The Eye

“People say seeing is believing, but for me, that's not entirely true”

Definitivamente, hablar del moderno cine de terror, se ha convertido cada vez más, en hablar del cine de terror asiático.
Pocos serán los que nieguen el impacto, y la influencia que los orientales han tenido en la factura y consumo de los mejores escalofríos de última hornada.
Justo es destacar, sin embargo, que también cada vez más, hablar del cine de terror asiático, se ha convertido en una tarea imposible de realizar, sin caer en términos de redundancia.
Una fórmula que se ha agotado, en un plazo de tiempo realmente muy reducido, repitiendo armazones argumentales, que sólo sorprenden de salida, quizás en un par de hallazgos, más o menos afortunados, en alguna exhibición de inventiva conceptual, pero que acaban desarrollándose, y desembocando en los mismos patrones.
Una primera aparición de lo “paranormal”, a veces bajo la forma de alguna Leyenda Urbana, repetición de un cierto patrón, investigación, descubrimiento de una turbia historia del pasado, con desenlace trágico, y visos de melodrama, y por fin, resolución del problema.
¿Cómo podemos juzgar, qué es real, y qué no lo es?
¿Podemos fiarnos, de que nuestros ojos no nos mienten, y de que nos muestran las cosas, tal y como son?
¿Cómo podemos saber, que lo que vemos, está ahí de verdad?
Cada año más de 30,000 estadounidenses, se someten a trasplantes de córnea, un procedimiento que se está convirtiendo, rápidamente, en una intervención rutinaria.
Pero:
¿Y si pasa algo inesperado?
“I'm seeing things that aren't real.
I'm seeing things I shouldn't see.
I'm dreaming things I've never seen.
This surgery was supposed to make me normal”
The Eye es una película de terror, del año 2008, dirigida por David Moreau y Xavier Palud.
Protagonizada por Jessica Alba, Parker Posey, Alessandro Nivola, Tamlyn Tomita, Fernanda Romero, Chloë Grace Moretz, Rachel Ticotin, Obba Babatundé, Danny Mora, Esodie Geiger, entre otros.
El guión es de Sebastián Gutiérrez, basado en la película original, producida en Hong Kong, de los Hermanos, Oxide Pang Chun, y Danny Pang, llamada:
見鬼 (El Ojo)
Usando el pretexto de un thriller psicológico, y experiencias paranormales, The Eye explora enfermedades mentales, como la ilusión monotemática, conocido como “auto-reflejado identificación errónea”
Otros temas, incluyen el concepto de la precognición, o premonición, tal vez, convertirse en un cruce cultural de creencias populares desde Asia, sobre lo desconocido, por lo que The Eye se apoya en elementos sobrenaturales.
La trama se basa en un fenómeno científico real, que se conoce como “memoria celular”
“Las personas que se someten a trasplantes de órganos, en ocasiones presentan conductas del donante, del que recibieron el órgano en cuestión”, explica el Productor Ejecutivo, Darren Miller.
“Si uno recibe el órgano de un fumador, puede empezar a sentir el atractivo del tabaco; o pueden empezar a sentirse atraídos por el deporte, y descubrir que el donante era deportista.
La historia que presentamos en The Eye, es pura ficción, pero explora un fenómeno que se da en la vida real, y lo lleva al mundo sobrenatural”, añade la Productora, Paula Wagner.
Aunque The Eye se desarrolla en Los Angeles y México, la producción comenzó en Albuquerque, New México, para aprovechar el tiempo y los recursos.
The Eye sigue a Sydney Wells (Jessica Alba), una joven violinista ciega desde la infancia, que recupera la vista, gracias a una operación de córnea.
A medida que comienza a adaptarse a esta nueva situación, extrañas imágenes que ella no sabe discernir, si son realidad, o causadas por la operación, se le irán apareciendo.
Poco a poco, entenderá que las imágenes que ve, no son disfunciones visuales causadas por la operación, sino que son en realidad, imágenes de fantasmas.
Sydney, deberá averiguar, de quién son las córneas que le han trasplantado, para entender las terroríficas imágenes que se le aparecen.
Con ayuda del Dr. Paul Faulkner (Alessandro Nivola), que en un principio cree que todo es fruto de su imaginación, Sydney se adentrará en un mundo terrorífico que sólo ella puede ver...
Atormentada por las visiones, Sydney cree que el único medio de remediarlas, es averiguar quién fue el donante de las córneas, y qué le ha sucedido; pero en la investigación, terminará por toparse con una estremecedora revelación…
“There have been cases of transplant recipients who've actually shown characteristics of the donor”
Lo primero que hay que saber acerca de The Eye, es que se trató en su momento, de una producción muy accidentada, que sufrió varios retrasos considerables, llegando a cambiar varias veces de director, y otras tantas de protagonista, en su momento, estuvo fichada Reneé Zellweger para el papel principal… rol que finalmente cayó sobre los frágiles hombros actorales de Jessica Alba, en lo que fue considerado básicamente, como un vehículo de lucimiento, ya que por primera vez, la joven actriz encabezaba el reparto de una película en solitario.
Pero la morosidad con que se han tomado el proyecto, se nota, no sólo por la lejanía temporal, el original se estrenó hace ya 6 años, sino también por el soso guión, que ha escrito el venezolano Sebastián Gutiérrez.
Y este The Eye, repite básicamente la misma historia del original de los hermanos Pang, cambiando únicamente la ambientación:
En lugar de Hong Kong y Tailandia, la trama se desarrolla en Estados Unidos y México, y ampliando de manera superficial, el drama de la chica protagonista, durante la lenta y progresiva recuperación de su vista.
El personaje de Alba, Sydney, supera su discapacidad física, y tras el trasplante de córnea, se da cuenta de que debe reconsiderar quién es, y qué quiere en la vida; y debe aprender a tomar las riendas de los cambios emocionales que experimenta tras la operación
A partir del trasplante de córnea, The Eye se muestra predecible, y se estanca demasiado en el énfasis atmosférico, y psicológico que refleja la situación mental de la protagonista, con reincidencia paranoica, en situaciones e imágenes.
Las apariciones súbitas de muertos, que hablan de forma enigmática, se suceden, al igual que cambios inexplicables en diferentes escenarios, y presencias de espeluznantes criaturas fantasmales-demoníacas, que trasladan las almas de los muertos, hacia otra dimensión, y que berrean a quien se interponga en su camino.
¿Por qué esas criaturas, tienen que ser terroríficas?
No se sabe…
Moreau y Palud, querían mantener la ambigüedad de la cordura de Sydney.
Ella está convencida, de que las oscuras y terroríficas visiones que la persiguen tras la operación, son reales, pero su doctor y su hermana, Helen Wells (Parker Posey), lo achacan a una crisis psicológica.
Según Alba:
“La historia da mucho miedo, pero desde una perspectiva diferente, porque el público nunca sabe, si mi personaje realmente ve las cosas que ve, o si está perdiendo la cabeza.
Camina por ese fina línea que permite a los espectadores ponerse en el lugar de Sydney”
“Lo que no vemos, da mucho más miedo de lo que se nos presenta abiertamente”, comenta Moreau.
“El quid de la cuestión, es dar con el equilibrio perfecto entre lo que se muestra, y lo que se oculta, y dejar que vuele la imaginación del público”, comentó el director.
Para Alba, interpretar a una mujer ciega, fue igualmente difícil.
Pasó tiempo viviendo en La Comisión de Ciegos de New México (NMCB), y recibió formación con un instructor cualificado para la movilidad y la orientación.
“Hizo el programa como toda persona que ha perdido la facultad de visión.
El personal, le ayudó a lograr la confianza necesaria, para interpretar a una persona ciega convincentemente, dado que es una parte importante del personaje”, explica Greg Trapp, Director Ejecutivo del NMCB.
De hecho, Alba pasó mucho tiempo con la soprano ciega, Jessica Bachicha, para aprender acerca de cómo vivían las personas ciegas, usar el bastón blanco, leer Braille, etc.
Al igual que Alba, Alessandro Nivola, pasó 3 semanas, investigando y haciéndose con la psicología neural, y los detalles de su profesión en The Eye.
“El periodo de investigación de The Eye, siempre me parece la parte más emocionante del proceso”, admite Nivola.
En las últimas escenas, se encuentra el sentido del viaje de esta joven, hasta el centro de la locura, y su vuelta a la realidad.
No obstante, el ejercicio de adaptar películas de este género, que tan bien saben hacerlo en el cine oriental, y llevarlo a nuestra “occidental visión”, resulta fácil, no sólo porque se copia una fórmula ya probada, y aprobada con anterioridad, sino también, porque después de estar tan acostumbrados al terror adolescente de rubias y rugbistas, arrancando de un muerto en vida lleno de sangre…
Un rasgo común a todas estas traslaciones, de oriente a occidente, llama mucho la atención, la aparente necesidad del público occidental, de una explicación científica, por muy abracadabra que sea, o al menos, algún razonamiento mundano, que ayude a explicar, si no los justifica completamente, los aparentemente sobrenaturales acontecimientos...
Y no se molesta en preguntarse por qué una persona con las córneas de otra, puede además, adquirir sus “poderes”, esas cosas simplemente pasan, y los muertos vuelven de la tumba, porque tienen una cuenta que saldar.
Todo muy rayado…
Además, la cinta original, tenía la gran virtud de enseñarnos a unos aparecidos, sacados casi del folklore tradicional chino, lo que le daba un toque exótico…
Y lo de que es violinista, es casi un hecho anecdótico en esta The Eye, cuando en la original, era la base del personaje:
Ella vivía por, y para la música, y la vemos disfrutar enormemente tocando, cosa que en esta The Eye vemos un momento al principio, y en una escena posterior, “mira” el violín, pero poco más…
Los escasos aciertos de la película de los Pang, no se ven por ningún lado, ya que si bien, la versión del 2002, adolecía de un argumento mil veces visto, y mil veces mejor hecho, esta nueva encarnación hollywoodense, no hace sino poner de manifiesto que, la mayoría de estas películas de fantasmas de nuestra década, acaban siendo emulaciones baratas de “The Sixth Sense” (1999), hecho al que, curiosamente, uno de los personajes hace mención, al soltar un pequeño chiste sobre el hecho de “ver gente muerta”
Todos aquellos que busquen emociones fuertes, será mejor que se olviden de encontrarlas aquí, puesto que los directores de The Eye, no son capaces de generar una insana y perturbadora atmósfera, resultando abusivo el empleo que se hace de los efectos especiales, para describirnos lo que observa la protagonista de la historia.
La conclusión, masticada para que entendamos todo a la perfección, como si hubiera algo complicado que explicar…
En fin, terror bastante mediocre.
Recomendada a todos aquellos que hayan tenido un reciente trasplante de córnea, y quieran estrenarlas viendo a Jessica Alba.
“We see what we look at.
But the way we see things is affected by what we know”
Thomas E. Starzl, considerado por muchos, “El Padre del Trasplante de Órganos”, escribió en el primer capítulo de su autobiografía, “The Puzzle People: Memoirs Of A Transplant” (1994), lo que sigue:
“Todo paciente que recibe órganos de otro, o de otros, tanto si es uno, o son varios, se convierte en un puzle.
No se trata solamente de que una persona adquiera un hígado, o un corazón nuevos; el resto del organismo, debe sufrir una profunda adaptación, antes de aceptar el nuevo órgano.
Además, también cambia la forma de pensar, y de ver el mundo.
Es imprescindible saber, cómo se adaptará física y mentalmente cada paciente.
Muchos fallecen en el intento.
Algunos, descubren un mundo mucho mejor del que hasta entonces habían conocido.
Otros se sumergen en un estado, en que su vulnerabilidad se vuelve en su contra, con una agresividad que nunca se hubieran imaginado”
En especial, la queratoplastia, injerto, o trasplante de córnea, es la sustitución parcial o total de la córnea, por la obtenida de un donante, generalmente cadavérico, o del propio receptor.
El trasplante de córnea, es un valioso recurso, usado en presencia de alteraciones irreversibles de la córnea, como opacidades debidas a cirugía, infecciones, trauma, quemaduras, degeneraciones, distrofia corneal, y opacidades congénitas, ectasias severas, o alteraciones del poder refractivo espesor y forma, como el queratótomo.
¿Es posible que las células puedan almacenar datos referentes a gustos, recuerdos, preferencias, etc.?
Durante más de 20 años, se han estado documentando casos de personas, que al recibir un órgano de un donante difunto, el receptor adquiría ciertos gustos, o personalidades del donante.
¿En qué consiste este misterioso fenómeno?
Se suele considerar, que el aprendizaje, primero pasa por El Sistema Nervioso, y luego por El Sistema Inmunitario.
En consecuencia, los pacientes que recibieron trasplantes de órganos “periféricos”, no tendrían que padecer los cambios de personalidad, ni adquirir los rasgos propios de unos donantes que nunca encontraron.
Cuando, después de unos trasplantes de órganos se observaron tales transformaciones, intentaron explicarlas por los efectos de los medicamentos inmunosupresores, el estrés psicosocial, y por otra patología preexistente de los receptores.
No obstante, la teoría de los sistemas vivos enuncia explícitamente, que cada célula viva, posee una “memoria”, y unos subsistemas funcionales determinantes.
Por otra parte, la integración reciente del concepto de energía, en la teoría de los sistemas, llamada “Teoría de Los Sistemas de Energía Dinámica”, permite lógicamente, llegar a la conclusión de que todos los sistemas dinámicos, almacenan informaciones y energía en grados variables.
Lo impresionante del asunto, es que los casos recuerdos y personalidad, en cuanto a trasplantes de órganos, se cuentan por cientos...
Todos los datos parecen indicar que, y adoptando una postura puramente racionalista, a pesar de las estrictas normas de confidencialidad que se establecen alrededor de la identidad del donante, no es infrecuente, que al receptor del órgano en cuestión, le lleguen algunos detalles de la vida de la persona que les “ofrece” su órgano.
Durante las conversaciones entre el personal del hospital, o incluso por filtraciones de información, no son aislados los hechos en los cuales se producen tales circunstancias.
A ello, hay que sumarle el propio desencadenamiento psicológico de los receptores, y las variables condicionantes de cada caso.
Si el paciente proviene de una historia larga de enfermedad y espera de un órgano, las repercusiones psicológicas de los mismos, podrían viajar desde la culpa, a la angustia de la espera, lo cual, una vez realizada la intervención, les podría llevar a fantasear, sobre el origen de su órgano trasplantado.

“I know you're scared.
Don't be.
'Cause the world really is beautiful”



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