Lucrezia Borgia

“Com'è bello!
Quale incanto in quel volto onesto e altero!”

La Casa de Borja, en italiano, “Borgia”, fue una Casa Noble con origen en el pueblo aragonés de Borja, y establecida en Játiva, Reino de Valencia, y posteriormente en Gandía e Italia; siendo muy influyente durante El Renacimiento, produciendo 2 Papas:
Callixtus III, nacido Alfons de Borja; y Alessandro VI, nacido Roderic de Borja; y debido a su poder, se hicieron enemigos de las Familias:
Medici y Sforza; el fraile dominico Savonarola, entre otros.
También fueron patrocinadores de las artes que contribuyeron al Renacimiento; cuya actividad de mecenazgo fue muy importante, y alcanzó a artistas tan famosos como Michelangelo, Pinturicchio, Bartolommeo Veneto, Tiziano o El Bosco, quienes fueron protegidos en algún momento de su vida artística por Los Borgia.
A esta protección, debemos algunas de sus obras más conocidas; y el mecenazgo más importante que realizaron Los Borgia, fue con el pintor, inventor y científico, Leonardo da Vinci, quien diseñó numerosas máquinas de guerra para el ejército papal.
No obstante, Los Borgia han pasado a la historia como una familia cruel y deseosa de poder, además de salir de situaciones que parecían perdidas.
Además de los Papas, Giovanni Borgia y Cattanei, Lucrezia y Cesare Borgia, son algunos de sus miembros más conocidos.
Con la llegada a La Sede Papal de Roderic de Borja, bajo el nombre de Alessandro VI en 1492, empezaron las intrigas y disputas entre los pequeños Estados en los que estaba dividido el territorio de la actual Italia.
Los Sforza, Los Orsini o Los Farnese fueron, a la par que aliados, enemigos de Los Borgia; y se dice que El Papa Alessandro VI, tuvo la idea de aumentar Los Estados Pontificios a gran parte del territorio italiano, y pasando a su Dinastía los derechos, tanto los territorios cómo La Jefatura de La Iglesia Católica, aunque es tan solo una hipótesis.
Tras la muerte de Alessandro VI en 1503, debido probablemente a la malaria, aunque se especula que pudo ser envenenado, su hijo Cesare, personaje del que se dice que inspiró a Maquiavelo para escribir “Il Principe” (1513), un tratado de teoría política; huyó a Viana, Navarra; y murió combatiendo junto a su cuñado, El Rey navarro, Jean d'Albret; mientras su hermana, Lucrezia continuó la labor de mecenas de su padre en Ferrara.
En 2019 se cumplen 500 años del falimiento de la aristócrata valenciana, Lucrezia Borgia; que era una noble y mecenas italiana, a la que tradiciones poco fundamentadas, atribuyen toda clase de crímenes y vicios, hasta el punto de haber sido erigida en el prototipo de la maldad.
Hija de Roderic Llançol i de Borja, el poderoso renacentista valenciano, que más tarde se convirtió en El Papa Alessandro VI, y de Vannozza dei Cattanei; y es que como familia, de los pocos personajes antiguos que han padecido una sistemática y duradera deformación de su realidad histórica, como la que ha soportado La Familia Borgia, especialmente Alessandro VI, y sus más célebres vástagos:
Cesare y Lucrezia; y pocos son también los que pueden ilustrar de una forma tan extrema, la relación conflictiva entre La Iglesia Católica como institución, y las esferas del poder secular y espiritual.
Todo ello, en el preciso momento en que la sociedad europea iniciaba un florecimiento artístico, y un debate espiritual e intelectual espectacular y novedoso, inspirado por el descubrimiento de La Civilización Griega, que cristalizará en el pensamiento humanista, y en un desarrollo creativo, que moldeó el abandono del mundo medieval, para dejar paso a un verdadero “Renacimiento” cultural y social.
Desde el 26 de agosto de 1492, cuando el padre de Lucrezia fue elegido Papa, ella se convirtió rápidamente en objeto de deseo para las principales familias italianas, deseosas de emparentarse con la hija del propio titular del trono de San Pedro.
Así inicia la fase de la vida de Lucrezia Borgia que más pábulo ha dado a su leyenda negra posterior:
La hija del Pontífice, se casó 3 veces, siempre según los intereses de su familia.
Padre e hijo, no dudaron en utilizar a Lucrezia como señuelo sexual para establecer relaciones con personalidades, y hasta vínculos matrimoniales en su propio beneficio; y cuando el candidato ya no les era útil, o representaba un peligro para los intereses de la familia; lo eliminaban sin más miramientos, matándolo con violencia, o envenenándolo, que era una manera más sutil de sacárselo de encima.
Fue durante el período de alegre viudez, que Lucrezia se entregó a todos los excesos y orgías, en el escenario corrompido del Vaticano, dando a luz un hijo, fruto de amores incestuosos con su propio padre, y llegando incluso, a desempeñar por 3 veces, la máxima dignidad en los asuntos de La Iglesia.
Más adelante, La Familia Borgia, representó como ninguna, las impopulares políticas del maquiavelismo y la corrupción sexual, comúnmente asociadas a los papados renacentistas; y se rumoreó que Lucrezia tuvo por amante a su propio hermano, Cesare, de quien quedó embarazada; pero poco se conoce sobre Lucrezia, para tener la certeza sobre la veracidad de las historias que le atribuyen una participación activa en los crímenes de su padre y de su hermano.
El número infinito de enemigos de Los Borgia, encontró en el rumor del incesto, el terreno abonado para criticarlos aún más.
Como dato, se decía que Lucrezia tenía un anillo hueco, que contenía el veneno que utilizaba para envenenar las bebidas; y cuyo formulador llegó a ser el propio da Vinci; pero en 1519, tras el parto de su 8º hijo, Lucrezia Borgia murió de fiebre puerperal, a los 39 años.
De su leyenda, se creó la obra “Lucrèce Borgia” (1833) de Victor Hugo, una obra histórica que retrata a la aristócrata italiana, levemente basada en su vida, o más bien en su mito; donde Hugo construye toda una leyenda negra venenosa y calumniosa hasta lo irreal y absurdo.
Gracias a su obra de teatro, el bajo pueblo sacia sus oídos ávidos de morbosidad; desalentado por sus infructuosas investigaciones deseosas de encontrar nombres y datos de los asesinatos ordenados o perpetrados por Lucrezia Borgia, el novelista cita a varios escogidos al azar; siendo la tragedia de ella la que usó Felice Romani, para hacer el libreto de la ópera de Gaetano Donizetti, “Lucrezia Borgia” un “melodramma”, en un prólogo y II actos; y es el compositor junto a Gioachino Rossini y Vincenzo Bellini, uno de los principales compositores del estilo de la ópera “bel canto” durante la primera mitad del siglo XIX.
La estrecha asociación de Donizetti con el estilo bel canto, fue indudablemente una influencia en otros compositores como Giuseppe Verdi.
Aunque su repertorio de compositor abarca un gran número de géneros, incluida la música religiosa, cuartetos de cuerda y obras orquestales, Donizetti es sobre todo conocido por su obra lírica, componiendo hasta 75 óperas.
Lucrezia Borgia se estrenó en El Teatro alla Scala de Milán, el 26 de diciembre de 1833.
La acción se desarrolla en Italia, Venecia y Ferrara, en el siglo XVI.
La escena inicial se establece en Venecia, donde Lucrezia Borgia, esposa del Duque de Ferraro, llega en secreto para visitar a su hijo, Gennaro, el resultado de un amor pasajero, cuya existencia no se conoce por ninguno de sus amigos.
Gennaro fue criado por un pescador, pero al entrar en el ejército, creció rápidamente debido a su conducta valiente en el campo de batalla, y se hizo amigo de los jóvenes señores nobles de Venecia.
Cuando Lucrezia lo conoce, teniendo cuidado de mantener su verdadera identidad y su relación hacia él; el joven se siente complacido y halagado por los placeres adaptados en su sociedad por la hermosa extraña, pero cuando más tarde, sus amigos, sin que ella este de acuerdo, le informan que ella es la hija de la odiado y autocrática Familia Borgia, se pone tan furioso por este descubrimiento, que saca su nombre y armas de los portones del Palacio, y luego es arrestado por El Duque de Ferraro, que lo condena a muerte.
Estando celoso por la decisión de su esposa sobre el joven, la manda para que le ofrezca un trago envenenado al prisionero, y a pesar de los escritos apasionados de Lucrezia hacia él, pidiéndole disculpas, el marido, enfurecido, se niega a escucharla; sabiendo bien que ella nunca mostró interés en el destino de ninguno de los otros condenados, y gracias a esto, tiene una prueba de que el joven es su amante…
Lucrezia, distraída, le ofrece a su hijo la copa envenenada, pero se la saca inmediatamente, y hace que salga por una puerta secreta, garantizándole la oportunidad de darle un antídoto que ella siempre llevaba consigo, y por tanto, salva la vida de Gennaro, quien le dice que abandone la ciudad de una vez.
Después de que el vino fue entregado, ella descubre, a su horror, que Gennaro, quien ella pensaba que estaba seguro fuera de la ciudad, está entre los invitados, y también tomo del trago mortal.
Después de escuchar su pedido a los asistentes de mostrar los ataúdes preparados para los 5 invitados envenenados, él pide ser el 6º, pero, llena de dolor, Lucrezia le ofrece rápidamente el antídoto, haciendo que lo ingiera al instante, ya que un minuto de retraso puede resultar peligroso.
Gennaro, sin embargo, se niega a ser salvado, mientras que sus amigos mueren.
Luego, Lucrezia, en distracción total, le revela su verdadera relación a él, y lo motiva a vivir por esa causa, pero Gennaro la empuja, diciendo que preferiría morir antes que ella sea su madre, y cae a sus pies.
Lucrezia, con un grito de desesperación de absoluto remordimiento, lo toma entre sus brazos, y como su amado hijo da su último respiro; ella, superada por la emoción y por su miseria, queda al lado de él, mientras que El Duque de Ferraro entra para celebrar su esperada victoria.
Al final, ella le revela su secreto, y se va.
Cuando se estrenó en París, en el Théâtre des Italiens, en 1840, 7 años después del estreno en Milán, Victor Hugo interpuso una querella contra Donizetti para evitar nuevas representaciones o producciones de la ópera por los derechos de autor amparados por la ley francesa, lo que sirvió para que se le prohibiera a Victor Hugo, realizar más producciones.
El libreto fue entonces reescrito y retitulado como “La Rinegata2, con los personajes en italiano cambiados al turco; las representaciones se reemprendieron.
Lucrezia Borgia tiene fragmentos de gran efecto teatral, con música netamente romántica que superan en elegancia y riqueza orquestal y vocal a otras creaciones de Donizetti; siendo una de las pocas óperas cuya base argumental no está basada en una relación amorosa, a pesar de que Genaro se enamora en cierta medida de Lucrezia, en la trama se revela que son madre e hijo; siendo también una excepción en el panorama de la ópera romántica por el gran número de cantantes que necesita, por lo cual fue representada en menor medida de lo que hubiera sido en relación a su gran popularidad.
Como dato, la “cabaletta” de clausura, “Era desso il figlio mio” fue añadida por Donizetti ante la insistencia de la renombrada soprano Henriette Méric-Lalande, quien creó el papel de Lucrezia Borgia; y es una de las arias más exigentes de todo el repertorio operístico, con trinos y pasajes de coloratura, que exigen una agilidad vocal extrema.
Donizetti más tarde eliminó el aria, porque creía que había dañado la credibilidad del final…
Luego del éxito alcanzado con Lucrezia Borgia, se consolidada su reputación como compositor belcantista.
Una de las cantantes post Segunda Guerra Mundial que fue célebre en el papel fue “La Stupenda” Dame Joan Sutherland.
Mientras el cine no se ha comportado mejor con Los Borgia, y a falta de una versión digna de la historia de la familia, se ha inclinado siempre por la leyenda negra.
“Vieni:
La mia vendetta è mediatata e pronta”
Lucrezia Borgia es un musical del año 1980, dirigido por Brian Large.
Protagonizado por Joan Sutherland, Alfredo Kraus, Anne Howells, Stafford Dean, Robin Leggate, Jonathan Summers, Phillip Gelling, Michael Goldthorpe, Paul Hudson, Francis Egerton, Roderick Kennedy, entre otros.
El guión es de Felice Romani, con música de Gaetano Donizetti, basados en el drama “Lucrèce Borgia” de Victor Hugo.
Esta es una grabación en vivo valiosa, ya que ofrece la posibilidad de ver y escuchar a 2 de las grandes voces del siglo XX, en un registro de alta calidad de la producción de Covent Garden, para lucimiento de Dame Joan, como una renovada atención pública, grabada el 26 de marzo de 1980, en el Royal Opera House, Covent Garden de Londres.
El productor fue John Copley; la maravillosa escenografía corrió a cargo de John Pascoe; el espectacular diseñador de vestuario fue Michael Stennett; y el diseñador de iluminación, Robert Bryan.
La trama se centra en la retribución que recibió a Gennaro (Alfredo Kraus) joven noble al servicio de La República Veneciana por desfigurar la estatua de Los Borgia.
Él cambia la palabra “Borgia” a “Orgia”, quitando solo la letra “B”
El esposo de Lucrezia, Alfonso (Stafford Dean), quiere matarlo por este crimen, pero Lucrezia (Joan Sutherland) lo advierte con la frase espléndidamente amenazadora:
“Ten cuidado Alfonso:
¿Recuerdas que eres mi 3º marido?”
Sin embargo, Lucrezia logra envenenar a Gennaro, no una, sino 2 veces, lo que, como podría haber dicho Oscar Wilde, “parece ser un descuido”
Al final de la ópera, se supone que Lucrezia toca una nota alta, y simultáneamente se apuñala… pues se descubre la estrecha relación que une a Gennaro con ella, que no son amantes…
Dame Joan, puede manejar la nota alta, pero no el apuñalamiento; y ella reconoce los aplausos de la audiencia antes de caer, sin vida, en el cuerpo de su hijo.
Con todo, esta es una película muy agradable e históricamente fascinante; y probablemente la obra tuvo mejores años; sin embargo, esta es una grabación valiosa, ya que nos da la oportunidad de ver y escuchar a grandes cantantes en una producción de alta calidad artística.
“Com'è bello!
Quale incanto in quel volto onesto e altero!”
Esta producción de 1980 de Covent Garden, de la ópera de Donizetti basada en la infame heroína dramática, se llevó a cabo para que una de las pocas sopranos que se atreviera a abordar el temible rango de Lucrezia Borgia, Joan Sutherland, y para que pudiera hacerlo en un entorno propicio para su talento, ella lo hace de manera única.
Ésta bien podría no ser la definitiva “Lucrezia”, pero La Sutherland muestra que ella tiene las agallas para superar la acumulación de dificultad de Donizetti después de la dificultad vocal.
Así, desde el prólogo de “Com'è bello”, Sutherland nunca deja de lado su cautivadora personalidad de intensa angustia y melodrama.
Por ello y más, esta es una producción verdaderamente gloriosa de una ópera muy subestimada y poco realizada.
No sé por qué Lucrezia Borgia no se presenta con la frecuencia que merece, la historia no es la más convincente de todas las historias, pero como siempre, la música de Donizetti es fenomenal; y aquí los trajes y los decorados son impresionantes, donde Sutherland aparece tan imponente, y la dirección de video es excelente; con la orquesta que sabe jugar con los sentimientos, y si bien he sabido que el director está en el lado pesado, Richard Bonynge conduce con precisión; al tiempo que ayuda a que el canto sea excelente.
La historia planteada aquí, se desarrolla en los tiempos del 3° matrimonio de la mítica Lucrezia Borgia, una aristócrata de la que se ha escrito de todo, y de lo más morboso:
Sexo y muerte a partes iguales, pero en realidad poco contrastado científicamente; pues los escritores románticos se cebaron con ella.
La hija del poderoso Roderic Borgia, un valenciano en el que seguramente se han fijado más de la cuenta los políticos que han ejercido en el Reino últimamente, se casó con Alfonso d’Este, vástago de una poderosa familia de Ferrara, al año siguiente de la muerte de su 2º marido, Alfonso de Aragón.
Estamos a principios del siglo XVI, en Venecia y Ferrara.
Hay un prólogo en El Palazzo Grimani en Venecia:
Gennaro y sus amigos, están de fiesta en una terraza brillantemente iluminada, en frente de la cual se encuentra el canal de Giudecca.
La conversación de los amigos se vuelve hacia Don Alfonso, Duque de Ferrara, a cuya casa ellos viajarán al día siguiente, y hacia su esposa, la infame Lucrezia Borgia.
Al oír el nombre de Lucrezia, Maffio Orsini (Anne Howells) narra cómo Gennaro y él, a solas en un bosque, fueron advertidos por un hombre misterioso, que tuvieran cuidado de ella y de toda La Familia Borgia.
Manifestando su aburrimiento con el cuento de Orsini, Gennaro se marcha y se queda dormido cerca.
Sus amigos reciben la invitación de unirse a las fiestas, y él se queda a solas…
Aparece una góndola, y una mujer enmascarada salta a la terraza.
Ella se apresura sobre Gennaro, que duerme, y lo observa con afecto y besa su mano; a lo que él se despierta, e instantáneamente queda impresionado por su belleza; y expresa su amor por ella, y canta de su infancia como un huérfano criado por pescadores.
Añade que él ama tiernamente a la madre a quien nunca conoció... mientras los otros regresan, e instantáneamente la reconocen como Lucrezia Borgia, enumerando a su vez a los miembros de sus familias a las que ella ha matado, para horror de Gennaro.
Acto I:
En Ferrara, El Duque, creyendo que Gennaro es amante de Lucrezia, trama su asesinato con su sirviente Rustighello (Francis Egerton)
Gennaro y sus compañeros, dejan la casa por una fiesta, y pasan El Palacio del Duque con su blasón donde se lee “Borgia”
Deseando mostrar su desprecio por La Familia Borgia, Gennaro quita la inicial “B”, dejando la obscena “Orgia”
Al tiempo, en El Palacio, a Lucrezia se le introduce en la cámara del Duque.
Habiendo visto la cresta rota, ella exige la muerte para quien lo haya hecho, ignorando que ha sido Gennaro.
El Duque ordena que lleven a Gennaro ante ella, y lo acusa de manchar el nombre noble de Borgia, un crimen al que él rápidamente confiesa.
Lucrezia, horrorizada, intenta excusar el insulto de un joven, pero Don Alfonso acusa a Lucrezia de infidelidad, habiendo observado su encuentro con Gennaro en Venecia.
En una escena llena de drama y tensión, ella niega cualquier impropiedad, pero él exige la muerte del prisionero, y la fuerza a elegir la forma de ejecución de Gennaro.
Pretendiendo perdonarlo, El Duque ofrece a Gennaro un vaso de vino, y lo bebe.
Después, El Duque se marcha, y Lucrezia da prisa a Gennaro, dándole un antídoto al veneno que El Duque ha mezclado con el vino.
Él lo bebe, y ella le implora que huya de la ciudad y de su marido.
Acto II:
En El palacio de La Princesa Negroni (Gwynneth Price), ignorando el consejo de Lucrezia, Gennaro acude a esa fiesta, jurando que nunca se separará de su amigo Orsini; que lidera la fiesta en un brindis, y ellos beben bastante.
Entra Lucrezia, y anuncia que en venganza por sus insultos en Venecia, ella ha envenenado su vino, y preparó 5 ataúdes para sus cuerpos; y ha creído por tanto, que Gennaro huyó a Ferrara por consejo de ella, y así se desmaya cuando él se adelanta, y anuncia que ella ha envenenado a un 6º, él.
Orsini, Liverotto (Robin Leggate), Vitellozzo (Michael Goldthorpe), Petrucci (Philip Gelling) y Gazella (Jonathan Summers) caen muertos; y Gennaro coge una daga, e intenta matar a Lucrezia, pero ella lo detiene revelando que él es de hecho su hijo…
De nuevo, ella le pide a él que beba el antídoto, pero esta vez él lo rechaza, eligiendo morir con sus amigos; donde Lucrezia se lamenta por su hijo, y expira…
La ópera profundiza, con la fuerza romántica de la época en que fue creada, en la leyenda que dibuja a Lucrezia Borgia y su familia, que gobernó Roma y la cristiandad en el tránsito del siglo XV al XVI, en paradigma de la inmoralidad, el incesto y las luchas de poder.
Donizetti reprodujo el retrato de Hugo, que describió así a su personaje:
“Apoderaos de la deformidad moral más vergonzosa y más repugnante, colocadla donde pueda resaltar mejor, esto es, en el corazón de una mujer con todas las condiciones de belleza física y de grandeza real, que dan más brillo al crimen, y mezclad con esa deformidad moral un sentimiento puro, el más puro que la mujer puede sentir, el sentimiento maternal; y haced de ese monstruo una madre; y ese monstruo interesará, y el monstruo hará llorar y el ser que aterraba os dará compasión y el alma deforme llegará a ser casi hermosa”
Una reacción al hecho improbable de que un linaje de la pequeña aristocracia valenciana diera en medio siglo 2 Papas, una docena de Cardenales, y ocupara “el centro de La Iglesia romana”, que es tanto como decir el centro de la Europa renacentista; es una mujer que se siente sola en un mundo terrible; que muere tras envenenar a su hijo por error, y 2 veces, cuando pretendía asesinar a sus amigos, pensando que ha sido “castigada por Dios” por haberlo engendrado con su propio padre.
¡Tremendo drama!
Pero esta es una producción “tradicional” capturada en la película por el experimentado Brian Large; y para un espectador más joven, podría haber ciertas revelaciones que provienen de un momento en que los artistas de ópera eran cantantes primero, y actores después, pero emplean gestos artificiales que hoy en día parecen bastante anticuados.
La sensación de pantomima de la producción, es más evidente en los gestos artificiales de Sutherland y Kraus; pero gana mucho en los decorados, el vestuario y la joyería, que son ciertamente coloridos y brillantes; y las escenas se desarrollan ante nuestros ojos deslumbrados; a veces es como mirar una pintura de Klimt cobrar vida; y esta es la forma glamorosa en que se supone que deben ser las representaciones de esta ópera, una producción altamente suntuosa, con pieles de animales, y las pelucas también son fabulosas.
Y es que Donizetti ciertamente sabía cómo estructurar sus números, y manipular a su audiencia por su producción teatral y musical, con patetismo y hasta el frenesí; y para 1980, Alfredo Kraus, tenía 53 años; y Joan Sutherland, 54.
La Sutherland está en excelente forma, con los trinos, las notas altas, la brillante coloratura; a menudo fue criticada por no enunciar el texto, pero hay suficientes consonantes para que podamos decir que ella canta en italiano aquí.
Y ella no solo se queda allí, y hace bellos sonidos de bel canto; ella es ardiente, emocional e involucrada con el texto y con sus compañeros de reparto.
El dúo con Stafford Dean, es muy dramático, mientras que el siguiente dúo venenoso con Kraus, es emocionantemente rápido y propulsivo.
Kraus es muy elegante y encantador, y canta a la perfección; tiene una voz cálida, sin esfuerzo, y un estilo elegante.
Aunque se ve viejo y ridículo como el hijo de la Sutherland, pero en el momento en que abre la boca y comienza a emitir ese hermoso sonido aristocrático, te das cuenta de que está demostrando una de las perogrulladas más extrañas de la ópera:
Cuanto mayor es el tenor, más convincente es como estos adolescentes italianos renacentistas en medias, Gennaro aquí, Romeo en otro lugar.
Y este es uno de los grandes espectáculos de Kraus, afortunadamente capturado en video, donde él comienza el acto final con una aria adicional, y su reconocimiento de la ovación de la audiencia es tan antigua, que debería mostrarse en las academias de música como una lección de sutileza y buen gusto al ordeñar a la audiencia para obtener más aplausos.
Del resto:
Anne Howells tiene una hermosa y rica mezzo voz, luce deliciosa en jubón y medias en el papel de Maffio Orsini, el líder de un grupo de venecianos con disfraces extravagantes que se hacen amigos de Gennaro; mientras Stafford Dean es apropiadamente repelente como El Duque.
Finalmente, Richard Bonynge dirige la Orquesta del Royal Opera House con aplomo, y él es quien le da brillo a una historia oscura de incesto y muertes.
Se puede reclamar que La Sutherland, impresionante dada su edad, realmente no atrae como Lucrezia; al tiempo que se nota que todos estaban leyendo el apuntador, y parecía que “acababan de conocerse por primera vez”; pero el mayor pecado del DVD, es que solo la mitad está subtitulada; por ello, al final, cuando Sutherland canta su última aria, y cae ante su hijo muerto, no se sabe qué pasó:
¿Tuvo un ataque de nervios, se desmayó, murió de un corazón roto, o tomó veneno y murió?
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“Era desso il figlio mio, la mia speme, il mio conforto...
Ei potea placarmi Iddio...
Mi parea far pura ancor...
Ogni luce in lui m'è spenta...
Il mio cuore con esso è morto.
Sul mio capo il cielo avventa il suo strale punitor”
La desgracia personal de Lucrezia Borgia, trascendió su vida mortal, pues todavía hoy, casi 500 años después de su muerte, se sigue vinculando su figura a envenenamientos e instigaciones políticas; y de ella se dijo que, a través del 3° hijo, Ercole II d'Este, Duque de Ferrara; que de ella y de su padre, El Papa Alessandro VI, descienden todas las actuales Familias Reales Europeas.
En la actualidad, la única descendencia patrilineal, es decir, de la filiación referida exclusivamente al padre, y que por ello conserva el apellido paterno, o agnaticia, que desciende por línea recta de varón en varón, y que igualmente mantiene el apellido paterno de La Familia Borja; es Roderic Borja Cevallos, Expresidente de La República del Ecuador; descendiente en línea agnaticia de Juan de Borja, II Duque de Gandía, hijo del Papa Alessandro VI, y de su esposa María Enríquez de Luna.
Así pues, la vida de Lucrezia fue una llena de rumores, en un escenario renacentista, que la convirtió en un tema interesante para novelas y literatura; no obstante, el tema del incesto, arduo y mal visto, no siempre ha sido a favor de dichos escritos; mientras que los testimonios documentales fiables, son insuficientes.
Y como curiosidad, no se conoce ningún retrato seguro de ella, aunque una serie de pinturas, como el fresco de Pinturicchio, o los retratos de Bartolommeo Veneto, ambos mecenas de Los Borgia, se cree que la usaron de modelo.
Por su parte, la ópera homónima cayó en el olvido, pero fue reingresada en el repertorio en 1965, por una famosa representación en el Carnegie Hall, con la soprano Montserrat Caballé en su debut en EEUU; a la que pronto siguió una grabación con ella, el tenor Alfredo Kraus, la mezzosoprano Shirley Verrett, y el bajo Ezio Flagello, dirigidos por Jonel Perlea.
Esta representación y grabación, ayudaron a reintroducir la obra al público amante de la ópera; pero hay más razones para ese olvido, además de su relativa calidad.
Es caro montarla; y se necesitan al menos, 4 cantantes de fuste para que el asunto no aburra a las piedras.
De manera que sigo dudando si una obra en la que solo se salvan unos momentos determinados, merece el esfuerzo de ser mostrada en escena, en tiempos de tantísima crisis.
Aunque no se representa tan regularmente como algunas de las partituras más populares de Donizetti, el aria de Lucrezia, “Com'è bello”; la de Orsini como el “Brindisi: Il segreto per esser felice”; la del tenor, “Di pescator ignobile”; y el aria de bajo, “Vieni, la mia vendetta!”, son todas momentos melódicos famosos y muy efectivos de la ópera, y han sido representadas y grabadas con frecuencia.
A día de hoy, todavía queda mucho camino para rehabilitar las figuras de La Familia Borgia en general, y de Lucrezia en particular; esperemos que la historia sea más justa con ellos a partir de ahora.

“E insultata sarei!
M'abborre ognuno!
Pur, per sì trista sorte nata io non era...
Oh! potess'io far tanto che il passato non fosse, e in un cor solo destare un senso di pietade e amore che invano al mondo in mia grandezza io chiedo!”



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