Mysterious Skin

“The summer I was 8 years old, five hours disappeared from my life.
Five hours.
Lost.
Gone without a trace”

Los abusos que pueden sufrir los niños en su infancia, pueden marcar su forma de ser, para el resto de sus vidas.
En el mundo gay, siempre se ha lucido sus 2 caras:
Por un lado la vistosa de las fiestas, la moda, y la gente divina de la muerte; y por el otro:
La perversa, peligrosa, y denigrante.
De manera genérica, se considera abuso sexual infantil, a toda conducta en la que un menor es utilizado como objeto sexual, por parte de otra persona con la que mantiene una relación de desigualdad, ya sea en cuanto a la edad, la madurez, o el poder.
Se trata de un problema universal que está presente, de una u otra manera, en todas las culturas y sociedades, y que constituye un complejo fenómeno resultante de una combinación de factores individuales, familiares, y sociales; la cual supone una interferencia en el desarrollo evolutivo del niño, y puede dejar unas secuelas, que no siempre remiten con el paso del tiempo.
El abuso sexual, constituye una experiencia traumática, y es vivido por la víctima, como un atentado contra su integridad física y psicológica, y no tanto contra su sexo, por lo que constituye una forma más de victimización en la infancia, con secuelas parcialmente similares a las generadas en casos de maltrato físico, abandono emocional, etc.
Si la víctima no recibe un tratamiento psicológico adecuado, el malestar puede continuar, incluso en la edad adulta, creando un bucle como víctima o victimario.
En su mayoría, los abusadores son varones, entre un 80% y un 95% de los casos, heterosexuales que utilizan la confianza y familiaridad, y el engaño y la sorpresa, como estrategias más frecuentes, para someter a la víctima.
La media de edad de la víctima, ronda entre los 8 y 12 años, edades en las que se producen 1/3 de todas las agresiones sexuales.
El número de niñas que sufren abusos, es entre 1,5 y 3 veces mayor que el de niños.
Los niños con mayor riesgo de ser objeto de abusos son:
Aquellos que presentan una capacidad reducida para resistirse, o para categorizar o identificar correctamente lo que están sufriendo, como es el caso de los niños que todavía no hablan, y los que tienen retrasos del desarrollo, y discapacidades físicas y psíquicas.
Aquellos que forman parte de familias desorganizadas, o reconstituidas, especialmente los que padecen falta de afecto que, inicialmente, pueden sentirse halagados con las atenciones del abusador.
Aquellos en edad pre-pubertad, con claras muestras de desarrollo sexual.
Aquellos que son, también, víctimas de maltrato.
El 20-30 % de los abusos sexuales a niños son cometidos por otros menores.
El abuso, es un acto considerado delito por la legislación internacional, y la mayoría de los países modernos, aunque no siempre haya una correspondencia entre el concepto psicológico y el jurídico del problema, y no exista consenso sobre los procesamientos jurídicos de los abusadores.
Los testimonios de las personas que han sido objeto de abusos sexuales, suelen ser ciertos.
Respecto de los adultos, el síndrome de la “Memoria Falsa”
Se llama “Falsos Recuerdos” a los sucesos que dejan una impronta muy relevante en la memoria.
La American Psychological Association o Asociación Psicológica Estadounidense (APA), cuestiona la creencia en el supuesto “síndrome de memoria implantada”, no reconocido por el DSM IV, y declara en su informe oficial sobre el tema, que no se debe considerar, que los recuerdos de abuso sexual infantil, que aparecen en la adultez, sean falsas memorias implantadas, aun cuando no tengamos pruebas que nos permitan interpretarlos literalmente, como verdades históricas, ya que existen pruebas para afirmar, que los abusos sexuales padecidos durante la infancia, son tan traumáticos, que muchas veces suelen ser olvidados, y en algunos casos, emergen en la adultez.
En cuanto a los niños, solo un 7 % de las denuncias resultan ser falsas.
El porcentaje aumenta considerablemente, cuando el niño está viviendo un proceso de divorcio conflictivo entre sus padres.
El abuso sexual de un menor, es un proceso que consta generalmente de varias etapas o fases:
Fase de seducción:
El futuro abusador, manipula la dependencia, y la confianza del menor, y prepara el lugar y momento del abuso.
Es en esta etapa, donde se incita la participación del niño, o adolescente, por medio de regalos, o juegos.
Fase de interacción sexual abusiva:
Es un proceso gradual y progresivo, que puede incluir comportamientos exhibicionistas, voyerismo, caricias con intenciones eróticas, masturbación, etc.
En este momento, ya se puede hablar de “abusos sexuales”
Instauración del secreto:
El abusador, generalmente por medio de amenazas, impone el silencio en el menor, a quien no le queda más remedio que adaptarse.
Fase de divulgación:
Esta fase puede o no llegar, muchos abusos quedan por siempre en el silencio, por cuestiones sociales y, en el caso del incesto, implica una quiebra en el sistema familiar, hasta ese momento, “en equilibrio”
Puede ser accidental o premeditada, esta última a causa del dolor causado a los niños pequeños, o cuando llega la adolescencia del abusado.
Fase represiva:
Generalmente, después de la divulgación, en el caso del incesto, la familia busca desesperadamente un reequilibrio para mantener, a cualquier precio, la cohesión familiar, por lo que tiende a negar, a restarle importancia, o a justificar el abuso, en un intento por seguir, como si nada hubiese sucedido.
Los falsos recuerdos, por su parte, han sido protagonistas en muchas investigaciones y casos judiciales, incluyendo los casos de supuesto abuso sexual.
En la década de 1980, comenzó a estudiarse en profundidad, el abuso sexual infantil.
Las acusaciones contra “padres de familia” generó la aparición de hipótesis como la de los falsos recuerdos.
Hay una controversia importante respecto de los recuerdos falsos, pues nuestro sentido de identidad, de quiénes somos, y qué hemos hecho, está vinculado con nuestros recuerdos, y puede ser inquietante, que eso sea cuestionado.
La amnesia, la enfermedad de Alzheimer, y el trastorno por estrés postraumático, son ejemplos de pérdida dramática de los recuerdos, con efectos devastadores para el enfermo, y para quienes lo rodean.
Los recuerdos falsos, también pueden ser traumáticos para cualquiera que esté involucrado, especialmente, si no hay acuerdo en que el recuerdo sea falso.
Las consecuencias, se amplifican cuando el recuerdo en sí, es chocante, como en el caso de los recuerdos de haber sufrido abuso en la infancia, que salen a flote en la adultez.
El debate sobre el Síndrome de Falso Recuerdo, o Falsa Memoria, apareció exclusivamente en relación al tema del abuso sexual infantil.
Se utiliza principalmente en los juzgados, en casos en los cuales, las supuestas víctimas experimentarían disociación, lo cual causaría represión del recuerdo traumático, hasta otra etapa de la vida, cuando el recuerdo vuelve a la superficie, bien sea naturalmente, o con la ayuda de un profesional.
Muchos defensores del Síndrome, critican ambos métodos de recobro de recuerdos, argumentando que los terapeutas y los psiquiatras, accidentalmente implantan dichos recuerdos falsos.
Las acusaciones de abuso sexual infantil, por parte de los progenitores, en especial el padre, generaron la pregunta sobre cómo puede determinarse de modo confiable, si la denuncia es verdadera o falsa.
Esto, a su vez, generó una corriente de “backlash” o de oposición al hecho de creerles a los niños, las denuncias por abuso sexual.
A largo plazo, aunque los efectos son comparativamente menos frecuentes que a corto plazo, el trauma no solo no se resuelve, sino que suele transitar de una sintomatología a otra.
Con todo, no es posible señalar un síndrome característico de los adultos que fueron objeto de abusos sexuales en la infancia, o adolescencia.
Existen numerosos condicionantes de la pervivencia de efectos a largo plazo, como puede ser, entre otros, la existencia en el momento de los abusos de otro tipo de problemas en la vida del niño, sean maltratos, divorcio de los padres, etc., e incluso, en muchos casos, los efectos aparecen provocados por circunstancias negativas en la vida adulta, como problemas de pareja, en el trabajo, etc.
Los fenómenos más regulares, son las alteraciones en el ámbito sexual, como inhibición erótica, disfunciones sexuales, y menor capacidad de disfrute, depresión, falta de control sobre la ira, hipervigilancia en el caso de tener hijos, o adopción de conductas de abuso, o de consentimiento del mismo, y síntomas característicos de cualquier trastorno de estrés postraumático.
De forma más pormenorizada, pueden señalarse como efectos a largo plazo, los siguientes:
El abusado, puede experimentar síntomas como retrospecciones, recuerdos traumáticos que se imponen vívidamente en contra de la voluntad; inestabilidad emocional, trastornos del sueño, hiperactividad, y alerta constante.
Por otra parte, también se pueden producir aislamiento, insensibilidad afectiva, o petrificación afectiva; trastornos de memoria, y de la concentración, fobias, depresión, y conductas autodestructivas.
Debido a que el inicio en la vida sexual del menor fue traumático, experimenta sensaciones y conductas distorsionadas en el desarrollo de su sexualidad, como agresividad sexual, conductas inadecuadas de seducción hacia otros, masturbación compulsiva, juegos sexuales, promiscuidad sexual, trastornos de la identidad sexual, prostitución, e incluso, llegan a re experimentar la situación abusiva, siendo posteriormente, la pareja de un abusador.
Hay pruebas también, de que las personas pueden olvidar, y olvidan de hecho las agresiones sexuales, así como otros acontecimientos traumáticos de su vida.
Quienes han sufrido traumas, pueden tener recuerdos invasivos de los sonidos de un acontecimiento, y simultáneamente, ser incapaces de recordar las imágenes, o viceversa, o pueden recordar los sentimientos experimentados durante el abuso, pero no los acontecimientos exactos que los provocaron.
La experiencia clínica tradicional, ha demostrado que son 3 las causas fundamentales para reprimir los recuerdos:
Evitar el dolor, evitar quedar abrumado, y evitar deseos inaceptables.
Recientemente, se ha añadido el “evitar información que amenaza un vínculo necesario” como una causa más y, quizá, la más relevante, en la misma línea que algún especialista ya había señalado, de que un motivo para la inconsciencia de los recuerdos, es la “preservación del amor de los otros” según cita M.J. Horowitz.
Un informe de 1994, de la American Psychological Association (APA), estableció 4 ideas básicas, en relación al asunto de los recuerdos diferidos de abusos en los niños:
La mayoría de las personas que sufrieron abusos sexuales en la infancia, recuerdan todo o parte de lo ocurrido.
Una agresión sexual que se llegase a olvidar durante mucho tiempo, puede recordarse, se desconoce el cómo.
Son posibles los pseudo recuerdos de hechos no ocurridos, pues se desconoce el cómo.
Existe un conocimiento insuficiente, de los procesos que llevan a un recuerdo exacto, o inexacto del abuso sexual en la infancia.
Con todo, el fenómeno del olvido de las agresiones sexuales, está muy extendido y bien documentado, aunque no se comprenden con exactitud sus causas y mecanismos.
Por otro lado, también existen “Falsos Recuerdos” o “Recuerdos Fabricados” sobre todo, en presencia de un individuo persuasivo, en posición de autoridad:
Sea terapeuta, progenitor, etc.; muchas víctimas expresan, de hecho, grandes dudas acerca de la realidad de sus propios recuerdos de la agresión, independientemente de la frecuencia de sus recuerdos.
En este sentido, se cree que las dudas acerca de los hechos, están directamente vinculadas a la naturaleza del abuso; esto es, el hecho de que en la infancia, las personas tiendan a subordinar nuestras percepciones de la realidad, a las de un tercero, implica para el caso de las agresiones sexuales, que luego haya una serie de consecuencias distorsionadoras en la capacidad de conocimiento de la realidad para el adulto que las ha sufrido.
En 1996, Jennifer J. Freyd expuso su teoría de que “la represión de la memoria, no aparece porque reduzca el sufrimiento, sino porque, a menudo, el hecho de desconocer el abuso cometido por un cuidador, es necesario para la supervivencia”
Esta teoría, que denomina “del trauma de la traición”, propone que los traumas que más posibilidades tienen de ser olvidados, son aquellos en los que la traición, es un componente fundamental.
Así, considera que la traición de un cuidador de confianza, es clave para prever un caso de amnesia, con respecto al abuso sexual cometido por este, en tanto que el apego del niño a ese cuidador, convierte a la amnesia, en adaptativa, cuando el traidor, es alguien de quien dependemos, los mismos mecanismos que por regla general nos protegen, la sensibilidad a los engaños, y el dolor que nos motiva para cambiar las cosas de manera que dejemos de estar en peligro, se convierten en un problema.
Debemos bloquear la conciencia de la traición, olvidarla, con el fin de asegurar que nos comportemos de manera que se mantenga la relación de la que dependemos.
“I am so sick of this stinkin' little buttcrack of a town!”
Mysterious Skin es una película de drama, del año 2004, dirigida por Gregg Araki.
Protagonizada por Joseph Gordon-Levitt, Brady Corbet, Michelle Trachtenberg, William Sage, Elisabeth Shue, Chase Ellison, Billy Drago, entre otros.
Gregg Araki, escribió el guión, basándose en la novela homónima del autor Scott Heim.
Los Personajes del libro, están basados en personas que el autor Scott Heim conoció, y en algunos aspectos de su vida, pues creyó haber visto Aliens, anunciaba juegos de Baseball, y fue amenazado de muerte, por usar maquillaje y cosméticos de estilo gótico en su adolescencia.
Mysterious Skin trata de un desgarrador relato, que se adentra sin tapujos, en un mundo de tabúes para la cinematografía occidental; oscilando entre la comedia y el drama, entre lo sagaz y lo contundente, Mysterious Skin es un film de imprescindible visionado.
Sus historias hablan de personajes al límite de la cordura la felicidad y la vida, casi siempre, relacionadas con conflictos sexuales, y de marginación.
Araki dirige una película más “comercial” dentro del cine independiente, y se adentra de nuevo, en los lados oscuros de la humanidad y sus perversiones, llevados a límites extremos, como un joven chapero, frío, y aparentemente sin sentimientos, que tiene que lastrar los abusos que recibió por parte de un pedófilo, cuando tenía 8 años.
Por otro lado, tenemos a otro joven masculino, que cree que fue abducido por los extraterrestres... lo que paso realmente, se ve claro desde el principio.
La trama, relata la historia de 2 preadolescentes, que fueron abusados sexualmente por su entrenador de béisbol, y cómo esto, afectó de diferente manera sus vidas:
A uno lo convierte en un temerario prostituto masculino, mientras que el otro, se aísla en un mundo de fantasía, pues cree haber sido abducido por alienígenas.
Son 2 caras de la misma moneda, de cómo el abuso inicialmente, y la sexualidad posterior les afectó.
Mysterious Skin sigue a Neil McCormick (Chase Ellison/ Joseph Gordon-Levitt), un joven que se dedica a prostituirse con hombres mayores en su pequeña ciudad.
Él, demostró sentirse atraído por los hombres, desde muy temprana edad, pues le encantaban las revistas de Playgirl de su madre, Ellen McCormick (Elisabeth Shue)
Ese mismo verano, empieza a jugar en un equipo de béisbol de la liga infantil, cuyo entrenador (William Sage) es un pederasta que, inmediatamente lo convierte en su favorito.
Por su parte, Brian Lackey (George Webster/Brady Corbet), es un retraído estudiante universitario, que en la niñez sufrió varios desvanecimientos con pérdidas de memoria, y está convencido, de que ha sufrido una abducción por parte de los extraterrestres.
Con la ayuda de Avalyn Friesen (Mary Lynn Rajskub), otra creyente en los OVNIS, empieza a investigar los recuerdos encerrados en sus sueños, donde saca la imagen de otro niño de su equipo, Neil.
Cuando descubre quién es, va a buscarlo, pero Neil se ha marchado a New York, a ejercer la prostitución homosexual profesionalmente, y en su lugar, conoce a Eric Preston (Jeff Licon), el mejor amigo de Neil; y ambos se hacen amigos.
Tras una temporada en New York con su amiga Wendy (Michelle Trachtenberg), en la que ha tenido desagradables experiencias como chapero, Neil regresa a su ciudad natal en Navidad.
Al llegar, Eric le presenta por fin a Brian, quien deseaba conocerlo.
Entonces, Neil le informa, que sus recuerdos no son de un encuentro extraterrestre, sino que en realidad, fue abusado sexualmente por su entrenador, y con colaboración suya, pero su mente había disociado estos recuerdos.
El director Gregg Araki, cumple a la perfección el papel de voyeur, desgranando la vida de 2 freaks, en un pueblo mediocre, y una sociedad que les condena al ostracismo; trata la historia con delicadeza, no exenta, desea cierta brutalidad realista que esconde la sociedad placida de un pueblecito de “La América Profunda” y el desengaño de seguir “El Sueño Americano”
El despertar a la sexualidad, la pedofilia, la huida hacia una gran ciudad, los OVNIS, la paranoia… todo ello converge en una catarsis, que irremediablemente atrapa al espectador.
Mysterious Skin es por tanto, una “Queer Movie” diferente, que aun mostrando las relaciones y experiencias de unos personajes homosexuales, ahonda en 2 perfiles diferentes, tras una misma experiencia:
La del abuso sexual, por parte de un pedófilo, provocando en el caso de Neil, después de un primer abuso, una relación continuada y consentida, liberando al pequeño de cualquier atisbo de sensatez, referente a las relaciones futuras.
Una vez que desaparece el pedófilo, Neil vive tan “enamorado” de esta persona, que sueña con encontrarse a alguien igual que él.
Sin embargo, para Brian, la experiencia supone un shock, difícil de asimilar, y comprender, que rápidamente es borrado de su memoria.
Con el paso del tiempo, durante la investigación de sus pesadillas, rechaza acostarse con una chica, llegando a dejar de hablarle, sin embargo, se encuentra a gusto, con un nuevo amigo, públicamente homosexual, con apariencia muy femenina, a pesar de lo que pueda decirse de la actitud “darks-gótica” de Eric.
Mysterious Skin nos muestra, una realidad que ha existido, y que siempre existirá, vista desde la perspectiva de uno de los chicos abusados, la cual en forma gráfica, aunque los detalles están perfectamente cuidados, como el abuso infantil, los sentimientos que esto conlleva, lo ajeno de los progenitores, y las secuelas que esto puede llevar a la persona abusada, es un tema muy fuerte, pero excelentemente manejado, con una actuación notable del protagonista.
El tema de la pederastia, acá aparece invertido:
Pues mientras uno de los niños conserva la experiencia positiva de los abusos a los que fue sometido, a uno le atraía sexualmente el entrador que abusa de él, y acaba siendo un prostituto en su adolescencia; al otro le supone un trauma en todos los sentidos, tanto físico como mental.
El abuso, no se desarrolla como un desencadenante de victimización directa:
Neil se siente atraído por el abusador, aquí hay algo controvertido:
Un niño de 8 años...
¿Que ya se reconoce claramente homosexual?
No digo que no pueda ser, pero me cuesta de creer, casi podría decirse que lo ama…
De alguna manera, el disfruta del “juego”, no se siente víctima, sino, en cierto modo, privilegiado:
“Aunque hubiese otros, siempre fui el único”, dice.
Él lo recuerda, y lo tiene digerido:
“Lo de aquel verano, forma parte de mi...”
Pero claro:
¿Cómo va a quedarse impasible, al darse cuenta que su inocencia fue robada, antes de siquiera saber que la poseía?
¿Cómo no sentir vacíos, si le arrancaron la libertad, antes de tener posibilidad de usufructuarla?
Si jamás le dejaron experimentar la evolución natural de su inocencia, que le fue vilmente arrebatada cuando más la necesitaba...
Con ello, la hace un excelente filme de vidas paralelas, y en el que se cumple el proverbio “infancia = destino”, sobre todo con Neil, para quien el evento traumático de su infancia, era sólo “la gota que derrama el vaso” de ser testigo de la promiscuidad de su madre, ausencia paterna, y decidir irse por la difícil vida de la prostitución.
Lo más interesante, pasa por el diferente punto de vista que los 2 protagonistas tienen, acerca de lo que les paso:
El personaje de Neil, magistralmente interpretado por Joseph Gordon-Levitt, saca lo positivo de la experiencia, debido a la atracción que sentía por su entrenador.
En contraste, el personaje de Brian, sufre ese suceso que lo termina traumando para el resto de su vida.
También, es muy curiosa la forma en que la historia se mezcla con el tema de los extraterrestres, teniendo una pequeña dosis de comedia negra, a través del personaje de Avalyn Friesen, la granjera obsesionada con los OVNIS, y que no es de extrañar que también haya padecido abuso de parte de su padre, ante la ausencia evidente de la madre; como se verá, las familias destructuradas, marcan un alegato de peligro, en ello, de fijo La Iglesia Católica no puede decir nada, en la defensa del matrimonio, porque carece de moral ético religiosa por los casos de los curas pedófilos que callan los muros vaticanos.
“I hate it when they look like Tarzan but sound like Jane”
Mysterious Skin es una extraordinaria película, que me dejo “la carne de gallina”, y que me sobrecogió como ninguna, pues trata temas tan espinosos, e intensos, como repugnantes y terribles, son los abusos sexuales a niños, la pedofilia, homosexualidad, autodestrucción, y promiscuidad, y que retrata sentimientos y conductas doloras, pero tan dolorosas, como la búsqueda de este chico que cree haber sido abducido por OVNIS, el vacío existencial, el amor, o mejor dicho, la falta de este, la tristeza, el miedo, y un par de emociones que aún no puedo definir, pero que son igual de intensas.
Mysterious Skin es una película directa, con un guión sólido, unas interpretaciones muy buenas, y una banda sonora que te transporta a los mundos de la película, y a las mentes de sus protagonistas a la perfección.
A Mysterious Skin, no la catalogaría del todo, en el ámbito de las cintas de “temática”, ya que no cuenta con un hilo conductor neto sobre la homosexualidad, su acierto es, tener los elementos fantásticos en la historia, y la manera en que un solo acontecimiento, marca la vida de 2 personas, logrando que sus vidas tomen un turbio camino.
Cada una de las historias, son un género distinto, si en la parte de Levitt se muestra un mundo crudo y oscurecido, del otro lado, todo es fantástico poco real, y más iluminado, emulando a un triste sueño recurrente, inclusive muy religioso.
Un viaje duro y difícil, poblado de personajes con unas historias que desgraciadamente, hoy están a la orden del día, por mucho que nos pese.
Sin embargo, Gregg Araki no busca en su historia, el morbo o el espectáculo fácil, y consigue llevarnos por un camino complejo y pedregoso, de una manera sincera y ciertamente, aleccionadora.
La fuerza de Mysterious Skin radica en su logrado equilibrio narrativo, tan crudo como respetuoso, y muy imaginativo en su mezcla con elementos de ciencia ficción, a la hora de desarrollar un tema, que invita a los excesos, a veces, eso sí, los bordea un poco, así como en un cuidado, y por momentos, hipnótico tratamiento visual.
De acuerdo con el psicólogo Richard Gartner, Mysterious Skin, es una descripción asombrosamente precisa, sobre los efectos del abuso infantil en los niños a largo plazo.
Mysterious Skin obtuvo buenas reseñas por parte de los críticos, pero debido a su temática, también fue objeto de cierta controversia.
En Australia, donde la Asociación de Familias de Australia, solicitó la revisión de su clasificación, y que la película fuera prohibida, debido a su descripción del abuso sexual infantil, podría servir de fomento de esta actividad.
Los 6 miembros de la Junta de Revisión de Clasificación, votaron 4 a 2, en favor de que se siguiera exhibiendo con la calificación R-18.
Respecto a la protección de los niños actores, en las escenas donde se representa el abuso sexual de los niños, Araki dijo:
“Chase Ellison como Neil McCormick de niño; y George Webster como Brian Lackey de niño; han sido separado de las escenas del resto del elenco”
Sus escenas fueron editadas a posteriori, para dar la apariencia de los abusos sexuales sobre los niños, que no se representan explícitamente.
El director dijo, que las escenas de contenido sexual donde aparecían niños, fueron filmadas sin que los niños supieran que había sugerencias sexuales, y luego las editó, para que pareciera que sí.
La magia del cine…
Joseph Gordon-Levitt, como siempre, está muy acertado en la lección de sus guiones, prácticamente sin salirse del cine independiente, y su aspecto de niño malo, traviesamente inocente, le convierte en el actor acertado para éste papel, que con su aspecto de chapero adolescente inocente, ha de atraer para sí, el dinero de formas nada inocentes.
La actuación de Gordon-Levitt, sobresale por su interpretación de un jovencito libertino y destrampado, afectado por la irresponsabilidad de su madre, que de alguna manera, busca el cariño no dado entre sesiones de sexo con desconocidos.
Por tanto, Joseph Gordon-Levitt, debió de haber sido reconocido, quizás no ganarlo, por cualquier premio que se otorgó en ese año.
A destacar:
La escena de la violación en la bañera, una de las más jodidas que recuerde haber visto en una película, y la eclipsante presencia de Billy Drago, refinado y delicado cliente, con la pintura “Het meisje met de parel”, es decir, “La joven de la perla”, también conocida como “Muchacha con turbante”, “La Mona Lisa holandesa” y “La Mona Lisa del norte” de Johannes Vermeer van Delft, en la pared de la habitación.
Pero la escena que cierra Mysterious Skin, es incluso más sobrecogedora, si cabe, cuando Neil le cuenta a Brian, cómo su entrenador de béisbol abusó de ellos, la escena termina con el segundo, apoyado sobre las rodillas del primero, mientras la cámara les observa desde el techo, a manera de visión desde el cielo, convirtiendo a la escena, una toma precisa, y preciosa.
Quizás, el fallo principal esté, en que los encuentros sexuales de Neil, daban para otra película, y de hecho, parecen otra película, ya que hacen más por descentrar, que por aportar riqueza al personaje, aunque deja en concreto, una escena hermosísima, la del hombre enfermo con SIDA, y alguna situación divertida como la retransmisión del partido; o inquietante, la revelación del “fisting”
“Fuck me!
Fuck me up the ass with your hot, teenaged cock!”
En el universo infantil, en el que la indefensión tiene como viga maestra, la necesidad, y el apremio de contar ciegamente con adultos, que se supone, que han de tender una mano bienhechora y protectora, no entra dentro de la capacidad de asimilación, el hecho de que alguno de esos adultos, nos la esté jugando.
Que se esté aprovechando depravadamente, y robándose eso tan precioso, como es la inocencia.
Incluso, un pequeño que no está muy seguro de si esas cosas extrañas y perturbadoras que le ocurren, entran dentro del orden corriente, en el subconsciente, siente aullar una alarma que avisa de que algo no va bien.
De algún modo, intuye que no se trata de un juego de niños.
Un juego normal, no hace que después tengas vacíos en tu memoria, porque todo tu ser rechaza, tan furiosamente el recuerdo, que tu cerebro te protege sepultándolo.
Un juego ordinario, no provoca que te sangre la nariz de terror, ni que te desmayes.
No provoca que tengas pesadillas insistentes todas las noches, ni que crezcas llevando dentro, un trauma que te esclaviza.
Tampoco, un juego inocente causa que te sientas perdido el resto de tu vida, ni que, cuando ya eres mayor para comprender, entiendas que eras demasiado joven para ser, sin embargo, un viejo gastado.
Un cuerpo gastado en cientos de cuerpos gastados.
Eras viejo, antes de saber que no tenías edad para serlo, y antes de saber que tenías derecho a ser el niño, que no te dejaron ser.
Cuando entiendes todo eso, es demasiado tarde ya, y no puedes volver atrás para borrarlo, para gritar a tiempo, que querían robarte lo más preciado que tenías:
Tu niñez, una época demasiado corta que, cuando te la quitan, es lo más terrible que te puede pasar.
Porque padecerás unas cojeras, unas lagunas en el alma, que no se irán nunca.
Por desgracia, siempre es demasiado tarde para todo lo que no pudimos evitar.
Ya Freud y Jung, y cuanto estudioso de nuestra revoltura mental existe, y estoy seguro que ellos estaban más locos que uno, habían llegado a la conclusión, de que cuando vivimos un evento traumático, nuestro cerebro se encarga de bloquearlo, enviándolo al sótano de nuestro inconsciente, lugar a donde van a parar nuestras porquerías mentales.
Y Mysterious Skin, aborda deprimentemente, un buen ejemplo de bloqueo mental por un evento traumático.
Las consecuencias del abuso sexual a corto plazo son, en general, devastadoras para el funcionamiento psicológico de la víctima, sobre todo, cuando el agresor es un miembro de la misma familia, pues creo que Neil se mandó al padre de Brian, inclusive, no me extraña que por eso haya abandonado a la familia, porque, seamos serios, las madres siempre saben todo.
Las consecuencias a largo plazo, son más inciertas, si bien hay una cierta correlación entre el abuso sexual sufrido en la infancia, y la aparición de alteraciones emocionales, o de comportamientos sexuales inadaptativos en la vida adulta; no deja de ser significativo, que un 25% de los niños abusados sexualmente, se conviertan ellos mismos, en abusadores, cuando llegan a ser adultos.
Así pues, existen 2 grandes tipos de indicios, que pueden sugerir la existencia de abusos sexuales sobre un menor:
Los problemas conductuales, y las dificultades emocionales.
En el primer tipo, se incluyen entre otros, problemas como el fracaso escolar, la negativa a hablar, o a interrelacionarse afectivamente con los demás:
Brian
La tendencia a la mentira, la promiscuidad, y excesiva reactividad sexual, los ataques de ira, las conductas autolesivas, la tendencia a la fuga, y el vagabundeo:
Neil.
En el segundo tipo, se encuentran dificultades como la depresión, la ansiedad, la baja autoestima, los sentimientos de impotencia, la dificultad para confiar en los demás, determinados síntomas psicosomáticos, como dolores en diversas partes del cuerpo, por ejemplo, trastornos del sueño o, por el contrario, deseo constante de refugiarse en él, etc.
Y como detalle, el monólogo final:
“Mientras estábamos allí, quise decirle a Brian, que todo había pasado, y que todo iría bien... pero era mentira, y además, no podía hablar.
Deseé que hubiera algún modo de volver atrás, y de sanar el pasado, pero no lo había.
No podíamos hacer nada, de modo que permanecí en silencio, e intenté comunicarle telepáticamente, lo mucho que sentía todo lo ocurrido.
Pensé en todo el dolor y la tristeza, y la mierda de sufrimiento que hay en el mundo, y eso me hizo desear escapar.
Deseé con toda mi alma, que pudiéramos dejar atrás este mundo, elevarnos como 2 ángeles en la noche, y mágicamente… desaparecer”

“I was bleeding, I kept passing out, I wet my bed, and you never asked why!”



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