Libertador

“Simón Bolívar, quien luchó en más de 100 batallas en Sudamérica contra El Imperio Español, recorrió a caballo más de 100,000km, donde sus campañas militares, cubrieron el doble del territorio de Alejandro Magno, donde su ejército nunca conquistó, libertó”

Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios Ponte y Blanco, fue un militar y político venezolano, de la época pre-republicana de La Capitanía General de Venezuela; Fundador de La Gran Colombia, y una de las figuras más destacadas de la emancipación americana, frente al Imperio Español.
Simón Bolívar, contribuyó de manera decisiva, a La Independencia de las actuales Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú, y Venezuela.
En 1813, le fue concedido el título honorífico de “Libertador” por El Cabildo de Mérida en Venezuela que, tras serle ratificado en Caracas ese mismo año, quedó asociado a su nombre.
Los problemas para llevar adelante sus planes políticos, fueron tan frecuentes, que llegó a afirmar de sí mismo, que era “El Hombre de Las Dificultades”
Bolívar, es considerado por sus acciones e ideas, “El Hombre de América” y una destacada figura de La Historia Universal, ya que dejó un legado político en diversos países latinoamericanos, algunos de los cuales, le han convertido en objeto de veneración nacionalista.
Ha recibido honores en varias partes del mundo, a través de estatuas o monumentos, parques, plazas, óperas, pinturas, etc.
Así mismo, sus ideas y posturas político-sociales, dieron origen a una corriente, o postura llamada “Bolivarianismo”
Nacido en una familia de origen vasco, de la hidalguía criolla venezolana, Simón Bolívar se formó leyendo a los pensadores de La Ilustración como Locke, Rousseau, Voltaire, Montesquieu… y viajando por Europa.
En París, tomó contacto con las ideas de La Revolución, y conoció personalmente, a Napoleón Bonaparte, y Alexander von Humboldt.
Afiliado a La Masonería, e imbuido de las ideas liberales, ya en 1805, Simón Bolívar se juró en Roma, que no descansaría hasta liberar a su país de la dominación española; y aunque carecía de formación militar, llegó a convertirse en el principal dirigente de La Guerra por La Independencia de Las Colonias Hispanoamericanas; además, suministró al movimiento, una base ideológica mediante sus propios escritos y discursos.
Bolívar soñaba con formar una gran confederación, que uniera a todas las antiguas colonias españolas de América, inspirada en el modelo de Estados Unidos.
Su personalidad, cautivó las mentes creativas de innumerables artistas, y comenzó a manifestarse en todos los ámbitos de la cultura, llenando un vacío de ideales, e impregnando una energía glorificante, que encendió una llama de independencia, que como un fuego sagrado, consumió una selva sembrada de conformismo y sumisión, donde estaba atrapado todo un continente.
Todos seguían sus pasos...
Cada batalla, cada discurso, y cada decreto, colmaban las primeras páginas de la prensas mundial, quién seguía los pasos del héroe inmortal de La Revolución Americana, al que todos llamaban “Libertador”
Mientras en Europa, se popularizó su imagen como el héroe del momento, y por el cual, todos deliraban de admiración, en América, el nombre “Simón Bolívar” tenía otro significado mucho más subliminal:
Para los criollos, era “El Salvador”; para los esclavos, “El Redentor”; para los indígenas, “El Mesías”; y para el común de la gente, “el hombre inmaculado de una generosidad infinita”, y por ello, sus soldados lo amaban con veneración.
Sin embargo, los éxitos militares de Simón Bolívar, no fueron acompañados por logros políticos comparables.
Su tendencia a ejercer el poder de forma dictatorial, despertó muchas reticencias; y el proyecto de una Gran Hispanoamérica Unida, chocó con los sentimientos particularistas de los antiguos Virreinatos, Audiencias, y Capitanías Generales del Imperio Español, cuyas oligarquías locales, acabaron buscando la independencia política por separado.
Sus últimas declaraciones, reflejan la amargura que sentía por no haber logrado su objetivo de la unión de la nueva patria:
“¡Colombianos!
Mis últimos votos son por la felicidad de la patria.
Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos, y se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro”
El Libertador Simón Bolívar, falleció el 17 de diciembre de 1830, a los 47 años de edad, por causa de una enfermedad que le aquejó.
“A la 1 y 3 minutos de la tarde murió, El Sol de Colombia”, según rezó el comunicado oficial.
“¿Qué clase de hombre desafiaría a un Imperio?”
Libertador es un drama dirigido en el año 2013, por Alberto Arvelo.
Protagonizado por Édgar Ramírez, María Valverde, Iwan Rheon, Danny Huston, Gary Lewis, Juana Acosta, Imanol Arias, Steve Wilcox, Jesus Guevara, Erich Wildpret, Carlos Julio Molina, Alejandro Furth, entre otros.
El guión es de Timothy J. Sexton, basado en la vida de Simón Bolívar; y es una coproducción entre Venezuela con Producciones Insurgentes; y España con San Mateo Films; países en donde fue rodada, aunque la trama se desarrolla en al menos 7 naciones, con colaboración importante de Alemania con WNG Films; y Estados Unidos con Silver Screen Inc., además de contar con financiamiento del Gobierno de Venezuela, que es la razón por la cual, su logo aparece en el poster.
Se dispuso de un total de $50 millones para su realización, de los cuales, casi 30 millones de euros, vinieron del viejo continente.
Libertador contó con 100 sets:
En España se rodó en Madrid, Cádiz, Barbate, Jérez, Zahara; Sevilla, Carmona, en donde se ambientó El Sitio de Valencia; y en La Sierra Nevada.
Allá contó con la producción de José Luis Escobar.
Amor, guerra, y traición, muestran la vida del Libertador, desde su perfil más humano, recreando un viaje a través del imaginario visual latinoamericano del siglo XIX.
Sin embargo, Libertador no es la biografía de Bolívar como tal, que el director venezolano Alberto Arvelo plasma como una epopeya de lucha, y una lección de historia.
Libertador muestra, muy rápidamente, a modo de “flashbacks”, la infancia de Bolívar (Édgar Ramírez), y los momentos que sembraron su determinación para defender los derechos de los pueblos indígenas, y esclavos; su posterior matrimonio con María Teresa Rodríguez del Toro (María Valverde), y la cicatriz que dejó su prematura muerte.
Revela su descenso a una Europa en decadencia, antes de que él redescubriera su conciencia social, para regresar a Las Américas, donde inició una serie de complicadas campañas militares que, en una elaborada puesta en escena, muestran espectaculares paisajes, bajo el fuego de los cañones de La Guerra de Independencia.
Consumada su victoria sobre las formidables fuerzas del Imperio Español, Simón Bolívar logra La Independencia de varios países, y establece la primera unión de naciones independientes de América Latina.
Sin duda alguna, Libertador puede marcar el comienzo de un cine Venezolano más industrializado, y eso se agradece.
“Más cuesta mantener el equilibrio de la libertad, que soportar el peso de la tiranía”
Todo intento de llevar la vida del Libertador a la pantalla grande, terminó por convertirse en grandes fiascos, o pasaron sin pena ni gloria.
Resumir la gesta del Libertador de las actuales Panamá, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, y Venezuela, en un espacio de 2 horas, es imposible.
Y digo difícil, porque no se puede compilar todos los detalles de la vida personal del Libertador, así como otros aspectos de La Guerra de Independencia, su estancia en Jamaica, o la gran política de estado con El Reino de España ya derrotado, y es que salen personajes tan importantes como:
Francisco de Paula Santander (Orlando Valenzuela), Francisco de Miranda (Manuel Porto), José Sucre (Erich Wildpret), Rafael de Urdaneta (Alejandro Furth), o los británicos, de hecho, un poco de base histórica, le vendrá bien al espectador, para que no se líe con tanta personalidad...
La historia de Libertador, está contada desde el punto de vista de Bolívar, interpretado por Ramírez, sobre sus aventuras y épicas campañas militares.
Por lo que Libertador inicia, con la famosa imagen de Bolívar, huyendo de sus enemigos, siendo salvado por Manuela (Juana Acosta), su más famosa amante, y valiéndose de un sin fin de licencias cinematográficas, nos narra la historia bajo una perspectiva bastante fresca, llena de energía, y con muchos huecos en el guión, que puede que pasen desapercibidos para aquellos que no saben su vida tan profundamente.
Esta súper producción, entiéndase, representa para el cine venezolano, un hito histórico que marca un antes y un después, muestra la trama, absolutamente bien interpretada, desde el punto de vista del guionista, que nos permite comprender, que hizo una verdadera investigación sobre los contenidos históricos, allí representados; y léase, una investigación con aportes históricos llevados al heroísmo cinematográfico; haciendo un pasaje muy aproximado de la vida de un hombre, que por la magnitud de la obra legada a la posteridad, dificulta su interpretación, por lo que el enfoque cinematográfico, se convierte en sí mismo, en una pesadilla de producción, cuando la historia no permite en sí, su entendimiento.
El propio guionista, Timothy Sexton, reconoció algunas imprecisiones, debido a las dificultades de comprimir a un mito, en 2 horas de entretenimiento.
No obstante, la ambientación decimonónica es sobresaliente, y el curioso ojo del espectador, se podrá deleitar con esos pequeños detalles bélicos, de vestuario, etc.; el aspecto técnico acorde al presupuesto, salvo que haga sol cuando nieva, o llueve…
La mayoría del metraje está rodado en exteriores, por lo que la fotografía también es otro aspecto a apreciar.
La fotografía es preciosa, definitivamente, al menos que me equivoque, es uno de los mejores trabajos fotográficos que han hecho en Venezuela, por no decir el mejor, que combinado con el diseño de producción, vestuario excelente y realista, y los paisajes elegidos, junto con esos colores de la bella fotografía, en la que se esfuerzan por darle un toque anticuado a las calles y casas de la infraestructura española colonial, hacen que Libertador transmita al espectador, esa sensación de estar en otra época.
El elenco, está encabezado por quien es hoy en día, la mayor representación venezolana en el cine a nivel mundial, Edgar Ramírez, siendo acompañado por otros actores de cierta trayectoria en el cine iberoamericano, y anglosajón.
Del viejo continente, también se trajeron a parte del casting:
La actriz española, María Valverde como María Teresa del Toro, esposa de Bolívar; mientras que el actor y cantante británico, Iwan Rheon, interpreta al militar independentista irlandés, Daniel O'Leary.
También, el escocés Gary Lewis, y los españoles Imanol Arias, y Antonio Pardo.
Por Latinoamérica, Arvelo reclutó a la colombiana Juana Acosta, quien es la heroína ecuatoriana, Manuelita Sáenz, pareja sentimental de Bolívar.
El talento criollo, está representado además de Ramírez, por Erich Wildpret como Antonio José de Sucre, papel para el que le rizaron el cabello.
Alejandro Furth como Rafael Urdaneta, Steve Wilcox; ambos radicados en Los Angeles; y Carlos Julio Molina.
Danny Huston, comparte otra vez en el cine con Édgar Ramírez; en una producción en la que participaron 10 mil extras, incluyendo, para las grandes escenas de acción, a los mismos que trabajaron en la saga “Piratas del Caribe”
Además que fueron usados, cientos de caballos, durante el rodaje.
No obstante, los personajes secundarios son meras caricaturas en Libertador:
Santander de antagonista; una representación muy gris y nula de Sucre; y Miranda, quedando relegado a un vil descreído; todo perfectamente encuadrado, para que ese desfile de pusilánimes personajes, no opaquen si no que exalten de forma muy falaz, al héroe de turno.
Por lo que surgen los cuestionamientos:
¿Cómo saber, desde dónde empezar la narración del protagonista?
¿Cómo saber, qué hechos contar, qué hazañas destacar, y cuáles descartar, sobre la vida y aventuras del figurante Libertador?
¿Qué es importante, y qué desdeñable de su vida personal?
¿Cuánta intensidad y énfasis, darle al personaje humano?
¿Magnificarlo, humanizarlo, ser fiel a los datos constatados, o adornar la grandeza de los eventos?
La historia del Libertador Simón Bolívar, héroe latinoamericano, es controversial, compleja, y en algunos tantos, confusa.
Sus adversarios y defensores, jamás se pondrán de acuerdo sobre su obra, más así no se le puede negar, que fue Líder Libertador de La Independencia de América, La del Sur.
La esperada historia sobre el héroe que libertó 5 naciones de América, despierta polémica; y no precisamente por el recorrido visual de 2 horas, magistralmente logrado, que causa impacto por los planos, los colores, y la representación de las batallas, que no le tienen que envidiar nada a grandes producciones de Hollywood.
Es el fondo de la historia, puede convertirse en objeto de encuentro para unos, y discordia para otros.
Alberto Arvelo, se aventura a contar la vida de Simón Bolívar, con elementos alejados de las versiones oficiales.
La exploración del personaje que plantea el cineasta, conecta emocionalmente con cualquier venezolano/sur/latinoamericano, y el final, deja muchas preguntas abiertas.
Y es que en Libertador, que sobrecoge al espectador, hay una inmensa falsedad histórica, solamente en la forma como cuenta el deceso del Libertador, ya en esas imágenes, han alterado completamente la verdad histórica del suceso, perfectamente bien conocida, gracias a una amplísima documentación, la cual casi nos cuenta, día a día, el año 1830, en la vida de Bolívar.
Y, desde luego, sus últimos 17 días, desde su llegada a Santa Marta, al atardecer del 1 de diciembre de 1830, en tan mal estado de salud, que debió ser bajado del barco, que lo traía en una silla de manos.
Vivió allí, hasta su deceso, 16 días después, falleciendo en compañía de su médico de cabecera, el doctor Alejandro Prospero Reverend, y de sus más fieles oficiales, y amigos.
Pero en Libertador, se han alterado completamente los hechos, con la sola idea de adular al César Imperante…
Nada de aquello sucedió como se ve en Libertador.
La comunidad cultural, debe protestar por tan grande, y grave falsificación de la historia, especialmente, por hacer creer al espectador, que El Libertador fue asesinado, cuando murió rodeado de gente de su afecto, entre los cuales, estaban su querido sobrino, que fue casi su hijo, Fernando Bolívar Tinoco (1809-1898), y quien fue, meses más tarde, en noviembre 4, de 1831; su sobrino político, al casarse con su sobrina Felicia Bolívar Tinoco (1806-1868), El General José Laurencio Silva (1791-1873)
En los últimos 17 días de su vida, estuvo casi siempre acostado, bien atendido por Reverend, quien se dio cuenta la vastedad de su dolencia, lo que luego certificó al hacerle la autopsia.
Por tanto, el personaje de tan buena salud, que encarna Edgar Ramírez, nunca existió.
Hacerle creer lo contrario a los espectadores, es alterar la historia, es una nueva falacia.
Algunas inexactitudes históricas, o licencias artísticas de sus autores, son también las siguientes:
El léxico de la época, no era el dialogado en Libertador, era un castellano educado, donde se trataban con formalidades, no se tuteaban.
La acentuación lingüística que empleó, no la identifiqué con la Venezuela de 1800, sino más bien, con la Venezuela del 2000.
A pesar que su tío materno, Esteban Palacios, conocía gente de La Corte Española, Bolívar no tuvo acceso a la misma, y menos está comprobado, que haya compartido algún juego, con el futuro Fernando VII de España, llamado “El Deseado”, siendo esto una anécdota sin base.
Juan Domingo de Monteverde y Ribas, reconocido militar, político, y administrador colonial español, nunca asistió a un almuerzo, ni en 1802, ni en ningún otro año, con la familia Bolívar.
Simón Rodríguez, maestro de Bolívar, nunca conoció a la esposa de Bolívar.
En el momento en que lo ponen en Caracas, en 1802, él estaba en Europa, probablemente en París.
Aunque en Libertador se sugiere, que Rodríguez se ocultaba de La Corona Española, y que su estancia en París es una mentira inventada para que no lo encuentren.
Bolívar nunca tuvo apoyo alguno de ningún inglés llamado, Martin Torkington (Danny Huston)
No hay pruebas que existiera, el personaje, simboliza solamente, el interés británico en América del Sur.
Bolívar, no entregó, al menos no personalmente, a Miranda a los españoles.
Bolívar no estuvo en El Asedio de Valencia, Venezuela; y no fue en 1812, sino en 1814.
En ese momento, estaba en El Cuartel General de San Mateo.
Antonio José de Sucre, tenía 17 años en El Sitio de Valencia, no un hombre adulto como lo es Erich Wildpret, el actor que hace de Sucre.
Monteverde, no expulsa a Bolívar a Cartagena; le da pasaporte para que salga del país; y Bolívar se va a Curazao, y luego a Cartagena, no a una selva inhóspita como sale en Libertador.
Es en Cartagena, donde Bolívar se enlista en el ejército neogranadino, y allí le asignan un contingente de 70 hombres.
No es Francisco José de Paula Santander y Omaña, quien se lo encuentra en las riberas de Magdalena.
Del mismo modo, Bolívar solicitó autorización a Cartagena, para avanzar hacia Venezuela; y no fue un acto improvisado con Santander, intentando detenerlo como se muestra en Libertador.
No hay referencias históricas, respecto a que Bolívar y Sucre, ya se conocieran en 1812, como se hace ver.
Antonio José de Sucre y Bolívar, nunca se despidieron en persona, en 1830.
Cuando Sucre fue a la casa de Bolívar en Bogotá, para despedirse, ya Bolívar se había ido; pero Sucre quizás, sí se encontró con Manuela Sáenz.
El Cruce de Los Andes, fue realizado por El Páramo de Pisba, que si bien cobró muchas vidas al ejército libertador, debido a sus bajas temperaturas, nunca su clima es nevado.
En otras palabras, Bolívar no pasó por la nieve.
El Coronel Irlandés James Rooke, no muere en La Batalla de Boyacá; muere unos días antes, producto de las heridas que recibió en La Batalla de Pantano de Vargas.
El Libertador, no luchó directamente en La Batalla de Boyacá, sino más bien, la dirigió.
En sus últimos años de vida, Bolívar tenía una incipiente calvicie, y no el pelo largo.
En Libertador, Bolívar es el mismo desde joven, hasta los 40 años; el personaje no engordó, no bajó de peso, no envejeció, sin cambios, sólo el pelo más largó en su adultez.
No se sí fue el director, que lo prefirió mantener igual, o un pequeño gran error de maquillaje, o asesoría de guión.
Desde su partida de tenis contra El Rey Fernando VII, cuando contaba con 17 años, hasta sus últimos momentos, Édgar Ramírez parece tener el mismo aspecto.
Ni siquiera una cana, o una entrada.
Si bien Ramírez clava el Simón Bolívar maduro, pero no cuela como adolescente…
Su sobrino, Fernando Bolívar, nunca lo traicionó, aunque no se menciona que era su sobrino en Libertador, solo se le llama Fernando, y lo muestran como un soldado cualquiera.
Bolívar, no hablaba inglés fluidamente, como se muestra; sin embargo, el idioma que dominaba, y hablaba muy bien, era el francés.
Juan Domingo Monteverde, interpretado por Imanol Arias, nació en San Cristóbal de La Laguna, en la isla Canaria de Tenerife; por lo que es poco probable que hablara un castellano peninsular como se muestra en Libertador.
Lo más probable, es que su acento canario, se mezclara con el acento del castellano que se hablaba en La Capitanía General de Venezuela, por aquella época.
La mujeres de Bolívar, en Libertador, pasan sin pena ni gloria, y es que María Valverde, lo poco que sale al principio, con desnudo incluido; como María Teresa, la mujer de Bolívar; da la impresión de que es el mismo papel que otras veces con su aspecto “lolitesco” y voz seductora.
Juana Acosta, como su amante, tampoco parece darle matices muy originales, si bien es cierto que ambas salen poco…
Mejor parece la aparición como villano, del siempre cumplidor, Imanol Arias como General al servicio del Rey, expropiando las tierras al “niño rico” de Bolívar.
Con todo, no termina de convencer, el hecho de porque Bolívar selecciono al Mariscal Sucre como su sucesor, el único vestigio que tenemos de su posible selección, son unos pocos segundos, en que Sucre le da avisos de posibles atentados contra la vida del Libertador, pero son momentos cortos, nada destacable, que se identifique con el espectador.
Y por último, y no menos importante, no es creíble, ni se entiende el por qué Bolívar, se convierte en luchador contra El Imperio Español.
Importantísimo este dato, pasado por alto…
En teoría, es por las injusticias, por los bandos opresores, y oprimidos.
Pero no, la trasformación de un millonario engreído, a luchador por La Independencia de Venezuela y La América del Sur entera, esta torpemente llevada.
La motivación de su lucha, no es creíble, y no se entiende, pongamos que según Libertador, Bolívar se convirtió en el líder militar, porque como dicen los españoles:
“Se le salió de los güevos”, criollamente dicho “porque le dio la gana”
Es un poco como de repente, su transformación, puesto que en Libertador no vemos ni una pisca de su conciencia social, al menos, en una escena ve maltratar a sus esclavos, y ni se digna en ser el que haga la diferencia en darles mejor trato...
Nada de eso, a pesar de que llama “madre” a una esclava negra, eso no dice nada de su justicia social, puesto que solo es presentación, no desarrollo de la conciencia del personaje.
No sé si el guionista hizo esto, para hacerle más humano, pero le salió torpe, y poco creíble el resultado.
Un Bolívar guiando un ejércitos de niños, mujeres, ancianos, y esclavos, quien conoce la historia sabe que esto dista mucho de lo real; de un discurso revolucionario y demagogo, haciéndole guiño a varios regímenes de tendencia izquierdista en Latinoamérica; los colombianos haciendo el papel de judas, o de chivos expiatorio, discurso xenófobo de moda en ciertos sectores políticos, también a la orden del día; y el héroe finalmente transformando en un mártir, mártir de una causa de la que no se indaga mucho, pero que sirve de excusa para el final wagneriano.
Todo parece indicar que Libertador es obra más complaciente con el régimen de turno chavista, y más propagandística, imposible.
En relación a Libertador, historia aparte, puedo decir definitivamente, que no tiene desperdicio.
Se puede aprender un poco de Bolívar, simplemente observándola, y si se es más acucioso, aprender elementos básicos de la historia patria, enfrentando algunas lecturas de bolsillo, simplemente hay que atreverse, y nada más.
Y ese detalle, un poco incómodo para digerir, que fueron los últimos 10 minutos, en donde el guionista no logro la transición final, que fue sin duda, el ocaso del héroe, pero todo fue tan maravillosamente editado, que se le permite la licencia creativa al director, de esta extraordinaria obra fílmica.
Aunque no sea una película bélica, ni de aventuras, hay buenas escenas bélicas, como:
La Batalla de Carabobo, y sobretodo El Sitio de Bogotá, o cuando cruzan Los Andes que no tienen nada que envidiar a otras películas estadounidenses; con tremendas panorámicas aéreas que no tienen desperdicio.
Visualmente, Libertador es probablemente, la película más espectacular que se ha rodado en Sudamérica, y que prácticamente, en todos los elementos técnicos, Libertador es excelente.
Por último, destacara a Gustavo Dudamel, Director de La Filarmónica de Los Angeles, quien debutó con Libertador, su primera banda sonora, con un resultado, a mi parecer, bastante satisfactorio, y que buscará acercarse más a Hollywood.
El director de orquestas, tiene experiencia en escribir partituras, pero no de largo aliento, como la de una obra cinematográfica.
Aquí, las orquestaciones con pinceladas de sonidos propios venezolanos, me permitió un rápido recorrido mental desde Los Andes hasta Las Riberas del Orinoco; la banda sonora es muy buena y se acopla bien con lo épico de la obra.
“El arte de vencer se aprende en las derrotas”
En general, Simón Bolívar, tuvo que compaginar en muchas ocasiones, las obligaciones políticas con las militares, por lo que muchas veces se ven entremezcladas entre sí.
Sin embargo, la trascendencia de sus ideales políticos, ha desembocado en un culto al personaje, vigente en muchas naciones latinoamericanas, que se consideran herederas de su obra.
Su obra política, ha sido analizada principalmente, a través de la copiosa correspondencia, informes, y discursos que realizó a lo largo de su vida.
Así, El Manifiesto de Cartagena, La Carta de Jamaica, y El Discurso de Angostura, están consideradas, sus principales exposiciones políticas.
La gran cantidad de bibliografía bolivariana, contrasta con la monotonía interpretativa, y la infiltración de anécdotas, que han servido para estructurar El Culto Bolivariano.
Son pocas las obras históricas de carácter crítico sobre la vida y obra de Simón Bolívar.
El romanticismo literario, ha tenido mucho que ver con este proceso de idealización, realizado por escritores que no eran historiadores, y que crearon al principio, la corriente de culto a Bolívar.
Su figura y pensamiento, han sido evocadas en América Latina, por distintas corrientes políticas, para defender sus ideas y proyectos, que van desde la extrema izquierda, hasta la extrema derecha.
La sacralización de la figura de Bolívar es, sin embargo, muy notable en Venezuela, siendo utilizada por los gobiernos de turno, para justificar y blindar sus proyectos.
Son notorios los esfuerzos realizados en este sentido, por el desparecido Presidente Hugo Chávez, quien intentó conferir a la figura de Bolívar, un carácter sagrado, haciendo de él, un ser perfecto, intachable, lleno de virtudes, e intocable.
Para Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, y Panamá, Simón Bolívar, más allá el título de “Libertador”, es “El Padre de La Patria”, porque gracias a su gesta libertadora, estas vastas regiones, inhóspitas en la territorialidad colonialista que engendró España, por casi 300 años, se convirtieron en naciones libres e independientes, con identidad, idiosincrasia, nacionalidad, y límites geográficos, acorde con su cultura ancestral.
Para toda Latinoamérica, la voz de Simón Bolívar es un mensaje, un aprendizaje, y un ejemplo de revolución innovadora; mientras que para el resto del mundo, su doctrina y su ideología, es un modelo de revolución, que se enarbola para invocar la liberación de los pueblos amenazados por la mano del imperio esclavizante, de allí el título de “Libertador” que celebran todas las instituciones diplomáticas acreditadas en el planeta.
Simón Bolívar fue, la personificación de los ideales más puros:
Lo material no le interesaba, no aceptaba sobornos, y era incorruptible, no acumulaba riquezas de ningún tipo; y por el contrario, las despreciaba, no utilizó las condecoraciones que con justicia se le otorgaba, no participaba en ningún tipo de negocio, su única razón de vivir fue, la entrega total por su pueblo:
“Quisiera tener una fortuna material que dar a cada colombiano, pero no tengo nada.
No tengo más que un corazón para amarlos, y una espada para defenderlos”, dijo.
Y hoy en día:
¿Dónde está ese Libertador?
¿Dónde quedó su legado?
¿Todavía vivimos esclavizados?

“Todos los pueblos del mundo que han lidiado por la libertad, han exterminado al fin a sus tiranos”



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