Mythodea — Music for The NASA Mission: 2001 Mars Odyssey

“Creo que nuestra existencia es primero cósmica, luego biológica, y por último social”

Esas son las palabras de Vangelis al referirse a 3 temas que conoce bien:
La mitología, el espacio y la comunicación.
Como griego, la mitología de su país lo conforma un conjunto de mitos y leyendas pertenecientes a los antiguos griegos que tratan de sus dioses y héroes, la naturaleza del mundo, los orígenes, y el significado de sus propios cultos y prácticas rituales; y formaban parte de la religión de La Antigua Grecia.
Los investigadores modernos, recurren a esos mitos y los estudian en un intento por arrojar luz sobre sus instituciones religiosas, políticas y su civilización, así como para entender mejor la naturaleza de la propia creación de los mitos; y es que esa mitología aparece explícitamente en una extensa colección de relatos, e implícitamente en artes figurativas tales como cerámica pintada y ofrendas votivas; por lo que los mitos griegos intentan explicar los orígenes del mundo, y detallan las vidas y aventuras de una amplia variedad de dioses, héroes y otras criaturas mitológicas.
Estos relatos, fueron originalmente difundidos en una tradición poética oral, si bien actualmente los mitos se conocen principalmente gracias a la literatura griega; la mitología ha ejercido una amplia influencia sobre la cultura, el arte y la literatura de la civilización occidental, y sigue siendo parte del patrimonio y lenguaje cultural occidentales.
Poetas y artistas, han hallado inspiración en ella desde las épocas antiguas hasta la actualidad, y han descubierto significado y relevancia contemporáneos en los temas mitológicos clásicos.
Por su parte, Vangelis es un compositor griego, arreglista, productor e intérprete de su propia música, una muy personal, para cine, teatro, ópera, documentales, televisión, anuncios, radio, y colaboraciones con otros artistas; donde él mismo toca casi todos los instrumentos que emplea; y se sienta a crear música rodeado de aparatos, de hecho, hay quien considera la música sintética inferior a la orquestal, pero…
¿Por qué limitarse solamente a esos sonidos clásicos?
Porque Vangelis no se conforma con unos pocos sonidos, e incluso muchos los fabrica él mismo, como el lenguaje...
Su técnica de composición, es principalmente la espontaneidad; no escribe música, simplemente graba, y en ocasiones ni arregla lo que graba, pues ya suele ser lo bastante bueno sin más; porque su capacidad para la música es asombrosa, y entre sus obras más conocidas, destacan las partituras originales para las películas:
“Chariots Of Fire” (1981), por la que ganó el premio Oscar a La Mejor Banda Sonora; “Blade Runner” (1982) con sus 9 ediciones, y “1492: Conquest Of Paradise” (1992), para conmemorar los 500 años del Descubrimiento de América.
Su música se caracteriza por el uso de sintetizadores, y ocasionalmente instrumentos acústicos para crear atmósferas de sonido envolvente, en un tono generalmente grandioso y solemne.
No es sencillo enmarcar su música dentro de un género en concreto, aunque es habitual que se le incluya entre las filas de las llamadas “nuevas músicas”, o de forma más amplia, como músico clásico contemporáneo.
En cualquier caso, la diversidad y complejidad de la obra contenida en su discografía, hace difícil su catalogación como artista puramente “New Age”, ya que incluso es considerado uno de los pioneros de la vanguardia de la música electrónica acontecida a mediados de los años 1970.
Aunque algunos de sus trabajos más conocidos pertenecen al mundo de la música de cine y televisión, Vangelis ha logrado reconocimiento tanto por sus bandas sonoras, como por sus discos de estudio.
por otra lado, el compositores ve a menudo ligado al mundo de la ciencia ficción, no sólo por esta clase de sonido “espacial” que desarrolla en algunos álbumes, sino también por su participación en el filme “Blade Runner”, en la serie “Cosmos: A Personal Voyage” y en un proyecto de La NASA… por ejemplo, en la serie de televisión de Carl Sagan de 1980, utiliza varias piezas compuestas por Vangelis durante la década de 1970, incluido el tema de apertura de la serie, el III movimiento del “Cielo y El Infierno”; de hecho, en 1986, Vangelis participó activamente en la composición de nueva música para una edición especial; y recordó entonces que Sagan le había enviado algunos sonidos recogidos por satélites, que fueron exactamente lo que escuchó cuando era niño…
Por su parte, el autor de “2001: A Space Odyssey”, Arthur C. Clarke, le agradeció, además, su inspiración para la novela “2010: Odyssey Two”; y precisamente en 2001, La NASA se pone en contacto con Vangelis, para encargarle la composición de un tema que sirva de Himno para una misión no tripulada a Marte llamada:
“2001: Mars Odyssey”
El encargo deriva en un álbum llamado “Mythodea”, en parte basado en una obra anterior del artista, no publicada oficialmente.
“Ελάτε όλος ο Διός, πρέπει να έρθετε ο Έρως, σας καλώ να έρθετε”
(Ven Zeus Todopoderoso, debes venir Eros, invoco que vengas)
Mythodea — Music for The NASA Mission: 2001 Mars Odyssey es un musical del año 2001, dirigido por Declan Lowney.
Protagonizado por Kathleen Battle, Jessye Norman y Vangelis.
El guión es de Vangelis, basándose en su propia obra.
Esta obra musical, fue originalmente estrenada en concierto en 1993, y publicada en 2001 por la nueva disquera de Vangelis, Sony Classical, que también estableció la conexión con La NASA, y promovió este concierto.
Y para esta producción de 2001, fue grabada y tocada en vivo en el escenario por:
Vangelis en sintetizadores y teclados; La Orquesta Metropolitana de Londres, con 75 personas, 25 percusionistas, 2 arpistas rumanos; y las sopranos:
Kathleen Battle y Jessye Norman, junto el coro de 120 personas de La Ópera Nacional Griega.
El evento tuvo lugar en Atenas, Grecia, el 28 de junio de 2001, y el disco se lanzó oficialmente el 23 de octubre de 2001, para coincidir con la nave espacial “Mars Odyssey 2001”, que entró en la órbita del planeta Marte.
Como datos de producción, el equipo provenía de todas partes del mundo:
Desde Londres, a Irlanda, Escocia y Estados Unidos.
Con un alto presupuesto en marcha, y el uso de un sitio arqueológico importante y reconocido, se elogió la idea como “una obra maestra artística, y una maravillosa promoción de Grecia al mundo exterior”
El concierto, realizado en el histórico Templo de Zeus en el centro de Atenas, fue presenciado por 2 mil personas, en una construcción de asientos especialmente diseñada para el evento, mientras que otras 30 mil personas lo vieron en vivo, gratuitamente en una pantalla gigante cerca del Estadio Panathinaiko.
No obstante el lugar elegido era un sitio arqueológico que generalmente está cerrado al público, por lo que fue un factor limitante en el número de personas que pueden asistir; aun cuando es un espacio abierto con las ruinas del Templo gigante de Zeus, del cual solo queda una parte.
Pero nunca se ha utilizado para una presentación pública; al tiempo que está en un área de mucho cuidado histórico, ya que se encuentra a poca distancia de los monumentos famosos de Atenas, como La Acrópolis, el Plaka, La Plaza Syntagma y El Estadio Olímpico; prácticamente bordea El Arco de Adriano y el Zappion.
Por ello, los arqueólogos expresaron su temor sobre la enorme construcción de metal que se puso en El Templo de Zeus, principalmente por el compañero músico, Mikis Theodorakis, sobre el uso de dinero público y un sitio arqueológico.
Además, se construyó un gran teatro de madera para esas 3 mil personas en un espacio de 2500 metros cuadrados, con un escenario de 450 metros cuadrados con sótano de cristal.
Detrás del Templo, una construcción cóncava de tubos metálicos con una tela blanca, cubrirá todo El Templo en tamaño de 170m de ancho y 24m de alto, para proyectar láseres.
La pantalla grande detrás de los artistas, utilizada como telón de fondo que se extiende a más de la longitud total del antiguo Templo, se usó para esas proyecciones de efectos visuales abrumadores.
Principalmente eran combinaciones de elementos visuales griegos que se desvanecían lentamente, así como imágenes espaciales de La NASA, y una foto de Marte.
El público, estuvo sentado en una construcción circular, lo que aseguró que todos los asistentes tuvieran una buena visión de los eventos que tuvieron lugar en el escenario.
El escenario, ubicado en el piso de las ruinas del Templo, presentaba los coros masculinos y femeninos, La Orquesta, Vangelis, y las divas de la ópera.
A pesar de todas esas construcciones, la mayoría de las antigüedades históricas griegas “están en el suelo”
Toda la construcción tuvo un costo total de unos 661 millones de dracmas, alrededor de $1,653.100; y los boletos tuvieron un costo aproximado de 15000 dracmas, unos $40 los más baratos, a boletos de 1ª clase en 50,000 dracmas, unos $125
El presupuesto se fijó en $7 millones, dividido a la mitad entre la compañía discográfica Sony Classical y el gobierno griego, que consideró el concierto una buena promoción para Grecia en el extranjero, y lo incluyó como parte de La Olimpiada Cultural Griega, que condujo a Los Juegos Olímpicos de Verano 2004.
El propio Vangelis, como en 1993, renunció al pago por su actuación.
El fondo musical, proviene de “Mythodea — Music for The NASA Mission: 2001 Mars Odyssey”, una sinfonía coral de 1993, que significó el 19º álbum del músico griego, lanzado en 2001 por Sony Classical; una obra que permaneció inédita durante 8 años…
Como dato, una sinfonía coral, es una composición musical para orquesta, coro y, en ocasiones, solistas; la cual se adhiere, generalmente en su funcionamiento interno y arquitectura musical global, a la forma musical sinfónica.
La intención es que la sinfonía coral permaneciera en el género sinfónico, incluso con su fusión de elementos dramáticos o narrativos que se derivaban de la inclusión de las palabras.
Con este objetivo, las palabras fueron tratadas sinfónicamente para perseguir fines no narrativos, a través del uso frecuente de la repetición de palabras y frases importantes, y la reordenación, transposición y omisión de pasajes lingüísticos.
El texto, llegó a determinar el esquema sinfónico básico, mientras que la orquesta transmitía las ideas musicales en un grado similar al del coro y los solistas.
Incluso, con un énfasis sinfónico, una sinfonía coral era influenciada a menudo en la forma musical y el contenido por una narración externa, incluso en las partes donde no había canto; y a diferencia de los oratorios o las óperas, que generalmente están estructurados dramatúrgicamente en arias, recitativos y coros, una sinfonía coral está estructurada como una sinfonía, en movimientos.
La sinfonía fue Mythodea, fue producida por Vangelis, grabada en el Athens Concert Hall, la sala de la capital griega inaugurada en 1991, y fue elegida por el compositor por su excelente acústica; que coincidió con la entrada en la órbita marciana de la sonda espacial “Mars Odyssey” u “Odisea de Marte” que es una sonda espacial lanzada por La NASA el 7 de abril de 2001, cuyo objetivo era el estudio del clima y la realización de un mapa de la superficie de Marte; y también se utilizó como enlace de comunicaciones con los robots que están en el suelo.
La inserción orbital, tuvo lugar el 20 de octubre de 2001.
La misión era usar espectrómetros y una cámara termográfica para detectar evidencia de agua y hielo, pasados o presentes, así como estudiar la geología del planeta, y el ambiente de radiación.
Se espera que los datos que obtenga “Mars Odyssey”, ayuden a responder la pregunta de, si la vida existió en Marte, y crear una evaluación de riesgos de la radiación que podrían experimentar los futuros astronautas en Marte.
También actúa como un relé para las comunicaciones entre los Exploradores de Marte, El Laboratorio de Ciencia de Marte, y anteriormente el módulo de aterrizaje Phoenix a La Tierra.
La misión, fue nombrada como un tributo a Arthur C. Clarke, evocando el nombre de su famosa obra literaria “2001: A Space Odyssey”, que Clarke en Sri Lanka, respondió “encantado de que la misión llevara el nombre de sus libros”; y para el 15 de diciembre de 2010, la sonda batió el récord de naves espaciales de mayor antigüedad en Marte, con 3,340 días de operación; y actualmente se encuentra en una órbita polar, alrededor de Marte, con un eje semi-mayor de aproximadamente 3,800 km o 2,400 millas; por lo que tiene suficiente propulsor para funcionar hasta 2025.
Así fue cómo la música de Mythodea de Vangelis, se usó como el tema musical para La Misión.
Sin embargo, la obra se llamaba inicialmente “Mythodia”, y fue estrenada el 13 de julio de 1993, en una presentación pública en El Teatro Herodes Atticus, en Atenas, Grecia, con fines benéficos.
En el escenario estuvieron:
Vangelis, quien proporcionó la partitura musical completa, acompañado por 2 arpistas; la mezzosoprano Markella Hatziana, la soprano Lucienne Deval, y el coro y la percusión del La Lírica Nacional Griega, dirigida por Yvan Cassar.
El lanzamiento de ese álbum, fue precedido por una nueva presentación en vivo, que es este espectáculo en El Templo de Zeus en Atenas, que comienza con una breve introducción de Scott Bolton de La NASA.
Como dato, Bolton es un físico espacial teórico y experimental estadounidense; es vicepresidente asociado de La División de Ciencia Espacial e Ingeniería del Southwest Research Institute; donde su área de investigación son las ciencias planetarias con un enfoque en los planetas gigantes, y el origen del Sistema Solar.
Sirviendo previamente como miembro de las misiones “Galileo” y “Cassini-Huygens”, Bolton se convirtió en El Investigador Principal de “Juno”, una misión del programa “Nuevas Fronteras a Júpiter” que comenzó la etapa primaria en 2016.
A través de su compañía privada, Artistic Sciences, Inc., Bolton ha producido una serie de conciertos musicales, exhibiciones de arte, documentales científicos y videos destinados a inspirar y motivar a los niños en los estudios académicos.
Ha trabajado con varios artistas musicales que desarrollan programas educativos y musicales, como Vangelis, en la creación de La Fundación Vangelis en Atenas, Grecia, dedicada al estudio combinado de ciencia, matemáticas, arte, música y filosofía.
Y antes de iniciar el concierto, dijo a los espectadores que buscaran “una mancha anaranjada que brillara en el cielo despejado sobre la orquesta”:
¡Marte!
Como se citó, “Mythodia” era entonces una pieza en VII movimientos; y Vangelis no solo compuso la música, también escribió la letra en griego antiguo:
“Esta pieza fue compuesta en 1 hora.
Sí, me tomó 1 hora.
No estoy usando la tecnología de la manera convencional.
No estoy usando computadoras”, dijo.
Posteriormente Vangelis amplió la composición agregando 2 movimientos, extendiendo 2 más, e insertando algunas nuevas pistas.
También se alteraron partes del coro, con letras y cambios melódicos.
Y a excepción de Vangelis, ninguno de los artistas, intérpretes o ejecutantes del concierto de 1993, retomó sus papeles para el evento de 2001.
Para esta nueva edición, de 2001, Vangelis estuvo acompañado por La Orquesta Metropolitana de Londres, dirigida por Blake Neely, quien hizo las transcripciones, y dirigió la orquesta también; junto a Battle, Norman, y El Coro de La Ópera Nacional de Grecia, dirigida por Fani Palamidi.
Ese disco fue el primer trabajo de Vangelis para el sello Sony Classical, compañía que confió en un trabajo con improbable éxito comercial; por lo que los directivos idearon la conexión del proyecto con La NASA, y la mencionada misión espacial.
Por su parte, La Agencia Espacial usó la música en su programa educativo, mientras que el concierto de presentación del disco utilizó imágenes de Marte, de los archivos de La NASA, junto con elementos de la mitología clásica entre las imágenes proyectadas.
A través de esta composición, Vangelis nos sumerge a través del mundo que une la mitología griega con la exploración del espacio exterior, en una lista de temas que incluyen:
Una Introducción y 10 Movimientos; donde se destaca un sonido cósmico que contribuye a la creación de la atmósfera; por lo que bajo las circunstancias correctas, Mythodea nos lleva a bordo de un barco que se destinará al antiguo olvido universal, y al supremo desconocido.
Muy interesante es el hecho de que Vangelis eligió no escribir ninguna letra real, sino más bien “pseudoletras”, una técnica distintiva suya, donde las palabras que no significan nada, son “tonterías puras” que fueron seleccionadas solo por su sonido, creando una “pareidolia” o “estimulo sonoro divertido percibido erróneamente como palabras”, que ha llevado a los oyentes a todo el mundo a muchas suposiciones y malentendidos sobre el significado críptico y místico de Mythodea.
Para el “encore” del concierto, Vangelis tocó una selección de su repertorio, incluyendo:
“La Petite Fille de La Mer” del álbum “L'Apocalypse des Animaux”; la infaltable “Chariots Of Fire”, “Pulstar” del álbum “Albedo 0.39”; y 3 pistas de la banda sonora de la película “1492: Conquest Of Paradise” (1992):
“Hispañola”, “City of Isabel” y “Conquest of Paradise”; y terminó con la interpretación del Himno Nacional Griego.
Todo el concierto fue filmado por Sony Classical, y lanzado en DVD.
Sorprendente el resultado que se siente, cómo Vangelis, como siempre, tanto en la interpretación como en el sonido, logra transportar al oyente/espectador, a ese más allá sugerido.
Al tiempo que Mythodea fue la primera vez que un evento en vivo de Vangelis se convirtió en un lanzamiento para el consumidor.
El concierto está bellamente filmado, y el concierto es interesante, como recordatorio del evento, y como una experiencia en sí misma.
Lamentablemente, el sonido del concierto, que en realidad era casi en su totalidad una auténtica presentación en vivo, fue reemplazado por la grabación de estudio que conocemos del CD, probablemente porque Sony pretendía las transmisiones televisivas, como promoción para vender el álbum.
“Δία, Θεέ μου, είσαι μέσα μας.
Παντοδύναμος Θεός που ζείτε μέσα.
Καλώ τη μητέρα, Θεέ μου”
(Zeus mi Dios, estás dentro de nosotros.
Dios Todopoderoso vives dentro.
Yo llamo a la Madre, Dios)
En el año 1993, Vangelis se encontraba a medio camino entre 2 de sus proyectos más reconocidos a nivel popular, y también por parte de la crítica musical.
Aún saboreaba las mieles del éxito de una de sus bandas sonoras más aclamadas, la de la película de Ridley Scott “1492: Conquest of Paradise”, y preparaba ya el lanzamiento más esperado de su larga carrera:
La edición, por fin tras tantos años, de la música de “Blade Runner”
Cualquiera pensaría, que todo el tiempo el compositor estuvo dedicado a ese esfuerzo, pero no fue así.
Es conocido el desdén de Vangelis por todo lo relacionado con el mundo discográfico, así como su escaso interés por publicar su música, y dar entrevistas…
Y muy sin embargo, vive dedicado a ella al 100%, y la cantidad de obras grabadas de las que dispone en sus archivos, supera con creces a las que han sido publicadas en algún momento.
No obstante, de vez en cuando acepta algún proyecto que supone cierta exposición pública, a pesar de ser bastante reacio, por norma, a ese tipo de situaciones.
Eso fue lo que ocurrió en 1993, cuando recibió la propuesta de realizar un concierto benéfico en el Odeon de Herodes Atticus, en plena Acrópolis ateniense.
Desde que en 1988 concibió el sistema “direct” mediante el cual, Vangelis podía grabar de forma inmediata cualquier idea que le pasara por la cabeza, su forma de concebir la composición musical, cambió hasta el punto de que prácticamente toda su obra desde entonces, está basada en la improvisación.
No es de extrañar que, como él mismo indica, compusiera Mythodea en apenas 1 hora.
Así, la obra, cuyo título juega con los conceptos de “mito” y “oda”, sería interpretada por el propio Vangelis, acompañado de 2 arpistas, 2 cantantes, un coro y una sección de percusión; y quedó como una más de una larga serie de composiciones del autor que han sido interpretadas en alguna ocasión, sin llegar a ser publicadas nunca en forma de disco, como la música de “Frankenstein” para ballet; o el oratorio “Antígona”, y ahí seguiría de no ser por el interés mostrado en ella por Peter Gelb, el actual director del Metropolitan Opera de New York por aquel entonces, y Presidente de Sony Classical Records, sello al que quiso dar un giro a partir de su nombramiento en 1995, mediante la publicación de una serie de obras ajenas al repertorio estrictamente clásico, además de estimular el lanzamiento de trabajos en los que estrellas de la clásica y el pop, compartían repertorios de ambos mundos.
En el año 2000, Sony Classical añadió a su nómina de artistas a Vangelis y, para su debut, el músico griego le envió una serie de grabaciones entre las que se encontraba el concierto de presentación de Mythodea de 1993.
Gelb decidió que esa sería la obra escogida, y preparó con el compositor, una nueva versión en la que participaría una gran orquesta, además de algunas voces de renombre del catálogo de Sony.
Como parte de la campaña promocional del disco, Gelb alcanzó un acuerdo con La NASA, mediante el cual, Mythodea sería “la música oficial de La Misión Mars Odyssey” en 2001.
Todo ello culminaría con un nuevo concierto de presentación de la obra en su nueva versión expandida, con algunos pasajes musicales nuevos, además de la participación de la orquesta.
De esa manera, los arreglos fueron realizados por Blake Neely, quien ha realizado tareas similares para otros compositores como Hans Zimmer o James Newton Howard.
Además de La Orquesta Metropolitana de Londres, El Coro de La Ópera Nacional de Grecia, y de 2 grupos de percusión griegos; en el disco participarían 2 de las estrellas del sello Sony Classical en aquel entonces:
Las sopranos Kathleen Battle y Jessye Norman.
El disco fue terminado, y poco después tuvo lugar el concierto de estreno en El Templo de Zeus Olímpico, cercano a La Plaza Syntagma, y estuvo rodeado de cierta polémica por el dinero invertido y el uso de monumentos históricos para fines particulares.
Como fuera, el evento mezcló mitología, ciencia, exploración espacial, y música estilo “clásico”
Y es que Vangelis entiende el mundo a través de la música, y cree que la música da forma al universo, por lo que la humanidad siempre ha tenido un sentido de maravilla sobre el espacio, y siempre ha sido curioso, porque “es algo que está implantado en nosotros.
Es natural querer viajar y descubrir.
Es y siempre ha sido así, porque somos del espacio.
Las estrellas y los planetas han interesado a la gente durante milenios, y a Marte en particular.
No importa lo que cada uno de nosotros crea al respecto:
Marte siempre ha tenido para la humanidad un sentido de misterio, leyenda e intriga.
Y la persistencia del hombre para alcanzar, explorar Marte, encontrar las tan anticipadas huellas de vida allí, a pesar de las muchas dificultades y contratiempos en que se incurrió al intentarlo, esta persistencia es sorprendente.
Por lo que se crean conexiones “dibujas” entre mi música, la misión “Mars Odyssey” y “La Odisea”, la gran historia épica escrita por Homero.
En “La Odisea” de Homero, Ulises está tratando de regresar a su tierra natal.
Y pasa por diferentes aventuras y tiempos difíciles durante años y años.
Entonces, la palabra “Odyssey” parece un buen nombre para La Misión de Marte de La NASA, porque ha sido y sigue siendo una aventura extremadamente difícil.
Creé el nombre “Mythodea” de las palabras “mito” y “oda”
Y sentí en ello una especie de camino compartido o común con la exploración actual del planeta Marte por parte de La NASA.
Lo que sea que usemos como clave; música, mitología, ciencia, matemáticas, astronomía, todos estamos trabajando para descifrar el misterio de la creación, buscando nuestras raíces más profundas; todos estamos trabajando para decodificar el misterio de la creación.
Y lo que sea que encontremos en Marte, las puertas estarán abiertas a la próxima “Odisea”, a algo que muchos sintieron instintivamente por tanto tiempo, algo que recuerdo a través de la música, en los albores de la creación, las semillas de la vida probablemente se dispersaron lejos, y se amplió a través de los cielos interminables, y esa ciencia continuará mostrándonos cómo estamos conectados, no siendo diferentes del universo mismo”
Y es digno de elogio que Sony haya puesto su fe comercial en un trabajo que, en términos relativos, tiene tan poco potencial de éxito.
La fuerza de este trabajo, no se encontrará en melodías accesibles para cantar o en melodías reconocibles; sin embargo, cualquiera que esté buscando más que eso, encontrará todo lo que espera.
Después de una introducción con efectos de sonido electrónicos, el tema de apertura grandilocuente, eleva los ánimos para prepararse para las partes más tranquilas y reflectantes, que de vez en cuando se acumulan a los aspectos más destacados del álbum.
Los sopranos entran en algún lugar durante la 4ª canción, y cantan solos y dúos hermosos, lentos, pero también sorprendentemente complejos durante la mayor parte del trabajo de 1 hora de duración.
Coros, voces de ópera, cuerdas, instrumentos soplados por el viento, arpas y percusión orquestal dominan el sonido, pero algunas de esas partes todavía se tocan o doblan por sintetizadores.
El estilo es agradablemente consistente, a menudo ligeramente “griego”, siempre muy serio pero cálido, y lleno de sonido; a veces oscuro, a veces ligero y brillante; pero siempre en sintonía con el resto de la música.
Ambas sopranos, Kathleen Battle y Jessye Norman, verdaderas divas en todos los sentidos de la palabra, proporcionan un impulso extra, actuando con sensibilidad y poder.
Y como curiosidad, se regaló un CD-audio en una caja de terciopelo azul a los invitados de una cena privada que tuvo lugar después del concierto; y en 2004, 2 de esas cajas fueron subastadas en línea con fines benéficos, alcanzando un total de $2.435
El concierto fue filmado por 20 miembros del equipo de cámara, y grabado para su posterior transmisión por televisión, y su lanzamiento en DVD.
Al inicio, lo que sucedió fue que a todos en la audiencia se les dieron pequeñas linternas al entrar, y para la mayoría de la audiencia, los tonos reconocibles de “Chariots Of Fire” fueron un momento perfecto para saludar junto con la música.
La iluminación del concierto también cambió cuando las luces gigantes de búsqueda se unieron a las celebraciones, y transformaron la atmósfera en una aventura más frívola.
Las partes del evento fueron:
“Introduction”
Comienza el trabajo con un prólogo atmosférico de lento desarrollo, en el que se suceden sonidos electrónicos sin llegar a tomar forma.
Llega a hacerse demasiado largo, y nos parece del todo prescindible.
“Movement 1”
No he escuchado la versión original de 1993 de la obra, pero sabiendo que hubo añadidos, supongo que el I Movimiento de la obra de 2001, fue uno de ellos.
¿La razón?
El trabajo original no tenía ninguna relación con el espacio, y mucho menos aún con el planeta Marte.
Sin embargo, el ritmo de esta pieza parece un guiño nada casual al “Mars” de Gustav Holst, perteneciente a su célebre obra “The Planets”
Sobre ese fondo bélico, escuchamos los inconfundibles sintetizadores del compositor griego, dibujando un paisaje épico a más no poder con un magnífico duelo entre las secciones masculina y femenina del coro, en la línea de “1492, Conquest of Paradise”
Un comienzo sensacional, que recupera al mejor Vangelis, y que está muy por encima de cualquier otra cosa publicada por el músico en todos aquellos años en discos, como “Voices” u “Oceanic”
“Movement 2”
La solemnidad de las percusiones abre el siguiente tema, repentinamente reflexivo y con una imponente presencia del coro masculino que interpreta una melodía de influencia bizantina.
Escuchando el disco en 2001, cualquier oyente se remitiría a “El Greco”, publicado en 1998, pero escrito más tarde que Mythodea, las primeras versiones de ambas obras son de 1995 y 1993 respectivamente.
La pieza se vuelve contemplativa por momentos, pero siempre hay sitio para esos espectaculares “in crescendo” del compositor griego que terminan erizando el vello al más pintado.
“Movement 3”
La mirada hacia la música tradicional griega, se completa con este III Movimiento en el que la electrónica de Vangelis se disfraza de “psalterios” y cítaras para interpretar una melodía de gran belleza y sabor antiguo.
Intervienen por primera vez las 2 sopranos invitadas, junto con las arpistas para crear un momento maravilloso y lleno de sensibilidad.
“Movement 4”
Una flauta sintética marca el comienzo de la siguiente sección, que es también la más extensa de todo el trabajo.
De nuevo, las voces de Battle y Norman se baten en un “duetto” muy inspirado con el coro y los sintetizadores, ahora sí, como testigos privilegiados.
La orquesta conduce la acción de un modo casi inapreciable, hasta la segunda aparición de la flauta, esta vez como transición hacia un fragmento muy diferente, menos brillante al que pone fin, ¿quién si no? la flauta de nuevo que nos hace transitar hacia otra sección coral con las arpas siempre presentes, y unas cuerdas que son reflejo del Vangelis más popular, el de “Chariots Of Fire”
Evoluciona muy rápido entonces la pieza hacia un momento de mayor intensidad y brillantez sinfónica; uno de los instantes más logrados que culmina en un largo pasaje de percusiones, que hacen temblar toda la escena.
“Movement 5”
La orquesta toma el relevo de los sintetizadores, para proporcionar a Jessye Norman la oportunidad de ejecutar lo que podríamos llamar un “aria” muy contenida, y con momentos de gran delicadeza antes de verse “sepultada” por el coro de camino a un fragmento tremendamente poderoso con los timbales marcando un ritmo constante, y el coro retando a la cantante a darlo todo en rotundas notas agudas ejecutadas a la perfección.
Un “lamento” emotivo, que deja pequeños intentos anteriores del músico por hacer algo similar, como en “Glorianna” del disco “Direct”, por ejemplo.
“Movement 6”
Este movimiento comienza con sonidos familiares al oído del seguidor de Vangelis, son timbres y atmósferas propias de bandas sonoras como “Antártica” o “The Bounty”, que desembocan en una nueva canción que vuelve a traer a nuestra memoria el tema anteriormente citado de “Direct”
El coro entona una melodía que se encuentra entre las mejores, aunque su corta duración hace que no se la aprecie convenientemente, hasta que no se le han dado unas cuantas escuchas al trabajo.
“Movement 7”
Tras el momento más intimista, Vangelis vuelve a terrenos grandilocuentes en los que se alterna la emoción y la contención, cuando esperamos un desenlace poderoso que no termina de llegar...
Se diría que estamos en una serie de movimientos cuyo único fin es el de llevarnos hacia un final glorioso.
Escuchamos aquí claramente lo mejor del Vangelis sinfónico de “Heaven and Hell” y la larga “suite” de la “cara b” de “Chariots Of Fire”, pero siempre encaminado a lo que vendrá después:
El gran momento de la obra.
“Movement 8”
Flautas, percusiones y alguna voz abren esta nueva transición que bien podría formar parte del corte anterior, dadas sus similitudes formales.
Un pequeño receso, nos regala algún apunte de melodía que no tardaremos mucho en escuchar desarrollada y convertida en “la joya de la corona”, la culminación de Mythodea que llega en el penúltimo movimiento.
“Movement 9”
No puedes tener a 2 divas como Kathleen Battle y Jessye Norman a tu disposición sin aprovecharlas para que interpreten un pasaje a su altura; y Vangelis, acostumbrado a tratar con otras grandes de la ópera como Montserrat Caballé, no decepciona y “escribe” un “duetto” memorable, una melodía gloriosa que justifica sobradamente todo lo demás.
“Movement 10”
Después de la belleza incomparable del movimiento anterior, no se nos ocurre una forma adecuada de poner fin a Mythodea.
Por ello, el recurso de retomar el rotundo tema del I Movimiento parece acertado.
Con su nada velada referencia a Holst, además, cierra el trabajo recordando la misión a Marte de La NASA que sirvió como excusa para el espectáculo.
Si en algo se le puede achacar a la obra, es que no parece contener elementos griegos ni del espacio, no hubo muchas imágenes del cosmos, ni de La Grecia Antigua que no sean repeticiones.
Simplemente no sucedió; pero sí que fue filmado de manera elegante, desde el decorado, pasando por el vestuario de las sopranos hasta la iluminación y los movimientos de cámaras.
Imagino que fue fácil para los cantantes, aprenderse “las letras” muy debido a que las notas se los sonidos emitidos sí se pueden leer, y por tanto “cantar”, aunque el significado de lo que están cantando y diciendo, no importa...
Es la expresión de cómo Kathleen Battle lo canta, o cómo Jessye Norman lo canta.
Imagino que Vangelis sabe lo que significa, porque en realidad se le ocurrieron los sonidos, por lo que definitivamente no es aleatorio.
Estoy seguro de que significan algo para él.
Como bien lo dijo en su momento:
“La voz para mí, es probablemente el mejor instrumento; pero por otro lado, cuando una persona canta palabras, inmediatamente se limitan a una determinada categoría de personas, a un dialecto en particular.
La música sin letra viaja más fácilmente, y puede ser biológicamente concebido y recibido”
Acabado el espectáculo, el concierto se repitió al día siguiente sin audiencia, para obtener ángulos de cámara adicionales.
A pesar de no haber sido anunciados, alrededor de 50 personas que se presentaron en el lugar, fueron admitidas de forma gratuita, autorizadas por el propio Vangelis.
Posteriormente, se espera que Mythodea sea interpretada por otras orquestas, sin la participación de Vangelis, pero no ha sucedido de la manera esperada; y señaló que “realmente es la música la que logra hablar con todos.
En Mythodea, todos pueden encontrar algo con lo que identificarse, porque está en este idioma compartido”, concluyó.
“Ερχόμενοι από τον Δία, μόνο από τον Δία”
(Viniendo de Zeus, solo de Zeus)
Vivimos en una era de pobreza artística:
No hay otros Mozart, Beethoven, Tchaikovsky… para darnos nuevas alturas de emoción musical y complejidad.
No hay otros Shakespeare para mostrar “la misma edad y cuerpo del tiempo su forma y presión”
El mundo moderno parece haberse quedado sin maravilla... sin inspiración.
Aun así, todo aún no está perdido:
Los viajes espaciales son una de las iniciativas más maravillosas, y la música, la literatura, la poesía y las artes en general, hoy en día descuidan gravemente la ciencia y el espacio.
¡Los vuelos lunares de Apolo, deberían haber sido acompañados por sonetos y música fabulosos para elevar el espíritu de todo el mundo al espacio con esos cohetes olímpicos!
Ahora, la belleza de Mythodea, es que Vangelis se da cuenta de todo esto.
Él sabe a qué arte se debe aplicar, y en un entorno clásico impresionante, une el pasado y el futuro con una interpretación crepuscular, maravillosamente atmosférica de un trabajo coral multi-modo, que rinde homenaje a La Misión de La NASA en Marte.
¡Qué inspiración!
¡Qué barrido histórico y orquestal del espíritu de exploración!
Qué tragedia que más artistas no entienden, cómo celebrar las cosas realmente maravillosas en la vida.
Así es Mythodea, una hermosa pieza de música, con excelentes interpretaciones vocales, grandes coros y una gran instrumentación.
Esta obra es la culminación de Vangelis, que ha estado escribiendo e interpretando música electrónica durante 3 décadas, y sugiere que quizás sea el único género, con la excepción de la música clásica pura, que puede comunicarse universalmente.
No es causal que La NASA le otorgara su Medalla de Servicio Público a Vangelis en 2003, el más alto honor que La Agencia Espacial le presenta a un individuo que no está involucrado con el gobierno estadounidense; y en junio de 2008, el American Hellenic Institute, lo homenajeó con un premio a “La Herencia del Logro Helénico”, “por sus trabajos artísticos excepcionales, como pionero en música electrónica, y por su dedicación de por vida a la promoción del helenismo a través de las artes”
¡Muy merecido!

“Ο Δίας παντοδύναμος
Πρέπει να προσευχηθούμε στον Λόρδο Δία
Προσευχή σας καλούμε και καλούμε να προσευχηθούμε”
(Zeus Omnipotente
Debemos rezarle al Señor Zeus
Orando te llamemos y llamamos a orar)



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