de fotogramas efectuados en su día por la revista Life, al The Sixth Floor Museum, situado en La Plaza Dealey, en la que tuvieron lugar los hechos.
Sin embargo, hoy en día, los Zapruder no conservan ningún derecho sobre la filmación, que pertenece íntegramente al museo.
La película original, se encuentra hoy resguardada en una sección de Los Archivos Nacionales, en College Park, Maryland, a las afueras de Washington.
El Archivo Nacional, almacenó la película en nombre de los herederos de Zapruder, pero desde entonces, ha utilizado una compensación de dominio eminente para apropiarse de la película, y ahora es dueña del original, y sus copias son ahora de dominio público.
Mientras las otras evidencias, como los trajes del Presidente y La Primera Dama, se conservan en la sede central de Los Archivos Nacionales, en College Park, Maryland.
El traje rosa de Jackie, que está todavía ensangrentado, se encuentra en una habitación especial, donde el aire se cambia 6 veces por hora, y siempre hay un 40% de humedad, para mantener su conservación.
Por decisión de su hija, y única sobreviviente, Caroline Kennedy, el traje no se podrá mostrar en público, al menos hasta el año 2103.
Un extremo que concuerda con la actitud de La Familia Kennedy, en relación con otros objetos ligados al Magnicidio.
La película de Zapruder, en definitiva, es la más notable, y también una de las más terribles películas de cine de aficionados que se han hecho.
Cuando la ves, lo que estás viendo es literalmente el curso del cambio de la historia del mundo, ante sus ojos.
Uno de los hombres más poderosos del mundo, en ese momento es asesinado de manera espantosa, cuando la cabeza de Kennedy, literalmente explota, y las secuelas impactante que le siguieron.
Lo que me parece notable de ello, es lo rápido que pasa, desde la parte superior de la calle Elm, donde Kennedy está sonriendo y saludando; a cuando se pone cerca del paso subterráneo, siendo cuando la vida es sacada fuera de él, en un instante.
Otra cosa sorprendente acerca de la película, es el lento actuar del Servicio Secreto, que estaban en la protección de su jefe, pues vemos ninguna reacción por parte de ellos, después del evento, cuando ya es demasiado tarde.
La película no es agradable de ver, pero su importancia para la historia de EEUU y el mundo, es irrefutable.
“His head was so beautiful.
I tried to hold the top of his head down, maybe I could keep it in... but I knew he was dead”
Nada muestra tan claramente el crecimiento del escepticismo en el siglo XX, como nuestra actitud hacia el documental.
El surgimiento del documental hacia los años 1920, como género cinemático reconocido, heredó la confianza ingenua en la veracidad de la imagen como autentica representación de lo real.
Hoy, ya no vemos las cosas de esta manera.
El documental, ha sucumbido al descreimiento general, en la posibilidad de una verdad objetiva, y al ascenso de un muy inexacto concepto de relativismo.
En el centro de la pregunta acerca del documental, yace la cuestión del valor de verdad de la imagen.
El carácter del problema, está claramente expuesto en el ejemplo del registro Zapruder, con los segundos de filmación en 8mm del asesinato de Kennedy, registrados por un cineasta aficionado, que conforma la principal evidencia visual del evento.
Como emblema del valor de verdad en la imagen documental, esta interpretación del registro Zapruder, nos lleva de vuelta hacia los valores del cine directo, la forma de observación documental practicada sistemáticamente, por primera vez en los Estados Unidos, en los años anteriores al asesinato de Kennedy, por los realizadores asociados con Robert Drew, incluyendo a Pennebaker, Leacock y los hermanos Maysles; para distinguirla del, a menudo asociado con el cinema verité, un movimiento nacido en Francia, con un film realizado por un sociólogo y un antropólogo, quien también era un cineasta etnográfico, “Cronique d’un eté”, de Jean Rouch y Edgar Morin.
Estos films, eran los primeros en ser realizados con las nuevas cámaras portátiles, equipadas con sonido sincrónico móvil, las que irían igualmente a revolucionar el reportaje televisivo.
La diferencia entre el directo y el verité, es la crítica:
El primero cree posible llegar a la verdad, reduciendo tanto como sea posible la intervención del realizador; mientras el último propone que la verdad solo surge de llevar adelante la intervención del realizador.
El periodismo ciudadano, periodismo participativo, periodismo público o periodismo democrático, es un movimiento en el que son los propios ciudadanos quienes se convierten en informadores.
En el momento del asesinato, Abraham Zapruder era un admirador del Presidente Kennedy, y se consideraba un demócrata.
La empresa de confección de Zapruder, estaba ubicada en el edificio Dal-Tex, en la calle 501 Elm, a una cuadra de Dealey Plaza, a través de la cual pasaría la caravana presidencial, el 22 de noviembre de 1963.
El edificio Dal-Tex, se encuentra al otro lado de la calle del Texas School Book Depository.
Ese día, Abraham Zapruder, llegó al trabajo esa mañana sin su cámara de cine de 8mm, cuando decidió no filmar la caravana, porque estaba lloviendo esa mañana…
A media mañana, la lluvia había desaparecido, y la secretaria de Zapruder, Lillian Rogers, lo animó a regresar a casa, para recuperar su cámara, y filmar la caravana.
La cámara de cine de Zapruder, era una de 8mm Bell & Howell Zoomatic Director Series, Modelo 414 PD-top, comprada en 1962.
Era una cámara automática de resorte, con un objetivo zoom Varamat 9-27mm f1.8, configurado para un primer plano completo.
La película era de color Kodachrome II de acciones corriendo a 18,3 cuadros por segundo.
El material filmado, se ejecutó durante 26 segundos, lo que es notable, porque cada devanado del muelle principal de la cámara, dura sólo 30 segundos.
Así las cosas, Zapruder inicialmente decidió filmar la caravana desde la ventana de su oficina, pero más tarde decidió filmar desde Dealey Plaza, pues el ángulo era mejor.
Él eligió un pilar de concreto, que se extiende desde un muro de contención que formaba parte de la pérgola de hormigón John Neely Bryan, en la colina de hierba al norte de Elm Street, en Dealey Plaza.
Su empleada, Marilyn Sitzman, se ofreció a unirse a Zapruder, ya que sufría de vértigo, y estaba preocupado por pararse en el pilar sin ayuda.
Sitzman y Zapruder, treparon sobre el pedestal de 1,2 metros, unos 4 pies de altura.
Mientras Sitzman se encontraba detrás de Zapruder, y sostenía su abrigo para estabilizarlo, Abraham comenzó a filmar la caravana presidencial, mientras giraba en Houston Street hacia Elm Street.
Zapruder explicó, cómo estaba grabando, cómo veía a Jacqueline y al Presidente, saludar a la gente a su paso, cuando de repente, observó que Kennedy se desplomaba sobre su mujer, sin entender qué estaba pasando…
Fue entonces, cuando oyó una segunda detonación:
“Vi cómo se le abría la cabeza, y empecé a chillar:
¡Lo han matado, lo han matado!
Y seguí filmando hasta que el coche desapareció bajo el puente”
Por el filme, se notan que las heridas en Connally, fueron 3:
Una en la espalda, una en el radio, y una en la rodilla; mientras que JFK tiene una en la espalda, otra en la garganta, y la mortal, en la cabeza; sin contar con otro disparo que rebotó en la acera, y rozó el mentón de James Tague, un militar retirado que pasaba por allí.
Pero las imágenes captadas por Zapruder, demostrarían de nuevo su fuerza, al ser contextualizadas en la obra de ficción, basada en hechos reales:
La película “JKF” de Oliver Stone, realizada 1991.
“¡Hacia atrás y hacia la izquierda!
¡Hacia atrás y hacia la izquierda!”
Ese era el fotograma 313.
Este y los anteriores, mostraban el violento impacto de una bala en la cabeza del Presidente, que la lanzaba hacia atrás y hacia la izquierda.
Por tanto, el tirador estaba delante y a la derecha, en el ominoso montículo arbolado, justo detrás desde donde, a media ladera, filmaba Zapruder.
Era la prueba de que existía un segundo tirador, por tanto, llana y simplemente una conspiración.
Zapruder recordaría más adelante, que él sabía inmediatamente, que la herida del Presidente Kennedy era fatal, como él dijo:
“La cabeza del Presidente explotó como un petardo”
Tras la grabación, caminando de nuevo a su oficina, en medio de la confusión, Zapruder se encontró con el reportero del Dallas Morning News, Harry McCormick, que estuvo de pie, cerca de Zapruder, y notó que había filmado la caravana.
McCormick, estaba familiarizado con el agente Forrest Sorrels de la oficina de Dallas del Servicio Secreto, y se ofreció a llevar a Sorrels, a la oficina de Zapruder.
Zapruder aceptó, y regresó a su oficina.
McCormick, más tarde encontró a Sorrels fuera de la oficina del Sheriff, en Main y Houston, y juntos fueron a la oficina de Zapruder.
Zapruder, accedió a entregar la película a Sorrels, con la condición de que se utilizara sólo para la investigación del asesinato.
Los 3, llevaron entonces la película a la estación de televisión WFAA, para ser revelada.
Después de que se dieron cuenta, de que WFAA no pudo revelar las imágenes de Zapruder, la película fue llevada a la planta de procesamiento de Eastman Kodak en Dallas, donde se reveló inmediatamente, esa misma tarde.
Como el proceso de Kodachrome requiere diferentes equipos para la duplicación, que para un revelado simple, la película de Zapruder no se reveló hasta alrededor de las 6:30pm.
La película original, fue llevada a la Jamieson Film Company, donde se expusieron las 3 copias adicionales.
Estas, fueron devueltas a Kodak, alrededor de las 8pm para su procesamiento.
Zapruder, por su parte, se guardó el original, más un ejemplar, y entregó los otros 2 ejemplares a Sorrels, quien los envió al Cuartel General del Servicio Secreto en Washington.
Por su parte, Marilyn Sitzman, registró sobre la dirección de los tiros que ella oyó, indicando que vinieron de la dirección del depósito de libro de la escuela de Texas; y rechazó la teoría de que uno o más disparos, venían de detrás de la cerca de una altura de 5 pies, unos 1,5m de altura sobre la loma:
“Y estoy segura de que si el segundo disparo hubiera venido de un lugar diferente, y la supuesta teoría es que estarían mucho más cerca de mí, y del lado derecho, habría oído el sonido del arma mucho más cerca, y probablemente tendría un zumbido en mi cabeza, porque la cerca estaba muy pero muy próxima de donde estábamos de pie”
Entre Sitzman y la valla de empalizadas, había una alcantarilla de hormigón en forma de L, de 3,3 pies de altura, aproximadamente 1m, a lo largo del camino desde la escalera hasta la colina, hasta el área detrás de la pérgola.
Algunos investigadores de asesinatos, que estudiaron formas vagas en una fotografía tomada por Mary Moorman, de enfrente, justo después del disparo fatal, vieron al llamado “hombre de la insignia”, apuntando a un rifle de esta área.
Otra persona, Gordon Arnold, en 1978 afirmó que él había estado parado en esa área, tomando una película de la caravana.
El “hombre de la insignia”, es el nombre dado a una silueta que algunos investigaciones del Asesinato de John F. Kennedy, consideran el asesino del Presidente, y que aparece en una polaroid tomada por un testigo del magnicidio.
En la fotografía de Moorman, la 5ª que sacó ese día, se identifica a todos los ocupantes de la limusina presidencial, y a algunos otros testigos, incluyendo a Abraham Zapruder, que estaba grabando su película, 2 escoltas en moto, y buena parte del área conocida como “grassy knoll”
Se cree que la imagen corresponde al fotograma Z-315 o Z-316 de la película de Zapruder, menos de 1/6 de segundo después de la explosión de la cabeza del Presidente.
En la foto de Moorman, el área cubierta por el “hombre de la insignia”, representa algo menos de 0,7cm²
En 1982, Gary Mack, Comisario veterano, y archivero del Sixth Floor Museum de La Plaza Dealey, que en la época del asesinato, era un depósito de libros; afirmó haber descubierto la identidad del “hombre de la insignia”
Fue él, quien acuñó esta denominación, al identificar en la imagen, a un sujeto con uniforme, una placa metálica en el pecho, y las insignias policiales de hombro.
Esta persona, llevaba la cabeza descubierta, tenía el pelo corto, y parecía de raza caucásica.
Los investigadores afirmaron, que mediante técnicas de análisis fotogramétricos, se podía establecer su posición bajo el roble del “grassy knoll”, a 1 metro de distancia del muro de contención, tras la cerca de madera orientada en dirección N-S.
Un reflejo de luz filtrado entre las hojas de los árboles, se ha interpretado como el humo del cañón de un fusil recién disparado, cuya bala debió haber pasado a 1 metro de altura sobre el muro.
Otros investigadores sostienen, que la imagen del “hombre de la insignia”, es en realidad, el destello de una botella de gaseosa, que alguien dejó sobre el muro…
Marilyn Sitzman, que estaba a unos metros del muro de contención, declaró haber visto a una pareja negra, almorzando en un banco bajo ese muro, y creyó oír el sonido de una botella rompiéndose después del paso de la comitiva.
Las fotos y películas, muestran una botella en lo alto del muro…
En los años posteriores al asesinato, Sitzman fue entrevistada por varios investigadores y escritores.
Sin embargo, La Comisión Warren, una Comisión Presidencial nombrada por el Presidente Lyndon B. Johnson para investigar el asesinato, nunca entrevistó a Sitzman.
Cuando más tarde se le preguntó, por qué nunca fue llamada ante La Comisión, Sitzman declaró:
“Porque era los años 1960, era mujer y joven.
Yo era irrelevante”
El 24 de septiembre de 1964, se publicó un informe de 888 páginas, que concluyó que no había pruebas de una conspiración, y Lee Harvey Oswald, un ex Marine de los Estados Unidos, que fue arrestado en relación con el disparo del agente de policía de Dallas, J.D. Tippit, que fue tiroteado por Oswald en el barrio de Oak Cliff después del atentado; y más tarde se convirtió en sospechoso del asesinato, actuó solo al matar al Presidente Kennedy, y al Oficial Tippit.
Según Vincent Bugliosi, como muchos otros investigadores del asesinato, dicen que la película Zapruder es una “falsificación sofisticada”
Entre los que creen que ha sido alterada, se encuentran:
John Costella, James H. Fetzer, David Lifton, David Mantik, Jack White, Noel Twyman, y Harrison Livingstone, quien lo ha calificado como “el mayor engaño del siglo XX”
En 1996, Roland Zavada, ex ingeniero de productos de Kodak, fue solicitado por La Junta de Revisión de Registros del Asesinato, para realizar un estudio técnico exhaustivo de la película Zapruder.
Zavada llegó a la conclusión, de que no había evidencia detectable de manipulación o alteración de la imagen en el filme de Zapruder, ni en la cámara original.
Por su parte, David Lifton, escribió que la película de Zapruder, estaba en posesión del Centro Nacional de Interpretación Fotográfica de La CIA, la noche del asesinato.
Jack White, investigador y consultor fotográfico del Comité Selectivo de Asesinatos de La Cámara de Representantes, afirmó que hay anomalías en la película de Zapruder, detectó un “movimiento anormal y un cambio de enfoque en ciertas secuencias de marco”; inclusive se cree que faltan fotogramas, y que hubo algunas secuencia montadas posteriormente en sets de filmación, etc.
Cuando la película Zapruder fue lanzada públicamente en 1975, muchas personas asumieron que la señora Kennedy saltó en el maletero, después del tiroteo, porque ella estaba asustada, y tratando de salir del camino…
Algunos años más tarde, el agente del Servicio Secreto que saltó sobre el parachoques y el maletero, reveló que en realidad, ella estaba tratando de recuperar pedazos del cerebro del Presidente, que habían aterrizado en la parte trasera del coche.
Estos segundos del filme de Zapruder, son sin lugar a dudas, los más difíciles de ver, simplemente porque registran un hecho increíble:
Todos los momentos claves del asesinato, capturados desde una muy buena ubicación.
Para un cineasta aficionado con vértigo, Zapruder hizo un trabajo muy loable, de capturar la escena, incluso cuando sobrevino el caos, y haber captado también a otros sujetos como:
El Hombre del paraguas y el hombre con el perro negro…
No es de extrañar, que este video haya sido fuente de tantos presuntos “avistamientos” y teorías de la conspiración.
Aunque horrible, también es fascinante, y no se puede dejar de mirar de cerca, a la película, para tratar de ver lo que otros han visto, o para detectar algo nuevo, hasta los cuadros cuando el Presidente es fusilado de manera más horripilante.
Si bien, el significado histórico de esta película, está más allá de la crítica, también se debe dar a Zapruder, el crédito por su brillante cinematografía.
Primero, escogió uno de los mejores lugares para conseguir su grabación.
¿Premeditado?
Dado que sufría de vértigo, también debía atribuirse su disposición a sacrificar su propio bienestar personal, al servicio del arte.
Aunque no fue capaz de obtener una toma total, por encima de la señal Stemmoms Freeway, es suficiente con lo que registró.
Segundo, es la decisión de su director, de cortar, cuando se dio cuenta de que había filmado la caravana demasiado pronto.
Esto significaba, que prácticamente, todo el asesinato estaría cubierto en la asignación de 30 segundos, cubierta por el mecanismo de accionamiento de la cámara.
¿Qué haya cortado lo suficiente para capturar el asesinato, fue deliberado?
El hecho de que fue capaz de seguir rodando, tras el disparo hasta que la limusina desapareció, notar que él mismo estaba reaccionando a los eventos de manera tranquila, sin temblor en el registro del encuadre… debió ser premiado, aunque de manera infame, por un premio de fotografía de prensa.
Tras los hechos, la noche de aquel fatídico viernes 22 de noviembre, uno de los días más sombríos de la historia de EEUU, Zapruder regresó a su casa, preparó su proyector, y mostró la cinta original a su mujer y su yerno.
Su hija, Myrna, se negó a verla…
Aunque Abraham Zapruder sacó provecho de la venta de la película, estaba tan perturbado por la pesadilla que había filmado, él no volvió a tener ni usar otra cámara de nuevo:
“Me despertaba, y revivía el momento, una y otra vez.
Tenía pesadillas”, declaró Zapruder, tras admitir llorando que había visto su propia película demasiadas veces.
Zapruder, siempre conocido entre sus compañeros como un hombre amable, donó el primer pago de la película, a la viuda del oficial J.D. Tippit, el oficial de policía de Dallas, que fue asesinado poco después, y en relación con el asesinato de Kennedy.
Si eliminaron a Lee Harvey Oswald, a Jack Ruby, a David Ferrie, a Eladio del Valle, a Guy Banister, al pobre agente Tippit, y a los testigos que supuestamente habían visto algo raro…
Si manipularon las fotos, y la información sobre Oswald, hicieron una falsa autopsia, limpiaron la limusina de rastros orgánicos, colocaron una bala falsa en la camilla donde estaba el cuerpo del Presidente, y contaban con la complicidad de La CIA, La Mafia, los cubanos de Miami, y del mismo Lyndon B. Johnson…
¿Por qué no se deshicieron de la película de Abraham Zapruder?
Esta película induce a pensar, que algo raro pasó, que lo que se muestra, daría alas a cualquiera que quisiera investigar.
Una explicación sería, siguiendo con la conspiración, diría que la película no muestra nada comprometedor, y que se permitió su difusión para despistar; y otra, derivada de esta, es que la película fue manipulada, eliminando todo aquello realmente peligroso para los conspiradores, y se difundió una copia para que los medios y la gente perdiera el tiempo elucubrando sobre el famoso fotograma 313.
Con la película Zapruder, nos damos cuenta que no representa un asesinato a punto de comenzar.
La película demuestra, que ya había comenzado.
“Personally, I don't want to be calm about the assassination of John F. Kennedy.
I don't want to be calm about a president of my country being shot down in the streets”
Jim Garrison, se basaba en el hecho de que las medidas de seguridad fueron mínimas, entre ellas, el hecho de viajar en una limusina descubierta, o que el coche tuviera que reducir drásticamente la velocidad, por el giro en la calle Elm.
Todos estos indicios, aparte de la propia chapuza de investigación realizada por el gobierno de los Estados Unidos, testigos que se obviaron, o cuyas declaraciones se modificaron, detalles pasados por alto... y el hecho de que Oswald, probablemente perteneció a La CIA, apuntarían, según Garrison, a una conspiración a nivel de Los Servicios Secretos de EEUU, implicando a La CIA, El FBI, el ejército, y, aceptando a posteriori los hechos, al mismo Lyndon B. Johnson, que habría matado a Kennedy para evitar su política de desmilitarización, progresiva disminución de tropas en La Guerra de Vietnam; todo ello suponía la pérdida de una gran fuente de ingresos para empresas asociadas al ejército y, en definitiva, la pérdida de poder de Los Servicios Secretos y el Ejército, que durante la época de Eisenhower, habían sido los verdaderos definidores de la política nacional, y la hegemonía mundial.
De esta teoría, no sólo se han hecho eco aquellos que sospechan regularmente de las truculencias a las que son capaces instituciones y autoridades que se encuentra por fuera del alcance del control ciudadano, lo que ha venido a configurarse como, teoría de la conspiración.
De hecho, ya ha habido algún prestigioso periodista de EEUU, que ha defendido la tesis acerca de que la guerra ha sido, durante muchos años, uno de los grandes motores económicos de EEUU, siendo la presencia de un Kennedy, que planeaba incluso la salida de Vietnam, un factor que ponía en peligro esa política de contiendas iniciada en La Segunda Guerra Mundial, y que persistiría a lo largo de La Guerra Fría, Vietnam, Corea, Nicaragua, incluso Irak, y Afganistán…
En una encuesta celebrada en los años 1990, más de la mitad de los estadounidenses, no creían que el asesinato de JFK hubiera sido llevado a cabo por una sola persona, sino mediante una trama conspirativa.
Jim Garrison, llegó incluso a llevar a juicio a uno de los supuestos implicados en el caso, a Clay Shaw, alias Clay Bertrand, pero éste fue absuelto, aunque años más tarde se admitiría, en contra de lo que se afirmó en su día, que el acusado había trabajado para La CIA.
HOY, John Fitzgerald Kennedy cumpliría 100 años...
Considerado el hombre más importante del siglo XX; su asesinato es el mayor testimonio de que los EEUU, la mayor democracia del mundo, está gobernada por una elite que se sostiene en el poder a toda costa, aún en base al asesinato y Golpes  de Estado.
Y es que nunca un Presidente de EEUU, fascinó tanto con su vida y su personalidad, como John F. Kennedy.
Su legado, llamado “La Presidencia de Camelot”, creó una mitología a su alrededor, que aún hoy sigue alimentando la consciencia colectiva.
Icono de los años 60, por su talento para la política, a la cabeza de un poderoso clan, con una doble vida, y protagonista de sonados romances, la leyenda de JFK, permanece más viva que nunca.
Todo el mundo conoce, cómo no, el trágico final de JFK, el 22 de noviembre de 1963, cuando recibió varios impactos de bala en el centro de Dallas, Texas; que segaron su vida a la edad de 46 años, un vil asesinato grabado a fuego en la memoria colectiva del mundo.
Los 3 balazos que acabaron con él, fueron el principio de una leyenda en la que, como suele ocurrir, hechos superpuestos a la objetividad de la persona, fueron creando una neblina que enterró al personaje entre los destellos pirotécnicos de la emotividad.
Si a eso se une los rumores de “una gran conjura”, que supuestamente utilizaría al inestable Lee H. Oswald como marioneta, ya se entiende que era inevitable que la figura del joven Presidente fuera engrandecida por todos aquellos a los que hizo soñar con un mundo nuevo; lo que me recuerda las palabras del Fiscal, James Carothers “Jim” Garrison, que llevó a juicio a uno de los supuestos implicados, Clay Shaw, alias Clay Bertrand, cuando dijo:
“¿Quién llora a Lee Harvey Oswald?
Enterrado en una lápida barata que reza “Oswald”...
¡Nadie!
En cuestión de minutos, supuestas informaciones sobre él recorrieron el mundo, ya se ha creado una leyenda oficial, y los medios de comunicación empiezan a trabajar:
Las relucientes mentiras oficiales, y el esplendor épico del funeral de Kennedy, confundirían a cualquiera…
Cuanto mayores son las mentiras, si están bien disfrazadas, más las cree el pueblo:
Lee Harvey Oswald, un loco solitario, que quería llamar la atención, y lo consiguió matando al Presidente.
Fue el primero de una larga lista de cabezas de turco… más tarde vendrían Bobby Kennedy, Martin Luther King... hombres cuya entrega a la paz y a una vida mejor, los convertiría en un peligro para aquellos que nos han entregado a la guerra... también les matarían locos solitarios que hacen que nadie se sienta culpable, porque el asesinato, es el acto de un desequilibrado...
En este país, todos somos “Hamlet”, hijos de un padre asesinado por los que aún se sientan en El Trono.
El fantasma de John Fitzgerald Kennedy, nos enfrenta al asesinato secreto del “Sueño Americano”, nos obliga a responder unas preguntas terribles:
¿Qué es La Constitución?
¿Cuánto vale la ciudadanía?
O más aún:
¿Cuánto vale nuestra vida?
¿Qué futuro tiene una democracia, cuyo Presidente puede ser asesinado en circunstancias terriblemente sospechosas, mientras la maquinaria legal ni siquiera se inmuta?
¿Cuántos asesinatos de políticos, disfrazados de ataques al corazón, suicidios, cáncer, sobredosis… nos quedan por ver, cuántos aviones y coches se estrellarán hasta que se sepa, qué es lo que realmente esconden?
“La traición no prospera”, escribió un poeta inglés.
¿Y por qué?
Porque si prospera, nadie se atreve a llamarlo “traición”
El pueblo de EEUU aún no ha visto muchas de las pruebas mostradas en el juicio.
¿Por qué?
Existen miles de documentos que podrían probar que hubo una conspiración.
Entonces:
¿Por qué los retiene o quema el gobierno?
Cada vez que mi oficina o ustedes, el pueblo, han hecho estas preguntas, la respuesta desde arriba, siempre ha sido “Seguridad Nacional”
¿Qué clase de Seguridad Nacional es esa, si pueden quitarnos a nuestros líderes?
¿Qué clase de Seguridad Nacional permite que se arrebate el poder de las manos del pueblo, y legaliza la ascendencia de un gobierno invisible en EEUU?
Ese tipo de Seguridad Nacional, señores, cuando huele, se mueve y actúa así, es algo que se llama Fascismo.
Denuncio que lo ocurrido el 22 de noviembre de 1963, fue un Golpe de Estado, el resultado más directo y trágico, fue revocar la decisión del Presidente Kennedy, de retirar nuestras fuerzas de Vietnam:
La guerra, señores del jurado, es el mayor negocio de EEUU, con un gasto de $80 billones al año.
El asesinato del Presidente Kennedy, fue una conspiración planeada con antelación en las esferas más altas de nuestro gobierno.
Fue llevado a cabo por asesinos disciplinados y fanáticos, pertenecientes al aparato secreto del Pentágono y de La CIA.
Fue una ejecución pública, hecha por individuos de la misma calaña, pertenecientes a la policía de Dallas, al Servicio Secreto, al FBI, a La Casa Blanca, sin descartar a J. Edgar Hoover, ni al Presidente Johnson, a quien considero cómplice posterior al hecho.
El asesinato, convirtió al Presidente en un cargo transitorio:
Su trabajo, su cometido fue hablar cuántas veces pudo del deseo de esta nación por la paz, mientras servía de intermediario en El Congreso para los militares y los fabricantes de armas.
Algunos dicen que estoy loco, que soy el típico trepador del sur, pero hay una forma sencilla de saber si soy un paranoico:
Basta con pedir a los 2 hombres que más ganaron con el asesinato:
Al Presidente Johnson, y al Presidente, Richard Nixon, que liberen los 51 documentos de La CIA referentes a Lee Harvey Oswald, o el informe secreto de La CIA, referente a las actividades de Oswald en Rusia, que “casualmente” fue destruido al ser fotocopiado…
Esos documentos les pertenecen, pertenecen al pueblo.
¡Los han pagado!
Pero como El Gobierno nos toma por niños que podrían sentirse abrumados o incapaces de hacer frente a la realidad, o quizás porque acabaríamos linchando a los responsables; no podremos ver esos documentos hasta dentro de 75 años.
Tengo más de 40 años.
Con toda seguridad, ya no estaré en esta tierra para entonces, pero le he dicho a mi hijo de 8 años, que se mantenga en forma para que, una maravillosa mañana de Septiembre del año 2038, pueda entrar en Los Archivos Nacionales, y descubrir lo que sabían La CIA y El FBI...
Aun así, es posible que lo retrasen, quizá se convierta en un asunto generacional, con preguntas pasadas de padres a hijos, de madres a hijas... pero algún día, en algún lugar, quizás alguien descubra la maldita verdad.
Más nos vale, más nos vale...
Si no habrá que construir una nueva forma de gobierno.
Un naturalista estadounidense dijo:
“Un patriota siempre debe estar dispuesto a defender a su país... aun en contra de su gobierno”
No me gustaría estar en su lugar, miembros del jurado, tienen mucho qué pensar, han visto pruebas desconocidas para el pueblo.
¿Saben?
Pensando en cuando éramos niños, creo que la mayoría de nosotros pensábamos que la justicia era algo automático, que la virtud ya era una recompensa en sí misma, que el bien triunfaría sobre el mal...
Pero con el paso del tiempo aprendemos que eso no es verdad; cada ser humano debe crear la justicia, y eso no es fácil, porque a menudo, la verdad es una amenaza para el poder... y luchar contra el poder, conlleva grandes riesgos.
Aquí, encima de mi mesa tengo $8.000, que fueron enviados a mi oficina por gente de todo el país:
25 centavos, medio dólar, $1...
Mandado por amas de casa, fontaneros, vendedores de coches, maestros... gente que no tiene dinero, pero que lo manda a pesar de eso:
Son los que conducen los taxis, los celadores de hospitales, los que ven a sus hijos enviados a Vietnam...
¿Por qué?
¡Porque les importa!
Porque quieren saber la verdad, porque quieren que les devuelvan su país.
Mientras el pueblo tenga el valor de luchar por lo que cree.
No hay otro valor más importante por el que luchar, que la verdad, porque si la verdad no perdura, si El Gobierno asesina la verdad, si no podemos respetar a los ciudadanos, entonces, entonces este no es el país en el que yo nací, y no es el país en el que quiero morir.
“La autoridad olvida a los reyes moribundos”
Nunca tan cierto para John Fitzgerald Kennedy, cuyo asesinato fue probablemente, uno de los momentos más terribles en la historia de nuestro país.
Nosotros, el pueblo, el juzgado que juzgará este caso, representamos la esperanza de la humanidad frente al poder gubernamental.
Señores del jurado, al cumplir su deber, al lanzar una condena contra este castillo de naipes, no pregunten:
¿Qué puede hacer este país por nosotros?
Pregunten:
¿Qué podemos hacer nosotros por él?
No olviden que hay un rey moribundo.
Demuestren al mundo, que este sigue siendo un gobierno por el pueblo, para el pueblo, y con el pueblo.
No habrá nada tan importante en toda su vida.
Depende de ustedes”
Dante dijo una vez, que “los lugares más calientes del infierno, están reservados para aquellos que en tiempos de crisis moral, mantienen su neutralidad”
JFK dijo:
“A quienes mucho se ha dado, mucho les será exigido.
Y cuando en el futuro, El Supremo Tribunal de La Historia delibere para emitir su juicio sobre cada uno de nosotros, examinando si en nuestro breve tiempo de servicio cumplimos nuestras responsabilidades o no, nuestro éxito se medirá por las respuestas a estas 4 preguntas:
¿Fuimos hombres de valor?
¿Fuimos hombres de criterio?
¿Fuimos hombres íntegros?
¿Nos entregamos verdaderamente a nuestra labor?
Estas son las cualidades que, con la ayuda de Dios; este hijo de Massachusetts espera caractericen en lo futuro la conducta de nuestro gobierno”
John Fitzgerald Kennedy, sigue muriendo, una y otra vez en la película de Zapruder.

“They were gunning the motorcycles.
There were these little backfires.
There was one noise like that.
I thought it was a backfire.
Then next I saw Connally grabbing his arms and saying:
“No, no, no, no, no”, with his fist beating.
Then Jack turned and I turned.
All I remember was a blue-gray building up ahead.
Then Jack turned back so neatly, his last expression was so neat... you know that wonderful expression he had when they'd ask him a question about one of the ten million pieces they have in a rocket, just before he'd answer.
He looked puzzled, then he slumped forward.
He was holding out his hand…
I could see a piece of his skull coming off.
It was flesh-colored, not white, he was holding out his hand…
I can see this perfectly clean piece detaching itself from his head.
Then he slumped in my lap, his blood and his brains were in my lap…
Then Clint Hill, the Secret Service man, he loved us, he made my life so easy, he was the first man in the car…
We all lay down in the car…
And I kept saying:
“Jack, Jack, Jack”, and someone was yelling:
“He's dead, he's dead”
All the ride to the hospital I kept bending over him, saying:
“Jack, Jack, can you hear me, I love you, Jack”



Comentarios

  1. Lástima que había una lámina que oculta supuestamente otro disparo. Es un letrero antes que JFK se quejará de algo en la garganta. Y se me hace que el disparo decisivo vino desde una alcantarilla. De abajo así la cabeza va hacia atrás y a la izquierda.

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