The Gold Rush

“In the great Gold Rush, Alaska was the hope and dream of men, the ruthless siren of the Far North, beckoning thousands to her icy bosom.
Beckoning thousands to her unknown regions.
Chilkoot Pass was the great barrier to the gold fields.
Over this Pass men faced untold misery and hardship.
Many lost their lives.
Some fell by the wayside, others lost courage and turned back.
But the brave went on”

El goteo de emigrantes, se convertiría en una avalancha, tras el descubrimiento de oro en California en 1848, el mismo año en que los EEUU “adquirieron” el Suroeste en El Tratado de Guadalupe Hidalgo.
En los meses que siguieron al anuncio público del descubrimiento, por El Presidente James K. Polk, a finales de 1848, decenas de miles de buscadores de oro, se dirigieron hacia el Oeste a buscar fortuna, en lo que es conocido como:
“La Fiebre del Oro de California”
La ruta occidental era ardua, y estaba llena de peligros potenciales para los no bien equipados.
Los nativos estadounidenses, no eran el principal de los problemas en los primeros años que siguieron al descubrimiento de oro en California, cuando la afluencia de viajeros aumentó las tensiones entre los emigrantes, y la población nativa de EEUU.
Los cruces de los ríos, con muchos ahogamientos, las enfermedades, y la hambruna, fueron causas de muerte más frecuentes en el largo viaje, y los pioneros tenían que estar bien preparados.
A pesar de la imagen popular de las películas de Hollywood, la mayoría de las carretas, iban tiradas por bueyes, en lugar de caballos, por 2 sencillas razones:
El buey era más lento, por lo que sí se escapaba en la noche, era más fácil capturarlos; y en segundo lugar, cuando comenzaban a faltar alimentos, como ocurría a menudo en las últimas etapas, el buey era la mejor alternativa como alimento que el caballo.
El famoso grupo Donner, viajó en carreta cubierta desde Illinois a California, y no pudo escapar de los bosques de La Sierra Nevada, cuando una tormenta de nieve cayó sobre la región, el 1 de octubre de 1846.
Aislados en las montañas durante 6 meses, los 89 miembros de la expedición Donner, pusieron a prueba toda clase de tácticas de supervivencia y, al final, recurrieron al canibalismo, luego de que uno a uno de los emigrantes moría.
Esa fue una de las tantas historias sobre la búsqueda de oro en el oeste.
Así, La Fiebre del Oro de Klondike, algunas veces denominada “La Fiebre del Oro del Yukón”, o “La Fiebre del Oro de Alaska”, fue un frenesí de inmigración por fiebre del oro, en pos de prospecciones auríferas a lo largo del río Klondike, cerca de Dawson City, Yukón, Canadá.
Se inició después que fuera descubierto oro, a finales del siglo XIX.
En total, se extrajeron alrededor de 12,5 millones de onzas de oro, alrededor de 20,12 m3, del área de Klondike.
Hombres de todo tipo, se dirigieron al Yukón, desde lugares tan lejanos como:
New York, El Reino Unido y Australia.
“I thought you was a chicken”
The Gold Rush es una comedia de cine mudo, escrita y dirigida por Charles Chaplin, en el año 1925.
Protagonizada por Charles Chaplin, Mack Swain, Georgia Hale, Tom Murray, Malcom Waite, Henry Bergman, Betty Morrisey, entre otros.
El guión, se inspira en documentación gráfica de los buscadores de oro, de la fiebre del oro de Klondike, entre 1896 y 1898; y en el libro sobre el desastre del grupo Donner del año 1846.
Esta sociedad Donner, era una de las numerosas expediciones que marchaban hacia California, antes del descubrimiento del oro, en el año 1847.
Más adelante, la sociedad Donner se perdió en las montañas nevadas, y acosados por el hambre, se devoraron unos a otros.
Chaplin, trasladó el terrible suceso de la sociedad Donner, al descubrimiento del oro en Alaska, durante la “fiebre” de 1898, que llevó a millares de buscadores al Klondike.
Fue la concepción para esta joya dramática, que esencialmente es una película cómica.
The Gold Rush, contó con un presupuesto estimado de casi $1 millón; y fue la 5ª película más taquillera del cine mudo, en la historia del cine; teniendo una recaudación de más de $4,250.001, en la taquilla, en 1926.
Se rueda en escenarios naturales de California:
Los Angeles, San Fernando Valley, Sierra Nevada, Inverson Ranch; en Colorado y en los Chaplin Studios de Hollywood, durante 16 meses, entre enero de 1924, y mayo de 1925.
El realizador, con frecuencia dijo, que deseaba ser recordado por The Gold Rush, uno de los mejores de su filmografía; y describe los horrores del hambre y el frío, retrata con precisión la soledad, extrae expresividad de la pantomima, y establece que la felicidad se encuentra en los caminos del amor y la solidaridad, no en los del dinero.
Siendo el primer largometraje de Charles Chaplin, en el que produjo, dirigió, escribió, y actuó, bajo la recién creada productora United Artists; en 1942, The Gold Rush fue reestrenada en versión sonora, con un nuevo acompañamiento musical de Max Terr, y la grabación de sonido James L. Fields; y narración “en off” del propio Chaplin.
Recibió 2 nominaciones a Los Premios Oscar como mejor sonido, y mejor banda sonora.
Así, The Gold Rush fue la 1ª de las películas mudas, clásicas de Chaplin, que se convierte a una versión sonora de esta manera.
Afortunadamente, se pueden encontrar ambas versiones:
La muda, y la hablada.
Se especula que, en 1953, la cinta original de 1925, pudo entrar en la lista de películas en el dominio público, al menos en los Estados Unidos.
El motivo es que los propietarios del “copyright” no lo renovaron según establecían las leyes de EEUU:
Debido a esto, varias copias se han distribuido bajo esta asunción.
Sin embargo, la familia de Chaplin, ha bloqueado las ediciones fuera de Estados Unidos, argumentando que bajo la ley estadounidense URAA/GATT, las películas de EEUU, tienen otorgada protección de “copyright” también bajo las leyes británicas, cuando pertenecen a un ciudadano británico, lo cual es el caso, dado que Charles Chaplin, original propietario del “copyright”, retuvo la nacionalidad británica por 4 décadas.
La acción de The Gold Rush tiene lugar en Alaska, en 1896.
El vagabundo/Buscador Solitario o “The Tramp”/”The Lone Prospector” (Charles Chaplin), es un solitario buscador de oro, que llega a Alaska, a principios de siglo, en busca de fortuna.
Una fuerte tormenta de nieve, le llevará a refugiarse en la cabaña de un peligroso bandido, Black Larsen (Tom Murray), perseguido por la ley.
Gracias a la misma tempestad, Chaplin conoce a otro hombre, Big Jim McKay (Mack Swain), quien se volverá su amigo.
A partir de ese momento, su fortuna, tanto económica como sentimental, cambiará completamente, pues por azares del destino, también encuentra a una bella mujer llamada Georgia (Georgia Hale)
Cerca de la cabaña, Big Jim ha encontrado oro, pero tiene que buscar refugio.
La maldad de Larsen, la inocencia de Charlot, la bondad brutal de Big Jim, no se perciben de otra manera que con sus gestos y movimientos.
Cuando pasan los días, el hambre hace estragos… y cuando el hambre arrecia, llegan las alucinaciones.
Así, la maestría está en mostrarnos lo que un personaje piensa, sin que diga nada.
Por ejemplo, Big Jim ve a Charlot como un pollo inmenso, y este tiene que escapar de su amigo.
A pesar de ser una comedia, The Gold Rush posee una profundidad en su argumento, que hace al público reflexionar sobre la vida, y sobre los motivos que impulsan al ser humano.
Con su peculiar estilo, Chaplin aborda temas como la pobreza, la avaricia, y el amor.
“Far into the icy north, deep into the silent nowhere, came an undaunted lone prospector”
The Gold Rush, es uno de los filmes más emblemáticos de la historia del cine, y es sin lugar a dudas, uno de los más importantes, de la vasta filmografía del gran Charles Chaplin.
El genio de este gran maestro, se pone de manifiesto para crear una obra que es un ejemplo perfecto de cine, en su más pura expresión.
La dureza de las situaciones mostradas en la gran pantalla, contrastan con la comicidad de las mismas, logrando que un argumento totalmente dramático, pueda ser disfrutado como una comedia, y una historia de amor.
The Gold Rush es una comedia silente, que describe los horrores del hambre y el frío, retrata con precisión la soledad, extrae expresividad de la pantomima, y establece que la felicidad se encuentra en los caminos del amor y la solidaridad, no en los del dinero.
Con una gracia exquisita, The Gold Rush se desarrolla de manera fluida, y posee chistes visuales sorprendentes e ingeniosos.
Desarrolla una narración concisa, estilizada y sobria, en el marco de una magnífica economía de medios.
Combina con maestría humor, ironía, y sátira, con drama de gran calado.
Extrae comicidad de las sorpresas, los contrastes, los traspiés, lo absurdo, y lo grotesco, hasta el punto de convertirlo en un admirable compendio de chistes visuales.
Tras la obra, se ocultan largas horas de trabajo y esfuerzo, puestas al servicio del perfeccionismo que inspiró siempre a Chaplin.
The Gold Rush nos narra la historia de “The Tramp”, cuando se embarca hacia Alaska, en busca de oro, impulsado por una fiebre de oro que llevó a miles de personas de todas partes del mundo hacia Klondike, en busca de riquezas.
En su búsqueda, encontrará mucho más que oro, y se verá envuelto en una serie de aventuras que lo pondrán en aprietos.
The Gold Rush está montada en 3 capítulos, casi independientes:
En la primera parte, un Charlot hambriento y aterido, trata de refugiarse en una cabaña ocupada por un delincuente.
Sabemos que Black Larsen es un forajido, porque en la estufa quema un pasquín de “Se Busca” y captura con su foto.
La explicación, viene dada con una solución visual, que a la misma vez anima el relato.
Chaplin podría argumentar, que en una película sonora, alguien diría en voz alta que es un forajido sin más, y eso no tiene arte ni inventiva.
La segunda parte, relata la historia de amor en el pueblo minero.
Y de nuevo, bastan 2 pinceladas visuales, para mostrar una relación compleja.
Charlot entra en la taberna, y se enamora de la chica.
Un hombre alto y guapo la corteja, pero ella sabe que no es sincero, por eso baila con el vagabundo.
Charlot, lejos de lucirse, tiene que luchar contra unos pantalones que se le caen, y todos los objetos llenos de vida que se empeñan en dejarle en mal lugar.
Sin oír una sola palabra, el espectador está dentro del juego, y ha tomado un partido.
Quiere que el vagabundo, sinceramente enamorado, pero torpe, venza al guaperas sobrado, pero falso.
Los 2 pelean, y un accidente hace que parezca que Charlot gana.
Si en la primera parte, hacía falta imaginación para mostrar el hambre de los mineros, ahora se trata de expresar, sólo con imágenes, el amor callado que el protagonista siente por la chica.
Una foto bajo la almohada, una cita a la que ella falta, un sueño…
La tercera parte, empieza con la vuelta a la cabaña, y una última secuencia loca, la última prueba.
La cabaña se desplaza hasta un acantilado, y los 2 protagonistas casi caen al vacío.
Charlot confunde el balanceo, con la resaca del alcohol.
Más tarde, los 2 millonarios vuelven de Alaska en un crucero, y Charlot posa para la prensa, vestido de vagabundo.
La muchacha lo encuentra, y la policía lo confunde con un polizonte, así que lo esconde.
El “happy end” del hombre pobre, convertido en rico; de la chica que lo acepta sin saberlo, es tradicional; la forma de contarlo, es arte con mayúscula.
En las películas del vagabundo Charlot, el personaje que abrió las puertas a toda la larga camada de comediantes-estrella, suele decirse que impera el sentimentalismo.
Sobra decir, que la actuación de Chaplin es majestuosa, que la creatividad tanto en las imágenes, música, fotografía, efectos visuales, muy innovadores para la época, y el guión, son extraordinarios.
Chaplin hace un brillante retrato de la desesperación humana, ante las más duras adversidades, y toca temas primarios, como el hambre extremo, el frío insoportable, la avaricia, la soledad, y sobre todo la búsqueda de “El Sueño Americano”, y como respuesta a todas estas lacras, se contrapone este Vagabundo sin pasado, que enfrenta esta angustia con ternura, amor, solidaridad, ingenio, astucia, y siempre extrayendo humor de entre estas penurias, y mezcla con sutil inteligencia, humor del drama, dotando sus gags de ironía, cinismo, y dulzura, gracias a su maestría a la hora de encadenar escenas, donde el patetismo se funde con lo enternecedor, su alter ego, un “Don Nadie”, reflejo de todos los parias del mundo, que intentan sobrevivir con dignidad, un pícaro que ante la adversidad, intenta poner buena cara y optimismo, sonsaca de la amargura, dosis de conmovedores momentos, sabe mostrar la tragedia con visos de esperanza, tras la tormenta viene la calma, etc.
Además de Chaplin, The Gold Rush lo protagonizan:
Mack Swain en el papel de Big Jim, todo tierno en sus alucinaciones, y en sus partes desesperadas.
Tom Murray como el vil Black Larsen; y Georgia Hale en el rol de Georgia.
La actriz principal, comentó sobre Charles Chaplin:
“Era tan maravilloso trabajar con él.
No te importaba que te dijese todo el tiempo lo que tenías que hacer, cada detalle.
Tenía una paciencia infinita con los actores, y era amable.
Sabía exactamente lo que tenía que decir y hacer para conseguir lo que quería”
The Gold Rush, posee secuencias que hoy en día, son iconos del cine, como por ejemplo:
La célebre secuencia en que Charlot, hambriento y muerto de frío, se come sus botas, con todo el exquisito refinamiento de un “gourmet”, extrayendo los clavos como si fueran los huesos de alguna ave, engulléndose cordones a modo de spaghetti, o troceando la suela como si fuese la mejor de las viandas, deja constancia de las intenciones del cineasta.
También la aparición de un gigantesco pollo, presto para trinchar; y una de las secuencias más famosas de cine:
Cuando Chaplin entretiene a sus amigas, haciendo un baile con 2 panecillos sostenidos por tenedores sobre un plato de comida; o la casa al filo del abismo.
La narración, y las imágenes, con características de registro documental, en las que vemos a cientos de hombres caminando en fila por un paso de montaña.
Allí aparece el personaje, rodeado de la soledad de un paisaje blanco, acechado por un camino estrecho, al borde de un precipicio, y por un oso que sigue sus pasos.
Condensa en unos pocos planos, varios de los atributos del explorador:
El viaje, la soledad, y el peligro de la naturaleza.
Chaplin, no sólo puso atención en los buscadores de oro del norte, también se había interesado en una expedición, que en 1846 intentó cruzar el oeste, de Illinois a California, en carreta, y quedó atrapada durante 6 meses, después de que una tormenta de nieve, bloqueara los caminos, la expedición Donner.
Así, The Gold Rush emite una historia, dónde El Desfiladero de Chilkoot, muestra una hilera humana de buscadores de oro.
Es evidente, la importancia del dinero como prevalece en esta época, de cómo una persona pasa de ser humillado a admirado, por el hecho de ser rico, es decir, que si nos referimos a cómo Charlot consigue el respeto, por medio del dinero.
Cabe agregar, que los términos que expresan el sentido de The Gold Rush son:
La ambición, que se destaca al principio, en la que sólo se preocupan por ellos mismos, y el afán por encontrar oro.
El hambre, se presenta en la escena de la cena de acción de gracias, cuando tuvieron que comerse una bota para cenar.
La ingenuidad del vagabundo, cuando es engañado, y cree que Georgia le ama.
La soledad, en la que el protagonista se encuentra esperando por las chicas para la cena.
Y la solidaridad, cuando Big Jim le otorga la mitad de su mina de oro a Charlot.
Es una narración que presenta actos de ambición, hambre, ingenuidad, soledad, amor, y solidaridad, acciones que actualmente en nuestras vidas, las observamos y las vivimos día a día.
Sin embargo, la reputación de Chaplin entre la crítica, comenzó a declinar hacia los años 50, como consecuencia de los decepcionantes resultados de sus últimos proyectos, y de la reivindicación tardía de la figura de Buster Keaton, autor de una obra que parecía más interesante, desde un punto de vista cinematográfico, y cuya sobria personalidad escénica, resultaba más atractiva para el público contemporáneo, que el depurado sentimentalismo de Chaplin que, al fin y al cabo, fue el creadores del primer personaje que supo encarnar la fuerza comunicativa global del cine.
Y es que The Gold Rush, no es sólo una película gozosa, sino que constituye uno de los puntos álgidos de su arte, antes de la llegada de la revolución del sonoro, los problemas matrimoniales, y las polémicas políticas, contribuyeran a que su posterior producción resultara más polémica.
De hecho, la trastienda del rodaje, estuvo sembrada de numerosos escándalos:
Lita Grey, era la actriz propuesta como protagonista, que con 15 años, Chaplin la había dejado embarazada, por lo que paró la filmación por 3 meses, para llevársela a México, mediante engaño, pues le dijo iba a rodar allí una película, cuando lo que hizo fue casarse con ella.
Tras volver a la producción, aconteció uno de los mayores escándalos de Hollywood:
En el yate del magnate de los medios de comunicación, William Randolph Hearst, el productor de cine, Thomas Ince murió misteriosamente…
Aunque Chaplin negó siempre estar a bordo, varios testigos refutan esto.
La versión no oficial, es que Hearst disparó a Chaplin, pues lo pilló acaramelado con su amante, la actriz Marion Davis, y por error le dio a Ince…
Como fueran los hechos, no pasó a más.
De The Gold Rush es obvio que me encantó el personaje de Charlot, su corazón, sus buenos sentimientos, sus reacciones para con lo injusto; y su crítica al egoísmo, a las posesiones, incluso a la propiedad privada, no olvidemos que se le acusó de comunista, y que él, en vez de negarlo, dijo que sentía simpatía para con ellos; y al inevitable mal de amasar fortuna que tenemos los seres humanos, el querer siempre más, no tener nunca suficiente...
Chaplin lo explora, lo muestra... a veces de la forma más dura que se puede mostrar.
The Gold Rush, enormemente popular desde el momento de su estreno, fue una de las producciones más mudas taquilleras.
Como curiosidad queda, que es de la filmografía de Chaplin, la que tiene el final más feliz.
“Eureka!
I've found it, a mountain of gold!”
Chaplin, fue uno de los firmantes del manifiesto contra el cine sonoro, y viendo The Gold Rush, es fácil entender por qué.
El cine mudo plantea una serie de retos, que en The Gold Rush llegan a la solución más creativa imaginable.
El arte, la imaginación, la personalidad del artista, se mide en su respuesta a unos problemas dados.
Es comprensible que, una vez resueltas las limitaciones de la falta de sonido con semejante maestría como aquí, el diálogo apareciera como un intruso.
Lamentablemente, la construcción de esta nota, fue producida por la versión sonora y no la muda.
No obstante, The Gold Rush está llena de grandes aventuras, y nos muestra una gran cantidad de sentimientos que nos llevan a pensar, que hay cosas más importante que lo material.
Cuando nos proponemos lograr algo, hacemos todo lo posible por alcanzarlo, y somos capaces de entregarnos en totalidad, con tan de obtener dicho logro, pero debemos pensar que eso no es lo más importante, porque echamos a un lado lo que nos diga el corazón, y ponemos toda nuestra disponibilidad y nuestro tiempo, para tener eso que queremos.
Lo importante es no darse por vencido, sino seguir luchando hasta el final.

“This will make a great story, and with a happy ending.
And so it was.
A happy ending”



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