Алекса́ндр Не́вский (Alexander Nevsky)

“Сила меча измеряется рукой, которая ее использует!”
(¡La fuerza de una espada se mide por el brazo que la empuña!)

Александр Ярославич Невский o Alexander Nevsky, fue un Príncipe de Novgorod en 1236, de Kiev en 1246; y de Vladimir-Suzdal entre 1252 y 1263; líder ruso y Santo de La Iglesia Ortodoxa rusa, siendo el 2º hijo del Gran Duque Yaroslav II, quien gobernaba en Novgorod, y una devota mujer llamada Teodosia, o Rostislava Mstislavna, hija de Mstislav Mstislavich “El Valiente”
Alexander es notable por haber luchado contra los suecos, teutones y tártaros que amenazaban Novgorod.
Nació el 30 de mayo de 1220, poco antes de La Invasión Mongola, y recibió una educación de carácter religioso.
Las primeras épocas de su vida, infancia y juventud, las pasó en la ciudad rusa de Novgorod.
Siendo joven todavía, tuvo que gobernar…
Entre 1235 y 1240, los tártaros o mongoles, al mando de Batu Kan, arrasaron los estados de Rusia.
La región de Alexander, Novgorod, aunque amenazada, se salvó de la devastación causada por los tártaros, pero Alexander tendría que luchar contra otros enemigos que provenían de Occidente.
En el año 1237, El Papa promulgó una bula contra los finlandeses, que se habían rebelado contra el catolicismo, y para convertir a los rusos ortodoxos.
Así se formó un gran ejército sueco al mando del yerno del Rey de Suecia, Birger Jarl, fundador de la ciudad de Estocolmo.
En 1240, los suecos desembarcaron en el río Neva.
Alexander, enterado de la noticia, lanzó una arenga a sus hombres:
“Hermanos, somos pocos y el enemigo es fuerte, pero Dios no está en la fuerza sino en la verdad.
Recordemos las palabras del Creador de los salmos:
“…estos en carros, aquellos a caballo, y nosotros el nombre de Dios invocaremos...”
No os amedrentéis por el número de los combatientes, ya que Dios está con nosotros”
El 15 de julio de 1240, Alexander atacó a los suecos en el Neva, y los derrotó.
La victoria le valió el sobrenombre de “Alexander Nevsky”, esto es, Alexander del Neva.
Esta victoria, que se produjo apenas 3 años después de la desastrosa invasión mongola de las tierras rusas del Noroeste, fortaleció la influencia política de Alexander, pero al mismo tiempo empeoró sus relaciones con los boyardos.
Pronto tendría que abandonar Novgorod, debido a este conflicto.
Algún tiempo después, La Orden Teutónica, apoyándose en la misma bula papal, invadió las ciudades novgorodienses de Pskov y Yuriev.
Entonces, la gente de Novgorod pidió a Alexander Nevsky que viniera a prestarles ayuda…
En la primavera de 1241, regresó del exilio, reunió un ejército, y expulsó a los invasores.
Alexander y sus hombres, se enfrentaron a la caballería pesada de Livonia, dirigida por El Obispo de Dorpat, llamado Hermann y hermano de Alberto de Buxhoeveden; y Alexander atacó a los caballeros teutónicos, y liberó Pskov.
En la superficie helada del Lago Peipus, Chudskoye; los caballeros católicos y los ejércitos rusos ortodoxos lucharon en “La Batalla de Los Hielos” o “Batalla del Lago Peipus”, durante la cual, Alexander Nevsky derrotó a los teutones el 5 de abril de 1242.
El Papa de Roma, Inocencio IV, después de ser derrotado al intentar convertir por la fuerza a Rusia, envió en 1251 a 2 Cardenales para ofrecer a Alexander Nevsky la protección de Roma, pero Alexander la rechazó.
La victoria de Alexander, marcó un evento significativo en la historia de Rusia.
Los soldados de infantería de Novgorod, habían rodeado y derrotado a un ejército de caballeros, montados a caballo y vestidos con gruesas armaduras.
La gran victoria de Nevsky contra La Orden de Livonia, aparentemente involucró solo a unos pocos caballeros muertos en lugar de a los cientos reclamados por los cronistas rusos.
Las batallas decisivas medievales y de principios de la época, se ganaron y perdieron por márgenes más pequeños que las que se ven en los conflictos de masas contemporáneos.
Dejando a un lado las consideraciones militares tácticas, la victoria de Alexander fue un hito importante en el desarrollo de la Rusia moscovita.
En 1938, Sergei Eisenstein hizo una de sus películas más aclamadas, “Alexander Nevsky”, donde Nevsky usó varios proverbios rusos, vinculando firmemente a Nevsky con la tradición rusa.
“У нас есть поговорка:
Лучше умереть за свою страну, чем оставить ее”
(Tenemos un dicho:
Es mejor morir por su país que dejarlo)
Алекса́ндр Не́вский (Alexander Nevsky) es un drama soviético, del año 1938, dirigido por Sergei M. Eisenstein.
Protagonizado por Nikolai Cherkasov, Nikolai Okhlopkov, Andrei Abrikosov, Dmitri Orlov, Anna Danilova, Vasili Novikov, Varvara Massalitinova, Valentina Ivashova, Nikolai Arsky, entre otros.
El guión es de Sergei M. Eisenstein y Piotr A. Pavlenko, basados en hechos y personajes históricos; y de un escenario literario titulado “Rus”, escrito por Pyotr Pavlenko, un novelista soviético que se ajustaba a la ortodoxia realista socialista.
Las autoridades soviéticas confiaron en Pavlenko, como “asesor” para la producción, en informar cualquier tendencia díscola por parte de Eisenstein en el rodaje; y representa el intento de invasión de Novgorod en el siglo XIII, por Los Caballeros Teutónicos del Sacro Imperio Romano Germánico, y su derrota por El Príncipe Alexander Nevsky.
Para cuando el director rodara Alexander Nevsky, en 1938, todo había cambiado:
El cine había cambiado con la llegada del sonido, él volvía a trabajar tras viajar al extranjero, y conocer otras formas de entender el cine; y El Estado ya no apoyaba a la vanguardia; ahora todo lo inundaba El Realismo Socialista.
Estos cambios se verán reflejados, evidentemente, en el resultado final de esta obra; pues desde el principio existían ciertas presiones, ya que se trataba de un encargo por parte del Estado, al parecer, para ensalzar la figura de Stalin, y preparar al pueblo para la posible lucha con los alemanes nazis.
Pero en lo técnico, Alexander Nevsky es menos experimental en su estructura narrativa que las películas anteriores de Eisenstein, ya que cuenta una historia con un solo arco narrativo, y se centra en un personaje principal.
Los efectos especiales y la cinematografía, fueron sin embargo algunos de los más avanzados en ese momento; al igual que el uso de la banda sonora.
Алекса́ндр Не́вский (Alexander Nevsky) fue producida por Goskino, a través de la unidad de producción de Mosfilm, con Nikolai Cherkasov en el papel principal, y una partitura musical de Sergei Prokofiev, siendo el primero y más popular de las 3 películas sonoras de Eisenstein.
En 1941, Eisenstein, Pavlenko, Cherkasov y Abrikosov, recibieron El Premio Stalin por la película.
La película fue estrenada en diciembre de 1938, y se convirtió en un gran éxito.
Para el 15 de abril de 1939, Semen Dukelsky, Presidente del Comité Estatal de Cinematografía, informó que ya había sido vista por 23,000.000 de personas, y era la más popular de todas las películas hechas en tiempos recientes.
Pero después del 23 de agosto de 1939, cuando La URSS firmó el Pacto Molotov-Ribbentrop, que preveía la no agresión y colusión entre Alemania y La Unión Soviética, Алекса́ндр Не́вский (Alexander Nevsky) fue retirado de circulación; sin embargo la situación se revirtió dramáticamente el 22 de junio de 1941, después de La Invasión Alemana a La Unión Soviética, y la película volvió rápidamente a las pantallas soviéticas y occidentales.
Алекса́ндр Не́вский (Alexander Nevsky) se rodó durante el verano de 1938, en escenarios naturales de los alrededores de Moscú y en platós exteriores, y de interior de los estudios Mosfim, de Moscú.
La acción dramática tiene lugar en las ciudades de Pskov y Novgorod, y en las cercanías del lago Peipus, en Tchoudsk; durante el invierno del año 1242.
La Batalla del Lago tuvo lugar el 5 de abril de 1242.
Se enfrentan fuerzas rusas al mando de Alexander Nevsky (Nikolai Cherkasov), de 21 años, y un ejército de La Confederación Livonia, alianza que aúna intereses de la aristocracia teutona, que aporta caballeros, dirigentes y jinetes; los comerciantes germanos que aportan financiación; y La Iglesia Romana que aporta a la invasión, el carácter de Cruzada o Guerra Santa contra La Iglesia Ortodoxa Rusa.
La operación suma los intereses expansivos del Sacro Imperio Germánico y los de implantación de La Iglesia de Roma en una zona estratégica que le es ajena.
La Confederación Livonia gobierna durante siglos en una extensa zona que ocupa territorios actuales de Los Países Bálticos, el norte de Polonia y el enclave de Kaliningrado, en Rusia.
Los caracteres personales, sólo esbozados, contienen rasgos diferenciales relevantes:
Alexander es el hijo del Príncipe Yaroslav, soberano de Vladimir, que es elegido líder de las fuerzas rusas por aclamación.
Es amigo del pueblo llano, enemigo del enriquecimiento personal a costa de intereses colectivos; al tiempo que es pacífico, sencillo y cordial, parco en el castigo, y orador de palabra fácil.
Otros de los personajes son:
Olga Danilovna (Vera Ivashova) es prudente, tranquila, idealista y enemiga de las precipitaciones.
Vasilisa (Aleksandra Danilova) es ardiente, luchadora y hábil en el manejo de la espada.
Vasili Buslaev (Nikolai Okhlopkov) es fuerte, tranquilo y complaciente.
Gavrilo Oleksich (Andrei Abrikosov) es apasionado, rudo y sincero.
Vasili y Gavrilo, son amigos de infancia y se aprecian como hermanos.
Y como antagonista, El Gran Maestre Hermann von Balk (Vladimir Yershov), Jefe Supremo de los teutones, es feroz, cruel, sanguinario y perverso.
El tema de la película, es la incursión del siglo XIII de Los Caballeros de La Orden de Livonia en el territorio de La República de Novgorod, su captura de la ciudad de Pskov, la invocación del Príncipe Alexander Nevsky a la defensa de Rus, y su posterior victoria sobre Los Cruzados en 1242, en la batalla que se libró sobre la superficie helada del lago Peipus.
También tuvo que hacer frente a la invasión de Rusia por el ejército mongol dirigido por Gengis Khan.
Alexander Nevsky subraya como un tema central, la importancia de la gente común para salvar a Rusia, mientras retrata a los nobles y comerciantes como “burguesía”, y enemigos de las personas que no hacen nada, un motivo que fue muy empleado.
Los Caballeros Teutónicos invaden y conquistan la ciudad de Pskov con la ayuda del traidor Domash Tverdislavich (Nikolai Arsky), y masacran a su población.
Ante la resistencia de los boyardos y mercaderes de Novgorod, instigada por el monje Anani (Ivan Lagutin), Nevsky reúne a la gente común de Novgorod, y en una batalla decisiva del hielo, en la superficie del lago Peipus o Chudskoe congelado, derrotan Los Caballeros Teutónicos.
La historia termina en el Pskov recuperado, donde los soldados de a pie, normales, son liberados; Los Caballeros Teutónicos sobrevivientes serán retenidos por el rescate; y Tverdislavich es invadido por la gente vengativa, y supuestamente es despedazado.
Una subtrama de la película concierne a los amigos:
Vasili Buslaev y Gavrilo Oleksich, los 2 guerreros famosos de Novgorod, que se convierten en Comandantes de Las Fuerzas de Novgorod, y participan en un concurso de coraje y habilidades de combate durante La Batalla sobre El Hielo para decidir, cuál de ellos ganarán la mano de Olga Danilovna, una doncella de Novgorod a quien ambos cortejan.
Vasilisa, la hija de un boyardo de Pskov asesinado por los alemanes, se une a las fuerzas de Novgorod como soldado de primera línea; y ella y Buslaev luchan lado a lado, lo que deja una fuerte impresión en Buslaev; y ella también mata personalmente al traidor Anani.
Después de que tanto Gavrilo como Buslaev han resultado gravemente heridos, Buslaev declara públicamente, que ni él ni Gavrilo fueron los más valientes en la batalla:
Ese honor va para Vasilisa, y después de ella, viene Gavrilo.
Así, Gavrilo y Olga están unidos, mientras que Buslaev elige a Vasilisa como su futura esposa, con su consentimiento tácito.
Sin embargo, el director en gran parte de la película le resta importancia al Príncipe del título, para darle un gran papel al pueblo ruso, que es al final el verdadero protagonista.
Con una estética sumamente cuidada, se nos presenta de un lado al enemigo, como una masa homogénea, fría, sin compasión y sin apenas rostros, que cuando aparecen, son la mismísima representación de la muerte.
Del otro lado, el pueblo ruso, es un pueblo vivo, valeroso y orgulloso de sí mismo.
Aquí se le da mucha importancia al pueblo y su lenguaje, sus dichos o su arquitectura popular.
Y el director usará varios personajes que encarnan el espíritu de lucha, pero que en el conjunto ceden protagonismo ante la lucha del pueblo.
El film suma acción, épica, drama, aventuras, historia y guerra.
El relato es sencillo, claro y asequible, en atención al público objetivo al que va dirigido:
Todos los estratos del pueblo soviético; por lo que la obra constituye una epopeya del nacionalismo ruso, y la hagiografía de uno de sus principales líderes históricos.
El encargo de la misma, tiene por objeto preparar a la población rusa ante una eventual invasión nazi.
Y es que Eisenstein cuajó uno de los mejores momentos, precisamente cuando dejó a un lado el imperativo propagandístico, para hablar de lo que realmente importa:
Las personas que acaban como víctimas de las grandes decisiones políticas.
“Я не позволю этим собакам посадить одну ногу на российскую землю!”
(¡No dejaré que esos perros pongan un pie en tierra rusa!)
El director soviético, Sergei M. Eisenstein, pertenece a una generación de artistas rusos que, siendo muy jóvenes, revolucionaron el mundo del arte, y por tanto de la cultura, no solo de su nación, sino del mundo entero.
El objetivo de estos, en muchos casos era el de encontrar un lenguaje propio para las diferentes artes que trabajaban.
Si esto ocurría en artes tan milenarios como la pintura con pintores como Malevich o El Lissitzky, como no habría de suceder con el cine, que era “el nuevo arte”
Estos artistas de vanguardias, no solo contaban con su entusiasmo, sino que durante el final de la década de 1910 y la de 1920, contaron con el apoyo del Estado.
No es casualidad que se abriese en 1919, en Moscú, la primera escuela oficial de cine del mundo.
Este ambiente de ebullición vanguardista, dio como resultado no solo grandes cineastas, sino también grandes teóricos de cine como el propio Eisenstein.
Ellos crearon un lenguaje, una sintaxis y una semántica para el cine que quedó plasmada en grandes obras, donde el montaje tiene un papel protagonista como base y fundamento de este lenguaje visual.
Y no es ningún secreto, que las películas que realizó este director soviético, ensalzaban las virtudes del nuevo régimen formado a partir de La Revolución de 1917; y sirvieron como Filmes de Propaganda para mostrar las virtudes y necesidades del nuevo gobierno.
Le sucede igual aquí, sin embargo, cruza la línea del maniqueísmo más torpe para ofrecernos una historia que a pesar de estar ubicada en el siglo XIII, tiene claras alusiones al momento en que se realizó, justo sólo un año antes de que los alemanes decidieran invadir Polonia.
Rodada 10 años después de la última gran película muda del director, Алекса́ндр Не́вский (Alexander Nevsky) es el primer trabajo de Eisenstein en el cine sonoro, y supone una “naturalización” del estilo del cineasta, sin por ello abandonar una metodología de trabajo a partir de una estudiadísima puesta en escena, en la que cada plano opera dinámicamente con el plano anterior, obteniendo a través de su interacción, su “yuxtaposición”; una emoción surgida dinámicamente.
Esta técnica, que en sus célebres títulos mudos fue llevada hasta sus últimas consecuencias, llegando para muchos a anteponer los aspectos formales por encima de los temáticos; se ve sensiblemente alterada con la llegada del sonoro, lo que lleva a Eisenstein, minucioso teórico del lenguaje cinematográfico, a una profunda revisión los principales preceptos de sus teorías artísticas, a fin de adaptarlas a las nuevas posibilidades del cinematógrafo.
Un proceso de revisión metodológica que explica en parte, existen también motivos políticos; el largo período de 10 años que transcurrió entre su último trabajo, y el estreno de Алекса́ндр Не́вский (Alexander Nevsky), en 1938.
A destacar la fotografía de Eduard Tisse, colaborador habitual de Eisenstein, en blanco y negro, que combina primeros planos extremos, un montaje ágil, planos generales horizontales, análisis psicológico de los rostros, escenas conmovedoras, como el paisaje tras la batalla; una secuencia magistral de 35 minutos, como La Gran Batalla en El Lago; y otras magistrales, que han servido de inspiración a films posteriores que han utilizado desde David Lean a Stanley Kubrick; donde el cromatismo sirve para distinguir a los teutones con el blanco; de los rusos con el negro atenuado.
Así pues, la historia narra lo que llevó a la épica Batalla del Lago de Hudskoye, en 1242, en la que El Príncipe Alexander, al mando del ejército de Novgorod, formado básicamente por gente del pueblo; derrotó a las tropas teutónicas que pretendían conquistar la ciudad.
A partir de este acontecimiento histórico, la película traza un paralelismo de los hechos narrados con la situación política del momento, con una doble finalidad propagandista:
Por un lado, como advertencia al enemigo exterior; y por otro, para exaltar a la población ante la perspectiva de un conflicto bélico que habría de requerir grandes sacrificios del pueblo soviético.
Pero lo que hace de Алекса́ндр Не́вский (Alexander Nevsky) una obra única, no es lógicamente su voluntad propagandista, sino la  potencia de sus imágenes y su extraordinaria puesta en escena, fruto de la depuración formal a la que ha sido sometida por Eisenstein; que logra trascender el proyecto de encargo, para convertir la película en una de las cimas de la filmografía de su autor.
Las primeras imágenes son absolutamente ejemplares en este sentido:
Tras unos títulos que nos sitúan en el momento histórico concreto, con una Rusia que acaba de librar una batalla contra los mongoles, y asediada ahora por las tropas teutónicas, Eisenstein nos muestra en apenas 4 planos, las consecuencias de la guerra recién finalizada.
Rusia está pasando su peor momento:
Por el este, la horda de Los Mongoles de Gengis Khan; y por la parte de Europa, Los Germanos de La Orden Teutónica, que pretende con la bendición del Papa Inocencio IV, emprender una Cruzada por el área de Europa del Este y Rusia, ya que estos lugares predomina El Cristianismo Ortodoxo, y uno de los principales “hobbys” del Vaticano en aquellos tiempos, era fagocitar áreas que ellos consideraban “paganas”
De ahí veremos 4 tomas con imágenes de esqueletos humanos y de animales sobre un campo de batalla, que van del plano general hasta un plano corto, con 2 calaveras que destacan, blanquísimas, entre la hierba, un casco y una flecha, indemnes estos últimos al paso del tiempo; para finalizar con un 5º y último plano de una extensa pradera:
La tierra rusa ansiada por los invasores.
Es difícil expresar con palabras la potencia simbólica de estas imágenes.
Baste decir que con total economía de recursos, y un absoluto dominio de la composición, que Eisenstein obra el milagro de hacer sentir al espectador, en solo 5 planos, las consecuencias de la guerra y la incertidumbre ante la posibilidad de una nueva contienda.
Tras este excepcional inicio, Eisenstein nos presenta al Príncipe Alexander como un sencillo pescador, identificando al héroe como un “hombre del pueblo”, casi con características cristicas, más allá de la apariencia, sino en el vestido, el oficio y su ideología mesiánica.
La llegada de unos tátaros que exigen a los pescadores, muestras de su vasallaje, y la orgullosa reacción del Príncipe Alexander, obligando a deponer la altiva actitud de los tátaros, únicamente con su nombre, y las gestas ligadas a éste::
“El que venció a los suecos en el Neva”, nos demuestra que nos encontramos ante la figura de un líder que infunde respeto con su sola presencia.
Esta idea de líder del pueblo, es importante, por cuanto en la siguiente escena, Eisenstein nos muestra la ciudad de Novgorod sometida a los intereses de la élite política rusa, partidaria de pactar con el enemigo mediante concesiones económicas.
Actitud que choca directamente con la voluntad del pueblo, dispuesto a defender la nación ante el invasor, y que reclama la necesidad de “grandes hombres” que lideren la resistencia.
Vemos aquí, como la obra de exaltación de los valores del pueblo ruso se convierte también en una dura crítica a las élites del poder, más preocupadas en salvaguardar sus intereses, que en la defensa de la nación rusa, en lo que no es difícil ver una clara carga de profundidad del director contra el régimen político soviético, no en vano, parece ser que el propio Stalin ordenó suprimir un rollo entero del metraje de la película, descontento con la visión del poder que en él se ofrecía; recordar que Stalin era partidario del culto a la personalidad.
Una vez al mando de un ejército formado por el pueblo de Novgorod, El Príncipe Alexander se dirige al encuentro de las tropas teutónicas para librar la famosa Batalla del Hielo, que ocupa el último tercio de la película.
Apoyado en la espléndida partitura que Sergei Prokofiev, que compuso para la película, el director plantea una puesta en escena que dialoga literalmente con la banda sonora, adecuándose al ritmo de la música unas veces, y marcándolo mediante el montaje en otras, tal como explica el mismo Eisenstein:
“A Prokofiev y a mí nos gusta entregarnos a interminables regateos para ver “a quién le toca”:
Si hay que escribir la música a partir de fragmentos de la película que se montarán luego siguiendo la partitura; o bien, efectuar primero el montaje de la escena, y componerla después.
La dificultad recae, en efecto, sobre quien debe abrir el fuego:
Hallar el ritmo de la escena”
Алекса́ндр Не́вский (Alexander Nevsky) llega a su clímax en una batalla de 30 minutos en el hielo, impulsada por la narrativa musical triunfante, amenazadora y entusiasta de Prokofiev, una secuencia que ha servido como modelo para batallas épicas desde entonces.
Y vale decir que su producción, fue la primera en filmarse y, dado que fue filmada durante un verano caluroso en un lugar fuera de Moscú, el director de fotografía Eduard Tisse, tuvo que tomar medidas extraordinarias para crear un paisaje invernal, incluyendo:
Uso de un filtro para sugerir invierno luz, pintando todos los árboles de color azul claro, y espolvoreándolos con tiza, creando un horizonte artificial de arena, y construyendo capas de hielo simuladas a partir de asfalto y vidrio fundido, sostenidas por pontones flotantes, que se desinflaron para que las capas de hielo artificiales se hicieran añicos bajo el peso de Los Caballeros Teutónicos de acuerdo con los patrones precortados.
Sea como sea, la larguísima secuencia de La Batalla en El Hielo, supone la culminación formal de la obra cinematográfica de Eisenstein, gracias a una puesta en escena que sigue al pie de la letra una minuciosa planificación, ya que no existen segundas unidades para tomas de relleno en Eisenstein; en la que cada plano funciona como una unidad mínima de significado que, al interaccionar con los planos anterior y posterior, adquiere un nuevo sentido, y genera esa emoción dinámica a la que aludía el realizador.
Como “película de encargo”, mencionar que casi toda la obra de Eisenstein lo fue, aunque, como veremos más adelante, ello no implicara necesariamente una actitud dócil del director para con el poder; para ensalzar las virtudes del pueblo ruso frente a las ansias expansionistas de la Alemania nazi, efectivamente Алекса́ндр Не́вский (Alexander Nevsky) es un filme doblemente basado en hechos reales.
La trama de la película se centra en la figura del personaje histórico que da título a la obra:
Alexander Nevsky fue un gobernante que dirigió las tropas contra la invasión de los pueblos extranjeros que amenazaban a Rusia en aquellos años.
Y lo cierto es que Rusia aún no existía como entidad política, en lo que era la región más occidental, había diversos principados y reinos; y en su parte oriental, estaba prácticamente despoblada o regida por pueblos asiáticos; hecho que el filme elude para poder favorecer el mensaje de propaganda.
La cuestión es mostrarnos a Alexander Nevsky como un doble del propio Stalin, un héroe capaz de derrotar al enemigo exterior, que se cierne de manera amenazante sobre La Nación.
El propio director afirmó, que se realizó el filme con la intención de combatir al fascismo, una amenaza que se agigantaba sobre Europa, representada en Los Caballeros Teutones.
El texto final que introduce el director, resulta un verso bastante predictivo:
“Quienquiera vendrá a nosotros con una espada, de una espada fallecerá”
En efecto, las órdenes teutónicas que intentaron conquistar en el siglo XIII las provincias de la actual Rusia, son una evidente metáfora que emplea el filme para hablarnos de la amenaza nazi.
El pueblo ruso pues, deberá defenderse de los germanos, tal y como ya lo hizo en los tiempos de Alexander Nevsky.
Por otra parte, los buenos y los malos, aparecen definidos en un maniqueísmo que no era nuevo en la filmografía de Eisenstein, pero que aparece en el filme de manera muy amplificada:
Los teutones son unos monstruos que aparecen definidos con todos los rasgos negativos; por lo que la película fortaleció su carácter propagandístico.
Eisenstein convirtió a los teutones, en la auténtica encarnación de lo depravado, adornando a los guerreros con cascos de cuernos y símbolos de maldad.
En contrapartida, los soldados rusos combatían a cara descubierta, mostrando sus rasgos candorosos y positivos.
Ya desde el vestuario, se puede apreciar la diferencia entre los diversos pueblos:
Los Germanos aparecen vestidos prácticamente de manera uniformada, como los nazis; y mostrando las enormes cruces que adornan sus trajes.
La película también nos muestra el choque entre civilizaciones y religiones opuestas; y oculta de manera sutil, el hecho de que el propio Nevsky fuera canonizado por La Iglesia Ortodoxa 3 siglos más tarde de los hechos que nos muestra; recordemos el ateísmo de La URSS.
Los teutones se muestran altos y rubios, físicamente muestran claras diferencias con los rusos; son unos carniceros que realizan matanzas con las ciudades que capturan; mientras que los soldados de Nevsky liberan una vez ganada la gran batalla a los prisioneros.
Continuamente, el filme pretende mostrar las diferencias entre las 2 civilizaciones, sin temor por caer en la brocha gorda.
En un momento determinado, la gente de Novgorod acude a Nevsky para pedirle ayuda en defensa de su ciudad.
Él responde que no está ahí para defender Novgorod, sino a Rusia.
Las intenciones de Eisenstein con la película eran claras, refundar el mito de Nevsky, convirtiéndole en un héroe nacional, no sólo regional.
Poco importa que el verdadero Nevsky poco tuviera que ver con el personaje romántico que nos presenta Eisenstein, porque lo cierto es que sobre el personaje real poco se conoce.
Cuando el cineasta soviético decidió encargarse del filme, sabía que hiciera lo que hiciera, sería aceptado precisamente por este desconocimiento historiográfico; por lo que Eisenstein hizo con Алекса́ндр Не́вский (Alexander Nevsky), su primera película completa en 10 años, durante La Era Estalinista, en un momento de tensas relaciones entre La Unión Soviética y la Alemania nazi.
Así, Joseph Stalin quería que esta película fuera una herramienta de propaganda para advertir a los ciudadanos soviéticos que desconfiaran de la agresión alemana.
Sin embargo, fue rechazado al principio, debido a que era “demasiado anti-alemán”, ya que salió poco antes de que se firmara El Pacto de No Agresión Soviético-Alemán de 1939.
Pero en 1941, se rompió “La Paz” y, según los informes, Stalin exigió que se mostrara en todas las salas de cine soviéticas como “un grito de guerra contra la invasión”
Mientras filmaba la película, Eisenstein publicó un artículo en el periódico oficial de la revista Izvestia, titulado:
“Alexander Nevsky y la racha de los alemanes”; y dibujó un paralelo específico entre Nevsky y Stalin.
Como resultado, El Kremlin solicitó una proyección anticipada y, sin que Eisenstein fuera consultado, sus asistentes le mostraron el metraje al dictador.
Durante el proceso de esta proyección, uno de los carretes, que presentaba una escena que representaba una pelea entre el populacho de Novgorod, desapareció…
Ya sea que se dejó atrás en la sala de edición inadvertidamente, o si Stalin vio el metraje, y se opuso a él; los realizadores decidieron destruir el carrete permanentemente, ya que no había recibido la aprobación explícita de Stalin.
Así las cosas, la película contiene elementos de alegoría obvia, que reflejan la situación política entre los 2 países en el momento de la producción; como algunos tipos de cascos usados por la infantería teutónica, se parecen a las maquetas de Stahlhelms de La Primera Guerra Mundial.
En el primer borrador del guión, las cruces gamadas, incluso se aparecían a los cascos de los invasores.
La película retrata a Alexander como un héroe popular, y lo muestra evitando una pelea con los mongoles, sus antiguos enemigos, para enfrentar al enemigo más peligroso; y también transmite mensajes altamente anticlericales y anticatólicos.
La mitra del Obispo de Los Caballeros, por ejemplo, está adornada con esvásticas; mientras que la religión desempeña un papel menor en el lado ruso, estando presente principalmente como telón de fondo en forma de La Catedral de San Novgorod, de Novgorod; y los clérigos con sus íconos durante la entrada victoriosa de Nevsky en el ciudad, después de la batalla.
Como errores de producción, o históricos, cabe señalar que Gavrilo Oleksich, uno de los principales protagonistas de la película, no pudo participar en La Batalla de Hielo; ya que lo mataron un año antes, en 1241, asaltando la fortaleza de Koporye.
La batalla real, se refleja tanto en las crónicas antiguas rusas como en las alemanas, pero la información sobre detalles específicos difiere:
Una de las principales diferencias, es la cantidad de guerreros en el bando teutón; cuyas crónicas alemanas dicen 300; pero las cuentas rusas antiguas dan el número 2000.
La diferencia puede deberse a que las cuentas alemanas solo mencionan el número de Caballeros Teutónicos, y no el suyo, como sirvientes, séquitos y soldados de a pie.
Al tiempo que los historiadores todavía están tratando de determinar exactamente, dónde tuvo lugar la batalla.
Pero sí se demostró que Alexander Nevsky era un gran táctico.
El ejército de Novgorod, era más numeroso que El Cruzado, unos 5.000 hombres frente a unos 1.500 respectivamente; pero era muy inferior en calidad de combate.
Nevsky sabía que en campo abierto no tenía ninguna posibilidad contra la carga de La Caballería Teutona; así que dispuso sus tropas en la orilla del lago, aprovechándola como si fuera una línea fortificada.
El Ejército Cruzado, parece ser que dispuso sus Caballeros Teutones en el centro y el resto de caballeros e infantes en los flancos y la retaguardia.
A pesar de las escenas de la película, el núcleo de Caballeros Teutones y sus sirvientes, no serían más de 100, pero eran una fuerza de élite.
Mientras que la táctica cruzada era simple:
Cargar en cuña, y romper la línea enemiga.
Tremendamente efectiva en terreno llano, pero en el somero lago Peipus, se convirtió en una desventaja, la profundidad del lago en la zona de la batalla, no sobrepasa el metro.
La carga de caballería a través del hielo y el fango helado, fue completamente frenada, y agotó por completo a las cabalgaduras cruzadas.
Los Caballeros Teutones y sus sirvientes, quedaron completamente aislados y atrapados en el fango del lago.
Evidentemente fueron rodeados, y aunque algunos consiguieron huir, la mayor parte fueron aniquilados; de hecho, 6 de ellos fueron tomados prisioneros, y paseados por las calles de Novgorod.
En el fondo, pues, reitero, se trata de un film Pro-ruso, realizado desde el punto de vista ruso, y destinado a la animación patriótica del pueblo sencillo ruso.
De ahí el énfasis que se pone en la identificación de los guerreros teutones con el enemigo y, más aún, con la encarnación del mal.
No se les ve el rostro, se distinguen por el uso de símbolos demoníacos en la cornamenta de ciervo; hechos perversos, como arrancar a menores de los brazos de las madres para echarlos al fuego; comparaciones con animales sea oso, cabeza de gorrino, zorros...
Por lo demás, se condena a La Iglesia Romana, atribuyéndole ritos de apariencia satánica, mitras con extrañas cruces gamadas, miradas que parecen proceder del averno, como el fraile; y su consideración como mercancía de escaso valor.
Una suerte similar, corren los enemigos interiores:
Colaboracionistas y traidores; por lo que hay una evidente Propaganda Anticristiana.
A pesar del enfoque anticristiano de la película, Alexander hace una referencia bíblica al dirigirse al pueblo ruso cerca del final, diciendo:
“...todos serán Judas...” si traicionan la victoria que acaba de ganar.
Y ciertamente hay una propaganda anti-alemán/antinazi:
El símbolo en la parte posterior de los guantes del Arzobispo, recuerda tanto al simbolismo cristiano como a la esvástica; algunas de las figuras teutónicas más cercanas a la capilla de la tienda, exhiben dagas cruzadas en sus túnicas que recuerdan a una esvástica; muchos de Los Caballeros Teutónicos llevan banderas y escudos, o visten ropas con una figura que se asemeja al Águila Imperial alemana, en el escudo de armas de La Orden de Los Caballeros Teutónicos también incorpora un águila similar; El Arzobispo lleva una esvástica mínimamente disfrazada en su inglete o tocado durante la batalla; muchos de los soldados de a pie teutones, usan cascos que recuerdan al ejército alemán de La Segunda Guerra Mundial; la traición del caballero que mata al maestro armero, a pesar de haberse entregado, etc.
Finalmente hay cierta propaganda pro-comunismo/pro Rusia:
El llamado para que los campesinos se levanten y derroten a los invasores; la participación de una mujer, Vasilisa, en el ejército y al frente de la lucha; el destierro de los hombres adinerados, “la burguesía” de la ciudad cuando llegan los campesinos; el perdón del pueblo ruso a los soldados de infantería de Los Caballeros Teutónicos, porque fueron forzados a servir a los caballeros...
Y se puede llegar a decir que Алекса́ндр Не́вский (Alexander Nevsky) es sobresaliente como creación artística estatal facha, y suspenso como mensaje y argumento tendente al odio, la enemistad, el chauvinismo, y la xenofobia hacia los demás, muy propio de los comunistas que han llegado al poder; pero si por algo es recordada la película, es por la brillante utilización de la puesta en escena, algo que no sorprende viniendo de un director como Eisenstein.
Más de un tercio del filme, está destinado a la batalla final entre teutones y los pueblos rusos, que tuvo lugar en el lago Peipus; realmente épica, la batalla está coreografiada como si fuera un ballet, de tal manera que los avances y retrocesos de los soldados de un bando y otro no son más que movimientos rítmicos; no hace falta decir que también ayuda sobremanera el montaje del filme; y preparados como una gran danza.
Del reparto, se eligió como protagonista a Nikolai Cherkasov, un reconocido actor de teatro y cine, quien por entonces, era también diputado del Soviet Supremo.
Al igual que Eisenstein, también él recibiría luego La Orden de Lenin y el premio Artista del Pueblo; el galán ruso pone el pulso sobre el ritmo de la película, pero es un personaje irónicamente secundario; pues destaca el pueblo llano, representado en Andrei Abrikosov como Gavrilo; Dimitri Orlov como El Maestro Ignat; y Valentina Ivashova, quien luce encantadora representando a Olga Danilovna, la doncella guerrera de Novgorod.
Por último decir que la película fue la primera de las películas dramáticas de Eisenstein en usar el sonido; a ello se le suma la música del excelente compositor Sergei Prokofiev, quien realizó la banda sonora que emplea la película, y que alcanza auténticas cumbres artísticas.
Él, más tarde modificó la partitura en una cantata de concierto llamada “Alexander Nevsky Op. 78, para mezzo-soprano, coro y orquesta”
La banda sonora sería añadida bajo un estricto guión del director, donde se definían claramente los momentos en que debían aparecer las piezas, y como debían acompañar la música.
Así podemos oír una música tétrica con la aparición de Los Caballeros Teutones, que es capaz de hacer desaparecer los llantos de los niños; y por el contrario, enaltecedores himnos con bellas voces al aparecer el pueblo ruso, creando un sentimiento de unidad.
La creación fue una colaboración en el sentido más amplio de la palabra:
Parte de la película, se grabó con la música de Prokofiev; y parte de la música de Prokofiev, se compuso para el metraje de Eisenstein.
Prokofiev vio el corte sin editar de la película como el primer paso para componer su partitura inimitable.
La fuerte y técnicamente innovadora colaboración entre Eisenstein y Prokofiev en el proceso de edición, resultó en un juego de música e imágenes que sigue siendo un estándar para los cineastas.
Esta concepción simultánea de la música y las imágenes, logró que cada escena tuviera un ritmo.
Eisenstein cortaba y unía los planos, según el ritmo de la música propuesta por Prokofiev.
La partitura, fue la 3ª de Prokofiev para una película; y estuvo muy involucrado no solo con la composición, sino también con la grabación.
Experimentó con diferentes distancias de micrófono para lograr el sonido deseado.
Los cuernos destinados a representar a Los Caballeros Teutónicos, por ejemplo, se tocaron lo suficientemente cerca de los micrófonos para producir un sonido crepitante y distorsionado.
Los grupos de metales y coro, se grabaron en diferentes estudios, y las piezas separadas se mezclaron más tarde.
Prokofiev empleó diferentes secciones de la orquesta, así como diferentes estilos de composición, para evocar las imágenes necesarias; por ejemplo:
Los Caballeros Teutónicos, vistos como el adversario, están representados por pesados instrumentos de metal, tocando notas discordantes en un estilo marcial; mientras las simpatizantes fuerzas rusas están representadas predominantemente por instrumentos populares, como el viento de madera y las cuerdas, a menudo tocando música de estilo cuasi-popular.
Como dato, la mayoría de los textos de las canciones de la partitura, fueron escritos por el poeta Vladimir Lugovskoy.
Eisenstein, Prokofiev y Lugovskoy, volverían a colaborar unos 5 años más tarde en otra épica histórica, “Iván El Terrible”, partes 1 y 2; las siguientes y últimas películas de Eisenstein.
La obra de Prokofiev, es uno de los pocos ejemplos de la música de cine que ha encontrado un lugar permanente en el repertorio estándar, y también se ha mantenido como una de las cantatas más reconocidas del siglo XX.
Por su parte, Valery Gergiev, director principal de la London Symphony Orchestra, ha declarado que la música de Prokofiev para esta película “es la mejor compuesta para el cine”
“Помни кровь, которую мы пролили!
Отойдите!”
(¡Recuerda la sangre que derramamos!
¡Vénganos!)
Después de La Invasión Mongola, Los Príncipes rusos fueron obligados a acudir para ver al Gran Batu Kan de La Horda de Oro, obedeciendo “la invitación” que no presagiaba nada bueno para los gobernantes rusos subyugados en aquellos tiempos…
Alexander Nevsky, también acudió a la llamada; y según se dice, Los Príncipes siguieron un ritual, según el cual tenían que pasar por entre las hogueras rituales y arrodillarse ante las estatuas de los antepasados del kan.
Alexander se negó, y arrodillado ante el kan le dijo:
“Zar, me inclino ante ti porque Dios te ha honrado con un reino, pero nunca me inclino ante algo creado por el hombre.
¡Únicamente a Dios es a quien sirvo, adoro, reverencio y me arrodillo!”
El kan le dejó marchar con vida… y Alexander Nevsky colaboró con los mongoles, actuando de mediador entre su pueblo y La Horda de Oro.
Para 1246, los mongoles lo nombraron Gran Príncipe de Kíev; y en 1251, lo instauraron como Príncipe de Vladimir, sustituyendo a su hermano Andrés.
Como Señor de Vladimir, Kíev, y Novgorod, Nevsky hizo mucho por la unificación de los principados del norte de Rusia.
Después de La Invasión de Livonia, Nevsky continuó fortaleciendo el noroeste de Rusia; envió a sus enviados a Noruega y, como resultado, firmaron un primer tratado de paz entre Rusia y Noruega en 1251.
Alexander condujo su ejército a Finlandia, y derrotó con éxito a los suecos, que habían hecho otro intento para bloquear El Mar Báltico de los rusos en 1256.
Y es que Alexander Nevsky demostró ser un político prudente y perspicaz.
Desestimó los intentos de La Curia Romana de provocar la guerra entre Rusia y La Horda de Oro, porque entendía la inutilidad de esa guerra con los tártaros, en un momento en que todavía eran una fuerza poderosa.
Pero los historiadores parecen estar inseguros sobre el comportamiento de Alexander, cuando se trata de sus relaciones con los mongoles:
Pudo haber pensado que el catolicismo presentaba una amenaza más tangible para la identidad nacional rusa, que un tributo al Khan; que tenía poco interés en la religión y la cultura eslava.
También se argumenta que intencionalmente mantuvo a los principados y ciudades estatales eslavos del Norte como vasallos a los mongoles para preservar su propio estatus, y contó con La Horda en caso de que alguien desafiara su autoridad, forzó a los ciudadanos de Novgorod a pagar tributo…
Alexander trató de fortalecer su autoridad a expensas de los boyardos y, al mismo tiempo, reprimir cualquier levantamiento anti mongol en el país, como El Levantamiento de Novgorod de 1259.
Según una interpretación, las intenciones de Alexander eran proteger los principados dispersos de lo que se convertiría en Moscovia de las repetidas invasiones del ejército mongol.
Se sabe que fue él mismo a La Horda, y logró el éxito de eximir a los rusos de luchar junto al ejército tártaro en sus guerras con otros pueblos.
Algunos historiadores ven la elección de Alexander de subordinación a La Horda de Oro, y el rechazo de la cooperación con países e iglesias occidentales, como una importante reafirmación de la orientación ortodoxa de los eslavos orientales, iniciada bajo El Duque Vladimir de Kiev, y su madre Olga.
Gracias a su amistad con Sartaq Khan, Alexander fue hecho Gran Príncipe de Vladimir, es decir, el gobernante ruso supremo, en 1252; pero durante un viaje en su camino de regreso desde Sarai, la capital de La Horda de Oro; enfermó, y el día en que El Santo Apóstol Felipe es recordado, el 14 de noviembre de 1263; Alexander falleció en Gorodets Volzhski, a los 42 años.
Antes de su muerte, tomó los votos monásticos, y se le dio el nombre religioso de “Alexis”
En este entierro, El Arzobispo Metropolitano Cyril dijo:
“Hijos míos, deberían saber que El Sol de la tierra de Suzdal se ha puesto.
Nunca habrá otro Príncipe como él en la tierra de Suzdal”
Y los sacerdotes, diáconos y monjes, los pobres y los ricos, y todo el pueblo dijeron:
“Es nuestro fin”
Según La Primera Crónica de Novgorod, sobre la vida privada de Alexander, se casó primero con una hija de Bryaslav Vasilkovich, Príncipe de Polatsk y Vitebsk, en 1239.
Su nombre no figura en la crónica.
Las genealogías la nombran como Paraskeviya o Alexandra, posiblemente nombres de nacimiento y de matrimonio, respectivamente, y tuvieron 5 hijos:
Vasily Alexandrovich, Príncipe de Novgorod; que estuvo comprometido con La Princesa Kristina de Noruega en 1251; y cuyo contrato matrimonial se rompió; por lo que Kristina se casó con Felipe de Castilla, un hijo de Ferdinand III de Castilla y Elisabeth de Hohenstaufen.
Eudoxia Alexandrovna, se casó con Konstantin Rostislavich, Príncipe de Smolensk.
Dmitry de Pereslavl, Andrey de Gorodets, y Daniel de Moscú, se desconocen matrimonios o descendencia.
Alexander luego se casó con una 2ª esposa llamada Vasilisa o Vassa, poco antes de su muerte; y no tuvieron hijos conocidos.
Algunas de las políticas de Alexander Nevsky en La Frontera Occidental fueron continuadas por su yerno, Daumantas de Pskov, que también fue Beatificado en el siglo XVI.
A finales del siglo XIII, se compiló una crónica titulada “La vida de Alexander Nevsky”, en la que se lo representa como un soldado-Príncipe ideal, y defensor de Rusia.
La veneración de Alexander Nevsky como Santo, comenzó poco después de su muerte:
Los restos del Príncipe fueron descubiertos en respuesta a una visión, antes de La Batalla de Kulikovo, en el año 1380, y se descubrió que su cuerpo estaba incorrupto; siendo glorificado o “canonizado” por La Iglesia Ortodoxa Rusa en 1547, y su fiesta principal, es el 23 de noviembre.
Por orden de Pedro “El Grande”, las reliquias de San Alexander Nevsky fueron transportadas al Alexander Nevsky Lavra, en San Petersburgo, donde permanecen hasta el día de hoy.
El 30 de agosto, se instituyó una 2ª fiesta en conmemoración de este evento.
También se conmemora en común con otros santos de Rostov y Yaroslavl, el 23 de mayo.
El 21 de mayo de 1725, La Emperatriz Catalina I, introdujo La Orden Imperial de San Alexander Nevsky, como una de las decoraciones más altas de Rusia.
Durante La Gran Guerra Patria, el 29 de julio de 1942, las autoridades soviéticas introdujeron una Orden de Alexander Nevsky, para revivir la memoria de la lucha de Alexander con los alemanes.
También había una orden búlgara dedicada a San Alexander, que se fundó el 25 de diciembre de 1881, y luego dejó de existir cuando se declaró La República Popular, el 16 de septiembre de 1946.
Aunque murió en Gorodets, Alexander Nevsky fue sepultado en la ciudad de Vladimir, en La Gran Abadía de La Iglesia de La Natividad de La Santa Madre de Dios.
La primera referencia que se conoce al Monasterio de Alexander Nevsky, también conocido como Alexander Nevsky Lavra, indica que fue fundado en 1710 por Pedro “El Grande” en el extremo sur de la Nevsky Prospekt, principal avenida de San Petersburgo, para que albergara los restos de Alexander Nevsky, líder ruso y Santo de La Iglesia Ortodoxa.
En 1797, fue elevado a la categoría de Lavra, honor que anteriormente sólo disfrutaban el Pecherskaia Lavra en Kiev o Monasterio de Las Cuevas de Kiev; y el Troitse-Serguiyeva Lavra o Monasterio de La Trinidad de San Sergio de Moscú.
En el interior del Monasterio de Alexander se encuentran 2 iglesias barrocas diseñadas por Domenico y Pietro Antonio Trezzini, y construidas entre 1717 y 1722; y 1742 y 1750, respectivamente, además de una Catedral de estilo neoclásico, erigida entre los años 1778 y 1790, diseñada por Ivan Starov y consagrada a La Sagrada Trinidad.
El edificio constituye un claro ejemplo de Barroco Petrino en San Petersburgo.
Asimismo se hallan allí los cementerios de Lazarev y Tijvin, en los cuales descansan los restos de numerosos personajes destacados de la historia de Rusia, tales como Fiodor Dostoyevski o Piotr Ilich Tchaikovsky.
La frase proverbial de Alexander, que parafrasea a Mateo 26:52:
“El que quiera venir a nosotros con una espada, de la espada perecerá”, se ha convertido en un lema de patriotas rusos.
Al tiempo que existe una larga tradición de barcos navales rusos con el nombre de Nevsky, como la fragata de propulsión del siglo XIX, Alexander Nevsky, y un submarino nuclear estratégico de misiles balísticos construido recientemente para La Armada rusa.
En definitiva, la fama de San Alexander Nevsky se ha extendido más allá de las fronteras de Rusia, y numerosas catedrales e iglesias están dedicadas a él, incluida La Catedral Patriarcal en Sofía, en Bulgaria; La Iglesia de La Catedral en Tallin, en Estonia, etc.; y el 24 de septiembre de 2008, San Alexander Nevsky fue declarado el principal héroe de la historia de Rusia por votación popular.
En diciembre de 2008, fue votado como el mejor ruso en el sondeo televisivo; y es hoy uno de los santos más populares y famosos, no solo de La Iglesia Ortodoxa Rusa sino de todo el mundo ortodoxo; y se le considera El Príncipe que más ha luchado a favor de las tierras rusas, no tanto por los sucesos ocurridos en su tiempo, sino por el espíritu de abnegación y servicio que inspiró toda su vida; siempre estuvo dispuesto a ofrecer su vida por el bien de su patria rusa, de sus tradiciones religiosas, de su pueblo, y siempre con el espíritu de servicio fraternal y religioso  con todos los ciudadanos rusos.

“Иди скажи всем в чужих странах, что живет Россия!
Те, кто приходит к нам в мир, будут приветствовать вас в качестве гостя.
Но те, кто придет к нам мечом в руке, умрут от меча!
О том, что Россия стоит и навсегда мы будем стоять!”
(¡Ve a decir a todos en tierras extranjeras que Rusia vive!
Aquellos que vengan a nosotros en paz serán bienvenidos como invitados.
¡Pero aquellos que vienen a nosotros espada en mano morirán a espada!
¡Sobre eso Rusia se para y permaneceremos para siempre!)



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