A Queen Is Crowned

“Dieu et mon droit”
(Dios y mi derecho)

La Coronación del Monarca Británico es una ceremonia mediante la cual, El Monarca del Reino Unido y de Los Reinos de La Mancomunidad es formalmente coronado e investido con Las Joyas de La Corona; pero Las Coronaciones han ido cayendo en desuso en la mayoría de las monarquías europeas, donde también solían celebrarse ceremonias similares, y han sido sustituidas por formas de “inauguración del reinado” más sencillas.
La Coronación, como ocasión festiva, suele tener lugar algunos meses después de la muerte del anterior soberano, una vez transcurrido el periodo de luto.
Este intervalo de tiempo, permite a los organizadores, llevar a cabo los laboriosos preparativos que requiere La Ceremonia.
Por ejemplo, Elizabeth II fue coronada el 2 de junio de 1953, a pesar de haber accedido al trono el 6 de febrero de 1952, en el mismo momento de la muerte de su padre.
La Ley Británica establece que el trono nunca queda vacante, y que el nuevo monarca sucede al anterior inmediatamente.
Preside La Ceremonia, Al Arzobispo de Canterbury, Jefe Espiritual de La Iglesia de Inglaterra, al que asisten los miembros del clero y de la nobleza que tienen asignado un papel en La Coronación.
A la mayoría de los participantes, se les exige llevar una vestimenta o uniformidad específica; también asisten cargos oficiales del gobierno, y un elevado número de invitados, incluyendo Jefes de Estado y representantes de países extranjeros.
Los elementos esenciales de La Coronación, han permanecido prácticamente inalterados durante los últimos mil años.
En primer lugar, El Soberano es presentado y aclamado por el pueblo; a continuación, jura solemnemente defender La Ley y La Iglesia; y después es ungido con aceite, coronado e investido con Las Joyas de La Corona; por último, recibe el homenaje de sus súbditos.
La fecha de celebración de La Coronación del soberano británico ha variado a lo largo de la historia:
El primer Monarca normando, William I, fue coronado el día en el que se convirtió en Rey, el 25 de diciembre de 1066.
Muchos de sus sucesores, fueron coronados a los pocos días o semanas de su acceso al trono.
Bajo Los Monarcas de La Casa de Hannover en los siglos XVIII y XIX, se consideró apropiado ampliar a varios meses el intervalo entre el ascenso al trono y La Coronación, respetándose así el periodo de luto debido al fallecimiento del anterior monarca, y dejando más tiempo para la preparación de La Ceremonia.
En el caso de todos los monarcas desde George IV, transcurrió al menos 1 año entre el acceso al trono y La Coronación, con la excepción de George VI, cuyo predecesor no murió, sino que abdicó.
Como la fecha de La Coronación ya había sido fijada, los planes siguieron adelante con el nuevo monarca.
Puesto que casi siempre transcurría cierto tiempo entre el acceso al trono y La Coronación, algunos monarcas nunca llegaron a ser coronados.
Tal fue el caso de Edward V y Jean Grey, ambos depuestos en 1483 y 1553, respectivamente.
Edward VIII, tampoco fue coronado, ya que su abdicación fue aprobada por El Parlamento del Reino Unido, el 11 de diciembre de 1936, 5 meses antes de la fecha prevista para La Ceremonia.
Es preciso recordar, sin embargo, que según La Ley Británica, un monarca accede al trono en el momento en que su predecesor fallece, no cuando es coronado:
“El Rey ha muerto, viva El Rey”
Los Reyes Anglosajones, celebraron sus coronaciones en Bath, Kingston upon Thames, Londres, Oxford y Winchester.
El último Monarca Anglosajón, Harold II, fue coronado en La Abadía de Westminster en 1066, iniciando así una costumbre que ha perdurado hasta nuestros días.
Y desde que fueron configurados por Dunstán, Arzobispo de Canterbury, en 973, los elementos básicos de La Ceremonia de La Coronación no han cambiado en los últimos mil años.
Lo habitual es que la esposa de un Rey sea coronada como Reina Consorte, en tanto que el marido de una Reina nunca es coronado.
Si El Rey ya está casado en el momento de su coronación, se puede realizar una coronación conjunta.
Los primeros en ser coronados de esta manera, fueron Henry II y Leonor de Aquitania en 1154.
Después se han celebrado 17 coronaciones de esta clase, incluyendo la de William III y Mary II.
La más reciente es la de George VI e Elizabeth Bowes-Lyon en 1937.
Si El Rey se casara o volviera a casarse después de su coronación, o si su esposa no fue coronada con él por alguna otra razón, ella podría ser coronada en una ceremonia independiente.
La primera coronación separada de una Reina Consorte en Inglaterra, fue la de Matilda de Flandes, en 1068.
La última fue la de Anne Boleyn en 1533.
El último Rey que se casó después de ser coronado, Charles II, no dispuso una coronación separada para su novia, Catherine de Braganza.
Como dato, tradicionalmente es El Arzobispo de Canterbury, que posee preeminencia sobre el resto del clero anglicano y los laicos, con la única excepción de los miembros de la familia real, el que oficia Las Coronaciones.
En su ausencia, otro Obispo nombrado por El Monarca puede ocupar su lugar; por un alto miembro de La Iglesia:
El Arzobispo de York, segundo en el rango de preeminencia; El Obispo de Londres, tercero; El Obispo de Durham, cuarto; y El Obispo de Winchester, quinto.
Elizabeth I, cuyo nacimiento era considerado ilegítimo por los prelados, fue coronada por El Obispo de Carlisle, cuya sede no tiene asignada una jerarquía específica.
El Monarca viste varias prendas durante La Ceremonia:
1. “Crimson surcoat” o “Túnica Carmesí”; se lleva por debajo de todas las demás prendas durante la mayor parte de La Ceremonia.
En su lugar, Elizabeth II llevó por primera vez un vestido de raso blanco, especialmente diseñado para la ocasión.
2. “Robe of State of crimson velvet”, o “Capa de Estado de terciopelo carmesí” o “Parliament Robe”, esto es, Capa del Parlamento, una vestimenta más antigua usada en una coronación; también se utiliza al entrar en La Abadía y en Las Ceremonias Oficiales de Apertura del Parlamento del Reino Unido; y consiste en una capa de armiño y una larga cola de terciopelo carmesí forrada, también de armiño, todo ello ricamente adornado con encajes de oro.
3. “Anointing gown” o “Toga de La Unción”, es una prenda sencilla y austera que se usa durante La Unción; es de color blanco, y se ata por la espalda.
4. “Colobium sindonis” o “La Túnica del Sudario; es la primera prenda con la que El Soberano es investido en La Ceremonia; es de tela blanca de lino fino, bordada de encaje, abierta por los lados, sin mangas y escotada en el cuello.
Se dice que simboliza “la transferencia de poder del pueblo hacia El Soberano”
5. “Súper Túnica” o “Túnica Superior”, es la segunda prenda con la que El Soberano es investido; es un abrigo largo de seda dorada que llega a los tobillos y ancho de mangas; forrado de seda rosa, y adornado con encajes de oro, lleva bordados diversos símbolos nacionales, y se sujeta con un talabarte.
Está inspirado en el uniforme de gala de los cónsules del Imperio Bizantino.
6. “Robe Royal” o “Pallium Regale”, esto es, Capa o Palio Real; vestimenta principal usada durante La Coronación; de forma similar a una capa pluvial, pero cuadrada; está forrada en seda carmesí y decorada con coronas de plata, símbolos nacionales, y un Águila Imperial de plata en cada una de las 4 esquinas.
7. “Stole Royal” o “Armilla”, es una Estola Real de seda, ricamente bordada de oro, plata y joyas; y es un complemento de la capa real.
8. “Purple surcoat” o “Túnica Púrpura”, se viste en la parte final de La Ceremonia, y viene a ser el complemento de La Túnica Carmesí.
9. “Imperial Robe of purple velvet” o “Manto Imperial de terciopelo púrpura”; se lleva en la conclusión de La Ceremonia, y a la salida de La Abadía; y se trata de una capa bordada de armiño con una larga cola de terciopelo púrpura.
El uso del color púrpura, hace referencia al poder de Los Emperadores Romanos.
A diferencia de lo que sucede con la tradición relativa a Las Joyas de La Corona Británica, es costumbre arraigada, que cada monarca estrene las prendas que ha de llevar en su Coronación.
Las 2 únicas excepciones, en la actualidad, son La Súper Túnica y La Capa Real, ya que ambas datan de La Coronación de George IV en 1821.
Hay varios participantes en La Ceremonia que llevan una indumentaria especial durante Las Coronaciones.
Los miembros de La Nobleza visten, además de un sobretodo de terciopelo carmesí, una capa de armiño.
Las filas de puntos de piel de foca de la capa, determinan el rango de la persona.
Los Duques usan 4 filas, Los Marqueses 3 y media, Los Condes 3, Los Vizcondes 2 y media; y Los Barones y Lores del Parlamento, 2.
Los Duques de La Familia Real, además de 6 filas de puntos de piel, llevan armiño en la parte delantera de la capa, y una larga cola sostenida por pajes.
El rango de las mujeres pertenecientes a La Nobleza, no se distingue por las filas de bordados de piel, sino por la longitud de sus capas, y por la anchura del dobladillo de armiño que las remata.
Las Duquesas visten una capa que mide 1,83m, longitud que va disminuyendo sucesivamente en 23cm para Las Marquesas, Condesas y Vizcondesas.
A Las Baronesas y a las Ladies, les corresponde la capa más corta, de 91cm.
La anchura del dobladillo de armiño, también va disminuyendo desde el rango más alto al más bajo:
Duquesa, 127mm; Marquesas, 102mm; Condesas, 76mm; y Vizcondesas, Baronesas y Ladies, 51mm.
La Nobleza, así como la mayoría de los miembros de La Familia Real, lleva En La Ceremonia coronas abiertas, es decir, sin diademas.
Suelen ir adornadas por emblemas heráldicos relacionados con el rango del portador, o con el grado de su relación con El Monarca.
La Corona del heredero del soberano, muestra 8 florones, alternando 4 cruces patadas con 4 flores de lis.
La misma decoración, pero sin diadema, es la que adorna las coronas de los hijos y hermanos de los soberanos.
Las coronas de los hijos del heredero, llevan 4 flores de lis, 2 cruces patadas y 2 hojas de fresa.
Un cuarto estilo que incluye 4 cruces patadas y 4 hojas de fresa, es el utilizado por los nietos y sobrinos de los soberanos.
Las correspondientes a Los Duques, llevan 8 hojas de fresa; las de Los Marqueses, 4, alternando con 4 perlas; las de Los Condes, 8 alternando con otras tantas perlas; las de Los Vizcondes, 16 perlas; y las de Los Barones, 6 perlas.
Las mujeres que ostentan los rangos descritos, usan en sus coronas el mismo diseño.
Aparte de Los Reyes y Reinas, los únicos individuos autorizados a llevar coronas en La Ceremonia son Los Reyes de Armas del Reino Unido, esto es, Los Oficiales de Armas de mayor rango del país.
A Las Coronaciones, asiste también un amplio número de personalidades políticas como El Primer Ministro y todos los miembros del gabinete del Reino Unido, los gobernadores generales, y Primeros Ministros de los reinos de La Mancomunidad, los gobernadores de las colonias británicas, y los principales delegados gubernamentales en Los Territorios Británicos de Ultramar.
Naturalmente, también están invitados los dignatarios y representantes de estados extranjeros.
La Reina Victoria asumió el título de Emperatriz de La India en 1876.
El 1 de enero de 1877, fue proclamada de forma oficial por un Delhi Durbar; pero Victoria no acudió personalmente a La Ceremonia, y estuvo representada por su Virrey, Lord Lytton.
El 1 de enero de 1903, un tribunal similar, proclamó el acceso al trono de Edward VII, quien estuvo representado por su hermano, El Duque de Connaught.
El 12 de diciembre de 1911, George V también fue coronado por un Delhi Durbar pero, a diferencia de sus antecesores, asistió en persona junto con su esposa Mary de Teck.
Puesto que se consideraba inapropiado para una monarquía cristiana, que La Unción y La Coronación tuvieran lugar en un país mayoritariamente no cristiano, George V no fue coronado en La India.
De hecho, portaba ya La Corona al entrar al Durbar.
Por otra parte, La Ley Británica prohibía que Las Joyas de La Corona abandonaran el suelo originario de la nación, razón por la cual se creó una corona completamente nueva para que la llevara en ocasión tan especial:
La Corona Imperial de La India.
Esa fue la última vez que se celebró un Durbar para coronar al Emperador.
Ni Edward VIII, ni su sucesor, fueron entronizados de esa manera.
El 15 de agosto de 1947, La India consiguió su independencia del Reino Unido, y casi un año después, el 22 de junio de 1948, George VI renunció al título Imperial.
Por su parte, La Carroza Oficial de Oro, o “Gold State Coach”, ha sido usada por La Familia Real británica en La Coronación de cada monarca desde George IV.
Fue construida en los talleres londinenses de Samuel Butler en 1761, por orden de George III, quien había pedido expresamente que fuera esplendorosa, por lo que no se reparó en gastos, y el coste total del coche llegó casi a las 8.000 libras.
George III no la usó para su coronación ni para su boda con La Princesa Charlotte de Mecklenburg-Strelitz, pero sí, en noviembre de 1762, con motivo de la tradicional sesión de apertura del Parlamento.
El valor histórico de esta carroza, su peso y falta de maniobrabilidad, ha limitado su uso a las grandes ocasiones oficiales de La Monarquía, tales como coronaciones, bodas reales y jubileos.
La carroza pesa 4 toneladas, y tiene 7.3 metros de largo por 2 de ancho, y 4 de altura.
Es enteramente dorada, y los 8 paneles laterales, fueron encargados al artista florentino, Giovanni Battista Cipriani, que pintó las escenas alegóricas que reflejaban la grandeza de Inglaterra.
Las ricas esculturas doradas, parten desde el techo, con La Corona Imperial sostenida por 3 querubines que representan a Inglaterra, Irlanda y Escocia; y terminan en los 4 tritones donde reposa, uno en cada esquina, representando El Poder Imperial de Gran Bretaña.
La construcción de la cabeza de un dios, tallada minuciosamente mirando hacia fuera, bajo las puertas del carruaje, fue obra del escultor Joseph Wilton.
El interior está forrado con terciopelo y satén.
Los periódicos de la época, escribieron a la hora de definirla:
“Con una elegancia y una grandeza sin precedentes en todos los reinos de Europa”
Es tirada por un cuerpo de 8 caballos con arneses “rojo Marruecos”
Originalmente conducida por un cochero, los caballos son hoy guiados por postillones en pares.
En diciembre de 1936, El Rey Edward VIII del Reino Unido, abdicó para poder contraer matrimonio con la divorciada plebeya, Wallis Simpson de Estados Unidos, convirtiendo a su hermano menor, Albert, en el nuevo monarca con el nombre de George VI del Reino Unido; y a su sobrina, Elizabeth, en Princesa heredera.
Desde entonces, joven pero decidida, Elizabeth comenzó a configurar su imagen como futura Reina.
La salud de George VI empeoró considerablemente durante 1951, se le diagnosticó cáncer de pulmón en septiembre, padeció una obstrucción arterial, y se le practicó una resección pulmonar, y Elizabeth pronto lo reemplazó en prácticamente todos los actos públicos.
En octubre de ese año, realizó una gira por Canadá, y visitó al Presidente de los Estados Unidos, Harry S. Truman en Washington; en el viaje, su secretario privado, Martin Charteris, llevaba consigo la declaración de adhesión, en caso de que El Rey muriera durante la gira.
A principios de 1952, Elizabeth y Philip partieron para una gira por Australia, Nueva Zelanda y Kenia.
El 6 de febrero de 1952, cuando apenas habían llegado a Sagana Lodge, su residencia en este último país; y tras pasar una noche en El Hotel Treetops, recibieron la noticia de la muerte del padre de Elizabeth.
Philip fue el encargado de transmitirle el hecho a la nueva Reina.
El Oficial y Cortesano, Martin Charteris le pidió que escogiera un nombre para desempeñar el cargo; y optó por Elizabeth, “por supuesto”, según declaró; siendo proclamada Reina, y la comitiva real se apresuró para regresar al Reino Unido, donde el matrimonio fue trasladado al Palacio de Buckingham.
Con la adhesión de Elizabeth, parecía probable que La Casa Real llevase el nombre de su marido.
Lord Mountbatten pensó que se convertiría, a partir de entonces, en La Casa Mountbatten, ya que Elizabeth habría tomado el apellido de Philip tras el matrimonio.
Sin embargo, La Reina Mary y El Primer Ministro Británico, Winston Churchill; se manifestaron a favor de mantener el nombre de La Casa de Windsor.
El Duque, por su parte, se quejó:
“Soy el único hombre en el país, al cual no se le permite dar su apellido a sus propios hijos”
En 1960, después de la muerte de La Reina Mary, el 24 de marzo de 1953, y la renuncia de Churchill en 1955, se adoptó el apellido Mountbatten-Windsor para Philip y los descendientes masculinos de Elizabeth que no posean títulos reales.
En medio de los preparativos para La Coronación, La Princesa Margaret le informó a su hermana, que quería casarse con Peter Townsend, un plebeyo divorciado, 16 años mayor que ella, y con 2 hijos de su anterior matrimonio.
La Reina les pidió que esperaran 1 año; y en palabras de Martin Charteris:
“La Reina fue naturalmente simpática con La Princesa, pero creo que ella pensó, más bien, esperó que en un momento dado, el noviazgo terminara”
Los políticos de alto rango estaban en contra de la unión, y La Iglesia de Inglaterra no permitía el matrimonio después del divorcio.
Si Margaret contraía matrimonio civil, tenía que renunciar a su derecho de sucesión.
Finalmente, decidió abandonar sus planes con Townsend.
En 1960, se casó con Antony Armstrong-Jones, I Conde de Snowdon.
La pareja se divorció en 1978, y Margaret no volvió a casarse.
La Coronación de La Reina Elizabeth II como Monarca del Reino Unido, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Pakistán y Ceilán; se llevó a cabo el 2 de junio de 1953.
Elizabeth subió al trono a la edad de 25 años, tras la muerte de su padre, El Rey George VI, el 6 de febrero de 1952; y fue proclamada Reina por sus diversos consejos privados y ejecutivos poco después.
La Coronación se llevó a cabo más de 1 año después, debido a la tradición que la ceremonia festiva es inapropiada de llevar a cabo durante el período de duelo que sigue a la muerte de un monarca.
En una ceremonia intensamente religiosa, la nueva Reina fue presentada como “la encarnación de los valores familiares cristianos tradicionales”
El programa oficial declaró:
“Ella representa en su persona, las virtudes permanentes de obra, hogar y servicio que son el fundamento de la sociedad”
En La Ceremonia en sí, llevada a cabo en La Abadía de Westminster, en Londres, Elizabeth hizo un juramento de “defender La Ley y gobernar La Iglesia de Inglaterra”
Numerosas celebraciones tuvieron lugar en todo el Commonwealth, y una medalla conmemorativa fue emitida; siendo la primera coronación británica en ser televisada.
En un principio se pensó en retransmitir en directo una pequeña parte del inicio de La Ceremonia, y emitir el resto en diferido.
Se pretendía disponer del tiempo necesario para montarla, y eliminar los fallos que se hubieran producido en tiempo real, y televisar el programa resultante.
Sin embargo, lograr ese objetivo, implicaba privar a los televidentes de la contemplación en directo de las principales fases de La Ceremonia, incluido el acto mismo de La Coronación.
Esta controversia tuvo su reflejo en la prensa, y también llegó al Parlamento.
Incluso La Reina llegó a mediar personalmente en el asunto, hecho que solo trascendió a la opinión pública 30 años después.
Al final, la retransmisión en directo fue autorizada, y las cámaras sólo desviaron su objetivo en La Unción y en La Comunión, considerados los momentos más íntimos de La Ceremonia.
Se estima que más de 20 millones de personas vieron el programa en El Reino Unido, una audiencia sin precedentes en la historia de la televisión; y La Coronación aumentó enormemente el interés en el medio televisivo.
En el momento, El Monarca es coronado simultáneamente como “Soberano de varias naciones”
Por ejemplo, en el caso de Elizabeth II, la fórmula utilizada en su juramento fue del siguiente tenor:
“¿Promete y jura solemnemente gobernar los pueblos del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, La Unión de Sudáfrica, Pakistán y Ceilán, así como sus posesiones y demás territorios pertenecientes a cualquiera de ellos de acuerdo con sus respectivas leyes y costumbres?”
Hoy, Elizabeth II es la monarca que más tiempo ha reinado en la historia británica.
Solo otros 5 Reyes y Reinas han reinado al Reino Unido durante más de 50 años:
Victoria, 63 años; George III, 59 años; Henry III, 56 años; Edward III, 50 años; y James VI de Escocia, James I de Inglaterra, 58 años.
“Get me started!”
A Queen Is Crowned es un documental del año 1953, dirigido por Castleton Knight.
Protagonizado por Christopher Fry, Laurence Olivier, La Reina Elizabeth II, El Príncipe Philip, Duque de Edinburgh; Elizabeth, La Reina Madre; La Princesa Margaret, El Príncipe Charles, Winston Churchill, entre otros.
El guión es de Christopher Fry, y narrado por Laurence Olivier, es un documental de 79 minutos en Tecnicolor, grabado el 2 de junio de 1953, día de La Coronación de La Reina Elizabeth II, y muestra desde La Proclamación a su Coronación, desfile y regreso al Palacio de Buckingham.
Castleton Knight, fue un productor y director de cine británico; trabajó en un punto como director general de la división de noticiarios británicos de Gaumont; y dirigió varias películas, pero trabajó principalmente en documentales; mientras el guionista Christopher Fry, fue un poeta y dramaturgo inglés, mejor conocido por sus dramas en verso, notablemente por “The Lady's Not for Burning”, que lo convirtió en una fuerza importante en el teatro en los años 1940 y 1950.
Y el llamado “actor de los actores británicos” Sir Laurence Olivier, pre-grabó la narración en mayo de 1953, ya que los rituales de coronación eran conocidos antes del evento real.
Esto permitió que la grabación de La Coronación se lanzara casi inmediatamente después de su lanzamiento, el 2 de junio de 1953.
La película destaca por ser el único filme independiente que filmó todo el evento, pues el otro fue la BBC, pero este en particular, fue producido a color, así como fue nominado al Premio Oscar al Mejor Documental; y ganó la categoría en La 11ª Edición de Los Premios Globo de Oro.
La película narra todo el suceso con un rigor tremendo, en cuanto a normas ancestrales y protocolo, pero lo que más llamó la atención fue todo el despliegue logístico para montarlo, y eso incluye eventos como la muerte del padre de La Reina, El Rey George VI, y la muerte de La Reina Mary de Teck, esposa de George V, antes de La Coronación; pasando por toda la planeación de las maquetas para ensayar la logística del desfile, los carruajes prestados de Alexander Korda, el vestido de coronación que involucró las flores de toda La Mancomunidad, la extracción de La Torre de Londres de Las Joyas de La Corona para su pulido, pasando por los ensayos, las construcciones y remodelaciones de La Abadía de Westminster, la construcción de las tarimas para las personas que verán el cortejo, y las pruebas militares de calidad; el entrenamiento de los caballos para soportar el estrés de la gente y el ruido; el cierre y adorno de calles, la selección, clasificación y aprobación de los “suvenires”; la música usada para el evento y los coros, La Silla de La Coronación, y la vestimenta de Coronación;  la transmisión tanto en radio como en TV por la BBC, así como el envío de la copia mandada a Canadá, antes de que los EEUU transmitan el evento; o bien, los invitados, quienes tenía carruaje pero no caballos, o quienes sí tenían caballos pero no carruajes; nobles que tenían títulos, joyas y tiaras que no fueron invitados, y personalidades que sí estuvieron sorpresivamente invitadas, Primeros Ministros y otros Jefes de Estado, Reyes, etc.
Como dato, hay otras personas con cargos honoríficos o privilegios en La Coronación; tales derechos son determinados por un tribunal especial, el Court of Claims, presidido por Lord High Steward.
En 1952, por ejemplo, El Tribunal aceptó varias reclamaciones.
Se autorizó que El Deán de Westminster aconsejara a La Reina sobre el procedimiento a seguir durante La Ceremonia; y durante casi un milenio, él y sus predecesores habían conservado un inédito Libro Rojo sobre la cuestión.
Se confirmó el privilegio del Obispo de Durham y del Obispo de Bath y Wells para acompañar a La Reina en su entrada y salida de La Abadía, y para permanecer a su izquierda y derecha durante todo el ritual de La Coronación.
Se permitió al Conde de Shrewsbury, en su calidad de lord High Steward de Irlanda, llevar su distintivo bastón blanco.
Asimismo, se aprobó que los Queen's Scholars de la Westminster School, fueran los primeros en aclamar al monarca en representación del pueblo; sus exclamaciones:
“Vivat!
Vivat Regina!”, fueron incorporadas al himno “Laetatus sum” de Hubert Parry, que se cantó durante La Ceremonia.
Y no faltó el humor y la controversia, como el posible desmayo de una de las damas de compañía de La Reina, el disgusto del Príncipe en el evento, la posición de La Corona al ponerla; las botellas de whiskey, bolsas de emparedados y demás cosas dejadas en La Abadía, etc., etc., etc.
Todo ello hace del documental más que interesante, que demuestra tanto la continuidad como el deber del monarca más longevo de la historia, que combinó tradición y modernidad, y que ahora deparará tradición e innovación para la próxima Coronación de un Monarca Británico.
A Queen Is Crowned tiene una narrativa que llega a ser poética, para recordar la trascendencia de lo que vamos a ver, así como todo un tributo para honrar a una Reina que logró mostrar al Reino Unido gracias a la invención de la TV, una ceremonia ancestral completa, de forma “festiva y alegre” después de 2 Guerras Mundiales, la derrota del Imperio Nazi, y la desaparición del Zarismo… por lo que era un momento para celebrar.
La película termina con la lectura de un libro con algunos puntos de vista generales de Gran Bretaña en 1953, seguidos de proclamaciones formales de la próxima coronación.
“Sirs, I here present unto you Queen Elizabeth, your undoubted Queen:
Wherefore all you who are come this day to do your homage and service, are you willing to do the same?”
El Jubileo de Oro de La Reina Elizabeth II, es un buen momento para volver a evaluar este noticiario documental, pionero de color de Tecnicolor de su coronación en 1953.
Iniciando con un comentario afrutado, escrito por Christopher Fry, cuya moda de posguerra como dramaturgo poético estaba empezando a desvanecerse, lo entrega con demasiada exaltación Laurence Olivier; y el comentario suena como si el escritor Christopher Fry estuviera persiguiendo desesperadamente el título de Caballero, porque es tan pretencioso como grandilocuentemente adulador.
Mientras Sir Laurence Olivier ya había sido nombrado Caballero 6 años antes, por supuesto, así que no tiene excusa para su terrible entrega de la prosa más purpura de Fry.
Él está en modo “Henry V” pero sin el material, sus palabras finales:
“¡Que La Reina viva para siempre!”, resume el estado de ánimo conmovedor, y demasiado optimista de Gran Bretaña mientras luchaba por austeridad y gobierno socialista, con la esperanza de que la joven de 27 años, llevaría a su gente a la prosperidad, mientras conservaba el estatus de Gran Potencia.
Desafortunadamente, el día de La Coronación de La Reina amaneció nublado y lluvioso, como para apaciguar tales esperanzas.
Tampoco las multitudes de Londres fueron ayudadas por una huelga de autobuses; y esto debió provocó a la Rank Organisation, empresa cinematográfica británica fundada en 1937 por Joseph Arthur Rank; lanzar a todos los camarógrafos que podrían reunir a la refriega para filmar La Procesión y el servicio en La Abadía de Westminster desde una gran cantidad de ángulos.
Como dato, una película había sido hecha sobre La Coronación anterior en 1937, en monocromo; pero las relativamente nuevas cámaras en color de una tira, eran lo suficientemente livianas como para ser maniobrables, pero requerían luces encendidas en la oscura Abadía, lo que hacía que los invitados se sintieran incómodos.
Al tiempo, se ocultaron para no llamar la atención.
También tuvieron que recibir un gran chirrido para captar el sonido en vivo, sin ruido del motor, por lo que la pista suele ser un poco borrosa, y los interiores de La Abadía pueden ser demasiado oscuros para la comodidad del espectador; y sin embargo es asombroso de ver la brillantez de La Ceremonia en La Abadía de Westminster, que se muestra en toda su gloria; ya que condensa los procedimientos de 8 horas del día, en algo más de 1 hora.
Así vemos La Procesión de La Coronación salir del Palacio de Buckingham, y hacer su camino hacia La Abadía de Westminster, vemos los aspectos más destacados de La Ceremonia de Coronación y, finalmente, el regreso de La Procesión.
Con la fe y la tradición tocando al hombre más común de La Realeza hasta el más noble, A Queen Is Crowned es una película tan elocuentemente narrada por Sir Laurence Olivier, que incluye al principio una conmovedora vista de los reinos domésticos de Su Majestad, y algunos muy sabios y profundos comentarios significativos.
Los invitados a La Coronación fueron:
De parte de La Familia de La Reina Elizabeth II:
La Reina Elizabeth, Reina Madre, y madre de Elizabeth; La Princesa Margaret, hermana de Elizabeth; El Duque de Edimburgo, marido y consorte de Elizabeth; El Duque de Cornwall y Rothesay, hijo y heredero de Elizabeth; La Princesa Real, tía paterna de Elizabeth; El Conde y La Condesa de Harewood, primer primo de Elizabeth y su esposa; Gerald Lascelles, primer primo de Elizabeth; El Duque y La Duquesa de Gloucester, tío y tía paternos de Elizabeth; El Príncipe William de Gloucester, primer primo de Elizabeth; El Príncipe Richard de Gloucester, primer primo de Elizabeth; La Duquesa de Kent; El Duque de Kent; La Princesa Alexandra de Kent; El Príncipe Michael de Kent; El Marqués de Milford Haven; El Conde y La Condesa Mountbatten de Birmania; Lady Pamela Mountbatten; La Princesa Marie Louise; Lady Patricia Ramsay y Sir Alexander Ramsay; La Princesa Alicia, Condesa de Athlone y El Conde de Athlone; Lady May Abel Smith y Sir Henry Abel Smith; El Marqués y La Marquesa de Cambridge; La Marquesa de Carisbrooke; Lady Helena Gibbs; y La Duquesa y El Duque de Beaufort.
De los gobernantes de protectorados británicos:
Shaikh Salman Bin Hamad Bin Isa al Khalifah, el gobernante de Bahréin; Shaikh Abdullah Al-Salim Al-Sabah, el gobernante de Kuwait; El Sultán de Brunei; El Sultán de Kelantan; El Sultán y Tengku Ampuan de Selangor; El Sultán y la Sultanah de Johor; El Sultán y la Sultanah de Zanzíbar; El Sultán de Lahej; El Sultán de Perak; La Reina de Tonga; Sheikh Ahmad bin Ali Al Thani, representante del Gobernante de Qatar; El Príncipe Constantine Bereng Seeiso de Basutoland; Sobhuza II de Suazilandia; y Kgari Secheia de Bechuanaland.
De los miembros de familias reales extranjeras:
El Príncipe heredero y La Princesa heredera de Noruega; Príncipe y Princesa George de Grecia; La Princesa Andrew de Grecia; El Príncipe Axel y La Princesa Margaretha de Dinamarca; El Príncipe Bertil, Duque de Halland, en representación del Rey de Suecia; El Príncipe Albert de Lieja, representante del Rey de Los Belgas; El Príncipe de Los Países Bajos; El Príncipe heredero de Laos; El Príncipe Himalayapratrap Vir Vikram Shah, y La Princesa Himalaya, representando al Rey de Nepal; El Príncipe heredero de Vietnam, Bao Long, en representación de Bao Dai, Jefe de Estado de Vietnam; El Príncipe heredero de Japón; Rukidi III de Toro; El Príncipe heredero de Etiopía; El Príncipe Fahad Ibn Abdul Aziz, en representación del Rey de Arabia Saudita; Shah Wali Khan, representando al Rey de Afganistán; El Príncipe heredero de Iraq, Abdul Ilah, representando al Rey de Iraq; El Príncipe Sisowath Monireth, representando al Rey de Camboya; El Príncipe Chula Chakrabongse y La Princesa Chula, representando al Rey de Tailandia; El Príncipe Saif Al Islam Al Hassan, representante del Rey de Yemen; El Nabil Suleyman Daoud, representando al Rey Ahmed Fuad II; El Gran Duque heredero, y La Gran Duquesa heredera de Luxemburgo; El Príncipe Charles Alfred de Liechtenstein, y La Princesa Agnes, en representación del Príncipe de Liechtenstein; El Príncipe Pierre de Mónaco, en representación del Príncipe de Mónaco.
Y finalmente, de los miembros de las familias reales, no reinantes:
El Infante Juan, Conde de Barcelona y La Infanta Maria Mercedes, Condesa de Barcelona; Margrave Berthold y Margravine Theodora de Baden, Hermano-en-ley y cuñada; El Príncipe heredero, Maximiliano de Baden, sobrino; El Príncipe Gottfried y La Princesa Margaret de Hohenlohe-Langenburg, hermano-en-ley y cuñada; La Princesa Beatriz de Hohenlohe-Langenburg, sobrina; El Príncipe y La Princesa George William de Hannover, cuñado y cuñada; La Princesa Christina Margarethe de Hesse, sobrina; La Princesa Dorothea de Hesse, sobrina; y El Príncipe Eugène de Ligne.
Durante un total de 14 meses de preparación, se organizó La Ceremonia de Coronación:
La primera reunión de La Comisión de La Coronación, fue en abril de 1952, bajo la presidencia del marido de La Reina, Philip, Duque de Edimburgo.
A la vez, se formaron otros comités, como El Comité Mixto de La Coronación, y El Comité Ejecutivo de La Coronación, presididos ambos por Bernard Fitzalan-Howard, Duque de Norfolk, quien por tradición, como Conde Mariscal, tenía la responsabilidad general de La Ceremonia.
Gran parte de la ornamentación y decoraciones, quedaron bajo la responsabilidad de David Eccles, Ministro de Obras.
Eccles describió su papel y el de Earl Marshal así:
“El Conde Mariscal es el productor.
Yo soy el director de escena”
Estos comités se establecieron y fueron más de carácter internacional; Altos Comisionados de otros territorios del Commonwealth, eran miembros de estos grupos, lo que refleja la naturaleza dual nacional e internacional de La Coronación.
Aun así, aunque los organizadores británicos querían que fuera de otro modo, ninguno de los funcionarios de otros de los reinos del Commonwealth, distintos al Reino Unido, participaron en el evento en sí; los gobiernos de esos países consideraban el acto como un único rito religioso, correspondiente a Gran Bretaña:
Como El Primer Ministro Canadiense, Louis St. Laurent dijo en ese momento:
“En mi opinión, La Coronación es la entronización oficial del Soberano como Soberano del Reino Unido... estamos encantados de asistir y ser testigo de La Coronación de La Soberana del Reino Unido, pero no somos participantes directos en esa función”
La Comisión de La Coronación, anunció en junio de 1952, que La Coronación se llevaría a cabo 1 año más tarde, el 2 de junio.
La abuela de Elizabeth, La Reina Mary de Teck, murió el 24 de marzo de 1953, habiendo declarado en su última voluntad, de que su muerte no debía afectar a la planificación de La Coronación, y el evento se realizara según lo programado.
Norman Hartnell, fue encargado por La Reina para diseñar los trajes para todos los miembros de La Familia Real y, sobre todo, el vestido que ella se pondría en La Coronación, que se desarrolló a través de 9 propuestas, dejando por fuera lo escotado y lo visiblemente sugerido o sensual.
La versión final, fue el resultado de su propia búsqueda, así como numerosas reuniones personales con La Reina:
Era un vestido de seda blanca, bordada con los emblemas florales de los países del Commonwealth de la época:
La Rosa Tudor de Inglaterra, El Cardo de Escocia, El Puerro de Galia, El Trébol Irlandés de Irlanda del Norte, La Acacia de Australia, La Hoja de Arce de Canadá, La Helecho de Nueva Zelanda, La Protea de Sudáfrica, 2 Flores de Loto de la India y Ceilán; y El Trigo, Algodón y Yute de Pakistán.
Desconocido para La Reina en el momento de la entrega del vestido, sin embargo, fue el único Trébol de 4 hojas bordado en el vestido, del lado izquierdo, donde la mano de Elizabeth estaría durante todo el día.
Elizabeth, por su parte, ensayaba para La Ceremonia junto a sus Damas de Honor, con una camisa en lugar de La Capa de terciopelo y sillas dispuestas para el transporte.
Para que pudiera acostumbrarse a su tacto y el peso, La Reina también llevaba La Corona Imperial del Estado, mientras ella se dedicaba a sus asuntos diarios, luciéndola en su escritorio, a la hora del té, y al leer el periódico.
Se supo que Elizabeth participó en 2 ensayos completos en La Abadía de Westminster, el 22 y el 29 de mayo; aunque otras fuentes afirman que La Reina asistió a cualquiera de “varios” ensayos, o solo a uno.
Lavinia Fitzalan-Howard, Duquesa de Norfolk, por lo general, hizo las veces de La Reina en los ensayos.
La Ceremonia de Coronación de Elizabeth, siguió un patrón similar al de las coronaciones de Los Reyes y Reinas previos a ella, celebradas en La Abadía de Westminster, y que implicaban la participación de La Nobleza y El Clero.
Sin embargo, para la nueva Reina, varias partes de La Ceremonia fueron marcadamente diferentes.
La Coronación de La Reina, fue la primera en ser televisada, aunque el servicio de televisión de la BBC había cubierto parte de la procesión de La Abadía de Westminster después de La Coronación de su padre en 1937; y también fue el primer evento internacional del mundo que se emitirá en televisión.
Había habido un debate considerable dentro del gabinete británico sobre el tema, con El Primer Ministro Winston Churchill, contra la idea de la transmisión; pero, Elizabeth rechazó el consejo de su Primer Ministro Británico en esta materia, e insistió en que el evento tuviera lugar ante las cámaras de televisión, así como aquellos con la experimentación con la naciente tecnología 3D.
El evento, a pesar de ser filmado en color, fue separado en blanco y negro para la emisión de televisión de la BBC.
Millones en toda Gran Bretaña observaron La Coronación en vivo, mientras que, para asegurar que los canadienses pudieran verla el mismo día, la Canberras de La Real Fuerza Aérea Británica, volaron con la película de La Ceremonia a través del Océano Atlántico, para ser emitidos por la Canadian Broadcasting Corporation, siendo los primeros vuelos sin escalas entre El Reino Unido y Canadá.
En Goose Bay, Labrador, la película era transferida a personal de CF-100 de La Real Fuerza Aérea Canadiense para el viaje hasta Montreal.
En total, se realizaron 3 viajes, mientras La Coronación proseguía.
A lo largo de una ruta llena de marineros, soldados y aviadores, y mujeres de todo El Imperio Británico y El Commonwealth, invitados y funcionarios pasaron en procesión antes unos 3 millones de espectadores que se reunieron en las calles de Londres, algunos acampando durante la noche para asegurar un punto de observación de La Monarca, y otros que construyeron gradas y andamios a lo largo de la ruta.
Para los que no estaban presentes para presenciar el evento, más de 200 micrófonos estaban estacionados a lo largo de la ruta, y en La Abadía de Westminster, con 750 comentaristas de radiodifusión en 39 idiomas; mientras más de 20 millones de espectadores en todo el mundo vieron la cobertura.
La procesión incluía a La Realeza y Jefes de Estado a caballo, en dirección a La Abadía de Westminster, además de varios carruajes extranjeros, tantos que se requirió que los voluntarios, desde hombres de negocios a propietarios rurales, que complementaran las filas insuficientes de infantes regulares.
La primera carroza real dejó El Palacio de Buckingham, y se trasladó a The Mall, que estaba lleno de banderas ondeando y multitudes entusiastas.
Fue seguido por el carruaje Irish State, que transportaba a Elizabeth, La Reina Madre, quien llevaba la diadema de su corona con el diamante Koh-i-Noor.
La procesión siguió, luego de dejar The Mall, a Trafalgar Square, y hacia La Abadía en el carruaje “Gold State”, creado en los talleres de Samuel Butler en 1762, y utilizado en todas Las Coronaciones desde George IV en 1820.
Unido a los hombros de su vestido, La Reina llevaba El Manto del Estado, de 5,5 metros de largo, tejido a mano con seda de terciopelo, y forrado con armiño canadiense; y que requería la asistencia de sus Damas de Honor:
Lady Jane Vane-Tempest-Stewart, Lady Anne Coke, Lady Moyra Hamilton, Lady Mary Baillie-Hamilton, Lady Jane Heathcote-Drummond-Willoughby, Lady Rosemary Spencer-Churchill y Mary Cavendish, Duquesa de Devonshire; para poder ser transportado.
La procesión de retorno, siguió una ruta que de 8 kilómetros de largo, pasando por Whitehall, Trafalgar Square, Pall Mall, Hyde Park Corner, Marble Arch, Oxford Circus y finalmente hasta The Mall, para llegar al Palacio de Buckingham.
Al menos 10 mil personas, parte del personal de servicio de toda El Commonwealth y El Imperio marcharon en una procesión de 3,2 kilómetros de largo, y que tardaba 45 minutos para pasar cualquier punto dado.
Por su parte, 15.800 personas alinearon la ruta.
El desfile fue encabezado por El Coronel Burrows de La Oficina de Guerra y 4 bandas de regimiento.
Luego vinieron los contingentes coloniales, las tropas de los reinos del Commonwealth, seguido por La Real Fuerza Aérea, El Ejército, La Marina Real y, finalmente, la Household Division.
Detrás de las tropas marchando, le continuaba una procesión de carro conducido por los gobernantes de los protectorados británicos, entre ellos:
Salote Tupou III, Reina de Tonga, Los Primeros Ministros del Commonwealth, Los Príncipes y Princesas de Sangre Real y La Reina Madre.
Precedido por Los Jefes de Las Fuerzas Armadas Británicas a caballo, el carruaje Gold State era acompañado por los Yeomen of the Guard, la Household Cavalry, y seguido por los ayudantes de campo de La Reina.
Luego de permanecer cerrada desde la adhesión de La Reina, para los preparativos de La Coronación, La Abadía de Westminster fue abierta a las 6 de la mañana del Día de La Coronación para recibir a los aproximadamente 8.000 invitados de toda El Commonwealth; y entre los individuos más prominentes, se encontraban los familiares de La Reina y de la realeza extranjera, los pares del Reino Unido, Jefes de Estado y miembros del Parlamento.
Poco después de las 8:30 de la mañana, La Reina de Tonga, Salote Tupou III, ingresó a La Abadía, destacando por su alegre actitud mientras viajaba a través de Londres bajo la lluvia en un coche descubierto, debido a la costumbre tongana de “no seguir las costumbres de la persona a la que se está honrando, y como símbolo de que nadie es más grande que La Reina en su día de coronación”
A su vez, El General George Marshall, Secretario de Estado de los Estados Unidos, famoso por implementar El Plan Marshall, fue nombrado Presidente de la delegación estadounidense a La Coronación, y asistió junto a su esposa, Katherine.
Las personas sentadas en taburetes, construidos especialmente para la ocasión, podían comprar el suyo posteriormente a La Ceremonia, lo que reportaba beneficios para costear La Coronación.
Precedía a La Reina, en su entrada a La Abadía, La Corona de Saint Edward, llevada por Andrew Browne Cunningham, Lord Gran Senescal, flanqueado por 2 pares, mientras que Los Arzobispos y Obispos auxiliares de La Iglesia de Inglaterra, con sus capas pluviales y mitras, esperaban fuera de La Gran Puerta del Oeste a la llegada de La Reina.
Cuando Elizabeth arribó, cerca de las 11:00 de la mañana, se encontró con que la fricción entre sus ropas y la alfombra, le causó dificultades para caminar, y ella dijo al Arzobispo de Canterbury Geoffrey Fisher:
“Hágame empezar”
Una vez en marcha, la procesión, que incluía a los diversos Altos Comisionados del Commonwealth portando estandartes con los escudos de armas de sus respectivas naciones, se introdujeron dentro de La Abadía, por el pasillo central, y por el coro, al escenario dispuesto, mientras el coro cantaba “I was glad”, utilizado como himno en Las Ceremonias de Coronación, y creado por Sir Hubert Parry, basándose en El Salmo 122.
Mientras Elizabeth rezaba, y luego procedía a sentarse en La Silla del Estado, al sur del altar, Los Obispos transportaban la parafernalia religiosa:
La Biblia, patena y cáliz; y los pares entregan las insignias reales al Arzobispo de Canterbury, quien, a su vez, se las entregaba al Deán de Westminster, Alan Don, quien las colocaba en el altar.
Luego, La Reina se movió hacia La Silla de Saint Edward, o Silla de La Coronación, junto a Fisher, junto al Lord Canciller Gavin Simonds, El Lord Gran Chambelán George Cholmondeley, El Lord Alto Condestable Alan Brooke y El Conde Mariscal Bernard Fitzalan-Howard, todos liderados por El Rey de Armas Principal de La Jarretera, George Bellew, que pidió a la audiencia en cada dirección de la brújula por separado:
“Señores, les presento a La Reina Elizabeth, su Reina indiscutida.
Por tanto, todos los que han venido este día a prestarle vasallaje y servicio:
¿Están dispuestos a hacerlo?”
A ello, la multitud responde:
“¡Dios salve a La Reina Elizabeth!”, cada vez, a cada uno de los cuales se le unía una reverencia a La Reina.
Sentada nuevamente en La Silla de Saint Edward, a continuación El Arzobispo de Canterbury tomó a Elizabeth el juramento de Coronación.
En este, La Reina juró gobernar cada uno de sus países de acuerdo con sus respectivas leyes y costumbres, impartir La Ley y la justicia con misericordia, mantener el protestantismo en El Reino Unido, y proteger a La Iglesia de Inglaterra, y preservar a sus obispos y el clero.
Se procedió al altar donde ella declaró:
“Todo lo que hasta aquí he prometido lo cumpliré y guardaré con la ayuda de Dios”, antes de besar La Biblia, presentada por El Deán de Westminster, y firma el acta.
Luego, El Moderador de La Asamblea General de La Iglesia de Escocia, James Pitt-Watson, tomó La Biblia y la presentó a La Reina de nuevo, diciendo:
“Nuestra bondadosa Reina:
Para mantener su Majestad siempre consciente de La Ley y El Evangelio de Dios como La Regla para toda la vida y gobierno de los príncipes cristianos, os presentamos con este libro, lo más valioso que este mundo ofrece.
Aquí está la sabiduría; esta es la verdadera Ley, esta es la palabra viva de Dios”
Elizabeth le devolvió el libro a Pitt-Watson, que se lo pasó nuevamente al Deán de Westminster.
A continuación, se llevó a cabo el servicio, con la participación de tanto el clero como de Elizabeth, mientras Fisher rezaba:
“Oh Dios... concede a esta tu sierva Elizabeth, nuestra Reina, el espíritu de sabiduría y gobierno, para que devota a ti con todo corazón, ella pueda gobernar con prudencia, que en su tiempo La Iglesia puede estar en la seguridad, y la devoción cristiana puede continuar en paz”; antes de leer varios pasajes de La Primera Epístola de Pedro, Salmos, y El Evangelio de Mateo.
Elizabeth fue entonces ungida, mientras se coreaba “Zadok the Priest”; y las joyas y capa de La Reina fueron retirados por El Conde de Ancaster y La Mistress of the Robes, Mary Cavendish, Duquesa de Devonshire, dejando a La Reina solamente con un vestido blanco de lino simple, también diseñado por Hartnell.
En La Silla de La Coronación, Fisher, asistido por El Deán de Westminster, hizo una cruz en la frente de La Reina con el aceite santo a partir de la misma base que se había utilizado en La Coronación de su padre.
A medida que este segmento de La Ceremonia se consideraba absolutamente inviolable, la vista de las cámaras de televisión fue tapada por un dosel de seda sostenido por encima de La Reina por 4 Caballeros de La Orden de La Jarretera.
Cuando esta parte de La Coronación fue completada, y el dosel quitado, El Deán y La Duquesa de Devonshire colocaron en La Monarca, la “colobium sindonis” y la súper túnica.
Desde el altar, El Deán pasó al Lord Gran Chambelán Las Espuelas, que fueron presentadas a La Reina, y que luego fueron vueltas a colocar en el altar.
La Espada del Estado, luego pasó a manos de Elizabeth, que después de una oración pronunciada por Fisher, la colocó en el altar; y el par que previamente la sostenía, la llevó de nuevo después de pagar una suma de 100 chelines.
La Reina fue vestida a continuación con Los Armíllae o Brazaletes, La Estola Real, La Capa Real y El Orbe del Soberano, seguido por El Anillo de La Reina, El Cetro de La Cruz y El Cetro de La Paloma.
Con los 2 primeros en su mano derecha, y el segundo en la izquierda, La Reina Elizabeth fue coronada por El Arzobispo de Canterbury, con la multitud gritando:
“¡Dios salve a La Reina!”, dicho 3 veces en el momento exacto en que La Corona de Saint Edward tocó la cabeza del Monarca.
Los Príncipes y sus pares, a su vez, se colocaron sus respectivas coronas y una salva de 21 disparos fue disparada desde La Torre de Londres.
Con la lectura de La Bendición, Elizabeth se trasladó al trono, y El Arzobispo de Canterbury y todos los obispos le manifestaron su lealtad; después de lo cual, mientras el coro cantaba, los pares del Reino Unido se dirigieron a jurar lealtad.
Liderados por el marido de La Reina, Philip de Edimburgo, Henry de Gloucester, y Edward de Kent, cada par debía rendir su homenaje personal, y jurar lealtad a Elizabeth.
Cuando el último Barón había completado esta tarea, el conjunto gritó:
“¡Dios salve a La Reina Elizabeth!
¡Larga vida a La Reina Elizabeth!
¡Que La Reina viva para siempre!”
Después de haber eliminado toda su regalía real, Elizabeth se arrodilló, y tomó La Comunión, incluyéndose una Confesión y Absolución general, y junto con la congregación, se recitó El Padre Nuestro.
Llevando La Corona Imperial del Estado, y sosteniendo El Cetro con La Cruz y El Orbe, mientras los invitados reunidos cantaban “God Save The Queen”, Elizabeth dejó La Abadía de Westminster, caminando a través de la nave y el ábside, hacia La Gran Puerta del oeste, seguido de los miembros de La Familia Real, el clero, Los Primeros Ministros y otros.
Entonces, transportada de vuelta al Palacio de Buckingham en el carruaje Gold State, con una escolta de miles de miembros de Las Fuerzas Armadas de toda El Commonwealth, La Reina apareció en el balcón central del Palacio, ante una multitud, mientras un desfile de aviones pasaba por encima.
El gran poder de la historia de Gran Bretaña se muestra aquí, en este documental; pero la estrella debe ser Tecnicolor al final de La Era Tecnicolor.
La belleza de la joven Reina, los rojos profundos, dorados, azules y verdes que solo Tecnicolor puede ofrecer, contrasta con los exteriores grises de un Londres frío y húmedo, calentado por enormes multitudes, y un desfile militar masivo, quizás el último parpadeo de un Imperio Británico.
Por lo que esta no es una película para todos y, como otros han notado, el comentario ligeramente exagerado de Olivier, es discordante para los oídos modernos, pero nada puede quitarle el inmenso poder del evento.
En las impresiones de hoy, la película parece un poco monótona por el brillo de sus joyas, disfraces y pancartas.
Pero de otra manera, las limitaciones técnicas ayudan al efecto.
El “zoom” aún no estaba en uso, por lo que no hay primeros planos de gotas de sudor, bigotes y poros abiertos, trivializando lo que en el fondo es un rito religioso con “el toque personal” tan tentador para los directores de transmisión externos.
Una y otra vez, vemos personajes desde la distancia o desde arriba, lo que hace que su interacción y el significado del ritual sean más claros, además de imponer una sobriedad que se adapta a la dignidad de la ocasión:
Las cámaras son los espectadores privilegiados, no los intrusos.
A pesar que el camarógrafo de la BBC usó un lente para un “close up” de La Reina, no quebró el protocolo del distanciamiento en el uso de cámaras, algo que él justificó de “sentido común”
La deferencia y la solemnidad, eran más habituales entonces.
Por más lejos que los británicos hayan cambiado hacia la intimidad y la exposición en medio siglo, la estética impuesta al equipo de Castleton Knight, por la tecnología se ajustó al espíritu de La Segunda Era Elizabethina, en su comienzo idealista.
En el momento en que la película fue citada por aquellos que querían televisión comercial en Gran Bretaña, J. Arthur Rank, había demostrado que un magnate con fines de lucro, podría resultar tan atractivo como el relevo de televisión de la época de la BBC.
La banda sonora del documental, corre a cargo de Guy Warrack y la London Symphony Orchestra; pero en La Coronación, a pesar de que muchos habían asumido que El Maestro de Música de La Reina, Arnold Bax, sería el director de música en La Coronación, se decidió en su lugar nombrar al organista y maestro de los coristas en La Abadía, William McKie como director.
McKie, quien ya había estado a cargo de la música en La Boda Real en 1947, convocó a un comité asesor con Bax y Sir Ernest Bullock, que había dirigido la música en La Coronación anterior.
Referido a la elección de la música, la tradición imponía que “Zadok the Priest” de Georg Friedrich Händel y “I was glad” de Parry, debían estar incluidas entre los himnos.
Otras obras corales, incluían:
“Rejoice in the Lord always” del siglo XVI, y “Thou wilt keep him in perfect peace” de Samuel Sebastian Wesley.
Otra tradición era la composición de nuevas obras:
Ralph Vaughan Williams creó un nuevo motete llamado “O Taste and See”, William Walton compuso un ajuste para el “Te Deum”, y el compositor canadiense, Healy Willan, escribió el himno “O Lord our Governor”
Además, se planificaron 4 nuevas piezas orquestales:
Arthur Bliss compuso “Processional”; William Walton, “Orb and Sceptre”; Bax, “Coronation March”; y Benjamin Britten, quien había acordado componer una pieza, enfermó de gripe, y luego tuvo que hacer frente a las inundaciones en Aldeburgh, por lo que se presentó “Pompa y circunstancia” de Edward Elgar en su lugar, al final de La Ceremonia.
Una innovación, a sugerencia de Vaughan Williams, fue la inclusión de un himno en el que pudiera participar la congregación.
Esto resultó controversial, y no se incluyó en el programa hasta que fue consultado con La Reina, y dio su veredicto a favor.
Williams escribió un arreglo elaborado del tradicional salmo métrico escocés, “Old 100th”, que incluía fanfarrias de trompetas militares.
El Coro de La Coronación, fue una combinación de Los Coros de La Abadía de Westminster, La Catedral de Saint Paul, La Capilla Real, y La Capilla de Saint George en Windsor.
Además de esos coros establecidos, La Real Escuela de Música de La Iglesia, llevó a cabo audiciones para encontrar 20 jóvenes soprano que representaran a las diferentes regiones del Reino Unido.
Junto con 12 sopranos elegidos de los diversos coros catedralicios británicos, los jóvenes seleccionados pasaron 1 mes de formación en El Palacio de Addington.
El complemento final de coristas, comprendía 182 jóvenes soprano, 37 hombres altos, 62 tenores y 67 bajos.
Junto con una orquesta completa, dirigida por Sir Adrian Boult, el número total de músicos era 480, incluyendo a la prestigiosa organista francesa, Jeanne Demessieux, quien fue la primera mujer en tocar el órgano en La Abadía de Westminster.
“The things which I have here promised, I will perform, and keep.
So help me God”
En todos los dominios ingleses, el resto del Commonwealth, y en otras partes del mundo, se llevaron a cabo celebraciones por La Coronación de Elizabeth II.
La Medalla Conmemorativa de La Coronación, fue regalada a miles de destinatarios a través de los reinos de Elizabeth, mientras que en Canadá, Nueva Zelanda, Sudáfrica y El Reino Unido, se emitieron monedas conmemorativas.
Al menos 3 millones de Medallas de Bronce de La Coronación, fueron ordenados por el gobierno canadiense a La Royal Canadian Mint, y distribuidos a todos los estudiantes del país, que mostraba en el anverso, la efigie de Elizabeth, y en el reverso, la cifra real por encima de la palabra CANADA, todas circunscritas por ELIZABETH II REGINA CORONATA MCMLIII.
Al igual que La Coronación de George VI, bellotas desprendidas de robles del Windsor Great Park, cercano al Castillo de Windsor, fueron enviadas alrededor del Commonwealth, y plantados en parques, escuelas, cementerios y jardines privados.
A estos nuevos robles, se les conoció como “Royal Oaks” o “Coronation Oaks”
En Londres, La Reina ofreció un almuerzo por su coronación, para lo cual fue ideada una nueva receta de pollo, conocido como “Coronation chicken”, y un espectáculo de fuegos artificiales fue montado sobre Victoria Embankment.
Además, numerosas fiestas en las calles se montaron alrededor del Reino Unido.
La Coronation Cup, fue celebrada en Hampden Park, Glasgow en mayo, y 2 semanas antes de La Coronación, la revista literaria infantil, Collins Magazine, cambió su nombre a The Young Elizabethan.
Como dato curioso, la noticia de que Edmund Hillary y Tenzing Norgay, habían llegado a la cumbre del Monte Everest, llegó a Gran Bretaña el día de La Coronación de Elizabeth; y los medios de comunicación neozelandeses, estadounidenses y británicos lo denominaron como “un regalo de La Coronación para la nueva Reina”
Tatuajes militares, carreras de caballos, desfiles y fuegos artificiales fueron montaron en Canadá.
El gobernador general del país, Vincent Massey, proclamó “día de fiesta nacional” y presidió las celebraciones en el Parliament Hill en Ottawa, donde fue transmitida La Coronación de La Reina y su estandarte real personal fue trasladado desde Peace Tower.
Más tarde, un concierto público se llevó a cabo en Parliament Hill, y el gobernador general organizó un baile en Rideau Hall.
En Terranova, se les dio 90.000 cajas de dulces a los niños, algunos de ellos arrojados por La Real Fuerza Aérea Canadiense; y en Montreal, 400.000 personas se reunieron, 100.000 de ellos solo en Jeanne-Mance Park.
Un espectáculo multicultural, fue inaugurado en Toronto, exposiciones tuvieron lugar en las provincias de las Praderas, y en Vancouver, la comunidad china realizó la danza del león al público.
En La Península de Corea, soldados canadienses que prestaban servicio en La Guerra de Corea, reconocieron el día por cortinas de humo rojo, blanco y azul, y bebieron raciones de ron.
Como dato, el 15 de junio de 1953, La Reina asistió a una revisión de la flota en Spithead, frente a la costa en Portsmouth.
Había más barcos del Commonwealth presentes que en la revisión de La Coronación de 1937, aunque un tercio de ellos eran fragatas o barcos más pequeños.
Las principales unidades del Royal Navy, incluían el último acorazado de Gran Bretaña, HMS Vanguard, y 4 flotas y 3 portaaviones ligeros.
La Royal Australian Navy y Royal Canadian Navy, también incluyeron cada una, un transportista ligero en sus contingentes.
Usando la fragata HMS Surprise como un yate real, La Reina y La Familia Real comenzaron a revisar las líneas de los barcos anclados a las 3:30pm, finalmente fondearon a las 5:10pm.
Esto fue seguido por un vuelo de más de 300 aviones navales.
Después de que La Reina se transfirió a Vanguard para la cena, el día concluyó con La Iluminación de La Flota, y una exhibición de fuegos artificiales.
En una rara entrevista de televisión en el año 2018, La Reina Elizabeth II compartió pensamientos privados sobre su coronación, y contó cómo una de las coronas que usó en la ceremonia era tan pesada que “tu cuello se rompería”
Ella, que entonces tenía 27 años, fue coronada con gran fanfarria el 2 de junio de 1953, poco más de 1 año después de que su padre, El Rey George VI, muriera de un cáncer pulmonar.
En el documental de una hora de la BBC, la monarca con más tiempo en El Reino Unido, habló abiertamente de la ocasión hace 65 años, y describió, cómo La Corona Imperial del Estado está adornada con diamantes y otras piedras preciosas haciéndola “muy pesada.
Afortunadamente mi padre y yo tenemos el mismo tipo de cabeza moldeada; pero cuando te la pones, esta se queda, quiero decir, se mantiene por sí misma.
No puedes mirar hacia abajo para leer el discurso, tienes que levantar el discurso; porque si lo hicieras, tu cuello se rompería, se caería.
Así que hay algunas desventajas con las coronas, pero no obstante son muy importantes", dijo La Monarca.
La Corona Imperial del Estado, que ella todavía usa en algunos eventos formales, fue una de las 2 utilizadas durante La Ceremonia; la otra es La Corona de Saint Edward, que pesa unos 4 kilogramos, y está hecha de oro sólido.
Ella nunca la ha vuelto a usar desde entonces.
Reflexionando sobre el evento, La Reina recordó La Coronación de su padre, a la cual ella acudió cuando era niña.
“Es como, supongo, el comienzo de la vida real de uno como soberano.
Es como un desfile de caballeros, y una forma anticuada de hacer las cosas realmente.
He visto una coronación, y he sido la receptora en otra, lo cual es bastante notable”, dijo La Reina.
El documental llamado “La Coronación” se emitió este domingo 14 de enero de 2018, a las 8pm, hora local en BBC One.
Nadie puede dudar de que mucho ha cambiado en este mundo desde que se coronó a La Reina de Gran Bretaña, pero al mismo tiempo hay muchas cosas que si uno se preocupa por mirar… ha cambiado enormemente, como es el estilo y los títulos de La Reina Elizabeth, como Elizabeth Segunda, por La Gracia de Dios del Reino Unido, Australia y sus otros reinos y territorios Reina, Cabeza del Commonwealth, Defensora de La Fe.
Por mi parte, me siento honrado, orgulloso y privilegiado de vivir en la época en que a La Monarca actual de Inglaterra se le reconoce su inquebrantable devoción por su deber en todos los niveles de su cargo, por más de 6 décadas, y por mucho tiempo que pueda reinar como un ejemplo para muchos.

“May the Queen live for ever!”



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