St. Elmo's Fire

“They thought they'd be friends forever, but forever couldn't last”

Se llama “Coming-of-age” al género literario y cinematográfico, que se centra en el crecimiento psicológico y moral del protagonista, a menudo desde la juventud hasta la adultez.
El crecimiento personal, y los cambios, son características importantes de este género, el cual cuenta como base, con el diálogo y las respuestas emocionales, en vez de la acción.
En muchos casos, el protagonista es un hombre joven, y la historia es en ocasiones, contada mediante “flashbacks”
Las temáticas giran entorna a la identidad sexual, la filosofía personal y las opiniones políticas que pueden formar parte del argumento.
Por su parte, se llama “Brat Pack” literalmente, “Pandilla de Mocosos” a un conjunto de jóvenes actores, que aportó al cine de Hollywood de nueva savia, dotándolo de un relevo interpretativo generacional.
El grupo, fue bautizado así, por el periodista David Blum, en un artículo publicado en el New York magazine; y tuvo sus pilares básicos, en películas como:
“The Breakfast Club” (1985) de John Hughes, y “St. Elmo Fire” (1985) de Joel Schumacher, a la que cabría añadir “The Outsiders” (1983) de Francis Ford Coppola.
Cada uno de los citados títulos, supuso una vuelta de tuerca al cine de consumo juvenil, y su exitosa formula, se sigue replicando hoy en día con éxito.
Estas 3 películas, dieron la denominación de “Brat Pack”, no sólo era la incursión de los actores en ellas, sino la amistad, las constantes fiestas, y la popularidad de estos en el Hollywood ochentero, que tras el artículo de Blum, los actores decidieron no frecuentar los mismos sitios, y mucho menos, aceptar roles de estilo juvenil.
La denominación “Brat Pack” como tal, es obviamente una deformación paródica del famoso “Rat Pack”, con el que en los años 50 y 60, se denominó al grupo de artistas; actores y músicos estadounidenses, que reunidos como amigos, se generó alrededor, primero de Humphrey Bogart, y a su muerte, alrededor de Frank Sinatra, y que trabajaron juntos en películas, conciertos, espectáculos, incluso en eventos políticos.
Activo entre mediados de la década de 1950, y mediados de la de 1960, sus miembros más conocidos, fueron, aparte de Sinatra:
Dean Martin, Sammy Davis, Jr., Peter Lawford, y Joey Bishop, como núcleo principal; además, formaron parte ocasional del mismo, artistas como Shirley MacLaine, Lauren Bacall, Angie Dickinson, Marilyn Monroe, y Judy Garland.
Posteriormente, en la década siguiente, David Blum llamó a los actores que se encontraban cosechando éxitos en filmes del género “teen movies” como “Brat Pack”
Esta vez, el grupo era liderado por Emilio Estevez, Molly Ringwald, Demi Moore, Andrew McCarthy, Ally Sheedy, Judd Nelson, y Anthony Michael Hall.
Sin embargo, nombres como:
Michael J. Fox, Tom Cruise, Kevin Bacon, Matthew Brodderick,  Robert Downey Jr., Sean Penn, Matt Dillon, Rob Lowe, C. Thomas Howell, Ralph Macchio, Nicolas Cage, Timothy Hutton, Jon Cryer, Matthew Modine, John Cusack, Jami Gertz, Mary Stuart Masterson, James Spader, Lou Diamond Phillips o Kiefer Sutherland, entre otros, también se incluyeron dentro de este círculo.
Así, a temprana edad, esta generación de actores de los 80s, ya eran ricos y famosos; y 30 años después, sus películas han sido catalogadas como “clásicas” y “de culto”
Del mismo modo que en los 90’s tuvieron su Generación X, con Nirvana como estandarte; los 80’s, fueron derroche sentimental y fiestas coloridas con el “Brat Pack”
Pero mientras algunos miembros del grupo prolongaron exitosamente su carrera, a lo largo de las siguientes décadas, otros quedaron eclipsados por el éxito juvenil, o fueron víctimas de distintas adicciones...
“Love, love, you know what love is?”
St. Elmo's Fire es una comedia del año 1985, dirigida por Joel Schumacher.
Protagonizada por Emilio Estévez, Rob Lowe, Andrew McCarthy, Demi Moore, Mare Winningham, Ally Sheedy, Judd Nelson, Andie MacDowell, Joyce Van Patten, Martin Balsam, entre otros.
El guión es de Joel Schumacher & Carl Kurlander; y está considerada, una “película de transición adolescente” del llamado “Brat Pack”, centrándose en un grupo de amigos, que acaba de graduarse en la Universidad de Georgetown, sobre los ajustes a la vida post-universitaria, y las responsabilidades de la vida adulta.
Como dato, la película “The Breakfast Club” (1985) protagonizada por Estevez, Nelson, y Sheedy; en ese momento de 22, 25 y 22 años respectivamente, interpretan a estudiantes de la escuela secundaria, junto a Anthony Michael Hall y Molly Ringwald, que son los únicos 2 miembros del “Brat Pack” que no aparecen en St. Elmo's Fire; mientras que en el mismo año, aquí interpretan a graduados universitarios.
La canción “St. Elmo's Fire (Man in Motion)”, estuvo nominada para el premio Oscar a la mejor canción original; pero luego fue declarada inelegible, y descalificada, porque no había sido escrita, especialmente para St. Elmo's Fire.
La canción, fue escrita antes, y el título fue inspirado por la música, por lo que Joel Schumacher hizo que “St. Elmo's Fire (Man in Motion)”, sea el tema principal.
Por otra parte, el bar ficticio de St. Elmo, fue construido en un estudio de Hollywood; y se basó en el infame bar “The Tombs”, de Georgetown, en Washington D.C.
Sin embargo, para las tomas exteriores, se utilizó otro bar de Georgetown llamado “Third Edition”
Las escenas de universidad, fueron filmadas en La Universidad de Maryland, en College Park; EEUU.
Así las cosas, tras acabar sus estudios, un grupo de íntimos amigos, deben enfrentarse a los problemas y desafíos que plantea la vida.
Por mucho que sus aspiraciones, y sus nuevas relaciones sociales y laborales pongan a prueba su amistad, ellos se aferran siempre al cariño, a la estabilidad, y a la seguridad que les da el grupo; ellos son:
Kirby “Kirbo” Keager (Emilio Estevez):
Es el camarero en el bar de “St. Elmo”, con aspiraciones de ser abogado; vive con su ex compañero de universidad Kevin Dolenz.
Desarrolla una obsesión con una mujer que conoce estudiando, Dale Biberman (Andie MacDowell), y está dispuesto a hacer todo para impresionarla, incluyendo un cambio de carrera.
William “Billy” Hicks (Rob Lowe):
Es el típico “chico problema de fraternidad”, que no consigue mantener un trabajo, pero tiene un gran talento para tocar el saxofón.
Al principio de la historia, es un padre y esposo reacio, que raramente vuelve a su casa solo para dormir.
Pierde días de estudio, y se siente perdido en la vida laboral, luego de la universidad.
Junto con los problemas maritales, Billy es un chico alocado, y muy mujeriego.
Kevin Dolenz (Andrew McCarthy):
Es un escritor, un tanto hosco, a quien, según Leslie, solamente le “hace falta enamorarse”
Su trabajo, únicamente le permite escribir obituarios, pero está buscando el significado de la vida, y trabaja duro para escribir un artículo sobre ese trayecto.
Hay dudas entre sus amigos, acerca de su sexualidad; sin embargo, luego se revela que está enamorado de Leslie, en secreto, a quien conoce desde hace años.
Comparte habitación con su amigo Kirby Keager.
Se cuenta que el actor Andrew McCarthy, comenzó a fumar para este papel, y no pudo dejar el hábito hasta 1995.
Julianna “Jules” Van Patten (Demi Moore):
Es la chica alocada y “fiestera”, con una vida extravagante, y una adicción a la cocaína; y es la compañera de cuarto de Leslie, su mejor amiga.
Tiene un lujoso, y muy decorado apartamento, y trabaja en un banco.
Le encanta pasarla bien, pero también está buscando el amor que tanto luchó por conseguir cuando fue creciendo.
Su padre, es emocionalmente distante, y ha tenido varias esposas.
Ella también siente muchas presiones para ocuparse de un inconveniente financiero de la familia:
Su madrastra, quien fuera cruel con ella cuando niña, tiene una enfermedad terminal, y para sus propios problemas de dinero, luego de una crisis en su vida.
Alec Newbury (Judd Nelson):
Es un “yuppie” ambicioso e implacable, y un joven demócrata, que persigue una carrera en política.
Está desesperado por casarse con Leslie, a pesar de que ella siempre le dice que no; lo que lo lleva a tener un amorío con una chica que trabaja en una tienda de lencería, diciendo que:
“Él dirá no, cuando Leslie diga sí”
Todos se sorprenden, cuando comienza a trabajar para un Senador Republicano.
Al principio, recién comienza a convivir con Leslie en una casa que continúa arreglando, pero acaban separados.
Leslie Hunter (Ally Sheedy):
Es la novia “yuppie” de Alec, que quiere tener su carrera de arquitecto, antes que casarse, y tener hijos.
Ella es una romántica, y también parece tratar de ver quién es ella misma, antes de compartir su vida con un hombre; posiblemente para luego no perder su esencia.
Vive con Alec, pero comienza a tener dudas acerca de su relación...
Wendy Beamish (Mare Winningham):
Es una chica de familia adinerada, la inocente del grupo, y una virgen extremadamente tímida, que dedica su vida a ayudar a los demás, pues trabaja en Servicios Sociales.
Wendy, trata de romper con la sobreprotección de su familia, se va a vivir sola, y hace valer su independencia, principalmente de su padre, Mr. Beamish (Martin Balsam), quien la presiona para que se case con el hombre que él eligió.
Ella, sin embargo, está enamorada de Billy Hicks, aunque sabe que su padre jamás lo consideraría apropiado para ella.
Al final, Wendy consigue su propio apartamento, y pierde su virginidad con Billy...
Como dato curioso, Mare Winningham estaba embarazada de su tercer hijo, mientras interpretaba a una virgen…
Así entonces, en St. Elmo's Fire, los personajes han superado su adolescencia definitivamente, por muy infantiles que sean algunos, y se plantean cómo vivir con coherencia, su etapa adulta:
Enfrentarte a la vida, buscar trabajo, casarte, etc., son la etapa posterior a ése magnífico encuentro, a este punto de reunión llamado “St. Elmo”
“You break my heart.
Then again, you break everyone's heart”
Al igual que gran parte del cine de los 80, St. Elmo’s Fire no desprende el optimismo con el que suele identificarse esta década.
Joel Schumacher, recurre a todas las estrellas jóvenes de la época, para realizar un melancólico retrato, sobre la difícil transición entre la adolescencia y la edad adulta.
El guión, recurre a estereotipos exageradamente marcados, pero el reparto tiene el suficiente encanto, como para compensar este defecto; y se centra en los ideales que cada uno de ellos persigue, sus ilusiones, y lo que desean hacer con su vida y su futuro, todo ello plagado de enquistadas tradiciones familiares, sentimentales, y sociales.
El valor de la amistad, actúa como hilo conductor, en el que cada protagonista toma un camino distinto y, definitivamente, el grupo comienza a desmembrarse por las necesidades lógicas de reorganización personal y profesional.
La juventud se acaba, pero la amistad permanece.
Así, alrededor de un bar, se reúne un grupo de amigos de la universidad, con inquietudes y preocupaciones dispares; son jóvenes con un incierto futuro por delante, pero decididos a hacer un frente común, a los buenos y malos momentos que la vida les depara, día a día.
Y es que el tiempo, pone a cada uno en su lugar, como se suele decir:
Antiguos compañeros universitarios, intentan organizar o reorganizar sus vidas de la forma más satisfactoria posible.
Para ello, tienen que resolver antiguas deudas, frustraciones sentimentales, y desencuentros con su nueva vida adulta.
Se muestra cómo, en el superficialmente perfecto grupo, subyacen resentimientos y conflictos que nadie se atreve a destapar…  y a lo largo del metraje, todos intentan encontrar la mejor manera de solucionarlos, y estar así satisfechos consigo mismos.
Como en todas las películas de los 80, los personajes están claramente marcados en los estereotipos humanos de la sociedad de los EEUU del momento:
El “yuppie” que busca la vida laboral y familiar perfecta; la comprometida con la ayuda social a los más desfavorecidos; la enamorada perdidamente de un amor imposible; el intelectual romántico, escondido tras el devenir de la vida diaria; la vividora, que derrocha alegremente, mientras su alma sufre en silencio, el olvido de los que no la quieren...
El chico tímido, enamorado, al que toman por gay, típico triunfador que cree tenerlo todo bajo control, y que no soporta el fracaso, etc.
Todo un mosaico que toma un cariz dramático y realista, muy representativo de la confusión que reinaba a mediados de los 80 en una sociedad que desprendía pasión por los 4 costados, y la luchaba por romper con todos los convencionalismos que la oprimían.
Los actores, que ya intervienen en otras películas de esa generación, por ejemplo, “The Breakfast Club” (1985), aquí interpretan personajes que resultan cercanos y entrañables, lo que es sin duda, el punto fuerte de St. Elmo's Fire.
No obstante, resulta difícil tomarse en serio algunos de los líos amorosos que se suceden constantemente, de ahí el tono de comedia.
En ocasiones, las situaciones parecen ilógicas, y sumamente forzadas; con ello se persigue, un cierto dramatismo, que acaba resultando sintético, e impostado.
A pesar de ello, el director alemán, logra un tratamiento bastante realista de las relaciones humanas en general, y de la post adolescencia en particular, y rechaza la típica visión idealizada de la amistad.
En definitiva, St. Elmo's Fire constituye una de las cintas más representativas de los 80, con unos diálogos muy inteligentes y ácidos, unos caracteres identificables con los jóvenes del momento, que se pueden trasladar a la actualidad, salvando los 20 años de separación, mostrando sin doble moral, el puesto que ocupan las drogas, el alcohol, o el sexo en sus vidas, y la importancia que dan a los valores familiares, o los ideales políticos.
Sobre el título y la canción de St. Elmo's Fire, vienen por una cita en el clímax de la historia:
Cuando Billy reconforta a Jules:
“Es El Fuego de San Telmo, o “St. Elmo's Fire”
Relámpagos eléctricos de luz, que aparecen de la nada en los cielos oscuros.
Los marinos guiaban viajes enteros por él, pero la broma era para ellos... no había ningún fuego.
No había siquiera un San Telmo.
Lo inventaron.
Lo inventaron porque creían que lo necesitaban para seguir adelante en malos tiempos, así como tú estás inventando todo esto.
Todos estamos atravesando esto.
Es nuestro momento de estar al borde”
Pero resulta que la afirmación de Billy, es técnicamente incorrecta, ya que:
“El Fuego de San Telmo” es real, aunque no es “fuego” sino un “fenómeno eléctrico”
“El Fuego de San Telmo”, no aparecía en el cielo; más bien se manifestaba alrededor de los mástiles de un barco, haciendo que sea imposible utilizarlo como guía…
Con todo, el valor de St. Elmo's Fire, radica en ver a este grupo de jóvenes actores, cuando luchaban por hacerse un nombre en la industria:
Rob Lowe, Andrew McCarthy, Judd Nelson, Emilio Estevez, Demi Moore, Ally Sheedy, y Mare Winningham; y compararlos con lo que son, o hacen ahora; resulta fascinante…
Por último, el 3 veces nominado al Premio Oscar, David Foster, fue el compositor de la banda sonora de St. Elmo's Fire, de donde han salido 2 canciones con mucho éxito, que fueron el tema instrumental, y la canción “St. Elmo's Fire (Man in Motion)” la cual fue escrita por el compositor/productor canadiense; e interpretada por John Parr.
Este éxito, fue escrito para el atleta canadiense, Rick Hansen, quien en ese entonces, estaba viajando por el mundo con su silla de ruedas, para la toma de consciencia sobre las lesiones de la médula espinal.
Su viaje fue llamado “La Gira del Hombre en Movimiento” o “Man in Motion Tour”, de ahí el nombre agregado.
Como dato, la canción no aparece en ningún álbum de John Parr...
Y la canción “Give Her a Little Drop More”, que suena cuando los personajes ingresan al bar y restaurante de “St. Elmo”, fue escrita por el trompetista de jazz británico, John Chilton; además de otras canciones típicas de la época que fueron el “Hit Parade” del momento.
“I always thought we'd be friends forever”
Encontrar el balance en nuestras vidas, no es fácil, se tiene que caer varias veces, para aprender a levantarnos, para aprender a equilibrar nuestros pensamientos y sentimientos.
Bien dicen, que los excesos no son buenos, llevar cualquier cosa que hagamos a los extremos, no es bien visto, pues la vida, es una balanza que debemos mantener en equilibrio.
En los momentos de reflexión, pensamos en las cosas que hicimos, y en las que dejamos de hacer, y de momento, quisiéramos volver en el tiempo.
Y lo que queda, lo imborrable, son las experiencias vividas, y las enseñanzas que nos dejan.
De ese bagaje, a manera de balance anual o decálogo personal, están las siguientes reflexiones que se deducen tras el visionado de St. Elmo's Fire:
Los compañeros de vida, los que nos conocen sin máscara, y nos aceptan tal cual, son los que valen la pena.
En las relaciones personales, como en la vida misma, nunca permitamos que el valor subjetivo prevalezca sobre el objetivo.
Los vocablos “política” y “amistad”, están demasiado agotados, y carentes de valor; pero hay que justipreciarlos, y darles un nuevo sentido.
Un par de cervezas, y una buena charla, ayudan más que el psicoanalista, el Prozac, o cualquier libro de motivación personal.
No perdamos la capacidad de reírnos de nosotros mismos; quien adopta una falsa seriedad, o pose, empieza a extinguirse lentamente.
Sin renunciar a nuestras convicciones, nunca reveles tu pasado, o tus pensamientos; tarde o temprano, alguien los utilizará en tu contra.
Siempre leer ficción, para conocer mejor la realidad; pues es preferible un texto bien escrito, con una trama y un final, que una nota tendenciosa, mal leída y mal documentada, la cual necesariamente se perderá en la vorágine de los acontecimientos.
Cuando uno invierte en “capitales o personas”, debe velar a que fructifiquen; y de vez en vez, un golpe de timón, es necesario.
Nunca esperar nada de nadie; no se pueden cambiar voluntades, ni modos de pensar; si no concuerdas, aleja o aléjate.
Y la honestidad, lealtad, tolerancia, respeto, y congruencia, son valores tan sencillos de explicar, pero tan difíciles de seguir, pero que hay que practicar.
Así pues, la vida es una, y hay que aprovecharla al máximo, disfrutar a lo grande cada momento, y claro, tener un balance en todo lo que se hace.
Si hacemos un análisis de los mejores momentos de nuestras vidas, considero que son aquellos en los que estamos con los amigos, ellos son la mejor terapia para solucionar todos nuestros problemas.
En conclusión, en el balance final, lo positivo se impone; a lo que sigue, a vivir el del resto de nuestras vidas. 

“Jules, y'know, honey... this isn't real.
You know what it is?
It's St. Elmo's Fire”



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