Testosterone

“You're afraid of never finding another man who can take you to the places you don't dare to go alone; don't you?”

La testosterona, es la hormona sexual masculina más importante, y se forma en los testículos.
Tiene importantes funciones en las diferentes fases de vida.
En los bebés nonatos, asegura el desarrollo de los órganos sexuales masculinos.
La testosterona es una hormona sexual androgénica producida por los testículos, y en menor cantidad en los ovarios de las mujeres, que normalmente se asocia con la “hombría”
Alrededor de los 30 años, los niveles de testosterona de un hombre, comienzan a declinar, y continúan declinándose conforme pasan los años.
Una amplia gama de exposiciones químicas, incluyendo medicamentos con receta como las estatinas, también pueden tener un efecto adverso, en la producción de testosterona.
Aunque está principalmente asociada con la sexualidad masculina, y la reproducción, la testosterona también desempeña un importante papel en el mantenimiento de la masa muscular, densidad ósea, niveles de células rojas en la sangre, y una sensación general de vigor y bienestar.
Los síntomas de la disminución de los niveles de testosterona, incluyen disminución del deseo sexual, disfunción eréctil, depresión, y dificultades de concentración, y memoria.
Los hombres con niveles bajos de testosterona, pueden experimentar aumento de peso, aumento de pecho, y dificultad para orinar.
La edad, es un factor que afecta la producción de la testosterona.
Más de un tercio de los hombres, es afectado por déficits de la testosterona en la segunda mitad de sus vidas.
Todas estas funciones, pueden dañarse si hay una falta de esta hormona.
El hipogonadismo tardío, o “Andropausia” es un síndrome clínico y bioquímico, asociado al envejecimiento del hombre, que con frecuencia, pasa inadvertido, o es aceptado como consecuencia del paso de los años.
Las señales son a menudo difusas e inespecíficas, y las causas pueden ser heredadas, por enfermedades adquiridas de los testículos, o problemas en el centro de mando cerebral, responsable de que los testículos funcionen.
Sin embargo, los bajos niveles de testosterona pueden tener un serio efecto en la calidad de vida de los hombres, y están comúnmente asociados con un detrimento de la libido, la masa muscular, la densidad ósea u osteoporosis, decrecimiento de la barba, pérdida de pelo, y un incremento de la grasa visceral.
También, puede afectar adversamente, la función eréctil, y la producción de esperma.
Otra posible consecuencia, son cambios en el estado de ánimo, como fatiga, cambios de humor, irritabilidad, miedo, depresión, y falta de concentración.
Los datos demográficos demuestran, que es cada vez mayor, el porcentaje de varones de edad avanzada, que presentan una deficiencia de testosterona, que influye negativamente en su calidad de vida.
“I'm sure it was because he missed the warmth, friendliness, and honesty of the Argentine people”
Testosterone es una película dramática con tonos de comedia y suspense, del año 2003, dirigida por David Moreton.
Protagonizada por David Sutcliffe, Celina Font, Antonio Sabato Jr., Jennifer Coolidge, Leonardo Brzezicki, Sonia Braga, Dario Dukah, Jennifer Elise Cox, Davenia McFadden, entre otros.
El guión es de Dennis Hensley y David Moreton, y es una adaptación libre de la novela homónima de James Robert Baker, publicada póstumamente, en el año 2000.
Baker (1946 – 1997) fue un escritor estadounidense muy satírico, especialmente en temas de ficción transgresiva.
Su obra está ambientada, principalmente en el sur de California.
Después de graduarse en la UCLA, comenzó su carrera como guionista, pero se desanimó, y empezó a escribir novelas.
Después de la polémica generada tras la publicación de su novela “Tim and Pete” (1993), debida a la radicalidad y violencia de su crítica al neoconservadurismo republicano estadounidense, tuvo grandes problemas para poder volver a publicar, lo que según su pareja, fue un factor que contribuyó a que se suicidara, el 5 de noviembre de 1997.
Su obra, ha alcanzado un estatus de culto en los años posteriores a su muerte:
Las primeras ediciones de las copias de sus primeros trabajos, son codiciados objetos de coleccionista, y otras novelas suyas, han sido publicadas póstumamente, una de ellas:
“Testosterone”
En lo que puso más empeño, fue en la literatura de temática homosexual, aunque también escribió sobre la industria del entretenimiento.
Fundamentalmente satírica, su obra estaba llena de una creciente, y clara rabia y desprecio hacia la agenda neo-con republicana, sobre todo, después de que la pandemia del SIDA, comenzase a afectar a gran parte de la comunidad gay.
El origen de la rabia de Baker y de, según decía, muchos otros homosexuales, residía, y se originaba en el dolor de ver a amigos y otros seres queridos morir de SIDA.
Esa rabia, se dirigía hacia los sectores conservadores de la sociedad, que atacaban a la comunidad gay, a los que culpaba de la alta cifra de fallecidos.
Admitía también la responsabilidad de la comunidad homosexual al respecto, a la promiscuidad sexual que continuó dándose, pero insistía en que “el principal problema es que, el SIDA fue ignorado por demasiados años por gente a la que no le importaba, o incluso, se alegraban de lo que estaba pasando” dijo.
La radicalidad de su postura, hizo que Baker, considerado una de las voces más importantes en la literatura gay, tuviera tanto admiradores como detractores entre la comunidad literaria establecida, así como en la propia comunidad LGBT.
Auto descrito anarquista, la obra de Baker ha sido también clasificada como ficción transgresiva.
Sus novelas estaban frecuentemente pobladas de personajes sociópatas y nihilistas, que tomaban parte en comportamientos como el consumo de drogas duras, incesto, necrofilia, y otras prácticas tabú, incluso llegando a cometer actos de violencia extrema, y surrealista.
Testosterone se filmó en los 2 lugares en que se desarrolla la acción:
Los Angeles, California, donde vive el personaje principal, y más tarde en Buenos Aires, Argentina, donde acude en busca de su novio.
Buenos Aires, es una de las ciudades más sorprendentes y extraordinarios del planeta.
Los argentinos son sofisticados e intrigantes, son exactamente, lo que esta historia demanda, con un diseño de vestuario maravilloso, que destaca el buen ojo de los porteños por la moda.
Testosterone gira en torno al treintañero Dean Seagrave (David Sutcliffe), un novelista gráfico, que vive en Los Angeles y, aunque ha encontrado la felicidad personal con su atractivo novio argentino, Pablo Alesandro (Antonio Sabato, Jr.), no puede superar el bloqueo de escritor, subsiguiente al éxito de su primera novela gráfica, “Teenage Speed Freak”
Su vida comienza a desmoronarse, cuando su editora, Louise (Jennifer Coolidge), le plantea un ultimátum, y Pablo, el novio sexy, sale a por cigarrillos una noche y no vuelve.
Solo, deprimido, y al límite de su resistencia, vuela a Argentina en busca de un final en su relación, pero los personajes que descubre allí:
La controladora y reservada madre de Pablo (Sonia Braga); un ex-amante del mismo, Marcos (Leonardo Brzezicki), y la hermana de Marcos, Sofía (Celina Font), conspiran para impedirle que consiga lo que quiere.
Testosterone es una muy sombría, y oscura historia de Dean, que está abandonado por su amante Pablo.
Pero parece que Pablo, le ha dejado un regalo, una infección por VIH.
Testosterone tuvo la historia básica, tiró el ángulo de VIH por completo, y se enfocó con Dean y el seguimiento a Pablo a Argentina para buscar el cierre de Testosterone.
Allí se encuentra con varios hombres, mientras trata de verse con Pablo.
Y la obra termina, casi de la misma manera que el libro, pero esta versión, parece ser una comedia de humor negro un poco más “gay”
El guión, serpentea por todo el lugar, se mueve muy lentamente, y más de una vez, daban ganar de querer golpear a Dean y decirle:
¡Supéralo!
Respecto a los protagonistas:
David Sutcliffe está muy bien, de hecho muy cachondo como Dean; fue genial ver a Sonia Braga de nuevo, con un aspecto fantástico; era divertido ver a Antonio Sabato Jr. sin ropa, demostrando el gran cuerpo que tiene, con el breve plano frontal desnudo, y sus besos con Dean, parecen reales y muy apasionados, y además, el reparto de Leonardo Brzezicki, y Dario Dukah como Guillermo.
Cabe señalar que Sabato apenas sale tal vez 10 o 15 minutos en todo el metraje.
Y es que hacer una película, sobre un estadounidense en Buenos Aires, en busca de un amante que ha desaparecido sin dar explicaciones, y que no habla ni una gota de español, podía haber dado lugar, a una comedia muy divertida, por la que desfilaran todo tipo de personajes, y crear divertidos gags, basados en las diferencias culturales, y en los equívocos lingüísticos.
Sin embargo, David Moreton nos ofrece una trama que va aumentando la dosis del disparate y el absurdo, para crear una historia algo hueca, donde todo suena falso, y donde la gracia, la sensualidad, y el drama, brillan por su ausencia.
En Testosterone, el argumento fue modificado significativamente, y dio como resultado, un fracaso crítico y financiero.
Uno no puede tomarla en serio.
Los créditos de apertura que ofrecen los paneles de una novela gráfica, establecen el tenor de un mundo del cómic.
La historia en sí, parece prometer la intriga que nunca cumple.
El “gancho” de la historia es la sugerencia, de que hay algo de profundo misterio detrás de la desaparición de Pablo, pero como resultado, el “misterio” no es tan misterioso, y no parece haber ninguna razón, por la que Pablo, su madre o uno de los otros personajes, no se han dado a conocer a Dean desde el principio.
De hecho, todo el conjunto, hasta termina siendo incoherente y absurdo.
Una cosa es tener un poco de misterio sobre los motivos de la gente, pero gran parte de la conducta de cada personaje, no tiene sentido aquí.
¿Por qué Pablo nunca intente haber matado a Dean?
¿La vergüenza que pudo haber causado?
Pablo se casaba por dinero, con una mujer que ya era plenamente consciente de su preferencia sexual, y su promiscuidad, un “matrimonio por conveniencia”, de manera indiferente a su reputación que sedujo abiertamente un camarero en su recepción de la boda…
Y, finalmente.
¿Realmente, se supone, que debemos creer, que el hombre se ha enloquecido por el hecho de algo tan mundano, hasta llegar a cortarle la cabeza?
Quiero decir:
¡En serio!
La recompensa, con el hermano en simulación de suicidio, y su hermana, disfrutando de los frutos de su plan para deshacerse de Pablo por su dinero, no satisface plenamente, simplemente porque no se puede creer.
El defecto fatal, es la falta de un mecanismo del guión:
Un motivo.
Seguí esperando el complot, la intriga, las maquinaciones políticas que habrían hecho la presencia de Dean, una amenaza seria, una razón para matarlo, y una razón para que se sienta tan traicionado y/o mal que lo haría tener una verdadera razón para buscar venganza contra Pablo, como Pablo era, secretamente, una importante figura del gobierno, en un escándalo sexual, podría significar su ruina.
Así que me quedé esperando... y nada.
¿Y qué pasa con esa hielera?
Me encanta el humor enfermo tanto como cualquiera, pero no quiero ni pensar, en lo que Dean quería hacer con esa cabeza…
Me ha molestado bastante, el tratamiento que hace del comportamiento de un estadounidense, en la sociedad argentina.
Estoy seguro que, en Estados Unidos, al guionista no se le hubiera ocurrido, que el protagonista podía quitarle el arma a un policía, ni robar un libro en una librería, y más hechos…
En primer lugar, Dean es un mal estadounidense.
Él es grosero y agresivo, y nada suave o gentil; no tiene ningún interés en la cultura del país de su pareja; y está en una especie de salvaje persecución, u obsesión psicopática; no sabe ni le interesa el idioma español, incluso, se muestra impaciente, cuando la gente no entiende Inglés, me refiero a no todo el mundo habla Inglés ahora…
Él es un personaje muy antipático excepto... que es increíblemente sexy y atractivo de la forma más visceral, de ahí, el título de la película:
“Testosterone”
Esta es la testosterona, como brutal poder de los hombres:
La violencia, altamente sexual, vengativa y compulsiva.
Dean había llegado a un país, que está muy lejos de casa.
Buenos Aires puede parecer, como una ciudad moderna de Estados Unidos, pero es de América Latina, y sobre la base de una sensibilidad muy diferente a cualquier cosa en los EEUU, y esto fue llevado a cabo, bien por la madre y el hermano, y el viaje a la casa de campo.
El destino final de Pablo, y la escena final en la que vemos a los hermanos reunidos, habla de una agenda más grande, que aquí apenas se sabe, lo que Dean hizo a Pablo pero sin motivaciones…
En cuanto a su descripción de la vida gay, yo diría que es justo.
Los personajes gays son gente normal, no afeminados.
Una de las cosas más agradables de Testosterone, es que a diferencia de la mayoría de las películas de gays, éste no se encuentra en un invernadero de temas homosexuales, con exclusión del resto del mundo.
Y sobre todo, la representación del mundo latino, y su superficie por debajo de lo macho y lo gay, da justo en el blanco.
Testosterone me gustó primero, porque creo que aborda las características masculinas, asociadas con la hormona testosterona, y agradecidamente, no hubo “Drag Queens” cursis como los modelos de los homosexuales, y la crítica interesante, que ofrece de la arrogancia de Estados Unidos en el mundo, y una más refinada y sensible Argentina, quizás más nefasta.
Testosterone es una película sobre un hombre gay, que descubre su lado violento interno, o que desciende en la locura, hubiera sido interesante, pero eso no fue.
Por lo menos los valores de producción, son mejores que los de algunas otras películas gay independientes recientes.
A destacar, por destacar algo, el palmito de Sabato Jr. y la música, que dentro de todo este desaguisado, aportaba un cierto clima.
“I'm just a fag with a gun who needs a chainsaw”
Tras la muerte de James Robert Baker en 1997, su pareja de toda la vida, Ron Robertson, se hizo cargo de sus obras.
En el año 2000, se publicó “Testosterone”, que ha sido definida como “una fantasía de venganza, que no sabe cuando parar”
La novela sigue al protagonista, Dean Seagrave, mientras busca a su ex-amante, Pablo Ortega, por los alrededores de Los Angeles.
A través de su viaje por Malibú, Hollywood, y cruzando áreas de Venice Beach, Dean llega a conocer más de lo que quería sobre Pablo, ese “asesino en serie emocional”, a través del resto de damnificados, sus anteriores amantes.
Poco a poco, la descripción que se ofrece de Pablo, lo va transformando de un simple ex, cruel, y manipulador, en un “asesino en serie emocional”, un sádico secuestrador de perros, un ex-policía secreta chilena y torturador, y finalmente, un alto sacerdote de Palo Mayombe, que no parpadea ante los sacrificios humanos.
La incertidumbre, nunca resuelta por Baker, es si Pablo es verdaderamente tal monstruo, o si Seagrave está psicóticamente engañado, lo que se suma a la ansiedad vertiginosa de la narración, que sólo crece a medida que avanza el libro.
El aumento de la tensión, hace que el humor oscuro inexpresivo de Baker, sea mucho más eficaz:
Seagrave se lamenta, de solo llevar su pistola, Glock, que curiosamente rima con “cock” o “pene” en un sex-club, porque “no creo que me dejaran entrar con un machete”
Según Joel Perry, en una reseña para la revista The Advocate, la novela “Testosterone” se presenta como una supuesta transcripción de una serie de cintas, dictadas por el protagonista, sosteniendo la larga narración “con una construcción inteligente, y exposiciones situadas en los lugares adecuados”
El protagonista, apenas espera hasta acabar la primera página para anunciar:
“Soy un tipo sin sandeces, y un maricón furioso, así que no me jodan, porque estoy en una misión”
Para despejar cualquier duda, de que la novela pueda ser una dulce y sensible novela gay, continúa:
“Atención a todos los reproductores:
Más vale apartaros de mi camino, como el puto Mar Rojo, porque estoy muy cabreado, y si están en mi camino, los voy a atravesar el culo, y aplastar a sus bebés”
Según Ben Ehrenreich, en su artículo “A Quitter, A Chicana Role Model and One Angry Queer” para L.A. Weekly:
“Testosterone” podría encuadrarse en un género, el de hombre gay furioso, con similitudes al más genérico hombre blanco furioso de un Michael Douglas en “Falling Down” (1993); el protagonista siente nostalgia de los días “en que la gasolina y la marihuana eran baratos, cuando se podía sentir la euforia de la autopista, cuando el sur de California era la utopía de un chico blanco.
Los días de juerga, juerga, y juerga.
Antes de que los asesinos de color te disparasen en la cabeza para quitarte tu T-Bird”
Pero, señala, “Testosterone” está más acosada por el fantasma del SIDA, que por el cierre de factorías, y las mujeres que trabajan, aunque esté suficientemente salpicado de diatribas contra los “frijoleros” como para que “el estereotipo de hombre blanco cabreado se sienta como en casa”
Los gays, no salen tampoco bien parados en la novela, especialmente si son promiscuos, y las víctimas “obtienen lo que se merecen”, según Ehrenreich, aunque en este caso sea tanto el SIDA como una muerte violenta.
El crimen principal del ex-novio del protagonista, Pablo, el único del que el lector está seguro de su culpa, es la traición de la pareja monógama, que el protagonista idealiza.
Pero no es el puritanismo, el que conduce la rabia de la novela; Seagrave, y presumiblemente el mismo autor, no siente aprensión hacia el deseo libremente desencadenado, sino disgusto por la deshumanización que ve en el sexo compulsivo y anónimo, particularmente, cuando ocurre bajo la sombra del VIH.
Su rabia se dirige al culto al cuerpo, el fetichismo de la juventud, y la agresiva conformidad de la vida homosexual urbana.

“We need to hang onto our past, because the present is too difficult”



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