Viskningar och Rop

“Kan du föreställa sig hur någon kan leva med så mycket hat som har varit min börda?
Det finns ingen lättnad, ingen välgörenhet, ingen hjälp!
Det finns ingenting. Förstår du?
Ingenting kan undkomma mig för jag ser allt!”
(¿Puede usted imaginar, cómo alguien puede vivir con tanto odio, como ha sido mi carga?
No hay alivio, sin caridad, ¡sin ayuda!
No hay nada.
¿Lo entiendes?
Nada se me puede escapar, porque ¡lo veo todo!)

El existencialismo engloba muchas concepciones de la vida, que casi nunca, en el mejor de los casos, se concretan por quienes las postulan.
La ausencia del sentido de la vida, los límites de nuestra existencia en un mundo frívolo y absurdo, el desencanto por cualquier credo, o religión; la desesperanza de una población encaminada a su autodestrucción, son algunos de los axiomas que sostiene esta filosofía.
Sin embargo, esas concepciones, generalmente utópicas, logran materializarse mediante el arte, su mayor antítesis, que dota de belleza, al arruinado y perturbado mundo.
Con Ingmar Bergman, siempre queda algo que aprender…
Su legado es inagotable.
No hay película suya, en la que no se localice con frecuencia, una segunda o tercera lectura, o más.
Ir más allá, y entender que tras esas imágenes, aparentemente complejas, hay, nada más y nada menos, un deseo de alcanzar el clímax existencial de los momentos inevitables.
El ansia inexorable por inmortalizar, valga la paradoja, la mortalidad del ser humano.
El dolor de vivir.
El misterio imposible.
“Hur har jag lyckats att tolerera dig så länge och inte säga något?”
(¿Cómo he podido tolerarte tanto tiempo, y no decir nada?)
Viskningar och Rop es un drama sueco, escrito y dirigido por Ingmar Bergman, en el año de 1972.
Protagonizado por Harriet Andersson, Kari Sylwan, Ingrid Thulin, Liv Ullmann, Anders Ek, Inga Gill, Erland Josephson, Henning Moritzen, y Georg Årlin.
La trama gira en torno a los últimos días de vida, de una enferma de cáncer, que está siendo cuidada por sus hermanas y la sirvienta; es un retrato del dolor, de la angustia de vivir, de la enfermedad, y de cómo afecta a tus seres queridos, y a los no tan queridos; de la agonía, de experiencias pasadas, de turbulencias, de la infelicidad, de la muerte, de los sentimientos, de la soledad, de la existencia, de la sexualidad, de las relaciones de pareja, del amor impuesto, del amor libre, de los deseos, de los impulsos sexuales y sentimentales, de la religión, de la salvación del alma, de la limpieza de espíritu, de todo esto, y de mucho más.
Dirigida con un ritmo solemne, y con el estilo particular y subjetivo del director, esta es una obra que toma con profundidad la muerte, y las ocultaciones familiares, mostrando los sentimientos e intimidades, en una trama comprometedora, que incita al público.
El título elegido, “Viskningar och Rop” que se traduce a “Gritos y Susurros” es bello y apropiadísimo, y el director lo saco de un crítico musical, que escribió sobre un quinteto de Mozat, diciendo que era... “como escuchar gritos y susurros”
Y aquí se desprenden sonidos contrapuestos:
Los gritos están relacionados con lo que nos aleja:
El dolor, la angustia, la impotencia, la soledad, y la culpa.
En contraste, los susurros están asociados con lo que nos acerca:
Los sentimientos de ternura, de tolerancia, de amor, y de compasión.
Viskningar och Rop obtuvo El Premio Oscar a La Mejor Fotografía y estuvo nominada a 4 premios:
Mejor película, director, guión, y vestuario.
Viskningar och Rop explora el sufrimiento, la soledad, la esterilidad, y la angustia del alma.
A pesar de su temática triste, consigue capturar imágenes de indescriptible belleza, y  por ello, es considerada una de las mejores películas de la carrera de Bergman; ya que trata de sentimientos tan normales, de aquello ordinario llamado “amor” y de lo que acostumbramos a denominar como “cariño”
O más bien, trata de la falta de ellos, incluso más exactamente, de la incapacidad para demostrar afectos.
Viskningar och Rop es un estudio sobre la muerte, y sobre el efecto en los vivos, que Bergman va interiorizando en la piel de las 3 hermanas, y nos da un recorrido por sus miedos, sus frustraciones, sus recuerdos, el dolor y la ansiedad del presente.
Viskningar och Rop se rueda en Taxinge-Nasby, Suecia.
El tiempo de rodaje, no excedió los 42 días, y aunque el presupuesto rondó tan sólo los $400.000, Bergman se vio obligado a pedirle al director de cinematografía, Sven Nykvist, que invirtiera en la producción.
Como dato, la mansión en la que se localizó el rodaje, había permanecido deshabitada tanto tiempo, que tuvo que ser reformada, y redecorada para el rodaje.
La acción tiene lugar en una mansión solariega sueca, en los primeros años del siglo XX.
Karin (Ingrid Thulin) y Maria (Liv Ullmann), son 2 hermanas que acuden a la casa familiar, para acompañar a su otra hermana, Agnes (Harriet Andersson), que agoniza, a causa de un cáncer de útero.
Agnes, ha llevado una vida sencilla, y sigue soltera, viviendo en la casa de sus padres, tras la muerte de éstos.
Se interesa por el arte y la religión, confesándole sus inquietudes al pastor luterano, Isak (Anders Ek), y a su propio diario.
Además, cuenta con los cuidados de su sirvienta, Anna (Kari Sylwan), una mujer que tras sufrir la muerte de su hija, vuelca sus esperanzas en Dios, y desarrolla un estrecho vínculo afectivo con su ama.
Las 3 hermanas, habían estado muy unidas durante la infancia, pero han ido perdiendo el contacto, y la capacidad de demostrarse cariño.
A lo largo de la trama, se descubren también, las personalidades de Maria y Karin:
Mientras que Karin sufre por encontrarse atrapada en un matrimonio que ella misma desprecia; Maria parece una mujer superficial y caprichosa, que no tiene inconveniente en traspasar los límites morales impuestos, ni se preocupa verdaderamente por quienes la rodean.
Tras la muerte de Agnes, las otras 2 hermanas se separan, sin haber llegado a establecer una comunicación fructífera, y despiden a Anna, a quien permiten quedarse con el diario de Agnes, como única compensación; en él, lee una declaración de Agnes, satisfecha por los momentos de felicidad que había vivido.
Así pues, estamos ante un ejemplo de cómo se puede hacer una gran película con pocos materiales, y en poco tiempo de rodaje, una casa, 4 actrices, y 2 actores, y lo mejor de todo, Ingmar Bergman.
Viskningar och Rop ofrece un sombrío y depresivo retrato del dolor, en tanto todos sus personajes, son incapaces de encontrar alivio alguno a su dolor en la medicina, o la religión.
Pero esto no es ninguna sorpresa, después de todo, el fracaso de la religión, en confortar un alma atormentada, es un tema que domina la obra de Bergman.
Con Viskningar och Rop, inconsolable obra maestra del cine europeo de los 70, el espectador llega a sentir el malestar de la enfermedad, recordando que, algún día, incluso él también tendrá que morir. Por lo que Bergman analiza, y describe uno de esos temas que tanto miedo le daban, la muerte, ese momento antes de morir, el miedo al dolor, la soledad de esos momentos, antes de la muerte, ese silencio de Dios…
Bergman describe de manera perfecta esa angustia que le comía por dentro, la muerte, y sin duda sabe trasmitir esa angustia al espectador.
Viskningar och Rop es un tipo de arte que no se hace ya, que parece imposible que se pueda hacer, para un público que constantemente exige que “pasen cosas” en la pantalla, que es incapaz de saborear una escena, como puede saborearse un buen licor.
“Kom hit Maria.
Titta på dig själv i spegeln.
Du är vacker... men du har förändrats”
(Ven aquí Maria.
Mírate en el espejo.
Eres hermosa... pero has cambiado)
Tiene el cine de Bergman, la extraña capacidad de hablar sin palabras; pero tras cada secuencia, se esconde un enigma susurrado a media voz.
Un enigma escurridizo, de difícil accesibilidad, que se encuentra agazapado, esperando nuestra interpretación, pues nos encontramos ante un sistema simbólico, en el que prima la metáfora, y junto a ella, el canal de expresión, mediante el que somos capaces de aprehenderla:
La utilización de la plasticidad cinematográfica, y los elementos retóricos de la imagen, para llegar a acceder no sólo al intelecto, sino a las entrañas desde donde surgen los sentimientos más profundos.
Y de esa descorazonadora sensación de incomprensión de los mecanismos que rigen nuestro ser, y nuestra alma, surge ese grito desgarrador, que hiela la sangre, y en el que se encuentra la esencia de nuestros terrores íntimos.
La narración se estructura a partir de varios “flashbacks” que se alternan con el tiempo presente.
Estas remembranzas de instantes pasados, suelen ir precedidas por el primer plano del personaje al que se refieren, susurros apenas audibles y fundidos en rojo.
Cada secuencia de Viskningar och Rop resalta la corriente “expresionista”, plasmada en el potencial creativo del director, para narrar semblantes de la historia, en un detallado trabajo de composición; resalta sobre todo, el buen manejo de escenarios, selección de espacios pequeños, y con pocos personajes.
Ingmar Bergman en Viskningar och Rop, realiza un admirable trabajo visual, y casi fotográfico, con estupendos primeros planos de los rostros de las protagonistas, con el objetivo de explorar la naturaleza de la condición humana.
El director juega con todos los elementos de la imagen, para crear una atmósfera opresiva, que ilustre el encierro, tanto real como ficticio, al que se encuentran sometidas las protagonistas:
La iluminación se muestra tenebrosa, articulando luces y sombras, existe un predominio de la noche, como espacio esencial para dar rienda suelta a la descripción de las peores pesadillas que pueda albergar el alma del ser humano, el silencio lo invade todo, no sólo como medio para potenciar el psicologismo de los personajes, sino para transmitir a través de otros sonidos, como leves crujidos y gemidos de extraña procedencia, el silbido del viento, el rechinar de una puerta... la semilla de la inquietud, como si realmente nos encontráramos ante una película de terror, o de género fantástico.
Es importante destacar también, el tratamiento fantástico, pero tratado de modo naturalista, que en esta ocasión, Bergman da a la muerte de Agnes.
Ésta muere agonizando, en una escena durísima, evocando en posición a la muerte de Cristo, pues bien, en una secuencia posterior, Agnes misteriosamente “revive”, pidiendo ayuda, siendo rechazada por sus 2 hermanas, como si fueran discípulas, y recibiendo la ayuda de la bondadosa Anna, como mujer “pecadora” pero arrepentida, culminando con el plano antes citado, evocando “La Pietà” de Miguel Ángel.
Estos actos, así como los cuidados y afecto sentido por Anna, no serán tenidos en cuenta por las 2 hermanas, quedando avocada a la soledad, mientras lee en el diario de Agnes, un momento feliz de su triste existencia...
En la secuencia de cierre, por fin la cámara sale al exterior, y filma un jardín verde, lleno de flores, idílico, y hermosísimo, que pretende situarse como contraposición directa al ambiente irrespirable que había dominado hasta el momento la narración, por lo que se presenta como, un respiradero de calma y laxitud; en ella se describe una escena impresa en el diario de la difunta, que la criada está leyendo…
En él, Agnes narra una de las visitas de sus hermanas a la casa de su infancia, cuando su salud todavía no se había deteriorado del todo.
Todas corren y ríen, sin sentido ni razón.
Agnes es feliz, porque se encuentra alrededor de la gente que ama.
Visualmente, Viskningar och Rop impacta tanto el dolor físico como emocional de sus personajes.
Cada personaje tiene su propio tormento, que se descubre en el transcurrir del metraje.
Una de las características más distintiva, es su llamativa paleta de colores, hecha casi exclusivamente de rojo, negro, y blanco.
Estos colores, tienen una connotación metafórica definida para Bergman, y son usados para respaldar la narrativa.
En Viskningar och Rop, los colores y la fotografía, parecen ser más importantes que los diálogos.
El color rojo domina casi todas las escenas que se suceden en la casa, sugiriendo el interior del alma, y como alegoría al interior del útero, endometrio, que recordemos, es el lugar donde habita el cáncer de la protagonista...
Por lo que respecta al rojo:
No solo afecta paredes, suelos, y muebles; también hay sangre:
Del marido que se clava un puñal, de la hermana que se autolesiona; y el vino mismo.
El blanco, es el color usualmente vinculado a la pureza de Agnes, simbolizando la represión sexual.
Finalmente, el negro es el color que Bergman consistentemente asocia con el clero y la religión, en sus películas.
Es importante notar, que estos colores generalmente aparecen en 2 combinaciones, ya sea rojo y blanco; o rojo y negro, creando una dicotomía visual y temática.
Por tanto, Bergman parece sugerir, cómo aparentemente, las fuerzas opuestas afectan la condición humana, la naturaleza del alma por un lado, y las represiones socio-culturales por el otro.
Así, mediante fundidos en rojo, nos adentramos en la interioridad de los pensamientos de cada uno de los personajes, a través de sucesivas elipsis temporales, que nos transportan a hechos significativos, que determinaron en el pasado sus conductas en el presente.
Y por encima de todo, la increíble actuación de las actrices, especialmente desgarradora, es la muerte de la moribunda Agnes, casi insoportable; cada una de las cuales, proceden de una etapa distinta de la obra de Ingmar Bergman:
Harriet Andersson, de la primera; Ingrid Thulin, de la segunda; y Liv Ullmann de la última etapa.
El argumento de Viskningar och Rop, hace referencia a la enfermedad terminal que padece Agnes, un cáncer uterino.
Agnes es la 2ª de 3 hermanas, que siempre ha vivido en la casa paterna, y no se le conoció vida amorosa, faceta que se guardó para sí, y suele exteriorizarse, a través de su lado artístico, dibujando, o escribiendo.
En su vida, no ha aparecido nunca ningún hombre, y su amor ha sido para ella, un secreto bien guardado.
Ahora, a sus 37 años, se prepara para desaparecer del mundo, tan callada y sumisamente, como ha vivido.
No piensa que Dios haya sido cruel con ella, sino al contrario, dirige a Cristo sus humildes esperanzas.
Maria y Karin, por otro lado, experimentan una frustrante vida de represión y horror emocional, tan atroz, como la miseria física soportada por Agnes.
Karin, la hermana mayor, es una persona con un carácter intratable, se siente sola e insatisfecha con su matrimonio, casada con un diplomático que le profesa total indiferencia e incomprensión, y la llevó a ser una mujer sumamente distante, atormentada, fría hasta con su entorno familiar, como por ejemplo, odiando a su propia hermana.
Tiene 39 años; y vive en la otra parte del país.
Nadie diría por su fachada impecable, que ha sido madre de 5 hijos, y por ellos, quizás, su lealtad al matrimonio es inquebrantable.
A pesar de ese control aparente de sí misma, los sueños la atormentan, y no puede disimular una rabia contra la vida, y las actitudes de ternura.
Ella es el fiel reflejo de la decadencia moral y espiritual de las clases altas de la aristocracia, y la burguesía europeas, marcadas por la ociosidad, la laxitud, y la falta de auténticos valores, que doten de sentido la existencia.
Amargada, sin escrúpulos, fría como el hielo; así es Karin.
Su perenne mal humor, y rictus imponente, no hacen sino intentar esconder para sí misma, su profunda insatisfacción vital y sexual.
El resentimiento y la culpa, corroen sus venas, por eso, no permite que nadie la toque, para evitar cualquier contacto carnal, que le recuerde la ternura, o le haga revivir sus sentimientos.
Maria, es la menor de las 3 hermanas, casada, y con una hija pequeña.
También hizo un buen matrimonio, con un hombre apuesto y triunfador, de excelente posición social, y tuvo con él, una niña que ahora tiene 5 años.
Pero Maria es como una niña mimada, gentil, infantil, juguetona, sonriente, y con una curiosidad constantemente activa.
Está obsesionada con su belleza, y las posibilidades de goce que ofrece su cuerpo.
Ni se preocupa por el mundo que le rodea, ni le importan los límites morales establecidos.
A veces se vuelve egoísta, por lo infantil, sacando su lado más cínico y mentiroso.
Se caracteriza por ser demasiado frívola con su marido, no le importa transgredir las normas morales, como cuando tuvo un amorío con el médico de la familia, donde explotaba su lado sexual con su amante, y su lado cínico con su marido.
Por otro lado, su personalidad nos muestra su lado infantil, el amor por sus muñecas, y rememorando juegos en su infancia.
Así, Maria tiene 2 caras, pues parece dulce y misericordiosa, cuando en realidad es mezquina y ególatra.
Por otro lado, está la criada Anna, quién hace 12 años que trabaja en la mansión familiar, y perdió a su hija de pequeña.
Este episodio, la acercó más a Agnes, su empleadora directa.
Anna tiene unos 30 años, y de joven, tuvo una hija a la que Agnes apadrinó, aunque murió 3 años más tarde.
Todo ello creó entre ambas, fuertes lazos afectivos, y amistosos, probablemente amor lésbico, o cariño filial...
Anna es muy callada, religiosa, muy tímida, e inaccesible, pero siempre está presente, y pendiente en todo momento de su ama.
Se destaca su religiosidad, que parece ser la única forma de calmar el dolor por la pérdida irreparable de su hija.
Anna siempre al cuidado y servicio de Agnes, a quien le entrega mucho cariño, amor, y compasión.
De esta manera, se cierra el círculo de los personajes.
Destacar que existe cierta similitud, entre Agnes y Anna, en lo que respecta a la cuestión religiosa:
La primera se confiesa con el pastor, donde tiene largas charlas, como evoca este mismo cuando muere Agnes.
Y Anna, también se entrega a la oración, como reseñaba anteriormente.
De esta manera, el vínculo entre ambas es muy estrecho y fuerte, así como Agnes fue el soporte de Anna cuando murió su hija; de la misma manera, Anna acompaña a Agnes en su agonía, dándole mucho amor, como aquélla escena donde Anna se acuesta al lado de Agnes en posición fetal, y le acaricia y besa suavemente su rostro, con un pecho al descubierto, como alegoría de una madre con su hija.
Anna, es el espectador silencioso, que observa las intrigas y los enfrentamientos familiares.
Es el único personaje de naturaleza pura, sin antifaz que oculte posibles dobleces en su corazón.
Simboliza la bondad, la piedad.
Pero también está traumatizada, ya que en el pasado perdió a su hija.
Por eso, es la única que intenta insuflar verdadero amor en el cuerpo de la difunta, la única capaz de auxiliar su dolor, su pena, su llanto durante la agonía, de velarla cuando sus propias hermanas la rechazan temerosas.
El momento de la resurrección de Agnes, en un sueño de Anna, nos muestra la personalidad de Karin y Maria:
La primera le dice, que la detesta; y la última, al principio siente compasión, pero cuando siente la muerte en sus mejillas, sale corriendo, gritando aterrada…
Al final, Anna acepta la ingratitud de la familia, sin inmutarse.
Pero hay algo curioso en la descripción de todas estas mujeres, y es que en realidad, están todas muertas.
No se trata de una muerte física, y constatable como la de Agnes, sino de una muerte en sentido trascendente, y metafísico:
Todas se sienten totalmente vacías, huecas en su interior, porque han perdido todo aquello en lo que alguna vez creyeron, o amaron.
Están rotas por dentro, de dolor y de sufrimiento.
Puede que en el caso de Maria o Karin, este sentimiento haya sido infligido por su propia incapacidad para llevar una vida plena, pero en el de Anna, está totalmente justificado, al haber sido causado por el verdadero trauma de la pérdida de su única hija, quizás sea por eso, que se atisbe un mayor respeto en el tratamiento de su figura, por parte del autor.
Aun así, todas están solas, y son incapaces de comprenderse entre sí, porque ante ellas, aparece la barrera infranqueable de la incomunicación.
Aunque todos los personajes tienen diferentes, y muy bien delineadas personalidades, todos comparten una profunda agonía.
En cierto modo, Viskningar och Rop es una película sobre el dolor, tanto emocional como físico.
Por ejemplo, la sirvienta Anna, personifica el regazo materno, de forma alegórica, semejando a “La Pietà” de Miguel Ángel; y la muerte como un compasivo alivio al dolor que estaba sufriendo en su última, y extraordinariamente hermosa escena.
Y es que en Viskningar och Rop, lo realmente importante, no es la enfermedad de Agnes en sí, sino la manera en cómo, cada una de las personas que velan sus últimos días, se enfrentan a la presencia latente de la muerte.
Todas las mujeres, metafóricamente personifican monstruos.
La terrible enfermedad de Agnes es, en un modo “cronenbergiano”, un horror biológico, claramente relacionado a su anatomía sexual.
Las infidelidades de Maria, llevan al marido a tratar de cometer suicidio.
Y más horriblemente, Karin realiza un acto de automutilación en sus órganos sexuales, para molestar, y alejar a su esposo.
Por otro lado, Anna alegóricamente representa la figura maternal.
Pero de nuevo, Anna como madre, prueba ser una decepcionante falla, ya que tanto la criatura bajo su cuidado, su hija biológica, y Agnes, terminan muertas.
Innegablemente, Viskningar och Rop es una película sobre el mundo de la mujer, y es muy abierta, en términos de género, y políticas sexuales.
Por tanto aquí, la figura masculina queda relegada a un segundo lugar.
Los retratos que se ofrecen, son inconsistentes y pasivos:
El médico amante de Maria, el altivo marido de Karin, y el sacerdote; quedando totalmente aplastados por la fuerza de ese terrible universo femenino succionador, que todo lo absorbe y arrastra, de naturaleza, totalmente desmesurada e hiperbólica.
Y ese final, cuando se sientan en un columpio...
No podemos ver los rostros de Karin y Maria, y sí a Anna en un extremo, meciéndolas amorosamente, y en un primer término, a Agnes, ahora radiante y sana, experimentado en silencio, la magia de un momento irrepetible, quizás sólo para ella, en el que demuestra su agradecimiento, a la perfección de las cosas, y a la vida que tanto le da.
En ese último instante de plenitud, se condensa todo el sentido de Viskningar och Rop.
La razón es que, a pesar de querer transmitir la sensación de felicidad completa, ésta se demuestra ficticia, un engaño, según lo que hemos podido ver con anterioridad.
El mensaje pues, no puede ser más triste y lapidario, sobre todo, si recordamos las palabras crueles de Karin, ante el lecho del fantasma de Agnes, pidiendo auxilio:
“Lo que me pides es monstruoso, quizás si te amara... pero no”
Para muchos espectadores, el final ambivalente de Viskningar och Rop, ubica a Agnes en el paraíso celestial, donde es absuelta de todo su doloroso martirio.
Para otros, simplemente sugiere la futilidad de su sacrificio.
No obstante, como en muchos otros trabajos dirigidos por Bergman, la conclusión no es tan importante, como el proceso inolvidable de auto descubrimiento, soportado tanto por los personajes, como por los espectadores.
Además, hay 2 elementos visuales, que destacan desde el punto de vista expresivo:
Uno es la imagen repetida, y de primerísimo plano del reloj, con su movimiento de agujas, y en cada segundo.
El otro, es el color, especialmente el rojo, que viste toda Viskningar och Rop, desde las escenas en interiores, donde se desarrolla la acción, como los fundidos, y el título.
Sin duda, poseen ambos, un gran significado, y adquieren carácter de protagonistas en la obra, los planos del movimiento del reloj, es el paso del tiempo, incontrolable, pero como si fuera el marcapasos de la vida; y el color rojo, como expresión de la parte más viva del ser humano:
Su alma.
Curiosamente, en Viskningar och Rop, no se dice directamente, que Agnes tiene cáncer uterino...
Y una de las escenas que más angustia me han causado, es la escena en que la muerta reposa en la cama, y llora mientras habla con sus hermanas, es una escena maestra, pero angustiosa hasta más no poder; así como su agonía.
Y la música, seleccionada por Eric Nordgren, quien enalteció a Bach, para ambientar instantes de dolor, angustiantes, tristes; y Chopin, para ambientar relámpagos de felicidad, alegría, y paz:
La Suite para violonchelo nº 5, en do menor, BWV 1011 “Sarabande” de Johann Sebastian Bach, ejecutada por Pierre Fournier.
“La Sarabande (3/4)”, quizás sea tan prodigiosamente intemporal, una de las cumbres de la música de Bach, y por tanto, de toda la historia de la música.
Y La Mazurka en La menor, Op.17/4, de Frédéric Chopin, ejecutada por Käbi Laretei; demostrando gran sensibilidad.
Junto con la música, destaca la utilización del sonido, concretamente el “tic tac” de los relojes, que suenan a lo largo del metraje, y que da una sensación ambivalente, tanto de inexorable paso del tiempo, como de tiempo suspendido dentro de la casa familiar.
Además del sonido agonizante, y las profundas respiraciones que marcan también, el compás de las emociones.
“Inser du jag hatar dig och hur dumt jag hittar din fadd leende och ditt idiotiska flirtatiousness?”
(¿Te das cuenta que te odio, y lo tonta que encuentro tu sonrisa insípida, y tu coquetería idiota?)
Al irse un pariente, o un amigo cercano, se va un pedazo de uno mismo.
Se va el amor, o el afecto que regresaba a nosotros, del ser por nosotros amado, o apreciado.
Salvedad hecha para aquellos que tienen fe en algún signo religioso, que aparentemente llena ese vacío.
Somos nosotros y nuestra historia; una historia que no es individual, que es compartida con muchos.
Aquél, con el que un segmento de nuestro pasaje por este valle de lágrimas ha sido compartido, es testigo presencial de ese hecho histórico personal.
Cuando ese testigo ya no está, ya uno no puede rememorar con él, un hecho en el que él participó con nosotros.
Aquellas risas proferidas, o aquellas lágrimas derramadas en compañía, solo quedan en la memoria del que sobrevive.
Y después de que éste también se va... ya no queda nada.
Y nosotros, los espectadores, seguimos con nuestra vida, en una habitación llena de relojes, avanzando inexorables hacia nuestra última exhalación.
Y la duda nos envuelve:
¿Estamos aprovechando estas horas, estos minutos, estos segundos?

“Komma vad som komma, är denna lycka.
Jag kan inte önska sig något bättre.
Nu, några minuter, kan jag uppleva perfektion.
Och jag känner mig djupt tacksam mot mitt liv, som ger mig så mycket”
(Pase lo que pase, esta es la felicidad.
No puedo pedir nada mejor.
Ahora, durante unos minutos, puedo experimentar la perfección.
Y me siento profundamente agradecida a mi vida, que me ha da tanto)



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