Score

“Totally Different!
Come to a deliciously wild weekend of mixed doubles!”

La evolución de la representación del erotismo en el cine, ha estado pautada por una serie de sobresaltos de las audiencias, las cuales no estaban acostumbradas a ver aspectos de nuestra propia naturaleza de forma tan evidente o explícita, al igual que la violencia o el humor, que con el tiempo, los desnudos frontales, los genitales afeitados o el sexo explícito, se han vuelto el plato del día y, a primera vista, su exhibición pareciera ser el objetivo final de los cineastas erotófilos.
Pero en el año de 1972; detrás quedaban las prohibiciones y represiones de siglos, y ahí estaban los aires de liberación emergidos de hippies y movimientos estudiantiles.
Había llegado también el desarrollo tecnológico, que permitió filmar con apabullante realismo las virguerías de Linda Lovelace, maestra de la felación y todo un hito en la historia erótica del mundo.
Detrás de tamaño éxito, y al amparo de tan halagüeñas circunstancias, se sucederían nombres y títulos que iluminarían los neones de carteleras en los afortunados países por los que fluían estos ríos de libertad.
La Edad de Oro del Porno, en inglés “Golden Age Of Porn” o “Porno Chic”, es un corto periodo de la historia del cine pornográfico, que se sitúa entre finales de la década de 1960, y la primera mitad de la década de 1970, y que afectó principalmente a las producciones estadounidenses.
En estos años, obtienen fama una serie de significativos filmes, y pingües beneficios para sus directores, productores, y regularmente para sus actores.
El cine pornográfico, también llamado cine porno, es aquel en el que explícitamente se muestran los genitales, mientras se realiza el acto sexual, y cuyo propósito es el de excitar al espectador.
Estados Unidos, es el mayor productor de cine porno mundial, localizándose su epicentro en el área conocida como San Fernando Valley, frecuentemente también denominada como The Valley, situado en la ciudad de Los Ángeles, California, también conocida como “la capital mundial del porno”
La apertura de aquellos rebeldes años, que tanto hicieron contra el secular anclaje moralista de Occidente, propició que muchos de estos filmes se proyectaran en cines normales de Estados Unidos, Canadá, y algunos países europeos.
Y esto hizo que se elaborasen más las tramas, e incluso se estableciesen presupuestos promocionales.
Por otra parte, los historiadores del cine distinguen, dentro del género erótico, el “softcore”, películas con sexo simulado; y el “hardcore”, filmes con sexo explícito, una diferenciación que ha acabado por ser sepultada por los términos “erótico” y “pornográfico” en su denominación popular.
Pero el “softcore”, interpretado por actores convencionales, en la mayoría de los casos, tiene una larga tradición en Europa y los Estados Unidos, hasta el punto de que, entre sus hitos, se encuentran algunas de las joyas del cine erótico, como:
“Emmanuelle” (1973), o la mayoría de los filmes de Tinto Bras o Radley Metzger, posteriormente llamado Henry Paris.
El “softcore” en Europa, es un paso intermedio entre el cine X, y las películas comerciales, mucho más sugerente que este, y menos descarnado que aquel.
En cualquier caso, el “Soft” es un cine bastante cercano al porno en cuanto a su planteamiento visual y narrativo, pero se omiten aspectos esenciales en éste, como son las penetraciones, miembros viriles erectos, masturbaciones explícitas, eyaculaciones, etc.
Por tanto, las escenas eróticas son simuladas, aunque suelen realizarse como si de una película porno se tratase.
Además, las historias suelen ofrecer mejores argumentos, y los actores no sólo deben saber simular escenas eróticas, sino también demostrar cierto talento interpretativo.
Esta etapa del Porno Chic, finalizó cuando empezaron a distribuirse las películas en formato VHS, que no era necesario ver en el cine, sino en la intimidad del hogar.
La ola abierta del éxito, duró hasta los 80, cuando la aparición del vídeo y del SIDA, que causó la retracción del aperturismo social, restringieron las cintas pornográficas de nuevo al terreno íntimo de hogares y bares específicos.
Por lo pronto, el Porno Chic, solo puede ser visto, a vista y paciencia de cualquiera, en la publicidad de moda o marcas del estilo.
“Then let’s play Chopsticks anyway”
Score es una película erótica del año 1974, dirigida por Radley Metzger.
Protagonizada por Claire Wilbur, Casey Donovan, Lynn Lowry, Gerald Grant, y Carl Parker.
El guión es de Jerry Douglas, basado en la obra de teatro homónima de Jerry Douglas, de 1973.
La obra teatral, Off-Broadway, tuvo 23 representaciones en El Teatro de Martinica, del 28 de octubre al 15 de noviembre de 1971, y tuvo como protagonista a Sylvester Stallone en un breve papel, como el reparador de teléfono, llamado Mike.
Esta versión teatral, escrita por Jerry Douglas, que más adelante se convirtió en un guionista importante y destacado, estaba ambientada en un barrio pobre de Queens; mientras que la película está ambientada en una tierra elegante y mítica, con un presupuesto relativamente alto para una película independiente de esa época.
La historia gira entorno a una pareja que busca divertirse, decidiendo seducir a otra pareja de recién casados, para tener una aventura sexual.
Score es un producto de su época, los tempranos años 70, y explora la libertad sexual que se extendió a través de la sociedad durante ese período con gran éxito.
Score es una comedia para adultos, con escenas de sexo, que refleja el intercambio de pareja o “swinger” de los años 70's, y la revolución sexual.
El director, Radley Metzger, adaptó la obra escénica de New York, sobre seducciones múltiples; y lo trasladó a un entorno mediterráneo.
Las actuaciones, el trabajo de la cámara, y la puesta en escena, se combinan para hacer un buen producto; sin duda, la mejor película de “sexploitation”
El director, pionero del cine “indie” en los Estados Unidos, y uno de los directores de “softcore” más importantes de la historia; con Score, no muestra su mayor aproximación al “hardcore”, en la que incluiría una escena homosexual entre 2 hombres, y en la que, anecdóticamente, se rechazó a Sylvester Stallone para el papel protagonista.
El siguiente paso del realizador, fue el cine X, con el seudónimo de Henry Paris, con el que rodó al menos 5 películas, que se cuentan entre los grandes clásicos del porno de todos los tiempos, por su sentido cinematográfico, su ritmo narrativo, y por su empeño de dignificar el género.
Score fue rodada en 5 semanas, en el verano de 1972, en Zagreb, Croacia; pero no fue estrenada hasta febrero de 1974.
Como dato, el DVD de Score, sin cortes, fue estrenado por primera vez en más de 35 años; pues en su estreno original, faltaban 15 minutos que comprendía la escena de amor entre hombres, aunque no es explícito, es bastante gráfico.
Este tema “prohibido”, rara vez se ha visto o tratado con tanta habilidad desde entonces.
En la mítica ciudad europea del ocio, Elvira (Claire Wilbur) y Jack Jackson (Gerald Grant) son una pareja abierta y bisexual, que vive en un pueblo costero, y desean profundizar en las relaciones de intercambio y alternancia sexual; y “ponen los ojos” en una pareja joven:
Betsy (Lynn Lowry) y Eddie (Calvin Culver) para montar una orgía.
Esto surge en una noche, cuando se enteran de la llegada de un par de amigos turistas, a través de un anuncio de periódico.
Elvira, autoproclamada “snob sexual”, ha apostado de que puede seducir a la recién Betsy, casada con el hermoso biólogo marino, Eddie.
Si falla a medianoche, entonces Jack podrá seducir a Eddie…
Mientras Jack y Eddie se van a trabajar por separado, Betsy va a visitar a su nueva amiga, Elvira.
Ella está muy intrigada por la admisión abierta de Elvira de su estilo de vida cambiante, incluyendo intercambio de esposos y drogas.
Pero cuando Mike Nixon (Carl Parker), el reparador de teléfonos, llega, pues Elvira había saboteado el teléfono antes, con la esperanza de que un hombre guapo apareciera; Betsy se sentirá fascinada y sorprendida, cuando Elvira lo seduce justo ante sus ojos.
Ella, también admite que no está muy feliz sexualmente, después de atrapar a Eddie masturbándose en el baño…
Pero ella dice que las acciones de Elvira, no son para ella, porque en el fondo, ella sigue siendo una colegiala católica...
Y es que Elvira y Jack son “swingers” casados y bisexuales de una manera ostentosa; que entrarán y harán participar a los recién casados en un juego de seducción, en el que cada uno toma un turno, tratando de seducir a alguien del mismo sexo.
A medida que avanza la noche, las 2 esposas y 2 esposos se aparearán.
Durante el curso de sus conversaciones, cada uno de la pareja ingenua, admitirá la insatisfacción, incluyendo un cuestionamiento de, si alguna vez debería haber contraído matrimonio.
Eddie, al fin y al cabo admite que era el mejor amigo del hermano de Betsy.
Hay una indirecta que él y Eddie, eran quizá más cercanos que amigos, aunque Eddie no parece saber que Betsy pudo darse cuenta de eso.
Betsy, por su parte, se deja caer en el juego de seducción de Elvira, e incluso está un poco preocupada de que algo “suceda” entre ellas.
Score muestra a un par de depredadores mundanos y desinhibidos contra los virginales ingenuos y conservadores durante una reunión de fin de semana en la lujosa Villa Riviera.
Y para ello usarán sus tácticas comunes de distracción, como los disfraces que se combinan con sus fantasías sexuales:
Vaquero, monja, marinero, etc.; así como el uso de drogas estimulantes, para llegar al encuentro lésbico y homosexual.
Score es un microcosmos, que muestra un mundo donde la libertad de amar o hacer el amor a quien quieras, es la norma.
Sin embargo, con el inicio del SIDA en los años 80, el mundo en el que Score representaba, se vio obligado a cambiar.
Ver Score, es el equivalente a retroceder en el tiempo, a un lugar muy diferente al que hoy es el mundo, donde los prejuicios que dividen al gay y al heterosexual, se estaban disipando claramente.
Eso es lo bueno de Score, que no juzga.
Se ocupó de los roles sexuales, de la sexualidad masculina y femenina, y de la bisexualidad de una manera desinhibida y divertida.
Como comedia, Score funciona por su ritmo rápido, sobre las interacciones entre las 2 parejas, hasta que las cosas eventualmente suben de tono, pero sin ser clasificada de pornográfica.
De hecho, cuando se estrenó, Score fue una bomba.
Estaba clasificada X, pero no era lo suficientemente explícita para la multitud porno, o lo suficientemente inteligente para el público “intelectual”
Ahora nos estamos dando cuenta de lo buena que es; una de las mejores películas que se ocupaban de la sexualidad abierta, y explícitamente a partir de los años 70.
Score te hará reír por lo ingenua, sin ser tontorrona, y mantiene tu atención, ahondando alegremente en tabúes, drogas y desnudos que ninguna película legítima podría tocar; o para más diversión, podría bien convertirse en un juego de rol, usando la bebida, cada vez que algún personaje toma una copa, o fuma…
El resultado sería entonces, dejarse llevar.
“Queer strange or queer faggoty?”
Radley Metzger, antes de cambiarse su nombre a Henry Paris para hacer películas porno, posee una de esas biografías aventureras, que a todo amante del cine le gustará leer, sobre quienes pertenecen a esa fábrica de sueños específicamente.
Metzger, fue soldado en La Guerra de Corea, y en el cine se ocupó de editar películas para que pudieran pasar los cortes de censura que imponía la Administración Estadounidense, y La Iglesia Católica.
Dirigió el doblaje de un buen número de películas europeas, y rodó filmes “nudies”; pero desde que en 1963 fundó su propia productora, Audubon Films, se había convertido en un reconocido director de cine erótico, que había encontrado el lado pernicioso de personajes clásicos de la literatura europea; pero encasillar a Metzger como pornógrafo, es pecar de restrictivo.
Su interés por el erotismo, antecede a la revolución que supuso el estreno comercial de “Deep Throat” (1972), y la relativa normalización del género consecuente.
Técnicamente, Score es filmada maravillosamente, “en el pueblo del ocio, en la tierra del juego, en lo profundo de la zona erógena”, y se centra en la seducción de una joven pareja de recién casados, por un par de “swingers” casados con experiencia, y colmillo para la seducción.
Fotografiado ingeniosamente por el propio Metzger, y por el veterano cinematógrafo, Franjo Vodopivec en su propio país, Yugoslavia; está enmarcado o narrado como “un cuento de hadas adulto”; y se distingue por un diálogo inteligente, que elimina las nociones anticuadas de los parámetros sexuales desde el principio.
El guión, emplazado en su mayor parte en un solo conjunto interior, con sólo un puñado de secuencias al aire libre, permite Metzger construir una doble seducción climática, lenta y segura, utilizando superficies reflectantes, entre otros dispositivos, para transmitir dualidades sexuales dentro de los personajes, como espejos, objetos y otros elementos de manera muy ingeniosa y erótica.
La seductora Elvira, una excelente actuación de la impresionante Claire Wilbur; y su marido, el fotógrafo Jack, muy calculador, suavemente interpretado por el guapo Gerald Grant, son una pareja de “swingers” extremadamente liberada y desinhibida, que hacen apuestas entre sí, para seducir a los dulces e ingenuos recién casados:
Betsy, atractiva, adorable, ingenua y tontorrona Lynn Lowry; y su ecologista, juvenil, y ambiguo Eddie, un simpático rubio, Calvin Culver; durante un fin de semana que se reúnen en su lujosa Villa Riviera.
Jack y Elvira, son estadounidenses de 30 años, que viven en Europa, que tiene como diversión, el juego de la seducción, y mantienen “puntuaciones”, de ahí el título, “Score”, en sus éxitos y/o fracasos.
A medida que la historia trascurre, Elvira pondrá trampas elaboradas con la que espera atraer a la fresca Betsy a su guarida; como araña o vampira hipnotizadora, no es raro el uso de su vestimenta negra, o su guarida de espejos.
Así, Betsy y su igualmente inocente marido Eddie, llegarán para cenar, y la velada estará dedicada a las maquinaciones de la pareja más inteligente, y con más experiencia; mientras tratan de seguir el complot de Elvira.
Elvira y Jack, se burlarán entonces de la moralidad de esa pareja de clase media.
La comedia saldrá a la luz, a medida que la pareja joven se muestra difícil de romper, debido a una serie de trastornos sexuales inmaduros; por lo que Jack apuesta a que puede “anotar” con Eddie, antes que Elvira con Betsy.
El juego ya está puesto en marcha, solo hará falta anotar.
El director, y el escritor Jerry Douglas, elaboran un cuento agudo, ingenioso y totalmente intoxicante, que abiertamente aborda temas audaces tales como los juegos de rol, la bisexualidad y las relaciones abiertas con una admirable elegancia e inteligencia, que eleva a Score muy por encima del nivel de sus similares.
Metzger, astutamente clava el despreocupado y alegre intento de cualquier experimentalismo sexual de los años 70, y magistralmente crea una atmósfera delirantemente erótica, que es al mismo tiempo, atractiva y excitante en igual medida:
Amor libre que intenta cualquier cosa que tu corazón desee, solo lo mezclas.
Score es una película que encaja entre lo sexy y la pornografía, digámoslo todo; pues el director hace un excelente trabajo, construyendo escenas de sexo, que en realidad tienen sentido en ese mundo de los años 70, un mundo libre, de mucho amor; y derribaba barreras, permitiéndose el lujo de incluir escenas de sexo explícito homosexual, en un contexto de lo más elegante.
Por lo que necesitarás una sensibilidad bastante amplia para disfrutarla, porque pasan por las permutaciones:
Hombre y mujer, vigilados por una mujer; 2 mujeres juntas; y 2 hombres juntos...
Las drogas andan por la libre, y el nitrato de amilo, era la droga usada para fines “lúdicos”
Y es que Score es más hija de su tiempo, filmada en plena liberación post-sexual, pre-SIDA, cuando parecía que la libertad sexual, política y estética estaba esencialmente vinculada; Score es un manifiesto para la liberación sexual pura, tocando sólo brevemente por los aspectos más oscuros de la sexualidad, en las escenas algo espeluznantes de Mike, y un cierto núcleo vacuo en Elvira, y su matrimonio con Jack.
Los personajes, son psicológicamente simples, con la fijación en las novicias de Betsy, la homosexualidad reprimida, clara y evidente de Eddie; pero lo más importante en una película de este tipo, es que es extremadamente simpática.
Del reparto, Claire Wilbur y Gerald Grant son particularmente buenos en sus papeles de Elvira y Jack; además todos son súper fotogénicos, guapos y de buen ver.
La actriz principal, Claire Wilbur, está maravillosa como la seductora casada oscilante, como vampiresa, manipuladora y sexualmente agresiva.
Lynn Lowry, es bastante convincente en su papel de una inocente recién casada chica de escuela católica, convertida en objeto sexual salvaje.
Cabe destacar que en la versión “uncut” de Score, Gerald Grant y Cal Culver, conocido en el mundo porno gay como Casey Donovan; contiene escenas sexuales explícitas, que fueron clasificadas de X, gran parte de las cuales, fueron extraídas de forma triste e innecesaria de la versión comercial de la productora y distribuidora, Image Entertainment, una compañía que tuvo su foco inicial en la pornografía “hardcore” XXX.
Mientras la escena de sexo lésbico, también es más larga, y se siente más completa con las imágenes que faltan.
Para los estándares de hoy, hay pocas razones para recortar las erecciones y varias escenas de sexo oral, como la penetración, aunque bien pudo haber sucedido entre los hombres, nunca es verdaderamente explícito, debido a las sombras y a los demás trucajes de cámara, que nunca son los primeros planos del cine porno actual y habitual, por lo que fueron hechos y mostrados con gusto.
Porque Metzger le da un estilo delicado, y se nota que de verdad le importaba todo en la producción, desde la música que escogía, hasta los sets de filmación.
Hay que recordar, que después de Score, este tipo de cine erótico desapareció, porque pronto lanzaron las pelis XXX en formato casero.
En fin, creo que lo que se destaca en el cine de Metzger, aparte de los demás, es su estilo e historias ingeniosas, que son muy divertidas; por lo que, los espectadores que esperen un festival de carne sin parar, pueden sentirse defraudados por el largo preámbulo narrativo, puntuado por “la caída de Elvira con el reparador de teléfonos”
Como datos curiosos, decir que Claire Wilbur interpretó originalmente a Elvira en la producción escénica Off-Broadway de la obra de Jerry Douglas, y fue la única miembro del reparto original de la obra, que representó su papel en la película.
Wilbur, para entonces era una veterana actriz de teatro, que se enfureció durante la producción, al enterarse accidentalmente, que Lynn Lowry, una actriz novata, estaba recibiendo más dinero que ella.
Esto resultó en una gran tensión a lo largo de la filmación.
Mientras que Sylvester Stallone hizo de Mike, el reparador del teléfono en la producción Off-Broadway, pero no fue llamado por el director Radley Metzger en la película, porque Metzger pensó que Stallone era demasiado “étnico”, y por tanto, no cabía en la sensibilidad europea de la película.
Mientras que Calvin Culver, que en realidad era un famoso actor de porno gay, bajo el nombre de Casey Donovan, fue estrella de uno de los títulos más innovadores del género, como “Boys In The Sand” (1971) y “The Other Side Of Aspen” (1978), aunque posteriormente se reunió con Metzger para la obra maestra heterosexual del director, “The Opening Of Misty Beethoven” (1976), murió muy joven, a los 43 años, víctima de SIDA.
Mientras Gerald Grant, sólo apareció en otras 2 películas:
“Naked Came The Stranger” (1975) de Metzger, y “Eaten Alive!” (1980) de Umberto Lenzi, que al igual que Donovan, falleció de SIDA, a la edad de 53 años.
Mientras Claire Wilbur, que apareció en la versión original de Score, su único crédito en la pantalla, parece ser “Teenage Hitch-Hikers” (1974), falleció de cáncer del pulmón en 2004, a la edad de 71 años.
Mientras que la bella, Lynn Lowry, hoy de 69 años, y única sobreviviente del reparto, ha seguido una carrera en las películas convencionales, incluyendo “The Crazies” (1973), “Shivers” (1975) y “Cat People” (1982)
No se sabe, qué fue de Carl Parker… pero sí del escritor Jerry Douglas, que adoptó el seudónimo de Doug Richards, y se hizo famoso en la pornografía gay, escribiendo y dirigiendo una serie de producciones famosas, que incluyen:
“The Back Row” (1973), “Both Ways” (1976) y “More Of A Man” (1991), este último con Joey Stefano y Chi Chi LaRue.
Mientras que el director de producción de Score, Branko Lustig, se ha convertido desde entonces, en un importante productor de Hollywood, con títulos como:
“Schindler's List” (1993) y “Gladiator” (2000)
En definitiva, Score es el título emblemático para el swing de los años 70, en todas las direcciones y sentidos, y es la mejor película posible, y disponible en términos de actuación, guión, y dirección.
Claro, el tema bisexual, todavía no resuena bien a un montón de gente, y tal vez eso es parte del encanto permanente de Score.
Las identidades sexuales no tradicionales, siguen siendo hoy un tabú preocupante y desconcertante, especialmente para los hombres.
Y es triste que, dado el progreso, tanto como lo hemos hecho cultural y científicamente, hay personas que están ahí afuera, que no están dispuestos a admitir que la sexualidad humana, la cual es polarizada, como “hetero” u “homo”, “sin tonos de gris”
Debido a esta angustia eterna, la versión sin censura de Score, es ideal para las proyecciones grupales; pues verás con júbilo cómo tus amigos se retuercen mientras el último acto se convierte en algo explícito.
Simplemente, la sexualidad aflorará, y no porque haya mucha desnudez, pues nunca es clínica; sino hasta subliminal, como cuando el director recrea las escenas de sexo masculino, con un simple cinturón es agarrado como si fuera una erección, y otros objetos en forma de falo, incluyendo un cartucho de nitrato de amilo, etc.
Respecto a los hombres, Metzger intenta mantenerlos excitados durante la acción entre las chicas, como al normalizar la de entre los chicos, con mucha tensión abstracta y sin penes erectos aterradores; mientras tanto, las mujeres jugarán complejos roles de arriba abajo, de forma más natural/aceptada, intercambiando un diálogo pícaro rápido, que llevará a juegos psicológicos.
Lo que me gustó de Score, fue el hecho de que nada de eso parecía gratuito, dado el tema.
Las escenas de seducción del mismo sexo, son divertidas, y genuinamente eróticas, bastante poderosas.
Me encantó especialmente la manera tan sutil de los personajes que coquetean y la forma en que seducen el uno al otro.
El hecho de que la desnudez se usara muy escasamente, sólo añadió tensión erótica, en una película que literalmente se burla de sí misma, y despierta eróticamente al espectador, desde el principio hasta el final, con escenas de amor entre hombres, y entre mujeres, con buen gusto.
Aunque muy elegante y estéticamente agradable, Score nunca se lo toma demasiado en serio.
Por último, la banda sonora corre a cargo de Robert Cornford, está genial como disco.
La canción “Where Is The Girl / Where Is The Boy” fue realizada por el Croano Trio, que el director Radley Metzger reunió durante el rodaje de la película en Yugoslavia.
“Watch it with someone you want to excite!”
Score fue estrenada durante La Edad de Oro del Porno, inaugurado por el lanzamiento de 1969, de la película “Blue” de Andy Warhol en los Estados Unidos, en una época del “Porno Chic”, en la cual, las películas eróticas adultas, apenas estaban comenzando a ser ampliamente distribuidas en cines comerciales, siendo discutidas y analizadas públicamente por celebridades como Johnny Carson y Bob Hope; y siendo tomadas seriamente por los críticos de cine, como Roger Ebert.
Su director, Radley Metzger, está generalmente considerado como el verdadero autor de las películas de “sexploitation”
Si bien, él constantemente produjo trabajos superiores a Score, incluso después de la deriva en el porno; esta película es quizás su mejor trabajo, “alfabetizado”, divertido, e increíblemente audaz.
Incluso 42 años después de que fue filmada, todavía coge desprevenido a cualquiera que se atreva a verla.
Si esto suena interesante, no puedes encontrar ningún mejor documento de La Revolución Sexual que en Score.
Con 87 años, y en activo, el director sigue “anotando” su sello cinematográfico, en una industria que en 2005, facturó más rentas que la industria cinematográfica convencional de Hollywood.

“First you don't know.
Then you can't tell.
Then you don't care”



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