Witness for The Prosecution

“The question is whether you were lying then or are you lying now... or whether in fact you are a chronic and habitual liar!”

El término “Testigo de Cargo” es un concepto jurídico, que define a una persona natural, que emite un testimonio en contra de un imputado, y es un medio de prueba para el fiscal.
En muchos códigos legales, basados en El Código Clásico Romano, existe la figura del “Testigo de Cargo” que se usa en la parte acusatoria, en contra de un imputado.
En una causa, se requiere que testifiquen 2 o más testigos, y que su testimonio sea coincidente para ser tomado en cuenta.
Para ser “Testigo de Cargo”, la persona debe juramentar su probidad, y emitir un testimonio que demuestre, que los cargos efectuados en contra del acusado, están plenamente fundamentados.
El “Testigo de Cargo”, no es parte del proceso en sí; sino que es una tercera persona, que apoya la búsqueda de la verdad; por tanto puede asumir distintas posiciones:
Testigo de oídas: Es el que se depone a declarar por haber oído a otro testigo.
Testigo de descargo: Asume una posición contraria, y testifica a favor del acusado.
Testigo Inhabilitado: El juez puede determinar, que la calidad del testigo, no es la adecuada al presentar incapacidad física o mentales evidentes, ser consanguíneo, o pariente en ley del acusado; o bien, teniendo declarar el mismo testigo que está bajo un secreto de confesión, como laicos; o por la dignidad de su investidura, como presidentes, reyes etc.
Durante Los Juicios de Núremberg, varios personeros nazis, testificaron en contra de otros, tal es el caso de Walter Warlimont, Hans Heinrich Lammers, y Karl von Eberstein.
En la ficción, el “Testigo de Cargo” es una obra de teatro, escrita por la novelista Agatha Christie, basada en el cuento del mismo nombre, contenido en su libro “The Witness for The Prosecution and Other Stories”; un libro de relatos cortos, publicado originalmente en Estados Unidos, por Dodd, Mead and Company, en 1948.
En Reino Unido, no fue publicado, pero todas las historias habían aparecido previamente en “The Hound of Death and Other Stories” (1933) y “Listerdale Mystery” (1934)
El libro, está compuesto por 11 relatos cortos; y en él, Leonard Vole es detenido, acusado de haber asesinado a una acaudalada viuda, llamada Emily French.
Desde que la señora French hizo de Leonard su principal heredero, sin saber que era éste un hombre casado, las cosas se pusieron malas para su defensa.
Pero el golpe final llega, cuando su esposa, Romaine, se dispone a declarar, no en defensa de Leonard, sino como “Testigo de Cargo”
Las demás historias del recopilatorio, tienen como principal leitmotiv, el amor y la muerte.
Los títulos de los relatos son:
The Witness for The Prosecution.
The Red Signal.
The Fourth Man.
S.O.S.
Where There's a Will o Wireless.
The Mystery of the Blue Jar.
Philomel Cottage.
Accident.
The Second Gong.
La versión original estadounidense, incluye además de los anteriores, los siguientes relatos:
The Mystery of the Spanish Shawl o Mr. Eastwood's Adventure.
Sing a Song of Sixpence.
La obra, Witness for The Prosecution, se estrenó en Londres, el 28 de octubre de 1953, en el Winter Garden Theatre, aunque se representó por primera vez, en el Nottingahm, el 28 de septiembre; y fue producida por Peter Saunders.
La sinopsis de las escenas son:
ACTO I
Las cámaras de Sir Wilfrid Robarts, Q.C.; por la tarde.
ACTO II
El Tribunal Penal Central, Londres, popularmente conocido como Old Bailey; 6 semanas más tarde; por la mañana
ACTO III
Escena 1 – Las cámaras de Sir Wilfrid Robarts, Q.C.; la misma noche.
Escena 2 – El Old Bailey; la mañana siguiente.
La primera adaptación de la historia de Agatha Christie, fue una producción televisiva realizada por la BBC, en 1949, con una duración de 75 minutos.
Otra producción anterior a la película Witness for The Prosecution, fue en forma de directo, por CBS, desde el Lux Video Theatre, el 17 de septiembre de 1953, protagonizado por Edward G. Robinson, Andrea King, y Tom Drake.
En 1982, se realizó un remake como telefilme, protagonizado por Ralph Richardson, Deborah Kerr, Beau Bridges, Donald Pleasence, Wendy Hiller, y Diana Rigg.
Fue adaptado por Lawrence B. Marcus, y John Gay, del guión original, y fue dirigida por Alan Gibson.
“Wilfrid The Fox!
That's what they call him, and that's what he is!”
Witness for The Prosecution es un drama, dirigido por Billy Wilder, en el año 1957.
Protagonizado por Tyrone Power, Marlene Dietrich, Charles Laughton, Elsa Lanchester, John Williams, Una O'Connor, Henry Daniell, Norma Varden, Torin Thatcher, Philip Sonidoge, Ian Wolfe, Francis Compton, entre otros.
El guión es de Billy Wilder, y Harry Kurnitz; basados en la obra teatral del mismo título, escrita por Agatha Christie.
De hecho, Witness for The Prosecution, está basada en la versión acortada para escena, realizada por Christie, pero ha sido expandida de forma genial.
El comic revela escenas entre Sir Wilfrid y su enfermera Plimsoll, que no fueron incluidas en el la obra original.
Éstas fueron añadidas por los guionistas, porque sabían que la pareja formada por Charles Laughton y Elsa Lanchester, representarían el papel opuesto.
Sin embargo, los seguidores de Agatha Christie, lo aceptaron como una de sus mejores adaptaciones; de hecho, la relación entre Sir Wilfrid y Miss Plimsoll, fue tan exitosa con las audiencias y críticas, que sería incluida en el remake de 1982, hecho para la televisión, en el que Ralph Richardson y Deborah Kerr, representarían respectivos papeles.
Como dato, Witness for The Prosecution, sería la última completa de Tyrone Power, que moriría durante la etapa del rodaje de “Solomon and Sheba” (1959)
En la vida real, Elsa Lanchester, era la esposa de Charles Laughton; y Una O'Connor, fue el único miembro del reparto original “Broadway Play” que representaría un papel en Witness for The Prosecution.
En la campaña de marketing de Witness for The Prosecution, se hizo algo que hace tiempo que se venía realizando:
Implicar al espectador en el misterio, rogando que no revelara el final a nadie.
Pero aquí, este truco publicitario, alcanzó dimensiones épicas:
Cada empleado de los estudios de la MGM y UA, quienes colaboraron frecuentemente hasta su fusión; que participó en Witness for The Prosecution, tuvo que firmar sendos documentos, en los que se comprometían a no revelar, ni a sus allegados más próximos, el final.
Incluso La Reina Elisabeth II, y El Duque de Edimburgo, tuvieron que prometer que no revelarían el final, antes de un pase privado.
Además, se avisaba a los espectadores, que no se revelara el final al iniciarse la película, y al acabarse.
Se dice que, ni tan siquiera los intérpretes, conocieron el final, hasta que tuvieron que rodarlo.
Con todo, Witness for The Prosecution es una película que reflexiona sobre la moral, en el ejercicio de la defensa, la duplicidad de testigos, sobre la traición, la pasión, la frustración...
Witness for The Prosecution obtuvo 6 candidaturas al Oscar:
Mejor película, director, actor principal (Charles Laughton), actriz de reparto (Elsa Lanchester), sonido, y montaje.
Hoy Witness for The Prosecution es considerada, una de las películas más críticas, y llenas de ironía, además de una de las favoritas del público; que llegó a recaudar casi $8 millones.
La propia Agatha Christie, alabó la versión que Wilder hizo de su obra.
Witness for The Prosecution se rueda en los platós de MGM Studios, en Hollywood, EEUU; el decorado más complicado de realizar, fue la sala de juicios; una reproducción exacta del Tribunal Criminal Central de Londres; que llegó a costar $75,000.
La acción, tiene lugar en Londres, en 1952:
Un joven apuesto, Leonard Vole (Tyrone Power), es acusado del asesinato de una anciana, y solterona rica amiga suya, llamada Emily Jane French (Norma Varden), a la que visitaba a menudo, sin que la vieja supiera que Leonard estaba casado.
En el testamento, la anciana deja su fortuna a Leonard.
Todos los indicios apuntan, a que Leonard fue el asesino de la anciana, pero el abogado que instruye el caso, debe investigar la coartada que presenta Leonard, que alega que a la hora del crimen, él estaba con su mujer, Christine Vole/Helm (Marlene Dietrich)
El abogado, Sir Wilfrid Robarts Q.C. (Charles Laughton), cuenta con pocas esperanzas, de que el tribunal crea el testimonio de una mujer enamorada; sin embargo, su sorpresa es mayor, cuando Christine insiste, ante el tribunal, en que su marido llegó a casa con la ropa manchada de sangre, después de lo anunciado por él.
Ante la llegada de un anónimo, el abogado consigue, a través de una mujer vulgar, una carta de Christine, dirigida a su amante; en la que se congratula de poder deshacerse de Leonard, pese a que sí que se encontraba en casa, cuando se cometió el crimen.
El abogado, presenta esa carta como prueba, y el testimonio de Christine, acusada de perjurio, queda desvirtuado, en tanto que Leonard sale absuelto.
Pero eso era lo que pretendía Christine, que escribió esa carta con la historia inventada de su amante, y se la entregó después, disfrazada de mujer vulgar, al abogado.
Todo ello, para salvar a su marido, que es culpable.
Christine, se dispone a ir a la cárcel por perjurio, pero ante el desprecio de Leonard, que piensa marcharse con su amante, Christine le clava un cuchillo, y lo mata.
La realidad, sin embargo, es que tales pruebas han sido hábilmente preparadas, fabricadas, podríamos decir, por la propia esposa del acusado que, convencida de la necesidad de mentir al jurado, para que crea en la inocencia de su marido, burla así la integridad de todo El Sistema Judicial.
“I am constantly surprised that women's hats do not provoke more murders”
Muchas obras, de la prolífica y exitosa novelista británica de suspense, Agatha Christie, han sido llevadas con mayor o menor habilidad a la pantalla grande, pero nunca tan afortunadamente, como en Witness for The Prosecution, demostrando que Billy Wilder es un maestro, abordando cualquier tipo de género cinematográfico.
Puesta en escena de manera admirable, la historia está narrada con una sabia intercalación de “flashbacks”, un ritmo preciso, que nunca permite el decaimiento en el interés de la trama, y un guión excelente, con vivos y brillantes diálogos.
El dibujo de los personajes, es extraordinario, y las actuaciones de los intérpretes que les dan vida, resulta soberbio, con especial significación para el matrimonio Laughton, Elsa Lanchester era la esposa de Charles Laughton, enzarzados en una perenne, y divertida pelea verbal.
Aquí, Charles Laughton encandila, con la recreación magnífica del abogado criminalista londinense, Sir Wilfrid Roberts; un personaje para la eternidad.
Un abogado con una salud precaria, pero que se niega a rendirse, ni ante la enfermedad, ni ante los placeres de la vida, como un buen cigarro, una copilla de vez en cuando… ni quiere dejar nunca de ejercer con pasión, su profesión.
No quiere rendirse, y sin duda, le gustaría morir trabajando o defendiendo.
Es un perro viejo, a mucha honra; y un hombre divertido, muy divertido.
Ahora, sigue igual pero enfermo, y además, detrás tiene una especie de ángel de la guardia, molesta a la vez que encantadora enfermera, sólo podía ser Elsa Lanchester; que siempre estará a su lado, construyendo ambos, una relación más allá del lazo profesional, de admiración-odio-fidelidad mutua.
Curiosamente, Witness for The Prosecution, es considerada una de las mejores películas de Sir Alfred Hitchcock, pero la realizó Billy Wilder, el cual se muestra muy orgulloso del resultado, y principalmente, de su colaboración con el gran Charles Laughton:
“Laughton, es el mejor actor con el que he trabajado.
Durante el rodaje, cada tarde nos sentábamos, y decidíamos, qué escena rodaríamos al día siguiente, y la desarrollábamos.
Después, Laughton entraba en mi despacho, y me decía:
“La escena que queremos rodar mañana, me parece que es muy importante.
Y se me ha ocurrido una idea.
¿Qué te parece si…?”
Y a mí me parecía una idea brillante.
Y después de una pausa me decía:
“De todas formas, creo que….”
Y de nuevo interpretaba la escena, con brillantes ocurrencias, todavía mejores.
Y esto se repetía hasta que me había interpretado 20 versiones de una escena, y todo sin cambiar ni una sola palabra del texto.
Cada una de sus interpretaciones, era una versión más enriquecedora, con respecto a la anterior.
Y es que Laughton, podía hurgar en su talento, como un niño feliz en una caja de juguetes, llena a rebosar.
Es mucho más frecuente encontrarse con el otro extremo, es decir, con el actor que es tan modesto, tan tímido, que no aporta nada de sí mismo” dijo el director.
De hecho, Witness for The Prosecution, gira en torno al abogado gruñón, déspota, desdeñoso, arbitrario, histriónico, caprichoso, y honrado.
Es una interpretación grandiosa y absorbente, que polariza Witness for The Prosecution.
Por riguroso turno, Wilder, concede el estrado a Tyrone Power, para que se luzca en su papel de Leonard Vole, un irresistible y escurridizo seductor.
Una anécdota que rodeó el estreno de Witness for The Prosecution en España, en octubre de 1958 es:
Por aquellos días, Tyrone Power se encontraba en Madrid, rodando un nuevo film, y asistió al estreno; al salir de la sala, un periodista le preguntó sobre el rodaje, y para zafarse contestó:
“No puedo decirle nada.
¿No ha visto que acabo de morir?”
El actor, lamentablemente falleció, al cabo de unos pocos días, a causa de un ataque al corazón.
Sobre Marlene Dietrich, como Christine Vole, regala las mejores secuencias de su vida, para que muestre desvalimiento, frialdad, erotismo, y con 56 tacos, desamparo, arrogancia y, de paso, de sobra, hablando en “slang” y disfrazándose de gitana, irreconocible.
Cuanto mayor la diva, más enorme es su grandeza.
En su segunda cooperación con Wilder, fue ella la que propuso llevar al cine la obra de Agatha Christie.
Dietrich quería el papel, y exigió que el director fuera Wilder.
En Witness for The Prosecution, Marlene realizó una de las interpretaciones cumbre de su carrera, trabajando durante el rodaje, como si su vida dependiera de esta interpretación.
La Dietrich adoraba a Wilder, y 2 ejemplos lo testimonian:
Una vez le preguntaron, que con quien le gustaría pasar una noche.
Ella contestó:
“Con Billy Wilder; pero no una noche, sino muchas noches.
Yo le amaba, pero lamentablemente, nos dimos cuenta demasiado tarde, cuando nuestro trabajo había terminado”
En otra ocasión, a la afirmación que le hicieron, de que ella había trabajado con muchos grandes directores, respondió categórica:
“No, no, yo sólo he trabajado para 2 grandes directores, para von Sternberg, y para Billy Wilder”
Como dato, Witness for The Prosecution, marca una de las pocas veces, donde la gran modista Edith Head, trabajó fuera de la Paramount, diseñando los vestidos de Marlene Dietrich; quien por cierto, tenía sus piernas aseguradas, y por este motivo, tendría que tener al menos, una escena en la que tenía que mostrarlas…
Para ello, se escribió expresamente, una escena en la que se presentaba a su personaje, una cantante de cabaret, que actúa ante los soldados durante La Segunda Guerra Mundial; contándose aquí, como es que conoce a Leonard Vole.
Y Marlene Dietrich estaba, y no era para menos, muy orgullosa de su interpretación; tanto que se vio con la posibilidad de ser nominada al Oscar, e incluso, tenía preparada una presentación especial para su candidatura.
El injusto hecho, de no ser nominada, hundió a la actriz alemana, que se marchó de EEUU poco después, y solo hizo 3 películas más, y creo que solo 1 de ellas en Los Angeles, las otras las rodó en Alemania.
Para no dejar cabos sueltos, a los muy fiables secundarios:
John Williams y Henry Daniell, les hace repetir, una vez más, sus eternos papeles de probos funcionarios, y a la indefinible y delirada, Una O´Connor, le otorga un inolvidable interrogatorio con Charles Laughton.
Durante la construcción del escrito, ambos hombres se percataron, que lo que necesitaba el relato, era un poco de humor.
Fue así como nació el personaje de la enfermera Miss Plimsoll (Elsa Lanchester), quien durante gran parte del metraje, se enfrasca en jocosas discusiones con Sir Wilfrid, quien se niega a seguir el tratamiento necesario, para resguardar el problema cardíaco que lo aqueja, afilando con ironía diálogos, midiendo con precisión secuencias, y puestas en escena.
Nos encontramos pues, ante un juicio por asesinato:
Este escenario, nos ofrece una excusa excepcional, para acercarnos al comportamiento de los sujetos intervinientes en un proceso, donde contamos con el personaje del abogado Sir Wilfrid Roberts, magistralmente encarnado por Charles Laughton; y al modo en que las intervenciones de las partes influyen en la prueba y, consecuentemente, en la emisión del veredicto por parte del jurado.
Tanto el abogado, cuanto El Ministerio Público, se perfilan ante el espectador, desde el inicio, como personajes de una elevada talla profesional, que creen en la justicia, y respetan el sistema legal al que sirven.
Tal planteamiento, choca sin embargo, con el desenlace, condicionado por el modo en que la principal “Testigo de Cargo”, la esposa del acusado, observa el funcionamiento de la justicia.
El juicio que presenciamos, se convierte en el escenario de una gran mentira, ideada con el fin de llevar la justicia, a aquellos espacios que la aparente realidad, los datos que la realidad nos devuelve; las pruebas con las que se podría contar; impide alcanzar.
Las escenas judiciales, salpicadas de giros sorprendentes, mantienen siempre el nivel de tensión e implicación, con el pleito desarrollado, y las miradas irónicas a los diversos componentes del proceso, manifiestan el sentido del humor que siempre detentan los productos firmados por Wilder.
En un “flashback” que muestra como Leonard y Christine se conocen por primera vez en un club alemán, ella lleva sus vaqueros de marca.
Un cliente alborotado, le baja los pantalones de un lado, mostrando las famosas y renombradas piernas de Dietrich, comenzando una trifulca.
La escena, requirió de 145 extras, 38 especialistas, y $90,000.
Al final de Witness for The Prosecution, según pasan los créditos, anuncia esto una “voz en off”:
“La dirección del teatro sugiere por el entretenimiento de sus amigos, que no hayan visto Witness for The Prosecution, que ustedes no divulguen, a nadie, el final secreto”
Este anuncio, es acorde a la campaña publicitaria:
Uno de los posters de Witness for The Prosecution decía:
“Hablarás de ello, pero por favor, no cuentes el final”
Y es que el esfuerzo de mantener el final en secreto, también se extendió al reparto de actores.
Billy Wilder no dio a los actores, las 10 últimas páginas del guión, hasta que fue el momento de grabarlas.
Este secretismo, puede que le costase a Marlene Dietrich, un Oscar de La Academia, ya que United Artists, no quiso dar importancia al hecho de que Dietrich fuera la mujer que da las cartas a Sir Wilfrid, para no dar pistas sobre el final…
No obstante, su doble caracterización la hacen verla, observarla y disfrutarla, estando de pie.
Por otro lado, desconozco qué se hacía con las pruebas, en un juicio penal en Londres de los años 50, pero dejar el cuchillo con el que Leonard se corta, encima de la mesa, para que Christine se lo introduzca en el cuerpo, en un ataque de celos, es sorprendente, y más todavía, teniendo en cuenta que habían pasado varios días, desde que se mostró el cuchillo al jurado.
Y por otro lado, parece imposible que, en una Sala de Audiencias, se deje a un supuesto asesino sin esposar, a 2 metros de un arma blanca, que se ha dejado escrupulosamente ahí, durante todo el juicio…
Continuando con la aparatosa escena final, sorprende como Christine, es capaz de matar a un hombre con una sola puñalada en el estómago, y este caiga muerto; la enfermera le toma el pulso según cae, y confirma su muerte en contados segundos.
En todo caso, la culpa es de la actriz, que no le apunto bien al corazón, y del director, que no quiso volver a rodar la toma.
Por ello, es posible que el hecho de que quedara así, fuera deseo del director.
Aún con todas estas imperfecciones, gracias al gusto a clásico irresistible que destila Witness for The Prosecution a lo largo de sus casi 2 horas de metraje, resulta una de las experiencias más agradables que podamos vivir delante de una pantalla.
“I never faint because I am not sure that I will fall gracefully and I never use smelling salts because they puff up the eyes.
I am Christine Vole”
En las obras de Agatha Christie, hay unos elementos en común que enganchan tanto al lector, si es el caso de las novela, como al espectador, si es en la versión cinematográfica, el misterio y la intriga, pues conforme va desarrollándose la trama, las hipótesis mentales que has ido haciendo sobre quién ha cometido el crimen, se desmoronan, porque resulta que nadie es como creías que era, y al final, todo se resuelve de manera inesperada, y sorprendente.
Cuentan que Sir Alfred Hitchcock, una vez dijo que, “en el rodaje de una película, no se podía trabajar ni con niños, ni con animales, ni con Charles Laughton”
Pues bien, ignorando si es cierto que Laughton era una persona intratable en los rodajes, es preciso señalar que, en Witness for The Prosecution, hace todo un papelón, interpretando a uno de esos personajes, que en contadísimas ocasiones ves, y que no se te olvidan en la vida.
Sir Wilfrid Roberts, constituye uno de los personajes más originales y carismáticos, que me he encontrado en una pantalla, en mucho tiempo, y cada una de sus frases, es digna de enmarcar para la posteridad, algo que, de nuevo, vuelve a dar fe del excelente guión, sobre el que se asienta esta obra maestra, que invita a reflexionar en torno al hecho de que Billy Wilder, haya pasado a la historia, como el maestro de la comedia, siendo que muchas de sus más grandiosas obras, constituyen auténticos dramas.

“Damn you.
Damn you.
Damn you!
Damn you!”



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