Der Golem, Wie Er In Die Welt Kam

“Emeth”
(Verdad)

El expresionismo, como movimiento cultural, caló hondo entre los directores y productores alemanes.
Naturalmente, los temas eran relativamente comunes, aunque con diferencias en la presentación, y es así como vemos desfilar psicópatas, enfermos mentales, vampiros, espíritus, visionarios, y parecidos como los protagonistas de esta nueva serie de películas, tan característica de La República de Weimar, que gran parte de la población percibía, como un sistema funesto.
Estas preocupaciones colectivas, se vieron reflejadas constantemente, en el arte y en particular, en el cine.
Para entrar en el tema, hay que definir que, un Golem es, en el folclor medieval, un ser animado, fabricado a partir de materia inanimada.
En hebreo moderno, la palabra “Golem” significa “tonto” o incluso “estúpido”
El nombre, parece derivar de la palabra “gelem”, que significa “materia en bruto”
El filólogo e historiador israelí, Gershom Scholem, en su obra “La Cábala y Su Simbolismo”, escribe que El Golem, es una figura que cada 33 años aparece en la ventana de un cuarto sin acceso, en el gueto de Praga.
Curiosamente, la palabra “Golem” también se usa en La Biblia, en el Libro de Los Salmos 139:16; y en la literatura talmúdica, para referirse a una sustancia embriónica, o incompleta.
Similarmente, los Golems se usan primordialmente en la actualidad en metáforas, bien como seres descerebrados, o como entidades al servicio del hombre, bajo condiciones controladas, pero enemigos de éste en otras.
De forma parecida, es un insulto coloquial en “yidis”, sinónimo de “patoso” o “retrasado”
Las primeras historias sobre Golems, se remontan al principio del judaísmo.
Los Golems fueron creados por personas creyentes, y cercanas a Dios.
Como Adán, El Golem es creado por Dios a partir del barro, insuflándole después, una chispa divina que le da la vida, de manera que la creación de Adán, es descrita en un principio, como la creación de un Golem.
Desde este punto de vista, algunas personas con un cierto grado de santidad y acercamiento a Dios, podrían adquirir algo de su sabiduría y poder.
Uno de esos poderes, sería el de la creación de vida.
Sin embargo, no importa qué grado de santidad tuviera una persona, el ser Golem que creara, sería solamente una sombra del creado por Dios, ya que, entre otras cosas, El Golem carece de alma, ya que Dios es el único que tiene el poder de darla.
Hecho esto, este lodazal humano, o semi-humano, sería capaz de valerse por sí mismo, aunque bajo el control de su creador, pero nunca por voluntad propia.
El Golem era pues, un ser carente de volición y pensamiento propios, vivo pero sin vida, sin alma.
La artificialidad de su vida, era la garantía de su mansedumbre a los designios de su amo.
La incapacidad principal del Golem, era la incapacidad de hablar.
Tener un Golem, era visto como el símbolo final de la sabiduría y la santidad, y hay muchos relatos de Golems, conectados con Rabbis ilustres, durante toda La Edad Media.
Otros atributos del Golem, fueron añadidos gradualmente con el tiempo.
En muchas historias, El Golem lleva grabadas, palabras mágicas o religiosas, que le dan vida, y lo mantienen animado.
Grabando el ó los Nombres de Dios en su frente, (YHWH) o en una tablilla de arcilla bajo su lengua, o bien la palabra “Emet” o “verdad” en lengua hebrea, en su frente, son algunos ejemplos frecuentes.
Que al borrar la primera letra de “Emet” para formar “Met” o “muerte” en hebreo; El Golem podía ser destruido o desactivado, quedando solamente su cuerpo de barro inerte.
La existencia de un Golem, es a veces algo con pros y contras.
Los Golems no son inteligentes, si se les ordena llevar a cabo una tarea, tardarán, y las instrucciones las ejecutarán literalmente.
Estos seres, sólo podían ser creados por Rabbis, siguiendo El Libro de La Creación o “Sefer Jetzirah”, cuya fórmula había sido creada por Eleazar de Worms, en el Siglo XI.
Dado que Adán fue creado del barro, existe una semejanza entre el ser humano y El Golem pero, entre otras muchas cosas, este último era incapaz de hablar.
Según se cuenta, una vez modelada la criatura, en su frente, tras los dientes, o en la lengua debe escribirse la palabra “Aemeth” que significa “verdad”, que se dice que fue la palabra pronunciada por Dios, al crear al Padre de todos.
Cada viernes, debe borrarse la primera sílaba, “Ae”, quedando la inscripción reducida a “Meth”, que significa “muerte”
Así, El Golem respetaría la santidad del sábado.
Sea como fuere, el experimento no resultó bien.
La historia más conocida, cuenta cómo el Rabbi Judah Loew ben Bezalel, alternativamente apellidado, Loewe, Löwe, o Levai, llamado “El Maharal de Praga”, creó un Golem, allá por el siglo XVI.
Su propósito fue, defender el gueto de Prada de Josefov de los ataques antisemitas, al mismo tiempo que el mantenimiento de la sinagoga de dicho lugar.
Por alguna terrible razón, el ser dotado de vida artificial por parte de Rabbi Judah Loew, empezó a desarrollar sentimientos de ira y rencor hacia su monstruosa artificialidad, y contra su creador, dejando de ser una mansa y sumisa criatura, para convertirse en un violento rebelde, con ímpetus de destrucción de todo lo que se encontrara en su camino.
Son varias las tradiciones que señalan, que bajo su mano, murieron varios integrantes de la comunidad judía, quienes además, presenciaron como el horripilante hombre de barro, destruía sus casas y locales.
¿Qué originó que El Golem, un ser desprovisto de pensamiento, sentimientos, voluntad, y alma, pudiese alzarse con un profundo odio, reprochándole a su creador, y al mundo, su monstruoso nacimiento?
Esto resulta un enigma.
Por su parte, Judah, o Jehuda Loew ben Bezalel, (1520 - 1609), ampliamente conocido por los estudiosos del judaísmo como “El Maharal de Praga”, fue un destacado talmudista, místico judío, y filósofo, que sirvió como Rabbi en la ciudad de Praga en Bohemia, actual República Checa, durante la mayor parte de su vida.
Sus conocimientos académicos y científicos, maravillaban tanto a judíos, como a no judíos.
Su tradicional pensamiento mesiánico, le hizo hablar de la prioridad de la redención, y la llegada del Mesías como un hecho inevitable, decretado por la voluntad de Dios.
Él decía que, previo a la redención, la degradación del pueblo de Israel, será en escala mayor de lo que siempre fue.
Por eso, para él, la expulsión de los judíos de España en 1492, era el inicio de los tiempos mesiánicos, que indicaban sin lugar a dudas, la próxima llegada del Mesías.
Al Rabbi Judah Loew, sin fundamento histórico, se le atribuye la creación de un Golem, cuya leyenda estimuló la fantasía judía de la Europa central, durante varios siglos.
Se trataba de un coloso, hecho de barro que, animado mediante combinaciones cabalísticas de las letras que configuraban El Santo Nombre de Dios, cobraba vida y movimiento, y ejecutaba toda clase de trabajos para el Rabbi Loew.
La leyenda decía, que este Golem salvó a los judíos de Praga, de las persecuciones y de las acusaciones rituales sangrientas en su contra.
Se cree que Loew, junto con sus ayudantes, amortajó la criatura, y la depositó, eso dice la leyenda popular, en el desván de la principal sinagoga de Praga, en donde se cree, que aún hoy yace en un hermético sarcófago, aunque nadie lo confirme; y que puede ser devuelto a la vida de nuevo, si es necesario.
De encontrarse allí, constituye el secreto mejor guardado del rabinismo en dicha ciudad.
El Rabbi Judah Loew, fue la figura dominante de su generación, y uno de los más famosos líderes judíos de todos los tiempos.
Su tumba, aún se encuentra en el cementerio judío de Praga, y es visitada por los turistas que recorren la ciudad.
Si tal historia es genuina:
¿Qué oscuras motivaciones subyacen a las iniciales, y públicas intenciones que justifican la creación de este ser, por parte de un Rabbi?
Y si pudo crear un Golem:
¿Qué le impediría perfeccionar el procedimiento para crear Golems en serie?
¿Qué impediría que otro lo hiciera, aún en nuestros tiempos?
¿Con qué fines?
¿Y quién asegura, que no se esté haciendo?
Todos estos interrogantes saltan a la luz, como un torbellino angustiante.
Y es que en el Medioevo, los místicos judíos lo usaban para nombrar a un hombre artificial, que había recibido el soplo de vida mediante rituales que penetran los arcanos de Dios.
En el siglo XVIII, ya tenían incluso el nombre de quien lo había logrado.
Por entonces, en Polonia, se tejió la leyenda del Rabbi Loew de Praga, a inicios del siglo XVII, quién habría creado un Golem para que lo ayude haciendo trabajos domésticos.
También, hay una leyenda que cuenta cómo una mujer-Golem, doble de Isabella de Egipto, desposó a Carlos V, hijo de Juana La Loca.
El Emperador anuló dicho matrimonio, aunque el destino del hombre no fue mejor al casarse con una mandrágora, otra mujer artificial que se dice, que procedía del mismo Edén pero sólo crece en los patíbulos, a causa del semen de los ahorcados en la eyaculación póstuma.
Un par de siglos después, los románticos alemanes, encontraron en esta tradición, alimento para su literatura y los escribidores antisemitas, un símbolo para ilustrar sus prejuicios.
Para ellos, El Golem afirmaba la percepción odiosa del judío, como dado a las supersticiones, y los trucos.
Los Golems, no son criaturas inteligentes y, si se les ordena llevar a cabo una tarea, la ejecutarán de modo tenaz, pero lento, y ejecutando las instrucciones, lo más literalmente posible.
Ni que decir, tiene los riesgos que esto puede reportar.
Estas historias atestiguaron un cambio dramático, incluso, diríase una cristianización del Golem.
Desde antaño, a la cristiandad le ha preocupado, mucho más que al judaísmo, un excesivo acercamiento de la humanidad a Dios.
Por ello, El Golem pasa a convertirse en la creación de místicos ambiciosos, que inevitablemente serían castigados por su blasfemia, muy similares a “Frankenstein” de Mary Shelley, y al homúnculo alquímico.
Algunos han considerado al Golem, como precursor de los androides, alejándolo aún más de sus raíces.
El cine, ha representado en numerosas ocasiones esta figura, o aquellas que se derivan de ella.
La influencia de “El Golem” podrá ser rastreada en adelante, en toda película con androides, o monstruos de laboratorio.
Una obra cumbre del expresionismo alemán, “Metropolis” (1927) de Fritz Lang, replanteó el mito del Golem, en una versión futurista y femenina, Maria: una “cyborg fatal” construida por un científico sedicioso; el robot en lugar del Golem, palabra derivada del checo “robota” y que significa “trabajo duro”, aunque sus funciones sean muy parecidas.
Otra cinta clásica del horror, le rinde homenaje de manera directa:
“Frankenstein” (1931) de James Whale.
Entre otras similitudes, “Frankenstein” también interactúa con una niña pequeña, pero con consecuencias que provocaron la censura.
Incluso, “King Kong” (1933) puede no haberse filmado, sin la precedencia de “El Golem”
Hoy en día, la figura del Golem se encuentra bastante olvidada, en beneficio de otras como los vampiros y los hombres-lobo.
Esperemos que este artículo sirva, como recordatorio de estas criaturas humanoides.
“Meth”
(Muerte)
Der Golem, Wie Er In Die Welt Kam es una película alemana del género terror, del cine mudo de 1920, dirigida por Carl Boese y Paul Wegener.
Protagonizada por Paul Wegener, Albert Steinrück, Lyda Salmonova, Ernst Deutsch, Hans Stürm, Max Kronert, Otto Gebühr, Lothar Müthel, Loni Nest, entre otros.
El guión es de Paul Wegener y Henrik Galeen, basados en la novela “Der Golem, Wie Er In Die Welt Kam” o “El Golem o Cómo Vino Al Mundo” de Gustav Meyrink, publicada en 1915, y a su vez, basada en los relatos sobre “El Golem” creado por el Rabbi Judah Low ben Bezalel.
Meyrink, ofrece una visión simbólica de este personaje legendario del folclore judío, que a su juicio, encarna la potencia oculta, monstruosa e informe por estar aún “dormida”, que anida en el inconsciente de todos los hombres, y en especial, en el de los judíos del gueto de Praga.
Sus novelas posteriores, desarrollan la misma fórmula:
Material tradicional, procedente del folklore europeo, reinterpretado desde una perspectiva simbolista y esotérica, influida por la alquimia, la cábala, el budismo, el taoísmo, y la masonería, pero enemiga de la teosofía, y el espiritismo.
Son temas recurrentes:
El sueño, concebido como puerta a otra dimensión de lo real; el doble, y la amada idealizada, según el modelo de “La Donna Angelicata” de Petrarca, “Ofelia” de “Hamlet” de William Shakespeare, o “La Niña Muerta” de Edgar Allan Poe.
Como en todas sus novelas posteriores, se encuentran presentes, poderosas claves de su sentir esotérico, el cual tiñe toda su obra, y le confiere sentido y razón ontológica.
Como otros artistas del fin de siglo, el autor fue miembro durante algún tiempo, de “La Orden del Amanecer Dorado” o “Golden Dawn”, una fraternidad de magia ceremonial y ocultismo, fundada en Londres, en 1888, por William Wynn Westcott y Samuel MacGregor Mathers; algunos de los miembros más renombrados de La Orden, fueron:
H.G. Wells, y Bram Stoker.
Lo que podría ser “Der Golem, Wie Er In Die Welt Kam” sólo una extravagancia gratuita, sin más interés que el de un relato bien contado, adquiere significado simbólico:
El Golem personifica a los autómatas humanos, que crean la sociedad moderna.
Lo mismo que El Golem, el hombre moderno realiza la parte a él asignada contra su propia voluntad, y con un rigor atroz.
A este pesimismo fundamental, la novela añade un continuo misterio, una atmósfera de errores trágicos, en los que juegan enigmáticos cabalistas, una metafísica expedita pero dramática, como:
“La boca de cada hombre se convierte en la boca de Dios, si creéis que sea la boca de Dios”
Esta habilidad para crear una visión turbulenta y grandiosa, tiene su mejor realización en “Der Golem, Wie Er In Die Welt Kam”
Meyrink se inspiró en las descripciones de la gran ciudad de Charles Dickens, a quien había traducido, para recrear la atmósfera urbana de Praga.
Desde su publicación, no ha habido una generación de lectores, que no se haya visto cautivada por esta enigmática obra.
Entre 1915 y 1920, se vendieron más de 150.000 ejemplares, encabezando Meyrink, la lista de autores más vendidos entre 1915 y 1940, contribuyendo al éxito de la novela, la edición de bolsillo destinada a los soldados del frente.
Como la mayoría de las novelas de Meyrink, la obra está vinculada a la tradición de Ernst Theodor Amadeus Hoffmann, y de los cuentos fantásticos, complaciendo el gusto alemán por las “historias raras”, que también se aprecia en Der Golem, Wie Er In Die Welt Kam (1920), algo posterior, “Das Cabinet des Dr. Caligari” (1920) de Robert Wiene.
Su principal interés, es histórico, aunque ambas películas poseen ideas buenas, que han sido mejor aprovechadas por cineastas posteriores.
Der Golem, Wie Er In Die Welt Kam desarrolla de una manera ingenua, la fábula moral del hombre que juega a ser Dios, que está presente en casi todas las religiones, y culturas.
Parece como un cuento explicado de manera poética, y no consiguiendo, a mi entender, provocar el terror en sentido estricto, sino más bien, algo de ternura teñida con un halo de misterio, en la cual, se entremezclan matices que van más allá del cine de género.
Imprescindible su visionado, para entender un poco mejor el cómo, y el porqué, de lo que vino después.
Y es que el cine mudo es todo un arte, las limitaciones de aquella época, y el esfuerzo por crear algo fantástico y real, no como ahora que se relajan tanto en efectos especiales, que ni miran la historia.
Su director y protagonista, Paul Wegener, la dio a luz en tiempos en que el antisemitismo, todavía no era oficial, y se podía fantasear con mitología judía.
Sin embargo, Der Golem, Wie Er In Die Welt Kam, no es realmente una historia del Expresionismo Alemán; es más una combinación de mitología judía, y un cuento de hadas.
Wegener retrata los elementos sobrenaturales de la historia, sin ironía ni explicaciones psicológicas, como si realmente estuviésemos en la Praga medieval, donde la gente podría haber creído, que un amuleto y un encantamiento, podría traer a la vida a una figura de arcilla.
Así pues, Der Golem, Wie Er In Die Welt Kam cuenta la historia de un Golem de arcilla, creado por un Rabbi de Praga.
Wegener realizó 3 películas sobre el mito, siendo la más conocida, la versión de 1920:
“Der Golem” (1914), sólo se sabe que esta cinta, dada por perdida hace tiempo, contaba que, un anticuario, descubre un hombre de barro entre las ruinas de una sinagoga, y consigue darle vida, siendo la primera adaptación cinematográfica del mito.
Pero se sabe que “Der Golem” (1914) de Wegener, no tenía tintes antisemitas, más bien era un pariente precoz de una corriente cinematográfica, el “expresionismo alemán”, que heredaba ciertas predilecciones del romanticismo, como el gusto por la fantasía y lo exótico.
Con este ánimo, Paul, que tenía la corpulencia y estatura que se requería para el papel, logró con éxito dar vida al Golem.
Sin embargo, poco después, su entusiasmo se vería interrumpido por La Primera Guerra Mundial.
En 1917, por fin puede retomar su personaje, y realiza la secuela de “Der Golem”, otra cinta perdida:
“Der Golem und Die Tanzerin” o “El Golem y La Bailarina” (1917)
Se dice que, su argumento, ubica la maciza presencia del Golem, en una academia de baile.
Luego vendría, la hoy única sobreviviente, Der Golem, Wie Er In Die Welt Kam, una precuela de la original, que permanecería como su obra más influyente.
Esta obra maestra del expresionismo, claro precedente del mito de “Frankenstein” es, seguramente, la primera gran película sobre monstruos de la historia del cine, porque otras 2 versiones, también de Paul Wegener, con El Golem como protagonista, desgraciadamente se han perdido para siempre.
Todo inicia en el siglo XVI, cuando un Rabbi judío, Rabbi Löw (Albert Steinrück) crea una criatura gigantesca de barro, llamada Golem (Albert Steinrück), y con la ayuda de hechicería, lo trae a la vida para proteger a los judíos de Praga de la persecución.
El Rabbi Löw, mago y maestro en el arte de la nigromancia, lo crea para evitar la expulsión de los judíos, ordenada por El Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Rodolfo II, modeló la figura de arcilla del Golem, e invocó al espíritu de Astaroth, para que le otorgará la vida.
Dicen ciertos autores de demonología, que Astaroth es “El Gran Duque del Infierno”, de la primera jerarquía demoníaca, en la que también pertenece Belcebú y Lucifer.
En el Dictionnaire Infernal, Astaroth es dibujado como un hombre desnudo con alas, manos y pies de dragón, y un segundo par de alas, con plumas bajo el principal, llevando una corona, sosteniendo una serpiente con una mano, y cabalgando sobre un lobo, o un perro.
De acuerdo con Nahum Michaelis, es un demonio de primera jerarquía, que seduce por medio de la pereza, la vanidad, filosofías racionalistas de ver el mundo, y su adversario es San Bartolomé, que puede proteger contra él, porque venció las tentaciones de Astaroth.
Astaroth inspira a los matemáticos, artesanos, pintores, y otros artistas liberales, puede volver invisibles a los hombres, puede conducir a los hombres a tesoros escondidos, que han sido enterrados por hechizos de magos, y contesta a cualquier pregunta que se le formule en forma de letras y números, en multitud de lenguas.
De acuerdo con Francis Barret, Astaroth es “El Príncipe de Los Acusadores e Inquisidores”
Según algunos demonologistas del siglo XVI, los ataques de este demonio contra los humanos, son más fuertes durante el mes de agosto…
Volviendo al tema, sin embargo, cuando los judíos consiguen quedarse en la ciudad, y El Golem salva la vida del Emperador, el Rabbi trata de invalidar su conjuro, y quitarle la vida, porque ya ha realizado su cometido.
Pero cuando un sirviente llamado Florian (Lothar Müthel), cegado de amor, se la devuelve, y la figura de arcilla escapa de la influencia humana, y se convierte en una amenaza.
Der Golem, Wie Er In Die Welt Kam consta de 5 capítulos:
El Primer Capítulo:
Es donde el Rabbi Low está viendo el cielo, prediciendo una desgracia que se avecina, y leyendo libros sobre cómo crear El Golem, a través de los libros de los nigromantes.
El Capítulo Segundo:
Es una llamada sin advertencia.
Él crea e interactúa con El Golem, a pesar de su aprensión en el principio, que está al servicio de su señor, y El Golem le obedece en todas las órdenes, incluso haciendo recados, que puede parecer mortal.
El Tercer Capítulo:
Rabbi va con El Golem donde El Emperador, para presentárselo atendiendo su petición de mago entretenedor, y El Golem salva el templo cuando cae por culpa de no atender las órdenes de Dios.
El Capítulo Cuarto:
El Golem se convierte en engaño y desobediencia, y ocurre la desgracia de su rebeldía.
El Capítulo Quinto:
El Golem provoca un caos en el pueblo, abre el portal, y es detenido.
Si bien, Wegener se negó a aceptar Der Golem, Wie Er In Die Welt Kam como expresionista, aludiendo que numerosas escenas fueron filmadas en exteriores, la arquitectura de las casas judías, y muchos otros aspectos en los interiores, entre los que sobresalen, las grotescas escaleras, los techos puntiagudos, y la claustrofóbica vida, dan prueba que hubo influencia por parte de la escuela de moda en ese entonces en Alemania.
De todas formas, existe una combinación de mito judío, y cuento de hadas, porque ciertamente, Wegener reproduce fielmente, la mentalidad de la época, cuando la gente creía, sin mayores suspicacias, que un amuleto diera vida a una estatua.
Por otra parte, el panorama, también da mucho que pensar para el año 1920, cuando se estrenó Der Golem, Wie Er In Die Welt Kam.
Muchos percibieron al gueto, como la Alemania aislada y derrotada después del Tratado de Versalles, mientras que El Decreto Imperial simbolizaba dicho tratado.
Entonces, El Golem sería la esperanza que ya se incubaba dentro del pueblo alemán... la de un salvador que desenterrara al país del caos, y la crisis económica en la que se estaba sumergiendo.
No debemos olvidar, que en muchos círculos de La República de Weimar, se culpaba a los judíos de la derrota en la guerra, por lo que la alusión al gueto, no hubiera sido nada casual.
Lo que quizás nadie hubiera percibido en ese momento, era que al final, sería el Estado Alemán de la década de los 30', el que finalmente se terminara comportando como aquel Emperador de la historia.
No debe olvidarse tampoco la escena final, en la que precisamente, una niña de origen ario, que no pertenece al gueto, es la que se encarga de doblegar, eso sí, involuntariamente, a la extraña criatura.
Uno de los detalles que más me llaman la atención, y creo que es el más simbólico de todos, en cuanto a su relación con lo que había de venir, es la parte en que El Golem es destruido por una niña, de aspecto claramente ario.
El Golem se siente atraído, inmediatamente por ella, una especie de adoración ante esa niña rubia, y de aspecto angelical, con ropas blancas, que simboliza la pureza.
Cuando El Golem está en el suelo sin vida, surgen más jóvenes, igualmente de aspecto muy ario, con coronas de flores, y se sientan sobre El Golem inerte, ocultándolo a la vista del espectador.
Al ver llegar a los judíos, huyen aterrorizadas, dando muestras de ese “peligro judío” que se convertiría, si ya no lo era, en algo común y real.
Una especie de pequeña Alemania, simbolizada por esas niñas y adolescentes arias puras.
Otras secuencias, como el fuego de la ciudad de los judíos, o El Golem llevando a rastras, el cuerpo inerte de Mirjam (Lyda Salmonova), produce un poco de escozor, porque años después, eso sería totalmente real, y en mayores proporciones, en los guetos judíos de toda Europa.
Pero muy aparte de estas cuestiones, netamente coyunturales, El Golem puede ser a su vez, el individuo que las elites intentan convertir en un siervo deshumanizado, de quien uno se olvida que, también es capaz de sentir y pensar por sí mismo.
Ya en esos tiempos vemos, una premonición a películas como:
“2001: A Space Odyssey” (1968) e incluso “The Matrix” (1999)
Y es que Der Golem, Wie Er In Die Welt Kam, es mucho más una fábula que un cuento de horror.
Prefiere ser alegórica, y cortar el suspenso, que explorar los aspectos siniestros de la historia, como harían las siguientes películas del expresionismo.
Esta suntuosa producción, se abstiene de giros truculentos.
El Golem fue creado para servir y proteger, no es un vengador o un libertador.
El Rabbi, vaticina una catástrofe para su pueblo, pero esta nunca ocurre.
El Golem reproduce en el volumen de su fuerza bruta, la impaciencia, o desatino de quien lo conduce.
Por eso, después del caos que produce en el gueto, aparentemente su primer “acto de maldad”, es tan vulnerable, que una niña puede detenerlo por accidente.
El momento en que más aprensión infunde en la gente, es cuando es enviado al mercado por primera vez; donde la gente se sorprende de la mole inexpresiva, pero rápidamente se dan cuenta, que sólo viene a hacer las compras del mes.
Así, Der Golem, Wie Er In Die Welt Kam, es un despliegue de arte, que plasma el espíritu Alemán de la época, desde el trabajo fotográfico de Karl Freund, con sus sombras místicas y aterradoras, hasta la banda sonora con sus violines nostálgicos.
Además de contar con la excelente actuación del mismo Paul Wegener, personificando al Golem, de la manera más fiel posible, con pocos sentimientos, y una falta de conciencia de sí mismo.
“Der Mund eines jeden Menschen wird der Mund Gottes, wenn Sie glauben, dass ist der Mund Gottes”
(La boca de cada hombre, se convierte en la boca de Dios, si creéis que sea la boca de Dios)
Enormísima producción del Expresionismo de los años 20, que conoció films de enorme factura, y sentido filosófico, tal vez sólo visible para algún puñado de individuos analíticos.
Der Golem, Wie Er In Die Welt Kam no se trata tan sólo, de un momento de simple e intrascendente entretención, sino de auténtica reflexión del tema que constituye su argumento.
El Golem, inspirada en la leyenda rabínica oriunda de la ciudad de Praga, y en la sensacional novela homónima de Gustav Meyrink, es un viaje al insólito mundo del miedo, de los temores casi infantiles que yacen en el subconsciente humano.
Este subconsciente, tiene la particularidad que semeja un enmarañado laberinto que somete el estado interior, y bajo cuyos pies, se abre un insondable abismo.
En algún lugar de este sórdido lugar, se encuentra El Minotauro del Mito, o en este caso, el aterrador Golem, y su permanente amenaza.
Es una figura invisible, presente sólo en la oscuridad impenetrable, de la cual siempre huimos, y que tan sólo aparece cuando el terror se apodera de nosotros.
De nuestro miedo se alimenta el monstruo, ocasionando un descenso del intelecto, y dando paso a las emociones del pánico, del cual el ser anti-natural se nutre.
Así las cosas, la criatura resulta un símbolo de nuestros temores más profundos; diríase que es la expresión del aspecto más anti-humano del individuo.
En sentido contrario, aquel que domina a la bestia de vida artificial, sus miedos, se enseñorea sobre sus contemporáneos, y crea un halo de reverente temor de estos hacia sí mismo.
Nuevamente aquí, se hace presente un símbolo:
No se trata ya del horrible ser, sino de su creador, que en el caso que nos ocupa, es el Rabbi “padre” del Golem.
Este es siempre, un hombre en el sentido corriente del término, un ser dotado de intelecto, y emociones que, doblegando su propio instinto, logra exteriorizarlo bajo un aspecto que atemoriza, ya no a él propiamente, sino a sus condiscípulos, aún dominados por su subconsciente.
Es la ecuación que se invierte, con propósitos no altruistas ni filantrópicos, sino todo lo contrario:
El Golem supone, el triunfo de la anti-naturaleza artificial, sobre el Hombre creado a imagen y semejanza del Logos Universal.
Legataria de Gustav Meyrink, y la leyenda del Rabbi Löw, no debe olvidarse que las leyendas tienen un sustrato de realidad, y a la fecha, aún hay quienes creen que hace 400 años, el referido Rabbi dio vida a un Golem, cuya momia reposa hoy día, en algún altar de la Sinagoga de Praga; Der Golem, Wie Er In Die Welt Kam nos presenta a un anciano judío, dotado de los más profundos conocimientos de la astrología, la cábala, y la invocación de espíritus.
Por medio de ellos, ha concebido la idea de dar vida artificial, a un ser de polvo, las semejanzas con el relato del Génesis son obvias, haciendo uso de tales artes místicas, en el momento preciso.
¿Su fin?
Aunque asegure que se trata de emplear a la criatura en tareas pesadas del gueto judío, su intención hacia el futuro, es convertir a su “hijo” en el mejor soldado para aplastar a los Goym, término hebreo para designar a los no judíos, en sentido altamente peyorativo, del reino, desde El Soberano hasta el último de sus vasallos.
Todo ello, tiene su origen en los constantes edictos reales, que restringen derechos a la población hebrea, un tema recurrente en la Historia Universal.
He ahí que, el Rabbi, tiene el dominio de la criatura, de sus propios miedos, al paso que los lugareños, y el pueblo en general le teme, merced a sus temores básicos, y al dominio que de él hace El Sumo Sacerdote de La Sinagoga.
Pero:
¿Es acaso esto, un producto de la simple imaginación literaria llevada al cine, o contiene elementos de absoluta realidad tangible?
Se trata, ni más ni menos, de la posibilidad de generar “vida artificial”, producida por el ingenio del Hombre, y valiéndose de métodos que no solamente emplean ciencia, en el sentido corriente del término, sino de conocimientos antiguos, abstrusos, y patrimonio tan sólo de un círculo de privilegiados, quienes ponen al servicio de una causa de discutible moralidad, su conocimiento oculto.
En este punto, el símbolo del Golem, trasciende el ámbito del subconsciente, y se traslada al exterior.
De más está decir, que la “vida artificial” es uno de los pilares fundamentales de la ciencia moderna.
Ciencia cuyos procedimientos y logros, a menudo conllevan la censura gubernamental, obediente de un sistema que silencia y sume en la sombra de la ignorancia al hombre corriente, el ciudadano.
Films como Der Golem, Wie Er In Die Welt Kam, suponen una base de reflexión, que puede llevar a la inquietante pregunta:
¿Estarán entre nosotros, ahora?
Más allá de hablar acerca de lo que fue Der Golem, Wie Er In Die Welt Kam, me interesa dilucidar, el trasfondo y contexto del mismo.
Para la época de 1920, se vivía un mundo convulsionado por La Primera Guerra Mundial, acabada 2 años atrás, dejando una Alemania herida.
Desde un aspecto filosófico, se podría hablar de una monocromática historia, que ilustra el pálido miedo de una nación.
De primer plano se vislumbra una desconfianza de las herramientas y máquinas utilizadas en esta época, y necesariamente, una desconfianza en las mentes creadoras de éstas, me refiero al despliegue de grandes armas, y la carrera armamentista como tal, convirtiéndose Der Golem, Wie Er In Die Welt Kam, en una alegoría a ese espíritu Alemán quebrantado, un espíritu que no confiaba en la buena implementación de la técnica, y mucho menos, en el resultado de la misma.
Se percibe en Der Golem, Wie Er In Die Welt Kam, con la configuración del Golem, una representación de la maquina, un ser autómata y sin alma, pero casi tan perfecto como el hombre, una maquina que entra en razón de sí misma, y utiliza su colosal fuerza, para liberarse del yugo humano.
Toda consecuencia de la condición ética y moral del hombre, puesto que no posee las competencias necesarias para utilizar la técnica, saliéndose de control la naturaleza humana indagante, y creadora.
Con la aparición de la máquina autómata, el hombre pasa a ocupar un segundo plano, a la hora de la ejecución de alguna actividad, puesto que la máquina no requiere una supervisión constate, perdiéndose paulatinamente, el control sobre este coloso, tal como le pasó al Rabbi de Praga Low, revelándose El Golem en su contra, y casi destruyendo todo el gueto.
Enunciado de esta manera, el problema ocurrido en el mundo para esta fecha, la incapacidad total de dominar la técnica, y la ciencia, entendiendo estas últimas, como el reflejo del poder humano, casi tan infinito y divino, como el poder creador de Dios.
Una de las cosas que más me llamaron la atención, es la forma en que es tratado el judaísmo.
El pueblo judío, se nos presenta confinado en el interior de un gueto amurallado, viviendo totalmente ajeno a las intenciones del Emperador que les gobierna, quien pretende expulsarles de sus hogares con un decreto, y prohibirles sus derechos como pueblo.
Para salvar a los suyos de este destino, el venerado Rabbi Löw, recurre a sus conocimientos de nigromancia, y da vida a un ser artificial, que les protegerá.
Esta premisa argumental, presagia en cierto modo, lo que le sucedió a los judíos en la década siguiente, poco después de que La República de Weimar diese paso a la Alemania nazi.
Un sugestivo filme, que existe en un mundo dominado por la magia, y donde el pasado controla el presente.
Justamente por este contexto, ligado al estereotipo cristiano del judío como aficionado a la brujería, es que algunos críticos señalan a Der Golem, Wie Er In Die Welt Kam como una cinta antisemita.
Sin embargo, Der Golem, Wie Er In Die Welt Kam plantea lo inverso al estereotipo que finalmente triunfaría en Alemania:
El supuesto control monetario de los judíos sobre los cristianos.
En Der Golem, Wie Er In Die Welt Kam, la arrogancia del mensajero durante su permanencia en el gueto, expone la sujeción de los judíos a un gobernante cristiano.
Otros vieron una metáfora de la marginación sufrida por el pueblo alemán, luego de La Gran Guerra, y el resentimiento que explotó en totalitarismo.
Pero yo me inclino más, por la posibilidad de que Wegener, como forjador de un arte nuevo, y desinteresado en política, propone con Der Golem, Wie Er In Die Welt Kam, la autonomía de una obra de arte, cuya energía trasciende al autor.
Loew es el artista, que se aventura por caminos inexplorados, y para ello puede ser necesario transgredir.
No obstante, la construcción del Golem, desobedece directamente, la prohibición bíblica de jugar a ser Dios.
“Venus tritt in das Sternbild Waage.
Es ist für den Aufruf günstig”
(Venus entra en la constelación de Libra.
El momento es propicio para la invocación)
En este soberbio film, se aprecia una estética oscura, lúgubre, casi gótica, muy parecida a la de “Nosferatu, Eine Symphonie Des Grauens” (1922) de Murnau, la cual, se adentro, al igual que “Nosferatu”, en la oscura psicología de los personajes, mostrándonos con maestría, las diferentes caras del horror, en un bello relato.
La dirección es sublime, con un gran manejo de la cámara en cada uno de los 5 actos en que se divide Der Golem, Wie Er In Die Welt Kam.
Los diferencia mediante diferentes tonalidades, en su majestuoso blanco y negro, y mediante las diferentes perspectivas, que el claro oscuro de la luz, y sus efectos dramáticos pueden ofrecer.
Así, nos adentra más, en ese mundo de leyenda y de terror, que solo el ambiente de aquella época, nos puede reflejar.
La cuidada iluminación, y los soberbios planos del barrio judío, nos adentran más en este terrorífico cuento.
Cada personaje está perfectamente perfilado, mostrándonos solo con expresiones, muchas de las características internas de cada uno.
Der Golem, Wie Er In Die Welt Kam es protagonizada por el propio Paul Wegener como el atemorizante Golem; su esposa, Lyda Salmonova como Mirjam; Albert Steinrück como Rabbi Löw; Ernst Deutsch como Famulus; y un andrógino Lothar Müthel, como el arrogante Florian.
Además de las exageradas actuaciones, a los ojos de nuestros días, tiene especial destaque, la escenografía que recrea de una forma muy particular, la judería de la época.
Wegener había llegado al punto culminante de su carrera, y en este caso, su actuación es memorable, al manifestar una conducta carente de emociones con mucha sutilidad, si es que exceptuamos la parte final, en el que el personaje se deja seducir por la dulzura de la niña.
La actuación de Wegener es sutil, mientras actúa sin conciencia ni emoción.
El Golem, solo es capaz de fuerza bruta, por tanto, la violencia es inevitable.
Rápidamente aprende, que puede mantenerse con vida, si no le permite a nadie tomar el amuleto, así que se quita de encima, a cualquiera que trate de hacerlo.
En una de las escenas más poderosas, El Golem tira a Famulus de los techos del edificio, y arrastra a Mirjam por las trenzas de su pelo, por las calles de piedra de Praga.
Como dato curioso, Der Golem, Wie Er In Die Welt Kam sirvió de inspiración para la Universal Studios, cuando ideó llevar a la pantalla, su versión de la novela “Frankenstein” de Mary Shelley, en 1931.
La Universal, entre una serie de ideas, imitó el maquillaje del Golem para las pruebas del monstruo de Frankenstein.
Afortunadamente, se desechó la idea, porque lo que iba bien para El Golem, no servía para la criatura de Mary Shelley.
Supongo que en su día, Der Golem, Wie Er In Die Welt Kam mantendría a los espectadores en suspense, y con los pelos como escarpias, pero a día de hoy, no es un film que cause miedo precisamente; técnicamente talentosa, y con raíces profundas en el sentido social de un momento histórico decidor en el devenir de la civilización humana… he ahí el nudo del horror que despierta, aun viéndola 90 años después.
Aun así, no negaré que hay momentos algo inquietantes, como cuando se nos enfoca con un primer plano, el rostro de Paul Wegener.
El maquillaje al que fue sometido este actor, está tan logrado, que uno se cree perfectamente, a la pétrea criatura que interpreta.
La relación entre un príncipe Famulus, parece que de ascendencia aria, con una joven de dicho barrio, Mirjam, y por tanto judía, está tratada como algo oscuro y prohibido; donde vemos tocamientos mutuos, con tintes de éxtasis, por no decir, orgásmicos.
A destacar los distintivos circulares, con que eran marcados los judíos en sus ropas.
Y en general decir, que hay grandes artistas detrás de Der Golem, Wie Er In Die Welt Kam:
Empezando por El Golem, interpretado por el mismo director, Paul Wegener.
En el equipo técnico, encontramos a ilustres, como a Karl Freund, encargado de la fotografía; y a Edgar G. Ulmer, encargado del decorado.
Ambos emigrarían posteriormente a EEUU.
No obstante, esta producción, ha sido la causante de, junto a algunas más del periodo expresionista, una serie de teorías sobre la relación entre lo que se ve en pantalla, y lo que sucedió años después en la Alemania nacionalsocialista, y el advenimiento de Adolf Hitler al poder.
Como dato, en el año 2005, la historia del Golem, regresó a sus raíces judías, en una nueva tira cómica del periódico israelí “Yedioth Ahronoth” que lo presentaba como un superhéroe, patrocinado por el gobierno, que protege a Israel de sus problemas internos y existenciales.
“Von der gefürchteten Geist Astaroth, Ich muss das Leben spend Wort, das den Golem zum Leben zu erwecken, um mein Volk retten wird entreißen”
(Por el temido espíritu Astaroth, debo arrebatar la palabra que da vida que traerá El Golem a la vida para salvar a mi pueblo)
Gershom Scholem, en su estudio “La Idea del Golem” cuya lectura fue una de las fuentes que inspiró a Jorge Luis Borges para crear un bello poema, la otra fue la misma película Der Golem, Wie Er In Die Welt Kam, que define 3 fases a lo largo de la cultura judío-cristiana, y sus correspondientes interpretaciones de esta idea.
Como dato, Borges, como palabras preliminares a la lectura del poema, declaró que:
“El Golem es al Rabbi que lo creó, lo que el hombre es a Dios; y es también, lo que el poema es al poeta”
Por otro lado, Borges asegura haber aprendido alemán leyendo, con la ayuda de un diccionario, Der Golem, Wie Er In Die Welt Kam de Gustav Meyrink.
Según la fase de Scholem tenemos a La Bíblica, Primero:
El Adán/Golem, con una capacidad telúrica derivada de la tierra de la que fue extraído.
En la segunda, correspondiente a La Cábala, tienen importancia el nombre de Dios y sus letras, con las que Dios habría formado el alma de todo lo creado, y lo que habrá de crear:
“Si, como el griego afirma en el Cratilo / el nombre es arquetipo de la cosa, / en las letras de rosa está la rosa / y todo el Nilo en la palabra Nilo...” dirá Borges al respecto.
Llegamos luego a la concepción medieval del Golem, referida en el filme de Wegener, que fundada en la magia, acentúa el componente peligroso y destructivo del personaje, si bien Scholem previene que:
“Estos riesgos no proceden del Golem, ni de las fuerzas que de él derivan, sino del hombre mismo, de la tensión suscitada por el proceso creador”
Cabe preguntarse hoy:
¿Cuál sería El Golem contemporáneo, el que se vincula a nuestro presente, y al futuro previsible?
Al menos, en lo que a la ciencia ficción se refiere, ésta no ha dejado de mirar hacia esos prodigios tecnológicos, que caracterizan nuestra época:
La inteligencia artificial, los robots, la cibernética, las computadoras, etc.
El problema de estas teorías, es que parecen quitar meritos a una producción, y diría que casi estigmatizarla, poniéndole una especie de sello maldito del cual huir, sobre todo, teniendo en cuenta que se la relaciona con algo que aun ni se tenía verdadera conciencia de su magnitud, y ni siquiera se pensaba que ocurriría.
Es verdad que el problema del antisemitismo en esa época, ya estaba arraigado en Alemania, y no solo en ella, sino en otros países del mundo.
El partido nacionalsocialista comenzó a institucionalizarse en Alemania, en los años posteriores a La Primera Guerra Mundial, y los judíos eran vistos como algo siniestros, avaros, y muy poco fiables, y en general, se les atribuía incluso, cuernos y rabos, personificando todo lo maléfico.
En Der Golem, Wie Er In Die Welt Kam, precisamente se recogen también, varios de estos arquetipos, como:
La avaricia, la crueldad, o lo poco fiable que podían ser, que no hacen sino aumentar las dudas de lo que Paul Wegener, el principal artífice de todo esto, quiso decir, o denunciar, si es que quiso decir, o denunciar algo.
También resulta curioso, para otros clarificador, que Paul Wegener se quedo en la Alemania nacionalsocialista, a diferencia de otros compañeros de profesión, que emigraron al extranjero, e intervino en producciones patrióticas alemanas del periodo Hitleriano…
Sin embargo, la segunda lectura que parece ocultarse en El Golem, quizás fuera todo influencia del momento histórico de Alemania, quizás una especie de juego, un poco siniestro, pero sin maldad, o simplemente una conjunción de casualidades que la historia futura del país quiso que fueran reales.
O simplemente, la traslación de Paul Wegener, de esa figura clásica de la tradición cabalística judía como era El Golem.
Todo esto son hipotéticas conclusiones, pero sabiendo lo que conocemos de la historia bélica de este planeta, y en concreto, de lo que ocurrió en La Segunda Guerra Mundial, Der Golem, Wie Er In Die Welt Kam puede ser vista, y de hecho ella misma logra que la veamos así, como un anuncio involuntario del triste destino de los judíos de Europa, en los años de la Alemania Nacionalsocialista de Adolf Hitler.
Es difícil decir, cuanta influencia directa tuvo Der Golem, Wie Er In Die Welt Kam, pero ciertamente, en los años subsiguientes, muchas de las figuras más representativas del cine alemán, terminaron trabajando en los Estados Unidos.
Ese anuncio “causal” no es algo tan sorprendente como se parece.
Es desconcertante ver, ya en esta época en que vivimos, que el cine parece anunciar esas destrucciones que se convierten en verdaderos dramas históricos.
Uno de los casos más relevantes, es el de los atentados del 9/11 en EEUU, y la destrucción, con miles de víctimas, de Las Torres Gemelas.
En el cine, antes de ese desgraciado hecho, hay en múltiples películas, la mayoría de acción, imágenes sorprendentes de aviones atravesando rascacielos, o aviones dirigidos al Pentágono…
Dentro de las hipótesis, quizás sea cierto, de que “el cine inventa la realidad” porque a veces parece que sí, aunque la realidad sea siempre más dolorosa que lo que se pueda mostrar en pantalla.
Porque Der Golem, Wie Er In Die Welt Kam constituye, lo que a los ojos del hombre común se oculta sobre su realidad cotidiana, sobre su experiencia humana, pero que en su devenir histórico, ocupa fundamental sitial; a quien en sus misterios escudriñe, en búsqueda de significados, inevitablemente retornará hacia las preguntas que animan la base más esencial, no por ello menos profunda, de la Filosofía Eterna y de la Vida misma:
¿Quién soy?
¿Para qué estoy aquí?
¿Hacia dónde voy?
Inevitables tintes ontológicos, habrán de teñir el pensamiento y la reflexión, al abordar la idea esencial que subyace en la figura del Golem, y sus implicaciones en la existencia misma.

“Si (como afirma el griego en el Cratilo)
el nombre es arquetipo de la cosa
en las letras de “rosa” está la rosa
y todo el Nilo en la palabra “Nilo”
Y, hecho de consonantes y vocales,
habrá un terrible Nombre, que la esencia
cifre de Dios y que la Omnipotencia
guarde en letras y sílabas cabales.
Sediento de saber lo que Dios sabe,
Judá León se dio a permutaciones
de letras y a complejas variaciones
y al fin pronunció el Nombre que es la Clave,
la Puerta, el Eco, el Huésped y el Palacio,
sobre un muñeco que con torpes manos
labró, para enseñarle los arcanos
de las Letras, del Tiempo y del Espacio”
Jorge Luis Borges



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