The Three Tenors - The Impossible Dream
El fenómeno de “Los Tres Tenores” fue un espectáculo de ópera y “crossover” clásico, realizado por los famosos cantantes de ópera:
Luciano Pavarotti, José Carreras y Plácido Domingo, quienes ofrecieron juntos una serie de conciertos entre 1990 y comienzos del siglo XXI, en 4 continentes, pero no en la región latinoamericana, siendo en total, 33 shows en al menos 16 países, y se llegó incluso a decir, que los cantantes y el director, recibían $1 millón cada uno por presentación.
Lo cierto es que en el año 2000, las ganancias superaban los $1,000 millones.
El repertorio comprendía desde óperas y obras de Broadway, hasta canciones napolitanas, y éxitos de la música pop.
El productor italiano, Mario Dradi, concibió la idea del concierto:
El primero se llevó a cabo para recaudar fondos para La Fundació Internacional Josep Carreras per a la Lluita contra la Leucèmia; también fue para los amigos Domingo y Pavarotti, una forma de dar la bienvenida a Carreras en el mundo de la ópera, después de haber tenido éxito en su tratamiento de la leucemia.
Los conciertos fueron un gran éxito comercial, y fueron acompañados por una serie de grabaciones de gran éxito, incluyendo un Premio Grammy por Mejor Interpretación Vocal Clásica, por el concierto de 1990, que posee el récord mundial Guinness, para el álbum de música clásica más vendido en la historia.
El director indio, Zubin Mehta, fue el encargado de las actuaciones en 1990 y 1994; mientras que el concierto de París, fue dirigido por James Levine.
Según Gian Paolo Cresci, administrador delegado de la SACIS, la poderosa organización comercial de productos televisivos, conectada con la RAI, lo más impresionante del concierto será cuando los 3 canten juntos durante 20 minutos.
Y añadió que junto al milagro de haber conseguido reunir en una sola noche, y en un único espectáculo a Pavarotti, Carreras y Domingo, el otro milagro ha sido el haber podido acaparar todos los satélites del mundo durante el concierto, a pesar de los mundiales de fútbol, para poder retransmitir el concierto al mundo entero.
Y es que Pavarotti, de joven, intentó sin éxito ser futbolista...
Sus 2 colegas, son fervientes aficionados a ese deporte.
Fútbol y ópera, este matrimonio aparentemente condenado al divorcio, o la incompatibilidad, tuvo uno de sus grandes representantes en Luciano Pavarotti, quien hasta los 20 años, no sabía si tomar un curso de canto, o seguir jugando de mediocampista en el Módena, el club de su ciudad natal.
The Three Tenors In Concert
En el año 1990, la otra gran asociación entre ambas disciplinas, comenzó cuando la noche del sábado 7 de julio el mismo, Pavarotti, Plácido Domingo y José Carreras, dieron el primer concierto de Los Tres Tenores:
Al día siguiente, fue la final entre Alemania y Argentina, en El Mundial del Mundial de Italia, disputado en el Estadio Olímpico de Roma.
El concierto de Los Tres Tenores, fue visto por 800 millones de espectadores en el mundo, y se repetiría en los 3 mundiales siguientes; y mantuvieron en todos sus conciertos, un amplio repertorio:
Desde la ópera clásica italiana o alemana, hasta canciones de Broadway, incluyendo canciones napolitanas, y éxitos de música pop, adaptados a la música clásica, en arreglos del compositor argentino, Lalo Schiffrin.
La característica firma, incluye el aria “Nessun Dorma” de la ópera “Turandot” de Giacomo Puccini, y la balada italiana “O Sole Mio”
Tal vez, la más popular de sus piezas fue “Granada”, que sería cantada sucesivamente por los 3, empezando por Carreras en 1990, Domingo en 1994, y concluyendo con Pavarotti en 1998, el de mayor volumen vocal, siendo de la misma manera como fueron posicionados en escena, de acuerdo al volumen:
Domingo, Carreras y Pavarotti.
En definitiva, es indudable que su masividad ha logrado popularizar un género que hasta ese entonces, sólo estaba reservado a los “abonados” teatros de ópera.
Así, el fenómeno de Los Tres Tenores, fue aplaudido por muchos críticos debido a que implicaba presentar la ópera y la música clásica en general, a un público más amplio que el tradicional, pero algunos puristas del género, condenaron estos espectáculos, alegando que la música clásica no podía ser entendida por las grandes masas, agregando que era absurdo mezclar música popular y música culta, con un simple ánimo de lucro.
Sin embargo, la muerte de Pavarotti, por un cáncer de páncreas, finalizó la saga del Trío Lírico.
Lo curioso es que los 3 cantantes han padecido desgracias:
El más reciente es Domingo, con una embolia pulmonar.
Carreras también pasó tiempos difíciles con su salud, a finales de la década del 80, y no siempre se llevó bien con Domingo; pues eran rivales.
O la rivalidad entre Domingo y Pavarotti recorrían los teatros de ópera también.
Pero no es ajena para los españoles aquella rivalidad entre madrileños y catalanes...
Era 1984, Carreras y Domingo se volvieron enemigos por cuestiones políticas; y por sus talentos vocales siempre han sido solicitados en distintos escenarios del mundo.
No obstante, hacían constar como cláusulas en sus contratos, que solo se presentarían en determinado concierto, si su rival no ha sido invitado.
Es decir, evitaban cantar en el mismo escenario.
Y 3 años después, en 1987, Carreras recibió el diagnóstico de que sufría leucemia...
Su lucha fue sufrida y persistente; y se sometió a varios tratamientos, como un autotrasplante de la médula ósea, además del cambio de sangre, lo que lo obligaba a viajar una vez por mes a Estados Unidos.
Cuando se agotaban sus condiciones financieras, supo de la existencia de una fundación en Madrid, dedicada exclusivamente a tratar casos de leucemia.
Gracias a la ayuda de La Fundación Hermosa, Carreras venció la dolencia, y volvió a cantar.
En agradecimiento, él se asoció a esa fundación, sin saber quién realmente estaba detrás de todo ese grupo humano que lo apoyó.
Para asociarse, Carreras leyó los estatutos, y descubrió que el fundador, mayor colaborador, y Presidente de La Fundación, era nada más ni nada menos que Plácido Domingo; y se enteró también, que Domingo había creado la entidad en principio, para atenderlo, y que se había mantenido en el anonimato, para evitar que Carreras se sienta humillado al tener que aceptar auxilio de un “enemigo”
Al poco tiempo, Domingo ofrecía un concierto en Madrid, que fue interrumpido cuando Carreras se dirigió al escenario, se arrodilló a sus pies, y pidió disculpas públicamente por su enemistad.
Domingo lo levantó, y con un conmovedor abrazo, sellaron el inicio de una gran amistad.
Así se llevó a cabo el primer concierto de 1990, que se planificó en tener como escenario a la ciudad de Roma, aprovechando El Final de La Copa Mundial de Fútbol de 1990, realizada en Italia.
El 8 de julio de 1990, unas horas antes de esa Final, Las Termas de Caracalla fueron testigos de un concierto hasta entonces único e inolvidable.
En la alineación, 3 de los mayores tenores de la historia:
José Carreras, Plácido Domingo y Luciano Pavarotti, con Zubin Mehta al frente de una orquesta de 186 músicos, conformada por los conjuntos de La Ópera de Roma y el Maggio Musicale Fiorentino, que en total, en el escenario estuvieron 240 personas, ante una selecta audiencia de 6.000 personas.
Casi medio centenar de televisiones, ofrecieron el concierto en directo, y otras 68 lo hicieron en diferido, tal fue la expectación que despertó el concierto, pomposamente titulado “Concierto para Europa”, y cuya idea original fue del productor Mario Dradi; para José Carreras resultaba especialmente emotivo:
Hacía muy poco tiempo que había vuelto a los escenarios después de superar una leucemia.
Precisamente, los fondos iban destinados a La Fundación que el tenor barcelonés creó para luchar contra esta enfermedad.
Los Tres Tenores, “los stradivarius de la gola”, según los definió Zubin Mehta, se alternaron con varias de las mejores arias del repertorio operístico; por lo que se refiere a las piezas musicales que interpretará cada uno, Plácido Domingo explicó que “no hubo peleas”, y que cuando surgió algún problema, se resolvió con un “amistoso compromiso”; y los 3 repitieron, una y mil veces, que se sienten felices de cantar juntos, y que es un desafío, pero no una competición.
Del repertorio, que fue muy variado, son 4 salidas en solitario, un intermedio orquestal y un popurrí; en lo personal, debo confesar que, quien más brilló esa noche fue José Carreras, a pesar que los 3 estaban en su mejor momento, sobre todo éste, porque los otros 2 ya tenían una carrera bastante kilometrada, fue el brillo y la intensidad de Carreras, que lo colocó en el mejor puesto, además que como dupla con Plácido Domingo, cantaron en otros idiomas diferentes al español, dejando a Pavarotti cantando solo en italiano, aburrido, pues no arriesgo en su repertorio.
No obstante, todos brillaron desde su comodidad:
Carreras con esos filatos exquisitos, intensidad y fraseo hermosos; Domingo con esa seguridad y firmeza vocal como “camión sin freno”, de los 3, Domingo es quien tiene el de más extenso repertorio; y Pavarotti, en su asentada, armoniosa y grandiosa lírica.
Y nota aparte, destacar la labor de Zubin Mehta, en lograr poner en marcha todo el montaje musical en vivo, que salió perfecto.
Una anécdota cuenta que los 3, que habían llegado con una sonrisa de oreja a oreja, y que se habían visto tragados por una nube de fotógrafos y cámaras de televisión, por la expectación que existe ante ese concierto, empezaron a perder la paciencia, ante los gritos de los periodistas que exclamaban:
“No se oye, no se oye”
Pavarotti gritó con su voz inconfundible:
“Si hablan todos, se oirá aún menos”
Y el gran maestro hizo enmudecer a los agitados periodistas.
Pero los micrófonos, en los que se había introducido seguramente algún diablejo para provocar a los dioses de la lírica, siguieron haciéndose los locos; y Pavarotti acabó tirando el suyo.
Pavarotti explicó, que más de 50 veces, le habían propuesto cantar junto con los 2 colegas españoles, y que siempre se había negado, y que esta vez había aceptado ante la excepcionalidad del Mundial de Fútbol.
El concierto de Roma, resultó en un enorme éxito, en cuanto a la recaudación y derechos del concierto, el organizador, Mario Dradi, dio la cifra por entradas de $1 millón, pero añadió que los gastos han sido también muchos…
Lo que sí quedó claro, es que cada uno de los 3, decidió personalmente sus beneficiarios:
Carreras dijo:
“Como Pavarotti quiso decidir a quién debía ir su parte, también nosotros hicimos lo mismo”
Y así, el tenor italiano ha decidido que se dediquen los fondos a minusválidos; Carreras, a su fundación contra la leucemia; y Domingo a los barrios de México golpeados por el terremoto.
Y las grabaciones del mismo, tanto en discos como en cintas de video, fueron ampliamente vendidas en todo el planeta.
El éxito del concierto de 1990, motivó que el espectáculo quedara denominado definitivamente como “Los Tres Tenores”
Ante este hecho sin precedentes, José Carreras dijo:
“Creo que nosotros fuimos los principales responsables de que la ópera comenzara a llegar a un público más vasto.
Esto es innegable, y esto es fundamental para la vida de la ópera”
También, daría origen al disco clásico más vendido de la historia, y al primer DVD dedicado exclusivamente a la música.
Posteriormente, se sacó una edición limitada que incluye 2 CD más un DVD con el concierto original remasterizado de Las Termas de Caracalla de 1990, y un documental “The Impossible Dream” de casi 1 hora, con entrevistas exclusivas e imágenes inéditas.
The Impossible Dream es un documental musical del año 1992, dirigido por Ignazio Agosta.
Protagonizado por José Carreras, Plácido Domingo, Luciano Pavarotti, Zubin Mehta, Derek Jacobi, Mario Dradi, Andy Ward, entre otros.
Narrado por Derek Jacobi, fue producido por Mario Dradi, quien concibió la idea del concierto de 1990; y Andy Ward.
La creación del concierto de Los Tres Tenores famosos, Luciano Pavarotti, José Carreras y Plácido Domingo, tuvo lugar en el escenario de Las Termas de Caracalla, en Roma en 1990.
Pero su producción fue enorme, tuvo bastantes contratiempos, tanto políticos como de logística, así como el montaje, del repertorio, los emplazamientos entre Roma y Las Termas, y asuntos técnicos propios de gran escala, como el sonido, la iluminación, los ensayos, la transmisión televisiva, y musicales, como la unión de 2 grandes orquestas, para generar un solo sonido, como si fuera un solo sonido, y que estuvo a cargo de la Maggio Musicale Fiorentino, y la orquesta del Teatro dell'Opera di Roma, conducidas por Zubin Mehta para el evento.
Y claro está, el escenario mismo, el gran protagonista.
Las Termas de Caracalla, o Termas Antoninas, fueron unos baños públicos de La Roma Imperial, que se construyeron entre 212 y 217 d.C., bajo el gobierno del Emperador Marcus Aurelius Severus Antoninus Augustus, conocido con el sobrenombre de “Caracalla”, que hace referencia a una capa larga de origen galo, cuyo uso introdujo en Roma; aunque dicho sobrenombre nunca se utilizó oficialmente, es por el que se le conoce en toda la historiografía.
Las termas se inauguraron con el nombre de “Termas Antoninas” y actualmente, las extensas ruinas de estas termas, son una atracción turística importante.
Aunque fueron despojadas de sus esculturas y demás riquezas desde fecha temprana, se conservan aún grandes fragmentos de mosaicos, algunos de ellos, correspondientes a la planta superior del edificio, que se desplomó.
El edificio está bajo una estricta protección, debido a que fue destruido por un terremoto en 847, aunque ya desde 537, no se usaba porque los canales de agua resultaron destruidos en una guerra.
Así las cosas, ceder estas ruinas, fue un logro importante para un evento musical, generalmente emplazado para un teatro o un estadio; y han servido de fondo para La temporada de Ópera del Teatro dell'Opera di Roma cada verano.
En años recientes, se han realizado diferentes tipos de eventos culturales en Las Termas, como competencias de gimnasia en Los Juegos Olímpicos de Roma 1960, y este famoso concierto de Los Tres Tenores, durante la clausura de La Copa Mundial de Fútbol de 1990.
El documental The Impossible Dream, nos muestras desde la espontaneidad, y desde la primera de ejecución de piano, hasta los ensayos orquestales en La Ópera de Roma y en Las Termas de Caracalla; todo ello desde la intimidad de los tenores, hasta la emoción del “backstage” de la noche misma.
Son 57 minutos exactos, de imágenes detrás de escena, ensayos y entrevistas, que cuentan la extraordinaria historia de la puesta en escena de este mega-hit musical.
Con una selección de entrevistas de los 3 grandes tenores, por separado, y del productor y el director de orquesta, The Impossible Dream nos da un vistazo detrás de escenas, tan real que el nerviosismo traspasa la pantalla, mientras la cámara va documentando la creación y el impacto de este incomparable fenómeno.
Ciertamente, no podemos olvidar la consecuencia de que un evento de esta magnitud ha originado:
Muchos, han abierto las puertas a un mundo que hasta entonces siempre había sido considerado elitista, un mundo que, gracias a los 3 famosos cantantes, llegaron a los hogares italianos, y en todo el mundo, como un evento popular, dirigido a un público más amplio, y para todo el mundo.
En The Impossible Dream, vemos la defensa de Pavarotti ante las críticas de los puristas, pero la verdad es que, en este mundo, nada ni nadie está exento de críticas, y coincido con el tenor al asegurar que “la música es para todos”
Así las cosas, a través del metraje, confirmamos por qué Carreras, Domingo y Pavarotti, que han subido al Olimpo de los cantantes de ópera, mucho antes de 1990, han demostrado un cuidado y una alta calidad en sus actuaciones en el escenario de los teatros más importantes del mundo, siendo permisivos, al dar a conocer el secreto de los ensayos, cantando a “mezza voce”, haciendo caso omiso de la naturaleza extraordinaria de un evento como este, y lo positivo que conlleva.
Nombrado “The Impossible Dream” por El Maestro Zubin Mehta, por ser un logro inimaginable, el proyecto fue un sueño en un principio, porque se trabajó desde la imaginación, tanto que muchos ni siquiera conocían quién era José Carreras, lejos del mundo lírico, más cuando se supo de la experiencia con la leucemia, se deseó contribuir a un concierto especial en Italia, y de paso, con motivo de La Copa Mundial:
Según el productor, Mario Dradi:
“Era hacer un concierto, ya se habrían barajado una sucesión de cantantes, debido a la gran tradición operística en la que Italia siempre se ha destacado, y se pensó en Pavarotti, y Plácido Domingo, ambos con grandes carreras montadas, para que ayudaran a la regreso de Carreras”
Además de que los 3 eran aficionados al fútbol.
Esto era lo que había pensado Mario Dradi, durante una cena con José Carreras, en una representación de ópera masiva, a gran escala, y nunca antes realizada.
Por su parte, un dato curioso, muestra que El Maestro Zubin Mehta, se enteró que iba a participar en el concierto, por los periódicos…
Al tiempo que para él fue difícil, no ensamblar, sino montar 2 orquestas para que sean una sola.
La primera reunión de Los Tres Tenores, tuvo lugar el 5 de diciembre de 1989, con motivo del nacimiento de José Carreras.
Si bien hay varias películas que muestran la preparación de este concierto, y en particular de las pruebas y ensayos, que se caracteriza por un ambiente increíblemente relajado y divertido, se han acumulado momentos de lo más divertidos, que son inimaginables, pues los protagonistas son/eran 3 cantantes de ópera de reconocimiento.
Al final, las emociones que experimentaron la primera noche, el tras bambalinas, la producción y el montaje, es digno de ser conocido, pues solo hemos visto el producto terminado.
The Three Tenors in Concert 1994
Los Tres Tenores continuaron cantando juntos en conciertos posteriores a 1990, esta vez producidos por el mánager húngaro, Tibor Rudas, quien se adueñó de la marca “orgullosamente”
Así se planificó un 2º espectáculo en el Dodger Stadium de Los Ángeles, antes del partido final de La Copa Mundial de Fútbol de 1994, el cual contó con una asistencia masiva, y cuyas grabaciones discográficas y televisivas, repitieron el gran éxito de 4 años antes.
Con una asistencia de más de 50.000 espectadores, pagaron hasta $1.000 por asiento, y más de 1.000 millones de espectadores a través de televisión; teniendo un rating récord de audiencia en más de 100 países, transformándose en el espectáculo musical y clásico, más visto de la historia.
La noche del 16 de julio de 1994, fue una noche calurosa en Los Ángeles.
Así lo atestiguaba el pañuelo con el que se secaba el sudor, una y otra vez aquel grandullón llamado Luciano Pavarotti, y que osó en más de una ocasión, hacer lo propio con su colega José Carreras que lo tenía a la par del escenario.
Pero, en el estadio de béisbol de los Dodgers, la gente se había puesto de tiros largos, chaqué y esmoquin, para recibir a “los tres reyes magos de la lírica”:
José Carreras, Plácido Domingo y Luciano Pavarotti; con Zubin Mehta a la batuta de La Orquesta y Coro de La Filarmónica de Los Ángeles.
De lo especial del acontecimiento, daba fe el público, pues entre los asistentes estaban:
George y Bárbara Bush; Gene Kelly, David Hasselhoff, Frank Sinatra, Tom Cruise, Nicole Kidman, Dustin Hoffman, Arnold Schwarzenegger, Dennis Hooper, Al Gore, Louis Jourdan, Gregory Peck, Bora Milutinović, entre otros.
En el repertorio, Puccini o Massenet se alternaban con Mancini o Sinatra, hasta el clímax final de Verdi y sus archiconocidas:
“La donna è mobile” y “Libiamo ne’ lieti calici”
Para cuando esta última finalizó, antes de comenzaran las correspondientes tandas de aplausos, la música clásica, o mejor dicho, su relación con el público había cambiado para siempre.
Con el legado del trío, que prácticamente inventó el “single” en la música clásica; Los Tres Tenores influyeron a la hora de popularizar un cierto repertorio operístico más popular, pero no crearon afición por la ópera; pues la ópera requiere de un poso cultural mayor, exige más.
Un disco de arias, no puede sustituir la experiencia de asistir a una ópera completa en un teatro, porque este tipo de interpretaciones, son fragmentarias, y no tienen todo el peso de una obra completa.
No es como una canción que empieza y acaba, un aria hay que escucharla en el contexto de toda una composición.
Pero el impacto de este concierto llegó a la cultura popular:
Plácido Domingo apareció como miembro del grupo en un episodio de “The Simpson”, y el trío se convirtió en una broma recurrente en “Seinfeld”, en el que los protagonistas desglosaban la agrupación diciendo, en perfecto inglés:
“Pavarotti, Domingo, y el otro”, porque Carreras es más complicado de pronunciar; o bien porque no era muy conocido entre la gente de EEUU…
¿Qué tuvieron que los hizo tan imbatibles?
Los 3 eran personalidades muy diferentes, y muy fuertes:
Pavarotti es una de las grandes voces, Domingo es uno de los tenores más completos y versátiles; y Carreras es un cantante muy interesante por su pasión al cantar.
Por otra parte, la rareza de un concierto de músicos clásicos, celebrado en un estadio deportivo y de béisbol, hizo el lugar menos “ridículo”
El concierto fue 100% comercial, y “Made in USA”, y no solo por su repertorio dedicado a Hollywood, Broadway y a las canciones napolitanas y populares en EEUU; tanto que la noche abre con la interpretación del Himno de los Estados Unidos…
Para esta ocasión, se contó con toda una producción escénica, y atriles visibles e individuales para los cantantes.
Del repertorio en general, que fue muy variado, son 4 salidas en solitario, esta vez cumpliendo con las salidas de acuerdo al orden alfabético, Carreras, Domingo y Pavarotti, en todas las presentaciones; además de arias, también incluían escenas de óperas arregladas; con un intermedio orquestal, y 2 popurrís.
En lo personal, debo confesar que Carreras se lo vio sumamente tenso; solamente el aria de “El Cid” de Massenet mostró un lucimiento espectacular.
El gran tenor catalán, demostró estar en una forma espléndida y radiante en las piezas en inglés; pero no pareció en la plenitud de su capacidad vocal, muy probablemente, especulo, por el repertorio escogido.
Plácido Domingo apareció en óptima forma, sin miedo a cantar lo que le pongan, tanto así que su primera aria, como en todo Verdi, es un peligro para el tenor que debe estar bien caliente para afrontar una pieza tan difícil desde la psicología, como lo es “Oh! fede negar potessi”; y logró cumplir con todas, menos con una, de la hablaré más adelante; debido muy probablemente a su frenética actividad.
Pero en general, Domingo se mostró a la altura de las circunstancias, y del precio de la entrada.
Por último, Luciano Pavarotti pareció aferrado, como de costumbre, a la desafortunada manía de cantar arias y baladas, como si no hubiera diferencia alguna entre unas y otras; ampliando su repertorio en el concierto a piezas en francés.
Cabe destacar que, a partir de 1991, Pavarotti respondió al llamado de la organización “WarChild”, para recaudar fondos para la construcción de un centro de musicoterapia en Mostar.
De esta forma, anualmente se organizaron conciertos en Módena, bajo el título “Luciano Pavarotti & Friends”, donde además, participaban otras personalidades de la música internacional; y se recaudan fondos para diferentes causas, a beneficio de niños y personas de todo el mundo.
Aun con ello, Pavarotti fue duramente criticado por lo que hacía, hasta se dijo que “estaba prostituyendo la ópera”, y que tuvo repercusiones en los conciertos de Los Tres Tenores; sin embargo, el tenor italiano no hizo caso de estos comentarios, y continuó realizando labores caritativas.
¿Por qué habiendo otros tenores famosos, y de gran prestigio, como el canario Alfredo Kraus, no fue convocado?
Primeramente, porque los 3 tenores son aficionados al fútbol, y eso fue lo que los unió en principio.
Para 1994, Kraus tenía 66 años, cuando fue llamado a sustituir a Pavarotti en Londres; demostrando que el canario se mantenía entre los grandes tenores internacionales; aunque fue pesimista ante el futuro de la ópera, pues según él:
“Parece condenada a desaparecer”, y dijo:
“Los conciertos multitudinarios no es cultura, existen debido a la crisis de la ópera.
Hay gente que piensa que eso es cultura, pero no lo es; son manifestaciones populares, grandes espectáculos, pero no ópera.
La ópera sólo está en el teatro, porque allí no hay trampa ni cartón”, dijo.
Por otra parte, Kraus no ha olvidado su polémica con José Carreras y Plácido Domingo, y agregó:
“Cuando nos encontremos los tenores, no creo que nos demos abrazos.
Yo estoy dispuesto a un saludo cordial, pero no más.
No puede haber afecto después de todo lo ocurrido"
Todo empezó cuando el tenor catalán, José Carreras, Director de La Olimpiada Cultural barcelonesa, excluyó a Alfredo Kraus de la programación.
Carreras justificó la exclusión, por las críticas de Kraus al concierto de Los Tres Tenores, en Caracalla, Roma.
“Es sano que exista rivalidad, pero odios, e intentos de hacer daño, no”, dijo Carreras.
Para muchos, Alfredo Kraus era elitista, y no apoyaba este tipo de manifestaciones populares.
Siguiendo con el repertorio del concierto en Los Ángeles en general, tenemos un popurrí titulado “A Tribute to Hollywood”, y otro titulado “Around The World”, ambos fueron arreglados y orquestados por el compositor argentino Lalo Schiffrin, que a partir de los conciertos con Los Tres Tenores, se dedicó a la música clásica.
En los popurrís, Los Tres Tenores no demostraron rivalidad, pero si se hizo notable el ego profesional en cuando a dejar al aire alguna nota más del tiempo permitido, así como el volumen.
En el primer tramo, “My Way” fue dedicada a Frank Sinatra; y “Singin' In The Rain” a Gene Kelly, que recibieron sendas ovaciones y aplausos de parte de los cantantes y el público.
Mientras a destacar en el popurrí “Alrededor del Mundo”, con toda una variada selección de piezas conocidas en EEUU a través de los filmes de Hollywood, y una curiosidad, “Santa Lucia Luntana” con un arreglo tan maravilloso como irrepetible, que se generan sonidos mágicos que “solo los perros pueden oír”
Durante el concierto, hubo un intermedio con “La Marche Hongroise” a cargo de Mehta y la orquesta; y por último, los “encores”
“La donna è mobile”, “El Bríndisi” y “Nessun Dorma”, que en apariencia, las intervenciones de cada uno, en las partes cantadas, fueron improvisadas en el escenario; tanto que se puede notar alguna que otra chota gestual, o broma que se hacen entre los 3, por ejemplo, con Plácido Domingo al cantar las partes de soprano en “El Bríndisi”, etc.
En general, Los Tres Tenores estaban en buena forma con respecto a su canto; sin embargo, en el programa de CD/VHS/DVD, hubo algunos cambios diferentes a la presentación en vivo, y que no fueron incluidos, aparentemente “por cuestiones de longitud”:
“Amor, vida de mi vida” cantado por Plácido Domingo, tuvo un fallo en la voz durante la transmisión en vivo, un fallo que había repetido el tenor en un concierto titulado “Gala de Reyes” en España, y fue editado para el DVD.
El “Ave María” cantada por Luciano Pavarotti, no está en la CD, pero sí en el DVD.
Y “E lucevan le stelle” fue la peor interpretación de José Carreras, tanto que un gesto suyo hace evidente la inconformidad, que fue retirado del CD, y que se aprecia en el DVD.
Con todo, una vez más, los murmullos de presunta rivalidad fueron acallados con una gran fiesta para la música que, además de significar para los tenores la ocasión de cantar juntos, tiene el gran mérito de enseñar a los jóvenes, la nobleza de la más sana competición en nombre del arte.
Posteriormente, en los 2 siguientes Campeonatos de Fútbol, el de Francia, en 1988, con un concierto celebrado en El Campo de Marte de París, el 10 de julio; y el de Japón y Corea, en 2002, que se llevó a cabo en el Yokohama Stadium de Tokio; en el primero, James Levine tomó el relevo de Zubin Mehta al frente de la orquesta, y en el segundo, en 2002, hizo lo propio el húngaro János Ács; decisiones que a día de hoy, permanecen desconocidas.
Del CD, los 2 álbumes que grabaron, vendieron 23 millones de copias; y provocó La Gira Mundial “Three Tenors III”, de cuya traducción resulta el vulgar título capicúa “Tres Tenores Tres”, que fue idea del astuto Luciano Pavarotti:
Al término del colosal éxito del trío, en la gala de cierre del Mundial de fútbol de 1994, en Los Ángeles, Luciano abordó a sus colegas, Carreras y Domingo en camarines con la llana propuesta:
¿Por qué no hacemos esto en todo el mundo?
Esto se convirtió en un comentado proyecto de gira, que involucraba 4 continentes, y cifras como $1 millón per cápita y por concierto, en concepto de cachet, y más de 13 millones de taquilla por función.
Y esas especulaciones, eran solamente el comienzo...
Lo que había de ser un acontecimiento único, se convirtió, de la mano del húngaro Tibor Rudas, en una rentabilísima gira, con una treintena de conciertos entre 1996 y 2003; y el trío hizo de la ópera, un género accesible y, para bien o para mal, comercial; y se convirtieron en un auténtico fenómeno de masas, siendo muy criticados por los aficionados a la música clásica, que consideraban que la fórmula abarataba la ópera.
Pero Pavarotti se encargó de declarar que, más allá del dinero, se trataba más bien de un acontecimiento cultural y “democrático”
Y no olvidó prevenir que “algunos puristas tendrán siempre algo que criticar”, abriendo anticipadamente el paraguas.
La gira, se desarrolló fundamentalmente en estadios y grandes recintos, desde Wembley, en Londres; hasta El Olímpico de Múnich, pasando por el Camp Nou barcelonés, o La Ciudad Prohibida de Pekín.
Pero también recaló en escenarios operísticos como El Teatro Real madrileño, donde Plácido Domingo convenció a sus 2 compañeros para ofrecer juntos el tradicional homenaje al Rey Don Juan Carlos en enero, con motivo de su cumpleaños; o el Konzerthaus de Viena.
Fueron en total, 33 conciertos, que se desarrollaron en 15 países:
Italia, Francia, Japón, Estados Unidos, Austria, Canadá, Alemania, Suecia, España, Australia, Suráfrica, Brasil, Corea, China, Reino Unido.
Pero tras aquella noche en Los Ángeles, la industria discográfica descubrió un género musical nuevo.
El negocio de la música clásica, había cambiado irremediablemente.
Todos empequeñecieron ante el fenómeno de un nuevo nicho de mercado, protagonizado por grandes voces, melodías pegadizas, y un sonido accesible que recordaba a lo clásico.
Era la época del “crossover clásico” de Andrea Bocelli, de Il Divo, e incluso de Sarah Brightman.
Aquel formato de terceto, se repitió en cualquier lugar y ocasión, y nacieron Los Tres Tenores Irlandeses, o Los Tres Tenores Chinos, pasando por Los Tres Tenores en Navidad… inclusive Las 3 Sopranos.
Pero Los Tres Tenores alcanzaron fama y fortuna tras aquella noche, pero a cambio, nunca alcanzaron cotas parecidas.
Al tiempo, Pavarotti ocupó páginas de la prensa del corazón, por el romance con su secretaria, Nicoletta Mantovani, y algunos problemas fiscales.
Carreras se había metido en los últimos tiempos de hoz y coz en el nada lírico debate nacionalista; y Plácido Domingo ha acabado reinventándose, no sin astucia, en barítono, para justificar el agravamiento de su voz, y a conducir orquestas.
El llamado “The Three Tenors in Concert 1994” fueron partituras emborronadas de una noche de verano inolvidable, que cambió el curso del comercio de la música para siempre.
¿Tendrán el mismo nivel en 1998?
The Three Tenors: Paris 1998
Así se llamó el 3° concierto de José Carreras, Plácido Domingo y Luciano Pavarotti, con motivo de la clausura del Mundial de Fútbol; un gran acontecimiento musical en vivo, que se promocionó como “El Concierto del Siglo”, se celebró en un gran escenario al aire libre, situado en El Campo de Marte, próximo a La Torre Eiffel.
El concierto inauguró así, las celebraciones del fin de semana precedentes a La Final de La Copa del Mundo.
James Levine, estuvo al frente de La Orquesta de París, dirigiendo a Los Tres Tenores que interpretaron en 6 idiomas, un repertorio totalmente nuevo de arias de ópera y canciones populares.
El espectáculo en París, fue el primero que dieron fuera de un estadio o de un teatro, con asientos numerados; donde se estima, asistieron más de 1 millón de personas, y la organización calculó que casi 2 mil millones de personas siguieron el acto por televisión.
¿Qué hará La Federación Internacional de Fútbol, el día que Los Tres Tenores decidan colgar sus fracs, “o las tenis”; y abandonar la ya establecida tradición del concierto de final de Copa Mundial?
Por lo pronto, la cita del 10 de julio de 1998, unas 48 horas antes de la final de una Copa en la cual, Francia no es sede desde hace 60 años; José Carreras, Plácido Domingo y Luciano Pavarotti, entregaron su talento a los cientos de miles de personas, con La Torre Eiffel de telón de fondo, donde cerca de 300 trabajadores estuvieron detrás del escenario, construido con 180 toneladas de acero; mientras que un total de 164 personas, entre músicos y acompañantes, se subirán a él.
Alrededor del Campo de Marte, se colocaron 18 cámaras para filmar el concierto, que se retransmitió a 75 países de los 5 continentes.
Además, se levantaron 6 pantallas gigantes de vídeo, para los espectadores que sigan el acontecimiento en directo.
El argentino, Lalo Schiffrin, volvió a hacerse cargo de los arreglos musicales, cumpliendo así con el rito iniciado en Las Termas Romanas de Caracalla, en julio de 1990, durante El Mundial de Italia, y que siguió 4 años más tarde en Estados Unidos.
Por su parte, La Orquesta de París, también como es habitual, dará el toque de “local” al encuentro; pues la batuta de Zubin Mehta, en cambio, ha dejado lugar a la de James Levine.
El porqué de este cambio es un misterio, por más que oficialmente se asegura que el conductor israelí-estadounidense, encontró “imposible la suspensión de compromisos previos”
La temática general del encuentro, tuvo mucho de “deja vu”, con las afirmaciones de ausencia de rivalidades, y las bromas futbolísticas que ofrecen buenas líneas a las fotografías con camisetas de número 3, y varias pelotas en mano para la promoción del evento.
El productor húngaro, Tibor Rudas, consideró una impertinencia que se le preguntara:
¿Cuál es el presupuesto previsto para el concierto, y el salario que se le pagará a cada uno de los tenores?
Y respondió:
“Acabo de estar en una conferencia de prensa con futbolistas, y a nadie se le ocurrió preguntarles, cuánto van a ganar, o cuánto van invertir en El Mundial.
No veo por qué nos preguntan eso a nosotros”
La declaración, además de ser poco creíble, logró irritar los ánimos de los presentes…
Más aún cuando, al preguntársele el precio de las entradas, respondió con un vago:
“Habrá unas muy caras para los VIP en los asientos delanteros, otras más baratas para los que estén más atrás, y serán gratuitas para los que vean todo parados desde las pantallas que instalaremos en las calles”
Para calmar las cosas, el hombre que ha organizado estos conciertos, terminó diciendo que “tendrá un presupuesto mayor al de los precedentes” y, con el codirector de Atlantic Records, Ahmet Ertegun, y un representante de Polygram a su lado, admitió que se financiará “por supuesto, no con las entradas, sino con los derechos televisivos, las grabaciones y los videocasetes, que esperamos saldrán a la venta a fines del 98.
Con 3 o 4 organizaciones caritativas que tienen a los artistas como “Padrinos”, se llevarán una proporción de los beneficios, y lo recaudado durante una cena de gala por realizarse después del espectáculo, irá a parar a las arcas de la asociación francesa “Todos Juntos contra el SIDA”, declaró finalmente.
El concierto será transmitido a más de 100 países; y la cadena francesa, Canal Plus, lo hará a nivel nacional; y la firma PBS, exclusivamente a los Estados Unidos, donde se explicó que, “a raíz de la excepcional popularidad de Los Tenores”, se realizarán 2 emisiones:
Una en vivo, y otra diferida a la noche, para coincidir con el período pico de ratings.
Sobre todas estas cuestiones prácticas, los artistas mantuvieron un discreto silencio, quizá conscientes de que su toque de Midas no siempre ha sido bien interpretado.
Sólo Pavarotti hizo una alusión indirecta al asegurar que “como un continuo desafiante en la vida” no podía dejar de sentirse emocionado al cantar bajo La Torre Eiffel, porque “cuando ésta fue construida, su arquitecto también recibió insultos y críticas”
Los Tres Tenores no se empequeñecen a la sombra de la famosa torre, y menos con una multitud entusiasta.
En el repertorio, encontramos muchos temas favoritos, donde sobresalen:
“Granada”, siendo la única pieza en la que Los Tres Tenores han cantado por separado, al orden usual, Carreras, Domingo y Pavarotti, cada uno en un concierto distinto, y en esta ocasión, la curiosidad recayó en el italiano, que falló en la letra pero cumplió en una espectacular sonoridad; aunque de los 3, fue el que más se sintió difícil de arrancar en su primera intervención del concierto.
Otros temas harto conocidos y repetidos fueron:
“Because”, “Nessun Dorma”, “O Sole Mio”, “Coren’grato” y “La Donna è Mobile”; y un par de popurrís:
Uno, dedicado a canciones de amor, llamado “Romance”; y el otro llamado simplemente “Medley Of The World”
Y no es raro, que el autor del tema de “Mission Impossible”, Lalo Schiffrin, sea el responsable de arbitrar, con sus arreglos musicales, las vanidades artísticas de Los Tres Tenores:
“Mi experiencia con los guionistas en Hollywood, me resulta en este caso esencial.
Con ellos aprendí que, cuando se tiene a estrellas de peso, como Robert Redford o Paul Newman en una película, hay que darle el mismo número de palabras a cada uno.
Yo hago lo mismo con los tenores:
En cada canción, tengo en cuenta que las fórmulas vayan “Domingo, Carreras, Pavarotti”, “Pavarotti, Carreras, Domingo”, “Carreras, Domingo, Pavarotti”, y así sucesivamente”
El músico, radicado en Los Ángeles, sostiene que “las más bellas voces del mundo”, mantienen una relación sumamente cordial:
“Lo de las rivalidades son meros chismes, es un placer trabajar con ellos”
Schiffrin destaca que en esta ocasión, los artistas interpretarán un nuevo repertorio, que incluirá muchas de las canciones que hicieron famoso al legendario Caruso, y la infaltable piezas francesa “Sur le ciel de Paris”, para evocar el espíritu de Edith Piaf.
“Empezamos a trabajar sobre un listado de 200 canciones, durante 1 año, cuando nos encontramos haciendo un concierto con La Filarmónica de Londres, en Barcelona.
Ahora nos queda pulir los últimos detalles”, indicó el arreglista.
“Les tengo tanta confianza, y nos conocemos tanto, que no me hace falta estar presente en los ensayos”, explicó Schiffrin.
Así, en el programa, termina con una interpretación del tema oficial de La Copa del Mundo:
“You'll Never Walk Alone”, del que se hizo un hermoso vídeo con los tenores, mostrando las mejores imágenes del Mundial de Fútbol.
En lo individual, debo reconocer el ardor y plenitud de Domingo, sigue intacto, al duro filo; mientras el tono de Carreras posee mejor difusión que antes, muy probablemente debido a la buena selección de temas que mejoran y refinen su interpretación; y Pavarotti, que ya se le nota el paso del tiempo en una voz algo empañada y con su aliento más corto, a excepción del esfuerzo que hizo en su “Nessun Dorma” que ahora es en su voz, y en este concierto, la versión definitiva, gracias a su gran sabiduría vocal.
El evento demostró que Plácido Domingo permanece como el tenor en mejor forma; que Luciano Pavarotti sabe administrar sus agudos y su bonhomía; y que la sensibilidad de José Carreras en el repertorio de las canciones, lo ha hecho mejorar en comparación al concierto de 1994.
De la orquesta, James Levine hizo un trabajo monumental, de aplaudir en la dirección de la obra de Hector Berlioz, “Le Carnaval Romain”, y se lució aún más en el intermedio, con el ballet de Camille Saint-Saëns, de la ópera “Samson et Dalila”, el delicioso “Bacchanale”
Los 3 Tenores interpretaron 4 piezas en el orden usual, 2 de corrido; una después de un popurrí, y otra después del intermedio.
De todas, Plácido Domingo, que ha sido el tenor que más empeño a puesto en la divulgación de La Zarzuela en los conciertos de Los Tenores, acá nos presenta la hermosa aria, “Me voici à la fin du chemin” de la ópera “Memoires de Danton” compuesta por su hijo, Plácido Domingo Jr.
Pavarotti, como acoté, se lució con el capolavoro de Agustín Lara; y José Carreras brilló en todas sus intervenciones de manera apasionada.
A destacar nuevamente, que los popurrís fueron arreglos de Lalo Schiffrin; que esta vez fueron realizados de manera pausada, no continuo como en el concierto del 94.
Al tiempo de este concierto, se le preguntó a los tenores, si la fórmula estaba acabada, si era la hora de cambiar o innovar…
“Los Tres Tenores fueron creados como un grupo en 1990, y no tenemos intenciones de cambiar su formato.
No vamos a agregarles ningunas “Spice Girls”, ni ningún otro condimento”, afirmó Domingo.
Un Pavarotti más filosófico, asintió con una sonrisa, pero advirtió al mismo tiempo:
“Qué sabemos lo que nos puede deparar el futuro, después de todo, no somos eternos”
La profecía se cumpliría con su fallecimiento, 9 años después...
Sin embargo, y “para tapar bocas”, “sin micrófonos ni amplificadores, sin trampa ni cartón”, Los Tres Tenores se reunieron para un evento particular, a principios de 1998, en un acontecimiento social, más allá de la ópera, que tuvo lugar el 6 de enero de 1998, en La Gala de Reyes, con la que El Ayuntamiento de Madrid, obsequió al Rey Don Juan Carlos de Borbón en su 60° cumpleaños, provocando mayor expectación incluso que la reciente inauguración del Teatro Real.
El concierto, permitió el debut de José Carreras y Luciano Pavarotti, junto a La Orquesta Sinfónica de Madrid, dirigida por Marco Armilliato, en dicho Teatro.
El homenaje al Rey, fue un espectáculo triunfalista, distinguido con la presencia de toda la familia del monarca:
La Reina, Los Duques de Palma y Lugo, y El Príncipe Felipe; así como El Presidente del Gobierno, y algunos miembros de su gabinete.
El espectáculo, recaló en Madrid, con la sensación de que la fórmula descubierta hace 8 años en Caracalla, necesitara refrescarse.
Uno de los motivos, fue la repetición del mismo programa, que derivó hacia un cierto mecanicismo, porque el espectáculo, según se afirmó, perdió la espontaneidad de antaño, porque el tiempo ha impuesto sus condiciones sobre las gargantas del celebérrimo trío.
Ciertamente, era la primera vez que la audiencia madrileña disfrutaba en directo esta experiencia operística, pero no es menos verdad que José Carreras, Plácido Domingo y Luciano Pavarotti, se reencontraban en El Teatro Real, después de haber exprimido la fórmula en 15 ciudades diferentes:
De Tokio a Vancouver, de Nueva York a Múnich, de Göteborg a Melbourne, de Londres a Toronto.
Así, “Los Tres Reyes Magos de La Ópera”, cumplieron a pedido de Domingo, en un concierto cuyos fondos fueron destinados a La Fundación Reina Sofía.
No obstante, la idea de festejar el cumpleaños del Rey con un evento así, no acabó de salir adelante, entre otras cosas por la resistencia del propio Don Juan Carlos, a comprometerse a asistir todos los años a un concierto el día 6 de enero...
Y creo que fue una pena.
¿Acaso fue un mal augurio?
Si de supersticiones se habla, la ópera está llena de ellas.
Yokohama – 2002
Para el 27 de junio del año 2002, se realizó en Yokohama, Japón, un concierto con Los Tres Tenores, con motivo de La Copa Mundial de Fútbol de Corea de Sur y Japón, ante unas 10.000 personas, en el Yokohama Arena, al sur de Tokio, junto a la Super World Orchestra, conducida por János Ács, en donde Los Tres Tenores cantaron arias de ópera, romanzas y napolitanas; así como canciones tradicionales de Corea del Sur y Japón, los países anfitriones del Mundial.
Los asistentes, tuvieron que pagar entre $84 y $1.000 para colmar el auditorio, en un concierto de 3 horas, que contó también con la participación de 6 sopranos:
3 de Corea del Sur, y 3 de Japón.
En palabras de Plácido Domingo:
“La ópera y el fútbol atraviesan todos los límites, porque hablan el mismo idioma, el lenguaje de la emoción, que comunica a la gente en todas partes”
Como dato, para esta ocasión se levantó un escenario con El Monte Fuji como telón de fondo, y la producción implementó el sistema M3D de Meyer Sound, que garantizó que el idioma pudiera ser escuchado claramente por todos.
Meyer Sound, es la marca de refuerzo de sonido de elección para El Trío, y se especificó un sistema de altavoces M3D Line Array para el evento.
Hiro Tomioka, de la compañía de distribución japonesa de Meyer Sound, Acoustic Technical Laboratory, realizó un ajuste fino del sistema, utilizando un analizador de última generación, el FFT SIM System II.
Una vez que el sistema estaba en su lugar, de acuerdo con los cálculos, se hizo evidente un problema imprevisto:
Los reflejos causados por paneles curvos por encima y alrededor de los bloques de asientos superiores, y 2 cabinas con fachada de vidrio, directamente enfrente del escenario, que no aparecieron en ninguno de los dibujos:
“Los paneles estaban haciendo que el sonido volviera 3dB más alto en unos 20 asientos en el nivel del piso de La Arena.
No pudimos bajar el sistema, ya que bloquearía las líneas de visión de ciertas áreas”, acotó el técnico encargado.
Pero lo más grave de todo, es que los micrófonos estuvieron casi sobrepasando la altura de la nariz de los cantantes, que impidieron el disfrute de ver sus caras claramente durante el desarrollo del concierto; así como se desconoce la razón por la cual, James Levine fue sustituido por el húngaro János Ács, un maestro de orquesta tan alto, como el monolito de Stanley Kubrick, que se sobredimensiona en su pedestal; siendo este concierto, el último de Los Tres Tenores en un Mundial de Fútbol, que no fue televisado, ni comercializado para la distribución en CD/DVD, siendo además, el 1° de 4 conciertos más, cuyos 3 restantes y últimos fueron en:
Saint Paul, en el Xcel Energy Center, en EEUU, el 16 diciembre de 2002; en Bath, en el Royal Crescent, en El Reino Unido, el 7 de agosto de 2003; y el último en Columbus, en el Schottenstein Center, en EEUU, el 28 de setiembre de 2003.
Pavarotti de 66 años entonces, dijo que tiene la intención de retirarse el 12 de octubre de 2005, día de su 70° cumpleaños; y bromeó diciendo que después de esa fecha, nunca cantará ni siquiera en el baño:
“Ni siquiera cuando estoy tomando una ducha”
También dijo que planeaba casarse con Nicoletta Mantovani, de 32 años entonces, su compañera por 6 años, y agregó que estaban pensando en tener hijos…
Meses antes, Pavarotti había cancelado sus 2 últimas apariciones programadas en el Metropolitan Opera, llevando al New York Post a publicar un titular de portada:
“Fat Man Will Not Sing”
Y es que el anuncio de su intención de retirarse en 2005, es el año previo al próximo Mundial de Fútbol en Alemania.
Así el panorama, que se sentía en “el aire” previo al acontecimiento, Los Tres Tenores tuvieron 3 salidas en solitario, las 2 primeras fueron seguidas de un popurrí con piezas conocidas en los anteriores conciertos de Los Tres Tenores, y una salida más en solitario; y por último, un popurrí que incluyó a 3 sopranos de Corea del Sur, y 3 sopranos de Japón.
En particular, Pavarotti estaba en una voz nada decente, mostrando los problemas propios de la edad en la voz, y los inesperados “gallos”, realizando 3 arias de repertorio estándar, pero con “Nessun Dorma”, que se convirtió en su tema de firma; aquí por obra de la gracia, no calló en el sonrojo.
Domingo brilló en “No Puede Ser” con su cuerda de barítono, y “E Lucevan Le Stelle” sin brillo; y finalmente, “Ch'ella Mi Creda”, me pareció interesante porque fue cantada toda la escena.
Mientras Carreras, interpretando “Lamento di Federico”, demostró que hubo tiempos mejores, allá en 1990; pero incursionó en 2 temas nuevos, desconocidos por mí:
“Musica Proibita” y “Vurria”
Del programa solista en general, al repetirse, se hacen inevitables las comparaciones con ellos mismos, de cuando cantaron las mismas piezas, y acá demuestran todo aquello que se ha ido perdiendo por el paso inexorable del tiempo; aun cuando se quiera justificar que se le ha dado otro brillo, otro matiz a las piezas.
De los popurrís:
“Solamente Una Vez”; “Maria, Mari”; “Ti Voglio Tanto Bene”; “Tu Ca Nun Chiagne”; “Manha De Carnaval”; y “Parlami d'Amore Mariu” en el primer tramo; y en el segundo cantaron:
“My Beloved Geumgang Mountain”, una canción coreana, y una canción japonesa de la que no logré encontrar el nombre, fueron cantadas junto a las sopranos coreanas y japonesas respectivamente; un hecho, presumo que fue obligatorio por parte de producción, entre Corea del Sur y Japón; y sin precedentes, pues Los Tenores habían dicho que no cambiarían de fórmula, es decir, no agregarían a otros cantantes… y continuaron con el popurrí:
“O Marenariello”; “Wien, Wien Nur Du Allein”; “Anema e Core”; “Passione”; “Yesterday” de The Beatles; y por último, “Libiamo Ne' Lieti Calici – Bríndisi”, junto a las 6 sopranos.
“O Sole Mio” fue cantado como único “Encore”, que incluso fue repetido desde la improvisación.
En general, la producción de este concierto careció de intertítulos que mostrasen la identificación de las piezas, y de las sopranos acompañantes para información general.
En definitiva, el resultado musical quedó así:
El oficio majestuoso de Plácido Domingo, un tenor en plena madurez, mantiene un esplendor en el dominio de todos los registros, estilos, gesticulación canora, y poder interpretativo, que resultó convincente a pesar de los bajonazos de tono y volumen.
José Carreras, tan fino como siempre, quedó rebasado por la improvisación en algunas partes; sobre todo y más evidente en un popurrí, en el que Pavarotti no logró ni terminar su parte, bajando bruscamente la nota, de la que Carreras tuvo que hacer aguas, y seguirlo en un tono diferente, terminando con Domingo de igual manera.
Y bueno, Pavarotti, como cantante fraudulento y en decadencia, mostró que es más un producto comercial, que dio lo mejor de sí en los años 60, y que en las últimas décadas se la ha pasado cobrando millonadas por cantar apenas unos minutos; tanto que acá, falla demasiadas veces, se nota tenso, y hasta casi da la espalda a sus colegas en pleno escenario, presumo de pena, al no estar a la altura de las circunstancias, y no por cuestiones de oído.
Portentoso lo es, eso sí, cuando ya ha calentado bastante, pero en los popurrís se vio la necesidad de que su parte fuera rellenada con el oficio de los otros 2 tenores.
Para entonces, Carreras, que no ha cambiado el registro de su voz, como su colega español, en esos últimos años se había mantenido bastante alejado de las representaciones operísticas, pues se siente más a gusto en el recital y los conciertos.
A diferencia de Domingo, que en 2010 hizo el rol de “Simon Boccanegra” en La Scala, en una actuación significativa por partida doble:
Era su debut, muy exitoso, después de la operación de cáncer de colon; y era también su primera actuación en la cuerda de barítono.
“Si hay alguien en el mundo que puede permitirse este paso, ése es Plácido.
Por la extensión del registro, por presencia escénica, por muchos motivos.
Sabemos que no pasó por un buen momento, y estamos muy ansiosos por ir a verlo y escucharlo”, decía José Carreras, antes de emprender su partida a Milán.
Con todo, Pavarotti, a partir del 2003, dejaría de cantar en los escenarios, debido a que desarrollo cáncer de páncreas.
Carreras, ofrecería algunos conciertos de gala, que no resultaron como lo esperaba…
Y finalmente, Plácido se dedicaría con su misma versatilidad en los distintos géneros de la música clásica:
Romanza, zarzuela, “crossover clásico”, música latina, etc.
Como producto, los críticos se quejaron de que los tenores actuaban por una remuneración financiera excesiva, más que por el arte.
En su primera gira mundial, cada tenor recibió alrededor de $1 millón por concierto, inaudito para los músicos clásicos.
En una entrevista conjunta con sus colegas, Pavarotti respondió a las quejas sobre sus ingresos:
“Ganamos el dinero que merecemos, no estamos forzando a que alguien nos pague”
Domingo agregó sobre el mundo de la ópera:
“Estoy dando 17 actuaciones en 25 días.
Pídeme cuánto puedo obtener por eso...
Durante 30 años, hemos dado en sangre lo mejor de nuestras vidas y nuestras carreras.
¿Mereces dinero?”
Y Carreras, por su parte, destacó lo poco que hicieron en comparación con muchos atletas, cantantes pop, y estrellas de cine.
El éxito de Los Tres Tenores, llevó a la acción antimonopolio de La Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos contra Warner Bros., y Vivendi Universal.
Encontró que habían conspirado para no anunciar, o descontar los álbumes del concierto de Roma, lanzado por PolyGram, asumido más adelante por Vivendi, y el concierto de Los Ángeles, lanzado por Warner Bros., con el fin de proteger las ventas del álbum, lanzado conjuntamente con el concierto de 1998, en París.
Los Tres Tenores, también encontraron problemas con el gobierno alemán:
El grupo perdió un caso judicial sobre, si legalmente tenían que pagar las tasas de pago de regalías de música clásica bajo la ley de Alemania, o las tarifas más altas reservadas para la música popular.
Además, el gobierno alemán, acusó a Los Tres Tenores de pagar grandes impuestos atrasados.
Su organizador y promotor de conciertos, Matthias Hoffmann, que estaba a cargo de sus impuestos en ese momento, fue condenado a la cárcel por su papel en la supuesta evasión fiscal...
Y para colmo de males, Los Tres Tenores acabó definitivamente con la muerte del tenor italiano; que dicho sea, durante el entierro de Pavarotti, ni Carreras ni Domingo pudieron asistir, “debido a la distancia y el trabajo...”
Sin embargo, ambos tenores ofrecieron sus recitales en honor al recordado Maestro.
Después de Los Tres Tenores, parecía que se había acabado la fórmula en el mundo, y todos se preguntaban por un 4º tenor, sustituto; y pasado un tiempo, parece que los tenores están volviendo a aparecer.
¿No es así?
Fueron muchos los que quisieron sumarse al furgón de cola de ese éxito millonario, pues hay actualmente magníficos tenores, en la última generación; y para citar ejemplos tenemos a:
Jonas Kaufmann, Roberto Alagna, Marcelo Álvarez, Rolando Villazón, José Cura, Juan Diego Flórez, Ramón Vargas, Ernesto Rodríguez; y también hay grandes cantantes de otras cuerdas, tanto hombres como mujeres, que bien podrían sustituir el producto.
Pero para La Final de La Copa Mundial de 2006, la soprano ruso-austriaca Anna Netrebko y el tenor mexicano Rolando Villazón, cantaron en el Waldbühne de Berlín, junto a Plácido Domingo, y Marco Armiliato en la orquesta.
Domingo no actuó en El Mundial de Fútbol de 2010, en Johannesburgo, Sudáfrica; ya que estaba de tournée, y actuaba en “Simon Boccanegra” en el Royal Opera de Londres.
Aquello que nació en 1990, que suponía un homenaje a Lauri-Volpi, y que llegó a convertirse pragmáticamente en celebrar El Mundial de Fútbol, en víspera de La Final; terminó estrepitosamente con el concierto de Yokohama, de tan malas maneras, que es difícil encontrar información de ese concierto, supongo en honor a que Carreras y Domingo están vivos, y no sería apropiado acabar sus carreras con comentarios reales de lo vivido en Japón; y posteriormente, con la muerte de Pavarotti y Tibor Rudas, éste último, el mecenas de toda la producción, y dueño de la marca registrada.
Y es que el acontecimiento futbolístico, representa una de las grandes claves del fenómeno sociológico en que se ha convertido el hallazgo, y hasta la franquicia de Los Tres Tenores; no por desmerecer la reunión artística de ellos, ni por subestimar la importancia del “regreso” de Carreras, sino porque El Mundial desempeñó un papel de fabulosa caja de resonancia:
Las grandes televisiones del planeta, se habían enganchado a La Gala, y lo hubieran hecho independientemente de los contenidos; igual que sucede en la apertura y en la clausura de unos Juegos Olímpicos.
De hecho, la fórmula de “los 3 pingüinos equipados de frac, y dispuestos a cantar arias de ópera”, parecía contradecir una respuesta masiva en los hogares, desde Tokio a Londres, desde Bangkok a Vancouver.
¡Pero contra todo pronóstico, resultó lucrativamente!
¿Qué sucedió entonces?
Tibor Rudas, que había sobrevivido a un campo de concentración nazi, murió en el año 2014, a los 94, no sin antes llenarse generosamente los bolsillos.
A 26 años de aquel show inicial, y muerto Pavarotti en el 2007, Los Tres Tenores lucen hoy, como un ejemplo irrepetible de mezcla de géneros clásicos y popular, así como un sueño del cual al final hay que despertarse.
También, aparece como una brillante operación de “marketing” y sobre todo como punto de partida para diversos actos que han tenido distinta suerte, variado pedigrí, y un inocultable desprecio de parte de los tradicionales y puristas, como yo, abonados a los teatros líricos.
Puestos en claro, para el 2014, en El Mundial de Fútbol de Brasil, la ausencia de la ópera fue absoluta.
The Three Tenors Christmas Concert in Viena – 1999
Con la palabra “villancico”, nos referimos a las diversas manifestaciones musicales propias de La Época Navideña, generalmente de carácter popular y pastoril:
Aguinaldo, de Nochebuena, de La Adoración de Los Reyes Magos, etc.
Su nombre tiene probablemente origen, en que se trata de composiciones de naturaleza popular, cantadas por los habitantes de las villas, típicamente campesinos, u otros habitantes del medio rural.
Eran cantados en fiestas populares, originariamente sin temática específicamente religiosa, siendo los principales temas, los acontecimientos recientes del pueblo, o la región.
Según el lugar, al villancico se le denomina de una forma particular; pero fue durante El Renacimiento, que los villancicos no eran canciones de Navidad, sino madrigales o composiciones vocales, a varias voces de temas religiosos o no.
Así pues, en todas las culturas de tradición cristiana, se celebra el nacimiento de Cristo, por lo que hay canciones especialmente dedicadas a esa celebración.
En Francia, esas canciones se denominan “Cantiques de Noël”; mientras en Alemania se les denomina “Weihnachtslieder”, en Inglaterra “Carols”, etc.
Y llegó a ser un género de canción, cuya letra hace referencia a La Natividad, y que se canta tradicionalmente en esas fechas.
El género se amplió posteriormente, hasta incluir temas de diverso tipo.
Puestos en claro, es imposible no revivir cada Navidad con uno de los conciertos más memorables de Los Tres Tenores:
José Carreras, Plácido Domingo, y Luciano Pavarotti, cantando villancicos.
El evento tuvo lugar, y fue grabado en vivo para ser comercializado, en el Konzerthaus en Viena, el 23 de diciembre de 1999, con motivo de la llegada del nuevo siglo XXI, y La Fiesta de La Navidad para el mundo cristiano.
Sin embargo, este concierto no se puede considerar caduco, ya que por esta época, siempre hay canciones, como las que se interpretan en este caso, que nos remontan al sentido de La Natividad.
Y es que hay una poderosa efusión para La Noche de La Vigilia, pues se recomienda cantar algún villancico, teniendo en cuenta la frase:
“El que canta, reza 2 veces”; y tienen un profundo contenido espiritual, porque poseen un caudal de mensajes unificadores, que hacen positivo escucharlos en este tiempo, considerando la riqueza de ritmos, y, sobre todo, el mensaje de esperanza y paz que estos difunden.
Bajo esa premisa, lejos del ego y el divismo, Los Tres Tenores olvidaron las notas altas, y se metieron de lleno en la espiritualidad, la delicadeza, y el amor fraternal.
Por su parte, el productor del espectáculo, Mario Dradi, dueño de todos los derechos comerciales del concierto, y quien produjo el concierto de Los Tres Tenores en 1990, aseguró que había invertido millones de dólares para realizar este evento.
Sin embargo, no es la primera vez que los tenores han enfrentado el repertorio navideño, pues por separado, ya lo habían hecho:
José Carreras lleva muchos años protagonizando conciertos de Navidad en ciudades como Viena, Londres, o Moscú.
A él le encanta hacerlo, tanto por el carácter entrañable de estas citas, como por darse el placer de cantar un repertorio de villancicos y temas populares, que todos los grandes cantantes han cultivado con éxito.
Carreras hizo uno memorable en La Iglesia de San Ambrosio de Milán, en el año 2000, siendo acompañado por la Orchestra dell’Emilia Romagna, dirigida por David Giménez.
Y junto con Plácido Domingo, y algún invitado especial, José Carreras ha protagonizado varios conciertos titulados “Christmas in Vienna”
El genérico, lleva ya varias ediciones, siendo acompañados por El Coro de Niños de La Ópera, y La Orquesta Sinfónica de Viena, dirigida la mayoría de las veces por Vjekoslav Šutej, fallecido en 2009, cuyos cortes fueron arreglados por el compositor argentino Lalo Schiffrin, el mismo que hizo los popurrís en los conciertos de Los Tres Tenores.
Así pues, la combinación de estos 2 tenores, con algunos invitados especiales de otros géneros musicales, se creó el clima ideal para mezclar canciones del repertorio clásico, con los de tradición popular.
Pero en particular, el concierto navideño de 2015, del tenor español Plácido Domingo en la principal avenida de la capital mexicana, ante unos 200.000 asistentes, terminó convertido en una serenata de ópera, zarzuela, bolero, y mariachi, para la ciudad donde creció e hizo sus pinitos musicales, hace ya 50 años.
Por último, Luciano Pavarotti también ha hecho sus conciertos navideños, en especial dio uno célebre en Montreal, en 1978, junto al Les Petits Chanteurs du Mont-Royal, y Los Coros y Orquesta Sinfónica de Montreal, dirigido por Franz-Paul Decker, en la imponente Catedral de Notre Dame de Montreal, en Canadá.
Así llegamos a finales del año 1999, cuando la gira de Los Tres Tenores pasó por Viena, con un inolvidable Concierto Navideño, que incluyó una serie de villancicos en español, alemán, inglés, e italiano.
En el escenario, Los Tres Tenores captan el brillo y el espíritu festivo en este primer gran concierto de Navidad, juntos, y jamás ofrecido; grabado en directo desde la ciudad austriaca, donde este trio de maestros, interpreta títulos internacionalmente conocidos, en un concierto para el recuerdo.
Con Steven Mercurio como Director Musical, La Maestra del Coro, Elisabeth Ziegler; y La Orquesta Sinfónica de Viena, junto al Coro Gumpoldskirchner Spatzen; se entonaron los villancicos más famosos del repertorio, en un escenario mucho más hermoso y adornado para la época.
El concierto va desde espirituales negros, hasta temas de John Lennon; siendo una oportunidad única, para ver a Luciano Pavarotti con toda la fuerza de su voz, y en la tradición operática italiana, antes de su declive vocal, conjugado con 2 grandes expositores de este estilo en el habla castellana, que poseen una fuerte tradición navideña.
La duración del espectáculo, fue de 81 minutos, cuyo programa fue el siguiente:
Sin ningún orden mecánico de salidas, se inició con un Popurrí que incluyó:
“White Christmas”, “Let It Snow”, “Oh Tannenbaum”, y “Ay! Para Navidad”
Luego “Tu Scendi Dalle Stelle” cantada por Luciano Pavarotti; y un dúo, “Carol of the Drum (The Little Drummer Boy)” entre José Carreras y Plácido Domingo.
Luego tenemos otro Popurrí, con:
“Ave Maria, Dolce Maria” una composición del mismo Luciano Pavarotti con Vittoriano Benvenuti, que es en realidad una adaptación del “Ave María” de Franz Schubert; “Wiegenlied”, “Jingle Bells”, “Children of Christmas” una composición de Plácido Domingo, Jr.; “La Virgen Lava Pañales”, y “I’ll Be Home for Christmas”
Un dúo, “Adeste Fideles” entre José Carreras y Luciano Pavarotti; y otro, “Cantique de Noël (O Holy Night)”, entre Plácido Domingo y Luciano Pavarotti.
Otro Popurrí con “Amazing Grace”, “Feliz Navidad”, y “Silent Night”
José Carreras canta “Pregaria (El Cant de l’Anima a la Verge)”; y hay otro Popurrí con las canciones:
“Winter Wonderland”, “Wiegenlied”, “Sleigh Ride”, y “Susani”
Plácido Domingo con “Un Nuevo Siglo”, otro tema compuesto por Plácido Domingo, Jr.; y el Popurrí final:
“Dormi, O Bambino” y “Happy Christmas/War Is Over”, esta última pieza, compuesta por John Lennon y Yoko Ono.
Sin embargo, el plato fuerte de este concierto, está en el popurrí de canciones navideñas de diferentes idiomas, que interpretan los 3 cantantes.
Y en particular, la interpretación del éxito “Feliz Navidad”, del conocido compositor y cantante puertorriqueño, José Feliciano, escrita en 1970, que se convirtió en un ícono para que algunos cantantes acompañen sus festividades.
También destaca “White Christmas”, una canción de Irving Berlin, que recuerda un escenario de Navidad “pasado de moda”; y que según el Guinness World Records, la versión cantada por Bing Crosby, es el “single” más vendido de todos los tiempos, con ventas estimadas en más de 50 millones de copias en todo el mundo.
No es raro que Los Tres Tenores busquen ese objetivo también, ¿no?
Pero de todas, la más popular fue “Silent Night”
El popular villancico de Navidad, compuesto en 1818, por Franz Xaver Gruber, con letra de Joseph Mohr, que fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial por La UNESCO en 2011.
En definitiva, “The Three Tenors Christmas Concert in Viena – 1999”, demuestra que Los Tres Tenores no solo son “Do de Pecho”, y arrancar aplausos por su virtuosismo, sino porque también son capaces de recogimiento y reflexión, en una época en que todo debería ser felicidad.
Hace unos años, José Carreras sentenció, que el proyecto de “Los Tres Tenores”, murió con Luciano Pavarotti, y dijo:
“Yo creo que es irrepetible, porque Los Tres Tenores éramos nosotros 3, y no creo que en ningún momento nos vayan a ofrecer siquiera la posibilidad de sustituir a Luciano Pavarotti, sería una falta de rigor ético, y de rigor moral tremendo”
Sin embargo, dijo que Domingo y él están “siempre abiertos a hacer cosas juntos”, y que aunque de manera individual, ya han homenajeado a Pavarotti, y no descartó la posibilidad de hacer algo cuando se dé la oportunidad, o cuando haya una efemérides, o un aniversario concreto.
“Estamos contemplando esta posibilidad, y a mí, evidentemente, me encantaría”, reveló Carreras.
Según dijo, “siempre es un placer tener la posibilidad de actuar con Plácido Domingo, una persona tan extraordinariamente vital, que te involucra, aunque no lo quieras, en los proyectos y en los ensayos.
Es un hombre con el que es una verdadera maravilla trabajar, por ese entusiasmo que tiene, a pesar de más de 40 años de trayectoria profesional”
Tras casi 4 décadas consagrado entre los mejores tenores de su tiempo, y después de haber superado, hace casi 20 años, una leucemia que lo colocó a las puertas de la muerte, José Carreras, el que inspiró la realización de uno de los eventos musicales más grandes e importantes de la historia de la música, se siente hoy, “una persona afortunada”
Termino esta nota, con “O Sole Mio”, la famosa canción napolitana de 1898; cuya letra es de Giovanni Capurro, y la melodía de Eduardo di Capua; versión original escrita en napolitano, que ha sido llevada a diferentes idiomas alrededor del mundo, e interpretada por un gran número artistas líricos, principalmente por Los Tres Tenores a partir del año 1990, cuando fue un “encore” y posteriormente deslucida, con mucha nostalgia, en el concierto de Yokohama en 2002, no siendo baladí, en torno a La Final de La Copa del Mundo en Corea de Sur y Japón, cuyo símbolo es el sol, que aparece en el este, y desparece en el oeste.
El amanecer y el ocaso de las más grandes voces del mundo conocido.
“¡Qué bella cosa es un día de sol!
Un aire sereno después de la tempestad, por el aire fresco parece ya una fiesta.
¡Qué bella cosa es un día soleado!
Pero otro sol más bello aún, Mi sol, está en tu rostro.
El sol, mi sol... está en tu rostro, está en tu rostro.
Brillan los cristales de tu ventana, una lavandera canta y presume, mientras tuerce, estira y canta.
Brillan los cristales de tu ventana.
Pero otro sol, más bello aún, mi sol, está en tu rostro.
Mi sol, mi sol, está en tu rostro, está en tu rostro.
Cuando anochece y el sol se pone, me viene casi una melancolía.
Bajo tu ventana me quedaría, cuando anochece y el sol se pone.
Pero otro sol que es aún más bello.
Mi Sol…
¡Está en tu rostro!
El Sol, mi sol... está en tu rostro, está en tu rostro...”
Luciano Pavarotti, José Carreras y Plácido Domingo, quienes ofrecieron juntos una serie de conciertos entre 1990 y comienzos del siglo XXI, en 4 continentes, pero no en la región latinoamericana, siendo en total, 33 shows en al menos 16 países, y se llegó incluso a decir, que los cantantes y el director, recibían $1 millón cada uno por presentación.
Lo cierto es que en el año 2000, las ganancias superaban los $1,000 millones.
El repertorio comprendía desde óperas y obras de Broadway, hasta canciones napolitanas, y éxitos de la música pop.
El productor italiano, Mario Dradi, concibió la idea del concierto:
El primero se llevó a cabo para recaudar fondos para La Fundació Internacional Josep Carreras per a la Lluita contra la Leucèmia; también fue para los amigos Domingo y Pavarotti, una forma de dar la bienvenida a Carreras en el mundo de la ópera, después de haber tenido éxito en su tratamiento de la leucemia.
Los conciertos fueron un gran éxito comercial, y fueron acompañados por una serie de grabaciones de gran éxito, incluyendo un Premio Grammy por Mejor Interpretación Vocal Clásica, por el concierto de 1990, que posee el récord mundial Guinness, para el álbum de música clásica más vendido en la historia.
El director indio, Zubin Mehta, fue el encargado de las actuaciones en 1990 y 1994; mientras que el concierto de París, fue dirigido por James Levine.
Según Gian Paolo Cresci, administrador delegado de la SACIS, la poderosa organización comercial de productos televisivos, conectada con la RAI, lo más impresionante del concierto será cuando los 3 canten juntos durante 20 minutos.
Y añadió que junto al milagro de haber conseguido reunir en una sola noche, y en un único espectáculo a Pavarotti, Carreras y Domingo, el otro milagro ha sido el haber podido acaparar todos los satélites del mundo durante el concierto, a pesar de los mundiales de fútbol, para poder retransmitir el concierto al mundo entero.
Y es que Pavarotti, de joven, intentó sin éxito ser futbolista...
Sus 2 colegas, son fervientes aficionados a ese deporte.
Fútbol y ópera, este matrimonio aparentemente condenado al divorcio, o la incompatibilidad, tuvo uno de sus grandes representantes en Luciano Pavarotti, quien hasta los 20 años, no sabía si tomar un curso de canto, o seguir jugando de mediocampista en el Módena, el club de su ciudad natal.
The Three Tenors In Concert
En el año 1990, la otra gran asociación entre ambas disciplinas, comenzó cuando la noche del sábado 7 de julio el mismo, Pavarotti, Plácido Domingo y José Carreras, dieron el primer concierto de Los Tres Tenores:
Al día siguiente, fue la final entre Alemania y Argentina, en El Mundial del Mundial de Italia, disputado en el Estadio Olímpico de Roma.
El concierto de Los Tres Tenores, fue visto por 800 millones de espectadores en el mundo, y se repetiría en los 3 mundiales siguientes; y mantuvieron en todos sus conciertos, un amplio repertorio:
Desde la ópera clásica italiana o alemana, hasta canciones de Broadway, incluyendo canciones napolitanas, y éxitos de música pop, adaptados a la música clásica, en arreglos del compositor argentino, Lalo Schiffrin.
La característica firma, incluye el aria “Nessun Dorma” de la ópera “Turandot” de Giacomo Puccini, y la balada italiana “O Sole Mio”
Tal vez, la más popular de sus piezas fue “Granada”, que sería cantada sucesivamente por los 3, empezando por Carreras en 1990, Domingo en 1994, y concluyendo con Pavarotti en 1998, el de mayor volumen vocal, siendo de la misma manera como fueron posicionados en escena, de acuerdo al volumen:
Domingo, Carreras y Pavarotti.
En definitiva, es indudable que su masividad ha logrado popularizar un género que hasta ese entonces, sólo estaba reservado a los “abonados” teatros de ópera.
Así, el fenómeno de Los Tres Tenores, fue aplaudido por muchos críticos debido a que implicaba presentar la ópera y la música clásica en general, a un público más amplio que el tradicional, pero algunos puristas del género, condenaron estos espectáculos, alegando que la música clásica no podía ser entendida por las grandes masas, agregando que era absurdo mezclar música popular y música culta, con un simple ánimo de lucro.
Sin embargo, la muerte de Pavarotti, por un cáncer de páncreas, finalizó la saga del Trío Lírico.
Lo curioso es que los 3 cantantes han padecido desgracias:
El más reciente es Domingo, con una embolia pulmonar.
Carreras también pasó tiempos difíciles con su salud, a finales de la década del 80, y no siempre se llevó bien con Domingo; pues eran rivales.
O la rivalidad entre Domingo y Pavarotti recorrían los teatros de ópera también.
Pero no es ajena para los españoles aquella rivalidad entre madrileños y catalanes...
Era 1984, Carreras y Domingo se volvieron enemigos por cuestiones políticas; y por sus talentos vocales siempre han sido solicitados en distintos escenarios del mundo.
No obstante, hacían constar como cláusulas en sus contratos, que solo se presentarían en determinado concierto, si su rival no ha sido invitado.
Es decir, evitaban cantar en el mismo escenario.
Y 3 años después, en 1987, Carreras recibió el diagnóstico de que sufría leucemia...
Su lucha fue sufrida y persistente; y se sometió a varios tratamientos, como un autotrasplante de la médula ósea, además del cambio de sangre, lo que lo obligaba a viajar una vez por mes a Estados Unidos.
Cuando se agotaban sus condiciones financieras, supo de la existencia de una fundación en Madrid, dedicada exclusivamente a tratar casos de leucemia.
Gracias a la ayuda de La Fundación Hermosa, Carreras venció la dolencia, y volvió a cantar.
En agradecimiento, él se asoció a esa fundación, sin saber quién realmente estaba detrás de todo ese grupo humano que lo apoyó.
Para asociarse, Carreras leyó los estatutos, y descubrió que el fundador, mayor colaborador, y Presidente de La Fundación, era nada más ni nada menos que Plácido Domingo; y se enteró también, que Domingo había creado la entidad en principio, para atenderlo, y que se había mantenido en el anonimato, para evitar que Carreras se sienta humillado al tener que aceptar auxilio de un “enemigo”
Al poco tiempo, Domingo ofrecía un concierto en Madrid, que fue interrumpido cuando Carreras se dirigió al escenario, se arrodilló a sus pies, y pidió disculpas públicamente por su enemistad.
Domingo lo levantó, y con un conmovedor abrazo, sellaron el inicio de una gran amistad.
Así se llevó a cabo el primer concierto de 1990, que se planificó en tener como escenario a la ciudad de Roma, aprovechando El Final de La Copa Mundial de Fútbol de 1990, realizada en Italia.
El 8 de julio de 1990, unas horas antes de esa Final, Las Termas de Caracalla fueron testigos de un concierto hasta entonces único e inolvidable.
En la alineación, 3 de los mayores tenores de la historia:
José Carreras, Plácido Domingo y Luciano Pavarotti, con Zubin Mehta al frente de una orquesta de 186 músicos, conformada por los conjuntos de La Ópera de Roma y el Maggio Musicale Fiorentino, que en total, en el escenario estuvieron 240 personas, ante una selecta audiencia de 6.000 personas.
Casi medio centenar de televisiones, ofrecieron el concierto en directo, y otras 68 lo hicieron en diferido, tal fue la expectación que despertó el concierto, pomposamente titulado “Concierto para Europa”, y cuya idea original fue del productor Mario Dradi; para José Carreras resultaba especialmente emotivo:
Hacía muy poco tiempo que había vuelto a los escenarios después de superar una leucemia.
Precisamente, los fondos iban destinados a La Fundación que el tenor barcelonés creó para luchar contra esta enfermedad.
Los Tres Tenores, “los stradivarius de la gola”, según los definió Zubin Mehta, se alternaron con varias de las mejores arias del repertorio operístico; por lo que se refiere a las piezas musicales que interpretará cada uno, Plácido Domingo explicó que “no hubo peleas”, y que cuando surgió algún problema, se resolvió con un “amistoso compromiso”; y los 3 repitieron, una y mil veces, que se sienten felices de cantar juntos, y que es un desafío, pero no una competición.
Del repertorio, que fue muy variado, son 4 salidas en solitario, un intermedio orquestal y un popurrí; en lo personal, debo confesar que, quien más brilló esa noche fue José Carreras, a pesar que los 3 estaban en su mejor momento, sobre todo éste, porque los otros 2 ya tenían una carrera bastante kilometrada, fue el brillo y la intensidad de Carreras, que lo colocó en el mejor puesto, además que como dupla con Plácido Domingo, cantaron en otros idiomas diferentes al español, dejando a Pavarotti cantando solo en italiano, aburrido, pues no arriesgo en su repertorio.
No obstante, todos brillaron desde su comodidad:
Carreras con esos filatos exquisitos, intensidad y fraseo hermosos; Domingo con esa seguridad y firmeza vocal como “camión sin freno”, de los 3, Domingo es quien tiene el de más extenso repertorio; y Pavarotti, en su asentada, armoniosa y grandiosa lírica.
Y nota aparte, destacar la labor de Zubin Mehta, en lograr poner en marcha todo el montaje musical en vivo, que salió perfecto.
Una anécdota cuenta que los 3, que habían llegado con una sonrisa de oreja a oreja, y que se habían visto tragados por una nube de fotógrafos y cámaras de televisión, por la expectación que existe ante ese concierto, empezaron a perder la paciencia, ante los gritos de los periodistas que exclamaban:
“No se oye, no se oye”
Pavarotti gritó con su voz inconfundible:
“Si hablan todos, se oirá aún menos”
Y el gran maestro hizo enmudecer a los agitados periodistas.
Pero los micrófonos, en los que se había introducido seguramente algún diablejo para provocar a los dioses de la lírica, siguieron haciéndose los locos; y Pavarotti acabó tirando el suyo.
Pavarotti explicó, que más de 50 veces, le habían propuesto cantar junto con los 2 colegas españoles, y que siempre se había negado, y que esta vez había aceptado ante la excepcionalidad del Mundial de Fútbol.
El concierto de Roma, resultó en un enorme éxito, en cuanto a la recaudación y derechos del concierto, el organizador, Mario Dradi, dio la cifra por entradas de $1 millón, pero añadió que los gastos han sido también muchos…
Lo que sí quedó claro, es que cada uno de los 3, decidió personalmente sus beneficiarios:
Carreras dijo:
“Como Pavarotti quiso decidir a quién debía ir su parte, también nosotros hicimos lo mismo”
Y así, el tenor italiano ha decidido que se dediquen los fondos a minusválidos; Carreras, a su fundación contra la leucemia; y Domingo a los barrios de México golpeados por el terremoto.
Y las grabaciones del mismo, tanto en discos como en cintas de video, fueron ampliamente vendidas en todo el planeta.
El éxito del concierto de 1990, motivó que el espectáculo quedara denominado definitivamente como “Los Tres Tenores”
Ante este hecho sin precedentes, José Carreras dijo:
“Creo que nosotros fuimos los principales responsables de que la ópera comenzara a llegar a un público más vasto.
Esto es innegable, y esto es fundamental para la vida de la ópera”
También, daría origen al disco clásico más vendido de la historia, y al primer DVD dedicado exclusivamente a la música.
Posteriormente, se sacó una edición limitada que incluye 2 CD más un DVD con el concierto original remasterizado de Las Termas de Caracalla de 1990, y un documental “The Impossible Dream” de casi 1 hora, con entrevistas exclusivas e imágenes inéditas.
The Impossible Dream es un documental musical del año 1992, dirigido por Ignazio Agosta.
Protagonizado por José Carreras, Plácido Domingo, Luciano Pavarotti, Zubin Mehta, Derek Jacobi, Mario Dradi, Andy Ward, entre otros.
Narrado por Derek Jacobi, fue producido por Mario Dradi, quien concibió la idea del concierto de 1990; y Andy Ward.
La creación del concierto de Los Tres Tenores famosos, Luciano Pavarotti, José Carreras y Plácido Domingo, tuvo lugar en el escenario de Las Termas de Caracalla, en Roma en 1990.
Pero su producción fue enorme, tuvo bastantes contratiempos, tanto políticos como de logística, así como el montaje, del repertorio, los emplazamientos entre Roma y Las Termas, y asuntos técnicos propios de gran escala, como el sonido, la iluminación, los ensayos, la transmisión televisiva, y musicales, como la unión de 2 grandes orquestas, para generar un solo sonido, como si fuera un solo sonido, y que estuvo a cargo de la Maggio Musicale Fiorentino, y la orquesta del Teatro dell'Opera di Roma, conducidas por Zubin Mehta para el evento.
Y claro está, el escenario mismo, el gran protagonista.
Las Termas de Caracalla, o Termas Antoninas, fueron unos baños públicos de La Roma Imperial, que se construyeron entre 212 y 217 d.C., bajo el gobierno del Emperador Marcus Aurelius Severus Antoninus Augustus, conocido con el sobrenombre de “Caracalla”, que hace referencia a una capa larga de origen galo, cuyo uso introdujo en Roma; aunque dicho sobrenombre nunca se utilizó oficialmente, es por el que se le conoce en toda la historiografía.
Las termas se inauguraron con el nombre de “Termas Antoninas” y actualmente, las extensas ruinas de estas termas, son una atracción turística importante.
Aunque fueron despojadas de sus esculturas y demás riquezas desde fecha temprana, se conservan aún grandes fragmentos de mosaicos, algunos de ellos, correspondientes a la planta superior del edificio, que se desplomó.
El edificio está bajo una estricta protección, debido a que fue destruido por un terremoto en 847, aunque ya desde 537, no se usaba porque los canales de agua resultaron destruidos en una guerra.
Así las cosas, ceder estas ruinas, fue un logro importante para un evento musical, generalmente emplazado para un teatro o un estadio; y han servido de fondo para La temporada de Ópera del Teatro dell'Opera di Roma cada verano.
En años recientes, se han realizado diferentes tipos de eventos culturales en Las Termas, como competencias de gimnasia en Los Juegos Olímpicos de Roma 1960, y este famoso concierto de Los Tres Tenores, durante la clausura de La Copa Mundial de Fútbol de 1990.
El documental The Impossible Dream, nos muestras desde la espontaneidad, y desde la primera de ejecución de piano, hasta los ensayos orquestales en La Ópera de Roma y en Las Termas de Caracalla; todo ello desde la intimidad de los tenores, hasta la emoción del “backstage” de la noche misma.
Son 57 minutos exactos, de imágenes detrás de escena, ensayos y entrevistas, que cuentan la extraordinaria historia de la puesta en escena de este mega-hit musical.
Con una selección de entrevistas de los 3 grandes tenores, por separado, y del productor y el director de orquesta, The Impossible Dream nos da un vistazo detrás de escenas, tan real que el nerviosismo traspasa la pantalla, mientras la cámara va documentando la creación y el impacto de este incomparable fenómeno.
Ciertamente, no podemos olvidar la consecuencia de que un evento de esta magnitud ha originado:
Muchos, han abierto las puertas a un mundo que hasta entonces siempre había sido considerado elitista, un mundo que, gracias a los 3 famosos cantantes, llegaron a los hogares italianos, y en todo el mundo, como un evento popular, dirigido a un público más amplio, y para todo el mundo.
En The Impossible Dream, vemos la defensa de Pavarotti ante las críticas de los puristas, pero la verdad es que, en este mundo, nada ni nadie está exento de críticas, y coincido con el tenor al asegurar que “la música es para todos”
Así las cosas, a través del metraje, confirmamos por qué Carreras, Domingo y Pavarotti, que han subido al Olimpo de los cantantes de ópera, mucho antes de 1990, han demostrado un cuidado y una alta calidad en sus actuaciones en el escenario de los teatros más importantes del mundo, siendo permisivos, al dar a conocer el secreto de los ensayos, cantando a “mezza voce”, haciendo caso omiso de la naturaleza extraordinaria de un evento como este, y lo positivo que conlleva.
Nombrado “The Impossible Dream” por El Maestro Zubin Mehta, por ser un logro inimaginable, el proyecto fue un sueño en un principio, porque se trabajó desde la imaginación, tanto que muchos ni siquiera conocían quién era José Carreras, lejos del mundo lírico, más cuando se supo de la experiencia con la leucemia, se deseó contribuir a un concierto especial en Italia, y de paso, con motivo de La Copa Mundial:
Según el productor, Mario Dradi:
“Era hacer un concierto, ya se habrían barajado una sucesión de cantantes, debido a la gran tradición operística en la que Italia siempre se ha destacado, y se pensó en Pavarotti, y Plácido Domingo, ambos con grandes carreras montadas, para que ayudaran a la regreso de Carreras”
Además de que los 3 eran aficionados al fútbol.
Esto era lo que había pensado Mario Dradi, durante una cena con José Carreras, en una representación de ópera masiva, a gran escala, y nunca antes realizada.
Por su parte, un dato curioso, muestra que El Maestro Zubin Mehta, se enteró que iba a participar en el concierto, por los periódicos…
Al tiempo que para él fue difícil, no ensamblar, sino montar 2 orquestas para que sean una sola.
La primera reunión de Los Tres Tenores, tuvo lugar el 5 de diciembre de 1989, con motivo del nacimiento de José Carreras.
Si bien hay varias películas que muestran la preparación de este concierto, y en particular de las pruebas y ensayos, que se caracteriza por un ambiente increíblemente relajado y divertido, se han acumulado momentos de lo más divertidos, que son inimaginables, pues los protagonistas son/eran 3 cantantes de ópera de reconocimiento.
Al final, las emociones que experimentaron la primera noche, el tras bambalinas, la producción y el montaje, es digno de ser conocido, pues solo hemos visto el producto terminado.
The Three Tenors in Concert 1994
Los Tres Tenores continuaron cantando juntos en conciertos posteriores a 1990, esta vez producidos por el mánager húngaro, Tibor Rudas, quien se adueñó de la marca “orgullosamente”
Así se planificó un 2º espectáculo en el Dodger Stadium de Los Ángeles, antes del partido final de La Copa Mundial de Fútbol de 1994, el cual contó con una asistencia masiva, y cuyas grabaciones discográficas y televisivas, repitieron el gran éxito de 4 años antes.
Con una asistencia de más de 50.000 espectadores, pagaron hasta $1.000 por asiento, y más de 1.000 millones de espectadores a través de televisión; teniendo un rating récord de audiencia en más de 100 países, transformándose en el espectáculo musical y clásico, más visto de la historia.
La noche del 16 de julio de 1994, fue una noche calurosa en Los Ángeles.
Así lo atestiguaba el pañuelo con el que se secaba el sudor, una y otra vez aquel grandullón llamado Luciano Pavarotti, y que osó en más de una ocasión, hacer lo propio con su colega José Carreras que lo tenía a la par del escenario.
Pero, en el estadio de béisbol de los Dodgers, la gente se había puesto de tiros largos, chaqué y esmoquin, para recibir a “los tres reyes magos de la lírica”:
José Carreras, Plácido Domingo y Luciano Pavarotti; con Zubin Mehta a la batuta de La Orquesta y Coro de La Filarmónica de Los Ángeles.
De lo especial del acontecimiento, daba fe el público, pues entre los asistentes estaban:
George y Bárbara Bush; Gene Kelly, David Hasselhoff, Frank Sinatra, Tom Cruise, Nicole Kidman, Dustin Hoffman, Arnold Schwarzenegger, Dennis Hooper, Al Gore, Louis Jourdan, Gregory Peck, Bora Milutinović, entre otros.
En el repertorio, Puccini o Massenet se alternaban con Mancini o Sinatra, hasta el clímax final de Verdi y sus archiconocidas:
“La donna è mobile” y “Libiamo ne’ lieti calici”
Para cuando esta última finalizó, antes de comenzaran las correspondientes tandas de aplausos, la música clásica, o mejor dicho, su relación con el público había cambiado para siempre.
Con el legado del trío, que prácticamente inventó el “single” en la música clásica; Los Tres Tenores influyeron a la hora de popularizar un cierto repertorio operístico más popular, pero no crearon afición por la ópera; pues la ópera requiere de un poso cultural mayor, exige más.
Un disco de arias, no puede sustituir la experiencia de asistir a una ópera completa en un teatro, porque este tipo de interpretaciones, son fragmentarias, y no tienen todo el peso de una obra completa.
No es como una canción que empieza y acaba, un aria hay que escucharla en el contexto de toda una composición.
Pero el impacto de este concierto llegó a la cultura popular:
Plácido Domingo apareció como miembro del grupo en un episodio de “The Simpson”, y el trío se convirtió en una broma recurrente en “Seinfeld”, en el que los protagonistas desglosaban la agrupación diciendo, en perfecto inglés:
“Pavarotti, Domingo, y el otro”, porque Carreras es más complicado de pronunciar; o bien porque no era muy conocido entre la gente de EEUU…
¿Qué tuvieron que los hizo tan imbatibles?
Los 3 eran personalidades muy diferentes, y muy fuertes:
Pavarotti es una de las grandes voces, Domingo es uno de los tenores más completos y versátiles; y Carreras es un cantante muy interesante por su pasión al cantar.
Por otra parte, la rareza de un concierto de músicos clásicos, celebrado en un estadio deportivo y de béisbol, hizo el lugar menos “ridículo”
El concierto fue 100% comercial, y “Made in USA”, y no solo por su repertorio dedicado a Hollywood, Broadway y a las canciones napolitanas y populares en EEUU; tanto que la noche abre con la interpretación del Himno de los Estados Unidos…
Para esta ocasión, se contó con toda una producción escénica, y atriles visibles e individuales para los cantantes.
Del repertorio en general, que fue muy variado, son 4 salidas en solitario, esta vez cumpliendo con las salidas de acuerdo al orden alfabético, Carreras, Domingo y Pavarotti, en todas las presentaciones; además de arias, también incluían escenas de óperas arregladas; con un intermedio orquestal, y 2 popurrís.
En lo personal, debo confesar que Carreras se lo vio sumamente tenso; solamente el aria de “El Cid” de Massenet mostró un lucimiento espectacular.
El gran tenor catalán, demostró estar en una forma espléndida y radiante en las piezas en inglés; pero no pareció en la plenitud de su capacidad vocal, muy probablemente, especulo, por el repertorio escogido.
Plácido Domingo apareció en óptima forma, sin miedo a cantar lo que le pongan, tanto así que su primera aria, como en todo Verdi, es un peligro para el tenor que debe estar bien caliente para afrontar una pieza tan difícil desde la psicología, como lo es “Oh! fede negar potessi”; y logró cumplir con todas, menos con una, de la hablaré más adelante; debido muy probablemente a su frenética actividad.
Pero en general, Domingo se mostró a la altura de las circunstancias, y del precio de la entrada.
Por último, Luciano Pavarotti pareció aferrado, como de costumbre, a la desafortunada manía de cantar arias y baladas, como si no hubiera diferencia alguna entre unas y otras; ampliando su repertorio en el concierto a piezas en francés.
Cabe destacar que, a partir de 1991, Pavarotti respondió al llamado de la organización “WarChild”, para recaudar fondos para la construcción de un centro de musicoterapia en Mostar.
De esta forma, anualmente se organizaron conciertos en Módena, bajo el título “Luciano Pavarotti & Friends”, donde además, participaban otras personalidades de la música internacional; y se recaudan fondos para diferentes causas, a beneficio de niños y personas de todo el mundo.
Aun con ello, Pavarotti fue duramente criticado por lo que hacía, hasta se dijo que “estaba prostituyendo la ópera”, y que tuvo repercusiones en los conciertos de Los Tres Tenores; sin embargo, el tenor italiano no hizo caso de estos comentarios, y continuó realizando labores caritativas.
¿Por qué habiendo otros tenores famosos, y de gran prestigio, como el canario Alfredo Kraus, no fue convocado?
Primeramente, porque los 3 tenores son aficionados al fútbol, y eso fue lo que los unió en principio.
Para 1994, Kraus tenía 66 años, cuando fue llamado a sustituir a Pavarotti en Londres; demostrando que el canario se mantenía entre los grandes tenores internacionales; aunque fue pesimista ante el futuro de la ópera, pues según él:
“Parece condenada a desaparecer”, y dijo:
“Los conciertos multitudinarios no es cultura, existen debido a la crisis de la ópera.
Hay gente que piensa que eso es cultura, pero no lo es; son manifestaciones populares, grandes espectáculos, pero no ópera.
La ópera sólo está en el teatro, porque allí no hay trampa ni cartón”, dijo.
Por otra parte, Kraus no ha olvidado su polémica con José Carreras y Plácido Domingo, y agregó:
“Cuando nos encontremos los tenores, no creo que nos demos abrazos.
Yo estoy dispuesto a un saludo cordial, pero no más.
No puede haber afecto después de todo lo ocurrido"
Todo empezó cuando el tenor catalán, José Carreras, Director de La Olimpiada Cultural barcelonesa, excluyó a Alfredo Kraus de la programación.
Carreras justificó la exclusión, por las críticas de Kraus al concierto de Los Tres Tenores, en Caracalla, Roma.
“Es sano que exista rivalidad, pero odios, e intentos de hacer daño, no”, dijo Carreras.
Para muchos, Alfredo Kraus era elitista, y no apoyaba este tipo de manifestaciones populares.
Siguiendo con el repertorio del concierto en Los Ángeles en general, tenemos un popurrí titulado “A Tribute to Hollywood”, y otro titulado “Around The World”, ambos fueron arreglados y orquestados por el compositor argentino Lalo Schiffrin, que a partir de los conciertos con Los Tres Tenores, se dedicó a la música clásica.
En los popurrís, Los Tres Tenores no demostraron rivalidad, pero si se hizo notable el ego profesional en cuando a dejar al aire alguna nota más del tiempo permitido, así como el volumen.
En el primer tramo, “My Way” fue dedicada a Frank Sinatra; y “Singin' In The Rain” a Gene Kelly, que recibieron sendas ovaciones y aplausos de parte de los cantantes y el público.
Mientras a destacar en el popurrí “Alrededor del Mundo”, con toda una variada selección de piezas conocidas en EEUU a través de los filmes de Hollywood, y una curiosidad, “Santa Lucia Luntana” con un arreglo tan maravilloso como irrepetible, que se generan sonidos mágicos que “solo los perros pueden oír”
Durante el concierto, hubo un intermedio con “La Marche Hongroise” a cargo de Mehta y la orquesta; y por último, los “encores”
“La donna è mobile”, “El Bríndisi” y “Nessun Dorma”, que en apariencia, las intervenciones de cada uno, en las partes cantadas, fueron improvisadas en el escenario; tanto que se puede notar alguna que otra chota gestual, o broma que se hacen entre los 3, por ejemplo, con Plácido Domingo al cantar las partes de soprano en “El Bríndisi”, etc.
En general, Los Tres Tenores estaban en buena forma con respecto a su canto; sin embargo, en el programa de CD/VHS/DVD, hubo algunos cambios diferentes a la presentación en vivo, y que no fueron incluidos, aparentemente “por cuestiones de longitud”:
“Amor, vida de mi vida” cantado por Plácido Domingo, tuvo un fallo en la voz durante la transmisión en vivo, un fallo que había repetido el tenor en un concierto titulado “Gala de Reyes” en España, y fue editado para el DVD.
El “Ave María” cantada por Luciano Pavarotti, no está en la CD, pero sí en el DVD.
Y “E lucevan le stelle” fue la peor interpretación de José Carreras, tanto que un gesto suyo hace evidente la inconformidad, que fue retirado del CD, y que se aprecia en el DVD.
Con todo, una vez más, los murmullos de presunta rivalidad fueron acallados con una gran fiesta para la música que, además de significar para los tenores la ocasión de cantar juntos, tiene el gran mérito de enseñar a los jóvenes, la nobleza de la más sana competición en nombre del arte.
Posteriormente, en los 2 siguientes Campeonatos de Fútbol, el de Francia, en 1988, con un concierto celebrado en El Campo de Marte de París, el 10 de julio; y el de Japón y Corea, en 2002, que se llevó a cabo en el Yokohama Stadium de Tokio; en el primero, James Levine tomó el relevo de Zubin Mehta al frente de la orquesta, y en el segundo, en 2002, hizo lo propio el húngaro János Ács; decisiones que a día de hoy, permanecen desconocidas.
Del CD, los 2 álbumes que grabaron, vendieron 23 millones de copias; y provocó La Gira Mundial “Three Tenors III”, de cuya traducción resulta el vulgar título capicúa “Tres Tenores Tres”, que fue idea del astuto Luciano Pavarotti:
Al término del colosal éxito del trío, en la gala de cierre del Mundial de fútbol de 1994, en Los Ángeles, Luciano abordó a sus colegas, Carreras y Domingo en camarines con la llana propuesta:
¿Por qué no hacemos esto en todo el mundo?
Esto se convirtió en un comentado proyecto de gira, que involucraba 4 continentes, y cifras como $1 millón per cápita y por concierto, en concepto de cachet, y más de 13 millones de taquilla por función.
Y esas especulaciones, eran solamente el comienzo...
Lo que había de ser un acontecimiento único, se convirtió, de la mano del húngaro Tibor Rudas, en una rentabilísima gira, con una treintena de conciertos entre 1996 y 2003; y el trío hizo de la ópera, un género accesible y, para bien o para mal, comercial; y se convirtieron en un auténtico fenómeno de masas, siendo muy criticados por los aficionados a la música clásica, que consideraban que la fórmula abarataba la ópera.
Pero Pavarotti se encargó de declarar que, más allá del dinero, se trataba más bien de un acontecimiento cultural y “democrático”
Y no olvidó prevenir que “algunos puristas tendrán siempre algo que criticar”, abriendo anticipadamente el paraguas.
La gira, se desarrolló fundamentalmente en estadios y grandes recintos, desde Wembley, en Londres; hasta El Olímpico de Múnich, pasando por el Camp Nou barcelonés, o La Ciudad Prohibida de Pekín.
Pero también recaló en escenarios operísticos como El Teatro Real madrileño, donde Plácido Domingo convenció a sus 2 compañeros para ofrecer juntos el tradicional homenaje al Rey Don Juan Carlos en enero, con motivo de su cumpleaños; o el Konzerthaus de Viena.
Fueron en total, 33 conciertos, que se desarrollaron en 15 países:
Italia, Francia, Japón, Estados Unidos, Austria, Canadá, Alemania, Suecia, España, Australia, Suráfrica, Brasil, Corea, China, Reino Unido.
Pero tras aquella noche en Los Ángeles, la industria discográfica descubrió un género musical nuevo.
El negocio de la música clásica, había cambiado irremediablemente.
Todos empequeñecieron ante el fenómeno de un nuevo nicho de mercado, protagonizado por grandes voces, melodías pegadizas, y un sonido accesible que recordaba a lo clásico.
Era la época del “crossover clásico” de Andrea Bocelli, de Il Divo, e incluso de Sarah Brightman.
Aquel formato de terceto, se repitió en cualquier lugar y ocasión, y nacieron Los Tres Tenores Irlandeses, o Los Tres Tenores Chinos, pasando por Los Tres Tenores en Navidad… inclusive Las 3 Sopranos.
Pero Los Tres Tenores alcanzaron fama y fortuna tras aquella noche, pero a cambio, nunca alcanzaron cotas parecidas.
Al tiempo, Pavarotti ocupó páginas de la prensa del corazón, por el romance con su secretaria, Nicoletta Mantovani, y algunos problemas fiscales.
Carreras se había metido en los últimos tiempos de hoz y coz en el nada lírico debate nacionalista; y Plácido Domingo ha acabado reinventándose, no sin astucia, en barítono, para justificar el agravamiento de su voz, y a conducir orquestas.
El llamado “The Three Tenors in Concert 1994” fueron partituras emborronadas de una noche de verano inolvidable, que cambió el curso del comercio de la música para siempre.
¿Tendrán el mismo nivel en 1998?
The Three Tenors: Paris 1998
Así se llamó el 3° concierto de José Carreras, Plácido Domingo y Luciano Pavarotti, con motivo de la clausura del Mundial de Fútbol; un gran acontecimiento musical en vivo, que se promocionó como “El Concierto del Siglo”, se celebró en un gran escenario al aire libre, situado en El Campo de Marte, próximo a La Torre Eiffel.
El concierto inauguró así, las celebraciones del fin de semana precedentes a La Final de La Copa del Mundo.
James Levine, estuvo al frente de La Orquesta de París, dirigiendo a Los Tres Tenores que interpretaron en 6 idiomas, un repertorio totalmente nuevo de arias de ópera y canciones populares.
El espectáculo en París, fue el primero que dieron fuera de un estadio o de un teatro, con asientos numerados; donde se estima, asistieron más de 1 millón de personas, y la organización calculó que casi 2 mil millones de personas siguieron el acto por televisión.
¿Qué hará La Federación Internacional de Fútbol, el día que Los Tres Tenores decidan colgar sus fracs, “o las tenis”; y abandonar la ya establecida tradición del concierto de final de Copa Mundial?
Por lo pronto, la cita del 10 de julio de 1998, unas 48 horas antes de la final de una Copa en la cual, Francia no es sede desde hace 60 años; José Carreras, Plácido Domingo y Luciano Pavarotti, entregaron su talento a los cientos de miles de personas, con La Torre Eiffel de telón de fondo, donde cerca de 300 trabajadores estuvieron detrás del escenario, construido con 180 toneladas de acero; mientras que un total de 164 personas, entre músicos y acompañantes, se subirán a él.
Alrededor del Campo de Marte, se colocaron 18 cámaras para filmar el concierto, que se retransmitió a 75 países de los 5 continentes.
Además, se levantaron 6 pantallas gigantes de vídeo, para los espectadores que sigan el acontecimiento en directo.
El argentino, Lalo Schiffrin, volvió a hacerse cargo de los arreglos musicales, cumpliendo así con el rito iniciado en Las Termas Romanas de Caracalla, en julio de 1990, durante El Mundial de Italia, y que siguió 4 años más tarde en Estados Unidos.
Por su parte, La Orquesta de París, también como es habitual, dará el toque de “local” al encuentro; pues la batuta de Zubin Mehta, en cambio, ha dejado lugar a la de James Levine.
El porqué de este cambio es un misterio, por más que oficialmente se asegura que el conductor israelí-estadounidense, encontró “imposible la suspensión de compromisos previos”
La temática general del encuentro, tuvo mucho de “deja vu”, con las afirmaciones de ausencia de rivalidades, y las bromas futbolísticas que ofrecen buenas líneas a las fotografías con camisetas de número 3, y varias pelotas en mano para la promoción del evento.
El productor húngaro, Tibor Rudas, consideró una impertinencia que se le preguntara:
¿Cuál es el presupuesto previsto para el concierto, y el salario que se le pagará a cada uno de los tenores?
Y respondió:
“Acabo de estar en una conferencia de prensa con futbolistas, y a nadie se le ocurrió preguntarles, cuánto van a ganar, o cuánto van invertir en El Mundial.
No veo por qué nos preguntan eso a nosotros”
La declaración, además de ser poco creíble, logró irritar los ánimos de los presentes…
Más aún cuando, al preguntársele el precio de las entradas, respondió con un vago:
“Habrá unas muy caras para los VIP en los asientos delanteros, otras más baratas para los que estén más atrás, y serán gratuitas para los que vean todo parados desde las pantallas que instalaremos en las calles”
Para calmar las cosas, el hombre que ha organizado estos conciertos, terminó diciendo que “tendrá un presupuesto mayor al de los precedentes” y, con el codirector de Atlantic Records, Ahmet Ertegun, y un representante de Polygram a su lado, admitió que se financiará “por supuesto, no con las entradas, sino con los derechos televisivos, las grabaciones y los videocasetes, que esperamos saldrán a la venta a fines del 98.
Con 3 o 4 organizaciones caritativas que tienen a los artistas como “Padrinos”, se llevarán una proporción de los beneficios, y lo recaudado durante una cena de gala por realizarse después del espectáculo, irá a parar a las arcas de la asociación francesa “Todos Juntos contra el SIDA”, declaró finalmente.
El concierto será transmitido a más de 100 países; y la cadena francesa, Canal Plus, lo hará a nivel nacional; y la firma PBS, exclusivamente a los Estados Unidos, donde se explicó que, “a raíz de la excepcional popularidad de Los Tenores”, se realizarán 2 emisiones:
Una en vivo, y otra diferida a la noche, para coincidir con el período pico de ratings.
Sobre todas estas cuestiones prácticas, los artistas mantuvieron un discreto silencio, quizá conscientes de que su toque de Midas no siempre ha sido bien interpretado.
Sólo Pavarotti hizo una alusión indirecta al asegurar que “como un continuo desafiante en la vida” no podía dejar de sentirse emocionado al cantar bajo La Torre Eiffel, porque “cuando ésta fue construida, su arquitecto también recibió insultos y críticas”
Los Tres Tenores no se empequeñecen a la sombra de la famosa torre, y menos con una multitud entusiasta.
En el repertorio, encontramos muchos temas favoritos, donde sobresalen:
“Granada”, siendo la única pieza en la que Los Tres Tenores han cantado por separado, al orden usual, Carreras, Domingo y Pavarotti, cada uno en un concierto distinto, y en esta ocasión, la curiosidad recayó en el italiano, que falló en la letra pero cumplió en una espectacular sonoridad; aunque de los 3, fue el que más se sintió difícil de arrancar en su primera intervención del concierto.
Otros temas harto conocidos y repetidos fueron:
“Because”, “Nessun Dorma”, “O Sole Mio”, “Coren’grato” y “La Donna è Mobile”; y un par de popurrís:
Uno, dedicado a canciones de amor, llamado “Romance”; y el otro llamado simplemente “Medley Of The World”
Y no es raro, que el autor del tema de “Mission Impossible”, Lalo Schiffrin, sea el responsable de arbitrar, con sus arreglos musicales, las vanidades artísticas de Los Tres Tenores:
“Mi experiencia con los guionistas en Hollywood, me resulta en este caso esencial.
Con ellos aprendí que, cuando se tiene a estrellas de peso, como Robert Redford o Paul Newman en una película, hay que darle el mismo número de palabras a cada uno.
Yo hago lo mismo con los tenores:
En cada canción, tengo en cuenta que las fórmulas vayan “Domingo, Carreras, Pavarotti”, “Pavarotti, Carreras, Domingo”, “Carreras, Domingo, Pavarotti”, y así sucesivamente”
El músico, radicado en Los Ángeles, sostiene que “las más bellas voces del mundo”, mantienen una relación sumamente cordial:
“Lo de las rivalidades son meros chismes, es un placer trabajar con ellos”
Schiffrin destaca que en esta ocasión, los artistas interpretarán un nuevo repertorio, que incluirá muchas de las canciones que hicieron famoso al legendario Caruso, y la infaltable piezas francesa “Sur le ciel de Paris”, para evocar el espíritu de Edith Piaf.
“Empezamos a trabajar sobre un listado de 200 canciones, durante 1 año, cuando nos encontramos haciendo un concierto con La Filarmónica de Londres, en Barcelona.
Ahora nos queda pulir los últimos detalles”, indicó el arreglista.
“Les tengo tanta confianza, y nos conocemos tanto, que no me hace falta estar presente en los ensayos”, explicó Schiffrin.
Así, en el programa, termina con una interpretación del tema oficial de La Copa del Mundo:
“You'll Never Walk Alone”, del que se hizo un hermoso vídeo con los tenores, mostrando las mejores imágenes del Mundial de Fútbol.
En lo individual, debo reconocer el ardor y plenitud de Domingo, sigue intacto, al duro filo; mientras el tono de Carreras posee mejor difusión que antes, muy probablemente debido a la buena selección de temas que mejoran y refinen su interpretación; y Pavarotti, que ya se le nota el paso del tiempo en una voz algo empañada y con su aliento más corto, a excepción del esfuerzo que hizo en su “Nessun Dorma” que ahora es en su voz, y en este concierto, la versión definitiva, gracias a su gran sabiduría vocal.
El evento demostró que Plácido Domingo permanece como el tenor en mejor forma; que Luciano Pavarotti sabe administrar sus agudos y su bonhomía; y que la sensibilidad de José Carreras en el repertorio de las canciones, lo ha hecho mejorar en comparación al concierto de 1994.
De la orquesta, James Levine hizo un trabajo monumental, de aplaudir en la dirección de la obra de Hector Berlioz, “Le Carnaval Romain”, y se lució aún más en el intermedio, con el ballet de Camille Saint-Saëns, de la ópera “Samson et Dalila”, el delicioso “Bacchanale”
Los 3 Tenores interpretaron 4 piezas en el orden usual, 2 de corrido; una después de un popurrí, y otra después del intermedio.
De todas, Plácido Domingo, que ha sido el tenor que más empeño a puesto en la divulgación de La Zarzuela en los conciertos de Los Tenores, acá nos presenta la hermosa aria, “Me voici à la fin du chemin” de la ópera “Memoires de Danton” compuesta por su hijo, Plácido Domingo Jr.
Pavarotti, como acoté, se lució con el capolavoro de Agustín Lara; y José Carreras brilló en todas sus intervenciones de manera apasionada.
A destacar nuevamente, que los popurrís fueron arreglos de Lalo Schiffrin; que esta vez fueron realizados de manera pausada, no continuo como en el concierto del 94.
Al tiempo de este concierto, se le preguntó a los tenores, si la fórmula estaba acabada, si era la hora de cambiar o innovar…
“Los Tres Tenores fueron creados como un grupo en 1990, y no tenemos intenciones de cambiar su formato.
No vamos a agregarles ningunas “Spice Girls”, ni ningún otro condimento”, afirmó Domingo.
Un Pavarotti más filosófico, asintió con una sonrisa, pero advirtió al mismo tiempo:
“Qué sabemos lo que nos puede deparar el futuro, después de todo, no somos eternos”
La profecía se cumpliría con su fallecimiento, 9 años después...
Sin embargo, y “para tapar bocas”, “sin micrófonos ni amplificadores, sin trampa ni cartón”, Los Tres Tenores se reunieron para un evento particular, a principios de 1998, en un acontecimiento social, más allá de la ópera, que tuvo lugar el 6 de enero de 1998, en La Gala de Reyes, con la que El Ayuntamiento de Madrid, obsequió al Rey Don Juan Carlos de Borbón en su 60° cumpleaños, provocando mayor expectación incluso que la reciente inauguración del Teatro Real.
El concierto, permitió el debut de José Carreras y Luciano Pavarotti, junto a La Orquesta Sinfónica de Madrid, dirigida por Marco Armilliato, en dicho Teatro.
El homenaje al Rey, fue un espectáculo triunfalista, distinguido con la presencia de toda la familia del monarca:
La Reina, Los Duques de Palma y Lugo, y El Príncipe Felipe; así como El Presidente del Gobierno, y algunos miembros de su gabinete.
El espectáculo, recaló en Madrid, con la sensación de que la fórmula descubierta hace 8 años en Caracalla, necesitara refrescarse.
Uno de los motivos, fue la repetición del mismo programa, que derivó hacia un cierto mecanicismo, porque el espectáculo, según se afirmó, perdió la espontaneidad de antaño, porque el tiempo ha impuesto sus condiciones sobre las gargantas del celebérrimo trío.
Ciertamente, era la primera vez que la audiencia madrileña disfrutaba en directo esta experiencia operística, pero no es menos verdad que José Carreras, Plácido Domingo y Luciano Pavarotti, se reencontraban en El Teatro Real, después de haber exprimido la fórmula en 15 ciudades diferentes:
De Tokio a Vancouver, de Nueva York a Múnich, de Göteborg a Melbourne, de Londres a Toronto.
Así, “Los Tres Reyes Magos de La Ópera”, cumplieron a pedido de Domingo, en un concierto cuyos fondos fueron destinados a La Fundación Reina Sofía.
No obstante, la idea de festejar el cumpleaños del Rey con un evento así, no acabó de salir adelante, entre otras cosas por la resistencia del propio Don Juan Carlos, a comprometerse a asistir todos los años a un concierto el día 6 de enero...
Y creo que fue una pena.
¿Acaso fue un mal augurio?
Si de supersticiones se habla, la ópera está llena de ellas.
Yokohama – 2002
Para el 27 de junio del año 2002, se realizó en Yokohama, Japón, un concierto con Los Tres Tenores, con motivo de La Copa Mundial de Fútbol de Corea de Sur y Japón, ante unas 10.000 personas, en el Yokohama Arena, al sur de Tokio, junto a la Super World Orchestra, conducida por János Ács, en donde Los Tres Tenores cantaron arias de ópera, romanzas y napolitanas; así como canciones tradicionales de Corea del Sur y Japón, los países anfitriones del Mundial.
Los asistentes, tuvieron que pagar entre $84 y $1.000 para colmar el auditorio, en un concierto de 3 horas, que contó también con la participación de 6 sopranos:
3 de Corea del Sur, y 3 de Japón.
En palabras de Plácido Domingo:
“La ópera y el fútbol atraviesan todos los límites, porque hablan el mismo idioma, el lenguaje de la emoción, que comunica a la gente en todas partes”
Como dato, para esta ocasión se levantó un escenario con El Monte Fuji como telón de fondo, y la producción implementó el sistema M3D de Meyer Sound, que garantizó que el idioma pudiera ser escuchado claramente por todos.
Meyer Sound, es la marca de refuerzo de sonido de elección para El Trío, y se especificó un sistema de altavoces M3D Line Array para el evento.
Hiro Tomioka, de la compañía de distribución japonesa de Meyer Sound, Acoustic Technical Laboratory, realizó un ajuste fino del sistema, utilizando un analizador de última generación, el FFT SIM System II.
Una vez que el sistema estaba en su lugar, de acuerdo con los cálculos, se hizo evidente un problema imprevisto:
Los reflejos causados por paneles curvos por encima y alrededor de los bloques de asientos superiores, y 2 cabinas con fachada de vidrio, directamente enfrente del escenario, que no aparecieron en ninguno de los dibujos:
“Los paneles estaban haciendo que el sonido volviera 3dB más alto en unos 20 asientos en el nivel del piso de La Arena.
No pudimos bajar el sistema, ya que bloquearía las líneas de visión de ciertas áreas”, acotó el técnico encargado.
Pero lo más grave de todo, es que los micrófonos estuvieron casi sobrepasando la altura de la nariz de los cantantes, que impidieron el disfrute de ver sus caras claramente durante el desarrollo del concierto; así como se desconoce la razón por la cual, James Levine fue sustituido por el húngaro János Ács, un maestro de orquesta tan alto, como el monolito de Stanley Kubrick, que se sobredimensiona en su pedestal; siendo este concierto, el último de Los Tres Tenores en un Mundial de Fútbol, que no fue televisado, ni comercializado para la distribución en CD/DVD, siendo además, el 1° de 4 conciertos más, cuyos 3 restantes y últimos fueron en:
Saint Paul, en el Xcel Energy Center, en EEUU, el 16 diciembre de 2002; en Bath, en el Royal Crescent, en El Reino Unido, el 7 de agosto de 2003; y el último en Columbus, en el Schottenstein Center, en EEUU, el 28 de setiembre de 2003.
Pavarotti de 66 años entonces, dijo que tiene la intención de retirarse el 12 de octubre de 2005, día de su 70° cumpleaños; y bromeó diciendo que después de esa fecha, nunca cantará ni siquiera en el baño:
“Ni siquiera cuando estoy tomando una ducha”
También dijo que planeaba casarse con Nicoletta Mantovani, de 32 años entonces, su compañera por 6 años, y agregó que estaban pensando en tener hijos…
Meses antes, Pavarotti había cancelado sus 2 últimas apariciones programadas en el Metropolitan Opera, llevando al New York Post a publicar un titular de portada:
“Fat Man Will Not Sing”
Y es que el anuncio de su intención de retirarse en 2005, es el año previo al próximo Mundial de Fútbol en Alemania.
Así el panorama, que se sentía en “el aire” previo al acontecimiento, Los Tres Tenores tuvieron 3 salidas en solitario, las 2 primeras fueron seguidas de un popurrí con piezas conocidas en los anteriores conciertos de Los Tres Tenores, y una salida más en solitario; y por último, un popurrí que incluyó a 3 sopranos de Corea del Sur, y 3 sopranos de Japón.
En particular, Pavarotti estaba en una voz nada decente, mostrando los problemas propios de la edad en la voz, y los inesperados “gallos”, realizando 3 arias de repertorio estándar, pero con “Nessun Dorma”, que se convirtió en su tema de firma; aquí por obra de la gracia, no calló en el sonrojo.
Domingo brilló en “No Puede Ser” con su cuerda de barítono, y “E Lucevan Le Stelle” sin brillo; y finalmente, “Ch'ella Mi Creda”, me pareció interesante porque fue cantada toda la escena.
Mientras Carreras, interpretando “Lamento di Federico”, demostró que hubo tiempos mejores, allá en 1990; pero incursionó en 2 temas nuevos, desconocidos por mí:
“Musica Proibita” y “Vurria”
Del programa solista en general, al repetirse, se hacen inevitables las comparaciones con ellos mismos, de cuando cantaron las mismas piezas, y acá demuestran todo aquello que se ha ido perdiendo por el paso inexorable del tiempo; aun cuando se quiera justificar que se le ha dado otro brillo, otro matiz a las piezas.
De los popurrís:
“Solamente Una Vez”; “Maria, Mari”; “Ti Voglio Tanto Bene”; “Tu Ca Nun Chiagne”; “Manha De Carnaval”; y “Parlami d'Amore Mariu” en el primer tramo; y en el segundo cantaron:
“My Beloved Geumgang Mountain”, una canción coreana, y una canción japonesa de la que no logré encontrar el nombre, fueron cantadas junto a las sopranos coreanas y japonesas respectivamente; un hecho, presumo que fue obligatorio por parte de producción, entre Corea del Sur y Japón; y sin precedentes, pues Los Tenores habían dicho que no cambiarían de fórmula, es decir, no agregarían a otros cantantes… y continuaron con el popurrí:
“O Marenariello”; “Wien, Wien Nur Du Allein”; “Anema e Core”; “Passione”; “Yesterday” de The Beatles; y por último, “Libiamo Ne' Lieti Calici – Bríndisi”, junto a las 6 sopranos.
“O Sole Mio” fue cantado como único “Encore”, que incluso fue repetido desde la improvisación.
En general, la producción de este concierto careció de intertítulos que mostrasen la identificación de las piezas, y de las sopranos acompañantes para información general.
En definitiva, el resultado musical quedó así:
El oficio majestuoso de Plácido Domingo, un tenor en plena madurez, mantiene un esplendor en el dominio de todos los registros, estilos, gesticulación canora, y poder interpretativo, que resultó convincente a pesar de los bajonazos de tono y volumen.
José Carreras, tan fino como siempre, quedó rebasado por la improvisación en algunas partes; sobre todo y más evidente en un popurrí, en el que Pavarotti no logró ni terminar su parte, bajando bruscamente la nota, de la que Carreras tuvo que hacer aguas, y seguirlo en un tono diferente, terminando con Domingo de igual manera.
Y bueno, Pavarotti, como cantante fraudulento y en decadencia, mostró que es más un producto comercial, que dio lo mejor de sí en los años 60, y que en las últimas décadas se la ha pasado cobrando millonadas por cantar apenas unos minutos; tanto que acá, falla demasiadas veces, se nota tenso, y hasta casi da la espalda a sus colegas en pleno escenario, presumo de pena, al no estar a la altura de las circunstancias, y no por cuestiones de oído.
Portentoso lo es, eso sí, cuando ya ha calentado bastante, pero en los popurrís se vio la necesidad de que su parte fuera rellenada con el oficio de los otros 2 tenores.
Para entonces, Carreras, que no ha cambiado el registro de su voz, como su colega español, en esos últimos años se había mantenido bastante alejado de las representaciones operísticas, pues se siente más a gusto en el recital y los conciertos.
A diferencia de Domingo, que en 2010 hizo el rol de “Simon Boccanegra” en La Scala, en una actuación significativa por partida doble:
Era su debut, muy exitoso, después de la operación de cáncer de colon; y era también su primera actuación en la cuerda de barítono.
“Si hay alguien en el mundo que puede permitirse este paso, ése es Plácido.
Por la extensión del registro, por presencia escénica, por muchos motivos.
Sabemos que no pasó por un buen momento, y estamos muy ansiosos por ir a verlo y escucharlo”, decía José Carreras, antes de emprender su partida a Milán.
Con todo, Pavarotti, a partir del 2003, dejaría de cantar en los escenarios, debido a que desarrollo cáncer de páncreas.
Carreras, ofrecería algunos conciertos de gala, que no resultaron como lo esperaba…
Y finalmente, Plácido se dedicaría con su misma versatilidad en los distintos géneros de la música clásica:
Romanza, zarzuela, “crossover clásico”, música latina, etc.
Como producto, los críticos se quejaron de que los tenores actuaban por una remuneración financiera excesiva, más que por el arte.
En su primera gira mundial, cada tenor recibió alrededor de $1 millón por concierto, inaudito para los músicos clásicos.
En una entrevista conjunta con sus colegas, Pavarotti respondió a las quejas sobre sus ingresos:
“Ganamos el dinero que merecemos, no estamos forzando a que alguien nos pague”
Domingo agregó sobre el mundo de la ópera:
“Estoy dando 17 actuaciones en 25 días.
Pídeme cuánto puedo obtener por eso...
Durante 30 años, hemos dado en sangre lo mejor de nuestras vidas y nuestras carreras.
¿Mereces dinero?”
Y Carreras, por su parte, destacó lo poco que hicieron en comparación con muchos atletas, cantantes pop, y estrellas de cine.
El éxito de Los Tres Tenores, llevó a la acción antimonopolio de La Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos contra Warner Bros., y Vivendi Universal.
Encontró que habían conspirado para no anunciar, o descontar los álbumes del concierto de Roma, lanzado por PolyGram, asumido más adelante por Vivendi, y el concierto de Los Ángeles, lanzado por Warner Bros., con el fin de proteger las ventas del álbum, lanzado conjuntamente con el concierto de 1998, en París.
Los Tres Tenores, también encontraron problemas con el gobierno alemán:
El grupo perdió un caso judicial sobre, si legalmente tenían que pagar las tasas de pago de regalías de música clásica bajo la ley de Alemania, o las tarifas más altas reservadas para la música popular.
Además, el gobierno alemán, acusó a Los Tres Tenores de pagar grandes impuestos atrasados.
Su organizador y promotor de conciertos, Matthias Hoffmann, que estaba a cargo de sus impuestos en ese momento, fue condenado a la cárcel por su papel en la supuesta evasión fiscal...
Y para colmo de males, Los Tres Tenores acabó definitivamente con la muerte del tenor italiano; que dicho sea, durante el entierro de Pavarotti, ni Carreras ni Domingo pudieron asistir, “debido a la distancia y el trabajo...”
Sin embargo, ambos tenores ofrecieron sus recitales en honor al recordado Maestro.
Después de Los Tres Tenores, parecía que se había acabado la fórmula en el mundo, y todos se preguntaban por un 4º tenor, sustituto; y pasado un tiempo, parece que los tenores están volviendo a aparecer.
¿No es así?
Fueron muchos los que quisieron sumarse al furgón de cola de ese éxito millonario, pues hay actualmente magníficos tenores, en la última generación; y para citar ejemplos tenemos a:
Jonas Kaufmann, Roberto Alagna, Marcelo Álvarez, Rolando Villazón, José Cura, Juan Diego Flórez, Ramón Vargas, Ernesto Rodríguez; y también hay grandes cantantes de otras cuerdas, tanto hombres como mujeres, que bien podrían sustituir el producto.
Pero para La Final de La Copa Mundial de 2006, la soprano ruso-austriaca Anna Netrebko y el tenor mexicano Rolando Villazón, cantaron en el Waldbühne de Berlín, junto a Plácido Domingo, y Marco Armiliato en la orquesta.
Domingo no actuó en El Mundial de Fútbol de 2010, en Johannesburgo, Sudáfrica; ya que estaba de tournée, y actuaba en “Simon Boccanegra” en el Royal Opera de Londres.
Aquello que nació en 1990, que suponía un homenaje a Lauri-Volpi, y que llegó a convertirse pragmáticamente en celebrar El Mundial de Fútbol, en víspera de La Final; terminó estrepitosamente con el concierto de Yokohama, de tan malas maneras, que es difícil encontrar información de ese concierto, supongo en honor a que Carreras y Domingo están vivos, y no sería apropiado acabar sus carreras con comentarios reales de lo vivido en Japón; y posteriormente, con la muerte de Pavarotti y Tibor Rudas, éste último, el mecenas de toda la producción, y dueño de la marca registrada.
Y es que el acontecimiento futbolístico, representa una de las grandes claves del fenómeno sociológico en que se ha convertido el hallazgo, y hasta la franquicia de Los Tres Tenores; no por desmerecer la reunión artística de ellos, ni por subestimar la importancia del “regreso” de Carreras, sino porque El Mundial desempeñó un papel de fabulosa caja de resonancia:
Las grandes televisiones del planeta, se habían enganchado a La Gala, y lo hubieran hecho independientemente de los contenidos; igual que sucede en la apertura y en la clausura de unos Juegos Olímpicos.
De hecho, la fórmula de “los 3 pingüinos equipados de frac, y dispuestos a cantar arias de ópera”, parecía contradecir una respuesta masiva en los hogares, desde Tokio a Londres, desde Bangkok a Vancouver.
¡Pero contra todo pronóstico, resultó lucrativamente!
¿Qué sucedió entonces?
Tibor Rudas, que había sobrevivido a un campo de concentración nazi, murió en el año 2014, a los 94, no sin antes llenarse generosamente los bolsillos.
A 26 años de aquel show inicial, y muerto Pavarotti en el 2007, Los Tres Tenores lucen hoy, como un ejemplo irrepetible de mezcla de géneros clásicos y popular, así como un sueño del cual al final hay que despertarse.
También, aparece como una brillante operación de “marketing” y sobre todo como punto de partida para diversos actos que han tenido distinta suerte, variado pedigrí, y un inocultable desprecio de parte de los tradicionales y puristas, como yo, abonados a los teatros líricos.
Puestos en claro, para el 2014, en El Mundial de Fútbol de Brasil, la ausencia de la ópera fue absoluta.
The Three Tenors Christmas Concert in Viena – 1999
Con la palabra “villancico”, nos referimos a las diversas manifestaciones musicales propias de La Época Navideña, generalmente de carácter popular y pastoril:
Aguinaldo, de Nochebuena, de La Adoración de Los Reyes Magos, etc.
Su nombre tiene probablemente origen, en que se trata de composiciones de naturaleza popular, cantadas por los habitantes de las villas, típicamente campesinos, u otros habitantes del medio rural.
Eran cantados en fiestas populares, originariamente sin temática específicamente religiosa, siendo los principales temas, los acontecimientos recientes del pueblo, o la región.
Según el lugar, al villancico se le denomina de una forma particular; pero fue durante El Renacimiento, que los villancicos no eran canciones de Navidad, sino madrigales o composiciones vocales, a varias voces de temas religiosos o no.
Así pues, en todas las culturas de tradición cristiana, se celebra el nacimiento de Cristo, por lo que hay canciones especialmente dedicadas a esa celebración.
En Francia, esas canciones se denominan “Cantiques de Noël”; mientras en Alemania se les denomina “Weihnachtslieder”, en Inglaterra “Carols”, etc.
Y llegó a ser un género de canción, cuya letra hace referencia a La Natividad, y que se canta tradicionalmente en esas fechas.
El género se amplió posteriormente, hasta incluir temas de diverso tipo.
Puestos en claro, es imposible no revivir cada Navidad con uno de los conciertos más memorables de Los Tres Tenores:
José Carreras, Plácido Domingo, y Luciano Pavarotti, cantando villancicos.
El evento tuvo lugar, y fue grabado en vivo para ser comercializado, en el Konzerthaus en Viena, el 23 de diciembre de 1999, con motivo de la llegada del nuevo siglo XXI, y La Fiesta de La Navidad para el mundo cristiano.
Sin embargo, este concierto no se puede considerar caduco, ya que por esta época, siempre hay canciones, como las que se interpretan en este caso, que nos remontan al sentido de La Natividad.
Y es que hay una poderosa efusión para La Noche de La Vigilia, pues se recomienda cantar algún villancico, teniendo en cuenta la frase:
“El que canta, reza 2 veces”; y tienen un profundo contenido espiritual, porque poseen un caudal de mensajes unificadores, que hacen positivo escucharlos en este tiempo, considerando la riqueza de ritmos, y, sobre todo, el mensaje de esperanza y paz que estos difunden.
Bajo esa premisa, lejos del ego y el divismo, Los Tres Tenores olvidaron las notas altas, y se metieron de lleno en la espiritualidad, la delicadeza, y el amor fraternal.
Por su parte, el productor del espectáculo, Mario Dradi, dueño de todos los derechos comerciales del concierto, y quien produjo el concierto de Los Tres Tenores en 1990, aseguró que había invertido millones de dólares para realizar este evento.
Sin embargo, no es la primera vez que los tenores han enfrentado el repertorio navideño, pues por separado, ya lo habían hecho:
José Carreras lleva muchos años protagonizando conciertos de Navidad en ciudades como Viena, Londres, o Moscú.
A él le encanta hacerlo, tanto por el carácter entrañable de estas citas, como por darse el placer de cantar un repertorio de villancicos y temas populares, que todos los grandes cantantes han cultivado con éxito.
Carreras hizo uno memorable en La Iglesia de San Ambrosio de Milán, en el año 2000, siendo acompañado por la Orchestra dell’Emilia Romagna, dirigida por David Giménez.
Y junto con Plácido Domingo, y algún invitado especial, José Carreras ha protagonizado varios conciertos titulados “Christmas in Vienna”
El genérico, lleva ya varias ediciones, siendo acompañados por El Coro de Niños de La Ópera, y La Orquesta Sinfónica de Viena, dirigida la mayoría de las veces por Vjekoslav Šutej, fallecido en 2009, cuyos cortes fueron arreglados por el compositor argentino Lalo Schiffrin, el mismo que hizo los popurrís en los conciertos de Los Tres Tenores.
Así pues, la combinación de estos 2 tenores, con algunos invitados especiales de otros géneros musicales, se creó el clima ideal para mezclar canciones del repertorio clásico, con los de tradición popular.
Pero en particular, el concierto navideño de 2015, del tenor español Plácido Domingo en la principal avenida de la capital mexicana, ante unos 200.000 asistentes, terminó convertido en una serenata de ópera, zarzuela, bolero, y mariachi, para la ciudad donde creció e hizo sus pinitos musicales, hace ya 50 años.
Por último, Luciano Pavarotti también ha hecho sus conciertos navideños, en especial dio uno célebre en Montreal, en 1978, junto al Les Petits Chanteurs du Mont-Royal, y Los Coros y Orquesta Sinfónica de Montreal, dirigido por Franz-Paul Decker, en la imponente Catedral de Notre Dame de Montreal, en Canadá.
Así llegamos a finales del año 1999, cuando la gira de Los Tres Tenores pasó por Viena, con un inolvidable Concierto Navideño, que incluyó una serie de villancicos en español, alemán, inglés, e italiano.
En el escenario, Los Tres Tenores captan el brillo y el espíritu festivo en este primer gran concierto de Navidad, juntos, y jamás ofrecido; grabado en directo desde la ciudad austriaca, donde este trio de maestros, interpreta títulos internacionalmente conocidos, en un concierto para el recuerdo.
Con Steven Mercurio como Director Musical, La Maestra del Coro, Elisabeth Ziegler; y La Orquesta Sinfónica de Viena, junto al Coro Gumpoldskirchner Spatzen; se entonaron los villancicos más famosos del repertorio, en un escenario mucho más hermoso y adornado para la época.
El concierto va desde espirituales negros, hasta temas de John Lennon; siendo una oportunidad única, para ver a Luciano Pavarotti con toda la fuerza de su voz, y en la tradición operática italiana, antes de su declive vocal, conjugado con 2 grandes expositores de este estilo en el habla castellana, que poseen una fuerte tradición navideña.
La duración del espectáculo, fue de 81 minutos, cuyo programa fue el siguiente:
Sin ningún orden mecánico de salidas, se inició con un Popurrí que incluyó:
“White Christmas”, “Let It Snow”, “Oh Tannenbaum”, y “Ay! Para Navidad”
Luego “Tu Scendi Dalle Stelle” cantada por Luciano Pavarotti; y un dúo, “Carol of the Drum (The Little Drummer Boy)” entre José Carreras y Plácido Domingo.
Luego tenemos otro Popurrí, con:
“Ave Maria, Dolce Maria” una composición del mismo Luciano Pavarotti con Vittoriano Benvenuti, que es en realidad una adaptación del “Ave María” de Franz Schubert; “Wiegenlied”, “Jingle Bells”, “Children of Christmas” una composición de Plácido Domingo, Jr.; “La Virgen Lava Pañales”, y “I’ll Be Home for Christmas”
Un dúo, “Adeste Fideles” entre José Carreras y Luciano Pavarotti; y otro, “Cantique de Noël (O Holy Night)”, entre Plácido Domingo y Luciano Pavarotti.
Otro Popurrí con “Amazing Grace”, “Feliz Navidad”, y “Silent Night”
José Carreras canta “Pregaria (El Cant de l’Anima a la Verge)”; y hay otro Popurrí con las canciones:
“Winter Wonderland”, “Wiegenlied”, “Sleigh Ride”, y “Susani”
Plácido Domingo con “Un Nuevo Siglo”, otro tema compuesto por Plácido Domingo, Jr.; y el Popurrí final:
“Dormi, O Bambino” y “Happy Christmas/War Is Over”, esta última pieza, compuesta por John Lennon y Yoko Ono.
Sin embargo, el plato fuerte de este concierto, está en el popurrí de canciones navideñas de diferentes idiomas, que interpretan los 3 cantantes.
Y en particular, la interpretación del éxito “Feliz Navidad”, del conocido compositor y cantante puertorriqueño, José Feliciano, escrita en 1970, que se convirtió en un ícono para que algunos cantantes acompañen sus festividades.
También destaca “White Christmas”, una canción de Irving Berlin, que recuerda un escenario de Navidad “pasado de moda”; y que según el Guinness World Records, la versión cantada por Bing Crosby, es el “single” más vendido de todos los tiempos, con ventas estimadas en más de 50 millones de copias en todo el mundo.
No es raro que Los Tres Tenores busquen ese objetivo también, ¿no?
Pero de todas, la más popular fue “Silent Night”
El popular villancico de Navidad, compuesto en 1818, por Franz Xaver Gruber, con letra de Joseph Mohr, que fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial por La UNESCO en 2011.
En definitiva, “The Three Tenors Christmas Concert in Viena – 1999”, demuestra que Los Tres Tenores no solo son “Do de Pecho”, y arrancar aplausos por su virtuosismo, sino porque también son capaces de recogimiento y reflexión, en una época en que todo debería ser felicidad.
Hace unos años, José Carreras sentenció, que el proyecto de “Los Tres Tenores”, murió con Luciano Pavarotti, y dijo:
“Yo creo que es irrepetible, porque Los Tres Tenores éramos nosotros 3, y no creo que en ningún momento nos vayan a ofrecer siquiera la posibilidad de sustituir a Luciano Pavarotti, sería una falta de rigor ético, y de rigor moral tremendo”
Sin embargo, dijo que Domingo y él están “siempre abiertos a hacer cosas juntos”, y que aunque de manera individual, ya han homenajeado a Pavarotti, y no descartó la posibilidad de hacer algo cuando se dé la oportunidad, o cuando haya una efemérides, o un aniversario concreto.
“Estamos contemplando esta posibilidad, y a mí, evidentemente, me encantaría”, reveló Carreras.
Según dijo, “siempre es un placer tener la posibilidad de actuar con Plácido Domingo, una persona tan extraordinariamente vital, que te involucra, aunque no lo quieras, en los proyectos y en los ensayos.
Es un hombre con el que es una verdadera maravilla trabajar, por ese entusiasmo que tiene, a pesar de más de 40 años de trayectoria profesional”
Tras casi 4 décadas consagrado entre los mejores tenores de su tiempo, y después de haber superado, hace casi 20 años, una leucemia que lo colocó a las puertas de la muerte, José Carreras, el que inspiró la realización de uno de los eventos musicales más grandes e importantes de la historia de la música, se siente hoy, “una persona afortunada”
Termino esta nota, con “O Sole Mio”, la famosa canción napolitana de 1898; cuya letra es de Giovanni Capurro, y la melodía de Eduardo di Capua; versión original escrita en napolitano, que ha sido llevada a diferentes idiomas alrededor del mundo, e interpretada por un gran número artistas líricos, principalmente por Los Tres Tenores a partir del año 1990, cuando fue un “encore” y posteriormente deslucida, con mucha nostalgia, en el concierto de Yokohama en 2002, no siendo baladí, en torno a La Final de La Copa del Mundo en Corea de Sur y Japón, cuyo símbolo es el sol, que aparece en el este, y desparece en el oeste.
El amanecer y el ocaso de las más grandes voces del mundo conocido.
“¡Qué bella cosa es un día de sol!
Un aire sereno después de la tempestad, por el aire fresco parece ya una fiesta.
¡Qué bella cosa es un día soleado!
Pero otro sol más bello aún, Mi sol, está en tu rostro.
El sol, mi sol... está en tu rostro, está en tu rostro.
Brillan los cristales de tu ventana, una lavandera canta y presume, mientras tuerce, estira y canta.
Brillan los cristales de tu ventana.
Pero otro sol, más bello aún, mi sol, está en tu rostro.
Mi sol, mi sol, está en tu rostro, está en tu rostro.
Cuando anochece y el sol se pone, me viene casi una melancolía.
Bajo tu ventana me quedaría, cuando anochece y el sol se pone.
Pero otro sol que es aún más bello.
Mi Sol…
¡Está en tu rostro!
El Sol, mi sol... está en tu rostro, está en tu rostro...”
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