Wallace & Gromit: The Curse Of The Were-Rabbit

“Something wicked this way hops”

La animación es, en realidad, más antigua que el propio cine, ya que encontramos precedentes en las sombras chinescas, en artefactos como La Linterna Mágica del siglo XVIII, o el Praxinoscopio, invención del francés Emile Reynaud, anterior al cinematógrafo.
Si el cine es magia, no hay duda alguna, de que la animación “stop motion” atesora su quintaesencia, y Aardman Animations, se ha convertido, indiscutiblemente, en su más merecida dignataria.
Aardman Animations, Ltd., es un célebre estudio de animación, con base en Bristol, Reino Unido; y es conocido por el empleo avanzado de las técnicas de “claymation” y “stop motion” en sus producciones, tanto que algunas de estas, han ganado varios premios Oscar.
Peter Lord y David Sproxton, fundaron Aardman, a mediados de los años 1970, ilusionados por cumplir el sueño de crear películas de animación.
Su primer proyecto importante, consistió en realizar las secuencias animadas de un programa para niños, de la televisión británica.
Por aquel tiempo, también incursionaron en sus primeros cortometrajes para adultos.
El nombre de la compañía, se debe a uno de sus primeros personajes, un superhéroe creado para “Vision One” en 1972.
A diferencia de la animación a plastilina, por la que es reconocida la compañía, Aardman correspondía a la animación por actos.
Desafortunadamente, el original se perdió en un incendio...
Más tarde, el dúo realizó cortometrajes para el canal público británico, a la vez que incorporaba animadores, entre ellos, Nick Park.
El corto de Park, fue el primero del estudio, que ganara un Oscar.
Él además, crearía tiempo más tarde, los personajes Wallace y Gromit, que lo hicieron famoso.
“Wallace y Gromit” es una serie de películas británicas, realizadas mediante la técnica de la animación en volumen, en inglés, “stop motion”
De momento, han sido estrenados 4 cortometrajes de unos 30 minutos cada uno, y un largometraje.
El título de la serie, retoma los nombres de sus personajes protagonistas, creados por Nick Park, de la compañía Aardman Animations; y se trata de figuras elaboradas con plastilina, sobre esqueletos de alambre, y filmados en “stop motion”
Este método es, en casos particulares como este, denominado con el neologismo inglés “claymation”, contracción de “clay” o “arcilla”, aunque aquí en el sentido de “plasticine”, o “plastilina”, y “animation” o “animación”, puesto que los objetos animados, están realizados en una materia maleable, parecida a la plastilina.
La plastimación o “claymation” es el término que recibe esa animación audiovisual, de parada de imagen, en la que se emplea plastilina, arcilla, o algún otro material, completamente maleable; y es una subcategoría del “stop motion” o animación en volumen; que consiste en capturar fotografías con una cámara, a medida que se va cambiando ligeramente la forma de los objetos maleables.
Los objetos en general, se esculpen en arcilla, o en materiales similares, usualmente, alrededor de esqueletos de alambre, y se disponen sobre un decorado.
Además, se presta especial atención a la construcción del decorado, su iluminación tiene que ser consistente, así como la ubicación de los objetos, y preferiblemente, debe encontrarse en un cuarto apacible.
También, se atiende al deterioro del material de los objetos, que al ser manipulado, se va ensuciando, y puede requerir restaurarse, de tanto en tanto.
Y es que la producción de “stop motion” empleando, arcilla es extremadamente laboriosa:
Una película, normalmente, se proyecta a 24 fotogramas por segundo (fps)
En general, se anima en “dobles”, exponiendo cada fotograma 2 veces, con lo que se hacen 12 deformaciones al material, para producir un segundo.
Los personajes principales son:
Wallace, que vive en el 62 de la calle West Wallaby, con su perro Gromit.
Suele vestir camisa blanca, pantalones color marrón, chaleco de lana verde, y una corbata roja.
Le fascina el queso, especialmente de la variedad Wensleydale, y es un bonachón inventor, optimista e incansable, con ideas, un tanto descabelladas, ya que sus creaciones, no siempre tienen el efecto esperado.
Según Park, todas las invenciones de Wallace, están concebidas alrededor del principio de utilizar un mazo para abrir una nuez.
De hecho, algunos de los artilugios de Wallace, se basan en inventos de la vida real.
Por ejemplo:
El método de Wallace para levantarse por las mañanas, incluye una cama que se inclina para despertar a su dueño, invento que fue presentado en La Gran Exposición de 1851, por Theophilus Carter.
La voz de Wallace, es interpretada en inglés, por el veterano actor Peter Sallis.
Y Gromit, es un perro labrador que vive con Wallace, y que cumple años el 12 de febrero.
Le gusta tejer, leer, escuchar a Johann Sebastian Bach, y comer cereales.
Sus objetos más preciados son su reloj despertador, un hueso, un cepillo, y una foto enmarcada de Wallace y él.
Aunque no sabe hablar, porque no tiene boca visible, sus elocuentes expresiones faciales lo dicen todo.
Es sensato y hábil, y suele sacar a Wallace de problemas.
Tiene conocimientos de electrónica, y es capaz de resolver rompecabezas con facilidad.
Wallace y Gromit, han aparecido en 4 episodios de 30 minutos que son:
“A Grand Day Out” (1989), que estuvo nominado para el Oscar al mejor corto de animación en 1991, pero que perdió ante otro corto de Nick Park, llamado “Creature Comforts”
“The Wrong Trousers” (1993), ganador del Oscar al Mejor Corto de Animación en 1994.
“A Close Shave” (1995), ganador del Oscar al Mejor Corto de Animación en 1996.
“A Matter Of Loaf and Death” (2009), que estuvo nominado para el Oscar al mejor corto de animación 2010.
En una votación entre profesionales de la televisión británica, convocada en el año 2000, por el British Film Institute, “The Wrong Trousers” (1993) ocupó el puesto #18 entre, los 100 programas de televisión más importantes de esa industria.
No obstante, Park se ha rehusado siempre a realizar una serie original para televisión con sus personajes, debido al tiempo y el esfuerzo que requiere la técnica de animación con plastilina.
En el 2001, Jeffrey Katzenberg, pidió a Nick Park, que hiciera un largometraje de Wallace y Gromit, tras el rotundo éxito de “Chicken Run” (2000) que probó que Wallace y Gromit, podían ser llevados a la pantalla grande; y en el 2005, se estrenó en Hollywood:
Wallace & Gromit: The Curse Of The Were-Rabbit, el 7 de octubre de 2005, y en 2006, ganó el Oscar a La Mejor Película Animada.
La serie de 10 cortos, de 2 minutos y medio cada uno, se llama “Cracking Contraptions”
Tras su estreno por Internet, fue distribuida en una edición en DVD limitada a la Región 2 (Europa), y también se difundió durante Las Navidades de 2002, en el canal de televisión público británico, BBC One.
Los cortos son:
“The Soccamatic”, “The Tellyscope”, “The Auto Chef”, “The Snoozatron”, “The Turbo Diner”, “The Bully Proof Vest”, “The 525 Crackervac”, “A Christmas Cardomatic”, “The Snowmanotron” y “Shopper 13”
Cabe señalar que los títulos atribuidos en lengua española, cambian en función de cada país hispanohablante; y recientemente, el estudio ha incorporado tecnología CGI a sus películas.
“It's a veritable vegetable paradise!”
Wallace & Gromit: The Curse Of The Were-Rabbit es una película británica de animación, realizada en 2005, por Nick Park y Steve Box, mediante la técnica de la animación en volumen, o “stop motion”, bajo el auspicio de la poderosa compañía DreamWorks Animation.
Protagonizada por Peter Sallis, Helena Bonham Carter, Ralph Fiennes, Peter Kay, Nicholas Smith, Edward Kelsey, entre otros.
El guión es de Nick Park, Steve Box, Bob Baker y Mark Burton; quienes buscaban adaptar a su propio interés, la mítica historia del Hombre Lobo, evidentemente, dotándolo de un tono cómico propio.
Así nació Wallace & Gromit: The Curse Of The Were-Rabbit, que no tiene nada que ver con el título español “Wallace y Gromit: La Maldición de Las Verduras”, sino más bien, al juego de palabras entre “hombre lobo” y “conejo lobo”
Wallace & Gromit: The Curse Of The Were-Rabbit obtuvo el Oscar como Mejor Película de Animación; y para mucha gente, estos personajes no son conocidos, y esta será la primera vez que los vean en acción.
Wallace & Gromit: The Curse Of The Were-Rabbit es la primera aparición de los personajes en un largometraje, y afortunadamente, todo lo bueno que tienen los cortos, se traduce perfectamente, a una cinta de más duración.
La acción transcurre en un entorno rural inglés, al que no le falta ni un añejo Castillo.
Se acerca El Concurso Anual de Verduras Gigantes, y se desata una auténtica “vegetalmanía” en el pueblo donde residen Wallace (Peter Sallis) y Gromit.
Los 2 amigos, tan emprendedores como siempre, se están haciendo de oro con su nuevo invento, el sistema “Anti-Pesto”, una forma humanitaria de controlar a los conejos, que intentan invadir los preciados huertos.
De pronto, todo se viene abajo, cuando una enorme, misteriosa, y voraz “bestia” empieza a aterrorizar al vecindario, atacando los huertos de noche, y destrozándolo todo a su paso.
La organizadora del Concurso, Lady Campanula “Totti” Tottington (Helena Bonham Carter), absolutamente desesperada, encarga a Anti-Pesto, que capturen a la terrible criatura, y salven el concurso.
Pero Lord Victor Quartermaine (Ralph Fiennes), el engreído pretendiente de Lady Tottington, está al acecho, decidido a matar a la bestia de un tiro, para convertirse en héroe local, y lo que es más importante, conseguir casarse con la rica heredera.
El concurso está en juego, y Lady Tottington no tiene más remedio, que dejar que Victor vaya detrás de la voraz criatura, pero no sabe, que las verdaderas intenciones del cazador, pueden tener graves consecuencias para ella, y para nuestros 2 héroes.
Si bien, Wallace es un inventor brillante, pero al tratarse del diario vivir, es más tonto que un par de tablones; y es cuando entra el siempre leal Gromit, que probablemente, es más inteligente que Wallace.
Gromit, a propósito, no presta atención a las excentricidades de Wallace, y ayuda para que su amo, no se meta en problemas.
Los 2 deben ser elogiados por sus prácticas humanas de fumigación; y a pesar del hostigamiento considerable de Victor, Wallace nunca se pone del tu-al-tu con él.
Aunque Gromit descubre un oscuro secreto de Wallace, él nunca abandona a su amo.
Él se expone al peligro, para rescatar a Wallace, saltando en la línea de fuego, cuando un hombre le dispara una bala a Wallace.
La premisa de Wallace & Gromit: The Curse Of The Were-Rabbit, es realmente básica, pero le da espacio suficiente a Nick Park, el escritor y director, para presentar a sus personajes, y crear un ambiente que se presta fenomenalmente, para que se den toda clase de situaciones graciosas, en torno a ellos.
Lo que más me gustó, es que de alguna forma, Wallace & Gromit: The Curse Of The Were-Rabbit es un homenaje a los films de terror.
Usando los elementos de esta historia, como conejos, zanahorias, etc., se muestran escenas que son típicas de las películas de horror tan clásicas, como los de Hammer Films, quizás son referencias que no harán reír a mucha gente, pero son muy agradables para los que se den cuenta.
El sentimiento de solidaridad planea en todo el metraje que se pasa en un suspiro.
Los protagonistas, tienen que defender el interés de los vecinos y los huertos, y luchan por ello.
Para lo cual, tendrán que ser solidarios, mantener una confianza plena, y todo en busca de una paz, que el villano de turno se encargará de destruir.
Con los 2 protagonistas en esta aventura por la defensa de unas verduras, y lucha contra una plaga, queda muy bien transmitido su espíritu de defensa del medio ambiente, por el respeto a las plantas, y la importancia que se les otorga en la historia.
“I'm just crackers about cheese!”
Si bien las películas de Pixar en los Estados Unidos; y de Hayao Miyazaki en Japón, son aclamadas mundialmente, como “triunfos de la animación”, sin importar la técnica empleada, Nick Park y su estudio Aardman Animations de Gran Bretaña, merecen igual aplauso, pues aunque su técnica de “stop-motion” sea increíblemente detallada, atractiva, y artesanal, es en la historia y personajes, donde realmente radica su atractivo.
En Wallace & Gromit: The Curse Of The Were-Rabbit se utilizaron casi 3 toneladas de plastilina, durante 5 años de trabajo; unas cifras bárbaras, que dan una idea del esfuerzo colectivo que se requiere para llevar a buen puerto, un proyecto como éste.
Tanto la labor de producción, como la de realización, es sorprendente, y el trabajo que lleva animar a los personajes de plastilina, para obtener 24 fotogramas por segundo, es de locos, así como el trabajo con las luces, que consiguen dar vida a muñequitos de 12 centímetros, para que se puedan desenvolver, y luzcan como si tuvieran vida propia.
Wallace & Gromit: The Curse Of The Were-Rabbit necesitó 2,8 toneladas de plastilina de 42 colores, y 1000 pañuelitos de bebé por semana, para limpiar los dedos de los animadores.
Lo más difícil de animar en un modelo, fueron los dientes, las manos, los párpados y la boca. Wallace & Gromit: The Curse Of The Were-Rabbit, con sus 40 nuevos personajes, supuso todo un reto.
La diseñadora, jefe de muñecos, Jan Sanger y su equipo, fueron los encargados del diseño y creación de todo un vecindario, compuesto por personas y animales de diferentes edades, formas, y tamaños.
Dado que el pelo y la ropa de cada muñeco se moldea y pinta a mano, los diseñadores se enfrentaron a una ingente cantidad de trabajo, especialmente, en lo que respecta al extenso vestuario de Lady Tottington.
Además, cada muñeco contaba con una serie de piezas de recambio, como son los ojos, las orejas, la cabeza, y las manos.
También se moldearon, docenas de bocas para cada personaje, para que los animadores pudieran sincronizar el movimiento de los labios, con las palabras.
El Hombre-Conejo, a pesar de que no aparece demasiado en pantalla, planteó serios problemas a su animador, Ian Whitlock, empezando por el hecho de que la plastilina está cubierta de pelo.
El animador no podía usar los dedos para moverlo, ya que esto hubiera causado marcas.
Hubo que encontrar un modo de animarlo sin tocarlo, colocándole pequeñas palancas en la espalda, a las que Ian Whitlock, podía acceder con pequeñas herramientas.
El mayor tamaño de este muñeco, también causaba problemas, ya que generaba un armazón, no sólo más pesado y más complicado, sino también, más difícil de animar.
Gran parte de la animación por ordenador, se dedicó a las últimas invenciones de Wallace:
La “Mind-O-Matic”, en la que se emplearon efectos visuales, para simular las ondas cerebrales; y la “Bun-Vac 6000”, una aspiradora que crea un espacio ingrávido, donde flotan los conejos hasta que son liberados, sin haber sufrido daño alguno.
Los conejos no se limitan a dar vueltas, sino que presentan el característico “toque Aardman” haciendo de Wallace & Gromit: The Curse Of The Were-Rabbit, una joya de la artesanía, con todas las letras.
Y es que mientras que la mayoría de cintas de este tipo, ofrecen una simple sucesión de gags aislados, y chistes fáciles que intentan forzar la risa sin conseguirlo, el humor funciona aquí, con naturalidad dentro de la trama, y posee distintos niveles de lectura, que van desde lo más visual hasta lo textual, combinando perfectamente la sátira, la ironía, los juegos de palabras, los enredos situacionales, el “slapstick” o el choque de personalidades opuestas.
Quizás, la trama de Wallace & Gromit: The Curse Of The Were-Rabbit no sea muy original, pues a pesar de ser una comedia, evoca las fórmulas del cine de terror de Hammer Films, funcionando simultáneamente como homenaje respetuoso y parodia afectuosa.
Como tal, creo que ofrece más diversión para quienes estén familiarizados con ese tipo de cine.
No obstante, Wallace & Gromit: The Curse Of The Were-Rabbit contiene mucha diversión para todo público, balanceando muy bien, la comedia dirigida a niños, y los detalles más sofisticados, obviamente, dirigidos a los adultos.
Como cuando en el jardín secreto de Totty, cuando esta dice a Wallace, que Victor no apreciaba “sus grandes dotes”, se acerca y coge 2 melones que tiene delante de su pecho, de manera que parecen sus senos.
O que el sobrenombre “Totty” en argot inglés, es una mujer apetecible sexualmente por sus voluminosas formas.
Otros datos de materia sexual lo vemos cuando Wallace, al mal interpretar las intenciones de Lady Tottington, frunce para ser besado.
Ella sólo se inclina para abrir las cortinas.
Lady Totti sostiene los melones delante de sus pechos, diciendo que han sido ultrajadas por un intruso…
Vemos una breve escena con las nalgas de Victor, en una broma que involucra al sol, la luna, y la azotea de un molino de viento.
El equipo de Anti-Pesto, usa una coneja robot, que baila provocativamente, para atraer al Conejo Monstruo.
Las circunstancias dejan a Wallace desnudo, por lo cual se cubre la sección media de su cuerpo con una caja de comida que lee:
“May contain nuts” o “Puede contener nueces”
Los juego de palabras, y las palabras de doble sentido, estropean un poco Wallace & Gromit: The Curse Of The Were-Rabbit clasificada “G”, como cuando el policía dice, que sospecha a un “incendiario” en las incursiones a los jardines, pero luego clarifica su punto diciendo, que alguien está “arsin”, que es una palabra británica que significa “culo”
O El Reverendo Clement Hedges (Nicholas Smith) que exclama:
“¿Dónde diablos estás?”
Victor se refiere a una máquina de Wallace como “that flippin machine”
O que unos conejos eructen de una manera fuerte y larga.
Cuando el Conejo Monstruo vacila sobre el borde de una azotea, el policía grita:
“¡Tenga cuidado que no les caiga excremento del conejo grande!”
Después de un tipo de explosión, un par de calzoncillos, aterrizan sobre la cara de Victor...
Toda la violencia, son bufonadas al estilo de caricaturas, hechas para causar risa:
Wallace y Gromit recogen a conejos, con un artilugio que los sujeta alrededor de sus cuellos, pero no les lastima.
Gromit sostiene un cuchillo como si fuera a apuñalar a un conejo, hasta que la cámara se retire, y revela, que sólo está cortando zanahorias.
Victor le dispara a algunos conejos pero falla.
Él también le hace varios tiros con una escopeta al Conejo Monstruo, y le lanza un hacha a Wallace.
Un conejo golpea a Wallace con una cuchara de madera.
Lady Tottington golpea a Victor en la cabeza, con una zanahoria gigantesca.
El extraordinariamente complejo despertador de Wallace, incluye un martillo gigantesco, que lo tritura por un agujero en el suelo.
Gromit, le pone trampas, con una ratonera, a la caja de quesos de Wallace, recordemos que él está intentando, que Wallace pierda peso, comiendo menos queso.
Oímos, pero no vemos, el chasquido de la ratonera, y Wallace entonces sostiene sus dedos rojos palpitantes.
Gromit rescata a Wallace, de una máquina fuera de control, rompiéndola con una llave inglesa grande.
El Conejo Monstruo arrastra un auto por setos, y un túnel.
Una muchedumbre enojada, persigue al Conejo Monstruo con horcas, y una moto sierra.
Victor se cae de una azotea.
Gromit y el perro de Victor, se involucran en una pelea de aviones, usando aviones de un paseo de carnaval.
Un avión se estrella en llamas, pero su tripulante aterriza sobre un castillo inflable para saltar...
Afortunadamente para los padres, no existe “La Maldición del Conejo Monstruo” o “Curse Of The Were-Rabbit”
Pero desafortunadamente, los escritores decidieron incluir algunos elementos que empujan la clasificación de “G”
Sobre todo Jeffrey Katzenber, de DreamWorks, se preocupó un poco sobre las situaciones “al estilo Benny Hill” de acuerdo a Entertainment Weekly, pero Park insistió, en no cortar las escenas, diciendo que éstas son las que más risas generan.
“Quisimos ser atrevidos, pero retener un cierto sentido de inocencia”, dijo Park en un artículo de EW.
Así, Wallace & Gromit: The Curse Of The Were-Rabbit sigue la regla convencional de los guiones infantiles:
Personajes estereotipados, bromas visuales simples, y una cantidad importante de personajes encantadores, como los conejos.
Por ejemplo:
Wallace es un inventor chiflado, que siempre peca de optimista, y que siente una irrefrenable adicción al queso; es curioso ver, que todos los personajes son tan británicos, que posee mala dentadura, un cliché, más que una ofensa.
Gromit, su ayudante, es un perro labrador que ejerce de salvavidas cuando la situación se enreda, lo que ocurre muy a menudo.
La resignación con la que el animal arregla los desvaríos de su amo, es uno de los puntos fuertes de sus aventuras.
Muchas de las características de Gromit, contrastan claramente con las de Wallace:
Donde Wallace es entusiasta, Gromit es práctico; donde Wallace es optimista, Gromit pone una nota de realismo.
Wallace es un inventor loco, que primero actúa y luego reflexiona.
Gromit, por el contrario, es muy prudente.
Wallace se decanta por la acción, Gromit por la reflexión.
Este tipo de pareja humorística, ha sido explotada hasta la saciedad, pero el humor surrealista de Wallace y Gromit, parece haber encontrado los ingredientes justos, para esta clásica fórmula:
Ni el personaje despistado llega a ser irritante, ni el espabilado resulta impertinente.
Pero Gromit es sobre todo, un auténtico héroe.
Cuando el peligro amenaza a su dueño, se lanza inmediatamente a la acción, sin pensar en su propia seguridad.
Victor Quartermaine, es el engreído y sanguinario pretendiente de Lady Tottington, que se enfurece cuando Wallace se interpone entre él, y el dinero de la aristócrata, hasta el punto de estar dispuesto a acabar con él.
Como curiosidad, la mayoría de los personajes, tienen nombres relacionados con la jardinería como, por ejemplo:
Mr. y Mrs. Mulch es “Mantillo”, Mr. Growbag es “Saco de Verduras”, o El Reverendo Clement Hedges es “Clemente Setos”…
Y hablando de los personajes, es increíble el modo, cómo los animadores logran imprimir emoción a las “actuaciones” de los modelos de plastilina.
Más notable aún, es que Gromit, un personaje mudo y sin boca, tenga un rango de emociones tan extenso y creíble.
Basta una leve inclinación en su ceño, para transmitir claramente sus sentimientos y actitudes, convirtiéndose para la audiencia, en un personaje vivo y con alma.
Y quedaron demasiado buenos los conejitos... ningún fan de los roedores, se sentirá para nada decepcionado, pues cada aparición de los susodichos, alcanza altos niveles en el índice de adorabilidad y monerío, aunque para mi gusto, faltarían muchos más primeros planos, y escenas de los conejitos comiendo, pero supongo que había que pensar también, en las necesidades de los que quizás, y de manera incomprensible, no experimentan el mismo cariño por estos animales.
Helena Bonham Carter y Ralph Fiennes, 2 estupendos actores ingleses, más conocidos por sus papeles dramáticos, y rendidos admiradores de las animaciones de Nick Park, prestaron sus voces para 2 personajes.
Otras voces que proceden de veteranas gargantas de las escena inglesa, son Peter Kay, premiado cómico, en el papel del escéptico policía PC Mac; Nicholas Smith como El Reverendo Hedges, o Liz Smith en el papel de la Mrs. Mulch, capaz de cualquier cosa, para proteger su tesoro vegetal.
Agradezcamos también, que en el doblaje para la versión en español, no se han cometido las tropelías que se han hecho tristemente habituales, e incluso, se ha tenido el cuidado de traducir algunos de los textos relevantes, que aparecían en escena, ya fueran carteles o titulares de periódicos.
Así las cosas, Wallace & Gromit: The Curse Of The Were-Rabbit es una parodia de:
“Dr. Jekyll & Mr. Hyde” (1886) de Robert Louis Stevenson; “King Kong” (1933), “2001: A Space Odyssey” (1968), las viejas películas de “Frankenstein”, y por supuesto, la clásica de Lon Chaney Jr., “The Wolf Man” (1941), así como “Jurassic Park” (1993), y hasta del británico James Bond.
Los carteles del pueblo, anuncian películas de la talla de “Zanahorias sobre El Tejado de Zinc” una referencia a la versión cinematográfica de 1958, de la obra de Tennessee Williams, “Cat On A Hot Tin Roof” (1958)
Por otra parte, el humor intrínseco que encontramos en Wallace & Gromit: The Curse Of The Were-Rabbit, también se halla evidentemente, a lo largo y ancho de todo el metraje.
No obstante, la mayor parte de estas bromas, no serán captadas por los niños, aun los niños más edad; lo que ocasionalmente, dejarán unas malas huellas, en lo que parece ser un buen trabajo de entretenimiento familiar que dejará a todos riendo.
“Consider yourself dumped!”
Wallace & Gromit: The Curse Of The Were-Rabbit no denota nada enigmáticamente espiritual.
Mejor dicho, es solamente una parodia de viejas películas de monstruos.
Además, no hay ningún elemento sobrenatural en el aspecto del Conejo Monstruo, tal como lo explican, el monstruo es más, el resultado de un error mecánico, que de cosas misteriosas.
Entre otros datos:
El sacerdote de pueblo, El Reverendo Clement Hedges, ora por sus preciados vegetales; y guarda un suministro de verduras en la iglesia para los pobres.
A propósito, él es la primera persona que se cruza con el Conejo Monstruo, y dice: “¡Santos cielos!” al ver a la bestia; y saca una cruz para tratar de detener al monstruo, al estilo de películas de vampiros, pero por error bota la cruz.
Él entonces, improvisa una cruz con 2 pepinos.
Más tarde, el sacerdote le dice al pueblo, que la obsesión de tener verduras premiadas, “ha traído un terrible juicio sobre nosotros, y debemos orar por nuestros pecados”
La puerta a la iglesia, tiene aldabas en forma de cruces, y una vidriera de colores, representa La Leyenda de San Jorge y El Dragón; y sobre la mesa de la casa parroquial, el sacerdote guarda copias de la revista “Lucha Libre de Monjas”...
Lady Tottington le llama al elevador de su casa, “La Escalera de Jacob” que “sube hasta el cielo”, su jardín en la azotea.
Un conejito, que piensa que se está muriendo, después de haber sido baleado por Victor, tiene una experiencia “cercana a la muerte” al pasar por un túnel hacia una luz brillante.
En realidad, el conejito está siendo sacado de un agujero por la máquina de Wallace, y el conejito queda completamente ileso.
Después de que el sacerdote describe su encuentro con el Conejo Monstruo, un hombre dice:
“Creo que el sacerdote, ha bebido del vino de La Santa Comunión nuevamente”
Y es que con estos fuertes detalles para los niños, el gran problema que tiene Wallace & Gromit: The Curse Of The Were-Rabbit, es que parece haber perdido parte de la gracia que identificaba a los personajes.
El guión se ha hecho más infantil, evidentemente, encaminado a atrapar a ese sector del público, tan receptivo a demandar cantidades astronómicas de sus muñecos, videojuegos, o estampitas.
Y eso la ha perjudicado enormemente, que se presenta como un divertimento demasiado inocuo para el acompañante adulto, quien podía encontrar en los cortos anteriores, más de un elemento que lo motivaran a mantener la atención; y en este caso, uno no puede dejar de ser atacado por cierta sensación de tedio.
Porque la pregunta clave al hablar de Wallace & Gromit: The Curse Of The Were-Rabbit debería ser:
¿Qué es, exactamente, lo que sus responsables han querido expresar a lo largo del metraje, en la que desfilan ante nuestros ojos, un par de personajes centrales, Wallace y Gromit, ya definitivamente absorbidos por el status de personajes de culto, a que muchos los están elevando, un escaparate de personajes secundarios tan obsoletos e insignificantes, que llegan a irritar, y una historia lindante al ridículo?
Y es que también, no existe el menor atisbo de originalidad a la hora de plantear y estructurar todo este caos:
Primero, porque su sentido del humor se encuentra bajo mínimos, repleto de soluciones topiqueras, tan sobadas que llegan a resultar insulsas, como el gag del peluquín.
Segundo, porque no se tiene claro lo que se quiere decir, debido a que se ignora la finalidad temática de la propia obra.
Por consiguiente, ello conduce a Wallace & Gromit: The Curse Of The Were-Rabbit a una inconcreción brutal, ya que constantemente oscila entre el universo adulto y el infantil, sin conseguir adaptarse a ninguno de los 2.
Y tercero, porque hay implícitas, unas ambiciones y un halo de trascendencia, que choca con la ramplonería y la superficialidad del resultado final, provocando el consiguiente desconcierto.
Wallace & Gromit: The Curse Of The Were-Rabbit es, por todo ello, el ejemplo perfecto del preocupante estado de salud en el que se encuentra el cine de animación en la actualidad.
Un cine de animación sin personalidad, sin ingenio, sin fuerza, y lo que es peor, sin inteligencia.
De hecho, bien se podría decir, que todos estos aspectos los está monopolizando Pixar, dejando al descubierto, todas y cada una de las flaquezas ajenas.
En fin; logra su cometido, vender una historia entretenida, que no trata a los niños como si fueran tontos, y que también es disfrutable por los adultos.
Una película que pertenece al gran cine familiar, con un delicioso homenaje a “King Kong” (1933), que provoca carcajadas para todos los públicos, insertando momentos surrealistas en las escenas de acción.
“Lovely food.
For rabbits that is”
Siempre me ha parecido un milagro, la forma en la que esos cortos aúnan una irresistible comicidad, con el homenaje a un buen puñado de géneros cinematográficos, y cómo la universalidad de su mensaje, llega a todos por igual, a pesar de que nadie es capaz de negar la impronta, inequívocamente británica, de sus obras.
Eso por no mencionar que, en los tiempos en los que la animación tradicional parece haber sucumbido por completo a la tentación digital, y sus muchas ventajas en cuanto al ahorro de tiempo y esfuerzo, Wallace & Gromit: The Curse Of The Were-Rabbit es un acto de valentía romántica, y de creencia en los propios principios, el perseverar en las técnicas del tradicional “stop motion”, uno de los elementos clave del toque humano, que hace sumamente entrañables las aventuras de Wallace y Gromit.
El éxito de los trabajos de Aardman, radica en que sus responsables nunca se han conformado con lograr sólo una excelente técnica.
Desde luego, el proceso de animación es perfecto, y revela una obsesión por el detalle, que se traslada de la creación de los personajes a los minuciosos decorados, y la plástica y colorista fotografía.
Basta con contemplar las complejas secuencias que exigen coordinar grandes acciones físicas, con sutiles gestos en los rostros y cambios de luz, y la armonía con que se ejecutan eventos en distintos planos, sin que los personajes pierdan un ápice de su expresividad.
Pero la plastilina puesta en movimiento, es únicamente el vehículo para explicar sólidos y entretenidos relatos, a través de una competente narrativa llena de recursos, y de un ritmo trepidante, consiguiendo que, desde el principio, olvidemos la naturaleza del medio, y nos impliquemos fácilmente con las emociones de la historia, como si se tratara de cualquier otro largometraje de acción real, con actores de carne y hueso, si no más todavía.
Así, en una época en que los efectos digitales, y la animación por ordenador monopolizan el mercado, está claro que cualquier profesional que se dedique todavía, al tradicional “stop motion” lo hace por puro amor al arte.
Y son ese cariño, y esa pasión, los que hacen de esta brillante película, modélica por su elegancia y por su habilidad para conmover, una generosa invitación a pasarlo en grande, con los pequeños placeres que nos regala la vida, aunque éstos se reduzcan a unos quilos de plastilina.
El excéntrico, inocente, y optimista universo de Wallace y Gromit, donde tiene cabida la amistad, el amor, la aventura, la intriga, e incluso, el retrato sociológico, es uno de los mejores ejemplos de ese cine, que supera sus limitaciones para abrazar una categoría superior, la de Magia.
Los maestros de Aardman Animations, vuelven a regalarnos una película prácticamente intachable, soberbia por su calidad técnica, pero sobre todo, superlativa por su calidad humana.
Tan cautivadora, entrañable, y deliciosa, que sacude a ese niño que todos llevamos dentro, para tratarlo con un respeto, que a menudo no nos depara el cine adulto.

“Beware the moon!”



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