The Green Mile

“I'm tired, boss.
Tired of bein' on the road, lonely as a sparrow in the rain.
I'm tired of never having me a buddy to be with, to tell me where we's going to or coming from, or why.
Mostly, I'm tired of people being ugly to each other.
I'm tired of all the pain I feel and hear in the world every day.
There's too much of it.
It's like pieces of glass in my head all the time.
Can you understand?”

Resulta que en algunos países todavía sigue vigente la arcaica pena de muerte, pena capital o ejecución, la cual consiste en provocar la muerte o asesinar a un condenado por parte del Estado, como castigo por un delito establecido en la legislación; los delitos por los cuales se aplica esta sanción suelen denominarse «delitos capitales».
En muchos países donde aún se aplica, se usa como un castigo para crímenes de asesinato, espionaje, traición, o como parte del Derecho militar.
En algunos países se aplica también para castigar delitos sexuales, siendo considerados como tales el adulterio o la sodomía.
También se castiga con pena de muerte en otros países la apostasía, la renuncia formal a la propia religión.
En China por ejemplo, el tráfico de personas y los casos graves de corrupción política son castigados con la pena de muerte.
En algunos países la pena de muerte se utiliza por motivos políticos, con la máxima difusión posible, como «escarmiento» de masas: en 2007 en Corea del Norte el director de una empresa fue ejecutado públicamente en un estadio deportivo, ante 150.000 personas como castigo por haber realizado llamadas telefónicas al extranjero…
El tema de la pena de muerte es muy controvertido.
Los simpatizantes de la misma opinan que su realización reduce el delito, previene su repetición y es una forma de castigo para el asesinato.
Los detractores argumentan que no reduce el crimen en mayor medida que la cadena perpetua; son peores que el delito, son holocausticos y es una discriminación de hecho contra las minorías y los pobres que puedan no tener recursos suficientes en el sistema legal.
La pena de muerte como una afrenta a la humanidad.
No puedo creer que para defender la vida y castigar al que mata, el Estado deba a su vez matar.
La pena de muerte es tan inhumana como el crimen que la motiva.
En estado de gracia, se nos presenta The Green Mile.
No hay mejor definición, y es que, en The Green Mile todo funciona, brillante guión adaptado, asombrosa y hermosa fotografía, actores inspirados y sobre todo la elegante y magnífica dirección de Frank Darabont.
Por el contrario, el tema de la longevidad y el envejecimiento, a lo largo de la historia ha ocupado diferentes lugares en la sociedad y las culturas.
En ocasiones esta temática se relacionó al saber y al poder; tal es el caso de los hebreos quienes consideraban que una vida larga y duradera era un sinónimo de bendición.
Otras veces en cambio, el envejecimiento y la longevidad asumieron atributos negativos, considerándose equivalentes de debilidad y enfermedad, como sucedió en la Grecia Clásica.
En The Green Mile, aparecen ambas concepciones en los dos personajes principales: en John Coffey y Paul Edgecomb.
Para el primero la vida es de por si un milagro y una bendición, mientras que para el segundo, la vida termina convirtiéndose en un castigo.
La longevidad para Paul no tiene el carácter de un don, sino de un castigo pues se asume como el precio que deberá pagar por haber sido participe de la ejecución de John, a quien considera un milagro de Dios.
En The Green Mile también, se trabaja la cuestión del amor y la verdad.
The Green Mile es una película estadounidense de 1999, escrita, producida y dirigida por Frank Darabont.
Protagonizada por Tom Hanks, ENORME Michael Clarke Duncan, David Morse, James Cromwell, Doug Hutchison, Michael Jeter, Bonnie Hunt, Eve Brent, Harry Dean Stanton, Sam Rockwell, Dabbs Greer en los papeles principales.
Está basada en la novela de Stephen King (The Green Mile).
Estuvo nominada a los premios Oscar del año 2000 en las categorías de "Mejor Película", "Mejor Actor Secundario", "Mejor Sonido" y "Mejor Guión Adaptado".
The Green Mile es la denominación que recibe el pasillo de linóleo verde que separa las celdas de los presos condenados a la silla eléctrica de la penitenciaría de Cold Mountain.
Muchos son los que hacen un viaje de ida por ese angustioso pasillo... pero nunca retornan.
The Green Mile es un poderoso relato sobre los milagros, la vida, las injusticias humanas y también las justicias.
La película narra la vida de Paul Edgecomb, que siendo un anciano de 108 años, cuenta su historia como oficial del corredor de la muerte en la penitenciaría Cold Mountain en el estado de Luisiana, durante la década de 1930.
Edgecomb tiene entre sus presos a un personaje con poderes sobrenaturales que es capaz de sanar a personas y hacer otros tipos de actos sobrenaturales.
The Green Mile utiliza el recurso de los detalles, como la esponja o el ratón, para profundizar más en el espectador y conseguir emocionarlo, cosa que Frank Darabont consigue sin problemas.
Qué decir de este excelente trabajo, a mí particularmente me parece una de las mejores adaptaciones al cine de un trabajo literario, que llega a convencer a todos, crítica, público, e incluso, al autor del relato Stephen King, que se mostró muy satisfecho con el resultado.
Creo personalmente que el éxito de The Green Mile, aparte de la estupenda factura técnica, se debe a la fuerza del guión y la composición de los personajes, teniendo en cuenta que todo trascurre en "el corredor de la muerte" es muy meritorio exprimir de los personajes todos los sentimientos que se despliegan a lo largo del metraje, la humanización de los que, van a ser, en definitiva, asesinados (como ellos lo son) y la relación que tienen entre ellos, unos carceleros extraordinariamente sensibles y comprensivos (bueno menos uno de ellos), y como se edulcora las situaciones de un modo natural sobre todo un sistema restrictivo y anticuado, sobre una institución siempre polémica, como es la pena de muerte, resulta en conjunto una sensible forma de narrar una historia (perfectamente hilada por otra parte).
Los personajes:
John Coffey:
Interpretado por un ENORME Michael Clarke Duncan.
Coffey es un sentenciado a muerte por violar y asesinar a dos niñas.
Coffey es favorecido por los funcionarios y los reclusos de la prisión.
Su carácter a pesar de su enorme tamaño es el de un niño inocente.
Elige ser ejecutado a cara descubierta, porque le teme a la oscuridad y, antes de ello, cumplen su único deseo de ver una película.
John Coffey sufre por la cruel discriminación y a la maldad que reina en este mundo perverso.
Coffey tiene capacidades curativas milagrosas.
Al final de la historia le muestra su inocencia al capitán.
Paul Edgecomb:
Interpretado por Tom Hanks, el primero de los dos protagonistas, Edgecomb es el jefe de Alabama Death Row (The Green Mile) durante la depresión económica de 1929.
Paul es curado de una infección urinaria por John Coffey.
Más tarde John le muestra que el asesino de las niñas es Wharton; y gracias a esta visión Paul es premiado con el don de la vida.
Brutus «Mole» Howell:
Interpretado por David Morse.
Segundo a cargo de Cold Mountain's Death Row, Brutus Howell, a menudo denominado "Mole" por los demás, es el más cercano amigo de Paul Edgecomb.
A pesar de su nombre y de intimidar a Wetmore, él es pacífico.
William «Billy The Kid» Wharton:
Interpretado por Sam Rockwell.
Es conocido como «Billy The Kid», y actúa como un antagonista.
Es un asesino con problemas psicóticos.
Trabajó en la granja donde vivían las dos niñas por las que condenaron a Coffey.
Wharton las secuestra y las viola, ocasionándoles la muerte.
William ataca, en ocasiones, a los oficiales.
Wharton es también racista, ya que durante la película utiliza repetidamente términos ofensivos y despectivos contra los negros.
Se supone que él tiene tendencias homosexuales cuando agrede verbalmente a Percy Wetmore de una forma depredadora y lasciva.
Wharton es más tarde asesinado a balazos por Percy.
Eduard Delacroix:
Interpretado por Michael Jeter.
Eduard Delacroix, más conocido como "Del", es un recluso que se convierte en un amigo de John Coffey.
Del descubre un ratón a quien llama Mr. Jingles, que se convertirá en su mejor amigo.
Él desprecia a Wetmore, quien también le odia.
Del incluso es atacado por Percy fracturándole dos dedos y más tarde pisa a Mr. Jingles de una forma cruel, pero el ratón es sanado por Coffey.
Por último, la ejecución de Del es saboteada por Percy a fin de causar el máximo dolor; no moja la esponja que debe de conducir la electricidad al cerebro y Del muere calcinado tras una brutal agonía.
Arlen Bitterbuck:
Interpretado por Graham Greene.
Arlen Bitterbuck es un nativo americano que estaba en la cárcel cuando John Coffey llegó a Cold Mountain.
Arrepentido de lo que ha hecho, en la noche de su ejecución habla a Paul Edgecomb acerca de su convicción de que, si una persona se arrepiente de sus pecados, regresará tras su muerte a la época en que fue feliz.
Percy Wetmore:
Interpretado por Doug Hutchison.
Wetmore es un cínico y sádico oficial de correcciones que agrede a los reos.
Ha sido privilegiado por el hecho de que su tía está casada con el gobernador del estado, lo que le permite continuar con su comportamiento rebelde.
A menudo utiliza esta ventaja.
En cierto momento, mata al Mr. Jingles aplastándolo con su pie, el cual revive más tarde gracias a los dones de Coffey.
Wetmore es atormentado por Wild Bill, un asesino en serie de la cárcel.
También sabotea la ejecución del preso Eduard Delacroix.
Los demás miembros de la milla castigan a Wetmore en la habitación para enfermos mentales.
Luego es puesto en libertad, sólo para ser atrapado por Coffey.
Coffey le transmite la enfermedad que había absorbido a la esposa de Harold Moores.
Wetmore, ahora con la enfermedad maldita, dispara y mata a "Billy The Kid".
Percy queda trastornado por haber contenido el mal en su interior, y es más tarde llevado a una institución de salud mental que, irónicamente, es Briar Ridge Mental Hospital, a la que iba a ser trasladado como guardia.
Harold "Hal" Moores:
Interpretado por James Cromwell.
Director de la prisión de Cold Mountain, Hal Moores es un amigo de Edgecomb.
Su vida personal proporciona gran parte del drama de la película.
Desde el principio, se reveló que su esposa Melinda (Patricia Clarkson) tenía un tumor cerebral inoperable que es curado por Coffey.
Dean Stanton:
Interpretado por Barry Pepper, es el más joven carcelero, el más preocupado por la cárcel, dado que se queja de que Mr. Jingles se meta en la cámara acolchada, y que le atemoriza el plan de sacar a John Coffey para curar a Melinda.
Dean llora al participar en la ejecución de Coffey.
Mr. Jingles:
Un ratón que inicialmente causó una cantidad de problemas, es más tarde la mascota de Delacroix.
El ratón muere cuando Percy lo pisa pero es resucitado por Coffey.
Mr. Jingles recibió el don de la vida el día de la fallida ejecución de Del.
Cuando Edgecomb narra la historia, él aún vive.
Los comentaristas señalaron algunas comparaciones entre Coffey y Jesucristo, es decir, que son a la vez sus iniciales "JC", que ambos poseen poderes curativos y que murieron, además de que un pequeño grupo de seguidores de creer en sus facultades.
Como una reconstrucción ficticia de uno de los acontecimientos más significativos de la historia humana, La Pasión de Cristo, Frank Darabont nos relata en sus tres horas de cinta los tormentosos estadios de John Coffey.
Castigado, discriminado, salvajemente martirizado, las cicatrices en su cuerpo así lo demuestran, cuan Jesucristo en sus últimos días, existen demasiadas similitudes entre una y otra historia como para no detectar resabios de esta en la inspiración de Stephen King a la hora de escribir la novela, Coffey va revelando poco a poco a su verdugo y custodio, encarnado tan sobria como correctamente el papel lo requería por un majestuoso Tom Hanks, todo aquello que se esconde bajo su oscura y atemorizante apariencia, que no es más que una mentalidad absolutamente íntegra, pura y atormentada por los males de una sociedad norteamericana que en medio de la gran depresión comienza a demostrar las primeras señales de una cultura capitalista que asomaba por el horizonte tan cargada de individualismo, la perdida de la escala de valores morales y la persecución feroz y salvaje por el éxito y la salvación personal, individual.
Dotado de poderes sobrenaturales, Coffey es capaz de curar enfermedades y revivir a personas al borde de la muerte, pero a su vez esos mismos dones son los responsables de transmitirle a su delicada mente esas imágenes de muerte, odio y resentimiento existente entre los seres humanos que tanto lo aquejan y lo hacen desear su descanso final.
Después de presenciar los hechos que aquí ocurren, imposible sentir que se hace justicia llevando a un hombre para que otro lo asesine en la cruenta silla eléctrica.
La venganza social contra quienes delinquen, podrá ser llamada cualquier otra cosa, pero no cabe en ella – ¡jamás! - el sagrado concepto de justicia.
¿De qué verdad se trata en The Green Mile?
La verdad alude en su concepción a la honestidad, la buena fe y la sinceridad que va más allá de las cuestiones relacionadas al derecho penal y las leyes que gobiernan y castigan los comportamientos de los hombres y se extiende por encima de las cuestiones morales.
La verdad en The Green Mile sale a la luz tras una revelación que abre el camino hacia la justicia de los verdaderos culpables.
El proceso real de ejecución de John no obstante, una vez iniciado no podrá ser revertido o detenido por Paul, quien solo podrá hacer justicia recién cuando sepa, gracias a los poderes de John, quiénes son los verdaderos culpables del asesinato de las niñas.
La paradoja se encuentra allí, en el momento en que esta verdad es revelada y transmitida por John a Paul; Paul aun sabiendo que John no es culpable deberá cumplir con su voluntad: acelerar su plazo para la ejecución lo cual introduce la ruptura y el quiebre entre la ley y la verdad.
De este modo entonces, Paul sentirá una profunda culpa y angustia pese a haber descubierto la verdad y percibirá el don que John le ha transferido como un castigo, pues al fin y al cabo la verdad aquí involucra una responsabilidad que se deberá asumir en carne propia y que entendida como un castigo recibe el nombre para Paul de longevidad:
“Con el tiempo moriré, de eso estoy seguro.
No tengo ilusiones de inmortalidad.
Pero habré deseado morir mucho antes de que la muerte me llegue.
En verdad, ya lo deseo”

“Time takes it all, whether you want it to or not”


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