Julie & Julia

“What is it you really like to do?”

Fruto de la evolución centenaria de la nación francesa, su gastronomía ha ido reinventándose sucesivamente con el paso de la historia, los movimientos sociales, políticos, o artísticos, la evolución en el tipo de jornada laboral, y el acceso a nuevas y diversas materias primas.
El origen de las sucesivas vanguardias culinarias, fue siempre, la ciudad de París, donde residían los chefs encargados de la realeza, figuras en algunos casos de extrema importancia en la sociedad de la época, y cuya influencia se extendía al resto del Reino y del orbe.
La gastronomía de Francia, está considerada, como una de las más importantes del mundo, caracterizada por su variedad, fruto de la diversidad regional francesa, tanto cultural como de materias primas, pero también por su refinamiento.
Su influencia, se deja sentir en casi todas las cocinas del mundo occidental, que han ido incorporando a sus bases, conocimientos técnicos de la cocina francesa; la cual está ahora incluida, junto con la gastronomía de México, en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, desde el 16 de noviembre de 2010.
En el extranjero, se asocia normalmente la gastronomía francesa, con la alta cocina servida en los grandes restaurantes, y con elevados precios.
Esta cocina, altamente refinada, es heredera directa de las cocinas regionales de Lyon, con sus conocidos “bouchons” y de la región de París.
Sin embargo, hay que tener en cuenta, que los franceses lógicamente no comen, o no preparan esta cocina en su vida diaria.
Generalmente los ancianos, tienden a consumir platos típicos de su región, mientras que los más jóvenes, son propensos a comer especialidades de otras regiones, o incluso, comida extranjera.
Pero hay otros productos, más cercanos al consumidor de a pie, que la llamada “haute cuisine”, que están universalmente identificados con la gastronomía gala.
Es el caso de la baguette, del paté, o de los vinos y quesos franceses, que con su amplia variedad, y elevada calidad, forman el buque insignia de la gastronomía del Hexagone.
Así mismo, determinadas materias primas menos conocidas por los legos en materia culinaria, están asociadas irremediablemente, con la cocina francesa, al ser elementos clave, en la elaboración de numerosísimas recetas.
Un ejemplo sería:
La crème fraiche, el bouquet garni, las hierbas de Provenza, o la mantequilla.
Una experta en gastronomía francesa, fue Julia Carolyn Child (1912 – 2004)
Child fue una cocinera, escritora, y presentadora estadounidense, responsable de la introducción de la cocina francesa, en Estados Unidos.
Hija de John y Julia Carolyn “Caro” McWilliams, fue la mayor de 3 hijos.
Después de su graduación con un bachillerato en artes, se mudó a la Ciudad de New York, trabajando en publicidad, y regresando a California, en 1937.
Durante La Segunda Guerra Mundial, Julia se enroló en el Office of Strategic Services (OSS) en Washington.
En 1944, fue destacada en Sri Lanka, y China; y en 1946, se casó con Paul Cushing Child, quien había vivido en París como artista, poeta, y sibarita.
Miembro de la diplomacia de EEUU, Paul introdujo a Julia a la cocina francesa, al ser trasladado a Francia, en 1948.
En París, Julia cursó en La Academia Le Cordon Bleu, y con Max Bugnard, se unió al club, Cercle des Gourmettes, donde Simone Beck y Louisette Bertholle, la animaron a difundir sus nuevos conocimientos, a la audiencia estadounidense.
En 1951, comenzaron la escuela informal, L'Ecole des Trois Gourmandes, hasta que la pareja se mudó a Cambridge, Massachusetts, donde comenzó su labor profesional como escritora, y chef.
Child, escribía para el Boston Globe, y en 1963, debutó en TV, con su show The French Chef, un éxito que duró más de una década, otorgándole premios y popularidad.
En 1966, Julia Child fue portada de la revista Time; y en 1981, fundó el American Institute of Wine and Food, en Napa, con Robert Mondavi y Richard Graff.
Julia Child fue condecorada con la Legión de Honor del gobierno francés, y la Presidential Medal of Freedom, en 2003.
Falleció en 2004, 2 días antes de cumplir los 92 años, a causa de una insuficiencia renal.
Su esposo Paul Child, había fallecido en 1994.
La dedicación de Julia, revolucionó el mundo gastronómico, y marcó la trayectoria de muchas personas que siguieron su estela.
Entre ellas, una chica neoyorquina, Julie Powell, que buscaba entregarse a una causa absorbente, y que tenía en común con Julia, su amor por la comida, y el placer de prepararla.
Julie, puso en marcha un proyecto, un desafío, cuyos progresos fue anotando en un blog en Internet, y que comenzó a ser seguido por mucha gente.
De ese modo, comenzó la relación Julie/Julia, 2 mujeres separadas en el tiempo, y el lugar, pero unidas en una causa común.
“Yum”
Julie & Julia es una comedia biográfica, del año 2009, dirigida por Nora Ephron.
Protagonizada por Amy Adams, Meryl Streep, Stanley Tucci, Chris Messina, Jane Lynch, Vanessa Ferlito, Lindsay Felton, Dave Annable, Mary Lynn Rajskub, entre otros.
El guión es de Nora Ephron, siendo Julie & Julia su última película, la cual se basa en 2 historias reales:
Las que se cuentan en los libros “My Life in France” (2006), de Julia Child y Alex Prud'Homme; y “Julie & Julia: 365 Days, 524 Recipes, 1 Tiny Apartment Kitchen” (2005) de Julie Powell.
Julie & Julia estuvo nominada al Oscar como mejor actriz para Meryl Streep; y es una película, sobre todo para un público femenino, y para personas sensibles que quieran pasarla bien.
No hay una gran profundidad, ni un enorme conflicto.
Es mostrar una adaptación de varios documentos basados en la vida real, y que pretenden demostrar con hechos, que tendrás éxito si te dedicas a tu pasión, sea cocinar, escribir, o lo que sea, mientras sea lo que te mueve por dentro, y no en un simple esfuerzo exterior.
Julie & Julia es un trabajo con mensajes para la vida, y recetas para alcanzar la felicidad, que regala momentos dulces, y entrañables; la cual narra 2 vivencias paralelas, en diferentes períodos temporales, con 2 caracteres femeninos fuertes, que comparten parecidas experiencias, una en París, y la otra en New York, una con medios de mitad del siglo XX, la otra, aprovechando las posibilidades de La Era de Internet.
Como dije, Julie & Julia se basa en 2 historias reales, pero que suceden en 2 épocas distintas:
Por un lado, tenemos a Julia Child (Meryl Streep), una estadounidenses que llegó a Francia, para acompañar a su marido Paul Child (Stanley Tucci), sin saber una palabra del idioma, ni de esa cultura.
Poco a poco, comienza a comprar comida en los mercados locales, a tomar clases en el Cordon Blue, y termina convirtiéndose, en una famosísima cocinera, y escribiendo libros, que hoy, ya son clásicos.
Por otra parte, ya en nuestra década, sucede la historia de Julie Powell (Amy Adams)
Una chica de casi 30 años, que se siente insatisfecha con su trabajo en un cubículo, por lo que decide cocinar a lo largo de una año, las 524 recetas del libro de Child, “Mastering The Art Of French Cooking” (1961 - Volume 1; y 1970 - Volume 2) que Child coescribió con Louise Bertholle, y Simone Beck, y volcar esta experiencia en un blog.
Durante ese año, como alumna de Child, escribe cada día sus experiencias en un blog, que tendrá múltiples seguidores.
Julie & Julia cuenta la historia de esas 2 mujeres, que dieron un vuelco en su vida, gracias a la cocina, y la pasión que sienten ambas protagonistas, por la gastronomía.
Julia se entrega con dedicación al estudio y dominio de la comida francesa; y Julie sigue sus pasos al pie de la letra, en compañía de su libro.
Tenemos una narrativa paralela, entre 2 tiempos distintos, con personajes que se complementan.
La preparación de manjares, recorre y acerca la historia de estas 2 mujeres:
Julia como icono de una época, y Julie, como relato personal de blogs, dándole un sentido a su vida rutinaria.
Y como personaje principal:
La Cocina.
Si señores, porque hablamos de cocina de verdad.
Elaborada, de esa que lleva tiempo preparar, pero que es la que más satisface, porque alimenta el corazón.
Todo el rodaje de Julie & Julia, estuvo marcado por la constante presencia de la comida.
Los encargados de la preparación de la comida, fueron la consultora culinaria, Susan Spungen, y el chef, Colin Flynn, ambos con años de experiencia en restaurantes, y periodismo gastronómico.
En Julie & Julia, una receta en particular, adquiere una relevancia clave:
El Boeuf Bourguignon; gracias al cual, Julia Child logró publicar su libro; y es un guiso que emplea técnicas básicas de la cocina francesa, que viene a ser una metáfora que aúna la película misma; con la preparación de cada una de sus partes, cada elemento con sazón correcto, que al final, se monta para preparar el plato perfecto.
En Julie & Julia, ambas protagonistas, son mujeres decididas y tenaces, que buscan con entusiasmo, su satisfacción personal, realizando una actividad que llene su vida, con más alicientes que la rutina diaria de un trabajo monótono, o la aburrida reunión social de compromiso.
Para la afrancesada Julia, opta por la comedia un tanto histriónica y caricaturesca, no hay más que ver la altura de las parejas, con personajes de escasa complejidad, y reacciones planas, con situaciones algo rocambolescas, basta con ver a las amigas de Julia, y entornos de cartón-piedra, para una comicidad de la que no se libra cualquiera.
Dibujada como un arquetipo de los años 50, difícil lo tiene Meryl Streep para dar vida a un personaje, que resulta un tanto histriónico y exagerado en su entusiasmo, poco cercano al espectador.
Su estatura física, ha aumentado misteriosamente 10 centímetros, su acento, ha cobrado la elegante afectación británica de la presentadora original de gastronomía por televisión en Estados Unidos.
Al respecto, la diseñadora de vestuario comenta, que tuvieron que hacer unos 5 pares de zapatos experimentales, que pensó inicialmente desechar, al considerarlos demasiado incómodos para el trabajo interpretativo de Streep.
Pero, finalmente, funcionaron.
El resto del vestuario, se confeccionó para recrear la ilusión de la altura de Julia Child.
A ella, se le ve recorrer París y sus mercados al aire libre, congraciarse con los vendedores más intratables, y arrancarles una sonrisa, aventajar a sus condiscípulos en una escuela de gastronomía, y someter a su feliz y resignado marido, con cada uno de sus experimentos culinarios.
Esta vida de pareja, el matrimonio como acumulación diaria de placeres novedosos, contrasta con la cotidianidad que vive Julie Powell, con su marido insatisfecho, Eric (Chris Messina), capaz de engullir cualquier delicia gastronómica sin gusto discriminatorio, como un buen consumidor de hamburguesas.
Pero cuando la cámara mira a Julie, el aire fresco entra en la sala, y el espectador respira autenticidad, para conectar e identificarse con el personaje.
Su historia de obsesión ante una idea que de pronto llena su día, sus nervios ante lo incierto de una nueva situación, su ansiedad, y alegría, al ver que alguien ha reparado en lo que ha escrito en su blog, su hundimiento ante el fracaso, o su desesperación ante un “santo marido” al que saca de sus estribos… resultan muy creíbles.
Julie & Julia, con vínculo en redundantes acciones de cocina, parece cruzar un film biográfico de época, en ambiente parisino, con una comedia dramática con personaje treintañero en crisis, y desorientado sobre su situación personal que idolatra a su espejo culinario.
Entre fogones y teclados, se mueven las 2 mujeres que atraviesan un momento apasionante, pero también delicado de su vida.
Con recetas, y con el apoyo de sus pacientes maridos, encontrarán la manera de creer más en sí mismas, y de cocinar una vida llena.
Son historias basadas en la realidad, narradas de manera alterna, y con estilo placentero por Nora Ephron, para dar vida a 2 mujeres que encontraron en la cocina, su tabla de salvación personal, y también familiar.
Julie & Julia es, más allá de una película de gastronomía, un romance cocinado a fuego lento, y una fábula acerca de la tenacidad para dar fin a un proyecto, y la manera de construir una vida matrimonial estable.
“Your book is going to change the world”
Resulta un tanto irónico, que Julie & Julia adapte no uno, sino 2 libros, y en realidad, no cuente nada.
O al menos, ésa es la impresión que se lleva el espectador, que posiblemente se preguntará:
¿Cómo una historia así de sosa, ha logrado acabar en la pantalla grande, y por qué dura nada menos que 2 horas?
Sin embargo, a pesar de que el argumento apenas tiene interés, sobre todo la trama de Julie, Julie & Julia entretiene, en parte, porque Nora Ephron consigue ensamblar las 2 historias de manera impecable, con lo que cuando una de las 2 nos atrapa, la otra nos mantiene en el mismo sitio, hasta que se reanuda la primera.
Como línea argumental, Julie & Julia ofrece poco, pero esto no importa, porque esto no se trata de contar una historia de triunfos y fracasos, o de cómo conseguir un galán a toda costa, como son prácticamente todas las películas románticas actuales.
Julie & Julia nos pone sobre la mesa, un sentimiento poco común, y es la pasión de 2 personas por la cocina.
Esto resulta en una lucha constante por poder practicar y disfrutar de una buena cena, pero enfocándonos en el proceso, y no en el producto final.
Todo este sentir, se va cocinando a fuego lento, y al terminar, no es raro que pensemos en que no sería tan mala idea intentarlo:
Objetivo logrado con creces.
Otro punto maravilloso de Julie & Julia, es el vestuario, y la ambientación parisinos de la post guerra, que hubiera ganado mucho, centrándose únicamente en Julia Child, y en la historia de cómo llegó a ser cocinera, y cuánto le costó conseguir que publicaran su libro de recetas.
La historia de Julia Child, tiene más interés, pero es que comparado con lo de Julie pueda contar, que resultar fascinante.
Y es que en 1948, Julia, una divertida Meryl Streep, que imita a la perfección la forma en la que hablaba, y se movía esta mujer, se ha trasladado a París para estar con su marido, enviado allí por cuestiones de trabajo.
La ciudad le encanta, y como no tiene nada que hacer, tras un par de pasos en falso, decide aprender a cocinar, pero de verdad, en plan profesional.
No lo tendrá fácil, especialmente por su nacionalidad, pero pronto será la alumna más brillante de su curso.
No cabe duda, que cuando de actuar se trata, Meryl Streep se pinta sola, y esta obra no es la excepción; siendo una comedia ligera, Streep se siente a sus anchas, para mostrarnos a una Julia Child llena de vida, humana, aburrida, excitada, vivaz, o triste, pero siempre con ese aire que hace que nos enamoremos de sus personajes, sin ninguna resistencia.
Julia Child, según cuentan, fue retratada de una manera magistral, trayendo la esencia de esta mujer que enseñó a los estadounidenses a cocinar la compleja comida francesa.
Por su parte, Amy Adams ya no es una cara desconocida para nadie, después de sus 2 nominaciones al Oscar, y de dejar por demás claro, que es una actriz seria, y con un fuerte poder histriónico.
Esta vez, representa de igual manera, a una chica común, que decide hacer un blog, y cocinar cada una de las recetas que Julia Child escribió en su libro.
Me hubiera gustado, eso sí, que nos contaran más sobre el éxito del blog de Julie, y sobre su relación, o no relación, con Julia Child.
¿De veras, las únicas noticias que tuvo de la cocinera, fueron en esa fría llamada?
No hay foto siquiera de ambas, juntas…
Destacan secuencias hilarantes:
Con Julia Child tomando sus primeros cursos de cocina; Julia y su marido en una tina de baño, o Julia y su hermana, Dorothy McWilliams (Jane Lynch), 2 gozosas matronas, disfrutando la comida, y desde su prominente estatura, lanzando una mirada generosa y satisfecha, a todo lo que las rodea.
Como dato, la original cocina de Julia Child, se puede visitar en El Museo Smithsoniano en Washington, DC.
Después de salir de su casa de Massachusetts, en 2001, para volver a California, Julia Child dio su cocina al Museo Nacional de Historia.
La banda sonora, de Alexandre Desplat, se valora mejor en el inicio del metraje, porque a lo largo de Julie & Julia, te sumerges más en el paralelismo de las 2 historias, y parece que dejas a un lado la banda sonora.
“I'm Julia Child.
Bon appetit!”
La cocina, puede ser lo que cada uno quiera que sea.
Hay quien detesta pasarse horas y horas preparando, picando, cortando, mezclando, removiendo, rellenando, añadiendo esto y aquello, pasando calor, produciéndose cortes, alguna vez que otra con los cuchillos, quemándose con salpicaduras de aceite, o al tocar sustancias demasiado calientes, o manipulando animales que sangran, y a los que hay que extraer las vísceras, la carne, o deshuesarlos...
Hay quienes ven en todo ello, un fastidioso, e incluso a veces, un repugnante proceso de esclavitud a la cocina.
Otras personas, en cambio, lo ven como una afición imprescindible, una necesidad, una evasión.
La cocina, puede ser entendida como simple trámite para salir del paso, y mantenerse al menos, mínimamente alimentado, porque necesitamos alimentarnos para vivir, o bien, como una especie de ciencia alquímica, con pizcas de magia, de placer sensorial, toque personal, y disfrute del paladar.
Para algunos, es como componer música, o la elaboración de fórmulas que transforman ingredientes ordinarios, en combinaciones sorprendentes, y de efectos espectaculares.
La cocina, en especial la gastronomía, está abierta a la experimentación, a la personalidad de cada uno.
Y nunca existe la receta definitiva.
Ningún libro de recetas es cerrado e inmutable, porque el mismo plato, cambia de una persona a otra, de unas manos a otras, incluso, con los mismos ingredientes.
Porque también influye la pasión, el cariño de la preparación, el temperamento, la creatividad, el atrevimiento, etc.
Con todo, Julie & Julia muestra la posibilidad de alcanzar la felicidad en lo cotidiano, y el deber de convertir en una aventura, la rutina de cada día.
Julie & Julia es una película sobre el placer de la gastronomía, pero sobre todo, acerca de los efectos que la pasión culinaria puede tener sobre la vida sentimental, y sexual de una pareja.

“You are the butter to my bread, you are the breath to my life”



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