The Messengers

“There is evidence to suggest that children are highly susceptible to paranormal phenomena.
They see what adults cannot.
They believe what adults deny.
And they are trying to warn us”

“La Casa Embrujada”, reproduce exactamente “La Mente Embrujada”
Resulta muy doloroso, entrar en algunas habitaciones, donde viven algunos demonios que están enterrados profundamente en el sótano del subconsciente, demasiado terrorífico como para ser explorado.
Con frecuencia, los asuntos sin resolver, irritantes, que traquetean continuamente por los pasillos del inconsciente, son los que la mente intenta racionalizar para eliminarlos.
“Where are they?
What do you see?”
The Messengers es una película de terror, del año 2007, dirigida por Oxide Pang Chun y Danny Pang.
Protagonizada por Kristen Stewart, Dylan McDermott, Penelope Ann Miller, John Corbett, Evan Turner, Theodore Turner, William B. Davis, Brent Briscoe, Dustin Milligan, Jodelle Ferland, Tatiana Maslany, entre otros.
El guión es de Mark Wheaton, partiendo de “The Scarecrow”, una historia de Todd Farmer.
La adaptación de la novela gráfica, se publicó en enero de 2007, por Dark Horse Comics, escrito por Jason Hall, e ilustrado por Kelley Jones.
El guión, fue escrito originalmente como un “thriller” psicológico, en lugar de una película de terror más sobrenatural.
Se trataba de una familia en una granja, que sufre de problemas financieros y malas relaciones.
Cuando el patriarca pone un espantapájaros extraño en el campo, las cosas empiezan a cambiar...
Pero entonces, la gente comienza a morir, y el personaje principal sospecha del espantapájaros.
Al final, el personaje principal se revela, por haber causado las muertes...
Oxide Pang, el hermano gemelo idéntico, y codirector de The Messengers, ha tenido experiencias similares, según cuenta:
“Era más o menos la 1 de la tarde.
Vi la sombra de una persona caminando, pero era sólo eso, una sombra.
Pude ver la sombra, pero no a la persona, y eso no me pasó únicamente a mí…
La vi aproximadamente durante 1 minuto, caminando por la calle, y después pregunté a mi amigo:
“¿Estás viendo eso?”
Lo veía.
Así que el tiempo fue realmente largo”
Estas experiencias “nos dieron una idea”, dijo.
Esta idea, fue la que potenció el factor miedo de Mark Wheaton, que escribió el guión, y de Todd Farmer, autor del relato original.
“Una de las cosas más interesantes a la hora de trabajar con los Pang, es que tienen una perspectiva, que no es hollywoodense, en un escenario de EEUU muy tradicional:
Llanuras onduladas, granja familiar del medio oeste, pequeña comunidad rural…”, explica Wheaton.
Aunque la lengua materna de los Pang, es el cantonés, Wheaton afirma, que el lenguaje no fue una barrera en el proceso de colaboración:
“Los Pang son muy visuales, en una buena parte de lo que llevaron a la mesa, durante la etapa del guión, participaron simplemente esbozando, sobre montones infinitos de papel para apuntes, cómo filmarían cierto momento de pánico, o cómo compondrían determinados elementos, de manera que el lenguaje no fue realmente un problema.
Yo presentaba páginas del guión, discutíamos, cómo los Pang las abordarían visualmente, reescribía las páginas por la noche, y un par de días después, ellos regresaban con dibujos secuenciales de imágenes” aseguró.
“Nuestro estilo gira siempre, alrededor del silencio, porque encontramos que los aspectos verdaderamente terroríficos, surgen siempre del silencio”, añade Oxide.
“Pensamos, que no puede haber miedo, cuando hay demasiado ruido, cuando éste viene desde muchas direcciones, cuando hay demasiada gente.
Para nosotros, el miedo crece, cuando estás solo, y la habitación está completamente en silencio.
No necesitamos la lluvia para crear un efecto.
No necesitamos que se vaya la electricidad.
No necesitamos ver todos esos efectos que se ven en las películas de terror.
No queremos que todo eso ocurra por la noche”, concluyó.
“Lo que ellos están haciendo, es convertir las horas diurnas, en algo espeluznante; y el resultado final es una historia única de fantasmas, desde el punto de vista de los Pang” nos dice el productor, Jason Shuman.
The Messengers se rodó unas 100 millas al norte de la frontera con Montana/Dakota del Norte, en la región de las llanuras centrales de Canadá, justo al lado de Regina, la capital de la provincia de Saskatchewan.
La acción gira en torno a la familia Solomon:
Roy (Dylan McDermott), su esposa Denise (Penelope Ann Miller), su hija adolescente, Jessica "Jess" (Kristen Stewart), y el pequeño Ben (Theodore y Evan Turner), quienes padecen de mudez selectiva; quienes abandonan Chicago, y se establecen en una remota granja de girasoles, en Dakota del Norte.
La armonía se ve interrumpida, cuando Jess, la hija mayor, y su hermano Ben, de 3 años, empiezan a ver siniestras apariciones, invisibles para los demás.
Cuando Jess intenta advertir a sus padres de la terrible amenaza que se cierne sobre ellos, no le harán ningún caso.
Pero los espectros se vuelven cada vez más violentos, y pronto ella se da cuenta, que su casa es habitada por los espíritus de la familia que antes vivía ahí, ya que les pasó algo terrible, y parecen no quererse ir...
“You saw it too... didn't you?”
Desde el primer momento, uno tiene la maldita sensación, de haber visto ya The Messengers; porque estamos ante la mil millonésima versión, sobre:
Casa encantada, con secreto oculto, y familia que llega con la mejor de las intenciones, sufre la maldición que anda por el lugar, porque claro, en todos estos años, no ha pasado nunca nada raro, desde que los habitantes de dicha casa desaparecieran...
A los espíritus, les da por salir ahora que hay extraños, y tienen que hacerse notar.
Decir que todos los tópicos conocidos y por conocer, se dan cita en The Messengers, es quedarse corto, y aun así, aunque esto estuviera bien expuesto, pues aquí no pasaba nada.
Y el aburrimiento, enseguida se adueña de la función, la cual no contiene ni un sólo susto conseguido, en una historia que no interesa lo más mínimo, por estar mal narrada, y vulgarmente expuesta.
No está de más insistir, en algunos aspectos extra cinematográficos, que rodean a The Messengers, por ejemplo:
La constatación de que los hermanos Pang, no hablan ni una palabra de inglés, contratiempo que dificultó durante el rodaje, la labor de comunicación con el reparto.
A esa dificultad de comunicación, desde luego, debemos sumar el esfuerzo por familiarizarse, por vez primera, con los vaivenes de una industria tan veleidosa y particular, como Hollywood.
Y el peculiar encuentro en la vida real, con el mundo paranormal, fue lo que les motivo a trasladar el relato a la pantalla:
Nada es lo que parece en la granja de los Solomon; las cosas que suelen hacer ruidos misteriosos en la noche, ocurren durante el día.
La tranquilidad, es el refugio del terror, y se subestiman gravemente los presagios de un desastre.
En esta ocasión, John Burwell/John Rollins (John Corbett ) el “psycho-killer”, que aparece de inmediato en la vida de la familia protagonista, con la apariencia de un amigable buscavidas, pero que con el tiempo, mostrará su cara oculta...
La idea que impulsa The Messengers, es que los niños son mucho más perceptivos a fenómenos paranormales, así que el pequeño Ben, que es mudo, actúa como un intérprete de lo que pasa en la casa, hacia los demás habitantes, hasta cierto punto, ya que como sabemos, debe de haber un punto en que los demás personajes se den cuenta de lo que está pasando.
Las escenas con el pequeño Ben, apuntando hacia la nada, y riéndose de lo que parece ser absolutamente nada fuera de lo normal, son muy interesantes, ya que son intercaladas con escenas, donde la audiencia puede ver lo que Ben ve, y ahí es cuando el factor miedo entra en juego.
Éste parece ser uno de los rasgos recurrentes de las películas de los Pang, en las que uno de los personajes, ya sea por un trasplante, un embarazo, o porque es pequeño, con problemas, que puede ver cosas, cosas de mucho susto, que el resto del mundo no puede.
En este caso, es El Mutismo Selectivo, un trastorno de la comunicación verbal, de origen emocional, que consiste en que los afectados, en determinados contextos o circunstancias, no pronuncian ni una sola palabra.
Este trastorno, no se considera como un problema de la comunicación, en que la mayoría de las personas se comunica a través de expresiones faciales, gestos, etc.
En algunos casos, El Mutismo Selectivo es un síntoma de un trastorno de desarrollo, o un trastorno psicótico.
Así pues, en The Messengers, o en otras historias que suelen contarse en un film de terror, son siempre las mismas:
Fantasmas, sustos, y poco misterio que resolver.
Aquí, aunque le falte más terror, los directores nos muestran que los fantasmas no quieren hacer daño a los protagonistas, y no tienen ninguna intención de acabar o matar, por lo menos a ellos, y el guión da un vuelco en el desenlace, ya que todo tiene un significado.
Hay un montón de metáforas:
Es el gótico estadounidense, con la granja, la cosecha de girasoles, los cuervos, la horca, el antiguo sueño del granjero haciendo fortuna, luchando cuando la industria agrícola está agonizando…
Pero estos símbolos de la idílica vida campestre, se convierten en las señales que se muestran a los Solomon, pero que ellos niegan, o están muy aterrorizados para ver.
Los hermanos Pang, manejaron bien The Messengers, agregándole el suficiente enfoque de cine asiático, con los clásicos fantasmas que ya hemos visto muchísimas veces antes:
Clásicos fantasmas con pelo largo, aparentemente mojados, con la boca abierta, y contorsionistas, pero aun así, dando espacio para elementos diferentes, e interesantes.
El problema de The Messengers, es que esa parte de ese suspense, se echa a perder en parte, por culpa de esa necesidad de mostrar sus fantasmas demasiado rápido.
Desde el primer momento, ya estamos viendo como son, y cuando a la hora, ya hemos visto a los azulados espectros, corretear por el techo varias veces, no podemos hacer más que frustrarnos, ya que evita cualquier intento de llevar el miedo, más allá, al no depararnos ninguna sorpresa en ese sentido.
En los extras del DVD, los responsables de The Messengers, dicen que los cuervos, aunque parecen malos al principio, en realidad son buenos, e intentan ayudar a la familia.
Si es así:
¿Por qué no matan al malo, cuando lo atacan entre todos, o más aún, por qué no acuden en ayuda de los protagonistas, cuando estos están siendo atacados?
Para colmo, los hermanos Pang se permiten el lujo de homenajear a Hitchcock, con un par de cosas bien evidentes:
Por un lado, la casa es parecidísima a la de “Psycho” (1960), y por otro, hay varias escenas con unos cuervos, que remiten directamente a una de las grandes obras maestras:
“The Birds” (1963)
El caso es que ambos elementos están muy mal utilizados:
La casa no provoca ni el más mínimo temor, a pesar de que en su interior hay unas presencias que se las traen.
Y el tema de los cuervos, está muy cogido por los pelos, ya que sirven únicamente para confundir al espectador, pero de una forma totalmente desvergonzada, con una secuencia que se supone de terror, cuando atacan al personaje fundamental en la trama; y no es más que para sacarse de la manga, uno de esos giros de guión, totalmente forzados, e increíbles.
Y nadie se ha fijado, que en varias escenas, se puede apreciar la cuerda con la que mantienen atados a varios cuervos, para que no se vayan volando…
Al principio, cuando se rompen las escaleras, al final sabemos quién fue el que las destrozo, y de qué manera:
¿Cómo es posible, que cuando llega la familia nueva a la casa, la escalera está en perfectas condiciones, quién carajo la reconstruyo?
Hay una escena, que la madre le dice al niño que se esconda, y que no hable…
Pero si el niño no habla… porque es ¡MUDO!
Y cuando el padre llega, y ve al amigo de su hija tirado en el suelo, inconsciente, y lo llama por su nombre… es algo imposible, porque solo vio al chico una sola vez, y su hija no le dijo su nombre...
En una escena, se entiende, porque no se ve explícitamente, que el asesino golpea al padre por la espalda...
¿Cómo es posible, que algunas escenas después, se levante casi como si nada, y tenga fuerzas… pues con una herida de semejante envergadura, creo que te mata o te deja medio muerto, desangrándote horriblemente, o con las tripas de fuera...
El asesino, cuando persigue a los chicos por la casa, se puede ver como se atraviesa el rastrillo, tanto a la derecha como a la izquierda del pasillo…
¿Cómo es esto posible?
Es que se encontraba en ambos lados del pasillo a la vez… y de paso, cuando los chicos llegan a la puerta principal de la casa, el asesino les llega como si viniera de afuera…
¿Nadie avisa a los nuevos inquilinos, que se rumorea que allí ocurrió algo muy, pero que muy malo?
¿Mensajeros haciendo daño, por qué?
Demasiadas irregularidades.
Es decir, unos fantasmas atacan a la hija, en varias ocasiones, te atacan, ves cómo el asesino es hundido en un pozo que aparece de la nada en el sótano, y es arrastrado al Inframundo, intentado llevarse a la hija por el camino...
Pero 2 días después, está haciendo limonada en el jardín, disfrutando de los cuervos, y tan feliz...
En definitiva, y a pesar de que contiene escenas muy logradas, y los actores realizan unos papeles aceptables, The Messengers no consigue atraparte, falto de algo que nunca llega, y mostrando lo que ya hemos visto en muchas ocasiones.
Un desenlace que quiere sorprender, y un final tosco y repentino, que lo deja aún peor parado.
En el reparto, no hallamos nombres especialmente reseñables, siendo la protagonista de la historia, una casi desconocida Kristen Stewart, actriz que muestra un sempiterno ceño fruncido, para dar vida a Jess, una muchacha que no se lleva bien con sus padres, a causa de un incidente que sucedió unos meses atrás.
Dylan McDermott y Penelope Ann Miller, poco pueden hacer con sus esquemáticos personajes, algo que también les sucede a los televisivos:
John Corbett y William B. Davis.
Lo mejor, los gemelos que encarnan al bebé, que con sus miradas y juegos, logran dar algo de interesante a algunas escenas.
¡Que alguien le baje el volumen a las escenas “de miedo”!
“This is home.
You need to get used to that”
Un fenómeno que también se ha producido desde la llegada del año 2000, es la realización de numerosos “remakes”, o reinvenciones de varias películas clave, del cine de terror, en especial el “slasher”
Esto ha llevado a pensar, en múltiples ocasiones, que el cine de terror, ya no es que se haya quedado sin ideas originales para la producción de nuevas películas de terror, sino que a las productoras, les ha sido más cómodo, buscar en sus archivos, para desenterrar películas que fueron un éxito en su tiempo, para un público adolescente, que aún hoy sigue vigente, y adquirir así, grandes recaudaciones en taquilla.
Es decir, piensan solo en dinero.
Si bien, por otra parte, se ha tratado de modernizar el terror característico de los años 70 y 80, para llegar a la juventud actual, tratando de hacer experimentar al público de hoy día, el mismo terror que sus padres en aquellos años, mediante la aplicación de nuevas tecnologías en las iluminaciones, los efectos especiales, y las bandas sonoras, aunque esto haya requerido aumentar la violencia de las escenas, o incluso, alterar el argumento original para mayor angustia, o temor; en su mayoría, los intentos han sido devastadores y han dado mal nombre a la memoria cinéfila.

“You've been a bad girl, haven't you Lindsay?”



Comentarios

Entradas populares