Highlander

“There can be only one”

La épica de uno de los sueños más arcanos del “homo sapiens”, es la inmortalidad.
El mito de Aquiles en su versión más radical y heroica.
Uno de los “súper poderes más codiciados”, sin duda es la inmortalidad, si se elimina el factor del tiempo, y las limitaciones de una vida normal, se puede alcanzar casi cualquier ambición.
La vida eterna, ha sido utilizada muchas veces por los guionistas de la literatura y el cine, que han visto sus muchas virtudes, y también sus desventajas.
Determinar, qué es exactamente lo que hace inmortal a un personaje, es complicado: 
Hay quienes mueren y reviven, hay quienes se regeneran tan rápido, que nunca llegan a morir; y están aquellos que sencillamente están por encima de todo, y son realmente inmortales.
Sobre inmortales y espadas; la llamada atávica capta nuestro interés ipso facto. 
La espada, instrumento de tantos siglos de existencia. 
Muchísimas culturas las han venerado, e incluso le han atribuido un espíritu propio.
El binomio guerrero/espada, actúa como un solo alma, una sola voluntad. 
Asociar la espada como útil para matar a un semi dios, o un inmortal; es dotar a este instrumento de un poder que las nuevas tecnologías armamentísticas no poseen. 
“From the dawn of time we came, moving silently down through the centuries. 
Living many secret lives, struggling to reach the time of the gathering, when the few who remain will battle to the last. 
No one has ever known we were among you... until now”
Highlander es una película de fantasía del año 1986, dirigida por Russell Mulcahy.
Protagonizada por Christopher Lambert, Sean Connery, Roxanne Hart, Beatie Edney, Clancy Brown, Alan North, Jon Polito, Sheila Gish, Hugh Quarshie, Christopher Malcolm, James Cosmo, Billy Hartman, Celia Imrie, Edward Wiley, entre otros.
El guión es de Gregory Widen, Peter Bellwood, y Larry Ferguson.
Widen, escribió el guión de “Highlander” cuando era estudiante. 
En realidad, lo tituló “Shadow Clan”, y lo presentó al programa de escritura de guiones de la UCLA; y gracias a este apoyo universitario, pudo vendérselo a los productores, William Panzer y Peter S. Davis.
Siguiendo la senda de George Lucas y Steven Spielberg, muchos directores y guionistas, probaron suerte en el género fantástico, con resultados irregulares.
Y Highlander, como título, se refiere al gentilicio del habitante de “Highlands”, que es una región de Escocia, cuya traducción vendría a ser algo así como:
“El de Tierras Altas”; fue la primera de una serie de películas, seguida por:
“Highlander II: The Quickening” (1991), “Highlander III: The Sorcerer” (1994), “Highlander: Endgame” (2000), y “Highlander: The Source” (2007). 
Y existe también la serie de televisión franco-canadiense, llamada “Highlander”, que se exhibió de 1992 a 1998. 
Finalmente, en 2007 se lanzó una película en versión anime llamada “Highlander; Search for Vengeance”
Los exteriores para Highlander, fueron:
Escocia, Inglaterra, y New York.
“Los Inmortales”, son seres de una raza especial, que sólo pueden morir decapitados entre sí. 
Viven desde hace siglos entre los hombres, pero ocultando su identidad. 
Unos defienden “El Bien”, otros, “El Mal”
Una maldición, los obliga a luchar entre sí, hasta que sólo quede uno de ellos.
El escocés/Highlander, Connor MacLeod/Russell Nash (Christopher Lambert), es uno de los supervivientes del clan de “Los Inmortales”, que ha llegado hasta nuestros días; mientras que su enemigo, conocido como The Kurgan/Victor Kruger (Clancy Brown) le persigue para darle muerte.
Highlander nos muestra las batallas de los últimos inmortales, mientras la policía busca a un psicópata que está decapitando gente en New York, que en realidad, todos son inmortales que han perdido en batalla; teniendo a Russel Nash como principal sospechoso, y a una joven forense, Brenda Wyatt (Roxanne Hart), que se obsesiona con Nash, y de paso, descubre parte de su misterioso pasado.
Highlander menciona a 4 inmortales, aunque parece claro que el número de los mismos sería mucho mayor.
Ésta es pues, la premisa argumental en una película completamente entretenida, cargada de acción, romance, efectismo, una banda sonora espectacular, y por qué no decirlo también, con historia, pues viajamos desde la antigua Escocia del siglo XVI, pasando por el clasicismo del siglo XVIII, a La Segunda Guerra Mundial, hasta la actualidad de los años 80's del siglo XX; todo muy cuidado desde la ambientación.
“You cannot die MacLeod. 
Accept it!”
Los años 80 dieron en el cine, películas muy metidas en la cultura popular como las sagas:
“Terminator”, “Robocop”, “Back To The Future”, etc. 
En esa lista, queda una película, cuya saga no aguantó bien el paso del tiempo, siendo recordada mayormente solo su primera entrega.
Highlander, es una película de espadas, honor, inmortalidad, y lucha entre el bien y el mal; no se trata de una película demasiado original; de hecho es una de las muchas revisiones del mito iniciático del héroe, su maduración, su aprendizaje, y su gesta, o combate final; y la trama es coetánea a su fecha de estreno, narrando acontecimientos ficticios en el año 1984, en que se desarrolla la acción; y se recurre de forma frecuente al “flashback” para narrar hechos del siglo XVI, principalmente, que están relacionados con el protagonista.
Cuenta la leyenda, que una maldición realizada por una bruja Celta, desengañada por el amor de uno de ellos, los obliga a pelearse unos a otros para auto eliminarse.
Según la saga, quienes los enviaron a reencarnar como inmortales, predispusieron sus destinos para morir violentamente, y los condicionaron para buscarse, pelear entre sí, y llegada cierta época, instintivamente reunirse, y pelear en el llamado “Gathering”, hasta que solo quedara uno de ellos para recibir el poder de todos, y “El Premio” de quienes los exiliaron a este mundo.
Highlander comienza con un combate de lucha libre en el Madison Square Garden. 
La cámara enfoca a Russell Nash, un joven anticuario de New York, que asiste al combate, y que abandona de pronto su asiento, para bajar al aparcamiento. 
Allí se encuentra con un hombre llamado Iman Fasil (Peter Diamond), con quien combate a espada, hasta desarmarlo y decapitarlo. 
Tras ello, Nash escapa del aparcamiento, escondiendo su katana en una lámpara colgante, antes de ser apresado por la policía. 
Es durante su huida y su detención, cuando se muestran varios “flashbacks” que narran la historia pasada del personaje, y quién es en realidad: 
Connor MacLeod, uno de los inmortales.
MacLeod, nació en el año 1518 en las Highlands/Tierras Altas escocesas, en la aldea de Glenfinnan, a orillas del Lago Shiel. 
En 1536, a la edad de 18 años, Connor partió con su clan, a combatir frente al clan Frazer rival, en lo que sería su primera batalla; pero lo que desconoce, es que se enfrenta a otro inmortal, conocido como The Kurgan, y recibe heridas que deberían haberle costado la vida. 
Al ver que sobrevive, sus vecinos lo consideran un “brujo”, e intentan quemarlo, pero su condena se reduce finalmente a una pena de destierro. 
Connor vaga por Escocia, hasta que conoce a Heather MacDonald (Beatie Edney), con la que se casa.
La vida de Connor MacLeod cambia, cuando conoce al inmortal español, Juan Sánchez Villa-Lobos Ramírez (Sean Connery) que en realidad es Tak-Ne, un escribano egipcio, nacido en 896 a.C., quien se convierte en su mentor, le enseña a pelear con espada, y le explica las reglas del “juego”, por el cual, los inmortales deben buscarse a través del tiempo y del espacio, y pelear en combate singular, intentando cortar la cabeza del contrincante, única forma de matar a un inmortal, y adquirir la esencia de su inmortalidad, hasta que sólo uno quede con vida.
Los inmortales, están sujetos a varias “reglas sagradas” durante sus duelos, y a lo largo de sus vidas, como por ejemplo:
No pueden luchar en terreno sagrado, no importa la naturaleza del mismo, mientras esté consagrado.
Los duelos deben ser uno a uno, sin interferencias externas de otros inmortales. 
El vencedor, asume los poderes del derrotado. 
En las peleas con espadas, que son a muerte, cuando uno de ellos es decapitado, toda la energía y habilidad acumulada a través de los siglos, llamada “Quickening”, pasa al inmortal vencedor, aún si el perdedor no fue decapitado en combate directo, el causante de la muerte recibe el poder, caso de ser decapitados por mortales, o por accidentes, el poder se dispersa, sin ser heredado por nadie.
No pueden engendrar hijos.
Al recibir la inmortalidad se vuelven estériles.
Cuando llegue “The Gathering” o “El Encuentro”, los inmortales que aún caminen por el mundo, sentirán el deseo de reunirse en un punto concreto del planeta, y se batirán en la última batalla, y al final, solo quedará uno... ese será “El Último Inmortal”
Los duelos finales, se desarrollarían en una lejana tierra, entre los últimos inmortales, que es precisamente el momento que narra Highlander, siendo el marco, La Ciudad de New York.
La naturaleza exacta del “Premio” no queda clara, aunque parece consistir en un poder y sabiduría, que permitiría al ganador, guiar al mundo a una Nueva Era, ya sea de paz u oscuridad, dependiendo de la naturaleza del vencedor.
Un mito entre los inmortales, es que si un inmortal vence a otro muy antiguo, este toma no solo su poder, sino también su naturaleza y personalidad, así su alma adopta las cualidades de su víctima.
Por su parte, el antagonista es The Kurgan, que nació alrededor del año 1005 a.C. a orillas del Mar Caspio. 
Se convirtió en inmortal, cuando su padre aplastó su cabeza con una piedra. 
En venganza, mató a su padre, y pronto se reubicó en Moscú, donde vivió entre 1453 a 1535. 
Mientras estuvo allí, se alió con un grupo de bandoleros que arrasaban caravanas.
No pasó mucho después de que conociera a un beduino árabe, también inmortal, que le enseñó quién realmente era. 
No se sabe si le decapitó… y se encontró con Ramírez en algunas ocasiones, antes del siglo XVI.
Sabiendo del potencial que tenía Connor MacLeod, The Kurgan fue en su búsqueda para decapitarlo, aliándose con el clan enemigo de los MacLeod, los Frazer, en las Highlands escocesas, en 1536. 
En esa batalla, hirió mortalmente a MacLeod, haciéndolo un inmortal. 
Pero antes de que pudiera decapitarle, fue interceptado por otros miembros del clan de Connor. 
Permaneció en la región, y se volvió a encontrar con Ramírez; y estuvo a punto de morir por la hoja de éste, pero sólo consiguió cortarle la garganta. 
Después de una larga lucha que destruyó la casa de MacLeod, The Kurgan atravesó a Ramírez, y lo decapitó. 
Después de obtener la energía vital, “Quickening”, que le permite la “vida eterna” de éste, violó a la esposa de Connor, y se marchó…
En 1985, de acuerdo a las escenas cortadas de Highlander, decapitó a un guardia inmortal en una torre de New York, conocido como Yung Dol Kim. 
Siendo el tiempo del “Gathering”, The Kurgan empezó una serie de asesinatos. 
Su próxima víctima fue Sunda Kastagir (Hugh Quarshie), gran amigo de MacLeod. 
Tras la muerte de Sunda, The Kurgan buscó de nuevo a Connor…
Secuestró a la mujer con la que éste mantenía una relación, y ambos inmortales lucharon en un almacén abandonado, donde The Kurgan pereció.
Sin embargo, existe una paradoja en la historia, pues siempre nacen nuevos inmortales que se incorporan a la lucha, contra los que ya tienen siglos existiendo.
Un mortal, solo puede volverse inmortal, si está predestinado a ello, y si “su primera muerte” es por una causa violenta, si no es así, no resucitará, envejecerá y morirá como un humano ordinario.
Así las cosas, el director, Russell Mulcahy vuelve a demostrarnos lo importante que es la estética en el cine. 
La experiencia, que al parecer tenía con los videoclips, la aplica a la dirección de Highlander, para conseguir una obra artística, donde destaca el gusto por los detalles, y una recreación constante en la imagen:
Cielos electrizados, calles en penumbra, espadas en plena urbe, panorámicas a ras del suelo, escenas que salen del fondo de la pupila, o peceras que se convierten en el mar, van construyendo una trama de absoluta fantasía que atrapa desde el primer minuto. 
Tampoco podemos olvidar, que las tendencias de la época, la marcan irremediable y positivamente: 
El estilo del protagonista MacLeod, con gabardina y zapatos  deportivos, es irrepetible.
Highlander, es una película que hay que ver, aunque sea simplemente por cultura cinematográfica, pues se ha convertido en referente de otras muchas, y como historia resulta realmente curiosa, a pesar de la falta de información que nos ofrece sobre estos “súper hombres”, que nadie sabe de dónde salen, ni por qué, ni quien les ha dado las reglas por las que se rigen, ni el porqué de su motivación, ya que ni ellos mismos conocen la recompensa a la que aspiran…
Highlander no ofrece grandes respuestas, hay que verla como una historia de entretenimiento, sin más aspiración que eso, y crear momentos de tensión, y eso lo cumple bastante bien. 
El personaje de Lambert, francés interpretando a un escocés, convertido en un referente para la filmografía de estilo histórico/fantástico, es sin duda, una de las interpretaciones más destacadas en la carrera del actor, junto al papel de Tarzán en “Greystoke: The Legend Of Tarzan, Lord Of The Apes” (1984)
Lambert trabajó con un experto lingüista, para desarrollar un acento que no fuera similar al de ningún lugar, naturalmente, esto solo se aprecia en la versión original; y supuso asimismo, un momento importante en la carrera de Clancy Brown.
Y es que The Kurgan, es un malo malísimo que no sólo logrará aterrorizarnos con su violencia desmedida, sino que también nos arrancará alguna carcajada con ese espíritu “punk” completamente desquiciado. 
Y a la vez, Highlander mostrará una imagen madura de Sean Connery, más alejada de sus interpretaciones anteriores como James Bond. 
Connery, es el mayor acierto, sobretodo, él sí es escocés, aunque le dieron el papel de “El Español”, que no habla español, y que nació en Egipto… cosas de la vida. 
Así pues, Sean Connery, Christopher Lambert, y Clancy Brown, estuvieron casi 6 meses preparándose en el manejo de la espada junto a profesionales; de hecho, Russell Mulcahy también tomó clases.
Los secundarios cumplen, y no acaparan excesiva atención, exceptuando los 2 amores de Connor/Nash, interpretados por Beatie Edney en el papel de la dulce Heather, y Roxanne Hart en el de Brenda.
La secuencia inicial, mediante el revolucionario empleo de una “skycam” que gira sobre el Madison Square, hasta enfocar a Nash, es tremenda, y muy hermosa para la época. 
La mitología, tan emocionante que se crea de la nada, siendo una película que no tiene libro ni comic alguno detrás, queda clara a los pocos minutos de metraje.
Me encantó el personaje de Heather, pese a ser muy secundario por tiempo de aparición, y cómo muere de vieja dulcemente... 
Ver cómo Connor, ya en el siglo XX, mantiene su promesa de encender una vela cada día de su cumpleaños, es una muestra de lo innecesario que es caer en el empalagamiento, para mostrar sentimientos románticos, mientras suena “Who Wants To Live Forever” 
Lo mismo podría decirse de las escenas en que Nash gana el combate, con un vendaval eléctrico, que desata una gran explosión. 
En una entrevista, Lambert comentó, que durante las tomas en Escocia, en las secuencias de las batallas, el servicio médico tuvo que emplearse a fondo, ya que los extras escoceses, después de acompañar la comida con whisky, vino, y champán, ponían un entusiasmo desmesurado en sus actuaciones, y los heridos por cortes y golpes, fueron frecuentes. 
Curiosamente, Highlander no tuvo demasiado éxito en su estreno en cines. 
El motivo, seguramente fuera, que tanto el director Russell Mulcahy, realizador de importantes videos musicales, como el protagonista Christopher Lambert, eran en los 80, unos desconocidos en la gran pantalla. 
Mientras que Highlander sufrió de cortes editoriales para EEUU; en Europa se pudo ver el rescate de Sarah, la ayudante/secretaria de Connor, durante La Segunda Guerra Mundial, junto con muchas escenas más, como la escena en la iglesia, las referencias a la primera “mujer” de MacLeod, etc., y que ahora se han recuperado en las versiones de DVD/Blu-Ray.
Pero en cambio, fue muy bien acogida en el mercado doméstico, gracias a la combinación de factores tales como:
Un sólido argumento, basado en una cierta intriga policíaca, y un trasfondo histórico épico/romántico, en el que destacaba el carácter solitario y reflexivo del protagonista, así como un gran vestuario, unos efectos especiales, dignos para la época; y una gran banda sonora, en la que participaron el compositor Michael Kamen, y el destacado grupo británico, Queen.
El grupo de rock, Queen, en principio iba a hacer solamente un tema para la banda sonora, y sus miembros fueron llevados a ver partes de Highlander en una proyección privada. 
Sin embargo, quedaron tan encantados con lo que vieron, que se sintieron inspirados a componer más temas, algunos de los cuales, fueron cortes exitosos, y muchos colocan el disco de la banda sonora, como parte de su discografía.
Cada músico, se inspiró en una escena en particular para escribir canciones: 
El baterista Roger Taylor, usó la línea “It’s A Kind Of Magic”, para escribir la icónica canción con ese nombre.
Brian May, el guitarrista, escribió “Who Wants To Live Forever” en el taxi, después de ver la proyección; y lanzaron su disco “A Kind of Magic” exclusivamente para Highlander; en la cual, podemos encontrar las canciones:
“One Vision”, “A Kind Of Magic”, “One Year of Love”, “Pain Is So Close To Pleasure”, “Friends Will Be Friends”, “Who Wants To Live Forever”, “Gimme The Prize (Kurgan's Theme)”, “Don't Lose Your Head”, y “Princes Of The Universe”
El disco fue producido por Queen, Mack y David Richards; y existen otros 2 temas que forman parte del Soundtrack de Highlander, pero que no aparecen en éste álbum, éstos son:
“Hammer To Fall” que aparece originalmente en el álbum “The Works” de 1984; y “New York, New York”
Este icónico tema, aunque fue realizado específicamente para Highlander, no fue editado en el disco, ni ha sido lanzado en ninguna otra recopilación de la banda hasta el momento.
“Hey, it's a kind of magic”
La inmortalidad, o vida eterna supone la existencia indefinida, o infinita que consigue superar la muerte. 
A lo largo de la historia, los seres humanos han tenido el deseo de vivir para siempre.
La inmortalidad, es considerada entre algunos filósofos, como la respuesta a la angustia y al miedo que produce en el ser humano, la conciencia de su mortalidad, y contingencia. 
Ese ansia, crearía y desarrollaría el concepto de inmortalidad; y constituiría además, el núcleo de la antropología de la religión. 
Así pues, Highlander plantea la genial idea de ser inmortal.
A todos nos apasiona esta idea, pero la inmortalidad lleva consigo la soledad del tiempo, la mortalidad es bonita cuando se vive con la persona a la que amas, aunque no se profundiza en estos aspectos, son cosas que están presentes en la historia, que entretiene, pero también toca aspectos profundos del ser humano.
Tanto Highlander, como uno de los temas principales de la banda sonora, plantean la superficialidad de la inmortalidad, y lo cruel que esta puede llegar a ser:
¿Quién quiere vivir para siempre?
Por otro lado, el saberse perseguido constantemente, por delirios de poder, puede ser muy angustioso, y ver cómo pasa el tiempo, y todo queda atrás, debe ser muy cansado y frustrante...

“Don't lose your temper. 
If your head comes away from your neck, it's over”



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