The Knack ...and How to Get It

“Some have it, Some Don't”

Durante buena parte de la década de los años 60 del siglo XX, Londres era como un gigantesco polo magnético que atraía a jóvenes bellos, y con ganas de demostrarlo.
Fue quizás, la primera ciudad en la que surgió una cultura, y también un mercado orientado hacia los menores de 30 años.
Turbulenta, sin frontera entre noches y días, era la alternativa europea al sueño hippie de “paz, amor y drogas” pero a diferencia del otro epicentro, como la California estadounidense, Londres tenía niebla y humedad, lo que permitía lucir con mayor lógica los abrigos de pieles afganas.
Desde más o menos 1965, aquella burbuja de frenesí, fue bautizada como “Swinging London”, del verbo “to swing”, que significa “balancearse”, pero también “ritmo” e “intercambio de parejas en fiestas sexuales”
El “Swinging London” es entonces un término general, que se aplica a la escena de la moda y la cultura que floreció en Londres en la década de 1960; un fenómeno orientado a la juventud, que hacía hincapié en lo nuevo y moderno.
Fue un período de optimismo y hedonismo, y una revolución cultural.
Un catalizador, fue la recuperación de la economía británica después de la austeridad post-Segunda Guerra Mundial, que se prolongó durante gran parte de la década de 1950.
El periodista Christopher Booker, uno de los fundadores de la revista satírica Private Eye, recordó el carácter “fascinante” de los años 60:
“No parecía haber nadie de pie, fuera de la burbuja, y observando lo extraño, superficial y egocéntrico, e incluso más bien horrible que fue”
El “Swinging London”, fue definido por la revista Time, en su edición del 15 de abril 1966, y celebrado en nombre de la emisora de radio pirata, Swinging Radio England, que comenzó poco después.
Sin embargo, la jerga “swinging” en el sentido de “a la moda”, se había utilizado desde comienzos de la década de 1960.
Para 1965, Diana Vreeland, editora de la revista Vogue, dijo que “Londres es la ciudad más de moda, del “swinging” del mundo en este momento”
Más tarde, ese año, el cantante Roger Miller, tuvo un sencillo exitoso con su canción “England Swings”, que presentaba una imagen estereotipada de Inglaterra.
El fenómeno se presentó en las películas de la época, siendo celebrado y ridiculizado, como en “The Knack ...and How to Get It” (1965)
Y es que hay películas que requieren de una mirada diferente, ser vistas a través de unos ojos que no son los ojos con los que vemos la mayoría de los films.
También existen otras películas, que no es que se queden viejas, sino que directamente nacieron para quedarse así, fruto de una coyuntura muy específica.
Estamos ante una de esas películas, de esas que no se puede negar que, son hijas de su tiempo.
“Rape!”
The Knack ...and How to Get It, es una comedia del año 1965, dirigida por Richard Lester.
Protagonizada por Ray Brooks, Jane Birkin, Rita Tushingham, Charlotte Rampling, Michael Crawford, Donal Donnelly, John Bluthal, Wensley Pithey, Dandy Nichols, Charles Wood, entre otros.
El guión es de Charles Wood, basado en la obra “The Knack: A Comedy in Three Acts” (1962) de Patricia Ann Jellicoe; donde un grupo de jóvenes adultos de Londres, chocan y se compadecen de cómo conseguir “el talento” o “The Knack” con el sexo opuesto.
Aunque su trabajo ha cubierto muchas áreas de teatro y cine, la autora es mejor conocida por sus obras de teatro, ideando nuevas formas que desafío, y deleitando al público no convencional.
The Knack ...and How to Get It, se trata de uno de los soplos de aire frescos más ligeros de los años 60; y no sólo es una brillante comedia del absurdo y el enredo, sino que es la obra que mejor eco se hace de la liberación sexual, que se abría en la sociedad británica en aquellos años.
Además, a la par que el “Free Cinema”, la obra de Lester supuso una apertura formal para el cine de las islas, como un anárquico clásico de la cultura “mod” con una música genuina del “Swinging London”
The Knack ...and How to Get It, obtuvo la prestigiosa Palme d’Or en El Festival Internacional de Cine de Cannes.
Como dato, la película tuvo sólo 4 semanas de rodaje, y tiene lugar en Londres, en los años 60; y describe la competencia sexual entre 3 amigos y compañeros:
El agresivo y mujeriego baterista, Tolen (Ray Brooks)
El tímido maestro paranoide, Colin (Michael Crawford)
Y el artista, Tom (Donal Donnelly)
Pero Colin se ha perdido toda la revolución sexual, pero confía en su amigo Tolen, a quien envidia, para que le enseñe “el talento” o “The Knack”, que son todos los secretos que debe conocer un hombre para conquistar mujeres, y poder así recuperar el tiempo perdido.
Mientras tanto, Nancy Jones (Rita Tushingham), es una joven despistada y provinciana, que llega a Londres...
La eclosión reciente de La Nouvelle Vague y el Free Cinema, la liberación de la mujer en pleno desarrollo, las drogas, la irrupción del “mod” y las bandas urbanas, como el pop… descifra los 60.
Y el estilo libertario de su director, Richard Lester, germen de los futuros videoclips y de esas “performances” que al final se nos han terminado atragantando un poco a todos.
Bien pensado, se dieron aquí todos los ingredientes para el triunfo de una propuesta que, sin duda, en su día resultaba transgresora.
Pero hoy, esos ingredientes han derivado en razones más que suficientes para tener en consideración esta reliquia anárquica y juguetona, para convertirla, pese a sus evidentes carencias, en una parada casi obligatoria en el camino del buen cinéfilo; con un humor absurdo y burlón, porque en esos años, los ingleses se debatían entre el envaramiento de sus costumbres, la amabilidad, el buen trato y la cordialidad, con chispazos de crueldad, inconformismo, y nuevas formas de relacionarse.
Convivían los impermeables, sobretodos y paraguas negros, las mujeres de sombrero, con las pequeñas minifaldas que dejaban todo al aire...
No importa demasiado el argumento, porque deliberadamente tiene pocos pies y cabeza, y en ello reside su encanto, en retratar una época.
“There's a niche for “The Knack”
The Knack ...and How to Get It es sin lugar a dudas, una de esas pequeñas joyas que nunca son recordadas en la memoria de los cinéfilos, debido a su simpleza y a su excesivamente paranoica historia.
Pero a pesar de ello, no deja de ser la muestra de un nuevo cine que surgió en esa época, fruto de La Nouvelle Vague y del Free Cinema, acompañados por las nuevas modas sociales, tanto estéticas, como musicales y artísticas.
Por lo que The Knack ...and How to Get It, es una especie de documento filmado, de una nueva época, en que las drogas y la libertad, se confundían constantemente.
Y de esa nueva moda, entronca directamente con las películas de The Beatles, del propio Lester, y con “Blow Up”, del maestro del sueño, Michelangelo Antonioni.
De hecho, el directo hizo The Knack ...and How to Get It, inmediatamente después de trabajar con los Beatles en “A Hard Day's Night” (1964) y justo antes de “Help!” (1965)
Pero aquí, Lester hizo cambios importantes en el guión, añadiendo su propio toque a través del “caso vocativo”, que es un caso que se emplea para identificar el nombre al que se dirige la persona que habla; así como inesperadas secuencias editadas extrañamente, con subtítulos de buen humor, y un coro griego para conectar con “la generación más vieja”, dígase con ironía.
La película en sí misma, es muy ligera, no llega a los 80minutos, sin apenas pretensiones, aunque ciertamente podría pecar de pedante, al carecer de un argumento sólido, y ser una especie de “arte por el arte”
Pero dentro de esa aparente carencia de hilo argumental, se podría apreciar el retrato que hace Lester de la juventud de la época, contado de una manera desenfadada, y cuya única intención es entretener al público.
Para ello, se vale de un montaje realmente novedoso, una narración vertiginosa, apoyada en un guión de humor surrealista y absurdo, con situaciones disparatadas, y que exploraba algunas de las obsesiones de la época, como el cambio generacional, personificado en las personas mayores que observan a los jóvenes despotricando, o el sexo, o más bien, la frecuencia con que este se realiza.
Con unos diálogos realmente brillantes, aunque complicados más de una vez, y unos personajes con los que el espectador acaba sintiéndose emocionalmente implicado, ya sea para bien o para mal.
The Knack ...and How to Get It es entonces una oda hacia la banalidad y al mundo más terrenal, un canto juvenil, en el que la vida se ve como algo que merece ser disfrutado.
Apenas el pesimismo invade la película, pues se trata de un absoluto himno hacia la jovialidad.
De hecho, el mundo juvenil de la película, se confronta en diversos momentos con Lester, que pretende romper con todos los estamentos imperantes, así como la supuesta moral que habitaba durante tanto tiempo en El Reino Unido, y que ya empezaba a resquebrajarse.
Así las cosas, on The Knack ...and How to Get It, Lester es al cine, lo que la falda supuso a la sociedad.
Dentro de lo cómico, el director transfigura el humor típicamente británico, hacía un mundo mucho más anárquico, por lo que la historia es bastante simple:
Nuestro protagonista principal, Colin, es un auténtico inexperto ante temas amorosos, que decide ponerse al día, y para ello recurre a los consejos de su amigo, un auténtico Don Juan.
Todo quedará en un trío, cuando aparezca una perdida mujer de fuera de la ciudad, que será cortejada por ambos contendientes.
Y ya está.
No es realmente remarcable en este aspecto la película.
Evidentemente, tampoco lo pretende; pues se aleja de la prepotencia de un argumento más elaborado, para centrarse en una historia poco recargada.
En lo que sí es un auténtico genio Lester, es en saber crear una auténtica atmósfera que goza de una gran singularidad.
El director utiliza muchos recursos para ayudarse a crear este ambiente surrealista.
Una de las grandes bazas, es como Lester ha sido capaz de rodar la urbe en toda su modernidad.
Por ella desfilan todo tipo de personajes, voces “en off” que se entrecruzan con la del personaje principal, cambios de plano que muestran un desequilibrio constante…
También la velocidad, el frenético ritmo de la ciudad se ha captado.
Todo aparece como un cóctel que se mezcla, y que es tapado con tal de que no rezume a borbotones.
El surrealismo queda destapado en gran cantidad de imágenes, mención especial a la secuencia en que los protagonistas traen con ellos una cama, mientras juegan de absurda manera con ella, una imagen que nos puede recordar otras obras del mismo Richard Lester… que despliega al propio tiempo una puesta en escena totalmente novedosa, una ruptura con lo anterior, con un montaje influenciado por el mejor Truffaut o Godard.
Aunque por momentos, puede aparecer sobria, con unos escenarios muy “limpios”, Lester sabe darle la fuerza para que parezcan más barrocos de lo que son, con una narración totalmente adelantada a su tiempo, aunque se venía mascullando ya, y una fotografía de David Watkin, que consiguen hacerte creer que estás en los 60, pase el tiempo que pase.
Pero lo que más destaca, es en el aspecto artístico, y en su música.
John Barry, mezcló el blues, el pop, y demás movimientos de moda en aquellos tiempos, y logró crear una partitura ágil, divertidísima, y muy fácil de escuchar.
Hoy, lamentablemente, Lester está denostado, y es poco recordado, a pesar del gran nivel de entretenimiento y diversión que proporcionaron sus películas, sobre todo en su primera época, la de los 60, con películas como esta, que cuando las acabas de ver, sólo piensas una cosa:
¿Qué acabo de ver?
En respuesta, una total ruptura, y que se hace eco de esta nueva moralidad que empieza a surgir en Inglaterra, que queda muy patente en los diálogos.
Frescos, cortos y pronunciados con rapidez, donde The Knack ...and How to Get It no tiene en ningún reparo a realizar alusiones a elementos sexuales.
De hecho, se juega bastante con la palabra “violación”, en una secuencia jocosa, lo que muestra el atrevimiento de la propuesta.
Pese a que la película pueda parecer y pecar de carácter sexista, por dar a la mujer, un papel más secundario, y a veces dar la sensación de ser un objeto que pasa a ser un elemento pasivo de la acción, sino véase el inicio con todas esas modelos como muñecas; nada más lejos de la realidad, pues la obra en que está basada en la película, está escrita por una mujer.
Del reparto, The Knack ...and How to Get It significó la primera de las 3 películas que hizo Michael Crawford.
Lester mismo, hace un breve cameo como un espectador molesto, en una de las tomas cuando Nancy, Colin y Tom, ruedan la cama por las calles.
Él es el tipo calvo, de pie junto a una señora con el pelo grande…
Por otra parte, The Knack ...and How to Get It fue el primer filme de Jane Birkin, Charlotte Rampling, y Jacqueline Bissett.
Todas hicieron su papel como extras, junto con la niña disco de “Top of the Pops” Samantha Juste.
Como dato curioso, la actriz Jane Birkin, y el compositor John Barry, se casaron el mismo año del estreno de la película.
Por último, John Barry aportó a la banda sonora, el jazz que cuenta con un solo de órgano memorable de Alan Haven, siendo este uno de los aspectos más insólitos, sugerentes y atractivos.
Barry pensó en la composición, como un vehículo que permitiese a Haven, cierta improvisación con el instrumento; y el resultado es un sonido muy lejano al Barry de hoy, o al “Bondiano”
En los cortes, encontramos un uso genial de voces femeninas, junto al órgano, en melodías socarronas y cómicas.
A pesar de no tratarse de una banda sonora monotemática, se haya dominado por un tema inolvidable, del que encontramos variaciones muy diversas, y a cual más interesante.
“Just think of what you could do with a real whip, Tolen.
A real whip”
El “Swinging London”, también dejó una honda impronta en el diseño gráfico de la época.
El diseño pop, el color y los dibujos de inspiración psicodélica, inundaron durante esos años, carteles, revistas, fotografías y las cubiertas de los discos de los grupos musicales de moda, desde The Beatles hasta The Rolling Stones, pasando por Pink Floyd y Jimmy Hendrix; carteles/retratos de “los cuatro fabulosos”, realizados por el famoso fotógrafo Richard Avedon, en los que la estética psicodélica e hippy, se mezcla con la iconografía tradicional utilizada para las bandas de rock.
El “Swinging London” terminó en los primeros años de los 70, pero esa ya es otra década.

“Mods and Rockers!”



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