The Broken Circle Breakdown

“Het leven is niet gul”
(La vida no es generosa)

La fe del fanatismo, y la fe de la esperanza indolora…
Decir que se están haciendo más películas sobre el cáncer, la leucemia es el que más “triunfa”; que de guerras, podría sonar insensible y frívolo, a la par que exagerado, porque de guerras siguen, y seguirán haciéndose muchas más, pero la comparativa, no deja de tener algo de razón.
Con el cáncer como temática central, o de fondo, se han hecho buenas cintas, es por desgracia un tema de “moda”, pero los recursos de los melodramas de hospitales, y de lucha por curarse y sobrevivir:
¿Están ya agotados?
Qué hay más hermoso que el fruto del amor:
Nuestros descendientes, nuestra luz, nuestras entrañas, nuestro solaz, nuestra ilusión inconmensurable…
¿Cómo encajar, cómo encarar, cómo digerir la enfermedad, cuando nos parece injusta, arbitraria, deleznable, y cruel?
¡Ay de los incautos padres que sobreviven a sus angelicales hijos, porque sus huesos pavimentan los sueños ratos, y la amargura infinita!
¡Ay de la música que subraya penas y alegrías, temores y regocijos, nuestras desdichadas noches, o nuestros alados días!
¿Qué hay más allá de las estrellas?
¿Qué nos aguarda en la muerte, tras la vida indeleble, optimista, y jubilosa? ¿Quizás una canción suave que nos diga adiós, y acune nuestra lenta e inexorable despedida?
¿Quizás las lágrimas de los que nos precedieron, y no nos quieren soltar, ni por todo el oro del mundo?
En la enfermedad/muerte, como en la guerra, solo nos deja sufrimiento.
“Ik heb altijd geweten.
Dat het te mooi was om waar te zijn.
Dat niet kon duren.
Dat het leven is niet zo”
(Siempre lo supe.
Eso ya era demasiado bueno para ser verdad.
Que no podía durar.
Que la vida no es así)
The Broken Circle Breakdown es un drama/musical belga, del año 2012, dirigido por Felix Van Groeningen.
Protagonizado por Veerle Baetens, Johan Heldenbergh, Nell Cattrysse, Geert Van Rampelberg, Nils De Caster, Robbie Cleiren, Bert Huysentruyt, Jan Bijvoet, Blanka Heirman, entre otros.
El guión es de Carl Joos y Felix Van Groeningen; siendo una adaptación de la obra de teatro de Johan Heldenbergh y Mieke Dobbels llamada “The Broken Circle Breakdown featuring The Cover-Ups of Alabama” en donde una bella e inteligente mujer, que se tatúa cada relación en su cuerpo, conoce a un sexy y divertido cowboy.
Un flechazo inmediato, y la tórrida relación, acaba en fusión que porta sus frutos sin tardar, un adorable bebé.
El director comenta:
“Johan Heldenbergh coescribió la obra de teatro, y la protagonizó.
Mientras escribía el guión, nunca pensé en otro actor para el papel, por una sencilla razón:
Johan y el personaje de Didier, se parecen mucho”
The Broken Circle Breakdown nos habla del amor, el desamor, los hijos, la amistad, los sueños rotos, el sufrimiento, el miedo a perder, la muerte, el deseo, la traición, la soledad, la desesperación… así como la alegría, la tristeza, el resentimiento, la fe, y las formas de afrontar la pérdida… todo tiene cabida en esta historia, hasta la ciencia y la política, inundada de buena música; en definitiva, habla de eso que no es tan propio, y tan nuestro, que lo esencial es invisible a los ojos.
The Broken Circle Breakdown estuvo nominada al Oscar en la categoría de mejor película de habla no inglesa; y narra la historia de amor de una pareja, que llevan juntos 7 apasionados años, viviendo en un círculo completo de felicidad, muy poco convencional:
Elise Vandevelde/Alabama (Veerle Baetens) es una mujer de contextura fina, lo que trata de contrastar con el gran número de tatuajes que tiene en su cuerpo.
Estos tatuajes, parecen ser cicatrices que han marcado a Elise, a lo largo de su vida, y forman parte inseparable de ella; mientras Didier Bontinck/Monroe (Johan Heldenbergh), es un hombre alto, barbón, y de pelo largo.
Su cara tiene rasgos toscos, y pareciera que lleva días sin bañarse.
Didier vive solo en una granja, más precisamente en una casa rodante, ya que su casa está a medio terminar.
El hilo narrativo, se presenta con saltos entre el pasado y el presente:
En el pasado, se nos cuenta el nacimiento de su historia de amor.
Él es un músico, y toca el banjo en una banda.
Ella tiene una tienda de tatuajes.
Los 2 son muy diferentes, pero la atracción actúa inmediatamente, se trata de amor a primera vista.
A los 2 les une el amor por la música, y su atracción mutua.
En el presente, vemos que tienen una hija pequeña, Maybelle (Nell Cattrysse), a la cual diagnostican con cáncer, con solo 6 años de edad.
A pesar de las grandes diferencias que existen entre ellos, se puede decir que cuando se conocieron, el amor triunfó.
A él le gusta hablar, y a ella escuchar.
Él es un ateo convencido, mientras que ella es creyente.
Por contra, él es un romántico empedernido, y ella tiene los pies en el suelo.
Por eso, cuando su niña enferma, los 2 se lo toman de maneras muy diferentes.
En The Broken Circle Breakdown, se narran 7 años de sus vidas, con sus altibajos, momentos muy buenos, y momentos malísimos.
Toda la felicidad y esperanzas que tenían al principio, parece que pueden verse amenazados por la enfermedad.
El tema central, acaba siendo lo que hacen juntos, su hija, y cómo la enfermedad de esta les afecta, aunque no es el único tema, ni mucho menos.
Se explora el amor, la felicidad, los pequeños momentos que configuran una relación en general feliz.
Cómo la vida trae muchos momentos tristes, como para compensar los buenos.
Momentos negros y oscuros, que equilibran los felices, y llenos de luz.
Cuenta Didier, en su momento, que Los Montes Apalaches, atrajeron a aventureros de todo el mundo, en busca de sus riquezas minerales, y que el heterogéneo grupo, inventó el canto coral más primitivo y auténtico, el “Bluegrass, como asidero para combatir la soledad y el miedo.
La música, el Country, el Bluegrass, las cuerdas, son el leitmotiv de la vida en común de Elisa y Didier:
Él, demasiado torpe para la guitarra o la mandolina, toca el banjo de tradición judía; y ella, chica de vida moderna, y muy de la tierra, canta como los ángeles. Pero el círculo se rompió...
Sin darse cuenta, el Bluegrass les sirve de arma y escudo, para cantarse las verdades que no se dicen.
Tal vez es la música, tal vez el carisma de los personajes, o tal vez la fabulosa edición, lo que nos hace conectar con The Broken Circle Breakdown.
Tras ese guión, a primera vista simple, llano, y hasta trillado; se erigen unos personajes con fuerza, profundidad, y llenos de vida.
Es en la convulsa relación de Didier y Elise, donde encontramos el placer cinematográfico.
Son ellos los que luchan por cerrar ese círculo, al cual evoca el título del filme, pero hay fuerzas que pueden más que ellos, y el círculo termina por convertirse en una espiral desgraciada.
¿Cómo superar lo insuperable?
¿Quién puede tocar el cielo, y resignarse, poco tiempo después, a vivir a ras del suelo?
¿Por qué la esperanza puede ser más dura que la resignación?
¿Hasta cuándo buscaremos a un culpable, cuando éste no existe?
“Je moet niet van iemand.
Je moet niet verbonden aan iemand te worden”
(No debes amar a alguien.
No debes apegarte a alguien)
El melodrama, es un género malquerido por regla general, dada la tendencia a utilizar de manera exagerada, golpes de efecto, que sustraen el interés del producto final.
Cuando la alquimia funciona, y la dosis es la adecuada, se convierte en un placer inmenso, como en el caso de The Broken Circle Breakdown, que retoma al pie de la letra, la etimología de sus términos griegos:
“mélos” o “música”, y “drama” o “acción dramática”
The Broken Circle Breakdown, cuenta una historia de manera delicada y sutil.
El guión no es fácil, y la narración no es lineal, sino que recurre a elipsis, y continuos “flashbacks” y “flashforwards”
En medio de todo eso, mantiene un ritmo impecable, que engancha de principio a fin.
De entrada decir que el título adicional, “Alabama Monroe”, que no tiene más secreto, que los nombres que en un momento del metraje, la protagonista da a cada miembro de la pareja, en particular, la pareja:
Ella es Alabama, y él es Monroe.
Más allá de la enorme química existente entre ambos personajes, la fuerza que desprenden, y su capacidad para transmitir todo tipo de sensaciones, te introducen completamente en la historia, te hacen empatizar, y comprender a los protagonistas; y le dan el realismo imprescindible, para mantener el nivel alto, incluso en los momentos en los que el guión parece flojear.
El director comenta:
“The Broken Circle Breakdown, va más allá del amor materno y paterno.
Trata del amor entre 2 personas muy diferentes, y de la pérdida, de cómo 2 seres que se aman, se alejan el uno del otro, a pesar de no desear hacerlo.
The Broken Circle Breakdown, muestra la dificultad que representa para los 2 protagonistas, Didier y Elise, aceptar la enfermedad de su hija:
Didier esconde su dolor, detrás de grandes principios, grandes teorías.
Elise huye hacia el simbolismo, la religión, y la superstición.
Entiendo que el dolor, puede llegar a ser tan abrumador, sobre todo la pérdida de un hijo, como para que ciertas personas necesiten inventarse historias acerca de Dios, el paraíso, y la vida después de la muerte.
Sospecho que muchas personas, se encuentran a caballo entre las 2 posiciones:
Por un lado, están convencidas de que no hay vida después de la muerte; pero por otro, están emocionalmente abiertas a la posibilidad de que la haya, porque las circunstancias, les obligan a creerlo.
Es la dualidad que existe en Elise y Didier.
Mientras todo va bien, sus opiniones opuestas sobre la vida y la muerte, nutren pullas bien intencionadas o, como mucho, son tema de discusión.
Pero cuando la vida de su hija corre peligro, sus puntos de vista diametralmente opuestos, les empujan a un clímax dramático, porque Elise y Didier, están destrozados por dentro.
No es una casualidad, que Didier y Elise toquen en un grupo de bluegrass.
La música bluegrass, forma parte íntegra de la historia, y es la unión intrínseca entre todos los temas de The Broken Circle Breakdown, tales como:
La vida, la muerte, el nacimiento, Estados Unidos, la maternidad, la paternidad, la búsqueda del consuelo, la vida después de la muerte…
La música, también es lo que une a la pareja.
Nos hemos esforzado, para que los temas encontrasen su sitio en el guión, de forma organizada y, por tanto, conferirles el mayor impacto dramático posible.
En ocasiones, la canción es meramente narrativa, y ayuda a contar la historia, o incluso, se usa como elipsis.
En otras, escogimos una canción, porque subraya las emociones.
Durante la escritura del guión, incluimos algunas canciones de la obra de teatro, pero a medida que empecé a meterme en el mundo del bluegrass, se colaron otros temas en el guión”, afirma el director.
La banda sonora, compuesta íntegramente por Bjorn Eriksson, es una maravilla y es parte fundamental de The Broken Circle Breakdown que, de algún modo definiría como un drama armónico, melódico, fascinante, en el que las canciones actúan de narrador en primera, y tercera persona, aportando un valor esencial al hilo argumental.
Didier, es independiente, capaz de arreglarlo todo, práctico, técnico, y habilidoso; pero su tarjeta de presentación, es su encanto.
Siempre apasionado, nunca agresivo.
El día que se enteró de que “Papa Noel” no existía, dejó de creer en Dios.
Fue una auténtica revelación para él; a partir de ese momento, todo encajó.
Gran número de las ambigüedades que había aceptado con cierta incredulidad, eran simples invenciones.
Así de sencillo.
Pero es hombre de numerosas pasiones, pero la principal, es su amor por el bluegrass, una forma muy pura de música country estadounidense.
Toca en un grupo en el que todos son amigos.
Hasta que se enamora de Elise, el gran amor de su vida.
Nunca había querido tener hijos, porque no quería jugar a ser Dios en la vida de otro, y menos en la de un niño indefenso, pero el amor lo puede todo, y acaba convirtiéndose en padre…
Elise… rebosa ganas de vivir, pero a veces deja que la vida se apodere de ella.
Es emoción, en su más puro estado.
Si se siente feliz, está en éxtasis.
Si está triste, se vuelve inconsolable.
Es muy sexy, y al mismo tiempo, madura e inteligente.
Aprendió a valerse por sí misma desde muy joven, al hacerse cargo de la tienda de tatuajes de su padre.
Su cuerpo, es un testimonio de su vida amorosa.
Cada vez que se enamora de alguien, se tatúa su nombre, y cuando rompen, lo esconde debajo de otro tatuaje…
Cuando se queda embarazada, no pierde las ganas de vivir, ni de divertirse, se empeña en hacer todo lo mejor, y más natural para el bebé.
Como dato, sobre los tatuajes, dice el director, “fueron diseñados por Emy La Perla, una diseñadora de tatuajes de Bruselas, a la que entrevisté durante el proceso de documentación anterior al rodaje.
Fue un encuentro maravilloso.
Aprendí mucho acerca de los tatuajes, y me gustó su estilo, así que le pregunté, si le apetecía diseñarlos de la película.
Se hablaba de tatuajes en la obra de teatro, pero en la película, se convirtieron en un leitmotiv.
Eran demasiado bonitos para no mostrarlos, y darles un papel en la historia”, dijo el realizador.
The Broken Circle Breakdown tiene 2 comienzos:
La noche en que Didier y Elise iniciaron su relación, y el día en que reciben la noticia de que su hija Maybelle tiene cáncer.
A continuación, salta entre pasado y presente, narrando ambos períodos, en la historia de estos personajes:
Por un lado, está el enamoramiento de los primeros días, una época en la que Didier y Elise se van conociendo entre sí; y por otro lado, está la época en que deben enfrentar un desafío enorme, quizás la noticia más grave que puede recibir un padre.
Aunque los avances médicos permiten tratar enfermedades como el cáncer, con un importante porcentaje de resultados exitosos, recibir la noticia de que su hija, el fruto de su relación, puede morir dentro de los próximos meses, es devastador para cualquier persona.
El diálogo es muy reflexivo, como se dice en su momento, al afrontar la muerte:
“Lo sabía.
De hecho, siempre lo he sabido.
Que era demasiado hermoso para ser cierto.
Que no podía durar.
Que la vida no es generosa.
No tenemos derecho a amar, no podemos encariñarnos, pues la vida no hace obsequios.
Vuelve a llevarse todo, riéndose en tu cara, te traiciona”
O bien:
“Quieres decirle que la gente ha inventado muchas cosas para afrontarlo.
Que algunos creen, que ese pajarito tiene un alma que nunca muere, y que sube al cielo.
Y que va a reencontrar a sus padres, y que volará por la eternidad, en un lugar donde el sol brilla siempre, y sin ventanas.
Que otros creen, que es un mártir en la lucha contra las ventanas.
Que después de su muerte, tendrá 10 pajaritos que nunca se han apareado, y a las que puede hacerles todo lo que quiera.
Pero papá no cree en nada de todo eso.
Pues papá cree, que todo acaba muriendo, y se queda muerto.
Pero…
Pero no puedes decir eso”
Este golpe, hace tambalear la relación de Didier y Elise, pero los personajes se mantienen juntos, sabiendo que la mejor forma de superar una situación como esta, es estando acompañados.
Pero la tarea no será fácil.
Sumado a la tragedia de una enfermedad como el cáncer, The Broken Circle Breakdown nos muestra que los protagonistas, tienen diferentes formas de ver la vida.
La felicidad, no puede ser mayor, en un principio, entre esa pareja satisfecha al 100% y, posteriormente, en esa familia que va construyendo un rancho en tierras del vaquero belga, y canta los fines de semana ante un público prendado por la armonía, y el encanto de sus voces.
Pero los ranchos, por muy altas que pongan sus barreras, no impiden que lo impensable, invada la dicha de sus habitantes.
Las diferencias de opiniones, producirán peleas entre los protagonistas, las cuales cobran mayor fuerza, al ser contrastadas con la época previa a la noticia, cuando eran una familia feliz...
Algo que nos muestra The Broken Circle Breakdown, es que el amor y el dolor, son 2 elementos que van de la mano.
Al estar tan unidos a una persona, es imposible no sufrir, cuando esa persona sufre.
El amor implica, compartir las alegrías y las penas.
Esta conexión, puede verse reflejada en los tatuajes que tiene Elise, los cuales corresponden a novios que ha tenido a lo largo de su vida.
De hecho, el mismo acto de tatuarse, implica un sacrificio, al tener que soportar el dolor de la aguja, que dibuja sobre la piel, y tener que llevar esa marca, junto a uno, durante toda la vida, aunque posteriormente sea cubierto por otro dibujo, el tatuaje original sigue ahí, oculto y disimulado.
Así, temas candentes como la vinculación entre religión y política, o los límites morales a la investigación con embriones, y células madre, aparecen de forma un tanto brusca, y si bien puede comprenderse la mayor atención de los personajes hacia estos temas, en ocasiones, tenemos la sensación de que rompen un poco la armonía de un guión, hasta el momento perfectamente ensamblado.
Lo mejor, es la reflexión y/o debate sobre la fe, con un monólogo para imprimir y enmarcar; por un lado, como causante de tanto fanatismo; y por otro, como cobijo indoloro en el que refugiarse, o al que recurrir en momentos desesperados.
Uno de los aspectos que llamó bastante la atención, fue la afición que tiene Didier por la música estadounidense.
El primer plano, lo muestra cantando, y tocando banjo junto a su grupo musical.
Al principio, esta afición me pareció algo caprichosa.
Es decir, es una película ambientada en Bélgica…
¿Por qué no Estados Unidos?
Existe la francofilia, y la anglofilia, pero hasta donde sé, no hay una palabra para referirse al amor por lo estadounidense...
Por más que pensaba, no encontraba una razón de peso, para que el protagonista tuviera ese interés por ese país.
Más adelante, el mismo personaje explica su cariño por Estados Unidos, al señalar que “es un país de soñadores”
Sin embargo, esa razón tampoco convenció...
En escenas posteriores, se muestra incluso, un cambio en la apreciación que el protagonista tiene de aquel país, debido principalmente, a la forma en que el fundamentalismo religioso, influye en las decisiones políticas, sobre todo por los acontecimientos del 9/11.
Porque hay otro elemento determinante en el desarrollo:
El cáncer.
La idolatría que el músico protagonista siente hacia Estados Unidos, se desvanece cuando contempla en la televisión, un discurso de George Bush, Jr., contra la investigación con células madre...
Pero incluso, en aquel momento, cuando Didier maldice al país que antes quería, subsiste un elemento que lo mantiene unido a Estados Unidos:
La música.
Se trata de aquellos ritmos rurales, como el country y el bluegrass, que se escuchan en carreteras perdidas de Norteamérica.
Al igual que Johnny Cash y June Carter, la historia de Didier y Elise, está marcada por la música, y la relación entre ambos, está llena de pasión, tanto en el amor, como en las discusiones.
De ahí que la banda sonora, con un omnipresente estilo “bluegrass”, es una maravilla omnipresente, casi al grado del protagonismo.
El bluegrass, es un estilo musical, incluido en el country que, en la primera mitad del siglo XX, se conoció como “hillbilly”; y tiene sus raíces últimas, en la música tradicional de Inglaterra, Irlanda, y Escocia, llevada por los inmigrantes de Las Islas Británicas, a la región de Los Apalaches, aunque sufrió también influencias de estilos musicales afroamericanos, principalmente el jazz, y el blues.
Aunque suele darse a Bill Monroe, el título de “Padre del bluegrass”, en realidad, las raíces del estilo son anteriores, remontándose a las antiguas bandas de cuerda rurales y mineras del siglo XIX, populares en varios estados del sudeste de Estados Unidos, con influencias de otros estilos musicales, como el blues, el ragtime, o el jazz; sin embargo, la denominación del estilo, sí deriva de la banda formada en 1939, por Bill Monroe, “The Blue Grass Boys”
El bluegrass de la banda sonora, penetra de tal manera en el cerebro, que cuesta separarse de él, como le ha ocurrido al público belga, que ha logrado que la música del film, se venda más que la banda sonora de “Titanic” (1997)
Todo un récord; que una película belga, con intenso sabor country, parece una combinación difícil, pero sin embargo funciona.
Los protagonistas, ni hablar, se hartan la pantalla porque derrochan química, y tienen unas voces preciosas, que podemos disfrutar en numerosas canciones, escritas por Bjorn Eriksson.
Y ese plano final, inesperado y precioso, la elevan muchísimo por todas las lecturas posibles sobre el amor, la ciencia, la política, la religión y la música.
“We zijn nog steeds hier.
Ik ben er nog.
We moeten samenwerken doorgaan”
(Todavía estamos aquí.
Todavía estoy aquí.
Tenemos que continuar juntos)
¿Es mejor no sentir nada, ni bueno ni malo?
¿Pasar por la vida como una piedra, porque la vida todo nos lo quita?
¿Huir de los malos recuerdos, o mejor, tenerlos presente?
Yo creo que siempre es mejor sentir, sentir, y sentir por eso, somos humanos, sentir tan fuerte como hacemos, es lo que nos diferencia de otras especies en esta vida.
Esta obra, The Broken Circle Breakdown, nacida para el teatro, es un canto a la tolerancia, que revela diferentes formas íntimas de sufrir solos, y de reír juntos.
Que expresa las inevitables disensiones, cuando se trata de sentir, y no de reflexionar.
Que muestra a personajes reales, ricos en contradicciones, leales, pero con miedos, y egoísmos naturales.
Y cómo no, The Broken Circle Breakdown, retrata el dolor de la pérdida.
La dificultad que supone sobrevivir al amor.
Lo duro que es vivir, cuando las personas a las que amas, desaparecen de tu vida, por el modo que sea.
Lo arduo que es vencer al pasado, y empezar de nuevo.
Lo que cuesta dejar de ser tú, para empezar a ser otra persona; por lo que es más fácil cambiarte el nombre… para seguir viviendo.

“Zult u zeggen hallo Maybelle voor mij?”
(¿Le dirías “Hola” a Maybelle por mí?)



Comentarios

  1. Muchas veces hay círculos que cuando se rompen son liberadores, como muchos círculos viciosos, pero cuando el orden y la lógica de la vida se quiebra, con ella se pulveriza todo; siempre se dice que los hijos deben enterrar a sus padres y no los padres a sus hijos; pero si sucede lo contrario la vida parece no tener ni pies ni cabeza. ¿A qué llamaríamos un "orden lógico", si al fin al cabo la vida es y será como deseemos aceptarla, agradecerla y vivirla? Conformismo para muchos o muchas, no lo creo, quizás sí madurez, aceptación, agradecimiento, paz y liberación; quien dijo que la "Vida era color de rosa" tal vez vagaba por una paleta con todos los tipos de tonos rosados. La película es maravillosa, cala o profundidad lo que como humanos no estamos excentos a vivir, y que como felicidad merecemos en total abundancia. Comparto estas palabras de Serrat: "De vez en cuando la vida toma conmigo café y está tan bonita que da gusto verla"... ya sea café, té, birra o vino quien no querrá vivir y ver la vida como se le presenta, sabiendo que nunca más la repetirá? Analizando bien: YO SI! https://youtu.be/14eHrNSLyGI

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  2. Muy buena apreciación, y la comparto.
    Es un hecho que todo lo que se nos da y se nos quita, es y será parte de nuestra madurez y experiencia.
    La vida es dura, nadie dijo que es fácil, y por tanto hay que tomarla con los brazos abiertos, vivirla y afrontarla, y lo mejor, saber y contar que somos supervivientes de la tragedia o la buenaventura.
    Gracias por la nota Vane.

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