The Adventures Of Tom Sawyer

“Everybody knows him!
Everybody loves him!
He's everybody's favorite boy!
Mark Twain's most beloved story”

“The Adventures Of Tom Sawyer2 es una novela del autor estadounidense Mark Twain, publicada en 1876, y actualmente está considerada una obra maestra de la literatura.
Samuel Langhorne Clemens, conocido por el seudónimo de Mark Twain, fue un popular escritor, orador y humorista; que escribió obras de gran éxito, pero es conocido sobre todo por su novela “The Adventures Of Tom Sawyer” y su secuela, “The Adventures Of Huckleberry Finn”; y las subsecuentes secuelas:
“Tom Sawyer Abroad” (1894) y “Tom Sawyer, Detective” (1896)
Tom Sawyer, el personaje principal de la historia, también aparece en otras 2 secuelas incompletas:
“Huck and Tom Among The Indians” y “Tom Sawyer's Conspiracy”
También es un personaje en la inacabada “Hill Schoolhouse” de Twain.
La novela en sí es entretenida, superior a “The Adventures Of Huckleberry Finn” en su falta de una agenda política o comentario de la sociedad; pues aquí su único objetivo es devolvernos una vez más a la ingenuidad de la juventud cuando nuestra vida era mucho más simple y, en muchos casos, mucho más feliz.
En sus inicios como escritor, Twain escribía versos ligeros y humorísticos, pero evolucionó en un cronista de las vanidades, hipocresías y crueldades de la humanidad.
Fue a través de los ojos de sus personajes, que el autor nos hace ver una doble realidad:
La del mundo infantil, primitivo, que el lector adulto ya ha perdido; y la del mundo adulto, confuso e ilógico, asentado en unas convenciones que no resultan ser preferibles a los códigos de valor de un niño.
Para escribir esta obra, Mark Twain nos indica en su prefacio, que se ha inspirado en su propia infancia, relatando anécdotas protagonizadas por él mismo, o por alguno de sus amigos; y construyendo a los personajes a partir de la combinación de los rasgos característicos de sus conocidos.
Es por tanto, una obra que resulta muy cercana y real, que en función de la edad con la que la leamos, nos hará recordar nuestra propia infancia, y las ingenuas ideas que pasaban por nuestra mente.
La novela se compone de 35 capítulos de corta extensión, en los que Mark Twain va recogiendo una crónica de lo que sucede a Tom Sawyer en su vida durante unos meses.
Sigue así un curso lineal, y no hay una trama o argumento principal; sino que va recogiendo las diversas aventuras que Tom protagoniza junto a sus amigos.
Es una lectura fácil y accesible, caracterizada por el uso de una prosa sencilla, ágil y realista, en la que se dan cita el humor y la ironía que definen el estilo del autor, contando además con abundantes diálogos que imprimen dinamismo.
No obstante, hay que tener en cuenta la época en la que fue escrita, pues el lenguaje empleado por el autor, es el propio de su tiempo, y así nos encontramos con algunas palabras más complejas o desconocidas para nosotros, ya que su uso se ha perdido con el tiempo, pero fácilmente identificables por el contexto en el que se encuentran.
“The Adventures Of Tom Sawyer” relata las aventuras de la infancia de Thomas “Tom” Sawyer, un niño que crece durante el antebellum del Sur de los Estados Unidos en “St. Petersburg”, una población de la costa del río Mississippi, inspirada en Hannibal, donde creció el autor; y muchos de los lugares en ella son reales, y en la actualidad apoyan una industria turística como resultado.
Tom, es un niño con mucho ingenio, revoltoso, y que siempre está ideando travesuras que provocan que su tía se enfade continuamente con él, e intente hacerle comprender la importancia tanto del trabajo como de la disciplina y buen comportamiento.
A lo largo de las páginas, vivirá distintas aventuras convirtiéndose en pirata, bandido o buscador de tesoros junto a sus amigos, entre quienes se encuentra Huckleberry Finn.
Si bien, desde un principio conocemos la mayoría de rasgos que definen el carácter de Tom, a lo largo de los capítulos se irá perfilando su personalidad con más detalle y profundidad.
Tom, como cualquier niño de su edad, es un niño travieso, rebelde y aventurero, que cuenta con una gran imaginación y perspicacia, especialmente para salirse siempre con la suya, y librarse de las tareas que su tía le impone.
Vemos en él, la ingenuidad e inocencia que caracteriza a la infancia, y que es la causa de que siempre acabe metiéndose en líos a raíz de sus ingeniosas ocurrencias, que en más de una ocasión, nos arrancarán una sonrisa.
A pesar de todas las travesuras que protagoniza, no todo en Tom es maldad, y acabaremos observando la evolución que se produce en su personalidad y su corazón bondadoso y noble.
Tom es el auténtico protagonista de esta historia, pero junto a él hay otra figura que queda perfilada con bastante detalle:
Su amigo Huckleberry Finn; un niño que si bien comparte con Tom muchos rasgos, queda definido por un espíritu mucho más rebelde y libre.
Hijo del borracho del pueblo, “Huck” es un muchacho aborrecido y temido por todas las madres por ser un holgazán y desobediente, prohibiendo a sus hijos jugar con él, lo que contrariamente hace que sea admirado y envidiado por los niños, que lo ven como una especie de héroe.
Huck y Tom compartirán secretos, supersticiones, búsquedas de tesoros, remedios y encantamientos que les llevarán a vivir juntos múltiples aventuras, llegando incluso a salvar alguna vida, o convertirse en testigos de un asesinato.
El resto de figuras tienen papeles muy secundarios, y por tanto están escasamente definidas, pues no es necesario profundizar más en sus personalidades.
Tenemos así entre los más relevantes, a la pobre tía Polly, una mujer de corazón bondadoso, y que se esfuerza por educar y corregir el carácter de Tom; Becky Thatcher, la niña que despertará el lado más romántico de Tom; Joe Harper, otro de los amigos con los que Tom compartirá aventuras; o Joe “El Indio”, que encarna el papel más sórdido; y un narrador en tercera persona, describe las experiencias de los niños, intercaladas con comentarios sociales ocasionales.
En su secuela, “The Adventures Of Huckleberry Finn”, Mark Twain cambia a una narrativa en primera persona, que toma los conflictos morales de manera más personal, y hace posible una mayor crítica social.
A veces, el libro de Tom Sawyer se describe como racista, porque los negros son llamados “negros” en el texto; pero esta era una práctica común en ese momento, y no necesariamente indica racismo.
Una versión limpia, que ya no contenía la palabra, despertó la indignación entre algunos críticos literarios.
Como personaje, Tom Sawyer tomaba como modelo al Twain niño, con detalles de 2 compañeros de escuela:
John Briggs y Will Bowen, que había evocado muchos recuerdos, y que se utilizaba como fuente de material.
En el libro aparece como personaje secundario, Huckleberry Finn, inspirado en un amigo de la niñez de Twain, Tom Blankenship.
Twain, nombró a su personaje de ficción, por un bombero de San Francisco a quien conoció en junio de 1863.
El verdadero Tom Sawyer, era un héroe local, famoso por rescatar a 90 pasajeros después de un naufragio.
Los 2 se mantuvieron amistosos durante la estadía de 3 años de Twain en San Francisco, a menudo bebiendo y jugando juntos.
Como dato, “The Adventures Of Tom Sawyer”, es el primer intento de Twain de escribir una novela por su cuenta.
Anteriormente había escrito narraciones autobiográficas contemporáneas; y 2 breves textos llamados “bocetos” que parodiaban la literatura juvenil de la época, que son textos satíricos de algunas páginas.
En el primero, un niño modelo nunca es recompensado, y termina muriendo antes de poder declamar sus últimas palabras que ha preparado cuidadosamente.
En la segunda historia, un niño malvado roba y miente, como Tom Sawyer, pero termina rico y exitoso.
Tom aparece como una mezcla de estos niños pequeños, ya que él es al mismo tiempo un vagabundo y un niño dotado de cierta generosidad.
Gracias a esta obra, Mark Twain nos permite también acercarnos a la realidad de la época, encontrándonos detalles de la forma de vida en los hogares, de sus costumbres y creencias, de la educación impartida a los niños, o los castigos impuestos.
Podemos así señalar, que estamos ante una obra costumbrista, que se convierte en reflejo de la forma de vida en este pequeño pueblo de EEUU, con sus hábitos diarios, supersticiones y ritos.
Asimismo, a través de acertadas y precisas descripciones, tenemos una idea del ambiente en el que se desarrolla la acción, acercándonos a los bosques, islotes, cementerios o grutas que se convierten en testigos de las aventuras de Tom y sus amigos.
El gran acierto de “The Adventures Of Tom Sawyer”, es ofrecernos la posibilidad de trasladarnos, aunque sea momentáneamente, y a través de la lectura, a nuestra propia infancia, recordando esos momentos de juegos imaginarios en los que nos convertíamos en piratas, indios o buscadores de tesoros escondidos.
Pero por otro lado, también es una novela que en cierta forma recoge el cambio que se ha producido en la forma de vivir la infancia, y en los juegos que comparten ahora los niños, más acostumbrados a intercambiar impresiones sobre el último juego de la consola, que a imaginar una nueva aventura para compartir con los amigos.
Así que en conclusión, “The Adventures Of Tom Sawyer” es un libro repleto de acción y aventuras, en el que las historias de fantasmas, de tesoros ocultos, de piratas o de bandidos, recuperan el protagonismo para hacernos pasar unas agradables horas de lectura.
Un libro que nos convierte momentáneamente en niños, recordándonos cómo éramos y pensábamos en esa época, y las aventuras o travesuras en las que nos vimos implicados.
“From the heart of Mark Twain to all the hearts of the world”
The Adventures Of Tom Sawyer, es una comedia de aventuras, del año 1938, dirigida por Norman Taurog.
Protagonizada por Tommy Kelly, May Robson, Walter Brennan, Victor Jory, David Holt, Victor Kilian, Nana Bryant, Olin Howland, Donald Meek, Charles Richman, Margaret Hamilton, Marcia Mae Jones, Mickey Rentschler, Cora Sue Collins, Philip Hurlic, Ann Gillis, entre otros.
El guión es de John V.A. Weaver, basado en el clásico homónimo de Mark Twain, publicado en 1876, que sigue a un niño travieso y aventurero en su pueblo al sur de EEUU; y es quizás, la mejor adaptación al cine hasta la fecha; siendo la 4ª adaptación en pantalla de la novela Twain, cuyas versiones posteriores fueron en 1907, 1917 y 1930, y esta fue la primera filmada en Tecnicolor; y fue rehecha en 1973, como un musical.
H.C. Potter originalmente fue firmado para dirigir, pero fue despedido y reemplazado por Norman Taurog, después de que George Cukor rechazó la asignación.
De hecho Cukor dirigió algunas escenas, pero no recibió ningún crédito en pantalla por sus contribuciones.
La película estuvo nominada al Premio Oscar como Mejor Dirección de Arte, y es la cúspide del cine familiar de verdad, con una inocencia extrema y un sentido de la aventura nunca antes visto.
Algunas escenas exteriores, se filmaron en Big Bear Lake, Lake Malibu, Paramount Ranch en Agoura, California; y en el rancho de películas Encino de RKO.
Otras escenas fueron filmadas en escenarios reciclados de “A Star is Born” (1937), como el interior de la casa de la familia Boldgett, la cocina, sala de estar y dormitorio; y una silueta de lobo aullando a la luna.
Las escenas largas del río Mississippi de Tom Sawyer, serían reutilizadas más tarde en el musical “Showboat” (1951) de MGM.
La acción sigue a Thomas “Tom” Sawyer (Tommy Kelly), un chico que vive en un pueblecito sureño a orillas del Mississippi.
Huérfano, comparte hogar en casa de tía Polly (May Robson), junto con su prima Mary (Marcia Mae Jones) y el vicioso Sid (David Holt)
Tom es un chico imaginativo, travieso, inquieto, abierto y sincero.
Su temperamento indomable, aunque noble, le hace acreedor de múltiples castigos y reprimendas.
Él lo intenta, pero su imaginación desbordante no lo deja en paz, y no sale de un lío cuando ya está metido en otro.
La tía Polly, con razón o sin ella, no le perdona una…
Al tiempo que Tom se enamora de la linda Becky Thatcher (Ann Gillis), y en el pueblo, Tom se dedica a hacer constantemente travesuras junto a su amigo Huckleberry Finn (Jackie Moran)
Su vida tranquila e infantil terminará cuando él, su amigo y su primo, presencien un inesperado asesinato.
Los niños delatarán al asesino, el cual se enterará y empezará seguirles la pista, obligándoles a huir.
Todos los episodios favoritos de la novela están aquí.
Todos los actores son perfectos en sus roles; y es difícil imaginar una mejor transición de libro a pantalla.
De hecho, United Artists quiso incluir la mayoría de las secuencias familiares para los lectores del libro, incluido el episodio de blanqueamiento de cercas; un paseo en balsa por el río Mississippi; la asistencia de Tom y Huckleberry Finn a su propio funeral, después de que los muchachos, que estaban disfrutando de una aventura en una isla remota, son dados por muertos; el juicio por asesinato del borrachín local Muff Potter (Walter Brennan); y la pérdida de Tom y Becky Thatcher a través de una cueva mientras intentan escapar de Injun Joe (Victor Jory), quien se revela como el verdadero asesino.
La película logra el objetivo del libro, y con creces, pues sus casi 90 minutos pasan rápido, con agilidad narrativa y una puesta escena muy bien lograda para la época, con bonitos paisajes y fantásticos efectos especiales.
El uso del Tecnicolor, nunca estuvo mejor logrado; y del reparto, todos brillan, en especial:
Tommy Kelly como Tom Sawyer, en una caracterización que considero “de referencia” por picardía y travesura; Jackie Moran como Huckleberry Finn en un papel bastante secundario; Ann Gillis como Becky Thatcher, está hermosa y tiene una delicadeza y una dulzura insuperable; May Robson como tía Polly está magnifica, como Walter Brennan y su “Muff Potter” como los adultos más destacados; y David Holt como Sid Sawyer, a pesar de su “villanía” es gracioso.
Todo el filme cumple con la apuesta:
Esto es cine.
“Work consists of whatever a body is obliged to do, and...
Play consists of whatever a body is not obliged to do”
David O. Selznick será siempre recordado como el productor y alma mater de la que quizás siga siendo la película más famosa de todas:
“Gone With The Wind” (1939); sin embargo, durante los años 30, su estilo de producción se convirtió en el ejemplo de Hollywood, trasladando material literario a la gran pantalla.
En 1938, David O. Selznick llevaba ya 3 años con su propio estudio de producción de películas, y era uno de los pocos productores que utilizaban para sus rodajes el Tecnicolor.
Tras haber adaptado a la gran pantalla, y con gran éxito, grandes obras literarias como “Little Women”, “David Copperfield”, “A Tale Of Two Cities” o “Ana Karenina”, el productor se aventuraba con Mark Twain y su maravilloso Tom Sawyer.
Para las empobrecidas audiencias que veían esas lujosas adaptaciones durante la década de La Gran Depresión, éstas eran una forma de cultura, una afirmación hollywoodiense para paliar y desafiar el tópico sobre la incultura de “La América Profunda”; y así “The Adventures Of Tom Sawyer”, la inmortal novela escrita en 1876 por el magistral autor estadounidense, era transformada en un magnífico guión cinematográfico por el poeta y novelista, John Van Alstyne Weaver, Jr., en su último trabajo para la gran pantalla tras otros 10 desde 1926.
El montaje de Margaret Clancey, el adecuado diseño de vestuario de Walter Plunkett, y la magnífica dirección artística de Lyle R. Wheeler, completaban la buena factura de esta producción, que se redondeaba con una preciosa banda sonora compuesta por Max Steiner.
La historia muestra a Tom Sawyer que vive con su tía Polly, y su medio hermano, Sidney.
En una pelea callejera, Tom se ensucia la ropa, y le obligan a pintar la valla al día siguiente como castigo.
Tom, hábilmente convence a sus amigos para que le canjeen pequeños tesoros por el privilegio de hacer su trabajo.
Luego negocia los pequeños tesoros por boletos de La Escuela Dominical que se reciben, normalmente, cuando se memorizan versículos de La Biblia.
Tom, intercambia los boletos por una Biblia, ante la sorpresa y el desconcierto del superintendente que pensaba que “era simplemente absurdo que este muchacho pudiera haber almacenado 2 mil gavillas de sabiduría bíblica en su cabeza mientras que, una simple docena, sin lugar a dudas forzaría en extremo su capacidad”
Allí Tom se enamora de Rebecca “Becky” Thatcher, una niña nueva en la ciudad, y la convence para “comprometerse” con él, besándolo.
Pero su romance se derrumba, cuando Becky se entera de que Tom se ha “comprometido” con anterioridad con Amy Lawrence (Cora Sue Collins)
Poco después de que Becky lo rechace, Tom acompaña a Huckleberry Finn al cementerio, por la noche, en donde son testigos del asesinato del Dr. Robinson (Roland Drew) a manos de Joe “El Indio”
Tom, Huck y Joe Harper (Mickey Rentschler) se escapan a una isla.
Mientras disfrutan de su nueva libertad, los niños se enteran de que la comunidad está dragando el río para encontrar sus cuerpos.
Tom se cuela en su casa una noche para observar la conmoción causada por su escapatoria... y tras un breve instante de remordimiento, al ver a sus seres queridos sufrir por él, a Tom se le ocurre la genial idea de aparecer en su propio funeral.
De regreso en la escuela, Tom se gana de nuevo el favor de Becky, después de que noblemente él acepta la culpa por un libro que ella ha desgarrado.
Pronto, comienza el juicio de Muff Potter, en el que Tom testifica en contra de Joe “El Indio”
Potter es absuelto, pero Joe “El Indio” huye del juzgado a través de una ventana.
Con Joe “El Indio” prófugo, Tom teme por su vida, ya que piensa que lo puede encontrar fácilmente.
El verano llega, y Tom y Huck van en búsqueda de un tesoro enterrado en una casa embrujada.
Después de aventurarse al piso de arriba, oyen un ruido en la parte de abajo.
Mirando a través de agujeros en el suelo, ambos ven a Joe “El Indio” disfrazado como un español sordomudo, mientras discute con su compañero el plan para enterrar un tesoro robado.
Desde su escondite, Tom y Huck se retuercen de placer ante la perspectiva de desenterrarlo para hacerse del mismo.
Huck comienza a seguir a Joe “El Indio” por las noches, en busca de una oportunidad para conseguir el oro.
Mientras tanto, Tom se va de “picnic” a la cueva de McDougal, con Becky y sus compañeros de clase.
En un exceso de confianza, Tom se desvía de los caminos marcados con Becky, e irremediablemente se pierden en la cueva.
Tom y Becky deambulan por el extenso complejo de cuevas... luchan contra él y cae en el vacío, muriendo.
Finalmente, Tom y Becky encuentran una salida, y la comunidad vuelve a recibir jubilosamente a los 2 niños.
Una semana más tarde, Tom lleva a Huck a la cueva, y juntos encuentran la caja llena de oro, el cual es servirá para invertirlo en su futuro.
En el año en que produjo “The Adventures Of Tom Sawyer”, Selznick ya tenía su propio estudio, y no necesitaba el mecenazgo de ninguna de las “Majors”
Seguía siendo tan audaz como de costumbre, y era uno de los pocos productores que utilizaban el Tecnicolor, y la adaptación de la famosa novela de Mark Twain, le servía como un test de vestuario y dirección artística para “Gone With The Wind”, que ya se encontraba en fase de preproducción.
El célebre y travieso niño que vive a las orillas del Mississippi, fue siempre el símbolo de la infancia de EEUU, de espíritu indomable, tan rebelde y luchador como la naturaleza agreste y marcadamente yanqui que lo rodeaba.
Por ello, el guión era el adecuado, ya que se beneficiaba del carácter episódico de la novela, sin pasar por alto las muchas travesuras del pequeño, como ser testigo de un crimen en el cementerio, molestando continuamente a su primo, o fingiéndose muerto mientras contempla divertido su propio funeral.
Acaso el episodio más recordado, sea aquel en el que Tom y su amiga quedan atrapados en una cueva.
En esa escena que sirve de memorable clímax a la cinta, los planos generales y la música de Max Steiner, ayudan a crear un ambiente de claustrofobia y terror, rematado con imágenes tan atractivas como la de la silueta de Tom recortada a contraluz cuando encuentra una salida, o su huida del Indio y gran villano de la historia.
Gran parte de los aciertos visuales del film, se centran en el color, que parece sacado de las ilustraciones del propio libro, en el lujoso diseño de producción de William Cameron Menzies, y en el continuo uso del “slapstick”, con “gags” visuales que añaden humor, incluso a las escenas más “cursis” y a los divertidos primeros planos de los niños llorando.
La ironía que conllevan los momentos melodramáticos, al ser fruto de las gamberradas infantiles, hacen que el azúcar no acabe por estropear la película.
Esta aventura, considerada actualmente una de las obra maestras de la literatura, nos evoca a la nostalgia de nuestra infancia:
¿Quién no ha querido jugar a ser Tom Sawyer?
Y junto con un gran amigo, correr múltiples aventuras, en el lugar a donde crecimos y vivimos en nuestra infancia, esas pillerías y travesuras, esas caras sucias y sudadas, esas rodillas raspadas, esa ropa oliendo a hoguera y esa complicidad de nuestro mejor amigo por ocultar algún secreto, que no pasaba de ser sino una simple travesura en nuestras infantiles vidas, las reprimendas de tu madre o de tu abuela, que perfectamente podrían ser las de la tía Polly de turno, en esas tardes de fin de semana, o de verano en los descampados y solares de nuestros barrios, ciudades o pueblos, de los que tristemente ya casi no quedan, porque está todo construido, sea física o mentalmente, y aunque los hubiera, nuestros actuales niños prefieren refugiar su sentido de la aventura en un cuarto de su casa en frente de una video consola...
Por ello, The Adventures Of Tom Sawyer es amplia en géneros y registros, porque pasa de un momento cómico, a uno de aventuras, a uno triste, y como si nada.
Quizás es porque condensa demasiado las historias en poco tiempo; y aun así hay una continuidad, y las va combinando bastante bien.
Pero la película tuvo sus momentos difíciles, como H.C. Potter que fue el director inicial, que renunció por la interferencia de Selznick.
Su metraje, en blanco y negro, fue descartado por completo.
Muchas disputas surgieron además, entre el fotógrafo James Wong Howe, y su asociado, el fotógrafo Tecnicolor, Wilfred M. Cline, sobre qué colores usar en el vestuario y los decorados:
Cline quería colores primarios brillantes, mientras que Howe insistía en tonos tierra apagado.
Desde que Howe se salió con la suya, después de una semana no estaban hablando, y The Tecnicolor Company prohibió a Howe, tomar más fotos en color; por lo que Howe no hizo otra película de color durante 10 años.
En la fuerza de los diseños para la secuencia de la cueva ejecutada por William Cameron Menzies, Selznick lo contrataría para “Gone With The Wind”
Como dato, después de leer las tarjetas de comentarios completadas por un público en un adelanto de la película, Selznick envió al director Taurog, un memorando que expresaba preocupación por la escena culminante en la cueva, que muchos espectadores habían descrito como “demasiado horrible para los niños”; y le aconsejó a Taurog que “esto me preocupó, porque ciertamente queremos que la película sea para una audiencia familiar” y, como resultado, estaba cortando un primer plano de Becky, en el que su histeria era “tal vez demasiado, como la de un mujer muy enferma, en lugar de la niña pequeña, con remordimientos”
Sin embargo, esa escena estuvo bien lograda y el sentimiento de desesperación y zozobra está muy bien conseguido por la pequeña actriz.
Y supongo que sí “The Adventures Of Tom Sawyer” hubiera sido creado en MGM, habríamos visto a Mickey Rooney como Tom, posiblemente Freddie Bartholomew como Sid, y quizás Judy Garland como Becky Thatcher.
Pero David O. Selznick se independizó en este momento, por lo que optó por utilizar intérpretes infantiles talentosos, que no tenían el mismo peso que esos titanes de MGM; y muchos de ellos, debutantes.
Para encontrar al Tom Sawyer perfecto, Selznick hizo un “casting” entre cientos de niños.
El elegido fue Tommy Kelly.
Sus rizos, su cara de travieso y sus pecas, lo convirtieron en la viva imagen del personaje.
Lamentablemente, su carrera posterior fue insignificante, y acabó en Chicago ejerciendo de profesor, mostrándose reacio a comentar su breve paso por Hollywood.
Kelly era hijo de un bombero del Bronx, y fue seleccionado para el papel principal a través de una campaña nacional emprendida por el productor David O. Selznick, quien más tarde realizaría una búsqueda similar de una actriz para retratar a Scarlett O'Hara en “Gone With The Wind”
Según una nota de 1937, que envió a la editora de cuentos, Katharine Brown, en un principio esperaba convertir a un huérfano en Tom, sintiendo que tal truco recibiría “una atención tremenda y despertaría una sensación pública tan cálida que aumentaría enormemente la imagen burda de la película”
Pero Tommy Kelly debutaba con 12 años en esta película, interpretando maravillosamente a Tom Sawyer, y llegaría a actuar en “Gone With The Wind”, permaneciendo después en el cine hasta 1950, año en el que se retiraba de la actuación.
Kelly no logró el estatus de estrella, como el compañero actor Freddie Bartholomew, y después de una carrera intrascendente se retiró.
De los actores adultos:
Walter Brennan parece infundir una impotencia perpetua en su carácter ebrio, que personifica el vagabundo del pueblo pequeño de un Estados Unidos olvidado; y con Victor Jory, se conocieron mientras filmaban esta película, y se hicieron amigos para toda la vida.
May Robson, tiene uno de sus mejores papeles como acosadora, temperamental y amable tía Polly.
Ella fácilmente roba todas las escenas en las que está, y proporciona el corazón sentimental de la película.
La escena final, donde golpea a Sid en la cara, no tiene precio.
Victor Kilian, quien interpreta al Sheriff en esta película, luego se convertiría en el padre de Huck Finn, en la adaptación de 1939, de “The Adventures Of Huckleberry Finn”
Margaret Hamilton, que fue la malvada bruja del oeste en “The Wizard Of Oz” (1939), interpreta a la señora Harper en esta película.
Del resto de los niños, Marcia Mae Jones, fue contratada originalmente para interpretar a Becky Thatcher.
Pero contaba ya con 14 años de edad, y finalmente se le asignó el papel más apropiado de Mary Sawyer, la prima de Tom.
Marcia, había debutado en la gran pantalla con tan sólo 2 años atrás.
Becky Thatcher, era interpretada por Ann Gillis, actriz que contaba entonces con 11 años de edad, pero llevaba asomándose a la gran pantalla desde los 7 en títulos como el oscarizado “The Great Ziegfeld”
A sus 15 años de edad, Jackie Moran daba vida en esta historia, al entrañable Huckleberry Finn; que había debutado en el cine en 1936, a los 13 años, y tan sólo llevaba 5 títulos antes de interpretar a su encantador personaje de The Adventures Of Tom Sawyer.
David Holt, era ya todo un veterano como actor de la gran pantalla.
Había debutado a los 6 años en un corto de “Our Gang”, y con 11 años de edad, David nos presentaba a un magistral Sid Sawyer, el genuino hermanastro de Tom.
Sorprendentemente, las numerosas estrellas infantiles en esta película, estaban destinadas a vidas infelices…
Cabe señalar, que si bien el personaje de Jim (Philip Hurlic) está representado correctamente como un esclavo, la película en sí está bendecidamente libre del racismo que arruina tantas películas de Hollywood de la década de 1930.
La presencia del pequeño niño negro, que muestra gran emoción durante sus pocos momentos en la pantalla, es extremadamente conmovedora, dando una sensación humanitaria a la forma en que Twain quería mostrar a las minorías, como personas, y no como productos para ser vendidos o explotados.
Incluso si él tenía racismo incrustado con él, se delineó con una compasión que presenta emociones en conflicto.
Un dato muy curiosos es que una joven de 14 años, llamada Anne Baxter, fue llamada para probar con un joven Montgomery Clift como Tom, pero el acné del actor era tan malo en el momento, en que nunca se realizó el examen, y ambos fueron enviados de regreso a Nueva York.
Por último, la banda sonora corre a cargo de Max Steiner que potencia las escenas de manera adecuada.
“I know, I'll be a pirate.
That way I could reach the city with my machete and pistols and everyone would shout:
Tom Sawyer, the terror of the oceans has returned home!”
El listo Tom, no perdió nada de su fresca impertinencia aún 100 años después de la muerte de su creador.
El libro sigue siendo una lectura preferida, también entre las generaciones posteriores; y este clásico de la literatura juvenil, no sólo impactó por el uso de un lenguaje informal, sino también porque, al contrario que los morales libros para jóvenes de entonces, Twain escribió sobre un joven con poca vergüenza y muchas ganas de aventuras.
Porque Tom Sawyer brinda todo lo que un niño necesita como alimento de lectura.
Huelga, problemas escolares, un episodio de huida, historia de amor, elementos de un policial, búsqueda de tesoro y un final feliz.
Esta diversidad, sumada a la profunda sensibilidad del alma infantil, no se logró nunca más desde entonces.
De hecho, los clásicos de aventura de Jules Verne o Karl May, prácticamente no pueden igualar la riqueza de matices psicológicos.
Qué niño no conoce la ansiedad secreta de estar alguna vez muerto, y mirar al adulto injusto de luto…
Tom Sawyer vive esto con placer.
Él y Huck, regresan de una travesura justo en el momento de su propio funeral, y son recibidos por sus familiares con exaltación…
Y es que también la vida de Tom es verdaderamente peligrosa:
Hay muertos.
No hay sólo una tormenta inofensiva, que da miedo, como ocurre en otros libros.
Además, la estructura del relato corresponde al comportamiento del lector infantil; pero ante todo, Tom Sawyer tiene, no sólo por la broma y lo cómico, sino también por la estructura en episodios, una y otra vez momentos relajados, que permiten una pausa durante la lectura.
Pese a que el segundo volumen, “The Adventures Of Huckleberry Finn”, parece ser más denso por su clara crítica a la sociedad, y el final aparenta haber sido construido, Tom Sawyer se trata de un clásico inmortal.
Pero se lamenta que, precisamente en el ámbito de la literatura infantil, haya muchas versiones reducidas, y en las que se eliminaron los temas más conflictivos. Por lo que así se pierde no sólo contenido, sino también mucha riqueza de vocabulario.
Decía Twain, que “la alegría y la risa son las que siempre nos han de acompañar”, y sus creaciones son un buen ejemplo de ello.
Puede que ese sea el legado de este colorido Tom Sawyer para los espectadores de un siglo XXI, a las puertas de una incierta crisis económica, una crisis que también siempre estuvo ahí.

“To promise not to do a thing is the surest way in the world to make a body want to go and do that very thing”



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