Deliver Us from Evil

“You haven't seen true evil”

Nacido el 14 de junio de 1962, Ralph Sarchie, hoy de 53 años, pasó 20 años en El Departamento de Policía de New York, patrullando las calles de Manhattan y Brooklyn, pero cuando no estaba de servicio, el veterano policía combatía a las fuerzas del mal que acechaban en la ciudad…
Sarchie se unió al Departamento de Policía de New York, en 1984, y fue asignado a un equipo especial para “limpiar” las calles de Manhattan.
Pero en su tiempo libre, disfrutaba de la lectura paranormal, informándose del trabajo de Ed y Lorraine Warren, famosos investigadores paranormales; de hecho, era tal la fascinación del Sargento Sarchie por el mundo sobrenatural, que incluso se reunía con los Wa
rren en su casa de Connecticut todos los lunes, donde comenzó a conocer a personas que creían que sus seres queridos estaban poseídos por demonios…
“Me convertí en uno de sus estudiantes, y comencé a investigar casos con los Warren”, dijo El Sargento Sarchie.
Y todo parece indicar, que el destino del Sargento Sarchie, era el de combatir a las fuerzas del mal; pero lo más sorprendente es que, a pesar de que siempre había tenido una cierta creencia en la existencia de un ser superior, él no se consideraba un hombre particularmente religioso, es decir, hasta que comenzó a luchar contra lo que él dice que son, “fuerzas sobrenaturales peligrosas”
Ralph Sarchie, fue ayudante en exorcismos practicados por un cura irlandés en New York, llamado Malachi Martin, quien publicó en 1975, su libro de experiencias paranormales, llamado “Hostage to The Devil”, centrado en 5 casos que atendió.
En particular, Martin fue ayudante del Cardenal Bea en El Concilio Vaticano II, experto en el diálogo con el judaísmo y los ortodoxos; y después de trabajar en La Compañía de Jesús, emigró a Estados Unidos, trabajó de taxista, y limpiando platos...
Finalmente, se dedicó a escribir novelas; que también influyó en Sarchie, a hacerlo.
El libro que Sarchie publicó, llamado “Beware The Night”, revela los misteriosos casos de posesiones, de los cuales Sarchie ha sido testigo privilegiado en su carrera de policía.
Sus páginas nos muestran a Sarchie, cómo un duro policía convertido en “cazador de demonios”, acompañado siempre de su colaborador, El Sacerdote Joe Mendoza.
Su vocación, por cierto, le habría venido después que Sarchie sobreviviera a una grave enfermedad que contrajo cuando tenía 10 meses de edad…
Cuando se recuperó, su madre Lillian, vio la intervención divina:
“Dios lo dejó aquí por alguna razón.
Para hacer algo”, dijo ella.
El libro describe con profusión, varios casos de posesión demoníaca, como la historia de Dominick y Gabby Villanova, quienes fueron acosados por un supuesto demonio, que se presentó en una nube de humo, en la esquina de su dormitorio.
Este incidente, llegó acompañado de “gemidos y gruñidos” que se escuchaban desde el sótano, y la aparición de palabras escritas al revés, en el espejo del baño.
Según Sarchie, se trataba “de uno de los demonios más peligrosos del infierno”
O el caso ocurrido en 1992, cuando debió atender el caso de una mujer poseída, atada a una silla, que con fuerzas sobrehumana, comenzó a escupir, y atacar a los hombres que la rodeaban...
En todos los casos, Sarchie aparece siempre acompañado de sus implementos habituales:
Su pistola 9 mm, una astilla de La Vera Cruz, medallones religiosos, agua bendita, y un crucifijo.
Todo lo contrario de los llamados parapsicólogos, “que se acercan a fantasmas con sus cámaras, y artefactos tecnológicos, en lugar de agua bendita, y reliquias.
Sarchie relata, en todo caso, que “cuando estoy frente a un demonio, mi corazón empieza a acelerarse.
Y siento una especie de dolor, que me indica cuando estoy en la presencia del mal”
El policía agrega, que cuando atiende estos casos, no cobra ningún tipo de remuneración.
“La verdad es que me gusta ayudar a la gente.
Cuando Joe y yo manejamos casos como “demonologistas” en nuestras horas fuera de servicio, no cobramos un centavo”, confidenció Sarchie, quien admitió en todo caso, que se compró una casa en Long Island, con el dinero que obtuvo por la venta de los derechos cinematográficos de su libro que también se llamó:
“Deliver Us from Evil”
“Ayudar a las personas que tienen problemas espirituales, no es una carrera para nosotros.
Es una vocación que siento como cristiano comprometido, porque tengo una misión muy especial:
Reventar al Diablo y sus demonios”, sentenció.
De los muchos exorcismos que ha participado, y asistido, El Sargento Sarchie dijo, que el momento más aterrador que ha presenciado, fue cuando colocó un crucifijo junto a la cabeza de un individuo, que supuestamente estaba poseído por una entidad diabólica, y cuenta:
“Coloqué un par de objetos religiosos a esa persona, en el lado derecho de la cabeza.
Podía ver sus ojos, miraban fijamente el crucifijo, pero no giraba la cabeza.
Su cabeza parecía la de una estatua… pero de repente, sus ojos comenzaron a dar vueltas, era una cosa espantosa de ver.
He sido policía durante mucho tiempo.
Tuve que lidiar con una gran cantidad de personas con trastornos mentales, y he detenido a algunas personas muy peligrosas, y yo nunca, nunca en mi vida, había visto algo así.
La mirada de un asesino, no se parece en nada, a una persona que está bajo la posesión”
En otro caso, Sarchie decidió usar una camisa de fuerza…
Según describe en su libro, la persona poseída, estaba fuera de sí, era un demonio realmente peligroso.
Cuando el sacerdote realizó el exorcismo, lo primero que hizo, fue rociarle con agua bendita, pero sorprendentemente, el hombre logró romper las ataduras de la camisa de fuerza, y se puso de pie, mientras emitía un rugido aterrador...
Pero después del exorcismo, el demonio desapareció.
Pero no todos los casos estaban relacionados con posesiones:
En una ocasión, una mujer estaba realmente preocupada por los fenómenos inexplicables que ocurrían en su casa del Bronx.
El Sargento Sarchie se encontraba fuera de servicio, y fue testigo de cómo ciertos objetos, eran impulsados por una fuerza invisible; y cuenta.
“Voy a explicarle su problema.
Su casa ha sido invadida por un espíritu demoníaco, y está causando todos estos fenómenos.
Sólo un demonio, puede mover inexplicablemente algo tan pesado como una lavadora, o hacer que un objeto desaparezca.
Ningún espíritu humano, o un fantasma, pueden hacer eso”
A lo largo de su experiencia con lo sobrenatural, Sarchie fue testigos de múltiples signos de posesión, incluyendo fuerzas sobrenaturales, hablar en diferentes idiomas, tener conocimiento de hechos imposibles de conocer, hablar en idiomas que la persona desconocía, o reproducir sonidos de animales.
Y a pesar de ser a día de hoy, un conocido demonólogo, él dice que nunca ha aceptado dinero por sus servicios.
De hecho, en ocasiones tiene que financiar sus propios gastos de viaje.
Hoy, el ex sargento Ralph Sarchie, ha participado en más de 20 exorcismos, y ha investigado más de 50 casos paranormales.
Decir que el cine de horror hoy en día es “malo”, es decir una mentira.
De las propuestas exhibidas, un pequeño porcentaje, sobrevive por grados de creatividad, bien enfocados a un tipo de cine diferente.
En realidad, hay varios factores que influyen en esto, pero el concepto de “creatividad”, es el que más aprecio cuando veo una buena película de horror.
La pregunta es inevitable:
¿Cómo se puede hacer una película de horror diferente, e innovadora?
“You see, Father, as we speak every day, out there, someone's getting hurt, ripped off, murdered, raped.
Where's God when all that's happening?”
Deliver Us from Evil es una película de terror, del año 2014, dirigida por Scott Derrickson.
Protagonizada por Eric Bana, Édgar Ramírez, Olivia Munn, Joel McHale, Sean Harris, Dorian Missick, Antoinette LaVecchia, Scott Johnsen, Valentina Rendón, Daniel Sauli, Olivia Horton, Chris Coy, Mike Houston, Sean Bennett, Lolita Foster, Lulu Wilson, Jenna Gavigan, entre otros.
El guión es de Paul Harris Boardman y Scott Derrickson, basados en el libro de no ficción, titulado “Beware The Night”, también titulado “Deliver Us from Evil”, publicado en el año 2001, por Ralph Sarchie y Lisa Collier Cool; siendo entonces, cuando Bruckheimer, Mike Stenson, Presidente de La Compañía Productora, y El Productor Ejecutivo, Chad Oman; quedaron fascinados por la posibilidad de fusionar una historia clásica de la policía de New York, con un relato paranormal, basado en eventos reales.
Scott Derrickson, quien se siente atraído por su naturaleza hacia los temas que son, tanto espirituales como sobrenaturales, ya que considera que hay profundos vínculos entre ambos entornos, fue el encargado de escribir el guión; el cual no se basa en una historia verdadera, en el sentido completo de la palabra, pero se inspiró en los casos paranormales que describe el libro de Ralph Sarchie, entrelazados en una trama.
El argumento, que vincula las distintas piezas, es ficticio, pero las espeluznantes escenas que la forman, todas se basan en eventos que le ocurrieron a Ralph; quien luego de 18 años de servicio en la policía, actualmente se considera demonólogo, asistiendo a sacerdotes, en sesiones de exorcismos.
Incluso, durante su época, trabajando en El Precinto 46 de New York, uno de los más peligrosos de la ciudad, Sarchie investigó varios casos de posesiones, y las documentó en su libro, del cual toma su base la película.
Además, como dato, y bajo la dirección de Gabriel Noble, Sarchie realizó un corto documental de 15 minutos, donde explica, cómo entró a formar parte de estas investigaciones demoníacas; en dicho documental, hay testimonios de su madre, su hija, que vivió eventos paranormales cuando era niña; y de compañeros de la policía, además de presentar algunos clips de sesiones de exorcismos en las que participó.
Por su parte, Scott Derrickson cuenta, que después de leer por primera vez el libro escrito por Ralph Sarchie, y conseguir el financiamiento para hacer la película, voló a New York para conocerlo:
“Me llevó a su Comisaría, la más peligrosa del país, y juntos patrullamos por la zona del Bronx de noche.
Allí me di cuenta, lo serio que era como policía.
Se trata de un tipo que se mete continuamente en peleas, persiguiendo a degenerado y criminales, y al que le han disparado en varias oportunidades.
Tiene como 300 detenciones a su haber”, cuenta el director, quien agrega que Sarchie le enseñó en esa oportunidad, un montón de cintas de exorcismos reales, en los que había participado, y que habían sido aprobados por La Iglesia, reproduciéndole también, espeluznantes grabaciones de audio.
“Nos enseñó documentación de diferentes casos.
Lo más sorprendente, fue darme cuenta que todo esto era real, que este tipo estaba haciendo todo esto” dijo.
Así pues, Deliver Us from Evil se rodó en New York y Abu Dhabi; y sigue de cerca al Sargento Ralph Sarchie (Eric Bana), del cuerpo de policía de New York, que ha sido testigo de toda clase de maldades, en las despiadadas calles del sur del Bronx.
Sarchie, destinado en El Distrito 46, en uno de los barrios más duros del país, ha presenciado conductas, apenas dignas de considerarse humanas, y tanta atrocidad, empieza ya a pasarle factura, oscureciendo su alma, hasta el punto de afectar a su relación con su mujer, Jen (Olivia Munn), y su hija pequeña, Christina (Lulu Wilson)
Pero, cuando lo envían a investigar un singular incidente, el cada vez más atribulado Sarchie, y a su sarcástico compañero, Butler (Joel McHale), un antiguo miembro de Los Rangers del Ejército de EEUU, siempre listo para luchar, los acontecimientos que se irán sucediendo, pondrán a prueba las creencias, y la forma de pensar del pragmático Sarchie.
Y se ve metido en una frágil alianza con Joe Mendoza (Édgar Ramírez), un sacerdote jesuita renegado, cuya propia fe, se ha visto puesta a prueba en más de una ocasión, y que intenta convencer al escéptico Sarchie, de que esos sucesos, cada vez más horripilantes, no son ni más ni menos, que encuentros con varios casos de posesión
Juntos, trabajan para resolver el caso, y para lograrlo, tendrán que luchar contra fuerzas paranormales, que trabajan en contra de ellos.
Los 2 deberán exorcizar a un demonio en un hombre, Santino (Sean Harris), que ahora es el único sobreviviente de un pequeño grupo de personas que se ocultaba en una cueva en Irak… para parar futuros crímenes y la vida de su familia.
“Ralph Sarchie, do you renounce Satan and all of his works?”
Deliver Us From Evil, es una película sobre posesiones demoníacas, pero sobrellevado con un estilo de “thriller” policial “Neo-Noir”, donde el protagonista tiene conflictos internos, religiosos, y problemas de otra índole personal, más una ambientación que casi siempre es oscura y sucia.
Esto hace que Deliver Us from Evil cobre mucha fuerza en los primeros pasajes, y durante gran parte del metraje; donde la realidad supera el terror cotidianamente, llevándonos a la búsqueda de una nueva vuelta de rosca, en lo que se refiere a los sustos; porque el “basado en hechos reales”, nos enfrenta a lo más oscuro de nosotros, de lo que somos capaces; y vemos impávidos en la pantalla, elevarse y gruñir al poseído, siempre sintiendo en lo profundo, en las entrañas, que eso todavía puede superarse con un noticiero…
Y New York se presenta, como si fuera poco menos que El Infierno sobre La Tierra:
Sucia, enfermiza, y peligrosa, como un nido de seres rotos y traumados, o inmigrantes de raíz extranjera, latina/italiana; que vienen a transformar la racional sociedad de EEUU, en un aquelarre de magia y demonios; así de laberíntica, sucia, húmeda, y casi medieval; hacen de esta urbe, un caldero propicio para lo que vendrá.
Deliver Us from Evil, analiza el caso de asesinos, supuestamente poseídos por un demonio, quien les llevó a actuar.
La obsesión, por el caso, le hace recordarse del desequilibrio que sufrió una vez el protagonista, y que logró que su fe se desvaneciera.
Sin embargo, ahora debe creer en la posibilidad de lo sobrenatural, y aceptar que existe algo inexplicable en el caso.
Junto a un cura especializado, se encargará de encontrar la verdad, sobre los mensajes extraños que se esconden en las paredes de los perpetradores, la violencia irracional generada en el caso, y el sentido diabólico que irradian los crímenes.
Creo que ya pueden adivinar qué ocurre al final...
¡Un exorcismo!
Deliver Us from Evil documenta el caso del policía, haciendo uso del ambiente tenebroso, y manipulado para lograr un terror sobrenatural, y no un “thriller” de ínfulas de realidad.
Al igual que su inspiración más clara “The Exorcist” (1973), Deliver Us from Evil va sobre el juego de la fe y la verdad, de la aceptación del lado bueno y el lado malo que todos alejamos.
Pero desafortunadamente, no hace uso de la esencia mística que su idea principal presenta, y al final, termina siendo una más, sobre un policía enfrentándose a un caso difícil.
Sobre la película, Sarchie comenta:
“No me gusta llamar la atención, sin embargo, espero que Deliver Us from Evil sirva para un bien mayor.
El diablo es muy real, y es muy activo en nuestra vida.
Durante mis años de policía, aprendí que conocer a tu enemigo, es una necesidad con el fin de derrotarlo”
Pero no hay nada en Deliver Us from Evil que sea fresco, gratamente inesperado, o lo que es aún peor, terrorífico... nada; todo parece ser un descarado y tedioso collage de otras cintas del pasado, comenzando por el forzoso:
¿Por qué en este tipo de cuentos macabros, los personajes no aceptan que algo sobrenatural está ocurriendo, cuando algo sobrenatural está ocurriendo?
Deliver Us from Evil, logra en gran parte de su duración, meternos en situación, aunque no tenga escenas de terror que nos vayan a dejar noches sin dormir, ni lo intenta, la etapa “thriller” detectivesca, logra enganchar, y mantener la tensión, adornado con algunos momentos sobrenaturales… pero el gran lastre llega en el desenlace; además de la ambientación, donde se nota cierta “influencia” de David Fincher en “Se7en” (1995), por esos recovecos laberinticos, sucios, y oscuros, que no hacen más que desorientar al espectador, y crear cierta atmósfera opresiva, que va de la mano con la, cada vez más complicada, tarea policíaca…
Aquí nos encontramos con el típico cura bebedor y fumador; con el “Buddy” gracioso, el que cuenta los chistes cuando el protagonista se muestra serio y pétreo; y con la ya obligatoria  larga, y en este caso, muy risible secuencia del exorcismo, que es, sin duda, de lo peor de la obra, por lo formulista que es.
Eso sí, el peluche del búho, puede quitar el sueño al más pintado…
Curiosa la figura del búho, pues es símbolo de la clarividencia, la noche, el frío, y la muerte en El Antiguo Egipto; que se repite tanto en murales como en muñecos…
Y también, la conjunción idiomática, del latín a español, italiano, pasando por lenguas muertas, un clásico ya desgastado…
Pero acá, todo se verá en las paredes, y en el tajeado cuerpo del pobre Santino.
El propio exorcismo, es tan largo, que deja de dar miedo por la mitad; para dar paso posteriormente, a los vacíos que se dejan a medio camino:
¿Para qué la mujer se escapa del sanatorio?
¿Quiénes eran los Marines?
¿Qué ocurrió con él, después del exorcismo?
¿Cuál fue el pasado de ellos?
¿El demonio se llama “Jungler”?
La maldición que, a fin de cuentas es el eje de la trama:
¿De dónde proviene, quién la inventó, y cuál era su fin?
Durante todo el metraje, nos venden la idea de que el personaje de Eric Bana, también está poseído por ser “débil” que nunca se logra saber las razones, hasta de su propio “radar” y es cuando al final, al analizarla, se viene abajo todo.
Con una sobre explicación de los antecedentes del personaje principal, que deviene en una situación familiar melodramática en exceso, la reiteración sobre el mal que encierran las canciones de “The Doors”, que parece más bien un mal chiste, y una larga y ridícula escena de exorcismo, dan al traste con un filme que pintaba interesante, desvaneciendo de a poco, las atmósferas conseguidas.
Y el trayecto final, es sin dudas el peor, con mucha falta de imaginación e inspiración, donde todo se resuelve de la manera más simple y rápida, pues se merecía un final más acorde.
Quizás se deba, a que estaba basado “en hechos reales”, y no podían irse demasiado por las ramas, pero incluso el trayecto en su totalidad, no da miedo en lo absoluto, y le falto mucha fuerza, en un ejemplo claro de que para dar miedo, se necesita de una sensibilidad especial, por parte del director, y no alcanza simplemente con sonidos estruendosos, maquillaje, y luces parpadeando, eso es un recurso demasiado obvio, para los tiempos que corren; y es que también, no es que el subgénero sea maltratado por la industria, es que no da más de sí.
Las posesiones llegan a dar un poco de risa... y poner a The Doors como de banda sonora, resultó hasta insultante.
Hay por lo menos, 6 referencias a sus canciones, a lo largo del metraje, en especial, en la escena del exorcismo, donde el poseso dice:
“Is everybody in?
Is everybody in?
The ceremony is about the begin”, en una clara alusión a “Celebration Of The Lizard” de la citada banda.
Sin comentarios.
“A saint is not a moral exemplar.
A saint is a life-giver”
A lo largo de los años, hemos visto innumerables historias de terror, llevadas a la pantalla grande, “basadas en hechos reales”, o ficción, producto de la imaginación del que creó, o inventó la historia…
Este género, tiene millones de seguidores, pero siempre dependerá de la óptica o creencias del espectador que lo ve.
Ralph Sarchie, ni de lejos, gente de Hollywood, es rudo y curtido, pero también espiritual.
El ex policía, se cruza de brazos, y asiente con la cabeza, al tratar de poner en palabras, lo que él sentía con las películas sobrenaturales, antes de que los demonios, las posesiones, y cosas por el estilo, se volvieran parte de su vida en su trabajo policíaco, y argumenta:
“Desde muy temprana edad, me gustaron las películas de horror.
Leía libros de horror, de policías, bomberos, y militares.
Con el paso de los años, empecé a ver, que esto tenía algo de realidad.
La primera película que tuve conciencia de ver, fue “The Exorcist” (1973)
Me asustó; tenía 10 años cuando la vi, y no tengo dudas de que fue una de las películas de formación para mí.
Cuando aprendí a basarme en la fe, el miedo prácticamente desapareció”
Añade Sarchie:
“Estoy en el oscuro sótano de una casa que está poseída por los demonios.
Ese no es mi plan para pasar una tarde divertida pero, le repito, todo se reduce a la fe.
Ésa es mi protección.
Ésa es la única protección que tenemos.
La película Deliver Us from Evil, no es acerca de un policía, o del diablo, es sobre Dios”, afirma.
“Hay espiritualidad.
Hay aspectos de la vida en los que estamos involucrados, pero la verdad no tenemos ni idea, de la batalla espiritual que se libra en nuestro alrededor, a la que estamos sometidos”, sentenció.
Y es que hay cosas en este mundo, que sencillamente van más allá del razonamiento normal, que un ser humano puede discurrir.

“In the hearts of people like you, who put a stop to it.
I mean, we can talk all night about the problem of evil, but what about the problem of good?
I mean, if there's no God, if the world is just “survival of the fittest”, then why are all the men in this room willing to lay down their lives for total strangers?
Hmm?”



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