Exodus: Gods and Kings

“Once Brothers, Now Enemies”

El Éxodo, es el 2° libro de La Biblia; y se trata de un texto tradicional, que narra la esclavitud de los hebreos en El Antiguo Egipto, y su liberación a través de Moisés, quien los condujo hacia “La Tierra Prometida”
En el judaísmo, El Libro del Éxodo forma parte del canon, encontrándose contenido en La Torá, y formando uno de Los Cinco Libros del Pentateuco, que forman la primera parte de La Biblia hebrea.
En el cristianismo, El Libro del Éxodo, también forma parte del canon, y se encuentra en El Antiguo Testamento.
El principal propósito del Éxodo, es mantener vivo en la memoria del pueblo hebreo, el relato fundacional de dicho grupo como nación:
A partir de la salida de Egipto, una vez libre, y dirigiéndose hacia “La Tierra Prometida”, el pueblo israelita adquirió por primera vez conciencia de su unidad étnica, filosófica, religiosa, y nacional, dado que El Libro del Éxodo se refiere a la esclavitud de los hebreos en Egipto, y la epopeya que condujo a liberarlos de tal condición, haciendo de ellos, un grupo libre, con identidad nacional propia, y a su vez, provisto de Ley.
Significativas, en este contexto, fue aquello que Moisés dijo al pueblo israelita en el pasaje bíblico del Éxodo 13:3-10.
El Libro del Éxodo establece también, las bases de la liturgia, y del culto del pueblo Israel; el libro en cuestión, está a su vez dominado en toda su extensión, por la figura del patriarca Moisés, quien se desempeñó como líder, conductor, y legislador del pueblo de Israel.
Tradicionalmente, tanto judíos como cristianos, atribuyen El Libro del Éxodo, así como también todos los demás libros del Pentateuco, a Moisés.
Curiosamente, La Biblia no menciona por su nombre al Faraón del Éxodo, ni da fecha exacta al Éxodo.
Aun así, han sido propuestos varios Faraones y dinastías para El Éxodo, cubriendo tales posibilidades, hasta 2 siglos de diferencia.
Se cree que pudieron ser:
1. Amosis I (1550-1525), Faraón fundador de La Dinastía XVIII del Imperio Nuevo de Egipto.
2. Tutmosis I, 3r Faraón de La Dinastía XVIII de Egipto, muerto sin descendencia varón, en el año 1492 A.C.; o Tutmosis III, 6º Faraón de La Dinastía XVIII de Egipto; o Amenhotep II, 7º Faraón de La Dinastía XVIII de Egipto, del siglo XV A.C.
3. Ramsés II, 3r Faraón de La Dinastía XIX de Egipto; o Merenptah, 4º Faraón de La Dinastía XIX de Egipto, entre 1279 y 1213 Antes de La Era Cristiana.
Pero, en general, se tiende a suponer que una correcta identificación del Faraón mencionado en El Éxodo, sería la clave para establecer la cronología apropiada para el evento.
Si se acepta esta última hipótesis, El Faraón opresor inicial, habría sido Seti I, hijo de Ramsés I y Sitra, 2º Faraón de La Dinastía XIX, cuyo gobierno tuvo lugar entre 1294 y 1279 Antes de La Era Cristiana; entonces, El Éxodo se habría desarrollado durante El Reinado de Ramsés II, quien gobernó Egipto entre 1279 y 1213 Antes de La Era Cristiana, considerándose en términos de investigación, el año 1250 Antes de La Era Cristiana.
Y dado que La Biblia indica que los hebreos partieron de la ciudad llamada “Ramesés” y a hacia Sucot, ciudades que son datadas en el siglo XIII Antes de La Era Cristiana, durante el período en que Ramsés II gobernaba Egipto.
Por otra parte, el término “éxodo” está inextricablemente asociado con el tema bíblico, del paso de los judíos de Egipto, a “La Tierra Prometida”, y hace que se piense en la palabra con letra mayúscula…
La historia bíblica es tan fascinante, que no nos sorprende que se hagan películas grandiosas sobre el mito.
Para muchos, esta parte del Antiguo Testamento, y de La Torá, sucedió tal y como narrado en estos libros religiosos y, verlos en el cine, les confirma que es verdad…
Y es que el cine, tiene tanto poder de convencimiento, que el espectador percibe que pudo, y podría suceder, tal y como lo demuestran los efectos especiales...
“You say this is not your fault.
So let's just see who's more effective at killing:
You or me”
Exodus: Gods and Kings es una película de aventuras y ciencia ficción, dirigida por Ridley Scott, en el año 2014.
Protagonizada por Christian Bale, Joel Edgerton, Aaron Paul, Sigourney Weaver, Ben Kingsley, Emun Elliott, John Turturro, María Valverde, Anton Alexander, Indira Varma, Ben Mendelsohn, Golshifteh Farahani, Hiam Abbass, Kevork Malikyan, Andrew Tarbet, Aaron Neil, Anna Savva, Barrie Martin, Gerard Monaco, Ghassan Massoud, entre otros.
El guión es de Steve Zaillian, sobre una historia de Adam Cooper y Bill Collage; inspirados todos en el relato bíblico.
Inicialmente, Ridley Scott no quería hacer Exodus: Gods and Kings, y dijo al respecto:
“Es bíblica, y le temía a esas asociaciones”, dijo el cineasta de 77 años.
Pero el guión lo convenció, con su historia de hermanos divididos por lealtades étnicas.
Scott dijo, que le atrajo el tema oportuno, y tristemente eterno, de la guerra por cuestiones de religión:
“No creo que uno pueda separar lo que está sucediendo hoy, de lo que sucedía en ese entonces”, dijo.
“Sigue siendo fundamentalmente la misma evolución:
Las mismas equivocaciones, la misma falta de comprensión, el mismo rechazo a convivir pacíficamente, y a veces, ser separados por la misma religión, que es lo que ocurre ahora” concluye.
Scott observa, que “la vida de Moisés es una de las aventuras y exploraciones de carácter espiritual, más grandes de todos los tiempos”
Desde la batalla que da inicio, en la que 15,000 soldados egipcios atacan un campamento hitita, pasando por las imponentes estructuras, y una aterradora serie de plagas, hasta “la separación de las aguas” del Mar Rojo, Scott aporta su visión distintiva, a uno de nuestros relatos más importantes, y más apreciados.
Exodus: Gods and Kings, fue rodada en los Estudios Pinewood, de Londres, y en exteriores de España; en Almería, al sur de la península, y en la isla de Fuerteventura.
Además, durante el rodaje, la producción tuvo la visita del Príncipe de Asturias y su familia.
El Éxodo de Egipto, es la saga heroica prototípica y definitiva.
También es un relato impactante y personal, rebosante de emoción, rivalidad, y traición, y de una imperecedera búsqueda de la libertad.
En lugar de comenzar con el origen, Exodus: Gods and Kings empieza con Moses (Christian Bale), y Ramesses II (Joel Edgerton) ya adultos.
Tal y como conocemos del relato bíblico, Moses goza del favor del Faraón Seti I (John Turturro), y sabe que nunca podrá sucederlo, pues no es su hijo natural, sino adoptado.
Ramesses II aprecia, aunque resiente a su hermano de crianza, especialmente luego de que este le salvara la vida, a vista de todos.
Cuando Ramesses II asciende a Faraón, un corrupto gobernador, revela que Moses es en realidad hebreo, al igual que los esclavos que llevan 400 años construyendo las obras egipcias.
Peor aún, resulta que podría ser el libertador profetizado, el mismo por el cual asesinaron todos esos niños, décadas atrás.
La mejor parte de Exodus: Gods and Kings es, sin duda, Bale como Moses, especialmente cuando decide aceptar la misión de ser un caudillo libertador.
Exodus: Gods and Kings, presenta como trata de usar su conocimiento de estratega militar, para preparar a su pueblo, y sus conflictos constantes con su Dios, sobre la mejor forma de liberar a sus hermanos hebreos.
La gran lucha entre 2 fuerzas es el detonante:
La irrealidad de la psicología humana, y la realidad de la cruda naturaleza.
Exodus: Gods and Kings, nos invita a despertarnos, y ver reflejado nuestra propia existencia en la obra:
La lucha del hombre por encontrarse a sí mismo, y vencer todos los obstáculos, sean imaginarios, o reales.
Exodus: Gods and Kings, con sus dimensiones bíblicas, está hecha para la grandilocuencia del cine de Hollywood.
La historia de la liberación de los hebreos, del yugo egipcio, calza perfectamente en el simplismo moral del bien contra el mal, tal como gusta a los grandes estudios.
Es épica, y sentida, un homenaje personal a la figura del hermano del director Tony Scott, fallecido en el 2012, a la que va dirigida Exodus: Gods and Kings.
“You sleep well because you know that you're loved.
I've never sleep that well”
No es la primera vez que se cuenta esta historia de Moisés.
El referente clásico es “The Ten Commandments” (1956) de Cecil B. DeMille, protagonizada por Charlton Heston como Moses.
Pero sus efectos especiales, son definitivamente de otra era, “y quizás” ya era hora de actualizarlos...
Aquí, Christian Bale, interpreta a un Moses, reconvertido en General Egipcio.
Moses, al igual que en El Viejo Testamento, fue rescatado del Nilo, y adoptado por la familia del Faraón, y es fiel servidor de Seti I, y luego de Ramesses II, hasta que se descubre su pasado, y es exiliado.
En la versión de Scott, Moisés es básicamente un no creyente, que va cambiando de opinión, conforme se acerca a su verdadero pueblo.
Por lo que Dios se le presenta en la forma de un niño, en un llamativo recurso de Scott, y Bale hace un buen papel, mostrando su transformación de egipcio a hebreo, y de “ateo” a creyente...
En Exodus: Gods and Kings, se muestra a Dios, bajo la imagen de un niño, que incluso podría ser la conciencia del propio Moisés, y no Dios; según declaraciones del propio director.
Se percibe, pues, al Dios bíblico de Moisés, que se hacía compañía en el camino, convertido en una especie de intrusión arbitraria, y no como alguien que acompaña, guía, y protege a los individuos, y al pueblo.
La grandiosidad inicia con las 7 plagas que presentan, de las 10 que deberían ser, son un despliegue de digitalización, aunque nada que no se haya visto antes en otras cintas épicas.
Y el momento crucial, es “la partición” del Mar Rojo, secuencia inolvidable en la versión de DeMille.
Y Scott no lo hace nada mal…
Es una secuencia para admirar en su esplendor.
Y acercándose a su desenlace, se agradece que no pierda tiempo con los burocráticos 10 Mandamientos; pues el cineasta saca provecho del clímax de esta historia bíblica, y pone el punto final, donde debe ser.
Entre muchas cosas, las batallas, los movimientos masivos de soldados, y guerreros; las rutas por las montañas y, sí, “la partición de las aguas” del mar Rojo, parecen ser “reales”
Asimismo, la plaga de langostas y de sapos, que quieren desbordarse de la pantalla, y arrasar todo lo que encuentren.
Con los peces muertos del Nilo, en cuyas riberas se erguía La Antigua Menfis, casi se percibía la fetidez que da ese animal muerto y podrido, y era posible anticipar la invasión de moscas, que fue parte de las maldiciones que cayeron sobre El Faraón, por mantener esclavos a los judíos.
Pero Exodus: Gods and Kings está llena de carencias en el guión, el director, interesado en los decorados y batallas, deja de lado la parte más profunda:
Los personajes, su religiosidad, la fe personal del protagonista, la del pueblo elegido, y el éxodo mismo.
Exodus: Gods and Kings, intenta  relatar con torpeza, como decimos, la historia bíblica, bajo la perspectiva de los tiempos actuales, en los que no se cree en Dios, ni en sus intervenciones sobrenaturales.
Por eso, en muchas ocasiones, Moisés y el pueblo de Israel, aparecen como un conjunto de desorientados, que van tomando conciencia de su elección por Dios, por la misma actividad liberadora de Moisés.
Una controversia estalló, cuando Scott seleccionó a actores blancos, para interpretar a los antiguos egipcios:
“Elegimos a actores de diferentes orígenes étnicos, para reflejar tal diversidad de culturas:
De iraníes a españoles, pasando por árabes.
Muchas son las diferentes teorías sobre la etnicidad del pueblo egipcio, y mantuvimos muchas discusiones, sobre la mejor forma de representar la cultura.
Al dar vida a una historia, cuyas raíces se hunden en muchas religiones, y que es importante para personas del mundo entero, también procuramos elegir a actores que pudieran, mediante sus intensas interpretaciones, hacerle justicia a un relato universal” se justificó el director.
Por lo que el cineasta desestima las críticas, responsabilizando al modelo financiero de Hollywood:
“Se requieren actores famosos, para hacer cintas de gran presupuesto”, dijo.
“Siempre es el arte contra la economía”, señaló.
“Tan pronto uno está en los niveles presupuestarios más altos, tiene que hacer que el filme funcione, y la única manera es, haciéndolo con actores que puedan apoyar el presupuesto” sentenció de manera firme. y es que antes del lanzamiento, una cierta controversia surgió, a raíz de las declaraciones de Ridley Scott, que iba a estar mirando su obra, a causas naturales para los milagros, incluyendo el drenaje de un tsunami, para la separación del Mar Rojo.
Esto, combinado con las declaraciones de Christian Bale sobre Moisés, a quien retrató:
“Creo que el hombre era probablemente esquizofrénico, y fue uno de los individuos más bárbaros que he leído en mi vida”
Dio lugar a cierta preocupación de que Exodus: Gods and Kings no sería bíblicamente exacta.
Así las cosas, la superproducción sobre el famoso episodio bíblico, protagonizado por Moisés, fue prohibida de todos los cines en Egipto, por contar una historia “distorsionada”, informaron las autoridades locales.
Abdel Satar Fathi, Jefe de Censura del país africano, explicó al diario local, Al Watan, que una comisión concluyó que Exodus: Gods and Kings, “intenta trasladar información distorsionada de escenas religiosas e históricas”
También dijo, que determina que “los judíos estuvieron involucrados en la construcción de las pirámides de Giza, como pueblo elegido por Dios”; y que también se otorgue a los egipcios, una imagen de “demagogos” y torturadores.
Además, se acusa por “mostrar lo divino, a través de la encarnación de Dios en la foto de un bebé”, y añade que “la representación icónica de Dios, no está permitida en las religiones divinas”
La institución religiosa, Al Azhar, la más prestigiosa del islam suní, pidió en su momento, que se prohibiera en Egipto, la proyección de “Noah” (2014), por considerarla contraria a La Ley Islámica.
Este caso de censura a Exodus: Gods and Kings, parece empezar a repercutir en otros países árabes.
En varios cines de Marruecos, también la han retirado de su programación, sin dar aún los motivos de esta decisión.
Al parecer, El Centro Cinematográfico Marroquí (CCM), encargado de otorgar las autorizaciones a las salas de ese país, dieron una instrucción verbal al respecto, a los administradores, cuando ya se disponían a estrenarla.
La Gerente de la sala Colisée, Munia Layadi Benkiran, indicó que en una secuencia de Exodus: Gods and Kings, aparece Moisés discutiendo con un niño vestido en blanco, que le transmitía palabras de Dios, lo que fue interpretado por el CCM, como encarnación del ente divino, debido a que cuando Moisés pregunta al niño sobre su identidad, y este le contesta “soy...” sin terminar su frase.
En su opinión, Ellen White, editor de The Biblical Archaeology Society, destacó las inexactitudes bíblicas de Exodus: Gods and Kings.
Ella señala, que todos los puntos teológicos en las plagas bíblicas, se han eliminado en la versión fílmica, que hay menos de 10 plagas, y que las plagas en sí, son de naturaleza diferente, con caimanes, por ejemplo; y que los israelitas fueron afectados por las plagas, junto con los egipcios...
Ella resumió su evaluación de las imprecisiones diciendo:
“Su historia era tan diferente, que si no se utilizaran los nombres bíblicos, y puesto en libertad, la misma película con un título diferente, puede ser que ni siquiera sea reconocida como tal...”
Estamos pues, ante una película que aplica un racionalismo indebido, que ve la religión como  una cárcel para la mente y el espíritu.
No podríamos decir que se niegue la existencia de Dios, pero se nos presenta como alejado y extraño.
Moisés no será el elegido de Dios, al que ve cara a cara, es alguien que cree en sus sentimientos religiosos y visiones, quizás por algún dolor de cabeza...
Las plagas de Egipto, y el paso milagroso del Mar Rojo, se explican de un modo racional, como fenómenos naturales ampliados, riadas con algas rojas mortales, muchos animales muertos, muchísimas moscas, y sobrevino un tsunami que ahogó a los egipcios…
Pero Exodus: Gods and Kings, coge ritmo a la hora de la llegada de las plagas, las cuales inauguran la posición ambigua, en torno a la naturaleza divina de los eventos:
Estos son explicados de una manera “creíble”, un mero efecto dominó biológico, provocado por un desajuste en la cadena alimenticia.
Las plagas son más impactantes aquí, que en ninguna otra versión de la historia en el aspecto visual, pero pasan tan rápido, y con un impacto emocional tan nulo, que uno se pregunta, por qué no hubo más metraje para esto, si de todos modos en el primer acto no se dedican a desarrollar en lo más mínimo, la relación entre Ramsés y Moisés, que se supone, que es el corazón mismo de la obra.
Curioso resulta apreciar, que muchas escenas hacen referencias al Holocausto, uno de los sucesos más malditos, y malvados en la historia del hombre.
En ese caso, la ironía fue, que el triunfo de los aliados, accidentalmente trajo consigo una plaga de moscas, langostas y muerte, representados por el estalinismo, y las arbitrariedades del soviet.
Son momentos obvios, que no mitigan la tendencia a sermonear unas ideas fundamentalistas, a través de los personajes creados, o modificados para Exodus: Gods and Kings.
Un dato curioso, o de justicia poética, resulta ser que en la tarde del martes 29 de octubre de 2013; 32 personas del equipo de rodaje, que en esos días trabajaban en El Llano de Benavides, Tabernas; quedaron aisladas en una rambla cercana, debido a que los 7 vehículos en los que eran transportados, resultaron atrapados e inundados, a causa de una breve, pero intensa tromba de lluvia, y granizo.
Finalmente fueron rescatadas por el cuerpo de Bomberos de Almería, y los cuerpos de seguridad, sin tener que lamentar daños personales.
¿La mano divina ante la apostasía y sacrilegio?
En lo referente a la economía, se calcula que el rodaje, con un presupuesto en torno a los más de 100 millones de euros, habrá dejado 43 de éstos en España, lo que se traduce en unas 500 contrataciones en la provincia almeriense, unas 400 en Fuerteventura, y alrededor de 8,000 contratos esporádicos.
A todo esto hay que sumar los gastos indirectos, como alojamientos, dietas, servicios, etc.
En España, la filmación de esta superproducción cinematográfica, fue recibida mayoritariamente con gran entusiasmo por la población de las localidades cercanas al rodaje, tanto por la ilusión de participar en una película de un reconocido director de cine, como por suponer una oportunidad laboral, en un momento de altos índices de desempleo.
Prueba de ello, fueron las largas colas de miles de personas, que se agolparon a las puertas de los lugares donde se celebraron los castings para figurantes, así como las numerosas solicitudes de empleo recibidas para trabajar en los puestos de producción que se ofrecían.
Regresando a la producción, Exodus: Gods and Kings da una mirada nostálgica de como el “Péplum” involucionó en Ciencia Ficción, Fantasía, Aventura y Acción.
Es un hecho que Ridley Scott propone una de sus peores películas, desde un planteamiento erróneo y apelotonado, además de fallar en la elección de buena parte de su reparto.
Es cierto que Exodus: Gods and Kings, cuenta con una cuidada puesta en escena, destacando sus magníficos decorados, y cómo éstos se integran con los efectos digitales.
Sin embargo, falla en lo más importante:
El libreto.
La religión que los libretistas; que son como 4, de los cuáles no quiero acordarme; transmiten, es la de un dios vengativo y asesino, tal y como fue en “Noah” de Darren Aronofsky, un mensaje que dada la situación mundial hoy día, resulta torcido y malvado.
Está claro que, quienes la encuentran “mala” están buscando, o esperaban una copia de La Obra Clásica de 1956, y no están entendiendo que las intenciones del guionista y del director, nunca fueron hacer un refrito, sino más bien, contar una historia de alguna forma nueva, sobre hechos viejos que nunca pretendió ser un remake, y menos una clase magistral de historia bíblica.
Pero por un lado, Exodus: Gods and Kings tiene el problema de contar algo que todos nos sabemos.
Por otro, es muy difícil hacer un Moisés cinematográfico, que compita con ese icono del cine bíblico y espectacular que es “The Ten Commandments” (1956)
No se puede hablar de efectos especiales, de cine de los 50, de Charlton Heston, o del Hollywood más excesivo, sin citar la imagen de las aguas del Mar Rojo, separándose en deslumbrante Tecnicolor...
Hay que tener muy claro, que en Exodus: Gods and Kings, la prioridad no es el enmarcarla como relato bíblico/religioso, sino más bien, contar una historia épica, usando como “pretexto” el relato bíblico, léase la historia de “Ben-Hur” por ejemplo.
Podría optar por una óptica diferente a la conocida historia, fantasear en una mística con rasgos camp, estrambóticos, convertir la épica en un drama psicológico, extremar una persecución con rasgos paranoicos... ofrecer algo diferente.
Pero no, Scott se ubica en una recreación tan lujosa como plana, en donde la historia no parece importar, y los personajes son meros monigotes ante la dictadura visual.
Scott pretende contarnos, una versión realista de la historia bíblica de Moisés.
Sin embargo, falla en su intento, tal y como se puede comprobar cuando se nos explica el origen de las plagas que asuelan Egipto.
Todo resulta tan forzado, que enseguida se echa en falta que Exodus: Gods and Kings, se hubiera decantado por una narración más fiel al relato original y, por tanto, se asemejara a un largometraje de corte fantástico.
Exodus: Gods and Kings quiere introducir temáticas interesantes, caso del fanatismo político, y religioso, pero no logran desarrollarse con convicción.
Sin olvidar que presenta las consecuencias de las plagas, en forma bien cruda; es fácil leer sobre la muerte de los primogénitos egipcios en una página, no es tan fácil ver a un padre con el cadáver de su hijo en las manos, reclamándole a Moisés por explicaciones que el mismo no sabe dar...
Exodus: Gods and Kings, es totalmente diferente a lo que esperábamos, con el hecho de que nunca apareció Moisés con su vara, en las 10 plagas, que un niño fuera “Dios” ,y  que nunca se viera la escena donde se parten las aguas del Mar Rojo…
Pues no, el mar sale en plan tsunami, eso solamente es desconcertante.
Los guionistas además, han representado al Dios vengativo del Antiguo Testamento, como un niño irascible, uno que amenaza y derrama su desdén sobre Moisés.
Aunque eso es interesante:
¿Cuál es el mensaje?
¿Se está reduciendo la capacidad de controlar los destinos de los pueblos, a los caprichos de pre púberes, y gobernantes ignorantes, o temían los arquitectos de la obra, usar un actor adulto que fuera a ofender a distintos sectores de las audiencias?
Si es cierto que, en un sentido, lo que hace Exodus: Gods and Kings es demostrar cómo las fuerzas del bien y el mal, pueden ser contrapuestas, y también coexistir, por otro lado, no se aclara si hay remordimiento en Moisés, por el sufrimiento de un pueblo, el egipcio, a la merced de sus “reyes”, quienes eran los que oprimían a los esclavos.
Habría que volver a la controversia de, quién es responsable por el mal generado por un estado, en que la vida depende del capricho de sus gobernantes.
Hubiera sido interesante, si en vez de darle tanto metraje a la secuencia de las plagas, visualmente perfecta, narrativamente monótona, los guionistas hubieran profundizado en los mejores momentos:
Cuando Moisés, enojado y triste, tiene que hablar con ese Dios colérico e impaciente, tal vez por eso retratado como un niño.
Más de esa lucha, entre la irracionalidad de la venganza, y el razonamiento del buen líder; una discusión muy pertinente hoy en día, le habrían dado a Exodus: Gods and Kings, la solidez argumental, que al final nunca encuentra.
Así las cosas, cambiaron mucho la historia de Moisés.
En Exodus: Gods and Kings se muestra a un Moisés siempre negativo e incrédulo, lo muestra más como un guerrero, sus diálogos son muy fríos, no emocionan en ningún momento, y la personificación de Dios en el niño, pareciera a veces, más un enviado del mal, que el propio Dios… que nos recuerda de nuevo a “Noah” (2014), donde Dios nunca apareció físicamente, y bien pudo ser producto de la mente fanática de Noé.
Dios aparece como un niño de apariencia humilde, solo visible para Moisés, y la escena de la zarza ardiente, bien pudo ser producto de una alucinación.
El “Niño Dios” puede ser visto como una simple extensión de la naturaleza bélico-militar de Moisés, y sus desplantes sádicos, dejan ver más que nunca, la moral cuestionable, pensamiento poco práctico, indiferencia por sus propias creaciones, y aparente regocijo en su sufrimiento, que caracterizan al Dios cristiano.
Por tanto, la inusual elección de un niño berrinchudo, queda como una ácida crítica simbólica, bastante acertada, que hará que más de un creyente, ponga la mano en el cielo.
Una vez más, Exodus: Gods and Kings presenta a Moisés como una figura guerrillera, con signos de posible esquizofrenia, y paranoia.
Si no son por “los milagros” diríamos que Moisés sufre de alucinaciones, fruto del accidente que sufrió en El Monte Sinaí.
Y es que todo lo que le rodea a Moisés, acontece de manera “fantasmagórica”; como si fuese irreal…
Las Pirámides de Egipto, parecen naves espaciales de otra civilización, y todos los personajes, no son más que sombras.
En lugar de una voz retumbante en el cielo, Scott presenta a Dios como un niño pre-adolescente, luego de que Moisés se golpeara la cabeza mientras pastorea.
Quizás sea un comentario del director, hacia el Dios “abrahamico”, tan temperamental del Viejo Testamento pero, en más de un momento vemos otros personajes, mirando a Moisés hablando solo…
Moisés y Dios, discuten por la manera de hacer las cosas, y El Creador se muestra como un ser, que no entiende muy bien a los humanos, un tipo que todo lo puede hacer, pero que decide liberar a su pueblo favorito, después de 400 años de esclavitud…
¿Por qué no antes?
Ejerciendo una serie de actos de terrorismo contra el pueblo de Egipto, sin respetar civiles, mujeres, niños, animales, o plantas.
Siguiendo estas indicaciones, Moisés vuelve a Egipto, y no se le ocurre otra cosa, que formar una especie de pseudo grupo terrorista, con el que aterrorizar al pueblo egipcio.
Y no, no lo estoy exagerando… cualquiera que vea Exodus: Gods and Kings lo notará.
En un par de escenas, llevan a cabo incluso, una serie de ataques terroristas...
Repito, no estoy exagerando.
Y “Dios” justifica su crueldad, y la muerte de todos esos seres, básicamente porque “se lo merecen”
Esto sucede con la muerte de los primogénitos.
Así deben pensar los terroristas, ¿no?
¿Y para qué tele transportar a los hebreos a Canaán, pudiendo sembrar la muerte, la destrucción, y el sufrimiento, en ambos bandos, y en Egipto?
Vamos que es Dios Todopoderoso, pero hay que sujetarse al cuento…
En fin, caminos inescrutables, y modales propios de los dioses de la antigüedad.
Respecto al resto del reparto:
Joel Edgerton, que nada de egipcio tiene, salvo el bronceado, destaca como un conflictuado Ramesses, autoritario y, al mismo tiempo, tierno padre.
Pero ahí quedan las actuaciones:
John Turturro, aparenta ser un italiano del Bronx, vestido para un ensayo de la ópera “Aida” de Verdi, aunque por lo “drag” parece más a la de Elton John, en el que representará a Amneris.
Sigourney Weaver como Tuya, Aaron Paul como Joshua, y Ben Kingsley como Nun… sin decir más de 3 líneas de dialogo:
¿Cuánto habrán cobrado?
Básicamente sobran, no tiene la más mínima química entre sí; y sirven de marco de fondo para los efectos especiales, ergo, carne de cañón.
Hasta María Valverde, como Zipporah, con tatuajes tribales para su cara, y otros de henna para sus manos, sus brazos, sus pies, y sus piernas, es más un adorno para que los guionistas pudieran poner también, algún ingrediente de romance en la mezcla, y cumpliendo con el contrato español.
Y nuestra costarricense, Giannina Facio, esposa del director, como la hermana de Jethro (Kevork Malikyan), de presencia obligatoria en todo filme de Scott.
Con un pueblo de Israel, desprovisto de cualquier personalidad, una masa informe de gente, que se mueve de un lado a otro de la pantalla, muy lejos de la vida que les imprimía La Obra Maestra de 1956, donde eran un personaje más de la historia.
Otra decisión arriesgada, fue la de centrar de manera exagerada, el foco en Moisés y Ramsés, dejando la presencia de la mayoría de personajes secundarios, como meramente testimonial, hasta el punto de que parezca que toda la población de Egipto, se mueve al compás de una disputa entre 2 hombres, jugando al ajedrez, caprichosamente.
Dato curioso resulta de solo con sustituir los nombres propios de estos personajes principales, para nos damos cuenta de que durante la primera media hora, Scott nos está contando, exactamente lo mismo que en “Gladiator” (2000), solo cambiando las águilas por gatos…
De igual forma, vemos como Exodus: Gods and Kings, presenta “las 10 plagas” con explicaciones, más o menos científicas.
Digo “trata” porque, eventualmente se rinde hacia el espectáculo visual, y Moisés termina en segundo lugar, detrás de los efectos especiales, un gran fallo que, sospecho, es más culpa de la edición, que del director.
Se nota que Exodus: Gods and Kings está hecha, dando por sentado que su público conoce la historia, pues no se detiene a dar más explicaciones que las necesarias, y va directa a la esencia.
Aunque siendo Ridley Scott, me extrañaría que no hubiera al menos 20 o 30 minutos de escenas eliminadas, más viendo la presencia tan irrelevante de Sigourney Weaver, por ejemplo.
Así pues, cuando Ramsés rechaza las súplicas de Moisés, para que deje partir al pueblo del profeta, Egipto es víctima de una serie de plagas, y epidemias.
Los consejeros de Ramsés, ofrecen explicaciones de base científica de los fenómenos, espectáculos a la vez emocionantes, y horripilantes.
La primera de las plagas, llega después de que los cocodrilos del Nilo.
¿Una manada de cocodrilos llena de sangre todo el Nilo?
Y comienzan a atacarse entre sí, y a atacar a varios navegantes egipcios, en un vicioso frenesí devorador.
La sangrienta y ondulante agua, vuelve rojo el ENORME Nilo, provocando que una capa de peces muertos, por falta de oxígeno, flote sobre la superficie.
Luego, las ranas invaden por millares la ciudad de Ramsés, e incluso El Palacio del Faraón, en busca de comida.
Como dato, 400 ranas fueron convocadas al rodaje, junto a 6 cuidadores de ranas, un perro que las controlara, y una cerca anti ranas de un metro de altura.
En una escena con ellas, Golshifteh Farahani, que interpreta a Nefertari, demostró su valor a lo largo de varias tomas, pretendiendo estar dormida, sabiendo que una enorme bolsa llena de ranas, estaba siendo vaciada sobre su cabeza, y que los batracios estaban enredándose en sus largos cabellos...
Siguiendo con el relato, después de que los anfibios mueran, nubes de moscas salen de sus cuerpos podridos, y llenos de gusanos; y las calles de la ciudad que Ramsés ha construido en honor de sí mismo, se vuelven invisibles, detrás de una negra cortina de moscas.
Luego, llagas y forúnculos, atacan los cuerpos de casi todos los egipcios.
La noche trae unos granizos del tamaño de piedras, seguidos de una inmensa nube de langostas…
Las leyes de la naturaleza, llevadas a su extremo, y quizá con intervención divina, pueden explicar estas plagas, pero el azote final, sobrepasa a la naturaleza:
Los primogénitos de Egipto, mueren durante la noche, incluido el propio hijo del Faraón.
Si apuesta por una explicación realista y científica, por la intervención divina, o por cualquier cosa que convenga al guión, y que contente a todos; porque es evidente que Scott rechaza los milagros a golpe de biología y geología, pero luego nos sorprende, cargándose a los primogénitos de forma mágica, así que solo puedo pensar, que a nadie se le ocurrió:
¿Cómo narices justificar esta plaga?
Cuando Ramsés se da cuenta, de que ningún niño esclavo hebreo ha muerto, les ordena que salgan de Egipto, pero poco después, se pone a la cabeza de su ejército, para perseguir y matar a los hebreos que huyen...
Llegados a este punto, la absurdez de los diálogos hacen risible lo incomprensible:
En plena huida de los hebreos por el desierto, Aaron (Andrew Tarbet), hermano de Moisés, se acerca a éste y le dice:
“Nos persigue un ejército de 4,000 soldados, y 1,000 carros”
Y se queda tan pálido… no me pregunten como los contó, pero los contó…
Y el otro es un par de minutos después, cuando llegan a la playa, y ante la inmensidad del mar, y el terror que debe ocasionar, el saberse perseguido por un ejército de 4,000 soldados y 1,000 carros; y no tener escapatoria humanamente posible, la divina vendrá después; a Joshua (Aaron Paul), que con 2 o 3 frases en todo el metraje; solo se le ocurre preguntar:
“¿Esto es marea alta, o marea baja?”
Jaja!
Curiosamente, La Obra Maestra del 56, termina resultando más impactante visualmente, por sus limitaciones técnicas, que esta tormenta de prodigiosos píxeles.
Los equipos de producción, y efectos visuales, creador éste último de más de 1,500 tomas de efectos visuales especiales, colaboraron en la creación de los enormes platós y escenas de acción de Exodus: Gods and Kings.
Por ejemplo, la estatua de Ramsés, tiene una altura de más de 60 metros, 9 de los cuales, fueron construidos por la producción; el resto fueron totalmente creados por ordenador.
La producción utilizó un sistema de poleas, creado en “Gladiator” (2000), para ordenar con rapidez, enormes estatuas, columnas, y partes de murallas, lo que llevó a Scott a bautizarlo, como un plató de tipo LEGO...
Y el gran olvido histórico, que la acción se desarrolla en Egipto, África; y que de 1,300 Antes de La Era Cristiana, faltaba mucho para Cleopatra, que era griega, contrasta con algunos de los buenos detalles visibles, pero acentúa algunas de las pifias que se les pasaron, no solo al director, sino a los directores artísticos, y decoradores escénicos.
Un ejemplo es que La Esfinge, la cual sale en un trasfondo en una escena, tiene rota la nariz, algo que no ocurrió, hasta que los soldados de Napoleón, usaron el monumento como práctica para sus cañones.
En otra escena, el viento cambia en dirección opuesta en segundos…
Un tsunami viaja a, por lo menos, 50 millas por hora, de modo que la idea de lograr suspenso y tensión, moviendo gente a caballo y en carruajes tirados por esas bestias, tratando de vencer la ola, es tan difícil de creer, como la separación de las aguas…
Y que ni Moisés ni Ramsés murieran ahogados, ni se diga.
Otro dato muy anterior, ocurre cuando muere Seti I, el padre de Ramsés II, y lo entierran en El Templo de Abu Simbel…
¿Perdón?
Primero, El Templo de Ramsés II, Abu Simbel, lo construyó el propio Ramsés, mucho después de que su padre muriese.
Segundo, los faraones del Imperio Nuevo, eran enterrados en el famoso Valle de Los Reyes, no en templos majestuosos, precisamente para evitar los robos.
No me sorprendería, que veamos un “Director’s Cut” de Exodus: Gods and Kings en el futuro, para lograr ver un corte más lógico e integral.
Lamentablemente, se convierte en otro festival de CGI, más hacia el final, y con un enfrentamiento entre Ramsés y Moisés, que más que emoción, da risa.
Y encima, Ramsés sobrevive al tsunami, claro que Moisés también debería haber muerto, pero como era “el elegido de Dios” eso no se puede discutir...
Resumiendo que es gerundio, Exodus: Gods and Kings es solo una muestra de los avances en “FX reloaded”, pues el gran SPOILER bíblico, no aporta nada nuevo, y aquí la diferencia reside en un Moisés con más dudas que O.J. Simpson, y un Ramsés II sin chupeta.
Ni el CGI panorámico, hecho del mejor LEGO estilizado, al pobre vestuario que aquí pudo lucirse, Ridley Scott me ha dejado sonrojado de vergüenza, pues hace “bullying” contra Charlton Heston, Yul Brynner, Anne Baxter, Yvonne De Carlo, y sobretodo, contra Sir Cedric Hardwicke.
Solo rescato una escena nunca vista en las montañas, que es lo único nuevo, pero de segundos, así que no parpadeen.
Con un guión de pobre a pobrísimo, Exodus: Gods and Kings invita a leer La Biblia por los H/errores.
¿Dónde quedó El Éxodo como tal?
Uno de los episodios más impresionantes sobre la construcción de una identidad nacional, se despacha sin más preocupación que la retina.
Al menos, Exodus: Gods and Kings no es demasiado sionista como “Noah” (2014), pero cuyas lecturas históricas, políticas, y religiosas, se quedan en el tintero, como una mera anécdota.
Ni siquiera la ambientación histórica merece la pena…
Después del visionado, me queda la interrogante:
¿Qué pretendía el director?
Tal vez la respuesta sea comprobar que Dios es grande:
GRACIAS Cecil B. DeMille.
¿Podremos decir que Exodus: Gods and Kings será un éxito?
Tengo mis dudas, no tiene caras que arrastren a las mujeres al cine, y me pregunto si el público joven, realmente quiere sentarse en una butaca, para ver a Dios obrando milagros...
Exodus: Gods and Kings es una película, que será parte habitual de los televisores en los bares clandestinos, durante La Semana Santa, pero dentro de unos 40 años.
Por último, destacar la honra de tener a Alberto Iglesias, encargado de la banda sonora, que es muy correcta, ayudando a dar equilibrio a lo desequilibrado.
“I love everything what I know about you.
And I trust in what I don't”
¿Es Exodus: Gods and Kings, una expectativa demasiado estereotipada del Antiguo Testamento?
Donde unos pueden ver una versión alternativa, o libre de La Biblia, otros ven más  una versión realista y humanizada del Éxodo.
El concepto de cultura general que hemos compartido las generaciones anteriores, está hoy, cambiando a velocidad de vértigo, y es hoy, abrumadora mayoría, la juventud que no ha visto esas películas, que les provoca urticaria, sentarse a ver algo que parece tan viejo, y que además, la figura de Moisés les suena muy poco… o nada.
Resultaría más que interesante saber, cuándo y por qué el Dios judeocristiano, cambió de actitud.
Si en El Nuevo Testamento se paseaba entre los humanos, extendiendo un valioso discurso de amor, empatía, y perdón, en la “precuela” de la historia de Jesucristo, se mostraba como una entidad caprichosa, cruel, vengativa, e insegura.
En esos tiempos, El Creador del Universo, centraba su atención, exclusivamente en una etnia, y en una zona concreta de nuestro planeta, y lo hacía de una manera algo errática…
Creo que solo los extremistas extraen venganza contra los pueblos, y contra un grupo de gente, basándose en las acciones de sus líderes.
Es un tema que se ha discutido a la saciedad, y cuyas ramificaciones filosóficas, morales, éticas, y sociales, podríamos seguir discutiendo, hasta que el sol se ponga por última vez.
Hoy día sabemos, que los Estados Unidos, un país que se ha declarado “la democracia más grande y duradera de la historia” tuvo recientemente, líderes impenitentes, que insisten que la esclavización y tortura del enemigo, es procedente.
Presentarle al público, incapaz de distinguir las alegorías bíblicas de los hechos, en un paquete atractivo, que un deseo de venganza colectivo, raya en el absurdo, y en la irresponsabilidad.
Mucho peor, cuando el mensaje, aunque no haya sido el propósito de los que escribieron Exodus: Gods and Kings, lo han de recibir personas que ya han demostrado estar abrazando posiciones ideológicas, que caminan demasiado cerca de la irracionalidad, y el prejuicio racial y étnico.
¿Sería por eso, que casi no aparecen rostros de tez oscura?
La agitación untada de prejuicio, si ustedes recuerdan, ha resultado en la historia, en exterminaciones por causas de raza, etnia, creencias, y religión.
Ha ocurrido en dictaduras de derecha, y de izquierda; entre católicos y protestantes, cristianos y musulmanes, turcos y armenios, hindúes y musulmanes, etc.
Lo peor es que sigue ocurriendo.
Llevar una historia tan conocida al cine, no puede ser fácil, y se nota que Ridley Scott hizo un tremendo esfuerzo con Exodus: Gods and Kings.
Y aunque en la parte técnica y audiovisual, es una imponente experiencia, es en el libreto, donde pudo haber un poco más de “amor”
¿Estamos ante una temporal “fuga de cerebros”, talento, habilidad, y gracia para fascinar, emocionar, y cautivar al espectador?
¿O es permanente?
Porque entras a ver Exodus: Gods and Kings con ilusión y curiosidad, y sales desolado y desértico, como su árido paisaje, porque hace tiempo que este director no brilla, sólo enfría.
Así las cosas, estamos ante un fenómeno general de simplificación, y eliminación de las enseñanzas bíblicas, que ha dado paso al cristiano, o al ser humano que dice buscar una “espiritualidad”, pero sin una religión verdadera, que elige lo que le parece mejor en el mercado de las religiones, sin comprometerse con la verdadera fe, que olvidó las palabras del Señor:
“Yo soy El Camino, La Verdad, y La Vida”
Y al que no le gustaba que se modificara ni una tilde o coma, del contenido de Los Libros del Antiguo Testamento, incluido El Éxodo, le recetan Exodus: Gods and Kings; y La Biblia tiene muchas historias más.
¡Preparaos!
En definitiva, se echa de menos el cine bíblico de toda la vida.

“Is there anything I can do to please you?”



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