Let's Kill Bobby Z

“This guy is perfect.
His name is Tim Kearney, three-time loser from Palm Dale”

El tráfico de drogas, y la guerra entre los cárteles, se ha convertido en un tema común en la industria cinematográfica.
Durante la última década, el cine ha retratado el decisivo influjo del negocio, local o internacional de las drogas, para describir la forma en que interfiere en la vida de millones de personas, a lo largo y ancho del mundo.
El tráfico de sustancias ilegales, la corrupción de la clase política, y el extravagante estilo de vida de los narcos, son algunos de los temas.
Sin embargo, lo que resulta más impactante, es la cotidianidad con la que se trata la cruenta guerra por el control del mercado de las drogas.
De hecho, a partir del 2006, se desató una batalla entre el gobierno mexicano y los cárteles de la droga, que ha provocado más de 40 mil muertos, y convirtió a la violencia, en un tema común entre los habitantes del país.
En otras palabras, el narcotráfico es ahora, otro elemento de la cultura mayoritaria.
Gracias a esto, las narco-películas dejaron de ser pequeñas producciones caseras, para convertirse en grandes producciones comerciales.
“We don't want you to roll over on somebody.
We want you to be somebody”
Let's Kill Bobby Z o The Death and Life Of Bobby Z, también conocida como Bobby Z, es un película de acción del año 2007, dirigida por John Herzfeld.
Protagonizada por Paul Walker, Laurence Fishburne, Jason Lewis, Keith Carradine, Joaquim de Almeida, Olivia Wilde, Jason Flemyng, entre otros.
El guión es de Bob Krakower, y Allen Lawrence, basados en la novela de Don Winslow llamada “The Death and Life Of Bobby Z” publicada en 1997; sobre un delincuente de poca monta, un perdedor nato, que se enfrenta a una cadena perpetua por triple reincidencia, y sabe que en prisión, su vida vale un comino.
Así que acepta el encargo de hacerse pasar por Bobby Z, para librarse de todo, y ahí empieza a liarse el argumento:
Traficantes de droga, policías corruptos, bandas, y pandilleros, sexo de vez en cuando, sangre y violencia, humor negro, cinismo, y desencanto.
El autor, Don Winslow, es conocido no sólo por esta faceta, sino también por ser un antiguo periodista, gestor teatral, operador de safaris, contrabandista, e investigador privado.
Fue durante ésta última profesión, que Winslow escribió la novela “The Death and Life Of Bobby Z”, entre Los Angeles y Orange County, donde se desarrolla buena parte de la historia, y donde se rodaron escenas de Let's Kill Bobby Z.
La acción, al igual que la mayoría de sus obras, se centra en un asesinato.
El protagonista, alejado de la figura del típico héroe, tal y como le suele gustar a Winslow, es un convicto reincidente, que combatió en La Guerra de Irak, Tim Kearny; un pobre diablo que cumple condena por un crimen que no perpetró, y comete el error de asesinar con una placa de metal afilada, a un “Ángel del Infierno”, provocando la ira y sed de venganza de varios moteros, que decidirán darle caza por todo EEUU.
Por si la vida de Kearny no se había complicado lo suficiente, aparece en escena la Agencia Estatal Antidroga (DEA) que ve al protagonista de la historia, como un doble casi perfecto del famoso narcotraficante, Bobby Z, que murió en extrañas circunstancias.
La DEA necesita la ayuda de Tim, para que se haga pasar por Bobby, y entrar en contacto con la mafia mexicana.
Pero algo sale mal…
A través de 300 páginas, Winslow lleva al lector a un ritmo trepidante por EEUU y México, entrando en contacto con personajes muy interesantes, pero arquetípicos del autor.
“The Death and Life Of Bobby Z” es una novela que no decepciona, y sigue los pasos de novela negra de las anteriores.
La adaptación de la novela; tuvo que eliminar buena parte del peso, y el carisma de personajes decisivos, así como de desechar elementos sustanciales en la historia, como la descripción de una relación más pausada y profunda, o al menos entrañable o cómplice, entre el indefenso y desatendido niño, víctima evidente de un mundo corrupto.
En la transición del libro a la película, era importante para los realizadores, enfatizar las cualidades más significativas de la historia.
“La novela es excitante e implacable, y posee un gran ritmo, pero creo que la película es más humana”, afirma la coprotagonista, Olivia Wilde.
“El guión añadió una gran dosis de corazón a la historia” concluye.
Una de las grandes modificaciones, fue la edad de Kit, el hijo de Bobby Z.
Es una lástima el resultado, porque está adaptada de un libro donde se pone el acento más en la intriga, y sin embargo, aquí todos los cuidados y mimos se los lleva la acción.
Convirtiendo una buena idea, en una historia con pasajes donde se olvida la coherencia de los hechos, para sacar a relucir los instintos con acción indiscriminada y sin sentido.
Un motivo fácil, para hacer la película más atractiva, cuando la vertiente inteligente falla, o directamente una manera de no arriesgar, y obtener una cinta de consumo rápido.
Sin tener pretensiones, Let's Kill Bobby Z es una típica película de acción, con giros de guión inverosímiles, personajes estereotipados, y con un cliché tras otro, que por suerte, se deja ver sin problemas, si el espectador no es demasiado exigente.
Cabe señalar que, Let's Kill Bobby Z fue directamente al DVD, en la mayoría de los países donde fue estrenada, pero promete bastante acción y comedia.
Si bien, Let's Kill Bobby Z no explota demasiado las situaciones de peligro que se podrían plantear, tiene un ritmo que no cansa, y varias escenas de acción buenas.
La producción, comenzó en octubre de 2005, en Tijuana, México; y Laguna Beach, California, EEUU; y la producción se instaló, a las mismas ciudades fronterizas del desierto, donde transcurre la acción del guión.
Let's Kill Bobby Z sigue a Tim Kearney (Paul Walker) un perdedor.
Abandonado por sus padres a los 15 años, desertó de los Marines, fue detenido por robo a mano armada, y encerrado por el resto de sus días, tras cometer un tercer “strike”
Ya no tiene motivo para esperar más que una supervivencia del día a día en la prisión.
En otras latitudes, Robert Zacharias (Jason Lewis), conocido como “Bobby Z”, y es el polo opuesto a Tim, un “chico de oro” de Laguna Beach, cuya vida le ha venido servida en bandeja de plata:
Es un campeón de surf, seductor, y reputado traficante del sur de California, que disfruta de su prejubilación, en parajes exóticos de todo el mundo.
A años luz de distancia, Bobby y Tim no tienen nada en común, excepto un cierto parecido facial, es un doppelgänger o doble, lo suficientemente bueno como para convencer a un agente de la DEA, llamado Tad Gruzsa (Laurence Fishburne) de intentar una arriesgada trama, para liberar a un agente secuestrado.
Pero cuando las cosas se tuercen, Tim debe espabilarse para seguir vivo en el peligroso mundo interfronterizo del contrabando de drogas, perseguido por los grandes narcos, agentes de la DEA, y por matones moteros, a la vez que trata de proteger a un inocente niño, llamado Kit (J.R. Villarreal), el hijo del verdadero de Bobby Z.
En lo sucesivo, y a mi modo de ver, Let's Kill Bobby Z acierta plenamente al trascender el conflicto mafioso, que quizás sea más el propósito del libro, para convertirse en una historia romántica y humana, donde 3 esenciales y jóvenes personajes, buscan encontrar lo que la vida no les ha dado todavía:
Un ex-recluso, ansioso de redimirse, cuando descubre la clase de gente que le rodea, y especialmente, cuando siente llegar el amor, y de paso, ve como fluye su afecto por un chico que ni siquiera es suyo.
Una atractiva muchacha, Elizabeth (Olivia Wilde), rodeada de violencia y utilización que, al conocer a Kearney, sabe que podría hundirlo, pero al conocerlo bien, comprende que podría amarlo.
Y un muchacho de 12 años, que encuentra por fin a un amigo, y al padre que hasta ahora, no ha podido conocer.
Así, aquella leyenda surgida de una humareda, porque el verdadero Bobby Z no agrega nada a la existencia, se convertirá en un hombre con suerte que, para algunos se seguirá llamando como aquel don nadie, pero ahora vivirá libre, para el amor, el respeto, y la dignidad.
Olivia Wilde asiente:
“El corazón de Let's Kill Bobby Z está entre Tim Kearney, Elizabeth, y Kit.
Esta especie de familia improvisada, es lo que realmente me conmovió.
Es algo inusual, encontrar una joya como ésta, dentro de una película de tanta acción, con una panda de bandoleros matándose entre ellos, pero que en el fondo, atesora algo real”
El personaje de Bobby Z, era un aspecto clave para los realizadores, a fin de mantener la sensación de misterio, sobre el legendario traficante que nadie realmente parece conocer.
No obstante, John Herzfeld perpetra una cinta tan torpe, con un desenlace conocido, que no saca partido de su propuesta original, y acaba echando todo por la borda hacia un final condicionado, obvio y decepcionante, que justifica su directa distribución en DVD.
El relato nos presenta, con escasa originalidad, al protagonista Tim Kearney, con “voz en off” y unas imágenes que subrayan lo narrado, a un ex marine, tipo duro y conflictivo, que tiene escasas esperanzas de enmienda, más allá de los muros de la cárcel en la que se encuentra.
El agente y policía de narcotráficos, le plantea una posibilidad para quedar libre:
Hacerse pasar por un famoso narcotraficante, con el que guarda enorme parecido físico.
Así, Tim se verá metido en la piel de Bobby Z, y en un disparatado plan torcido y enmarañado, que lo traslada a la finca mexicana de un magnate de la droga y proveedor del propio Bobby.
En vez de comportarse como su suplantado, no puede evitar sacar a relucir su capacidad para meterse en líos, y tras conocer a la guapa chica de turno, escapa por el desierto, junto a un niño con el que se le relaciona.
El resto de la historia, es una constante persecución a caballo, en moto, en coches destartalados... en la que se suman más malos:
Johnson (Keith Carradine), algún villano más que quiere acabar con él, además del agente de la DEA, que nos deleita con líneas de diálogo, que van convirtiendo su personaje, en una marioneta de guiñol, del todo ridículo, y empeorando conforme se llega un clímax tragicómico.
Lo cierto es que Let's Kill Bobby Z, nos plantea una historia tan poco creíble, como absurda en su resolución, con el añadido de alguna cara guapa, como la del mencionado Walker, o la de la chica, algún secundario de cierto renombre como Laurence Fishburne, y escenas de acción rácanas de emoción.
El resto, es tan prescindible, que el espectador más esforzado, sentirá la misma desubicación que algunos de los personajes, y verá comenzar un thriller torpe, para finalizar en una comedia sin gracia.
En ese transcurrir hacia la resolución del embrollo, Let's Kill Bobby Z va perdiendo cualquier vestigio de solidez en la historia, y sustituyendo las pseudo intrigas por delirios que rozan la comedia.
Se sacude de todo intento por ser un thriller, y acaba resultado casi una comedia.
Eso sí, manteniendo algunas escenas de acción, lo único escasamente destacable, única posibilidad de lucimiento del protagonista, que va dejando atrás su rudeza y frialdad, para convertirse en un soso abogado de la responsabilidad, que ni él mismo se imaginaba.
El ex modelo y actor de pocos diálogos, y muchos puñetazos, Paul Walker, es el protagonista de este thriller de acción.
Fishburne trabaja correctamente, como de costumbre.
Olivia Wilde pone el toque romántico y dramático, es la típica mujer envuelta en un mundo en el que no es feliz, y quiere escapar.
Joaquim de Almeida como Don Huertero, está encasillado como malo malísimo.
Lo único destacable en Let's Kill Bobby Z, es lo bien coreografiadas que están las peleas, y los créditos de inicio, con esas bonitas postales de surfistas, cabalgando las grandes olas del Pacífico, un tema, que le encanta a Don Winslow.
“You let him go, or I'll kill every man in this room”
¿Qué nos deja Let's Kill Bobby Z?
Primeramente, uno de los grupos de críticos más importantes, estará satisfecho con Let's Kill Bobby Z, y éstos son, según el novelista Don Winslow, los fans del libro original.
“Verán que Let's Kill Bobby Z es realmente fiel al espíritu, al tono y a los personajes de la novela.
Estoy seguro, de que les encantará.
A menudo me hacen la misma pregunta, si temo que en Hollywood destrocen la historia del libro, a lo que yo respondo:
“Depende de con quién trabajes”
Porque trabajar con Keith Samples, John Herzfeld, Paul Walker, Laurence Fishburne, etc., es algo extraordinario” señala el autor.
Y es que en la realidad, las necesidades económicas, ponen a prueba la moral de quienes las atraviesan.
Unos eligen el camino empinado, mientras otros aceptan violar sus propios principios.
Siempre habrá elementos corruptos en las corporaciones policiacas, militares, y políticos.
Esto no quiere decir, que la institución como tal sea corrupta, ni la DEA, CIA, FBI Policía Pública o de Aduanas, tienen en su mandato, el facilitar o participar en el tráfico de sustancias ilegales, o vender protección a criminales.
Hay miembros de estas instancias, que si son corruptos, e inclusive mandos y directivos de alto nivel, que están involucrados, pero sólo a través de la transparencia y la denuncia, y la reacción correspondiente de las instituciones y autoridades, es que podemos limpiar la casa.

“Beat by a loser...”



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