The Witches

“Saving the world from witches is a tall order for a boy they've turned into a mouse!”

Una bruja es una persona que practica la brujería; si bien la imagen típica de una bruja es muy variable en función de cada cultura, en el acervo popular del mundo occidental, la representación de una bruja se asocia fuertemente hoy en día a la de una mujer con capacidad de volar montada en una escoba, así como con el Aquelarre, lugar de brujas; y con la caza de brujas, o búsqueda e identificación de brujas.
Y es un personaje recurrente de la imaginación contemporánea, que perdura y se afirma gracias a los cuentos, las novelas, las películas, así como a través de ciertas fiestas populares, y de sus especiales máscaras.
Roald Dahl escribió un cuento para niños sobre ellas.
Dahl, fue un novelista y autor de cuentos británico, de ascendencia noruega, famoso escritor para niños y adultos.
Sus trabajos infantiles, están contados usualmente desde el punto de vista de un niño, frecuentemente involucrando villanos adultos, que los odian y los tratan mal, y presentando al menos un buen adulto que contrarresta a los villanos.
Usualmente los cuentos contienen gran cantidad de humor negro y escenarios grotescos; pero en los libros de Dahl, se ve el triunfo del niño, tanto que sus caprichosas historias de fantasía, tienen un sentimiento cálido subyacente, que generalmente contienen muchos escenarios cómicos y grotescos, incluyendo violencia espantosa.
“The Witches” es un claro ejemplo:
Es una novela clásica, donde aparece el tema común de la lucha del bien y del mal, con un planteamiento también muy tradicional con su planteamiento, nudo y desenlace; y se caracteriza por una simplicidad estructural, pero un cuidado efectismo visual propios del cine.
La novela infantil de corte fantástico, fue publicada en Londres en 1983, con ilustraciones y portada original de Quentin Blake, como en muchos otros trabajos de Dahl.
La historia se desarrolla parte en Noruega, y parte en El Reino Unido; y presenta las experiencias de un joven británico y su abuela noruega, en un mundo en el que secretamente existen brujas malvadas que odian a los niños.
Y narra la historia de un niño de 7 años que, con la ayuda de su abuela de 86 años, se enfrenta a la terrible asociación de brujas de Inglaterra, que están comandadas por su maligna reina, La Gran Bruja.
El problema que expone el libro, radica en que estas brujas no son las típicas que aparecen en los cuentos tradicionales, sino que son unas mujeres corrientes, que se visten con unas ropas corrientes, y llevan una vida corriente, como la de cualquier mujer corriente...
Dahl, divide a sus personajes en buenos y malos, donde el protagonista ejerce de héroe clásico hasta terminar con el mal; por eso, la estructura del libro es simple pero efectiva, donde lo que va a ocurrir en cada capítulo, nos queda anunciado desde el título del mismo, indicando al lector, cómo la acción evoluciona hasta su mismo final.
Con el cuento, Roald Dahl se sale de lo tradicional al definir tanto el tiempo y el espacio de su obra, al igual que el mundo que rodea al lector.
Por ello, visitaremos Oslo en Noruega, o Bournemouth en Gran Bretaña, lugares de residencia del mismo autor.
De esta forma, el autor es todo un pionero al integrar la fantasía en ambientes reales y palpables.
“Da igual quién seas o que aspecto tengas mientras alguien te quiera”
Con esta cita en los últimos compases del libro, Roald Dahl resume el mensaje que nos quiere transmitir durante todo la narración.
El autor quiere que el niño comprenda que, ser diferente al resto de sus amigos o compañeros, no tiene nada de malo, ni es digno de odios o insultos.
Que el aspecto de cada uno, no es lo que nos define, es solo una cualidad más que debemos apreciar.
Todo un mensaje de tolerancia, que debería grabarse a fuego en la sociedad.
Pero el autor habla sobre mucho más:
La ausencia de los padres, los vínculos familiares, o la superación personal.
Todos los temas se dan cabida de forma liviana, pero concisa y suficiente para dejar un poso en la mente del niño.
Dahl, se salta los cánones tradicionales también al dejar el libro con un final abierto.
Toda la intención puesta para que el niño pueda ser el propio protagonista de sus historias, algo que se refleja en que el propio personaje no tiene nombre, más allá de “chico”
También, da pie a investigar sobre las brujas de todo el mundo, sus mitos y sus leyendas.
Cierran todo este cumulo de imaginación y fantasía, las maravillosas ilustraciones de Quentin Blake, que suelen acompañar a todas las obras de Dahl, y que trasladan la escena directamente a la retina.
Infantiloides y asimétricos suelen ser este tipo de ilustraciones, como si un mismo niño los hubiera hecho.
Un acompañamiento perfecto, para esta imprescindible historia infantil, que bien se merecía una adaptación cinematográfica.
“Witches work only with magic!”
The Witches es una película de fantasía y aventuras, del año 1990, dirigida por Nicolas Roeg.
Protagonizada por Anjelica Huston, Mai Zetterling, Jasen Fisher, Jane Horrocks, Anne Lambton, Rowan Atkinson, Bill Paterson, Brenda Blethyn, Charlie Potter, entre otros.
El guión es de Allan Scott, basado en el libro homónimo de Roald Dahl.
La película fue producida por Jim Henson Productions, para Lorimar Productions y Warner Brothers, además de ser la última en la que Henson trabajó personalmente; y la última película basada en el material de Dahl, antes de su muerte, de hecho, tanto Henson como Dahl murieron el mismo año.
Como en la novela, la historia fantasea a brujas que se disfrazan de mujeres comunes, y matan a niños, pero son frustradas y exterminadas por un niño y su abuela, después de que el niño se convierte en un ratón.
La película fue muy bien recibida por la crítica, pero tuvo un desempeño pobre en la taquilla, y también fue odiada por Roald Dahl debido a que su finalización difería del libro.
Como dato, la película había sido completada y preparada para su lanzamiento en 1989, pero la división teatral de Lorimar Productions se plegó; y llegó a un acuerdo con Warner Bros., para lanzar la película; pero WB la archivó por más de 1 año…
Rodada en Noruega y en Inglaterra.
La acción inicia cuando la abuela Helga (Mai Zetterling), decide llevar a su nieto huérfano, Luke Eveshim (Jasen Fisher) a Inglaterra.
Luke es un niño apasionado por las historias de misterio; y allí la abuela le contará cuentos de magia negra, de brujería, y de caminos embrujados; relatándole historias sobre estos seres malévolos, y sus métodos para eliminar de forma indirecta a los niños, a quienes odian profundamente, e intenta mantenerlo a salvo, pues ella misma ha sido víctima de sus hechizos.
Un día, las leyendas contadas por su abuela sobre la existencia de las brujas, lo introducen en un mundo misterioso… pero para desgracia de Helga, en el mismo hotel donde se hospedan, se lleva a cabo la convención anual de las brujas del mundo, que toca a las brujas británicas, a donde asiste la líder mundial:
La Gran Bruja, bajo la fachada de Miss Eva Ernst (Anjelica Huston)
Luke, por error, queda atrapado en el gran salón donde las brujas tienen su reunión, revelándole sus intenciones de convertir a todos los niños de Inglaterra y el mundo en ratones, mediante una poción conocida como “Poción 86”, experimentado con el pequeño y glotón, Bruno Jenkins (Charlie Potter), quien es convertido en ratón mediante un chocolate.
Pero al quitarse sus disfraces de humanos, pues todas las brujas son horripilantes y deformes, una de ellas nota el olor de Luke, quien finalmente es atrapado y convertido de la misma forma en ratón…
¿Podrán Lucas y su abuela, frustrar el plan de la malvada bruja?
Esta agradable adaptación de la novela de Dahl, destaca el gran trabajo de animación de Jim Henson, y se plasma con dinamismo, sencillez y, sobre todo con mucha fidelidad, en un guión que es casi exacto a la novela, palabra por palabra, sin dejar nada crucial en el tintero sobre sus personajes o situaciones, conservando el humor caricaturesco y el hechizo del cuento.
Su ambientación es acertadísima, con decorados oportunos, y con un vestuario apropiado, que prácticamente calca las ilustraciones del dibujante fetiche de Dahl:
Quentin Blake.
Y resulta una aventura infantil que los niños recordarán, y con la que los adultos se reirán, que no aburre, y va al grano de la narración, donde basa su gran virtud en un buen guión, una banda sonora jovial, y unas actuaciones excelentes, con una abuela carismática, cariñosa y guerrera, que todo niño quisiera tener.
El equilibrio entre lo agradable y lo siniestro de la novela, está muy bien conseguido, y se logra algo grato con un punto de terror que se desmitifica con humor.
Al final, tenemos personajes estrambóticos, momentos divertidos y mágicos, y por supuesto, a un niño muy listo, que se verá envuelto en aventuras fantásticas.
“Formula 86: My greatest triumph”
Junto a grandes figuras como Lewis Carroll, Diana Wynne Jones, C.S. Lewis, o Edith Nesbit; Roald Dahl es uno de los autores de literatura infantil más reconocidos a nivel internacional.
Tanto es así, que sus historias han sido traducidas a multitud de lenguas, y gran parte de su obra ha sido adaptada a varios medios como cine, televisión y teatro; ya que sus historias siempre han estado rodeadas de fantasía, contadas desde el punto de vista de un niño, y con una gran cantidad de humor negro que pueden disfrutar tanto niños como adultos.
En este caso, The Witches es un claro ejemplo de estas características; siendo el penúltimo largometraje del notable Nicolas Roeg, un cineasta inglés con un estilo, cuanto menos, poco ortodoxo, y adapta a la gran pantalla un relato de Roald Dahl, donde la infancia y la brujería, se entremezclan para ofrecer una historia que todos los públicos pueden disfrutar, y donde se combinan con acierto y equilibrio el género fantástico y algunos elementos de terror, por ejemplo, la cámara durante la convención de las brujas es 100% Roeg, por el uso de las perspectivas, que desecha aquí el tedioso ritmo de sus mejores largometrajes; un trabajo altamente disfrutable, con formato de telefilme si se quiere, enfocado sobre todo en la familia, dada su catalogación de cine infantil.
Aunque el maquillaje de las brujas es realmente inquietante, demostrando sobrada capacidad inventiva; en una cinta con momentos inquietantes, en especial la historia de la niña en el cuadro…
Por ello, tiene un estilo definitivamente de los años 1980, más si recordamos que el libro en que se basa fue publicado en 1983, montada como una cinta ligera y bien realizada, que le saca un tremendo partido a los efectos especiales, y donde destaca la animación desarrollada por Jim Henson.
Su objetivo, claramente es el público infantil, pues busca tópicos más familiares, algo común en esa década e inicios de los años 1990.
La historia comienza con Helga, de origen noruego, contándole a su nieto Luke, lo que sabe sobre las brujas y cómo reconocerlas, que son:
Tienen un brillo púrpura en los ojos; se rascan la cabeza, las brujas son completamente calvas, y llevan peluca para disimular; siempre llevan guantes para ocultar que, en lugar de uñas, tienen garras; siempre llevan zapatos planos que no terminan en punta, pues las brujas no tienen dedos en sus pies que acaban en cuadrado; se tapan la nariz cuando se cruzan con un niño, ya que a las brujas, los niños les huelen como a caca de perro fresca; y siempre tratan de raptar a los niños con alguna excusa, y se deshacen de ellos por medio de magia y hechizos.
Poco después, mueren los padres de Luke, y él se muda con la abuela.
Tras diagnosticarle a la abuela diabetes, deciden irse de vacaciones a un hotel inglés cercano a la costa, donde casualmente se celebra la convención anual de las brujas inglesas; y por accidente, Luke escucha el plan de las brujas para acabar con los niños ingleses, y al escapar, le convierte La Gran Bruja en un ratón por medio de la poción que han preparado, y que piensan distribuir mezclado con chocolate en las pastelerías que quieren abrir en todo el país.
También, usan de conejillo de indias a Bruno, otro niño que se hospeda en el hotel, y ha conocido Luke.
El niño, transformado en ratón, se vuelve raudo y veloz a la habitación de su abuela, para contarle el plan de las brujas, y decidir lo que van a hacer para pararles, antes de que sea demasiado tarde.
La película tiene 2 partes bastante diferenciadas:
Los primeros 45 minutos, que son una auténtica delicia, donde se nos presentan al protagonista, a su abuela, y el papel de las malvadas brujas en este mundo; y una segunda parte, un poco más floja, donde el infantilismo típico de Disney emborrona parte de la atmósfera casi terrorífica amasada al principio con la transformación de los niños en ratones; aunque eso no es óbice para que deje de ser un divertimiento puro.
Especialmente memorable en esta magnífica primera parte, resultan las narraciones de la abuela acerca de las brujas en forma de cuento nocturno de terror, y sobre todo, la gran reunión anual de las brujas celebrada en el hotel, donde se destapa todo el pastel, y donde se aprecia una crítica feroz hacia las personas o las sociedades que ocultan sus actividades ilícitas tras apariencias benéficas.
Del reparto, Roald Dahl originalmente quería que Cher interpretara el papel de La Gran Bruja, pero ella no estaba disponible en ese momento.
Eartha Kitt, Fiona Fullerton, Geneviève Bujold, Starr Andreeff, Olivia Hussey, Sigourney Weaver, Frances Conroy, y Liza Minnelli fueron considerados en algún momento, antes del “casting” de Anjelica Huston, que luego satisfizo al mismo Dahl.
La Huston caracteriza una magnífica Gran Bruja, en parte por su peculiar cara, mezcla de mujer fatal con rasgos andróginos; pero le tomó 8 horas de maquillaje para transformarse en “The Grand High Witch”, su aspecto resulta de lo más monstruoso, con una joroba, dientes podridos, manos alargadas, y una preeminente nariz ganchuda.
También destacar que este el primer y único papel de Charlie Potter como Bruno Jenkins, y uno de los roles finales de Mai Zetterling, antes de su muerte, el 17 de marzo de 1994.
Y como elemento cómico, tenemos a Rowan Atkinson, como el gerente del hotel, Mr. Stringer, para darle un toque más liviano a la trama, siempre simpático y atinado.
Como dato, algunas de las brujas en la convención, son claramente hombres con ropa de mujer.
Mientras los efectos especiales, particularmente en el apartado de maquillaje, son impecables y terroríficos, que no han perdido su vigencia comparado con producciones que abusan del CGI.
La tienda de criaturas de Jim Henson, creó 3 tamaños diferentes de ratones títeres:
Los ratones A, tenían el tamaño de los ratones reales, siendo operados por cables casi delgados.
Los ratones B, también controlados por cable, tenían aproximadamente el tamaño de una rata muy grande.
Y el tipo C era una marioneta de mano grande, muy expresiva, de aproximadamente 3 pies de altura.
Sin embargo, el tamaño más grande solo se usó en aproximadamente 4 disparos, ya que al director le resultó difícil cortar desde un primer plano de un humano, a un primer plano del ratón; y prefería mantener el ancho del tiro igual, por lo que los ratones en miniatura en series reducidos, se usaron con mayor frecuencia.
El tono oscuro de la novela, se suavizó significativamente para hacer la película más atractiva para el público más joven, y entre las diferencias con el libro están:
La diferencia más notable, es que el niño es restaurado a la forma humana al final de la historia, por la asistente de La Gran Bruja, un personaje que no aparece en el libro, que había renunciado al mal.
En la versión cinematográfica, La Gran Bruja es mucho más terrible y temible que su homóloga en la novela.
En el libro, el chico no tiene nombre, mientras en la película se llama Luke.
En la novela, se da a entender que todas las brujas desean exterminar a los niños; sin embargo, en la película, una de ellas, Miss Susan Irvine (Jane Horrocks), cercana a La Gran Bruja, y subordinada a ella; odia ser bruja, y usar sus poderes para matar niños; lo que se muestra en que, poco después de que Luke y su abuela regresan a casa de sus padres, ella regresa en auto una noche para convertir a Luke nuevamente en niño.
Roald Dahl, se encolerizó al ver este cambio, y hasta su muerte, no permitió que se volviera a adaptar ninguno de sus libros, ya que en la novela, Irvine no existe, y Luke no recobra su aspecto original.
Otras diferencias del libro de Dahl:
La abuela es mucho más animada; Luke está en el automóvil con sus padres en el momento del accidente; Bruno Jenkins es un niño odioso y mimado, a quien a Luke no le gusta en absoluto; y está implicado igualmente el padre esnob, que lo tiene ahogado en un cubo de agua por el conserje del hotel.
El plan de La Gran Bruja incluye que los maestros y los padres maten a los niños en forma de ratón, y sobre todo, Luke no recupera su forma humana, lo que significa que tiene muy pocos años de vida restante.
Todos estos cambios enfurecieron a Dahl, pero en su testamento, dejó estándares muy específicos y altos para futuras adaptaciones.
Y varias cosas fueron agregadas para la película:
Nos muestran a los padres de Bruno; el padre pidiendo la sopa que comen las brujas; el padre interactuando con la bruja mayor…
Permiten que Luke salga del lugar de reuniones, y salve a un bebé de la maldad de La Gran Bruja, para luego agarrarlo cuando llega junto a su abuela, y atraparlo nuevamente.
Los agregados del gerente del hotel, con una de las camareras, no está en la novela.
De hecho, la película enseña mucho sobre los movimientos de detrás de bambalinas del hotel:
Su gerente y camareras, los que limpian, los cocineros, algo que el libro no hace.
Y tanto en la novela como en la película, no se explica, por qué las brujas odian y victimizan a los niños; y por qué “The Grand High Witch” quiere que todos los niños en Inglaterra sean aniquilados…
A lo largo de la película, también se insinúa que la abuela y La Gran Bruja son viejas enemigas:
Cuando la abuela le cuenta a Luke sobre las brujas, al principio, le dice a Luke que buscó a “The Grand High Witch”, pero afirma que nunca la había encontrado…
En la escena del té de la tarde, cuando la abuela ve a La Gran Bruja, la abuela le dice a Luke, que ella se ve familiar, y que puede haberla visto antes...
Justo antes de que Luke se transforme en un ratón, “The Grand High Witch” le dice a Luke, que la abuela es una vieja adversaria, y cuando ella se transforma en un ratón, La Gran Bruja le dice a la abuela:
“La próxima vez, anciana”
Que la abuela responde:
“¡No!
¡No la próxima vez!
¡Esta vez!
¡Es tu turno!”
Es posible que la abuela se hubiera lanzado a buscar a “The Grand High Witch” para vengar a Erica, y a los otros niños que las brujas han victimizado; así como La Gran Bruja pudo haber sido la que cortó el dedo de la abuela...
Cuando se ve a Miss Irving comiendo sola en su habitación de hotel, se la ve diciendo:
“De todos modos, yo no quería ser una de ellas”
Esto insinúa que Miss Irving era una buena bruja, y que pudo haber sido forzada a servir a La Gran Bruja, no por elección, y Miss Irving, usando sus poderes, cambia a Luke de nuevo a la normalidad, como expiación.
También cuando el baúl de La Gran Bruja llega a la casa de Luke y la abuela, con el dinero dentro, Luke convence a la abuela, de que deben usar el dinero para ir a Estados Unidos, y luchar contra las brujas estadounidenses, ya que el baúl también contiene la libreta de direcciones de todas.
Sin embargo, a Luke no se le ocurrió que podría haber tomado las pociones, y que la abuela podía hornear y cocinar alimentos, y poner gotas de la poción en la comida, y enviarlas a las brujas en sus casas, lo que podría haber sido más simple que viajar a EEUU.
En definitiva, Dahl consideró que la película era “absolutamente espantosa”; odiaba el final feliz; pues en el cuento, Luke y la abuela regresan a su hogar, y comienzan su plan para liberar al mundo de las brujas, al usar la poción contra la sucesora de La Gran Bruja Alta y sus ayudantes; y permitir que los gatos las destruyan.
Además, Luke descubre que los ratones probablemente solo pueden vivir otros 9 años, y decide que al final, él y la abuela morirán juntos…
No obstante señalar que el estudio rodó el final fiel al libro de Dahl, donde Luke sigue siendo un ratón; además del “final feliz”; y probó la película con ambos finales.
El resultado, como se ve en el producto final, es que las audiencias de prueba, eligieron el último final.
Después, Roald Dahl expresó airadamente a los productores, “lo desconcertado que estaba por la vulgaridad, el mal gusto y el terror real” en ciertas partes de la película; y exigió que su nombre y el título se eliminara de la película, antes de su lanzamiento, pero después de recibir una carta de disculpa y cortesía de Jim Henson, Dahl retiró a regañadientes su amenaza.
Entre los errores de producción están:
En algunas partes de la película, puedes ver claramente que las líneas de los actores no coinciden con sus labios, lo que significa que no dijeron eso, ni que sus labios ni siquiera se movían en ese momento.
Antes de que La Gran Bruja se transforme en la cena, algunas de las brujas detrás de ella, todavía son mujeres... y segundos antes, se estaban transformando en ratas.
El resultado final de la película, es muy acertado.
Resulta tan apropiada para niños como para adultos, y la historia fantástica contiene suficientes elementos oscuros para que mantenga un equilibrio notable en sus pretensiones.
Por último, la película contiene una banda sonora orquestal compuesta por Stanley Myers.
El tema principal, se destaca por su sonido peculiar, y la instrumentación de colores.
Hasta la fecha, un CD de la banda sonora no ha sido editado.
“I'm not finished with you yet, old woman...
Next time...”
Se afirmaba que las brujas “reales” hacían comidas caníbales con niños, o utilizaban cadáveres de niños para preparar sus polvos y sus ungüentos mágicos.
Y según se creía, las brujas tenían la capacidad de trasmitir el arte de la magia, de generación en generación.
Además, las posibilidades de los niños en relación a la caza de brujas eran importantes, e incluso cruciales.
Y también se suponía que los entornos más importantes de las hogueras, siempre estaban acompañados por extraños fenómenos en gran escala que, de una u otra forma, concernían a los jóvenes niños.
Los niños-brujos, fueron señalados a lo largo y ancho de Europa, y la condena de una madre por brujería, hacía recaer sospechas sobre toda su descendencia.
Además, y durante los juicios, las confesiones eran más fácilmente sonsacadas a los niños, que a los adultos, pues era más sencillo de presionarlos y confundirlos.
En Rusia, Polonia y La República Checa, según las leyendas, las brujas de noche llamadas “notchnitsa”, solían deslizarse durante las noches en los cuartos de los niños de pecho, para pellizcarlos, morderlos, e incluso chuparles sangre, pero sí en esa situación un adulto intervenía, las nombradas desaparecían como por arte de magia.
Sin dejar de lado la popular creencia del odio que tienen las brujas por lo niños, Roald Dahl nos regala una nueva y actualizada visión de las mismas, que puede ser ciertamente terrorífica.
Las brujas de Dahl, no son aquellas que llevan sombrero puntiagudo, una nariz prominente con su verruga verde, o que viste ropas oscuras…
Son señoras corrientes, de clase social alta, con guantes y pelucas, que se esconden bajo esta mascara de la sociedad, para ejecutar sus viles planes.
La imaginación de Dahl para construir la historia de forma sencilla, desde esa simple premisa, significa una forma genial de iniciar a los niños en la lectura del género fantástico, y más en concreto, en las brujas.
¿Y si las brujas de todo el mundo estuvieran escondidas bajo la apariencia de señoras corrientes?
Perturbador, cuanto menos, salir a la calle...
Todo queda en la imaginación del niño, algo que no deberíamos olvidar.

“When your father was a boy like you, and living with me here in Norway, I told him about witches too, so that he would always be aware.
Now, the most important thing you should know about real witches is this, now listen very carefully!
Real witches dress in ordinary clothes, and look very much like ordinary women.
They live in ordinary houses, and they work in ordinary jobs”



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