El Topo

“Destrúyeme, ya nunca dependas de nadie”

Durante mucho tiempo me he preguntado:
¿Qué es el arte?
Y a esa pregunta, he buscado una respuesta a lo largo de toda mi vida… “El Pánico”, también conocido como “Grupo Pánico”, es un movimiento fundado por el dramaturgo y cineasta, Fernando Arrabal; el escritor, filósofo, psicomago, y director de cine chileno, Alejandro Jodorowsky, y el pintor y actor francés, descendiente de judíos polacos, Roland Topor, en París, en 1962.
Las primeras experiencias “pre-pánicas”, parten de las obras del primer teatro de Arrabal, cuya cronología el catedrático Torres Monreal, establece entre 1953 y 1961, así como de la dirección de Teatro de Vanguardia por Jodorowsky, en La Ciudad de México, en torno a 1958/1959.
Los efímeros “Pánicos”, llamados “Efímeros del Taller”, claros precedentes del “happening”, los creó Jodorowsky en Santiago de Chile, en 1948/1949, junto a amigos poetas como, Enrique Lihn y Nicanor Parra.
De inicio, Arrabal y Topor, se conocen en París en 1960, y ese mismo año, Jodorowsky llama a Arrabal en París, el chileno había dirigido obras del español en México, y viaja para conocerlo.
Arrabal y Jodorowsky, comienzan a frecuentar a André Breton en el café “La Promenade de Venus”, juntándose con los últimos miembros del surrealismo.
Pero este movimiento ya estaba en decadencia, y las divergencias generacionales, eran palpables, por lo que realizan las primeras “reuniones pánicas2 por su cuenta, con Topor, en el Café de la Paix, de París.
El nombre “Pánico”, se inspira en el del dios Pan, el cual se manifiesta a través de 3 elementos básicos:
Terror, humor y simultaneidad.
“Pánico”, el movimiento, debía tener un nombre propio.
Algunos estudiosos aseguran, que los inventores del término, definieron las relaciones del movimiento con la ciencia, la filosofía, el ajedrez, la confusión, y el azar.
Este movimiento, forma parte de la serie de corrientes subterráneas, que surgen en los años 60 y 70, caracterizadas por un malestar cultural que les hacía cuestionarse los límites represivos y productivistas que formaban parte de la identidad burguesa, en cambio promovían:
La disidencia sexual, la curiosidad psicotrópica, la experimentación espiritual, y el escepticismo ante la modernización
Los artistas pánicos, sentían y expresaban un tremendo morbo por las deformidades; y con Jodorowsky, el auditorio se enfrenta a obras insólitas, “donde privan la confrontación, la violación sistemática de las funciones y espacios del escenario, y la búsqueda de 3 ingredientes:
Euforia, humor, y terror.
La respuesta del espectador, podía ser desde fascinación hasta censura, de hecho, Jodorowsky es censurado por sus obras.
Equivalente a pluralidad-ubicuidad, El Movimiento Pánico, es una intensa búsqueda por trascender la sociedad aristotélica, y dejar un legado que impulse a la humanidad a una nueva perspectiva.
“El Pánico, es la crítica de la razón pura, es la pandilla sin leyes, y sin mando, es la explosión de Pan/todo, es el respeto irrespetuoso al dios Pan, es el himno al talento loco, es el anti movimiento, es el rechazo a la seriedad, es el canto a la falta de ambigüedad...
Es el arte de vivir, que tiene en cuenta la confusión y el azar, es el principio de indeterminación con la memoria de por medio...
Y todo lo contrario”, explica Fernando Arrabal, Premio Nacional de Teatro 2001, y vencedor del Concurso de Superdotados en 1941, a sus 9 años.
El Movimiento Pánico, es entonces una expresión artística, que pretende anunciar la locura controlada, como supervivencia ante una sociedad en crisis de valores, la sociedad posmoderna.
Sus autores sugieren, un universo barroco, preciso, de un mundo delirante y matemático; una mezcla de contrarios:
De amor y odio, tragedia y comedia, mal gusto y refinamiento estético, el sacrilegio y lo sagrado, lo individual y lo colectivo; el ritual ceremonial:
En actos trascendentales de la vida; la visión onírica, y a veces cruel y satírica de la vida, la sinrazón del mundo; la repetición de las cosas, a veces se concibe el tiempo de manera circular.
“El objeto”, escribe Arrabal, “no es el de descubrir que es la confusión, sino tan sólo lo que se puede decir sobre ella”
“No me duele matarte, porque sé que la muerte no existe”
El Topo es una película de fantasía y western mexicano, del año 1970, escrita y dirigida por Alejandro Jodorowsky.
Protagonizada por Alejandro Jodorowsky, Brontis Jodorowsky, José Legarreta, Alfonso Arau, José Luis Fernández, entre otros.
Todo inicia con Alejandro Jodorowsky, desde muy joven, se embarcó en el mundo del arte, en un teatro de marionetas.
En 1953, se trasladó a Francia, donde trabajó elaborando números de mimo para Marcel Marceu, por los que nunca cobró un céntimo, ya en lo números de mimo, no había letra ni música sujetos a posibles derechos de autor de ningún tipo.
Tras algunos contactos con antiguos surrealistas, como André Breton, decide formar su propio movimiento artístico.
Así, en 1962, formó “El Movimiento Pánico”, junto con Roland Topor y Fernando Arrabal.
Inspirados por el semi-dios Pan, “El Movimiento Pánico”, tenía por objetivo, sorprender al espectador, y hacerle pensar, partiendo de esa inicial sorpresa.
Jodorowsky, volvería a Sudamérica en 1965, con sus experimentales y vanguardistas espectáculos teatrales.
Allí empezó a interesarse por el cine, y adaptó la obra de su amigo Arrabal, “Fando y Lis”
El Topo fue su 2ª y controvertida incursión cinematográfica; film de culto por antonomasia, y extraordinaria obra sobre la iluminación, el progreso espiritual, y la trascendencia, plena de un simbolismo que abarca el cristianismo primitivo, el zen y la psicodelia de los años 60; es odiada e incomprendida por la mayoría, y fascinante para unos pocos, por su temática, aparte de cine experimental; posee:
“Gore”, “spaltter”, bizarro, surrealismo, desnudes, violencia, etc.
Artistas como John Lennon, impresionado por El Topo, compró los derechos para exhibirla en todo Estados Unidos.
Uno de los fanáticos de El Topo, es el músico Marilyn Manson, cuya fascinación por la misma, lo llevó a trabar amistad con Jodorowsky.
Y según palabras del mismo, Peter Gabriel, el álbum conceptual de Genesis, “The Lamb Lies Down on Broadway”, fue inspirado por el argumento de El Topo.
De obligada visión, El Topo mezcla entre el “western” más violento de Sergio Leone, los mundos surrealistas, pseudo-religiosos de Dalí, y Luis Buñuel; y los duelos contra grandes maestros, con casi poderes sobrenaturales, al estilo de las películas de artes marciales de Japón, y las de Akira Kurosawa.
El Topo, no deja de ser una gran metáfora sobre el hombre, las religiones, y el sentido de la vida.
En un Oeste imaginario, el pistolero llamado “El Topo” (Alejandro Jodorowsky), que vaga sin destino por el desierto, descubrirá que su fe no era tan fuerte como él creía.
Por el amor de una mujer, abandonará a su hijo, y se enfrentará a 4 pistoleros en 4 pruebas; serán 4 Maestros del Revólver:
El primero, es un ser un tanto andrógino y ciego, su cerbero es un sujeto formado por 2 cuerpos:
Uno carece de brazos, y otro de piernas; en su recinto, puede observarse una cabra, no un cordero crucificado.
El Topo lo aniquila, sintiéndose terriblemente mal por la manera en que ha ganado, en ese mismo instante, la mujer disfruta matando a su dupla de excéntricos escuderos; y El topo los entierra juntos.
El segundo, es un obeso que vive con su madre, ella defiende la existencia del destino, y la posibilidad de conocerlo a través de las cartas, expone un punto trascendental:
Entre más viles sean las acciones del pistolero, más alto ascenderá.
Le enseña el secreto de ser delicado y firme a la vez.
El Segundo Maestro, cree que El Topo asesina porque es incapaz de sentir, eso le hace suponer, que da, cuando en verdad, está tomando.
El tercero, es un sujeto rodeado de conejos; y el cuarto, es invulnerable.
Es un anciano sereno y pasivo, que posee el más profundo conocimiento.
Su alma ha superado una buena cantidad de sufrimientos, y eso se refleja en su tranquilidad.
La escena termina, cuando el último Maestro, el más sabio, se da un tiro, y exhala la palabra:
“Perdiste”
Qué es la vida si no algo pasajero…
El último enemigo sabe, que nuestra existencia es sólo tránsito; no se inmuta ante la muerte, porque sabe que la felicidad radica en poder desprenderse de los objetos, y de las personas.
Él ha vivido, y está satisfecho con todo lo que ha hecho, y ha dejado de hacer.
Cuando uno puede tener esa seguridad, es que su vida ha sido plena.
En el periplo, El Topo será robado por una mujer, y dado por muerto.
Posteriormente, el pistolero será recogido por unos seres marginados de la sociedad, y meditará en una cueva durante años, para salir renacido...
Profeta de fenómenos, Mártir de los desposeídos...
El augurio revela, que él los llevará a la superficie, que los liberará de su vida de miseria.
El pueblo al que aspiran, “su paraíso”, está corrompido y enajenado.
En seguida podemos comprobar, que el pueblo en cuestión, es una cofradía de depravados hijoputas, que se dedican a cazar negros, marcarlos como reses, y utilizarlos como esclavos, además de otras muchas divertidas actividades:
Impera la vanidad y el egoísmo.
Una caricatura de la sociedad moderna, donde lo único que parece importar, es la capacidad de compra; pues el pueblo rinde culto al dinero, está a favor de la esclavitud, y gozan con el sufrimiento.
Su religión está igualmente podrida, y sus dirigentes religiosos, persiguen los mismos superficiales intereses.
Como dato curioso, La Pirámide de los Illuminati, el símbolo actual del dólar estadounidense de origen masón, pulula por todo el lugar.
Cuando los seres subterráneos, por fin arriban a su “tierra prometida”, son terriblemente asesinados.
La sociedad no acepta, a aquellos que son diferentes, o que juzga inferiores.
Intolerancia total.
Al final, El Topo no puede soportarlo, y se prende fuego, emulando al monje budista que protestó por La Guerra en Vietnam.
El desenlace consiste, entonces, en el éxodo de sus 2 hijos.
El Topo, se inicia con la narración de una pequeña parábola de la vida del hombre, viene a decir, que el hombre es como el topo, siempre bajo el suelo, buscando salir a la luz, “felicidad”, pero cuando finalmente lo logra… se queda ciego.
El Topo es fascinante, por ser un producto de su época, un documento sobre las lecciones y filosofías que la gente estudiaba en aquel tiempo, así como de sus temores, tanto conscientes como inconscientes; y es por ello, todavía, única en la historia del cine.
Al contrario de otros “western”, El Topo no pretende alardear de precisión naturalista, o histórica.
El mundo plasmado es muy personal, una representación del ciclo vida, muerte, y renacimiento.
“Hoy cumples 7 años, ya eres un hombre.
Entierra tu primer juguete, y el retrato de tu madre”
El Topo, es una película “Pánico”, que se caracteriza por sus extraños acontecimientos y personajes, por el empleo de actores mutilados y enanos, y por las grandes dosis de simbolismo cristiano, y filosofía oriental.
El Topo sigue al personaje que, a caballo y con su hijo desnudo en la grupa, reparte justicia allí por donde pasa, en su incesante búsqueda por alcanzar la maestría, o iluminación, y dar sentido a su vida.
En general, El Topo habla sobre un camino tortuoso, complejo, y cansado.
Una transformación espiritual, que sólo a ciertas personas les corresponde hacer.
La búsqueda de la verdad absoluta, la panacea del conocimiento, el nirvana.
La semejanza con la parábola de La Caverna, utilizada por Platón, no es forzada; la verdad está ahí, pero nadie aspira siquiera a verla, y si lo hace, jamás se daría cuenta…
No puede existir el bien sin el mal, la inocencia sin la corrupción, el amor sin la traición, la fe sin la herejía, lo espiritual sin lo terrenal, la civilización sin la barbarie, la justicia sin la venganza…
Cuando el fracaso es total, no queda más remedio que plantearse la autodestrucción, o usar lo aprendido para renacer.
La mayoría, no es capaz de asumir una transformación así de radical, pero al menos será uno mismo, el que decida, qué hacer con el resto de su vida.
Algunas de las fases de El Topo, en orden cronológico serían:
El mundo ordinario / La llamada a la aventura / El encuentro con el mentor / Los aliados, los enemigos, las pruebas / Internamiento en la caverna / Muerte y Resurrección / Retorno con el Conocimiento.
El Topo toma lugar en 2 escenarios temporales:
La primera mitad, en un desierto sin nombre, comprende el viaje del protagonista, primero con su hijo, y luego con Mara.
Ella lo convence, para que mate a Los 4 Maestros del Revolver.
Cuando El Topo encuentra a un maestro, éste le enseña una lección, luego de lo cual se baten a duelo.
Mara le dice al El Topo, que debe ganar, y que para ello debe hacer lo que sea necesario, lo incita a hacer trampa cada vez…
El último maestro se mata a sí mismo, en un acto de despojo total, el más grande que puede hacer un ser humano, el de su propio cuerpo, demostrando la poca importancia de la vida material.
Esta primera mitad termina con la traición a El Topo, por parte de Mara, y una extraña mujer que los acompaña, y su frustrado asesinato.
La segunda mitad, toma lugar años después:
Luego que El Topo es rescatado por una banda de marginados deformes, salvándolo de la muerte; la banda conduce a El Topo, a su comunidad subterránea, donde él, estando en coma, medita acerca de las 4 lecciones por varios años.
Cuando despierta, “renace” con la ayuda de los marginados, y se va en busca de la libertad de los deformes, desde su prisión subterránea.
Con la ayuda de su novia enana, y su hijo ya mayor, El Topo cava una salida de la cueva, viendo que los de su comunidad, son asesinados por los habitantes de un pueblo cercano.
Montado en cólera, El Topo los asesina, y pone gasolina sobre sí mismo, y se quema/inmola, una vez que ha aprendido todo lo que podía sobre la vida.
El hijo de El Topo, y la novia, sobreviven de este apocalipsis, y cavan una tumba para sus restos, la cual más tarde, se transforma en una colmena llena de miel, símbolo religioso de un hombre sagrado.
Se especula que El Topo, se habría de reencarnar, a través de su novia embarazada, en una secuela aún no realizada…
Lo que más llama la atención de El Topo, es su profusión de símbolos, de todas clases:
Espejos, iguanas, conejos, sádicos, masoquistas, duelos de ideas...
Jodorowsky, es un gran conocedor de las religiones occidentales, pero sobre todo orientales.
Los 4 Maestros, pueden ser representaciones del hinduismo, el sufismo, el budismo, y el taoísmo.
También, comparte la psicología de Jung, respecto a los arquetipos.
Estos, actuarían en el inconsciente colectivo de todos los hombres, y al desentrañarlos, permitirían adquirir la autoconciencia, y percibir el mundo.
El Topo, es a menudo interpretada como una metáfora del Antiguo y Nuevo Testamento:
Los 4 Maestros, representarían los 4 grandes profetas del Antiguo Testamento:
Isaías, Jeremías, Ezequiel, y Daniel; y El Topo a Jesucristo…
Mara, representa el lado obscuro, la tendencia a progresar a costa de lo que sea, y de quien sea.
Es ella la que lo incita, la que orilla al pecado, la que sentencia de manera errónea e inequitativa, seduce, y es ingrata.
La Nueva Eva, tentando a Adán, o la Nueva Helena, produciendo variadas calamidades.
Inclusive hasta hay una escena de una Magdalena…
A pesar de la defensa espiritual de Jodorowsky; no todo vale, es consciente y critica la espiritualidad corrompida, y la imposición de las religiones.
La corrupción e hipocresía de la iglesia institucionalizada, y la falsa moral de ligas de la decencia.
Como ejemplo, la escena de la bala falsa, y los esclavos marcados con un hierro candente con la forma de Dios...
El Topo, nos muestra además, una crítica a la sociedad occidental y su religión, es decir, critica al materialismo y la ideología de ser mejor, a través de hacer más.
Mara, es la representación de los deseos a los que sucumbe El Topo, mismo planteamiento por el que paso Buda con el demonio.
Mara, de quien se dice, lo tentó para sucumbir a los deseos terrenales, e impedirle alcanzar la iluminación...
De una forma muy cautelosa, deja ver el lado negro del matriarcado, y los falsos cánones de belleza, en la doble moral de la sociedad, al adorar a un falso dios, representado por el ojo de Ra, un simbolismo al dólar, y la cultura estadounidense de aquellos años, incluida la masonería; y olvidar los principios y enseñanzas de su religión, dejándose llevar por los excesos, y cayendo en diversiones banales, y atracciones violentas.
En una secuencia introductoria animada, se describe a El Topo, como alguien que ha experimentado el proceso descrito en la alegoría de “La Cueva”, encontrada en “La República” de Platón.
Por otra parte, el abuso de drogas fue bastante común mientras se rodaba El Topo, y otras películas del autor.
Jodorowsky dice, “no recordar haber rodado ciertas escenas”, “hay actores que nadie sabe de donde salieron, ni qué fue de ellos”
A veces se encerraban en el set de rodaje, colocados hasta las cejas, y sin parar de rodar…
El visionado de lo rodado, era sorprendente, como poco.
Cosas que podían tener sentido bajo el efecto del peyote, o el LSD, cobraban un significado totalmente distinto, al verlas un espectador no colocado.
De ahí que El Topo esté cargada de imágenes sangrientas, sexuales, pelea, dolor, humillación…
Algunos ven esto, como un estilo “gore”; otros, el autor sólo trata de subrayar con fuerza, la tremendamente encarnizada e implacable lucha que debe de llevar a cabo el hombre, para lograr trascender su propio ego, y condicionamientos.
La escena final, en la cual El Topo se enciende fuego a sí mismo, comparte una imagen similar a la foto de un monje budista, Thích Quảng Đức, que se quemó a sí mismo, en una de las calles de Saigón, como forma de protesta ante la opresión del gobierno.
Y realmente consigue remover la conciencia, y las entrañas del espectador:
El Topo no tiene reparos en mostrar escenas desagradables o repulsivas, ni en lanzarnos incómodas verdades a la cara.
Por lo que veremos innumerables escenas de actores mutilados y enanos, también hay escenas muy violentas, y bizarras, pero muy bien planeadas, estilizadas y de “buen gusto artístico”
“¿Y tú quién eres para cobrar venganza?”
Alejandro Jodorowsky, ha pasado por distintas etapas y facetas, pero seguramente sea su labor como cineasta, la que le ha proporcionado más fama, y le ha labrado una imagen de “autor inaccesible y polémico”
En El Topo, abandonamos los tótems de la infancia, porque pensamos que nos atan al pasado.
Nos envilecernos con el tiempo, y pasamos a otros que nos esclavizan cuando somos adultos.
Quizás renunciando a todo, y viviendo exclusivamente para el prójimo, se pueda detener el eterno ciclo de la violencia.
Encajando las agresiones de los demás, teniendo a alguien en quien apoyarse, pensando con el corazón, y renunciando a luchar.
Esa podría ser la gran victoria:
Carecer de cualquier tipo de necesidad y sacrificarse.
Lástima que hasta la sociedad más avanzada, se base en el materialismo, la hipocresía, el miedo, y el abuso de los poderosos sobre los débiles, los marginados, y los desposeídos.
Y aunque cambiemos, siempre nos reencontraremos con quienes éramos, los que siempre fuimos.
Esa misma esencia, es la que dispara todo tipo de mecanismos de supervivencia, y nos permite desafiar el “statu quo” de un mundo definitivamente hostil.

“El topo, es un animal que cava galerías bajo la tierra, buscando el sol.
A veces, su camino lo lleva a la superficie; cuando ve el sol queda ciego”



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